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1- La economía como ciencia.

● La economía política hace referencia a las actividades de producción e intercambio de bienes o


servicios; las mismas son llevadas a cabo por los seres humanos que pertenecen a un sistema
social determinado.

La economía política solo se interesa por las economías puramente humanas, estudiando a los individuos
dentro de un sistema, ya que, no es una ciencia individualista sino sistemática. El intercambio de dos
bienes o servicios cualesquiera requiere por lo menos un sistema compuesto de dos individuos, por
efímero que sea, y la producción de un bien requiere de la producción de muchos otros.

Rosa Luxemburgo sostiene que la economía surge con el modo de producción capitalista. El objetivo de
la economía implicaba explicar las leyes del caos y lograba permitir a la burguesía satisfacer sus
necesidades.
Anteriormente al modo de producción capitalista no era necesaria una ciencia o disciplina social que
explique el intercambio económico, ya que los seres humanos producían bienes para la subsistencia
propia o de otros.
Para la autora la base de la economía y sus objetivos son la satisfacción de las necesidades básicas
humanas.

La economía política intenta entender por que en una sociedad capitalista, se producen fenómenos
enigmáticos que hacen que los resultados de la actividad económica no coincidan con algunas de las
intenciones del hombre, sabiendo que son los individuos quienes determinan la producción de la
mercancía y sus respectivos precios. La necesidad, el objetivo y el resultado de la acción económica de
los hombres han caído en un desacuerdo entre sí.

2-​ ​Los Mercantilistas.

● Los pensadores de la antigüedad y edad media sostenían que el ideal económico era la economía
autosuficiente del consumidor, donde el intercambio estaba confinado a los excedentes
producidos por economías individuales y eran llevados a cabo de manera natural. Anteriormente
el comercio profesional realizado con el objetivo de obtener un beneficio era considerado un
pecado.
A medida que el capitalismo se desarrollaba estas actitudes hacia la actividad económica medieval se
convirtieron en obsoletas. Surgiendo así, Los mercantilistas tempranos que trataron de buscar soluciones
inmediatas en correspondencia a los intereses de un capital y una burguesía en su etapa inicial.

En la etapa del mercantilismo temprano en el siglo XVI la riqueza de una Nación era concebida por la
acumulación de metales preciosos. En este periodo es importante la intervención de la corona debido a la
fuga de monedas que se da en Inglaterra y consecuentemente el envilecimiento de la misma.
Una de las fugas se debe a que el estado emitía nuevas monedas de menor peso que las antiguas pero con
el mismo valor nominal, lo cual llevaba a que los países con mayor poder económico compren las
monedas antiguas y las reacuñen nuevamente. Ante esta situación el estado impuso una prohibición en la
exportación de moneda de Inglaterra y fijaron el tipo de cambio para que se cambiara moneda extranjera
por moneda inglesa a una tasa fija.
Otra de las fugas de monedas por la cual interviene la corona es porque Inglaterra exporta principalmente
materia prima e importa productos manufacturado a un precio mayor de lo que fue vendido debido al
desfavorable tipo de cambio de la moneda Inglesa. Hales aboga en este sentido para que las monedas sean
emitidas a un valor estándar para dar estabilidad al tipo de cambio y que haya una reducción de la
importación de productos terminados fabricados afuera.

Los mercantilistas tardíos difirieron de los mercantilistas tempranos cuando el comercio y la industria
inglesa se desarrollaron, dieron cuenta de las restricciones que traían consigo el mercantilismo temprano y
por eso se las eliminó o se les permitió mantener una mera existencia formal.
Los mercantilistas tardíos consideran el desarrollo de las exportaciones como fuente principal de
enriquecimiento de país. Por eso, pretendían estimular las exportaciones inglesas para mejorar el balance
comercial.
Mun , (mercantilista tardío) no solo fomenta la exportación de materia prima o productos ingleses
manufacturados, si no también exportar artículos importados a precios más altos, beneficiándose a costa
de otras naciones.
Además, plantea que para ganar mercados es necesario abaratar el precio de los productos industriales o
vender caro, en tanto el precio alto no sea causa de menores ventas. Para las mercancías que compran los
extranjeros y que también la producen otros países, es necesario abaratar en la medida que sea posible los
precios de los productos antes que perderlos.
Mun argumenta que el estado no debe intervenir en la circulación monetaria ya que el excedente de dinero
que generara las exportaciones, debe ser puesto en circulación nuevamente para generar nuevos
beneficios.

