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IMPUGNACIÓN DEL RECONOCIMIENTO DE HIJO

EXTRAMATRIMONIAL- Acumulada con investigación de la paternidad.


Necesidad de adopción de medidas de protección del menor para la ejecución
de la sentencia. Nulidad procesal por indebida representación e inadecuada
notificación. (SC280-2018; 20/02/2018)

“En todo caso, advierte la Corte que el juzgador encargado de ejecutar la


resolución que cobrará carácter definitivo con el proferimiento de este fallo,
deberá promover, como mecanismo para salvaguardar el interés superior
del menor actuante en este proceso, reconocido en los artículos 44 de la
Constitución Política y 8 de la ley 1098 de 2006, las medidas necesarias para
mitigar las afectaciones sociales y sicológicas que el cambio de paternidad
pueda irrogarle.”

MENOR DE EDAD-Interés Superior en proceso de impugnación del


reconocimiento e investigación de la paternidad. Necesidad de adoptar
medidas que disminuyan las afectaciones sociales y psicológicas por cambio
de paternidad. Reiteración sentencia de 4 de mayo de 2005. Aplicación de los
artículos 44 de la Constitución Política y 8 de la ley 1098 de 2006. (SC280-
2018; 20/02/2018)

Fuente Formal:
Artículo 44 de la Constitución Política.
Artículo 8 de la Ley 1098 de 2006.

Fuente Jurisprudencial:
Sentencia de 4 de mayo de 2005, rad. 2000-00301-01.

NULIDAD PROCESAL-Por Indebida representación e inadecuada


notificación en proceso de impugnación de reconocimiento de hijo
extramatrimonial e investigación de paternidad. Interés para proponerla.
Saneamiento. Principios que la gobiernan. Reiteración sentencia de 21 de
junio de 2016; especificidad. Reiteración de sentencia de 17 de agosto de
2016; protección. Reiteración sentencia de 1 de marzo de 2012; Trascendencia
y Convalidación. Reiteración de sentencia de 19 de diciembre de 2011.
(SC280-2018; 20/02/2018)

Fuente Formal:
Artículos 140 y 368 numeral 5 Código de Procedimiento Civil.

Fuente Jurisprudencial:
Sentencia 8210 de 21 de junio de 2016, rad. 2008-00043-01.
Sentencia 11294 de 17 de agosto de2016, rad 2008-00162-01.
Sentencia de 1 de marzo de 2012, rad. 2004-00191-01.
Sentencia de 19 de diciembre de 2011, rad.2008-00084-01.
Radicación n° 11001-31-10-007-2010-00947-01

Fuente Doctrinal:
Humberto Murcia Ballén, Recurso de Casación Civil, Ed. Ibáñez, 2005, p 573.

INDEBIDA REPRESENTACIÓN-Ausencia de su configuración al


constatar la existencia de poder, reconocimiento de apoderada e intervención
en proceso de impugnación de reconocimiento de hijo extramatrimonial.
Características. Reiteración de las sentencias de 11 de agosto de 1997 y 11 de
noviembre de 2014. (SC280-2018; 20/02/2018)

Fuente Formal:
Artículo 140 numeral 7 del Código de Procedimiento Civil.

Fuente jurisprudencial:
Sentencia de 11 de agosto de 1997, rad. 5572.
Sentencia SC 15437 de 11 de noviembre de 2014, rad. 2000-00664-01.

INDEBIDA NOTIFICACIÓN-Ausencia de legitimación e interés del


recurrente en casación para alegarla. Reiteración sentencias de 17 de febrero
de 2003. El interés para reclamar solo radica en la persona afectada por este
vicio. Reiteración de la sentencia de 22 de septiembre de 2004. Contravención
de los principios de probidad y lealtad procesal. Reiteración sentencia de 5 de
noviembre de 1998. (SC280-2018; 20/02/2018)

Fuente Formal:
Artículo 143 inciso 3 del Código de Procedimiento Civil.

