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Universidad Nacional del Nordeste

Facultad de Humanidades
Dpto. de Letras
SEMINARIO DE LITERATURA ARGENTINA II

LOS TOPOS DE FÉLIX BRUZZONE, EL CUERPO COMO


ALEGORÍA POLÍTICA EN LA LITERATURA DE
POSTMEMORIA
M. Emilia García Loza
Y mirá que yo nunca uso esa palabra, eh, nunca. ¿Qué palabra? Esa, la que no uso nunca:
jamás. (F. Bruzzone, Los topos)
Los topos de Félix Bruzzone publicada en 2008, ha sido ubicada por algunos
críticos e investigadores (quiénes) dentro de lo que se ha dado en llamar recientemente
“literatura de postmemoria”, este campo de estudio hace referencia a aquellas narrativas
que, si bien relatan la historia de víctimas de la última dictadura militar, lo hacen con
una estética y un criterio marcadamente diferente de aquellas escrituras de los 80´, en
donde se reivindicaban las utopías ideológicas de los 70´. Es interesante el hecho de que
Los topos sea la primera novela argentina que toma como tema la dictadura, en la que el
personaje protagonista es trans. La figura de Maira, pero también el devenir travesti del
protagonista, pueden ser interpretados como una alegoría del cuerpo político. Un cuerpo
político que muta, que se va definiendo o redefiniendo en el discurso. Especificar a qué
alude la alegoría, política en relación con qué. Va redefiniendo el discurso o en el
discurso, qué discurso?
Esto supone una ¿reconstrucción de la identidad? de “H.I.J.O.S” y una manera
diferente de tratar la memoria en la ficción. El travestismo no solo se manifiesta en la
composición del personaje, sino en la transtextualidad (Genette) del discurso, puesto
que -ya sea de manera intencional o implícita- convoca otros textos; por ejemplo, la
teoría queer que subyace y opera sobre la ficción buscar el concepto de genette. Me
parece uqe no está correctamente utilizado. La teoría queer es un enfoque más bien que
te sirve a vos para leer el texto. En todo caso hay una relación de transtextualidad con
otros testimonios de la violencia política. De esta forma, la obra de Bruzzone, nos
permite reflexionar acerca de la identidad no sólo en lo referente a H.I.J.O.S Bruzzone
no milita en HIJOS. Ojo con esto. sino que, al trascender esta identificación, cuestiona
la construcción de un “nosotros” que es esencialmente discursivo lo que conlleva
interrogarnos cuestiones ¿como el ser nacional? Me parece un salto que no tiene
relación con lo que se está tratando. El devenir travesti, que configura al personaje,
ocurre en el discurso -se expresa principalmente por el cambio en la temporalidad de la
enunciación- y manifiesta una alegoría del cuerpo político, puesto que alude -en el plano
simbólico- a cuestiones que trascienden la diégesis y la ficción y convocan -en el plano
teórico- a otras disciplinas, que de manera subterránea o metafórica pueden reconocerse
en el texto y que este trabajo busca identificar. Cuáles? No lo decís.
La búsqueda como eje del esquema actancial acabo de leer este
apartado y el esquema actancial no aparece por ningún lado. A veces el
apartado parece irse del tema de la búsqueda para abordar otras temáticas.
La novela se presenta narrada en primera persona por el protagonista quien relata
los hechos de manera retrospectiva. También incluye diálogos y monólogo interior, pero
prima en gran medida la focalización en el personaje principal; es decir que la
perspectiva que tenemos como lectores es la del narrador intradiegético (Genette). Al
final, cuando este se encuentra secuestrado por el Alemán en una cabaña, el discurso
aparece narrado en tiempo presente. Es como si el devenir travesti del protagonista,
confluyera con la forma de narrar y a partir de la cirugía asumiera el discurso en
presente. Nunca se nos revela el nombre del personaje, el cual funciona como una
especie de alter ego del autor, quien también es hijo de desaparecido por lo cual resultan
fácilmente identificables el uno con el otro y el hecho de que no tenga nombre puede
entenderse de forma alusiva.
Si bien la abuela Lela decide mudarse enfrente de la ESMA por la sospecha de que
tiene otro nieto nacido en cautiverio, el protagonista no parece muy interesado en buscar
a su supuesto hermano y solo pensará en esto a partir de su relación con Maira. En ese
momento, el protagonista comienza a fantasear con la delirante hipótesis de que Maira
es su hermano y el Alemán su padre, pero esto se va a articular de manera simbólica en
el relato y en el proceso que vive el personaje en su propio devenir travesti y no como
una búsqueda de su familia; al menos no en los términos en que estamos
acostumbrados. El hecho de que todos los personajes importantes desaparezcan, nos
remite a la última dictadura cívico militar: primero la muerte de Lela, después la
desaparición de Romina, la de Maira, incluso la del Alemán y, finalmente, el secuestro
del protagonista.
La desaparición de Romina se da junto a la sospecha de estar embarazada, pero al
final no sabremos si aborta o no. La condición de hijo de desaparecido y el aborto de
Romina aparecen ligados; de hecho, mientras el personaje busca a Maira recuerda a
Romina y relaciona estas búsquedas con la de su abuela por su hermano.