North, fue la primera persona en realizar una crítica a la política mercantilista.


Estableció la idea del libre comercio, alegando que la circulación de dinero se ajustaría por si misma de
acuerdo a los requerimientos de la circulación de mercancías, y reclama que el estado cese su
interferencia en la vida económica ya que las medidas diseñadas por el estado para atraer monedas al país
retrazan el comercio.
Para North, el objetivo del comercio exterior es el intercambio de un producto de una nación por el de
otra, para un beneficio común. En este intercambio el dinero funciona como un medio para que el tráfico
de productos se lleve a cabo mas convenientemente de lo que sería sin ello. Por eso si el comercio
prospera o decae, la causa no se encontrara en el flujo de dinero; por el contrario, el incremento de la
cantidad de dinero es consecuencia del crecimiento del comercio.

3- Los Fisiócratas.

● Los actores sociales definidos por los fisiócratas fueron determinados por Quesnay y Turgot.
Quesnay hace una división tripartida de la sociedad, distingue la clase propietaria (terratenientes), la clase
productiva (labriegos) y la población urbana comercial e industrial, a la que designa como la clase estéril.
Turgot acepta esta clasificación, pero subdivide a la clase productiva y a la estéril en empresarios y
trabajadores. En la primera división, distingue a los capitalistas agrarios (hacen todos los anticipos) y los
trabajadores agrícolas (asalariados comunes). Mientras que en la segunda división diferencia a los
capitalistas industriales (los empresarios, manufactureros y maestros que son poseedores de grandes
capitales que ellos ponen a trabajar por medio de sus anticipos) y obreros industriales (artesanos que solo
poseen sus mismas manos y que no anticipan nada mas que su trabajo diario)
De esta manera, las tres clases de Quesnay son convertidas por Turgot en cinco.

● El esquema de circulación según los Fisiócratas, se da de la siguiente manera: La agricultura es la


única actividad que proporciona producto neto debido a que produce un volumen de bienes mayor
a lo necesario para la subsistencia de los labriegos. Este producto neto, es distribuido por los
labriegos a la clase propietaria, en forma de pago de una renta por utilizar sus tierras. Con este
ingreso los terratenientes le compran productos a los labriegos y bienes industriales a la clase
estéril.
Los terratenientes deben pagar impuestos equivalentes a la renta que obtenían, cuanta más renta recibían
por parte de los labriegos mas impuestos era lo que tenían que pagar. De manera que, la renta se ve
condicionada por el producto neto que obtenían los labriegos.
Por otro lado, la clase estéril les compra materia prima a los labriegos que luego los transformara en
bienes industriales, vendiéndoselo a las otras dos clases.
De esta manera, se da un continuo flujo de rentas que circulaban de una clase a otra.

La agricultura provee los medios de subsistencia no simplemente para los labriegos sino para las otras
clases de la sociedad, en cambio la clase de los propietarios y la clase estéril no pueden obtener
subsistencia de sus propios trabajos a menos que reciban sustento de la agricultura.
La clase productiva es la única capaz de generar mas riqueza; mientras que el comercio y la industria sólo
agregaban una ganancia a lo ya producido, no generaban nuevo valor.

Los fisiócratas afirmaban la existencia de una ley natural por la cual el funcionamiento del sistema
económico estaría asegurado sin la intervención del estado; ya que, cualquier acción que realice sobre la
economía para regular la oferta y la demanda entorpecería el proceso productivo.