Fuente Jurisprudencial:
Sentencia de 17 de febrero de 2003, rad. 7509.
Sentencia de 22 de septiembre de 2004, rad. 1993-09839-01.
Sentencia de revisión de 13 de diciembre de 2001, rad. 0160.

TRÁNSITO DE LA LEY-Aplicación del Código de Procedimiento Civil por


ser la norma vigente al momento de la interposición del recurso de casación
dentro de proceso de impugnación de reconocimiento de hijo. Aplicación del
numeral 5º del artículo 625 del Código General del Proceso. (SC280-2018;
20/02/2018)

Fuente Formal:
Artículo 625 numeral 5° del Código General del Proceso.

Asunto:
Pretende la demandante la impugnación del reconocimiento de hijo
extramatrimonial, conjuntamente con la investigación de paternidad. Se
excepcionó por parte del demandado en impugnación, mala fe,
reconocimiento expreso y prescripción. El Juzgado de primera instancia
accedió a las pretensiones de la demanda, fijó alimento a cargo del nuevo
padre y lo privó de la patria potestad, decisión confirmada por el Tribunal. La
Corte NO CASA la sentencia al encontrar inexistente la nulidad por indebida
representación y falta de legitimación del censor para proponer la inadecuada
notificación.

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Radicación n° 11001-31-10-007-2010-00947-01

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO


Magistrado ponente

SC280-2018
Radicación n.° 11001-31-10-007-2010-00947-01
(Aprobado en sesión de nueve de noviembre de dos mil diecisiete)

Bogotá, D.C., veinte (20) de febrero de dos mil


dieciocho (2018).

Decídese el recurso de casación interpuesto por


Alfredo Barahona frente a la sentencia de 18 de abril de
2013, proferida por el Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Bogotá, Sala Familia, dentro del proceso que en
su contra, y de José Guillermo Marroquín Garzón, promovió
el hijo menor de Dilian Anzola Saavedra.

ANTECEDENTES

1. La accionante impugnó el reconocimiento de su hijo


menor por parte de Alfredo Barahona, con la consecuente
cesación de los efectos jurídicos del registro civil de
nacimiento. Asimismo, reclamó la declaratoria de José
Guillermo Marroquín Garzón como padre del infante.
2. Tales pedimentos tuvieron el sustento fáctico que a
continuación se sintetiza (folios 4-6 del cuaderno 1):

2.1. Afirmó que el menor nació el 4 de junio de 2002 y


fue registrado como descendiente de Alfredo Barahona. Sin

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Radicación n° 11001-31-10-007-2010-00947-01

embargo, para la fecha de la concepción, la accionante


sostuvo relaciones sexuales con José Guillermo Marroquín,
conocedor de la situación y quien se negó a realizar el
reconocimiento.

2.2. Aseveró la demandante que se separó de hecho de


Alfredo Barahona desde hace ocho (8) años, por violencia
intrafamiliar.

3. Una vez admitido el libelo, Alfredo Barahona


rechazó las súplicas, declaró no tener dudas sobre su
paternidad y propuso las excepciones de mala fe,
reconocimiento expreso, y prescripción, bajo el argumento
que la actora pretende torpedear la relación con sus hijos,
en desatención de los fuertes lazos emocionales que se han
tejido con su menor, por transcurrir más de 3000 días
desde que se hizo el reconocimiento (folios 31-33 ibidem).

José Guillermo Marroquín no respondió la demanda,


ni intervino en el proceso.

4. El Juzgado Cuarto de Familia de Descongestión de


Bogotá declaró que el infante no es descendiente de Alfredo
Barahona, sino de José Guillermo Marroquín, de lo cual
ordenó tomar nota en el registro civil. Dispuso el pago de
alimentos a cargo del nuevo padre, quien fue privado de la
patria potestad (folios 181-188 ejusdem).

