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Espero esperar

Faltan dos días para que empiece el Adviento (aunque si uno se fía
de las redes y decorados diversos parecería que ya estamos en
Navidad). Pues esto del Adviento, en creyente, tiene que ver con la
esperanza (y la espera) de la buena noticia que celebramos en
Navidad. Tiene que ver con la paciencia. Y con el deseo. Sin embargo,
a veces uno lo vive -como tantas otras cosas- con algo de rutina, casi
como si fuera lo mismo cada año. Tres tópicos, las citas
correspondientes, tres frases hechas, los lemas de siempre, y ala.
Entonces la esperanza se convierte tan solo en "lo que toca".
Pero, si lo pienso bien, en realidad hay tanto que esperar... (en
el mundo, en la propia vida, en la fe). Hay tantas asignaturas
pendientes en las que puede hacerse luz, justicia, verdad. Hay tanto
que avanzar. Tanto por descubrir. Tanto peso del que despojarse.
Ojalá cuando empiece el Adviento me tome en serio esto de
esperar. No sentado y pasivo, sino en una búsqueda valiente. Esperar
el amor verdadero. Esperar que se despierte la compasión que se me
adormece demasiadas veces. Esperar que la fe siga taladrándome las
certidumbres. Esperar el valor para ser cauce de un evangelio que no
es mío. Esperar a Dios, aquí y ahora.
Ojalá me pregunte por mis deseos más profundos. Y me atreva
a mirar, con claridad, si me conducen a Dios y me abren al prójimo.
Y por ahora, hoy, espero esperar... que aún no es Adviento.

José María Rodríguez Olaizola SJ

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