La economía: una ciencia histórica y social

Aunque ya no hay dudas de que la economía es una ciencia, dentro de los mismos que la
toman como tal, hay quienes la niegan casi sin darse cuenta. Según Pablo Rieznik, la
economía es una ciencia porque, entre otras cosas, identifica que la realidad no es
transparente sino aparente o reconoce el permanente movimiento de la misma, sus constantes
rupturas y transformaciones (Rieznik, 19-23). Pero aquí mismo es donde surgen algunas
diferencias y aparecen planteos cuya argumentación es inviable, predecible y sin futuro ya que
al presentarse se contradice a ella misma. Este análisis intentará derribar el planteo de la
economía como elemento organizativo-administrativo de la sociedad, sin rasgos históricos ni de
relaciones entre las partes, presentándola como una ciencia de las formas que han adquirido
las diversas sociedades humanas para desarrollar la producción, el intercambio y la distribución
(Engels, 67).

El objeto de estudio de la economía


Francisco Mochón y Víctor Beker dedicaron un libro entero a instaurar una economía cuya
unidad de análisis sea de un modo aislado, exclusivo. Así, la presentan como el estudio de la
forma “en la que los individuos y la sociedad efectúan las elecciones y decisiones para que los
recursos disponibles, que siempre son escasos, puedan contribuir de la mejor forma a
satisfacer las necesidades individuales y colectivas de la sociedad” y también la forma en que
esos individuos “’economizan’ sus recursos en orden a obtener el máximo provecho” (Mochón y
Beker, 98).
El planteo se quiebra desde el comienzo: ¿los individuos toman esas decisiones
individualmente, sin ser afectados por las relaciones que mantienen en el proceso de
producción y en su vida misma? Resulta imposible que se limiten a elegir como si existiera
posibilidad o referencia alguna de encontrar toda respuesta a una necesidad al alcance de sus
manos y fuera de las condiciones previas de producción. En este sentido, Friedrich Engels es
muy útil al aclarar que la tarea de la ciencia económica “consiste más bien en exponer los
males sociales que destacan como consecuencias necesarias del modo de producción
existente (…)” (Engels, 67). Además de responsabilizar al sistema de producción de las
condiciones materiales de existencia de la sociedad correspondiente, la teoría económica debe
analizar las relaciones de producción que se dan dentro de un sistema económico puntual en
una sociedad para entender el resto de sus formas de relacionarse.

La economía es una ciencia social, no individual


Mochón y Beker creen que la economía se caracteriza a fin de organizar y priorizar las
necesidades colectivas a satisfacer, pero también las individuales Mochón y Beker, 98),
independientemente del origen de lo obtenido. Pues
Candelaria Hernández Villarreal
DNI: 37353018

claro, para ellos es la ciencia de la elección que trata de la conducta individual. Esto es
insostenible porque para valerse de los bienes que satisfagan sus necesidades, es necesario
partir de la base de que a ellos los genera el trabajo, la producción. La teoría de Mochón y
Beker omite cabalmente al trabajo y este es de los principales componentes en la cadena que
finaliza con el bien adquirido.
Por ejemplo, la división del trabajo en comunidades; se trata de una formación social en la que
todos los miembros cooperan, se organizan y coordinan los trabajos para luego repartir los
productos; una formación social surgida de un sistema de producción (Karl Kautsky, 7). El
proceso de producción, distribución e intercambio, las relaciones sociales de producción, lo que
se puede ver afectado el modo de producir de cierto sistema dependiendo la distribución son
puntos que quedan de lado en la teoría de Mochón y Beker.
Para Rubin y Kautsky, en cambio, y ampliando el concepto, del desarrollo mayor o menor de
las fuerzas productivas, es decir, de la transformación y el desarrollo de los medios de
producción, dependen los cambios que se den en las relaciones de producción (Rubin, 79 y
Kautsky, 5).