5. Al desatar la alzada, el superior confirmó la decisión

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Radicación n° 11001-31-10-007-2010-00947-01

con base en las razones que se indican en lo sucesivo (folios


9-13 del cuaderno Tribunal).

LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL

Después de encontrar satisfechos los presupuestos


procesales y efectuar el control de legalidad, sostuvo que la
decisión de no admitir la contestación de la demanda,
realizada por una abogada sin tarjeta profesional definitiva,
debió combatirse por los medios de impugnación señalados
en el estatuto proceso, sin que fuera dable acudir al artículo
29 de la Constitución Política para deprecar una nulidad,
en contravía de los principios de especificidad y debido
proceso.

Aclaró que el menor es el demandante, representado


por su madre, según se infiere del poder, el libelo inicial y el
auto admisorio, sin que haya un término legal para definir
su filiación (artículo 5 de la ley 1060 de 2006).

Deprecó como derecho de los menores el


establecimiento de sus verdaderos vínculos consanguíneos,
que es prevalente sobre otros y procede al margen de una
progenitura responsable.
Aseveró que «el demandado en la investigación de
paternidad es el llamado a alegar cualquier irregularidad en
su vinculación a la litis, sin que un tercero… pueda
sustituirlo» (folio 12).

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LA DEMANDA DE CASACIÓN

Alfredo Barahona presentó escrito con dos (2)


reproches (folios 6-18 del cuaderno Corte), de los cuales
únicamente se admitió el primero, a través de auto de 17 de
junio de 2014 (folios 22-28 idem)

CARGO PRIMERO

1. Denunció la configuración de las causales de


nulidad contenidas en los numerales 7 y 8 del artículo 140
del Código de Procedimiento Civil, por indebida
representación de Alfredo Barahona e inadecuada
notificación a José Guillermo Marroquín, que deben
conducir a que el proceso vuelva al juzgador de instancia y
se reanude la actuación.

2. Sostuvo que está legitimado para enarbolar estos


motivos de anulación pues «la relación jurídica-procesal no
podía [desatarse], sino con una debida representación al
igual que la notificación en legal forma a los demandados»
(folio 13).

3. Afirmó que existieron múltiples violaciones al rito


procesal, constitutivas de vicios in procedendo, los cuales
pueden ser alegados en casación por la causal quinta, en
aplicación del artículo 29 de la Constitución Política.

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Radicación n° 11001-31-10-007-2010-00947-01

4. Relievó que, a pesar de no reconocerse personería


jurídica a la abogada del demandado, se permitió su
intervención en el proceso, incluso para presentar y
sustentar el recurso de apelación, lo que significa que
nunca estuvo representado o que faltó claridad sobre este
aspecto, lo que era indispensable por estar en vilo la
pérdida de un hijo y por tratarse de una persona con
limitados recursos económicos y educativos. Calificó la
nulidad como insaneable.

5. Encontró que la notificación de José Guillermo


Marroquín se hizo a una dirección equivocada, por lo que
no se realizó en debida forma, lo que impedía resolver sobre
la investigación de paternidad, máxime ante la falta de
pruebas, constituyéndose en un motivo de invalidez no
saneable.

6. El demandante se opuso y arguyó que, en el curso


del proceso, el demandado no usó los remedios que estaban
a su alcance para solucionar los yerros criticados. En todo
caso, desde el 2 de mayo de 2012 se reconoció personería
jurídica a su abogada.

Frente a la notificación, manifestó que la empresa de


correo certificó que el destinatario reside o labora en la
dirección de recepción, por lo que José Guillermo
Marroquín fue debidamente informado.

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Radicación n° 11001-31-10-007-2010-00947-01

Terminó con la afirmación que el convocado ha


dilatado temerariamente el proceso, «causando graves e
irremediables perjuicios al menor» (folio 31).