(…) pensé en Lela: ella sola tras el rastro de mi supuesto hermano, sin mi ayuda; y
ahora yo, solo, sin ella, sin nadie. Y pensé en Romina. Ella sola yendo a abortar. Y
en Ludo, la afortunada de Ludo que había logrado que un rastafari la llevara a vivir
al Sur. Y en Mariano, claro, que ahora necesitaba de mi ayuda como yo la de él y
entonces le dije: bueno, me quedo, te ayudo en lo que sea a cambio de poder
quedarme acá con vos. (Bruzzone, 2012, p.55) buscar formato APA

Esta orfandad constitutiva de hijo de desaparecido, es algo que va a acompañar al


personaje en todo el recorrido narrativo. En su trabajo La orfandad suspendida: la
narrativa de Félix Bruzzone Teresa Basile señala que la búsqueda constituye la pulsión
fundamental para atravesar el duelo; para concluir una etapa y comenzar otra. Concibe a
la búsqueda como el núcleo de los relatos de H.I.J.O.S y se plantea la idea de
suspensión, en tanto es algo que nunca llega a concluirse y, en el caso de Los topos,
vemos que ninguno de los episodios llega a cerrarse y la búsqueda se ira renovando
conforme cada personaje desaparece de la historia. Tal como afirma la autora: “Los
textos de Bruzzone captan y hacen suyo el derrumbe de las certezas y de los grandes
relatos (…)” (Basile, 2016, p.157) Así, se explica el vagabundeo y la deriva de los
personajes, que se oponen a los jóvenes militantes de H.I.J.O.S. El protagonista prioriza
la búsqueda de un hermano que ni si quiera sabe si nació o existió, puesto que no le
consta que la madre estuviera embarazada y se basa solamente en una sospecha de la
abuela, con esto Basile postula que se manifiesta el carácter fantasmagórico y la
indescifrabilidad del objeto de averiguación que termina encarnando en la figura del
travesti Maira:

(…) y un entrepiso donde dormir abrazado a mi medio hermano. Salí otra vez,
ahora la reconciliación con Maira iba a ser definitiva: juntos averiguaríamos todo y
viajaríamos hasta esa casa en el sur. Si éramos hermanos nos arrepentiríamos de lo
que habíamos hecho y seríamos inseparables. Con el tiempo cada uno podría tener
su casa junto al lago o podríamos compartir un mismo hogar para siempre, siempre
juntos y siempre pidiendo perdón por nuestro amor equivocado. (Bruzzone, 2012,
p.43)

Basile identifica las desapariciones de los personajes en el relato con lo que llama
neodesaparecidos y postdesaparecidos, para referirse a las nuevas desapariciones de
sujetos estigmatizados por el estado y esto afirma no se trata de los lastres del pasado,
sino de la presencia del pasado actuando sobre el presente con otras víctimas con
similares procedimientos; el protagonista no va al pasado, sino que la novela trae el
pasado al presente lo reactiva (Basile, 2016, p.162). Es importante destacar que con
Maira se introduce el tema de la violencia a las mujeres; sobre todo a aquellas que se
ven obligadas a trabajar en la calle como es usual en las personas trans. Vemos que el
Alemán tiene la perversión de lastimar travestis, lo cual estaría encarnando una
patología de la sociedad, que expulsa o discrimina a los cuerpos disidentes; no es casual
tampoco la aparición de los enanos: “(…) Maira, perdoname, Maira, yo no sabía nada,
Mairita, perdoname, vine para que hablemos bien.” (Bruzzone, 2012, p.43) en este
fragmento es inevitable la resonancia entre “Mairita”- “Marita” que nos remite al caso
de Marita Verón desaparecida en el año 2002. El secuestro de Maira aparece con toda la
carga de impunidad de los otrora crímenes de lesa humanidad. En ambos casos puede
pensarse estas muertes como responsabilidad del Estado, no solo por la ineptitud sino
por la corrupción que se infiltra hasta en las mismas fuerzas de seguridad como la
policía y la justicia que son cómplices de un estado criminal. “(…) había tenido la
esperanza de que los secuestradores de Maira volvieran a buscar algo, me
encontraran, me llevaran, me encerraran con ella, no tardé en darme cuenta de que eso
no iba a pasar (…)” (Bruzzone, 2012, p.23) Este secuestro resulta a la vez metafórico
dentro del plano teórico, si se admite una mirada queer de la dictadura.
La búsqueda del hermano que se vehiculiza en la travesti Maira, enlaza la figura del
travesti con la de los cuerpos dobles y según Basile se presenta como un símbolo de la
“mellicidad quebrada”. Maira es entendida por la autora como un contra modelo de hijo:
al ser una “heroína matapolicias” se atreve a vengarse por mano propia y es además
doble agente o topo; pero es también, dice Basile, una nueva desaparecida. De esta
forma se convierte, en el transcurso del relato, en un neo o postdesaparecid@. “El
aparato estatal heredado de la dictadura sigue persiguiendo a quienes escapan al
sistema, continuidad del terrorismo de estado.” (Basile, 2016, p. 164). Es por esto que
la búsqueda de Maira se convierte en una ficción paranoica:

Más cuando ella, con su travestismo que no era sólo una reunión macho-hembra —
ni siquiera varón-mujer—, sino una especie de mapa galáctico, algo que había que
saber ver, pero que a todas luces estaba ahí, me dijo que en realidad mi búsqueda
era una búsqueda del padre. Buscar a mi hijo era buscar mi lugar de padre. Vengar
a Maira era hacer justicia también con su padre —y, si éramos hermanos, con el
mío— y ser, en cierta forma, su hermano mayor, que también es como ser una
especie de padre. Tres padres en uno. Mucha responsabilidad, pensé, pero el plan
de venganza estaba claro: buscar al Alemán y matarlo, gente como él había matado
a Maira, gente como él era la peste social, el infierno alrededor, cada uno de los
enviados del mal que Maira había perseguido en su vida de matapolicías. Ocupar el
lugar de Maira, culminar su tarea exterminando al último eslabón de la maldita
cadena apestosa. (Bruzzone, 2012, p. 76)

El protagonista que queda en la calle y en su vagabundeo recrea la figura del


trapero, aquel que toma sus objetos de los desperdicios. La búsqueda que estaría signada
por esta deriva se materializa en una apuesta estética en donde la autora nos dice, se da
el cruce de una matriz realista (autoficcional-autobiográfica) y también fantástica en
tanto recupera los fantasmas, las paranoias propias del terrorismo de estado (Basile,
2016, p.158). La cultura de masas y la industria del entretenimiento serían también
material residual del cual la literatura se sirve. Esto es constitutivo de la estética kitsch
en tanto la misma puede ser entendida como réplica o copia de la verdadera obra de
arte. La autora habla de barroco para señalar cómo la búsqueda prolifera y se
diversifica, enfatizando el centro vacío del desaparecido y la imposibilidad de
encontrarlo. El kitsch, en la obra de Bruzzone, por momentos adquiere reminiscencias al
cine de Tarantino en Bastardos sin Gloria; esto es un anacronismo. La obra de bruzzone
es anterior a la película Cecilia Sosa identifica estos giros como una respuesta al humor
negro de los movimientos de los 90. Las ideas de complot o la paranoia por la existencia
de grupos parapoliciales y de organizaciones clandestinas es una constante en el relato,
primero con Romina y luego con Maira; esto contribuye al inverosímil que caracteriza a
la obra.

Hasta acá no parece tratar sobre el cuerpo como alegoría. Recomiendo ordenar las
ideas y el texto. En el siguiente se toca el tema de la literatura de postmemoria, el
concepto de narrativas metafòrcas de Nofal, la ironía, el “ciclo de narraitvias de
mujeres” ¿y el cuerpo como alegoría?

Los topos y Sueño con medusas ¿literatura de postmemoria?


Lela, Romina y Ludo son personajes que tienen su antecedente en otro relato de
Bruzzone Sueño con medusas; cuento que forma parte de la reedición de 761. Como en
la novela, el personaje Romina dice asistir a H.I.J.O.S para ayudar a su pareja, pero lo
cierto es que se advierte en ella una identificación con la agrupación y una voluntad de
pertenencia más bien personal; lo mismo ocurre con Ludo, su mejor amiga: “(...) Ludo,

1
Momofuku reedito en 2014 los cuentos que forman parte de 76 agregando dos relatos entre los que se
encuentra “Sueño con medusas” que, como veremos, es de suma importancia para leer Los topos.
que al igual que Romina no tenía padres desaparecidos, pero sí una tía segunda con
cuya cara había mandado a estampar una remera”. (Bruzzone, 2014, p.97) Tanto en
este fragmento como en Los topos (Bruzzone, 2012, p.9), el personaje dice de manera
irónica que Romina y Ludo deberían formar SOBRINAS, NUERAS. “(...) usaban esas
remeras estampadas con desaparecidos que de tan lejanos parecían estrellas de rock.”
(Bruzzone, 2014, p.97). Hay en este acto de ponerse la camiseta, una voluntad de
identificación, de pertenencia; al tiempo que conlleva una crítica implícita, una
denuncia a la fetichización de la figura de los desaparecidos pues los mismos aparecen
equiparados a la figura del ídolo postmoderno. Las estrellas de rock, de cine, del
deporte, que forman parte de la cultura de masas y de la estética kitsch devolviéndonos
una imagen superficial, plana, vaciada de contenido. Umberto Eco en Apocalípticos e
integrados reflexiona acerca de esta cosificación a partir del mito de Superman y
postula que: “(…) en una sociedad industrial en la que el hombre se convierte en un
número dentro del ámbito de una organización que decide por él; (…) el héroe positivo
debe encarnar, además de todos los límites imaginables, las exigencias de potencia que
el ciudadano vulgar alimenta y no puede satisfacer” (Eco, 1968, p.258): A partir de esto
es interesante, como advierte Juan Terranova en referencia a otros cuentos, el hecho de
que los personajes de Bruzzone se acercan a H.I.J.O.S para llamar la atención de alguna
chica:

“Lo que cabe en un vaso de papel” anuncia el ciclo de “las mujeres”. Las diferentes
etapas de este ciclo tienen casi siempre una dinámica similar que se podría
describir como “hijo de padres desaparecidos y carácter desprendido se acerca a la
militancia de H.I.J.O.S por el amor –o los favores sexuales– de una chica”. Por lo
general, se trata de una chica que reproduce un equívoco muy puntual: ella
entiende, sin matices, que el sentido de la vida de él se genera a partir de la
desaparición de sus padres. Por supuesto, él es reacio a esta hipótesis. El tejido de
esas tensiones compone el relato.2

Terranova propone que en estos episodios el despertar sexual aparece ligado a la


pregunta por la identidad y, en el caso de los hijos de desaparecidos, esta se encuentra
trunca desde el principio. Ahora bien, esta cuestión que se abre aquí en torno a la
identidad muestra dos resoluciones posibles: por un lado, siguiendo las investigaciones
de Cecilia Sosa nos lleva a cuestionarnos quién cuenta como víctima de la última
dictadura militar; si son solo los familiares con vinculo sanguíneo o si, como en el caso
de Romina y Ludo, puede ampliarse esta adscripción biológica. Por otro lado, nos lleva
a replantearnos la noción de identidad, desde aquellas investigaciones3 que plantean una
lectura queer de la novela, ya que la misma justamente entiende a la identidad como
performatividad. Sosa entrevista a Bruzzone y manifiesta su fascinación por el
personaje Maira, porque es la primera vez que ve la inclusión de un personaje travesti
en la literatura que aborda la temática de la dictadura, a lo cual el autor le contesta que
el interés del protagonista por Maira responde a la identificación con ella por su
problema de la identidad, en este sentido la remisión al mundo queer tendría que ver
con este cliché en torno a la identidad.

2
El escritor Juan Terranova reseñó los textos de Bruzzone; esta crítica se halla publicada en un blog de
literatura al que se puede acceder mediante el siguiente link:
https://lunesporlamadrugada.blogspot.com/2009/09/bruzzone-por-terranova.html
3
Facundo Saxe y Cecilia Sosa, entre otros.
Además puede percibirse de manera implícita e insinuada una crítica a la
burocratización de organizaciones como H.I.J.O.S.; en un momento el protagonista de
Sueño con medusas comienza a hablar de los pasteles y parece querer decir papeles a
propósito de Romina y su militancia en H.I.J.O.S: “Es por vos, porque te amo, dijo, y
mientras nos desnudábamos yo pensaba puede ser (...) lo único que yo quería era estar
solo con ella, juntos para siempre. Ella, yo, mis pasteles. Nuestros pasteles. Nuestra
pastelería que podría llamarse así: “Nuestros pasteles”” (Bruzzone, 2014, pp.94-95)
Con esta denuncia implícita a la burocratización, también se hace mención a su
consecuente corrupción. Tanto en Sueño con medusas como en Los topos se sugiere una
referencia a “Sueños compartidos”4; en el caso del primero ya desde el título del cuento:
“(...) que tenía que buscar ayuda, que H.I.J.O.S estaba para eso y que ella era mi ángel
guardián, mi tesoro, fuente de fidelidad, compromiso, futuro, sueños compartidos, y
entonces me besó y yo no supe qué hacer.”(Bruzzone, 2014, p.101) En Los topos este
fragmento se repite generando una relación explicita entre ambas ficciones:

(...) volvió a ponerse a la defensiva y a decirme que tenía que buscar ayuda, que H.I.J.O.S
estaba para eso y que ella era mi ángel guardián, mi tesoro, fuente de fidelidad,
compromiso, futuro, sueños compartidos, todo eso y muchas otras cosas que sonaban
convincentes y permitían ver hacia adelante una visión no apocalíptica ni tediosa, sino
mansa, indefensa, frágil y feliz; entonces me miró a los ojos como si nos miráramos por
última vez, y me besó, y yo me dejé besar. (Bruzzone, 2012, p.9)
A propósito de la adscripción de los personajes Romina y Ludo a H.I.J.O.S., es
importante destacar el hecho de que lo que llamamos “literatura de postmemoria”5
busca incluir a los “hijos simbólicos”, es decir aquellos que sin tener una relación
directa con algún desaparecido adhieren a la causa. De igual manera se entiende que
muchos hijos, no necesariamente se identifican con la organización y esto lo vemos en
el personaje principal. La inminencia de lo que llaman “postmemoria”, se refiere a un
área de estudios en donde se puede enmarcar la literatura testimonial reciente; que se
diferencia del familismo.
La imagen del cuentista, del narrador que cuenta historias, va a suplantar al
activista político, generando de este modo nuevos estilos en donde el pasado se
complejiza adoptando la estructura de la metáfora6. Nofal (2015, p. 4) dice que la
literatura de memoria se planteaba inicialmente como un género particular, con marcas
propias de la oralidad, la entrevista, el testimonio; que seguía las formas del realismo
decimonónico, la tradición literaria militante del realismo socialista; más próximo a la
crónica que al relato de ficción. La idea de la escritura como arma revolucionaria y la
construcción de un discurso heroico, serían dos de las principales características de este
género; en donde las tramas narrativas hiperbolizan hechos colectivos en protagonistas
que se construyen como héroes o traidores (2015, p.4). En contraste con esto, la
literatura de postmemoria se abre a la subjetividad, las historias de la dictadura se

