Está en la página 1de 1

Almas Estelares

Javier López Alhambra

El otro no necesita que lo "despiertes" ni que lo "salves". Al igual que tú,


tiene sus aprendizajes y sus experiencias por vivir (te guste o no). Si en
algún momento ha de despertar o elevar su conciencia, lo hará
espontáneamente, sin necesidad de una persona que lo fuerce o que lo
obligue a hacerlo. Un despertar o un cambio de conciencia siempre es
natural y, la mayor parte de las veces, gradual. No se produce por
imposiciones ni por insistencia de otros. Es la propia persona la que
termina dándose cuenta, por sí misma, de ciertas cosas, o la que tiene
determinada experiencia (seguramente prefijada en su plan de vida) que
la lleva a hacerse preguntas o a percibir su entorno de un modo diferente.
Si te empeñas en imponerle al otro tus ideas holísticas, tus meditaciones,
tus dietas milagrosas, tu visión cósmica o tu perspectiva espiritual del
universo, lo más seguro es que se aleje de ti y te tome por una persona
desequilibrada y poco respetuosa (como mínimo).

Un cambio de conciencia no se impone: simplemente sucede. E igual que


tú tuviste tus tiempos, el otro tiene los suyos. Y también son perfectos. Si
realmente deseas ayudar al otro a despertar, céntrate en ti y aumenta tu
vibración y tu conciencia, liberando cualquier tipo de expectativa y siendo
un ejemplo de aquello que deseas transmitir. Ello repercutirá de algún
modo en el otro, que a nivel inconsciente captará tu información y tu
energía, pues todos estamos conectados. No necesitas hacer más.

Son tu energía y tu luz interior, tu sabiduría y tu comprensión, tus


pensamientos y tus acciones, los que a la larga van a influir en los demás
sin necesidad de que te esfuerces ni de que irrumpas descortésmente en
su vida. Permíteles ser lo que son mientras no deseen ser otra cosa.
Recuerda que alguna vez tú fuiste como ellos.

También podría gustarte