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Boletín N° 38-2017/ Falta de Discernimiento.

SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA


CAS. Nº 683-2016-CALLAO.

SUMILLA:
Para que exista dicha incapacidad no es necesario que previamente exista declaración
de interdicción, pues lo que se tiene en cuenta es la falta de discernimiento y no la
interdicción declarada.

BASE NORMATIVA:
Artículo 219, inciso 2 y 43 del Código Civil.

SÍNTESIS:
Se interpone recurso de casación, contra la sentencia de vista contenida en la resolución
número treinta y nueve de fecha veintiuno de agosto de dos mil quince, que confirmo
la sentencia de primera instancia que declaro infundada la demanda, en el proceso
seguido sobre nulidad de acto jurídico.

Acorde a los fundamentos expuestos en la demanda, la causa para pedir la nulidad del
acto jurídico que se cuestiona fue que la vendedora mayor de edad había sufrido un
derrame cerebral en el año 2001 y no podía expresar su voluntad, lo que “no le
permitía discernir, menos tener percepción real y objetiva de los hechos que sucedían
en su vida diaria”. Siendo la norma invocada para respaldar la pretensión el artículo
219 inciso 2 del Código Civil, que regula la nulidad del acto jurídico por incapacidad
absoluta de quien lo practica, de lo que se deduce, dada la edad de la vendedora, que
el único supuesto de incapacidad absoluta que se estaba alegando era la falta de
discernimiento el contemplado en el artículo 43 inciso 2 de la norma sustantiva civil.

Aunque en caso presente, la recurrente cuestiona el fallo de la Sala Superior señalando


que se habrían infringido las reglas del artículo 221 inciso 1 y 222 del Código Civil, no
es menos cierto que la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema, de modo
excepcional, ha indicado que evaluó los datos referentes al debido proceso, lo que lo
habilito para emitir un fallo congruente con la demanda y que concluya en definitiva
con la controversia existente.

Siguiendo la perspectiva del Dr. Fernández Sessarego, la Sala Suprema, señala que
para que exista falta de discernimiento no es necesario que previamente exista
declaración de interdicción, pues lo que se tiene en cuenta es la falta de discernimiento
y no la interdicción declarada. Si bien es cierto no existe declaración de interdicción
respecto a la vendedora, no es menos cierto que en autos existen medios probatorios y
otros indicios que hacen referencia sobre el estado de su salud.
Añade el Tribunal Supremo que en este tipo de procesos hay que recurrir a las pruebas
indiciarias. Siendo así las cosas, habiéndose determinado el grado de enfermedad de la
vendedora y la antigüedad de sus lesiones, se puede deducir con seguridad que al
momento de suscribir el contrato de compraventa no podía discernir lo que le
convenía; por lo que tal incapacidad era manifiesta y, por tanto “los actos jurídicos
celebrados con anterioridad a la interdicción pueden ser nulos y anulables,
dependiendo de cada situación concreta y sobre todo del grado de incapacidad que
presente uno de los otorgantes”, para ello resulta necesario realizar un análisis de la
notoriedad del caso; es decir, la evidencia de la capacidad de la persona; por tales
fundamentos declararon Fundado el recurso casatorio.

Mpm.

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