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Lectura 1 - Derecho Público Provincial PDF
Lectura 1 - Derecho Público Provincial PDF
1.1.1. Concepto: El Derecho Público Provincial era el sistema constitucional de las Provincias,
tal como lo decía Juan Bautista Alberdi en su libro “Derecho Público Provincial Argentino”.
Podríamos decir que es la rama del derecho público que estudia las instituciones provinciales, su
relación con los demás órdenes de gobierno y el sistema de derechos y garantías que rigen la
vida de una provincia determinada.1
En cuanto a los elementos del derecho provincial, teniendo en cuenta que nos encontramos en
presencia de un Estado Federal, con una organización jurídico- político dada por el Art. 121 de la
Constitución Nacional (C.N.), de todo el derecho no delegado expresamente por las provincias al
gobierno nacional, es que también veremos las relaciones que se dan entre la Nación y las
Provincias, considerando que las provincias delegaron en 1853 determinadas competencias y
atribuciones en función de conformar un solo Estado para el gobierno y la administración de
ciertos objetivos.
De este modo, entendemos por regla que todo aquello no delegado de manera expresa a la
Nación corresponde a las Provincias; tendremos en consecuencia como fuentes la Constitución
Nacional y los Tratados de Derechos Humanos con jerarquía constitucional, la Constitución de la
Provincia, las leyes provinciales, los tratados interprovinciales (Región Centro por ejemplo) y
doctrina y jurisprudencia nacional y provincial.
1.2.1. Origen
Ahora bien, como nos encontramos en un esquema de estado federal, debemos comprender qué
significa el federalismo: entendemos por tal la forma de Estado que se caracteriza por la división
de poder. Si bien es cierto y debemos reconocer que como hablamos de técnicas de división de
poder, existen tantos modelos de federalismo como Estados Federales se conocen, en
contraposición con los Estados unitarios que, como bien sabemos, se caracterizan por la
centralización del poder en un solo órgano de gobierno.
1.2. 2. Antecedentes
El federalismo argentino es el resultado de diversos factores que confluyeron y que le dieron las
notas que lo caracterizan: por un lado, la idea federal nacida de la emancipación de 1810, con la
presencia inobjetable y el protagonismo reconocido no sólo de los habitantes de la ciudad de
Buenos Aires sino del reconocimiento de un interior que debía ser escuchado en las decisiones
que se tomarían en relación al ejercicio del poder.
Se generaba la situación de encontrarnos con una sociedad que tenía en frente dos modelos a
adoptar, ambos con sus adeptos (un modelo unitario o un modelo federal), además de las fuertes
1
El alumno podrá ampliar este punto con la lectura de página 1 a la página 21 del libro ‘Derecho Público Provincial’
que coordina el Dr. Antonio María Hernández de la editorial Lexis Nexis del año 2008.
La regla federal es una idea que nace del pensamiento del Dr. Frias, según el cual se busca
fortalecer el sistema federal, delimitando las competencias de las provincias, para así evitar el
avasallamiento de competencias por parte del Estado Nación, esto es, introducir en las
constituciones provinciales una suerte de disposiciones que protejan al Estado provincial; en la
constitución de la provincia de Córdoba lo expuesto se encuentra previsto en el Art. 16.
En dicho artículo se establecen los principios y normas que refieren al goce de la autonomía de
las provincias. Cabe destacar que tal como lo informara el convencional constituyente Antonio
María Hernández, en la Convención Constituyente de 1987, se incorporaron en el mismo algunas
competencias no tradicionales (Incs. 2 a 6).
En consecuencia, los convencionales de 1994 dispusieron una serie de medidas que según su
saber y entender son las que servirían para fortalecer el vapuleado sistema federal.
1.2.3. Evolución
* Municipios. Arts. 5 y 123, donde se deja en claro que el régimen municipal que se
debe garantizar es el autónomo y, en consecuencia, se fortalece la Autonomía Municipal.
2) Senado
* Existencia de 3 senadores (Art. 54) Representación de la minoría. Recordemos
que antes de la reforma se encontraban sólo dos senadores por provincia.
3) Intervención Federal (Art. 5,6, 75 Inc. 31 y 99 Inc. 20) dejando en claro que la
disposición de este remedio es una atribución del Congreso de la Nación y que sólo cuando éste
se encuentra en receso puede ser adoptada por el Poder Ejecutivo Nacional, debiendo
convocarse de manera inmediata el Legislativo para su tratamiento.
