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Bajtín (la herencia de bajtin)

 podría definir inicialmente el dialogismo como una actuación entre sujetos o, como
le gustaba decir a Bajtín, entre conciencias. En sus términos, la conciencia es un
hecho social que se configura en una relación dinámica entre los signos objetivos de
la cultura y los signos internos del individuo, de modo tal que lo individual es
siempre social. Por lo tanto, la conciencia es un fenómeno que se plasma en una
realidad sígnica y se expresa como acto de comprensión que es «el proceso de
relacionar un signo dado que tiene que ser comprendido con otros signos ya
conocidos; en otras palabras, la comprensión responde al signo mediante signos»
(Voloshinov, 1992: 32 (2016, p. 84)
 Entonces, en principio, el dialogismo es una relación interpersonal, intersubjetiva,
entre un ‘yo’ y ‘otro que no soy yo’, que crea un vínculo que no es solo
comunicativo y significativo, sino expresivo, productor de sentido, siendo ese
sentido producido un acontecimiento discursivo que lleva marcas sociales e
históricas (y que, en otro momento, definirá como enunciado). (2016, p. 84)
 Es incesante y abierto, es infinito, no teleológico, y de allí que Bajtín rechace el
proceso dialógico como síntesis dialéctica y prefiera la dinámica del proceso
abierto, personalizado (2016, p. 88)

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