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Entrevista A Ledoux
Entrevista A Ledoux
php El Centro de
Neurología de la NYU
Joseph E. LeDoux
Memoria y la emoción
Con el sistema de mediación neural aprendizaje del miedo ahora se entiende con
bastante detalle, estamos buscando los mecanismos celulares y moleculares
implicados. Esto se hace mediante la realización de estudios en los que se
comparan los efectos de las manipulaciones farmacológicas del cerebro en el
aprendizaje del miedo en el comportamiento de los animales y potenciación a
largo plazo in vitro . A través de estos estudios de la plasticidad neuronal
acondicionado temor subyacente se ha demostrado que la participación elevación
del calcio en las células de la amígdala a través de receptores NMDA y los
canales tipo L voltaje cerrada calcio. Los elevados de calcio activa las proteínas
quinasas, que inician la expresión de genes y la síntesis de proteínas, lo que lleva
a la consolidación de la memoria, y su reconsolidación después de la
recuperación.
Algunas de las técnicas que utilizamos para explorar la memoria emocional del
cerebro son las lesiones del cerebro, las vías neuroanatómicas seguimiento en el
nivel microscópico de luz y electrónica, la manipulación farmacológica y viral de la
química del cerebro, una sola unidad y grabaciones de campo de la actividad
neuronal en animales despiertos y anestesiados, grabaciones de células enteras
en in vitro rodajas de cerebro, y fMRI en voluntarios humanos sanos y en
pacientes con trastornos de ansiedad / temor.
E-mail: ledoux@cns.nyu.edu
Representante de Publicaciones
JE LeDoux (2000) Emoción circuitos en el cerebro. Annu Rev. Neurosci. 23, 155-
184.
Nader K, Schafe GE, JE LeDoux (2000) los recuerdos del miedo requieren la
síntesis de proteínas en la amígdala de reconsolidación después de la
recuperación. Naturaleza 406:722-726.
Libro:
JE LeDoux (2002) Auto Synaptic: cómo nuestros cerebros ser lo que somos . New
York, Viking.
“La emoción es más potente que la razón”
Tiene 49 años y en 1977 trabajó en el Colegio Médico de la Universidad de Cornell. Desde
1989 es profesor del Centro de Ciencias Neurológicas de la Universidad de Nueva York y
miembro de la Sociedad de Neurociencia.
En su libro El cerebro emocional, LeDoux explica cómo se originó su interés por este
estudio: “Mi padre era carnicero, y yo pasé la mayor parte de mi niñez alrededor de la
carne. A temprana edad aprendí cómo se ve el interior de una vaca; la parte que más me
interesaba era el viscoso y arrugadocerebro. Ahora, muchos años más tarde, paso mis días –y
algunas noches– tratando de descubrir cómo funcionan los cerebros; y lo que más quiero
saber acerca de ellos es cómo producen las emociones”. Pero todo lo que tiene de osado al
abordar en su libro cuestiones como el amor, la alegría o la tristeza lo tiene de cauto en esta
entrevista para no ir más allá de lo científicamente demostrado.
–Decir de una persona que es más emocional que racional puede tener un matiz
peyorativo. Pero en los últimos años lo emocional parece haber experimentado cierta
rehabilitación. ¿Por qué?
–En la ciencia ha sido muy difícil estudiar la emoción. En cambio, los científicos pudieron
estudiar la razón empezando a investigar la memoria, la percepción, la atención, y así fue
posible hacer grandes progresos en la comprensión de estas cuestiones. Pero el concepto de
emoción ha sido algo demasiado intangible, porque no hay nada más subjetivo en cuanto a
percepción que la de una emoción. Lo que yo he tratado de demostrar es que es posible
estudiar la emoción del modo en que se ha estudiado la razón; podemos analizar cómo el
cerebro procesa estímulos emocionales para producir una respuesta emocional, dejando de
lado todos los aspectos subjetivos. Lo que ocurre es que algunas personas nos dicen que
entonces ya no estamos investigando la emoción. Pero a mí no me importa cómo la llamemos;
lo que me interesa es estudiarla.
–¿Y qué es entonces la emoción para la ciencia? ¿En qué se diferencia de la idea que
tiene de ella la gente de la calle?