CONSIDERACIONES

1. Cuestión de primer orden es precisar que, a pesar


de entrar en vigencia de manera íntegra el Código General
del Proceso desde el 1º de enero de 2016, al sub examine no
resulta aplicable por consagrar, en el numeral 5º de su
artículo 625, que los recursos interpuestos, entre otras
actuaciones, deben surtirse empleando «las leyes vigentes
cuando se interpusieron».

Y como el que ahora ocupa la atención de la Sala fue


iniciado bajo el imperio del Código de Procedimiento Civil,
será este ordenamiento el que siga rigiéndolo, por el
principio de la ultractividad de la vigencia de la ley en el
tiempo.

2. El numeral 5 del artículo 368 ibidem prescribe que


la casación procede por «[h]aberse incurrido en alguna de las
causales de nulidad consagradas en el artículo 140, siempre
que no se hubiere saneado».
Significa que los errores procesales puedan dar lugar a
la prosperidad del remedio extraordinario, siempre que
revistan la gravedad señalada por el legislador y,
adicionalmente, se satisfagan las condiciones establecidas
para la prosperidad de la invalidación.

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Radicación n° 11001-31-10-007-2010-00947-01

Ciertamente, el sometimiento a las formas propias de


cada juicio, máxima que integra el debido proceso, impone
al juzgador observar con total respeto la ritualidad que es
connatural al trámite judicial; empero, nada excluye que se
presenten yerros, explicables por la naturaleza falible de los
seres humanos, los cuales deben ser superados a través de
los mecanismos ordinarios previstos en los códigos, so pena
de habilitar, en algunos casos, la procedencia de la
casación.

Al respecto, la doctrina nacional tiene dicho:

La inobservancia o la desviación de las formas legalmente


establecidas para la regular constitución y el debido
desenvolvimiento de la relación procesal, constituyen
verdaderas anormalidades que impiden en el proceso el recto
cumplimiento de la función jurisdiccional. Como dichos errores
in procedendo necesariamente van a influir, en mayor o menor
medida, en el pronunciamiento de la sentencia de fondo, a la
que por consiguiente faltará una base jurídica establece, de
ello claramente resulta la razón de la trascendencia que en el
ámbito de la casación tienen las nulidades procesales 1.

Claro está, para que algún motivo de nulidad sea


sustentáculo de un embiste en casación, es menester que
se observen los principios que gobiernan aquella
institución, en concreto, los de especificidad, protección,
trascendencia y convalidación (SC8210, 21 jun. 2016, rad.
n.° 2008-00043-01), porque de lo contrario debe

1 Humberto Murcia Ballén, Recurso de Casación Civil, Ed. Ibáñez, 2005, p. 573.

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Radicación n° 11001-31-10-007-2010-00947-01

desestimarse la censura y la sentencia controvertida


conservará su vigor jurídico.

La especificidad alude a la necesidad de que los


hechos alegados se subsuman dentro de alguna de las
causales de nulidad taxativamente señaladas en las normas
procesales o en la Constitución Política, sin que se admitan
motivos adicionales (cfr. CSJ, SC11294, 17 ag. 2016, rad.
n.° 2008-00162-01).

La protección se relaciona «con la legitimidad y el


interés para hacer valer la irregularidad legalmente erigida
en causal de nulidad, en cuanto, dado el carácter
preponderantemente preventivo que le es inherente, su
configuración se supedita a que se verifique una lesión a
quien la alega» (CSJ, SC, 1 mar. 2012, rad. n.° 2004-00191-
01).

La trascendencia impone que el defecto menoscabe los


derechos de los sujetos procesales, por atentar contra sus
garantías o cercenarlas.

Por último, la convalidación, en los casos en que ello


sea posible, excluye la configuración de la nulidad cuando
el perjudicado expresa o tácitamente ratificó la actuación
anómala, en señal de ausencia de afectación a sus intereses
(cfr. SC, 19 dic. 2011, rad. n.° 2008-00084-01).