B) ECONÓMICO / FINANCIEROS
2
El alumno podrá ampliar este tema con el libro ‘Federalismo, Autonomía Municipal y Ciudad Autónoma de Buenos
Aires en la reforma constitucional de 1994’ del Dr. Antonio María Hernández de Editorial Depalma
Las provincias como estados que son, poseen los mismos elementos constitutivos que el estado
nación, esto es territorio, población y poder.
Cuando hablamos de población nos referimos a esos habitantes que tienen cierto carácter de
permanencia, que viven, en el suelo provincial. Territorio es el espacio, la tierra, el suelo en donde
se van a asentar las personas para conformar un estado y así lograr su subsistencia. Y poder es
el poder de imperio, es el conjunto de normas que van a regir las relaciones de las personas que
habitan en ese territorio determinado, digamos que es la organización jurídica que tiene todo
estado.
Territorio Provincial.
El territorio de las provincias encuentra su reglamentación a partir de lo dispuesto por el Art. 75
Inc. 15 de la Constitución Nacional, cuando dice que es atribución del congreso arreglar
definitivamente los límites del territorio de la Nación, fijar los de las provincias y resulta natural que
así sea, ya que es el Congreso el órgano en el cual se encuentran representados no sólo los
intereses generales de la población (Cámara de Diputados), sino las distintas provincias que
conforman nuestro estado (Cámara de Senadores).
Por tal motivo, en caso de presentarse conflictos será la Corte Suprema de Justicia de la Nación la
que entenderá y resolverá los mismos.
Así, todas las constituciones modernas contienen una columna vertebral de derechos y libertades
fundamentales, a cuyo respecto se obliga el Estado para con los habitantes, y otra de igual
relevancia, con la estructura del poder. La forma de organizar y distribuir el poder es necesaria
Una Constitución, entonces, no sólo debe contener la organización del Estado, sino también el
marco de desarrollo de la sociedad a la que está dirigida y, dentro de él, como condición
importante para que se realicen aquellas aspiraciones y valores supremos de los seres humanos
que la conforman, el reconocimiento a la dignidad y a la libertad de las personas, en el marco de
un plano de igualdad, es decir, teniendo como pilar fundamental el respeto a los derechos
humanos.
Para no caer en un análisis simplista, que tendería a señalar que las constituciones proveen a los
ciudadanos las garantías necesarias para protegerse de las intervenciones del Estado, debemos
tener en cuenta que en la actualidad, y con una democracia lo suficientemente madura, se debe
comenzar a avanzar en una nueva forma de ver la Constitución, que consiste en apreciarla no
sólo como instrumento protector de los derechos de las personas frente a los abusos de poder,
sino también como el mecanismo más útil y eficaz para la defensa de las minorías frente a los
intentos de las mayorías de avasallarlas, como motor de desarrollo de un pueblo en la búsqueda
de garantizar, cada vez más adecuadamente, la calidad de vida de las personas.
En estos últimos años se han fortalecido las bases de nuestro sistema democrático de gobierno,
por lo que corresponde que demos un paso más y trabajemos en pos de mejorar la calidad de esa
democracia conseguida, porque el ciudadano de hoy no se conforma ya con el cumplimiento de
los requisitos formales de esa ley suprema sino que es una persona plenamente consciente de
sus derechos y demanda continuamente un nuevo modelo de desarrollo capaz de traducir esos
conceptos que aún siente abstractos, vacíos de contenidos, en verdaderas herramientas de
transformación social.
La Constitución de la Provincia de Córdoba cuenta como importante reforma la del año 1987, la
motivación de los convencionales constituyentes fue adaptarla a las nuevas épocas que se vivían
y convertirla en un instrumento moderno y capaz de dar las herramientas jurídicas esperadas.
Fundamentalmente debemos considerar que ésta fue producto de un profundo consenso, por lo
que no hay definiciones terminantes, impuestas por la fuerza de los votos, sino que se trata de
pautas consensuadas y ampliamente debatidas. Se reformó el Preámbulo a los principios
consagrados históricamente: se le incorporaron valores tales como la dignidad de la persona
humana, la solidaridad, la democracia participativa y el fortalecimiento de la autonomía municipal.