La economía es una ciencia histórica


Por otra parte, si hay algo que vale mencionar entre las omisiones de los autores que nos
ocupan, es aquella que olvida la presencia de la historia en los procesos productivos. No es
posible concebir a una ciencia sin un marco de periodicidad junto con las constantes y variables
propias de una época determinada. A esto hay que sumarle el aporte de Pablo Rieznik, quien
aclara que la realidad de la que una ciencia se valga para analizar, “es una realidad en
permanente movimiento, en permanente transformación (…). Por eso la realidad siempre es
histórica”. (Rieznik, 21).
Todo lo que pasa, pasó y pasará, sucede en un contexto puntual con condiciones variables
constantes, de transformación y cambio radical o total. Para realizar algún aporte a algún tema
ya tratado o abrir un nuevo debate como en el caso de la economía, es necesario estudiar
procesos anteriores y la relación de estos con la actualidad que se tiene como objeto de
estudio, su influencia en la formación, su evolución. Engels nos da un ejemplo sobre esto:
“Para llevar a cabo plenamente una crítica de la economía burguesa no bastaba con el
conocimiento de la forma capitalista de la producción, el intercambio y la distribución. Había
que estudiar también, al menos en sus rasgos capitales, y considerar comparativamente las
formas que la han precedido o que aún subsisten a su lado (…)”. (Engels, 67).
En términos generales, Mochón y Beker intentan establecer que la tarea de la economía es
sobre las actividades estrictamente económicas. Pero la resolución de los problemas
económicos no podría jamás ser exacta “porque siempre habrá elementos arbitrarios en el
comportamiento de los individuos”. (Mochón y Beker, 99). De uno u otro modo, este postulado
también significa reconocer la incapacidad de su economía para atender otros espacios que la
componen y modifican permanentemente. Es contradictorio presentar a la economía como una
ciencia que posa su mirada sobre los puntos que sólo
Candelaria Hernández Villarreal
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puede explicar y que resolverá problemas económicos aún sabiendo (y diciéndolo) de la


existencia de otros factores que influyen en su análisis, teórico y práctico. Considerarla como la
ciencia de la elección es reducirla a un sentido individual y no contemplativo, por ejemplo, de
las relaciones sociales de producción o de trabajo; explicarla como necesaria en todo momento
en toda relación económica entre seres humanos –tal así lo critica Rosa Luxemburgo-
(Luxemburgo, 32) significa omitir los procesos que la conforman.
La negación es el patrón de la intención de Mochón y Beker y, aún peor es que en ella dejan
demostrado que son conscientes de lo que ocultan pero aún así eligen trabajar sobre los
fundamentos que más convencen (“organizar los recursos para adquirir provechosamente los
bienes que satisfagan las necesidades humanas”- Mochón y Beker, 98). Sólo habrá que echar
luz sobre el asunto y destapar los parches que estos autores han puesto ante los conformistas;
las contradicciones están a la vista.
La mercancía y el trabajo asalariado: categorías propias del capitalismo

Dentro del proceso que significó el alcance e instalación del sistema capitalista se encuentran
varios procesos más pequeños que conformaron esta transición. Por ejemplo, la transformación
de propiedad común a privada, la conformación del proletariado, el despojo de los señores
feudales, la apropiación de tierras, la el nacimiento del mercado interior. Pero entre estos, hay
dos cuestiones interesantes a resaltar por sus condiciones dentro del sistema, la producción de
mercancías y el trabajo asalariado.
La producción de mercancías nace a partir de uno de estos procesos más pequeños: la
sobreproducción, el excedente. En el marco de la colaboración social y una coordinación de
distintos trabajos (Kautsky, 7), el perfeccionamiento de los medios de producción no tarda en
llegar y, junto con él, las fuerzas de trabajo y producción utilizadas se van desplazando a otras
actividades nuevas o menores. La aparición de nuevas técnicas ayuda a producir lo mismo en
menor cantidad de tiempo y con menor cantidad de fuerza de trabajo requerida. Hasta tanto se
asignen las nuevas actividades, la sobreproducción se hace presente y mientras tanto es
necesario despejarla; nace el intercambio o la venta. En palabras de Kautsky, “el cambio de
mercancías es la consecuencia natural del desarrollo de las fuerzas productivas más allá de las
estrechas necesidades de la sociedad primitiva. (…) La forma de producción exige una
ampliación del campo del trabajo social; pero, como las distintas colectividades son extrañas e
independientes entre sí, esta ampliación es posible (…) solamente por el cambio recíproco de
los excedentes del trabajo de las colectividades” (página 8).
Sin embargo, estas nuevas mercancías antes eran productos. Una mercancía no es un
producto de uso personal de quien la produce, ni tampoco de su familia; sino que está
destinada a ser intercambiada. Se produce por exceso, no porque sea una necesidad básica
del productor. La transformación de