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Itérese, de izarse un cargo fundado en una nulidad


procesal, por fuera de las anteriores directrices, éste debe
desestimarse.

3. Analizado el embiste admitido en casación, a la luz


de las anteriores reflexiones, descuella su fracaso, por
cuanto no se configuró la primera de las causales de
nulidad esgrimida y, frente a la segunda, hay falta de
legitimación para su formulación.

3.1. En efecto, el numeral 7 del artículo 140 del Código


de Procedimiento Civil prescribe que la causa es nula
cuando es «indebida la presentación de las partes» o, en
punto a la procuración judicial, hay «carencia total de poder
para el respectivo proceso».

Esto es, la actuación deberá invalidarse en los casos


en que interviene un incapaz, una persona jurídica, un
patrimonio autónomo o cualquier otro sujeto que deba
concurrir al proceso por intermedio de un representante
legal o vocero, sin la presencia de éste. Igual consecuencia
se originará del hecho de permitir la participación de un
abogado, en nombre de uno de los sujetos procesales, sin
encargo para actuar.

Esta Corporación, refiriéndose a la materia, precisó:

[L]a indebida representación de las partes en el proceso se da, en


primer lugar, cuando alguna de ellas o ambas, pese a no poder
actuar por sí misma, como ocurre con los incapaces y las

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personas jurídicas, lo hace directamente o por intermedio de


quien no es su vocero legal; y, en segundo término, cuando
interviene asistida por un abogado que carece, total o
parcialmente, de poder para desempeñarse en su nombre
(SC15437, 11 nov. 2014, exp. n.° 2000-00664-01. En el mismo
sentido SC, 11 ag. 1997, rad. n.° 5572).

En el sub lite no se advierte la configuración de esta


pifia, por cuanto la abogada Diana Jaibeydy Heredia
Monroy actuó en nombre del casacionista, con base en el
poder otorgado el 2 de mayo de 2012, en el que literalmente
se declaró:

ALFREDO BARAHONA, mayor de edad, domiciliado y


residenciado en la ciudad de Bogotá, identificado con cédula de
ciudadanía No. 4.200.767 de Otanche, con toda atención me
dirijo a su despacho, manifestado (sic) que confiero poder amplio
y suficiente ala (sic) Dra. DIANA HEREDIA MONROY…, abogada
titulada y en ejercicio, identificada con… Tarjeta Profesional No.
195.044…, para que en mi nombre y representación, ejerza mi
defensa dentro del proceso de referencia 2010-[0]0947 que se
tramita en su Juzgado.

La Dra. DIANA HEREDIA MONROY, está facultada para


demandar, recibir, desistir, transigir, corregir, sustituir,
renunciar, conciliar, designar apoderado suplente… interponer
recursos y sustentarlos, presentar alegatos de conclusión y
demás actuaciones que se susciten dentro del proceso… (folio
151 del cuaderno 1).
Una vez este documento se aportó a la foliatura, el
juzgador de primera instancia reconoció personería a la
letrada, en la audiencia adelantada el mismo día (folio 154
ibidem), momento a partir del cual intervino en varias
actuaciones, dentro del marco de sus facultades.

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Con antelación al 2 de mayo, no se permitió la


intervención de la profesional en derecho, ante la ausencia
de tarjeta profesional vigente (folio 43 ib), hecho que, por sí
mismo, mal podría encajar dentro de los supuestos de una
indebida representación judicial, porque no se le permitió
actuar, lo cual sólo devino posible cuando allegó un nuevo
mandato y acreditó la calidad de abogada.

Así las cosas, se excluye la configuración de una


situación invalidante de la causa, por lo que en este punto
el cargo está llamado al fracaso.

3.2. Frente a la alegación por indebida notificación de


José Guillermo Marroquín, es menester indicar que su
invocación se hizo por una persona carente de legitimación,
en contravía del principio de protección, por lo que también
habrá de desestimarse.

