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1.3.

4 Población humana
La población humana comenzó a instalarse en poblados hace
unos 10 000 años. Sumarían en ese momento entre cinco y
diez millones de personas, un número que no afectaba de
forma importante al ecosistema. A partir de entonces el
crecimiento de la población fue gradual, pero relativamente
lento hasta llegar al siglo XX en el que este crecimiento se ha
acelerado.
Al crecimiento en población se ha unido el progreso técnico
que nos ha dotado de una capacidad de modificar el
ambiente desconocida hasta hace unos cien años. Selvas
que tardaron miles de años en formarse o depósitos de
petróleo que se acumularon a lo largo de millones de años
están siendo consumidos en el transcurso de una sola
generación.
¿Qué influencia tiene el crecimiento de la población en la
degradación ambiental? ¿Cómo está relacionada con el
desarrollo? ¿Qué se puede predecir de su evolución en el
futuro?. Estas cuestiones y otras similares son las que
analizamos a continuación Subir al comienzo de la página
Crecimiento de la población mundial
Hace unos 2000 años se calcula que los habitantes de la
Tierra serían unos 200 millones y no fue hasta 1804 cuando
se llegó a los 1000 millones.
1.3.5 IMPACTO DE LA URBANIZACION
Podemos entender como por urbanización como la
construcción de obras en las poblaciones, comunidades y
ciudades tales como viviendas, vías de comunicación como
las carreteras, introducción de agua potable, drenaje, energía
eléctrica, escuelas, etc. todo ello para el beneficio del ser
humano.
A medida que crecen, las ciudades imponen un nuevo medio,
edificado sobre paisajes y ecosistemas naturales. Se
desbroza el terreno y con frecuencia se hacen cortes o se
altera con maquinaria la forma de las colinas; los valles y
marismas se llenan de rocas y materiales de desecho, y, por
lo general, se extrae agua del subsuelo. Su desarrollo no sólo
transforma las zonas que urbaniza, sino también otras mucho
mayores, tal y como puede observarse en los cambios que
sufre la ecología rural para responder a las necesidades
metropolitanas de agua y materias primas, bienes y servicios.
Las regiones que las rodean deben satisfacer sus muchas
exigencias de materiales de construcción y acumulación de
residuos, resultado de la edificación, creación de carreteras,
aparcamientos, industrias y otros componentes de la
estructura urbana. Gran parte del impacto medioambiental del
desarrollo urbano se percibe lejos de allí, al final del valle que
ocupa la ciudad, aguas abajo del río que la cruza o en el lugar
donde el viento arrastra los humos. Es el resultado del
transporte de residuos sólidos, la contaminación de las aguas
o la lluvia ácida.
Otras de las obras de urbanización son la instalación de
grandes centros comerciales en las ciudades, gasolineras,
industrias, hospitales y ductos en los que se transportan
combustibles como el gas natural, gasolina etc.
1.3.6 EL CRECIMIENTO ECONOMICO
El crecimiento económico es una variable que aumenta o
disminuye el producto interior bruto (PIB). Si el PIB crece a un
ritmo superior al del crecimiento de la población, se dice que
el nivel de vida de ésta aumenta. Si por el contrario la tasa de
crecimiento de la población es mayor que la tasa de
crecimiento del PIB, podemos afirmar que el nivel de vida de
la población está disminuyendo.
El crecimiento se puede medir en términos nominales o
reales (descontando los efectos de la inflación). Si el PIB
nominal ha aumentado a una tasa de crecimiento del 5% y la
inflación alcanza una tasa del 4% en el mismo periodo,
podemos decir, en términos reales, que la tasa de crecimiento
es del 1%, que es el aumento real del PIB.
La tasa de crecimiento económico se utiliza para realizar
comparaciones entre distintas economías, o entre una
economía y el grupo de países a la que pertenece. Por
ejemplo, la tasa de crecimiento de Argentina o Uruguay
puede compararse con la media o promedio de los cuatro
países integrantes del Mercosur mientras que, para el caso
de España, puede ser más interesante comparar su tasa con
la de los 15 países integrantes de la Unión Europea.
Desarrollo Económico:
En la actualidad, el concepto de “desarrollo económico” forma
parte del de “desarrollo sostenible”. Una comunidad o una
nación realizan un proceso de “desarrollo sostenible” si el
“desarrollo económico” va acompañado del “humano” -o
social- y del ambiental (preservación de los recursos
naturales y culturales y despliegue de acciones de control de
los impactos negativos de las actividades humanas).
Algunos analistas consideran que el desarrollo económico
tiene dos dimensiones: el crecimiento económico y la calidad
de vida (satisfacción de las necesidades básicas, tanto
materiales como espirituales).
Sin embargo, es comprensible incluir el tema de la calidad de
vida dentro del “desarrollo humano”, con lo cual reducimos el
“desarrollo económico” a las consideraciones sobre la
generación de riqueza o, lo que es lo mismo, sobre el
incremento de la producción de bienes y servicios. Si el
ámbito geográfico de análisis es lo local -o municipal-,
hablamos de desarrollo económico local.
3.2.1 Desarrollo sustentable concepto
El concepto desarrollo sustentable es el resultado de una acción concertada de las
naciones para impulsar un modelo de desarrollo económico mundial compatible
con la conservación del medio ambiente y con la equidad social.