El bloque de la Unión Cívica Radical, por su parte, manifestó que llegaba al recinto a reformar la
Constitución Provincial, porque el pueblo así lo había dispuesto y porque creía que el sistema
electoral para elegir a los integrantes del Poder Legislativo debía ser reformado. Sin embargo se
evidenció la existencia de una falta de debate profundo y de consenso político, lo cual se
vislumbró en el cincuenta por ciento de votos en blanco en la elección para los convencionales3.
Más allá de lo expuesto, se perdió una oportunidad valiosa de hacer una verdadera reforma
constitucional como las que la historia ha demostrado que Córdoba es capaz de hacer, cuando así
es su voluntad, avanzando en la incorporación del Consejo de la Magistratura, de dotar al Consejo
Económico y Social de facultades reales, en ir más allá e incluir nuevas pautas para garantizar
aún más la autonomía de los municipios, en dar legitimación procesal al Defensor del Pueblo y en
incorporar de manera directa la garantía del hábeas data, entre muchos otros temas.
Ahora bien, mirando la constitución de la provincia de Córdoba, en primer lugar debemos decir
que la Constitución de la Nación es la norma jurídico-política que crea al Estado Federal y sienta
las bases fundamentales de la organización de los Estados provinciales. Satisfechas las bases
fundamentales, las provincias tienen un amplio margen para establecer en sus constituciones la
organización de sus instituciones sin ninguna dependencia.
3
Ver diario de Sesiones de la Convención Constituyente Provincial 2001
2.2 La Región.
El Art. 124 de la ley suprema dispone, en su primera parte: "Las provincias podrán crear regiones
para el desarrollo económico y social y establecer órganos con facultades para el cumplimiento de
sus fines".
Naturalmente, tendrá que ponerse énfasis en el desarrollo de las economías regionales para
asegurar una Argentina que no siga siendo un desierto, como decía Alberdi, con algunas
pequeñas islas de desarrollo económico, sino que exista la posibilidad de un desarrollo equilibrado
de la Argentina"
Aunque el mapa regional se encuentra casi formalizado con las regiones ya constituidas del gran
Norte Argentino, Patagonia, Nuevo Cuyo y Centro, (faltando sólo la integración de la Provincia de
Buenos Aires y de la ciudad Autónoma), no se aprecia un avance de dicho proceso y mucho
menos que la conformación de la misma haya servido para lograr el objetivo planteado.
Éstas deben observar que no sean acuerdos que vayan en contra de la política exterior fijada por
el gobierno nacional, que no comprometan el crédito público y que sea puesto en conocimiento del
Congreso, esto es que el Congreso de la Nación no presta su consentimiento sino que controla el
cumplimiento de las pautas establecidas en la carta magna (Art. 125 Constitución Nacional).
Pero no debemos dejar de reconocer que la regla ratificada y fortalecida por los convencionales
sufrió modificaciones, a medida que se fue produciendo el proceso de centralización del país;
incluso la propia jurisprudencia de la Corte Suprema fue admitiendo los avances del gobierno
central, situación más presente hoy que nunca.
Son poderes prohibidos a la Nación, el dictar las constituciones provinciales, establecer impuestos
directos, dictar leyes procesales, disponer el régimen municipal, la administración de justicia, la
educación primaria, etc. A su vez, las provincias conservan todos los poderes no delegados de
manera expresa a la nación por lo que, lo que no le fue delegado, le esta prohibido.
La Nación y las Provincias tienen poderes concurrentes en las llamadas “cláusulas de progreso”
que tienden a garantizar el bienestar para toda la población, según reza el Art. 75 Incs. 2 y 125.
Las provincias no pueden ejercer aquellos poderes delegados expresamente, como por ejemplo,
dictar códigos de fondo, manejo de relaciones exteriores, expedir leyes de ciudadanía, disponer la
guerra o firmar la paz, etc.
Es la potestad, la facultad que tiene el Estado de limitar, restringir, reglamentar el ejercicio de los
derechos de la persona para de este modo poder garantizar la normal convivencia en comunidad.
Debemos tener en cuenta que es una de las facultades concurrentes entre los órdenes de
gobierno por la importancia que reviste, pero prioritariamente y atendiendo al principio de
proximidad, es una atribución que ejercen las provincias.