productos en mercancías tiene que ver con características sociales y no naturales, “su
producción es una forma de producción social que no se concibe fuera de las relaciones
sociales y que representa una extensión de la producción social”. (Kautksy, 8).
Asimismo, otro modo de producción de mercancías fue el alcanzado durante la formación del
proletariado junto con la transición al capitalismo. Antes, cada familia campesina producía
estrictamente lo que necesitaba. Ahora, producen también para vender. Esto es, el mercado
interior. Así lo relata Kautsky (135): “su campo reducido ya no basta para sustentarlos, su
cultivo se ha convertido para ellos en una ocupación secundaria; retrocede la industria
doméstica para el consumo personal, dando lugar a una industria doméstica, que produce
mercancías para los capitalistas (…)”.
La formación de este proletariado, antes campesino y aún más atrás esclavo, también lleva a
sus miembros a vender su fuerza de trabajo, su mano de obra, su único medio de subsistencia
en el sistema, como si esta misma fuera una mercancía. Su paga es el conocido salario.
El trabajo asalariado es la relación social del capitalismo y para ser posible esta relación, tiene
que haber mercancías. Para que exista un sistema de salarios es necesaria la libertad del
trabajador de hacer lo que quiera con su mano de obra (venderla, alquilarla) y elegir en qué
emplearse y sacar rédito, dejar ese trabajo si la paga ofrecida no es justificable por el trabajo
realizado. Un sistema de salarios genera dependencias “dobles”: entre el patrón y el trabajador
(poseedor del capital para la producción de mercancías y posterior venta), que no puede
comprar la mano de obra y depende de este último; y entre el trabajador y su empleador,
teniendo este primero menor libertad económica y de decisión, pendiendo de la perpetuidad
que le de el patrón capitalista (Dobb, 6 y 8-10).
Como se puede ver, la producción de mercancías y el trabajo asalariado están íntimamente
ligados, pero una cosa aún más cercana a ellos es el carácter social que los constituye.
Ninguno de los dos puede quedar por fuera de las relaciones sociales de producción dentro de
un sistema económico determinado, en una sociedad puntual. Ambos dependen de cómo se
den esas relaciones y de diversos grados de libertad que el ser humano tenga para elegir
dónde y cómo emplearse. Esto es clave para entender por qué uno lleva al otro y el otro lleva al
primero. Y, además y principalmente, para dar cuenta del cabal ejemplo de la función que debe
cumplir la ciencia económica: analizando estas relaciones en los medios y modos de
producción, hallamos la respuesta a muchas de las dependencias entre personas, la
explicación a la creación de ciertos productos en mercancías para su posterior venta, o bien, la
explotación de ese mercado a costa del alquiler del único medio del que el obrero dispone para
su supervivencia: su fuerza de trabajo.

Rosa Luxemburgo
Nacimiento 5 de marzo de 1871
Bandera de Rusia Zamosc, Imperio Ruso.
Fallecimiento 15 de enero de 1919 (Torturada y Asesinada).
Bandera de Alemania Berlín, Alemania.

Rosa Luxemburgo, fue una destacada precursora del moderno análisis de la economía-mundo
capitalista, quien asimilo a fondo el marxismo de Marx y el método dialéctico, integró el origen
del Partido Comunista de Alemania (KPD), se convirtió en Liga Espartaquista, durante muchos
años trabajo, dedico buena parte de su tiempo libre en la elaboración de un proyecto
económico.

Señala que la economía, es una ciencia muy particular y compleja, que presenta muchas
controversias desde su inicio, pero que habrá cumplido su misión apenas la economía
anárquica del capitalismo haya desaparecido para dar paso a un orden económico planificado y
organizado, dirigido sistemáticamente por todas las fuerzas laborales de la humanidad. La
victoria de la clase obrera moderna y la realización del socialismo será el fin de la economía
como ciencia.