4
Construcción de viviendas sociales por la «Misión Sueños Compartidos», organizada por las Madres de
Plaza de Mayo y creada por Sergio Schoklender.
5
Rossana Nofal (2015), Ilse Logie y Bieke Willem (2015), son algunos de los investigadores que definen
este concepto.
6
Metáfora en el sentido en que la define Ricoeur en La metáfora viva. Para distinguir función poética y
retórica nos dice que se debe poner en conjunción ficción y redescripción; una intenta persuadir a los
hombres dando al discurso ornamentos, otra redescribir la realidad por el camino apartado de la ficción
heurística. A partir de esto habla de lo que llama “verdad metafórica” para asignar una intención
“realista” al lenguaje poético. (1975, p.367). Ricoeur plantea que la metáfora es más que un cambio de
sentido, que una comparación, es una evocación que constituye una actividad creadora; la metáfora nos
dice deviene verbo (1975, p.39).
cuentan desde la interioridad -la autoficción en el caso de Laura Alcoba – y el testigo se
convierte en personaje; encuentra otras formas para legitimar su relato.
En estas obras la expresividad no se verá condicionada por el hecho de ser
“hijo/a”, sino por el relato en su potencial poético e intelectual; también se busca
configurar nuevos imaginarios para contar la violencia política: “(…) fundamentalmente
los H.I.J.O.S de los militantes, reconfiguran un campo literario que exige una caja de
herramientas específicas para leer las memorias políticas en clave de literatura de
fantasía alejada del realismo socialista de los primeros relatos.” (2015, p.15). Nofal,
Logie y Bieke utilizan la expresión “postmemoria” para referirse a una generación de
escritores que fue afectada por las consecuencias de la dictadura pero que escapan de la
herencia ideológica de los 70, diferenciándose de la tradición narrativa de los 80. En
ambos casos, se plantea la emergencia de una literatura que no sigue las formas clásicas
de narrar la memoria. Teresa Basile, habla de producción cultural de “segunda
generación”, para hacer referencia a los escritores nacidos en los 70´ (Elsa Drucaroff,
Gabriel Gatti, son algunos de los teóricos que también estudian esto) a los que llama
escritores de postdictadura y los define como aquellos que se contraponen y diferencian
de la generación anterior que establecía una continuidad con la lucha de sus padres.
Esto puede verse en Los Topos de varias maneras, en principio reconocemos
que, si bien el narrador cuenta en primera persona su experiencia como hijo de
desaparecido, este no se ubica en los lugares comunes en que se relata la experiencia de
H.I.J.O.S. El narrador de la novela, no necesariamente es identificado con el autor
empírico. Bruzzone, tanto en las entrevistas, como en sus otras obras, se aleja del lugar
de “hijo” y busca narrar la experiencia de la dictadura sin seguir los patrones clásicos de
la narrativa de memoria. Los topos, muestra una estética kitsch, en donde lo grotesco es
exaltado remitiéndonos a la sensibilidad camp; así se aleja del verosímil realista lo que
lleva al lector a vivenciar una experiencia de la lectura muy distinta a la de la literatura
de memoria tradicional (pero también diferente a la de las narrativas del yo).
Cecilia Sosa en su trabajo: Los topos and Kirchner’s Death. Queering
affiliations in mourning advierte la polivalencia del nombre de la abuela “Lela”: “The
elderly matriarch, named Lela, which reads as “silly” in Spanish (…)”. (2011, p.4)
Podemos pensar este doble sentido del nombre Lela = tonta, en los términos en que
propone la autora, al interpretar en la obra de Bruzzone una crítica implícita a la familia
tradicional impuesta desde organizaciones como madres, H.I.J.O.S y abuelas. Esto
también es significativo siguiendo la propuesta de Ricoeur, pues el autor propone que
“(…) “la metáfora es algo que sucede en el nombre”; relacionando la metáfora a la
palabra, al nombre y no al discurso (…)” (1975, p.27) Según Sosa, Los topos, al
expresar una lectura queer de la dictadura, tiene una mirada superadora de los reclamos
de familiares de víctima; que tradicionalmente se han organizado a partir del vínculo
sanguíneo con los desaparecidos, nucleados en torno de una familia tipo.
Tanto en esta investigación como en Queering Acts of Mourning in the
Aftermath of Argentina’s Dictatorship: The Mothers of Plaza de Mayo and Los Rubios
la autora advierte acerca de la importancia de impugnar el marco biológico para
establecer quién cuenta como víctima y sostiene además que: “(…) the language of the
family has turned into a trap that encapsulates and restricts the possibilities of
understanding the transmission of trauma beyond bloodline inscriptions.” (Sosa, 2011,
p.2). La mirada queer sobre la dictadura permitiría no sólo traspasar los estereotipos que
la idea de familia convoca, sino también ampliar los límites de las organizaciones de
derechos humanos; incluyendo a otras personas que -como las que conforman el
colectivo LGTB- actualmente figuran cuerpos vulnerables o cuerpos que importan (en
términos de Butler7). De acuerdo con esto, el trabajo de Facundo Nazareno Saxe (2013)
explora la tortura específicamente hacia miembros de este colectivo durante el
holocausto y la dictadura y, al estudiar en conjunto estos dos momentos históricos, nos
permite una reinterpretación de la literatura y las teorías de la memoria, desde la teoría
queer.
Sosa interpreta la postura del protagonista respecto a la militancia en H.I.J.O.S
como una referencia directa a las políticas de los 90´: “During the late 90s, the
escraches worked as strong gesture of moral condemnation in absence of legal justice
(…) The massive demonstrations included carnival dances, graffiti and theatrical
performances.” (Sosa, 2015, p.4). Es por esto que cita un fragmento de la obra de
Bruzzone en donde el personaje en un monólogo interior fantasea con la idea de
comprar un Falcón para secuestrar militares:

Yo, la verdad, nunca me había asomado a H.I.J.O.S, y la insistencia de Romina no


llegaba a convencerme. Sí me atraían algunas cosas. Eso de los escraches, por
ejemplo, que para mí eran una forma de revancha o de justicia por mano propia,
algo muy de mi interés pero que por cobardía, o idiotez, o inteligencia, nunca
concretaba. A veces hasta pensaba en pedirle a Lela los papeles del auto —le podía
decir que había que hacer un trámite, inventarle un nuevo impuesto para autos de
más de veinte años, algo así—, venderlo, comprar un Falcon y salir con mis amigos
a secuestrar militares. (Bruzzone, 2012, p.9)
El hecho de que imagine mentirle a Lela para concretar su idea tampoco es
menor y responde justamente a este período, que en materia de política de derechos
humanos es bien diferente del que se llevó adelante con el gobierno de Alfonsín y la
vuelta a la democracia. En ese primer momento, madres y abuelas toman visibilidad
pública, se crea la CONADEP, se desarrolla el Juicio a las Juntas y lugares como la
ESMA -que habían sido centros de tortura- se constituyen como espacios de la
memoria. Este tipo de políticas no es muy diferente de la que se llevó a cabo en otros
lugares del mundo que también fueron escenarios de exterminio masivo; por ejemplo,
Auschwitz, que se va a constituir como una especie de museo que incluso ofrece
recorridos guiados para los turistas. Sin embargo, estas políticas no solo tardan en
desarrollarse, sino que se ven interrumpidas por una serie de factores. Podemos pensar
que los escraches durante los 90, responden principalmente a la falta de justicia que en
muchos casos no actuó; la ley de punto final del 86, la ley de Obediencia Debida y los
indultos de Menem fueron el combustible que desató en la sociedad la necesidad de
justicia por mano propia. No es casual, en este sentido, la configuración del personaje
“el Alemán”, el mismo no tiene nombre pero el hecho de que sea un loco que mata
travestis y además viva en Bariloche -lugar donde se instalaron los nazis en Argentina-
responde a cuestiones no solo teóricas sino también estéticas.
La tesis de Sosa es que estas obras -Los topos, la película Los Rubios- responden
a las políticas llevadas a cabo durante los 90 y al luto tras la muerte de Néstor Kirchner,
cuya política consagró la figura del militante-víctima. La autora plantea que con el
primer gobierno de Kirchner y con sus políticas en materia de derechos humanos los
escraches de los 90 cesan y dan lugar a lo que llama “revisionismo civil”, que será el

7
J. BUTLER (1993) Cuerpos que importan: Sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. En este
texto se sientan algunas de las bases de la teoría queer y se describen cuestiones como la
performatividad del género -noción que esta teoría va a desestabilizar-. También se define el concepto
de “cuerpos abyectos”, como aquellos que son vulnerables y se nombran de forma peyorativa; ámbito
de donde proviene el término queer, en tanto injuria de la cual la teoría se apodera para resignificar.
caldo de cultivo para la emergencia de estas nuevas estéticas que vendrían a cuestionar
y subvertir el orden de las narrativas tradicionales.

However, in comparison to the effervescence of the 90s, the number of activists


decreased by 75 per cent in 2010. How to explain this shift? Kirchner called many
youngsters to work for the official dependencies, placing the activists in the role of
double agents, and confronting their previous radicalism with the contingencies of
being part of the state. (2015:7)