El profesor Bidart Campos sostiene que el principio de legalidad “es verdaderamente formalista en
cuanto exige la ley formal para mandar o prohibir. Pero no basta, se requiere que la ley sea
4. La Provincia en la Nación
Inmediatamente después, el Inc. 2 del Art. 75 prescribe como coparticipables a los tributos
indirectos internos y a los directos que en forma excepcional recaude el gobierno nacional, salvo
la parte o el total de ellos que tengan asignación específica. Esta última cuestión fue objeto de
intensas negociaciones, ya que fue un sistema comúnmente utilizado para detraer fondos de la
masa coparticipativa perjudicando a las provincias, y por ello se fijaron especiales condiciones en
el Inc. 3, como oportunamente se apreciará. Tampoco integran la masa coparticipable los tributos
que corresponden a las provincias que poseen recursos naturales, v.gr., regalías petroleras, como
una derivación de su propiedad, reconocida en el Art. 124 de la Ley Suprema.
Seguidamente el Inc. 2 expresa: "Una ley-convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y
las provincias, instituirá regímenes de coparticipación de estas contribuciones, garantizando la
automaticidad en la remisión de los fondos".
Dicha ley-convenio debe cumplir además las siguientes condiciones según la ley suprema: 1) El
Senado es la Cámara de origen. 2) La sanción debe ser con la mayoría absoluta de la totalidad de
los miembros de cada Cámara. 3) No puede ser modificada unilateralmente. 4) Tampoco puede
ser reglamentada. 5) Debe ser aprobada por las provincias. 6) La distribución entre la Nación, las
provincias y la Ciudad de Buenos Aires, y entre éstas, se efectuará en relación directa a las
competencias, servicios y funciones de cada una de ellas, contemplando criterios objetivos de
reparto. 7) Estos criterios deben ser: la equidad, la solidaridad y la prioridad para lograr un grado
equivalente de desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio
nacional.
Estos especiales requisitos intentaron revertir, por un lado, las simples adhesiones que las
provincias debían prestar a la legislación que imponía casi siempre el gobierno central frente a la
dependencia de las provincias y, por otro lado, fijar un régimen definitivo con reglas claras, que
permita un desarrollo equilibrado de la federación, en lugar de la arbitrariedad que ha signado la
relación Nación-provincias.
La reforma ha impuesto criterios de reparto, tanto para la distribución primaria como para la
secundaria. En relación a la distribución primaria, es decir, entre la Nación por un lado y las
provincias y la Ciudad de Buenos Aires por el otro, se señala: a) lo vinculado a asignaciones
específicas, recientemente analizadas, y b) "la relación directa a las competencias, servicios y
funciones de cada una de ellas contemplando criterios objetivos de reparto", como sostiene el Inc.
2 del Art. 75, en una frase que se correlaciona con un párrafo posterior de la misma norma que
expresa: "No habrá transferencia de competencias, servicios o funciones sin la respectiva
reasignación de recursos, aprobada por ley del Congreso cuando correspondiere y por la provincia
interesada o la Ciudad de Buenos Aires, en su caso".
Resaltamos la trascendencia de este criterio, ya que una de las herramientas del gobierno federal
para lesionar el federalismo fue imponer trasferencias de competencias, servicios o funciones a
las provincias o a la Ciudad de Buenos Aires, con lo que centralizó recursos y federalizó los
déficits, situación del traspaso de la policía a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Más adelante volveremos a abordar este tema, completando el punto 4.1 del programa, a través
de algunos gráficos que le facilitarán la comprensión sobre los aspectos financieros del
federalismo que venimos trabajando en el presente módulo.
La materia servicio público no está suficientemente elaborada doctrinariamente y sólo tienen una
justificación constitucional los que denominamos “grandes servicios públicos”.
Algunos autores como Bielsa, Greca, Marienhof, etc. se apoyan en la teoría “funcional” que
considera servicio público según la importancia de la necesidad que se pretenda atender.