El capitalismo no es eterno sino una fase transitoria, un peldaño más en la escala interminable
del progreso social. Las enseñanzas sobre el surgimiento del capitalismo deben transformarse
lógicamente en enseñanzas sobre la caída del capitalismo; la ciencia sobre el modo de
producción capitalista se convierte en la prueba científica del socialismo; el instrumento teórico
de la instauración del dominio de clase de la burguesía se vuelve un arma de la lucha de clases
revolucionaria por la emancipación del proletariado.

Para que los economistas burgueses, les resulta imposible explicar la esencia de su ciencia y
poner el dedo en la llaga del organismo social, para mantener su dominio de clase, la cual ha
generado a través de los siglos cambios políticos y económicos.

Una de las criticas es la forma como los profesores burgueses tratan de expresar la esencia de
los fenómenos más complejos de la economía basadas en definiciones y frases elaboradas,
falta de claridad hacia un verdadero análisis del problema que nos ocupa.

Cuando estalló la revolución en Alemania en noviembre de 1918, Rosa Luxemburgo


inmediatamente comenzó a agitar para provocar una revolución social: «La abolición de la ley
del capital, la implantación de un orden social socialista - esto, y nada más, La revolución social
demanda que el poder recaiga en las masas, en las manos de los consejos de trabajadores y
soldados. Por ende, su mirada y agudeza críticas se proyectaron sobre los modos de
producción capitalistas como un todo, es decir, viéndolo como un sistema mundial.

El partido, la guardia de asalto de la clase trabajadora, sólo tiene que dar a las masas de
trabajadores la visión de que el socialismo es el medio que les liberará de la explotación, y
promover la revolución socialista. Las contradicciones internas del capitalismo, el antagonismo
entre capital y trabajo, mantendrá ocupada a la revolución. La revolución, así, educará a las
masas, haciéndoles revolucionarios:
La diferencia entre capital y trabajo sólo podía ser contrarrestada si el proletariado tomaba el
poder y se producía un cambio revolucionario en todo el contexto de los medios de producción,
Ella desarrolló la Dialéctica de la Espontaneidad en el que escribió su famosa frase: (La libertad
siempre ha sido y es la libertad para aquellos que piensen diferente).

La definición de la ciencia economía es elusiva tanto para el hombre común como para los
expertos en la materia. A la hora de definirla, los profesores burgueses caen en frases
tautológicas o poco claras. La autora señala que esta situación no es mera casualidad, sino
que se debe no sólo a que ni siquiera ellos lo tienen muy en claro, sino también a que, por
determinadas razones, se niegan a realizar un verdadero análisis del tema y se intenta encubrir
la esencia de lo que trata.
La polémica al respecto de esta ciencia comienza al querer hallar un consenso sobre su edad.
Mientras algunos sostienen que comenzó en épocas romanas y griegas, otros aseguran que no
comenzó sino hasta el siglo XVIII, argumentando que recién entonces se constituyó en ciencia
independiente debido a que los problemas económicos adquirieron una importancia que nunca
antes habían tenido en la administración del Estado. Otros sostiene que aún está en una etapa
rudimentaria y otros, como Marx, dicen que ya está caduca.

El texto plantea diversas preguntas sobre la economía que apuntan a dilucidar qué tan
necesaria es la ciencia en sí, qué tan necesario es el fenómeno económico tal como se lo
entiende a partir de la modernidad e incluso llega a cuestionar el sentido mismo del trabajo, su
causa y el rol que ocupa en la sociedad o la manera en que se lo ha dado a entender a raíz de
la misma ciencia que se alza como voz científica, y por lo tanto imparcial, objetiva, abocada a
analizarlo planteando la realidad de que determinadas relaciones en la economía, como las que
se dan en la economía natural, resultan tan obvias que es innecesario contar con una ciencia
para estudiarlas.