Pareciera ser que la oficialización como política de estado, es correlativa a la


pérdida de interés en la participación en espacios como H.I.J.O.S. Esto responde, a que
parte de la sociedad, cree que los reclamos principales en materia de derechos humanos
y de crímenes de lesa humanidad fueron escuchados -aunque aún en la actualidad se
sigue reclamando la encarcelación de algunos militares, muchos de los cuales
consiguieron prisión domiciliaria; por ejemplo, el caso de Miguel Etchecolatz-. La
militancia se bifurca hacia diferentes frentes políticos (la Campora por ejemplo, durante
los años del Kirchnerismo) o se disgrega en otras organizaciones como la del colectivo
LGTB o el de mujeres. Es así que, en la actualidad, encontramos diferentes espacios de
lucha por derechos muy diversos, desde la comunidad THC hasta el “ni una menos”.
Tal vez el movimiento feminista, el colectivo de mujeres -que también incluye, en parte,
a la comunidad LGTB- es el que más número de personas reúne en la actualidad. Sin
embargo, muestra formas de filiación muy diferentes a las de una organización política;
es un colectivo más bien gregario, basado en el encuentro y en la movilización ante el
reclamo de cuestiones concretas -como por ejemplo la ley de interrupción voluntaria del
embarazo-. En este sentido, son importantes los interrogantes que esto plantea desde el
punto de vista de la identidad y de la conformación de un “nosotros”.
Ignacio Lewkowicz en Pensar sin Estado: la subjetividad en la era de la fluidez,
reflexiona acerca de la existencia de un “nosotros” que se configura, sobre la base de un
estado desfondado, como sujeto de pensamiento y dispositivo que surge
espontáneamente de forma activa en las asambleas, las esquinas y plazas de las
ciudades. Este tipo de asambleas no tiene aparato de gestión, es un espacio al que es
posible pertenecer; es una mecánica efectiva para la activación del “nosotros”
(Lewkowicz, 2008, p.221). Lewkowicz dice que podemos pensar el nosotros sobre la
base de conjuntos identitarios determinados, a priori bajo figuras conocidas como clase
social, estamento, nación. En fluidez los ejes centrales sobre los que se apoyan esos
“nosotros” se dispersan y este se ancla en producciones situacionales (2008, p.216).
Esta cuestión se ve reflejada en el personaje de Romina, que sin ser hija de
desaparecido milita en H.I.J.O.S. Pero también se va a problematizar en el Alemán, en
Maira, en él personaje principal; en todos estos casos, aunque de diferente manera, se
cuestiona la noción que tenemos de identidad ya sea que esta nos remita a una
nacionalidad, condición sexual, etc. La teoría queer va a resolver el problema de la
identidad a partir del concepto de perfomatividad8, el cual viene a superar el de género;
Butler toma como punto de partida la teoría de los actos de habla bajo la cual se
resolvería el problema de la identidad sexual. Maira y la transformación del narrador, su
devenir travesti, ampliarían entonces la identidad más acotada del sujeto “hijo de
desaparecido” y en esto es importante la voz enunciativa, y el hecho de que el relato

8
En Lenguaje, poder e identidad (1997) Butler define esta cuestión partiendo de la teoría lingüística de
Austin….
aparezca en presente a partir del cambio de género del protagonista9, en el último
capítulo:

La operación, por suerte, sale muy bien. El tobillo no duele y las tetas tampoco.
Para eso era la pastilla, dice el Alemán, recuperación veloz, un método
homeopático que mientras te preparás mentalmente para la operación actúa
sobre las zonas a cortar y evita el dolor posterior, el sangrado, todo, yo médico no
soy pero los que saben dicen así. Sigue: ¿y ahora qué vas a decir, churrasquita?, ¿te
miraste en el espejo?, estás igualita. Me levanto, voy al baño. El Alemán me
acompaña y mientras caminamos me acaricia los hombros. ¿Ves? (…)
(Bruzzone, 2012, p.113)
La narración pasa de estar en pasado a presente, utilizando también verbos en
gerundio; “Con el tiempo la idea de ir a buscar a Maira pierde fuerza. El Alemán goza
con mis tetas nuevas (…)” (Bruzzone, 2012, p.92) es decir, que el devenir travesti del
personaje central, se manifiesta en el discurso. Con la operación, el desplazamiento que
se da a nivel corporal masculino-femenino, se hace patente en la enunciación; desde el
capítulo II, (2005, p.85) cuando el personaje comienza a trabajar en el bar de Mica en
Bariloche, se comienza a ver un quiebre en la voz narrativa: el personaje principal por
un lado sede la voz del Alemán, que por lo general aparece dirigiéndose a él-ella pues a
medida que el Alemán gana terreno en el discurso se va dando el cambio de género en
el personaje central que alcanzará su punto cúlmine con el cambio de sexo y la
operación de las mamas.

El cuerpo como alegoría política


El título del libro resulta polivalente en cuanto a su sentido, pues topo significa
dentro de la jerga carcelaria: buchón, sapo, etc. es quien vende a los demás compañeros;
es el caso del padre del protagonista y es en este sentido que se utiliza el término en la
novela (Bruzzone, 2012, pp. 80, 88, 98). Pero, dentro del lenguaje literario, topos
proviene del griego y significa “lugar común”; el estudio de los topoi es el de la
reelaboración de los temas de los cuentos clásicos. El topo es también un mamífero de
América del Norte que se caracteriza por ser un animal subterráneo. Todos estos
posibles sentidos, que se desprenden del título, nos llevan a analizar la cuestión de la
“animalidad” en la obra, como un tópico sumamente importante porque en él hacen pie
la cuestión del tratamiento del cuerpo, entendido como alegoría política.