Y es que, para declarar una nulidad, como se indicó


párrafos atrás, es menester que el peticionario acredite su
interés, esto es, la afectación que el acto irregular le irrogó.
Es conocido que «[n]o hay nulidad… sin interés, traducido
principalmente en el perjuicio irrogado a quien lo invoca»
(CSJ, SC, 17 feb. 2003, exp. n.° 7509).

Así lo establece el inciso segundo del artículo 143 del


Código de Procedimiento Civil, a saber: «la parte que alegue
una nulidad deberá expresar su interés para proponerla». De
forma particular, en tratándose de la causal octava de
nulidad, esto es, falta de notificación o emplazamiento en

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Radicación n° 11001-31-10-007-2010-00947-01

legal formal, expresamente se establece que «sólo podrá


alegarse por la persona afectada» (inciso tercero artículo
143 ibidem).

La jurisprudencia tiene dicho:

[E]ntendidas las nulidades como mecanismo para proteger a


aquel cuyo derecho ha sido atropellado, es entonces evidente que
las mismas sólo pueden, en principio, alegarse por la persona
afectada por el vicio, vale decir, que sólo a ésta y no a otra asiste
interés jurídico para reclamar al respecto, desarrollo legislativo
de lo cual es el inciso 2º del artículo 143 del código de
procedimiento civil el que impone a quien alega cualquiera de
ellas, la obligación de ‘expresar su interés para proponerla’
delimitándose en frente de cuál de las partes es que media el
hecho anómalo y por ende a quién perjudica.

Tan obvia imposición del legislador, por lo demás, vino a ser


acentuada específicamente por el inciso 3º del artículo 143
ibídem, al señalar que ‘la nulidad por indebida representación o
falta de notificación o emplazamiento en legal forma, sólo podrá
alegarse por la persona afectada’ (SC, 22 sept. 2004, exp. n.°
1993-09839-01).

Empero de lo comentado, el interesado promovió la


casación con fundamento en la indebida notificación de
José Guillermo Marroquín, sin tener interés para elevar este
pedimento, por no haberse afectado sus derechos o
garantías. El único que podría alegar tal motivo de
invalidación es el perjudicado, Más aún si se tiene en
cuenta que los demandados son litisconsortes facultativos,
amén que fueron vinculados con fines diferentes, como es la
impugnación de paternidad y la declaratoria de filiación,
respectivamente.

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Insístase, la irregularidad antes denunciada sólo podía


ser deprecada por el sujeto que resultó afectado con la
indebida citación -José Guillermo-, sin que otro sujeto
procesal estuviera habilitado para esgrimirla y obtener una
declaración favorable.

De admitirse la súplica, se avalaría que el casacionista


obtenga un provecho indebido por un supuesto perjuicio
ajeno, en contravía de los principios de probidad y lealtad
procesal. «[E]n línea de principio, ‘a nadie le es lícito sacar
provecho del perjuicio ajeno; y muchísimo menos cuando
para ello tiene que poner en labios del indebidamente
emplazado -o representado-[,] en una labor de mero acertijo,
un perjuicio que éste no ha manifestado’ (sent. de noviembre
5 de 1998, exp. 5002)» (SC, 13 dic. 2001, exp. n.° revisión
0160).

Con base en las premisas previas, colíjase que el cargo


no está llamado a prosperar.

4. En todo caso, advierte la Corte que el juzgador


encargado de ejecutar la resolución que cobrará carácter
definitivo con el proferimiento de este fallo, deberá
promover, como mecanismo para salvaguardar el interés
superior del menor actuante en este proceso, reconocido en
los artículos 44 de la Constitución Política2 y 8 de la ley
1098 de 20063, las medidas necesarias para mitigar las

2 «Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás».
3 «Se entiende por interés superior del niño, niña y adolescente, el imperativo que
obliga a todas las personas a garantizar la satisfacción integral y simultánea de
todos sus derechos humanos, que son universales, prevalentes e
interdependientes».