En todas estas economías, tanto de los más humildes como de los más ricos, las relaciones
son claras, son de causa y efecto; no surge ningún problema misterioso. Los resultados
corresponden a las intenciones y a las necesidades. Asimismo es claro el objetivo del trabajo,
que es satisfacer las necesidades humanas, y el tipo de trabajo que se elige para satisfacer
cada una de estas necesidades. Más aún, es clara también la razón de la pobreza de quienes
no tienen, ya sean las catástrofes naturales, los impuestos o el pillaje de los señores. La única
función de una ciencia que investigue esta economía sería determinar cómo se originaron
históricamente estas relaciones y cómo se fueron desarrollando con el correr de los años.
Esta situación cambia completamente cuando intentamos analizar la vida económica
contemporánea en la que abundan los sucesos que los afectados consideran que suceden más
allá de la esfera de la voluntad y el control humanos, como la crisis comercial y la
desocupación. Estos sucesos ataca cíclica o constantemente tanto a países como a regiones y
al mundo entero y aterrorizan a los implicados como catástrofes naturales imposibles de
detener. Sin embargo, pese al carácter sobrenatural que se le quiera dar, estos sucesos son en
realidad consecuencia de las relaciones económicas establecidas en la sociedad moderna y,
por lo tanto, es justamente esta sociedad la que las genera. El hombre los genera, pero no
quiere generarlos. A diferencia de las economías naturales, el hombre genera lo que no
necesita y, como consecuencia de ello, sufre. Irónicamente, está menos preparado para
combatir los males que él mismo genera que las catástrofes naturales. La necesidad, el objeto
y el resultado de la actividad económica se encuentran en absoluta contradicción. La única
manera de determinar cómo es que ocurre esto es mediante una ciencia que investigue estos
hechos exhaustivamente. El problema que enfrenta esta ciencia es la falta de conciencia
humana de la vida económica de la sociedad.
La clara diferencia entre la economía actual y las históricas, tanto las primitivas, la griegas
como la feudal, es que en todas ellas había planificación y organización, había condiciones
claras y rígidas que gobernaban las relaciones económicas. Por el contrario, en la actualidad la
libre competencia rige las relaciones económicas; desaparecieron el plan y la organización de
la economía. Esta planificación sí se encuentra en las unidades, pero no en la economía
mundial, sumida en la más absoluta desorganización en las que fuerzas desconocidas que no
se pueden controlar chocan y determinan caprichosamente el destino económico del hombre.
Esta anarquía es la responsable de que se produzcan hechos económicos fuera del control
humano y es lo que reclama un análisis científico para descubrir los propósitos y las leyes que
rigen la vida económica humana una vez que estos ya ocurrieron pese a que no fueron
planificados. Esta anarquía es soberanía del capital. Por consiguiente, la autora sostiene que la
economía es una ciencia cuyo tema es el descubrimiento de las leyes de la anarquía de la
producción capitalista y que, por lo tanto, se origina justamente cuando aparecen las
condiciones históricas para el domino de la clase de la burguesía moderna como consecuencia
de cambios políticos y económicos.
A fines de la Edad Media tuvieron lugar importantes transformaciones en la vida económica de
Europa que dieron origen a un nuevo modo de producción. Estos cambios fueron el
descubrimiento de América y de nuevas rutas marítimas que trajeron aparejada una afluencia
repentina de metales preciosos y otras riquezas. Esto marcó el fin del feudalismo y de la
dominación de las corporaciones. Los mercaderes afrontaron el aumento de demanda
reuniendo grandes cantidades de artesanos en las manufacturas lejos de la órbita de poder de
dichas corporaciones y los nuevos capitalistas del campo, surgidos tras la confiscación de
tierras de la Iglesia que había tenido lugar en Inglaterra, dedicaron esas tierras a la cría de
ovejas para suplir el aumento de demanda de lana. Como consecuencia ambos tuvieron a su
disposición gran cantidad de proletarios empobrecidos a los que podían contratar lejos de los
reglamentos y restricciones de las corporaciones feudales y artesanales y que aceptaron la
esclavitud asalariada para escapar de la miseria y las persecuciones de la ley. Sin embargo, la
maduración de estas nuevas relaciones económicas se encontraba con diferentes trabas, tanto
por los vestigios feudales, por la carencia de poder adquisitivo de las masas y por un Estado
que no estaba preparado para apuntalarlas. La burguesía barrió con estos escollos
destruyendo al feudalismo con la Revolución Francesa y su arma ideológica más poderosa por
la instauración del estado moderno de la clase capitalista fue la ciencia de la economía.
Ya desde el auge en el comercio resultante de la nueva opulencia se habían comenzado a
generar interrogante sobre qué era la riqueza. En ese primer momento se dijo que era el oro y
se tomaron medidas para adquirir más oro y para conservarlo dentro del país. Luego el
capitalista productor de mercancías dijo que la riqueza era la agricultura y que la erradicación
del feudalismo era la manera en que ésta fluiría para el Estado. Ya a fines del siglo XVIII, la
burguesía había cobrado poder y con Adam Smith surgió su nuevo evangelio económico: la
riqueza de las naciones era el trabajo afectado a la producción de mercancías que daba salario
a los trabajadores, renta a los empresarios capitalistas y los instaba a seguir invirtiendo en sus
negocios. Por consiguiente, debía ponerse fin a las medidas proteccionistas del Estado y
fomentar la libre competencia entre el capital privado.
Es por esto que la Economía nació hace sólo un siglo y medio y por lo que se volverá obsoleta
en cuanto la economía anárquica del capitalismo desaparezca y de paso a un orden económico
planificado y organizado dirigido por todas las fuerzas laborales de la humanidad. El
capitalismo es sólo una fase transitoria en la escala del progreso social y la ciencia que estudia
su ascenso será también necesariamente la que dé las pruebas científicas de su caída. Marx
descubrió cómo las mismas leyes que regulan la Economía actual preparan su caída, mediante
la anarquía creciente que hace peligrar cada vez más a la sociedad misma, forjando una
cadena de catástrofes políticas y económicas devastadoras. Demostró que las tendencias
inherentes al desarrollo capitalista, llegando cierto punto de madurez, hacen necesaria la
transición a un modo de producción planificado, organizado conscientemente por toda la fuerza
trabajadora de la humanidad, para que la sociedad humana no perezca. Esta anarquía instaura
una economía mundial caótica y sienta las basas para la solidaridad del proletariado de todos
los países en un solo poder revolucionario mundial que barrerá el dominio de la clase del
capital. El último capítulo de la economía será la revolución social del proletariado mundial.