Entendemos que la propia definición sobre el servicio público, que aquí se ha adoptado como
mayormente aceptada, la teoría “funcional”, es la que define la cuestión. En efecto, esta teoría
En definitiva se trata de la actividad por la cual se satisface una necesidad colectiva a través de un
procedimiento de Derecho Público, cuyos caracteres son la continuidad, la regularidad, la
uniformidad y la igualdad en la prestación; la titularidad está en manos de Estado, quien es el que
debe garantizar su cumplimiento a través de los instrumentos que dispone, ya que los servicios
públicos pueden ser prestados en forma directa por la administración pública o por medio de
concesionarios o prestatarios.
Coparticipación impositiva
Gobierno FEDERAL
Impuestos Indirectos externos (aduaneros):
En forma excluyente y permanente.
(Arts. 4, 9, 67 inc. 1º y 108 CN).
Indirectos internos:
En forma permanente y concurrente con las
Provincias (Art. 4 CN)
Directos:
Excepcionales (Art. 67 inc. 2º CN)
PROVINCIAS
Impuestos Indirectos Internos:
En forma concurrente y permanente con el
gobierno Federal (Art. 4º CN).
Directos:
En forma excluyente y permanente, salvo que el gobierno
Federal utilice la facultad otorgada por el Art. 67 inc. 2º CN.
1. Introducción
Observando cómo los gobiernos centrales, en especial el de nuestro país, usan sus
poderes fiscales para influir o controlar a los gobiernos provinciales y municipales, por diversas
vías, en este trabajo explicaremos la relación existente entre el federalismo fiscal y el sistema
político institucional de nuestro país.
Veremos si, en la conexión entre el sistema político y el sistema fiscal, se encuentra alguna
explicación que nos lleve a determinar cuál es la relación que se da entre el gobierno nacional, las
provincias y los municipios.
Por último, podremos entender cuál es la relación que se da entre los distintos órdenes de poder
en nuestro país y su posible influencia en el sistema político y fiscal adoptado.
2. Federalismo argentino.
Cuando hablamos de federalismo, nos referimos a una forma de organización del poder, donde
existen diferentes órdenes de gobierno con facultades y atribuciones determinadas.
Federalismo es una forma de organización territorial del poder, que se expresa de diversas formas
y que se presenta en una gran variedad de modelos político – constitucionales, en el mundo
actual4. Es una técnica de distribución del poder del Estado, a través de la cual los distintos
centros de poder se reservan cierto grado de autogobierno.
Por este sistema de distribución de competencias propias de un Estado federal, las fuerzas
centrípetas y centrifugas se ven coordinadas, cooperando, en el concierto federal, reconociendo
como eje articulador al gobierno nacional en el diseño de las políticas públicas, principalmente.
4
Veintiocho países en los que habita el 40% de la población mundial se autodenominan federales. Bélgica,
Etiopía y España países originariamente unitarios se están volviendo cada día más federales, otros países
como Bosnia, Sri Lanka, Nepal, República Democrática del Congo adoptaron el federalismo en contextos de
posconflictos.
Generalmente se considera que un Estado es federal, cuando tiene al menos dos órdenes
de gobierno, (uno para todo el país y otro para las unidades constitutivas de la federación), una
constitución no reformable unilateralmente por el gobierno nacional, una carta magna que atribuya
poderes legislativos, inclusive los fiscales, autonomía en cada uno de los órdenes de gobierno,
representación de las unidades constitutivas en el poder legislativo nacional, un árbitro para la
resolución de los conflictos de poderes entre los gobiernos y un sistema fuerte de instituciones
que funcionen coordinadamente.
Según nos muestra nuestra historia institucional, el progreso del federalismo está
relacionado con la estabilidad y fortaleza de las instituciones, la vigencia del orden democrático, el
desarrollo económico y social sostenido y el respeto a los derechos humanos. En efecto, el
federalismo es uno de los blancos más atacados, junto con los derechos civiles y garantías
constitucionales, en las épocas de crisis.
5
Art 75 Inc…. Constitución Nacional cuando dice: “Corresponde al Congreso: 1. Legislar en materia
aduanera. Establecer los derechos de importación y exportación, los cuales, así como las avaluaciones
sobre las que recaigan, serán uniformes en toda la Nación.
2. Imponer contribuciones indirectas como facultad concurrente con las provincias. Imponer contribuciones
directas, por tiempo determinado, proporcionalmente iguales en todo el territorio de la Nación, siempre que
la defensa, seguridad común y bien general del Estado lo exijan. Las contribuciones previstas en este
inciso, con excepción de la parte o el total de las que tengan asignación específica, son coparticipables.