Sus antecedentes se remontan a los años 50 del siglo XX, cuando germinan
preocupaciones en torno a los daños al medio ambiente causados por la segunda
guerra mundial. Sin embargo, es hasta 1987 cuando la Comisión Mundial del
Medio Ambiente y del Desarrollo (CMMAD) de las Naciones Unidas, presidida por
la Dra. Gro Harlem Brundtland, presenta el informe “Nuestro Futuro Común”,
conocido también como “Informe Brundtland”, en el que se difunde y acuña la
definición más conocida sobre el desarrollo sustentable:

“Desarrollo sustentable es el desarrollo que satisface las necesidades del presente


sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus
propias necesidades”. (CMMAD, 1987:24)

El desarrollo sustentable se ha constituido un “manifiesto político”, es decir, se ha


elevado como una poderosa proclama que se dirige a ciudadanos, organizaciones
civiles, empresas y gobiernos para impulsar acciones, principios éticos y nuevas
instituciones orientadas a un objetivo común: la sustentabilidad.

En concordancia con lo anterior, el desarrollo sustentable se afirma sobre 4 ejes


analíticos:

Un desarrollo que tome en cuenta la satisfacción de las necesidades de las


generaciones presentes.

Esta tesis intrageneracional se refiere a que se requiere de la participación política


para crear nuevas instituciones al compás de cambios culturales que permitan
reducir la exclusión social, esto es, que reorganicen la vida cotidiana y la
reproducción social. Para ello se requiere abordar aspectos como:

a. El patrón demográfico. La reducción de la mortalidad y los grandes contingentes


de población que se están integrando a la sociedad de consumo, entre otros
aspectos, han ocasionado un crecimiento exponencial en la demanda de
alimentos, que deriva en una crisis alimentaria en algunas partes del mundo; es
por esto que se requiere actuar sobre el patrón demográfico, por ejemplo,
introduciendo una regulación voluntaria de los nacimientos que nos lleve a una
gradual estabilización de la población.
b. La equidad social. La solidaridad intrageneracional es otro aspecto elemental en
el desarrollo sustentable. Para esto se requiere redefinir políticas y metas para
lograr una mayor equidad en la distribución del ingreso y reducir así las brechas
entre países desarrollados y en desarrollo. Para alcanzar la equidad es necesario
que haya crecimiento económico pero que éste genere empleos; que sea más
equitativo, es decir, que los frutos del trabajo beneficien a todos y no sólo a unos
cuantos; que incluya las voces de las comunidades a través de la
democratización; que sea un crecimiento que afiance la identidad cultural; un
crecimiento que cuide los recursos naturales y el medio ambiente para avanzar
hacia un futuro más certero.

c. Nuevas políticas para nuevas instituciones. La reforma política es una condición


necesaria para el desarrollo sustentable y a través de ella reducir la desigualdad
social y evitar la destrucción del medio ambiente, promoviendo decisiones políticas
integrales que cuando, por ejemplo, traten aspectos económicos no dejen de lado
el impacto social o ambiental que esa política tendría. Asimismo, la reforma
institucional requiere modificar los procesos de cooperación internacional y de la
gobernabilidad mundial.