Ahora voy a pasar a Rosa Luxemburgo que va a ampliar lo tratado. Ella va a tratar de definir el
concepto de economia como una ciencia , de que trata esta ciencia, en que momento se creo y
para que se creo. Va a exponer definiciones que varios autores plantearon y los va a criticar ya
que no lo explican de forma correcta.O sea ella sostiene que las definiciones que dan no se
entienden y son confusas y que esto no es casual , si no que tiene un proposito. “El obrero
comun, que tiene solo una idea muy vaga de que es la economia, atribuira su falta de
conocimiento a una deficiencia en su educacion general.Pero en cierto sentido comparte su
complejidad con muchos estudiosos y profesores eruditos, que escriben obras de muchos
tomos sobre el tema de la economia y dictan cursos de economia a los estudiantes
universitarios.Parece increible, pero es cierto: la mayoria de los profesores de economia tienen
una idea muy nebulosa del contenido real de su erudicion”
“Algunos sostienen que esta ciencia es tan antigua como la historia escrita de la
humanidad.Para otros tiene apenas un siglo y medio de antiguedad. Un tercer grupo sostiene
que se halla en pañales.Otros dicen que esta permitida y que ha llegado la hora de pronunciar
un juicio critico y definitivo para acelerar su desaparacion” con esto Luxemburgo muestra que
hay una dificultad para definir la edad de la economia.”
“En sintesis, solo podemos decir que los profesores eruditos no nos quieren revelar de que
trata la economia y encima no quieren revelar como y porque se origino esta ciencia”
Con esto Luxemburgo nos va aclarando el panorama, primero que hay una problematica para
saber de que trata la economia y segundo que no se sabe la edad a causa de la actitud de
algunos academicos.
Luego en el capitulo 5 va a abordar

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