–El conocimiento científico de la emoción de alguna manera contribuye a lo que el público en
general considera como emoción. Me cuesta explicar esto sin un dibujo.
LeDoux coge entonces un papel y, tras dibujar la secuencia estímulo-amígdala-respuesta,
explica que “el estímulo de miedo activa la amígdala que es la que produce la respuesta de
miedo. ¿Entonces dónde está el sentimiento del miedo? En el pasado se pensaba que el
estímulo producía el sentimiento de miedo y esto es lo que causaba la respuesta. Pero ahora
pensamos que no es así, y que lo que ocurre es que el estímulo llega a la amígdala y a partir
de ahí se produce por un lado la respuesta y por otro el sentimiento de miedo”.
Coge de nuevo papel y lápiz y dibuja dos zonas del cerebro, el neocórtex y la amígdala, como
dos polos enfrentados, y a continuación traza tres flechas que van del neocórtex a la amígdala
y nueve que van en sentido contrario. Y argumenta: “Hay muchas más fibras nerviosas en
este sentido –de la amígdala al córtex– que en este otro –al revés–. De modo que cuando se
recurre al psicoterapeuta es para intentar reforzar mediante la palabra las señales que van del
neocórtex a la amígdala. En cambio, la farmacoterapia ayuda a que las vías de comunicación
que van de la amígdala al córtex tengan menos potencia, ayudando a debilitar las señales que
van en este sentido”.
–¿Podemos decir que existe, aunque sea provisional, una teoría científica de las
emociones que nos explica qué son y para qué sirven?
–Para saber cuál es el propósito de las emociones, tendríamos que leer la mente a lo largo de
laevolución. Y, claro, no existe un registro fósil de las emociones.
–¿Y qué hay respecto a otro tipo de emociones supuestamente básicas como la alegría
o la tristeza?
–Yo no hablo de esas emociones, porque sólo he estudiado el miedo, y lo estudio porque es
práctico. Durante décadas, la investigación era muy difícil, ya que no existía un concepto de
emoción. Pero gracias a que nos hemos concentrado en una única emoción y nos hemos
mantenido muy enfocados en ella, hemos podido avanzar.
–¿Está la timidez relacionada con el miedo? ¿Podría existir una píldora contra la
timidez?
–Humm. Es una noticia que se ha podido leer en los periódicos.
–La premio Nobel Rita Levi-Montalcini decía que cerebro y mente son la misma cosa.
Otro neurocientífico insigne, Antonio Damasio, en su libro El error de Descartes
establece la ecuación de que mente es igual a cerebro más cuerpo. ¿Usted qué dice?
–Yo no creo que el cuerpo necesariamente deba ser incluido en esa ecuación, porque
entonces podríamos decir que el cuerpo simplemente refleja la reacción del cerebro. Si
incluimos el cuerpo podríamos añadir el entorno y al final resulta que todo influye sobre la
mente. Yo diría más bien que la mente es un aspecto de la función del cerebro, pero algunos
de estos aspectos no son mente.
–¿Cómo se podría explicar para qué sirve la amígdala? ¿Se puede vivir sin amígdala?
–Sí, hay gente que vive sin amígdala, pero es complicado explicar para qué sirve. La amígdala
es útil para desencadenar respuestas rápidas ante situaciones de peligro. Pero seguramente
es mucho más dañino extraer la amígdala de una rata que de una persona, porque una
persona puede conceptualizar el peligro y formular un plan para reaccionar ante él. De modo
que si está enfrentada a un peligro, sabe que lo es y lo racionaliza. Digamos que las personas
pueden no tener la respuesta instintiva pero sí la cognitiva que compensa la falta de la
amígdala. Y mientras antes pierdes la amígdala en tu vida más tiempo tienes para compensar
su pérdida.
–En esta década de los noventa que ahora concluye y que fue proclamada como década
del cerebro, ¿qué pasos se han dado en la comprensión de este órgano?