Una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias, instituirá regímenes de
coparticipación de estas contribuciones, garantizando la automaticidad en la remisión de los fondos.
La distribución entre la Nación, las provincias y la ciudad de Buenos Aires y entre éstas, se efectuará en
relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada una de ellas contemplando criterios
objetivos de reparto; será equitativa, solidaria y dará prioridad al logro de un grado equivalente de
desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio nacional.
La ley convenio tendrá como Cámara de origen el Senado y deberá ser sancionada con la mayoría absoluta
de la totalidad de los miembros de cada Cámara, no podrá ser modificada unilateralmente ni reglamentada y
será aprobada por las provincias.
No habrá transferencia de competencias, servicios o funciones sin la respectiva reasignación de recursos,
aprobada por ley del Congreso cuando correspondiere y por la provincia interesada o la ciudad de Buenos
Aires en su caso.
Un organismo fiscal federal tendrá a su cargo el control y fiscalización de la ejecución de lo establecido en
este inciso, según lo determine la ley, la que deberá asegurar la representación de todas las provincias y la
ciudad de Buenos Aires en su composición.
3. Establecer y modificar asignaciones específicas de recursos coparticipables, por tiempo determinado, por
ley especial aprobada por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara.”
3. Federalismo Fiscal
Los acuerdos en torno a la recaudación, coparticipación y el gasto público son cruciales tanto
política como económicamente, para el funcionamiento real de todo sistema federal.
Existen algunos principios para distribuir con eficacia los poderes de recaudación de los
ingresos entre los gobiernos de una federación, sin embargo en la práctica, debido a las diversas
disposiciones constitucionales existe gran variación de modelos, de acuerdo a la historia tributaria
de cada uno de los países
Esta realidad normativa ha generado una progresiva centralización del poder en el gobierno
nacional, tanto en materia de gasto público, como de potestades tributarias y facultades
regulatorias. La situación se repite, y aún se acentúa, en cuanto a la relación provincias-
municipios. Los gobiernos locales dependen, de las decisiones y el financiamiento tanto de la
provincia como de la Nación.
6
Conforme a la CN el gobierno federal tiene facultades exclusivas con relación a los derechos de
importación y exportación e impuestos directos “por tiempo determinado”. Nación y provincias gozan de
potestades concurrentes con relación a los impuestos indirectos. Las provincias “conservan todo el poder no
delegado” al gobierno federal, pudiendo, por tanto, imponer tributos directos permanentes.
Una situación a contemplar y que ejemplifica todo lo que venimos sosteniendo es la que se origina
en relación con los recursos naturales. Nuestro país tiene abundantes recursos naturales que
constituyen una fuente importante de ingresos: petróleo, gas, metales, tierras fértiles para el
cultivo, etc. Estos recursos, que están desigualmente distribuidos a lo largo del territorio nacional,
provocan tensiones y desigualdades entre las distintas unidades constitutivas de la federación.
Las discusiones que se dan en torno a esta situación se centran fundamentalmente en quién
recauda, cómo se distribuyen los ingresos provenientes de su explotación, entre otras.
En el interior de las provincias la situación se presenta similar. Las provincias recaudan los
principales tributos, los cuales junto con la coparticipación nacional se distribuye a su vez a los
municipios, en un porcentaje promedio del 15 %.
Esta perversa realidad en cuanto a federalismo fiscal se refiere, presenta las siguientes
desventajas:
1. Falta de correspondencia fiscal: implica la necesidad de que exista un alto nivel de vinculación
entre el gasto que realiza una comunidad y el financiamiento necesario para sustentarlo.
2. Responsabilidad política: este criterio se respeta cuando los dirigentes responden frente a los
votantes por la calidad de las políticas públicas. Esta capacidad de respuesta y control es mayor
cuanto más cercano está el votante del nivel político donde se deciden y ejecutan las políticas
públicas.
Como podemos apreciar hasta aquí, queda claro que las provincias argentinas
dependen de forma excesiva de las transferencias del gobierno central, lo cual constituye la
característica principal del federalismo fiscal argentino.