d. Una nueva cultura civilizatoria. La evolución histórica se ha visto insostenible en


lo relativo a la situación ambiental, económica y social. Las transformaciones
necesitan llegar a lo más profundo del ser mediante un cambio civilizatorio, de
valores, de redefinición de prioridades, de opciones sustanciales que coloquen lo
material en su justa dimensión para que el ser humano se realice plenamente y en
armonía con su entorno natural y con la comunidad a la que pertenece.
3.2.2 Indicadores de sustentabilidad
Se denomina indicador social de desarrollo sostenible a un indicador social que
mide el nivel de daño al medio ambiente y a los recursos naturales, que son los
ítems a medir o sustentabilidad del ecosistema (Organización social + Población +
Medio ambiente + Tecnología).

Genéricamente incluirá aspectos ambientales, sociales y económicos en un marco


político democrático y de diversidad o pluralismo.

Algunas naciones en el ámbito hispano han desarrollado indicadores de


sostenibilidad o acción y desarrollo sostenible o están en camino de hacerlo para
garantizar el medio ambiente. Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo. (Naciones Unidas, Declaración del Milenio).

Tentativamente los modelos de construcción de los sistemas de índices para


medir la magnitud del impacto en el ambiente están inspirados en experiencias
europeas y anglosajonas y aquí se toman dos recientes estudios: un ejemplo de
un condado de Nueva Inglaterra y el trabajo de Juan Diez Nicolas sobre el 'Dilema
de la Supervivencia'.

En el caso del condado primero se analizaron los indicadores propuestos


(sustainability) con criterios de validación: oportunidad, entendimiento, relevancia,
predictibilidad, complementariedad, robustez, disponibilidad, utilidad,
independencia y comprensión. Totalizando 15 indicadores seleccionados con sus
índices de medición para la resolución del conflicto entre una vida humana
sostenible y la integridad de la naturaleza. Se establecen sus tipologías: la
medioambiental, como congestión del tráfico, superficies protegidas como espacio
abierto, calidad del aire y el agua, y generación y reciclado de basuras; la social,
como seguridad y cultivo del medio ambiente, responsabilidad civil y deseo de
participar en la toma de decisiones, planes de Seguridad de la salud, rango de
abandono de la escuela secundaria y rango de abuso de sustancias; económicas,
como disponiblidad de viviendas, salario mínimo, turismo y empleo y sueldos de la
industria.

El otro documento es un modelo español explicativo de los comportamientos


medioambientales y con 65 ítems de tipo descriptivo, cultural, de percepción, de
actitudes, de decisión, de atribución, de comportamientos y de información. Tanto
el post-materialismo cómo la posición social son las variables y actitudes básicas
que son más y mejor explicativas. La preocupación por el medio ambiente
constituye un valor nuevo como respuesta colectiva instrumental a las amenazas
para la supervivencia de la especie humana, que se deriva de una industrialización
demasiado exitosa. Se enfatiza la exposición a la información. Se incluyen los
índices construidos para el análisis. Los estudios son a nivel nacional y también
con una perspectiva internacional comparada, situando a los países en un mapa
cultural, que en el caso de España se ubica precisamente en la cuenca
mediterránea, junto con otros países europeos de igual calidad de vida.
3.5.1 Enfoque económico del desarrollo
sustentable
La piedra angular del desarrollo sustentable es un sistema de mercados abiertos y
competitivos en el que los precios reflejan tanto los costos del medio ambiente
como los de otros recursos. Esta afirmación es el sustento del enfoque económico
del desarrollo sustentable. Desde esta perspectiva el consejo empresarial mundial
para el desarrollo sustentable apunta que el desarrollo sustentable se alcanza
atreves de mercados abiertos, competitivos, correctamente encuadrados en el
marco internacional que cumplen con las ventajas comparativas legitimas. Estos
mercados fomentan la eficiencia y la innovación, condiciones necesarias para el
progreso humano sustentable.

Una externalidad negativa es, por ejemplo, una central eléctrica que funciona a
base de energía fósil produce contaminación y perjudica la vida humana, corroe el
entorno edificado, mata los bosques y acidifica los cuerpos de agua superficiales
cercanos.

La tarea de internalizar los costos ambientales, no obstantes solo puede llevarse a


cabo con los conocimientos existentes y los instrumentos disponibles, y ambos
son imperfectos.