–Creo que se ha hecho un gran progreso en la biología de la memoria, la emoción o la
genética molecular de ciertas enfermedades, como la Corea de Huntington. Se ha hecho
además un avance importantísimo en la comprensión del desarrollo cerebral. Ahora sabemos
que el cerebro tiene capacidad de generar nuevas neuronas en algunas áreas, y esto puede
conducirnos a desarrollar terapias contra enfermedades como el mal de Parkinson o los
trastornos de la memoria.
–¿Cree que se podría conseguir en los próximos años una teoría global del cerebro?
¿Qué aportación le gustaría hacer?
–Pienso que actualmente existe demasiada fragmentación. Existen módulos distintos para la
memoria, para la cognición, para la emoción... Y creo que lo que necesitamos es integrarlos.
En estos momentos estoy escribiendo un nuevo libro que de alguna manera intenta hacerlo y
se titula El yo sináptico.
Gonzalo Casino
Esta entrevista fue publicada en enero de 2000, en el número 224 de MUY Interesante.
1) Based on the results of your studies and experiments on the emotional brain, to which
degree would you say that rationality is a tool in the service of emotion?
R. Our brains (and minds) love dichotomies, like reason and emotion, good and bad,
conservative and liberal. But in reality, these are always oversimplifications. One of the great
challenges now in brain research is to understand how the brain works as a whole rather than
how small components work. So rather than as whether rationality serves emotion, or vice
versa, I would like to know how rationality and emotion interact in helping us cope with life’s
challenges.
2) Are emotions a sort of evolutionary memory, or species memory, pointing out a survival
morals?
R. We have lots of “evolutionary memories”. Every function of the brain is a kind of evolutionary
memory. But more specifically we carry tendencies to respond in certain ways to ancestral
dangers because of evolutionary memory. That’s why seeing someone looking scared can
make you afraid in situation of uncertainty, or why we develop phobias of snakes and spiders,
or of heights.
R. Fear can definitely modulate social situations. Husbands, wives, parents and teachers use
fear as do politicians to attain social goals. This is not a value judgement. It’s just what we do.
We would be better off using less aversive forms of motivaiton but becasue fear works so well
it’s almost a default.
R. I’m working on a textbook of biological psychology rather than a book for lay readers. But
I’ve been writing lots of music about mind and brain and mental disorders and playing this
music with my band The Amygdaloids. Our CD called Heavy Mental contain songs that talk
about deep issues in fun ways.
5) Which is now, within (or, perhaps, outside) the wide framework of emotions, the main object
of your scientifical interest?
R. My research at present is focused on 3 topics in the field of fear and emotion: (1) how does
the brain transition from passive to active coping in danger; (2) to what extent can trauma
memory be altered to have less emotional impact via retrieval interventions, and (3) can we
learn more about the brain mechanisms of individuality?
En castellano:
1) ¿Hasta que punto diría que es la racionalidad una herramienta al servicio de la emoción,
ateniéndose a lo que revelan sus estudios y experimentos sobre el cerebro emocional?
R. Nuestros cerebros (y mentes) aman las dicotomías, como razón y emoción, bueno y malo,
conservador y liberal. Pero en realidad estas son siempre simplificaciones desmedidas. Uno
de los grandes desafíos de hoy en la investigación del cerebro es entender cómo funciona el
cerebro en su conjunto más que cómo funciona en sus pequeñas partes. Por consiguiente,
tanto saber cómo la racionalidad sirve a la emoción, o a la inversa, me interesaría saber como
la racionalidad y la emoción interactúan para ayudarnos a afrontar los retos de la vida.
2) ¿Son las emociones una especie de memoria evolutiva, de la especie, que nos marca una
moral de supervivencia?.
R. Tenemos muchas “memorias evolutivas”. Cada función del cerebro es una clase de
memoria evolutiva. Pero más específicamente tenemos tendencia a responder de ciertas
formas a peligros ancestrales por una memoria evolutiva. Es por ello que ver a alguien
asustado puede asustarte en situaciones de incertidumbre, o por lo que desarrollamos fobias a
serpientes y arañas, o a las alturas.
R. Mi investigación actual está centrada en 3 cuestiones dentro del campo del miedo y de las
emociones:
(2)- ¿Hasta que punto puede alterarse la memoria traumática a través de intervenciones
retroactivas?.