Al adentrarnos en el estudio del federalismo fiscal argentino, debemos analizar cuáles son los
elementos políticos que caracterizan este sistema.
En primer lugar partimos de la premisa que todo sistema fiscal debe ser el resultado de un
proceso de negociación política, donde los distintos actores jurisdiccionales acuerden su rol. Este
acuerdo se desarrolla en un marco institucional determinado, cuyos lineamientos generales se
encuentran delineados en la Constitución Nacional.
Ahora bien, debemos observar quien se ejecuta el gasto público en esas situaciones, ya que
observamos una gran variedad de modelos al respecto, en algunas el gobierno federal tiene a su
cargo la ejecución de las políticas públicas, mientras que en otras, los gastos de las provincias y
municipios son mayores. La diferencia radica no sólo en los distintos andamiajes constitucionales
sino también a la historia política y cultural de cada uno de ellos.
Suiza, Canadá y Alemania son en las que, el gasto público total del gobierno central es menos del
30%, en nuestro país es más del 60%. En Estados Unidos el gasto de un estado promedio es del
90% y el estado central sólo participa con el 10%
En la mayoría de los Estados Federales, se establece que la mayoría de los impuestos, esto es, la
potestad tributaria originaria la detentan las provincias y de forma excepcional la nación. Éstas, en
un principio, en uso de sus atribuciones, determinaron que resulta más eficiente que determinados
tributos sean recaudados centralizadamente, originando de este modo el sistema de coordinación
fiscal llamado “Coparticipación Federal”.
Cabe preguntarnos si el hecho de que la Nación recaude y coparticipe a las provincias, es una
forma eficiente de recaudar, dada la mayor capacidad de la Nación que la de las provincias, o más
bien, estamos en una simple situación de conveniencia política de estas últimas.
Creemos que si bien es cierto que la administración de ciertos tributos a través del gobierno
nacional resulta conveniente, no es menos cierto que delegar en la Nación tal actividad exime a
los gobernadores de la responsabilidad de recaudar impuestos y de rendir cuentas sobre el uso de
esos fondos.
Los poderes ejecutivos provinciales y municipales no se sienten presionados por sus electorados
por el gasto público, ya que ni los gobernadores, ni los intendentes son actores que los
ciudadanos visualizan con poder autónomo de decisión y acción.
Todo lo cual lleva aparejado múltiples situaciones, gobernadores que, en muchos casos, utilizan al
estado provincial como botín de guerra, la instauración de políticas prebendarias y la anomia total,
que se observa en la ausencia total del estado provincial y municipal como actor protagónico
El sistema electoral que impera en Argentina en todas las provincias, es la base de este
fenómeno. Los ciudadanos votan listas sábanas cuyo acceso está vedado sólo a aquellos que
aseguren una obediencia sin límite al caudillo provincial. 8
7
Anderson George, Una Introducción al federalismo. Ed. Marcial Pons. Madrid 2008. Págs. 55
8
Córdoba es la primera provincia que en el año 2008 sancionó la ley que prevé la boleta única y la
prohibición de sumatorias para la elección de sus autoridades
5. Conclusiones y propuestas
El esquema político y fiscal que se observa en nuestro país, conduce a crear una distancia entre
la política y el ciudadano, convirtiendo a la democracia en un espejismo, que sólo satisface los
intereses de unos pocos.
En ese marco, un nuevo proceso de descentralización política y fiscal y su coordinación entre los
distintos niveles de gobierno, generará un escenario de participación ciudadana absolutamente
imprescindible para devolverle confianza al sistema republicano, constituyendo con ello al
fortalecimiento de la gobernabilidad democracia.
6. Bibliografía
Anderson, George, Una introducción al federalismo. Editorial Marcial Pons. Madrid, España. 2008
Bird, Richard, y Stauffer, Thomas (comps.), Intergovernmental Fiscal Relations in Fragmented
Societies . Institute of Federalism. 2001. Friburgo, Suiza
Hernández, Antonio María, Federalismo, Autonomía Municipal y Ciudad Autónoma de Buenos
Aires en la reforma constitucional de 1994. Editorial Depalma. 1997. Buenos Aires, Argentina
Hernández, Antonio María y otros, Derecho Público Provincial y Municipal. Editorial Lexis Nexis.
2008. Buenos Aires. Argentina