Existen tres mecanismos básicos que pueden utilizarse para alentar el sector
empresarial a internalizar los costos ambientales, es decir:

Normas y controles. Se trata básicamente de regulaciones gubernamentales que


incluyen estándares de rendimiento para las tecnologías y productos, tubos de
desagüe y emisiones etc.

Autorregulación. Esta consiste en iniciativas de empresas o sectores de la


industria, a fin de autorregularse mediante estándares, supervisión, metas de
reducción de la contaminación y otros.

Instrumentos económicos. Consisten en esfuerzos para alterar, mediante la acción


gubernamental, los precios de los recursos y de los bienes y servicios en el
mercado, a fin de afectar los costos de producción y/o consumo.
3.5.2 Enfoque normativo del desarrollo sustentable
De manera tradicional, los gobiernos han empleado regularizaciones de normas y
controles para lograr objetivos ecológicos. Los estándares de rendimiento a
menudo fijan una meta en las emisiones y dan a las empresas la flexibilidad de
cumplirlas. Pueden determinar que se use la tecnología actual bajo el supuesto de
que así se lograra el resultado deseado. Las regularizaciones son flexibles y
muchas veces no contribuyen, desde el punto de vista de los costos, la manera
mas efectiva para lograr los cambios.

Las regularizaciones han servido a un propósito útil y continuara siendo necesario


como contexto normativo básico en todos los países.

Normatividad ambiental

La regularización formal a través de estatutos y normas subordinadas es el


enfoque usual para el control de la contaminación y la protección ambiental a lo
largo de la historia. En estados unidos este enfoque se conoce como “orden y
control”. Todas las leyes reglamentos y decretos en el mundo accidental son de
este tipo. Tal concepto incluye muchos aspectos de las políticas relacionadas con
el manejo ambiental, entre las que se encuentran el control de la contaminación,
administración del suelo y sitios contaminados, planeación y distribución de las
ciudades por zonas; control de pesticidas y sustancias químicas peligrosas;
estándares de desempeño de productos; administración de ríos y su captación.

El 28 de enero de 1988 se publicó la ley general de equilibrio ecológico y la


protección ambiental. Esta ley determina criterios para la descentralización de la
gestión ambiental mediante la definición de los mecanismos de participación de
los tres niveles de gobierno en dos grandes áreas: protección ambiental y
equilibrio ecológico.
3.5.3 Normatividad ambiental
El desarrollo del marco normativo ambiental en México ha sido considerable.
Hasta el 2001 se han publicado 96 Normas Oficiales Mexicanas, la mayoría de
ellas se caracterizan por ser de control específico, ya que establecen condiciones
a giros particulares y representan serias diferencias en límites entre industrias.

Esta sección presenta las Normas Oficiales Mexicanas para calidad de agua
residual, contaminación del aire, residuos (peligrosos, sólidos municipales y
biológicos– infecciosos), flora y fauna, suelo, contaminación por ruido, agua,
impacto ambiental, pesca, así como las normas de elaboración conjuntas y las
normas emergentes. Las normas oficiales representan uno de los elementos
centrales de la política ambiental y contribuyen al marco jurídico que orienta la
gestión ambiental del sector público y las actividades de la sociedad con mayores
impactos ambientales.

A partir del 1 del julio de 1992 en el Diario Oficial de la Federación, el Congreso de


los Estados Unidos Mexicanos decretó la Ley Federal de Metrología y
Normalización (LFMN), donde se integra el Programa Nacional de Normalización
el cual es un instrumento de planeación, coordinación e información de las
actividades de normalización a nivel nacional, tanto del sector público como del
sector privado. El Programa es integrado anualmente por el Secretariado Técnico
de la Comisión Nacional de Normalización y revisado por el consejo técnico de la
misma, para ser sometido al pleno de dicha comisión para su aprobación.

La Normalización permite regular las actividades de los sectores tanto privado


como público en materia de salud, medio ambiente, seguridad al usuario,
información comercial, así como prácticas de comercio, industrial y laboral. A
través de este proceso se establece la terminología, clasificación, directrices,
especificaciones, atributos, características, métodos de prueba o las
prescripciones aplicables a un producto, proceso o servicio.

El campo donde se han registrados mayores avances cuantitativos y cualitativos


es, sin duda, el del control de las descargas de aguas residuales.

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