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afectaciones sociales y sicológicas que el cambio de


paternidad pueda irrogarle.

Para tales fines, se tendrá en cuenta la calidad de los


vínculos fraternos construidos entre el infante y quien se
predicaba su progenitor, los cuales no podrán verse
interrumpidos en perjuicio de aquél. Recuérdese que, según
el mandato constitucional en cita, son derechos
fundamentales de los menores la salud, el cuidado y el
amor, los cuales no están atados a una condición biológica,
sino a un vínculo social y afectivo, que debe ser objeto de
protección.

La necesidad de estas medidas había sido evidenciada


por la Defensora de Familia interviniente en el proceso,
quien deprecó «realizar un seguimiento a la PROGENITORA y
al NIÑO, con apoyo en el área Pisico-social del equipo
interdisciplinario de profesionales del INSTITUTO
COLOMBIANO DE BIENES FAMILIAR o por la EPS donde la
madre lo tenga afiliado», para que «realice el proceso
terapéutico requerido, teniendo en cuenta… que según los
interrogatorios se estableció un vínculo afectivo con uno de
los demandados y el tener que asimilar su nueva situación
no… [será] fácil para el niño» (folio 7 del cuaderno Tribunal).

Esta Sala, en un caso equivalente, exhortó algunas


medidas, que bien podrían ser evaluadas por el juzgador de
primer grado:

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[E]n orden a adecuar la realidad surgida de este proceso, es de


esperarse que por el juez de primer grado se tomen una serie de
medidas tendientes a procurar que, de la manera menos
perturbadora posible para la salud física y mental de la menor,
ésta paulatinamente vaya asumiendo los efectos propios de la
decisión judicial; con otras palabras, mientras la misma logra
adaptarse a tales efectos, el a-quo deberá buscar, a través de
todos los instrumentos legales de que dispone, como por medio
de la asistente social a su cargo, la eficaz colaboración en la
orientación sicológica y social de la niña y de sus familiares, que
le permitan a aquélla asumir, con el mínimo de desconcierto, la
transición sobreviniente de la sentencia, por supuesto que este
pronunciamiento no implica por sí mismo desconocer
abruptamente las circunstancias en las cuales ella actualmente
se desenvuelve, ni el entorno afectivo que en el momento ostenta,
todo con el propósito fundamental de contribuir a su desarrollo
armónico e integral, tal y como lo prevén los artículos 44 y 45 de
la Carta Política (SC, 4 may. 2005, rad. n.° 2000-00301-01).

5. Descartada la configuración de las causales de


nulidad alegadas, se frustra la impugnación extraordinaria,
por lo que deberán imponerse costas a su proponente,
según lo previsto en el inciso final del artículo 375 del
Código de Procedimiento Civil, así como agencias en
derecho de conformidad con el precepto 392 ibídem,
modificado por el artículo 19 de la Ley 1395 de 2010, para
lo cual se tendrá en cuenta que la parte opositora replicó la
demanda de casación.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Civil, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley, no casa la
sentencia proferida el 18 de abril de 2013 por el Tribunal

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Superior de Distrito Judicial de Bogotá, Sala Familia,


dentro del proceso ordinario que promovió el hijo menor de
Dilian Anzola Saavedra contra Alfredo Barahona y José
Guillermo Marroquín Garzón.

Se condena en costas al recurrente en casación. Por


secretaría inclúyase en la liquidación la suma de
$2.000.000, por concepto de agencias en derecho.

Cumplido lo anterior, devuélvase la actuación al


Tribunal de origen.

Notifíquese.

LUIS ALONSO RICO PUERTA


Presidente de la Sala

MARGARITA CABELLO BLANCO

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

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Radicación n° 11001-31-10-007-2010-00947-01

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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