(…) la distinción entre persona y no-persona: "persona" no refiere


solamente a las vidas a proteger, sino también -y quizá sobre todo-
a las vidas a recordar, a narrar, a memorializar; la no-persona, la
vida no personal, en cambio, aquella cuya muerte es insignificante
para una comunidad, y que no cuenta para la memoria compartida:
allí donde el cadáver entra en intersección con, por un lado, el
mundo de los animales (en contigüidad con lo animal, lo orgánico,
lo "meramente" biológico) y, por otro, con el dominio de lo
inorgánico, el cuerpo cosa, el cuerpo vuelto objeto y fósil. La clave,
una vez más, es que esa distinción, esa distribución entre las vidas a
recordar y las vidas insignificantes -o las vidas cuyas muertes no
deben significar nada para la comunidad, según algún comando de

9
Esta modificación de la voz enunciativa es paulatina y comienza con el cambio de género del
personaje, llegando a su punto culmine tras la operación mamaria.
turno-, no coincide con la diferencia entre lo humano y el resto de
los seres vivos: es una diferencia política, no ontológica. (Giorgi,
2014, pp. 200-201)

En este sentido se puede analizar la figura siniestra del Alemán, su matanza a los
travestis encarna algo que podríamos pensar “no es humano”; como el genocidio o la
tortura sistemática. El estudio de la animalidad, nos permite volver a la idea presente en
el título, a la cuestión de la biopolítica en el devenir travesti del personaje. El cuerpo se
vuelve protagonista de la obra en su potencialidad estético-política en donde la
animalidad no puede ser separada o pensada como un “otro” de lo humano. “Por un
momento pienso que la que está ahí no soy yo, que es Maira; y hasta tengo ganas de
dar vuelta el espejo y ver si ella está ahí atrás, quizá es una sorpresa del Alemán.”
(Bruzzone, 2012, p.92). Antes de adentrarnos en esta cuestión es importante aclarar qué
se entiende por alegoría y de qué forma el cuerpo constituye una alegoría política.
La idea de cuerpo político es una metáfora introducida por Thomas Hobbes en
su Leviatán; esta analogía sigue la lógica de que el jefe de Estado representa la “cabeza”
y los demás miembros son asimilados, con sus funciones, a las diferentes partes de un
cuerpo. El Leviatán, monstruo bíblico, es comparado con el Estado.

es importante tener en cuenta que cuando hablamos de “alegoría” queremos


decir algo diferente a “metáfora”, “alegoría” o “símbolo”.
Para esto me remitiré al trabajo de Alejandra Bertucci Entre El Romanticismo y
El Estructuralismo: La Concepción Del Símbolo En Paul Ricoeur pues en el mismo se
hace un repaso de la concepción de alegoría en el pensamiento de diferentes filósofos.
Goethe, por ejemplo, al analizar el proceso de producción y recepción de los símbolos y
las alegorías propone que en la alegoría la significación es obligatoria y la imagen
presente en la obra es, por lo tanto, transitiva; mientras que, en el símbolo, la imagen
presente no indica por sí misma que tenga otro sentido, solo más tarde o
inconscientemente se nos lleva a un trabajo de reinterpretación. (Bertucci, 2004, p. 4).
Schelling en cambio, afirma que el símbolo es la síntesis de dos opuestos: el esquema y
la alegoría; el esquema es la representación en que lo general significa lo particular, así
las palabras en el lenguaje son generales y designan cosas particulares. En la alegoría lo
particular significa lo general; por ejemplo, el esqueleto significa la muerte. (Bertucci,
2004, p. 5)
A partir del artículo Finitud y culpabilidad, Ricoeur va a diferenciar a la alegoría
del símbolo. Bertucci postula que mientras este último es equiparado a la representación
sensible de aquello de lo que no tenemos concepto y que por lo tanto genera un trabajo
de reflexión inagotable para significarlo; en la alegoría si hay concepto por lo que puede
ser traducida fácilmente. En el símbolo hay una relación esencial entre la representación
y lo representado, que podríamos llamar motivada; en contraposición con el carácter
arbitrario y convencional de otro tipo de representaciones como la alegoría. En la
alegoría, el sentido literal es contingente y conduce de una manera didáctica al sentido
figurado que podría ser directamente accesible por otro medio. Bertucci cita a Ricoeur
en Freud: una interpretación de la cultura quien postula que:

La alegoría se presta siempre a que se la traduzca en términos


inteligibles por sí mismos, en un texto obvio y claro; una vez
descifrado este texto más comprensible, nos desprendemos de la
alegoría como de una vestimenta inútil; lo que la alegoría quería
decir enigmáticamente puede expresarse ahora en términos directos
y en un texto claro, así queda reemplazada por éste. Mediante su
triple función de universalidad concreta, de orientación temporal y
de exploración ontológica, el mito posee una forma peculiar de
revelar las cosas, totalmente irreductible a todo intento de traducir a
lenguaje corriente un texto cifrado. Como demostró Schelling en su
Filosofía de la mitología, el mito es autónomo e inmediato, el mito
significa lo que dice. (Ricoeur, 1990, p. 31)

Gadamer, de acuerdo con este pensamiento, plantea que el símbolo no es mera


fundación arbitraria de signos, sino que presupone un nexo metafísico entre lo visible-
invisible. (Bertucci, 2004, 6).

“Con el tiempo la idea de ir a buscar a Maira pierde fuerza. El Alemán goza con
mis tetas nuevas (…)” (Bruzzone, 2012, p.92)

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