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ELECCION

En esta oportunidad hablaremos de una hermosa doctrina que quizás ha podido causar controversia a
través de los siglos, pero de la cual estoy convencido puede enseñarnos y ser de bendición para nosotros
como hijos de Dios.
Para este artículo explicaré de una manera muy sencilla el tema, por lo que espero que sea del total interés
de todos.
Como texto base usare: 1 Pedro 1: 2
“Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con
la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicada”
DIOS TRINO
En una primera instancia podemos ver que el versículo nos habla de Dios trino, y por trinidad entendemos
a Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El orden que nos da Pedro es Padre, Espíritu Santo e
Hijo:
 Elegidos según la presciencia de Dios Padre – Dios Padre
 En santificación del Espíritu – Dios Espíritu
 Para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo – Dios Jesucristo
DIOS PADRE
El versículo nos dice que Dios Padre nos conoce de antemano conforme a su presciencia:
¿QUÉ SIGNIFICA PRESCIENCIA?
Amamos la Biblia porque creemos que nos dice la verdad sobre Dios; creemos que toda la escritura es
inspirada por Dios, por lo que, si Pedro usa la palabra presciencia será porque tiene una importancia
significativa para nosotros los creyentes.
Entonces, presciencia es una palabra sobre la cual los cristianos hemos discutido su significado. Algunos
dicen: Que Dios lo ve todo desde un extremo del tiempo y vio que nacerías, que elegirías amarle, así que Él
eligió amarte, sabiendo que elegirías amarle.
Sin embargo, presciencia significa que Dios crearía la tierra, que te crearía a ti, que un día nacerías, sabía
que tú pecarías, que tus obras serian malas, que necesitarías un salvador, y que enviaría a Jesús a la cruz
por tus pecados, y aun así Él te amó primero.
Presciencia es amor desde antes del principio del tiempo “Dios ama primero”, Dios nos ama desde antes
de que el mundo fuese creado.
Desde antes de la fundación del mundo, Dios en Su soberanía y conocimiento absoluto de la historia de la
humanidad, sabía que pecaríamos contra Él y que nos revelaríamos a sus preceptos, y que enviaría a Jesús
para morir por nuestros pecados y ser nuestro salvador.
No obstante, esto no significa que Él sea responsable de nuestros pecados; ni que nos hizo pecar; pero nos
creó aun sabiendo que lo haríamos, y sabiendo que tenía un plan para amarnos con amor eterno, por
siempre y para siempre.
Así de grande, majestuoso, increíblemente y perfecto es nuestro Dios. Entonces, no es solo que Dios Padre
nos conocería de antemano, sino que fuimos amados antes de que el tiempo empezara. Esto es una verdad
maravillosa y poderosamente liberadora.
ELEGIDOS
Esta si es una palabra sobre la cual se ha debatido. Por lo que sabemos de algunos que dicen: “Dios escogió
a aquellos que sabía que le elegirían a Él”
Pero ¿Qué dice la Biblia?, dice que nadie busca a Dios, que nadie mira a Dios, nadie elige a Dios (Rom 3).
Por lo contrario Dios no elige a aquellos que sabía que le erigirían, Dios elige a aquellos que nunca le habrían
elegido. Es decir, usted y yo.
Dios elige a los despreciables, a los pecadores, a los débiles, a los inmerecedores como yo. Si Dios no nos
hubiera elegido. La biblia estaría equivocada al decir, que Dios nos amó primero.
No somos buenos pero somos amados, no lo merecíamos pero somos amados, no hicimos nada bueno y Él
nos dio Su gracia, a pesar de lo que somos, debido a lo que es Él, esa es la elección.
Alguien preguntara ¿Dios me eligió a mí?, la respuesta es: Sí, porque Él es bueno, todo está en Él.
Esto hace que el pecador más pecador, la persona que está más alejada de Dios, la persona con el corazón
más rebelde y duro, aún tenga esperanza, porque el asunto no está en nuestra elección, el asunto está en
Dios.
Este tema no tiene como objeto ser debatido o generar controversia, por el contrario debería ser celebrado
por todos los creyentes hijos de Dios; pues Dios es maravilloso, glorioso, lleno de gracia, compasivo y
amoroso. Él te escogió y te ama.
Hay una frase de un gran maestro de la Biblia Juan Calvino que dice:
“No tengo más esperanza, ni refugio que su elección. En la que toda mi salvación se fundamenta”
A lo que Juan Calvino se refiere es que si Dios en Su pasado eterno me conoció de antemano, decidió
amarme y me eligió para salvación, envío a Su Hijo Jesucristo en mi lugar, para morir por todos mis pecados,
me regeneró y me renovó por el poder del Espíritu Santo. Entonces nunca me dejará, nunca me abandonará
porque “el que empezó la buena obra, será fiel en terminarla”.
Si Dios nos ama desde antes de que el tiempo empezara, desde antes de que llegáramos a hacer algo bueno
o malo, nos dio riquezas en Cristo Jesús, y a pesar de que no merecíamos nada, entonces Él no nos fallará.
1 Pedro 1: 2 “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser
rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicada”
LA SANTIFICACION DEL ESPIRITU
No puedes tener una vida cristiana sin estar conscientes del poder y la obra del Espíritu Santo en tu vida.
Esto es maravilloso, tú eres templo del Espíritu Santo, y Él te capacita para obedecer, te convence de
pecado, de justicia y de juicio, te ayuda a pensar bíblicamente, a lamentarte por tu pecado y te lleva a
conocer a Dios y a personas que aman a Dios. El Espíritu Santo está actuando en ti, hasta que veas a Jesús
cara a cara.
ROCIADOS POR LA SANGRE DE CRISTO
Jesús experimentó muerte y nosotros recibimos vida. Todo está cumplido, la salvación está cumplida en la
muerte de Jesús y en el derramamiento de su sangre. Todo lo que necesitamos para salvación de nuestros
pecados es Cristo.
Entonces:
 El Padre nos conoce de antemano y nos elige
 Jesús nos limpia con Su sangre
 y el Espíritu Santo nos santifica para ser más como Jesús.
Para terminar quiero contarte una ilustración que escuche alguna vez y nos muestra esto como una obra
de amor: “El padre por amor al Hijo le da una esposa -La iglesia-, El Hijo por amor al Padre da su vida por
ella , y el Espíritu Santo por amor al Padre y al Hijo la trae a la salvación”
DIOS TE BENDIGA.

¿Qué es y qué no es la doctrina de la elección?

La iglesia que se rehúsa a enseñar doctrina debilita a sus miembros, trabaja contra su unidad, invita a
la inestabilidad en su congregación, merma convicción dentro de sus miembros e inhabilita su
progreso futuro. Es imposible que exageremos la importancia de la doctrina. Esta verdad es necesaria
que se exponga constantemente delante de cada creyente. (Florida Baptist Witness, April 17, 1975).
Debido a lo anteriormente señalado, y a que la doctrina de la elección es mal entendida o tergiversada
por un gran número de personas, propongo dar un repaso por las Escrituras para recordar esta
maravillosa doctrina. ¡Allá vamos!

¿Qué no es la elección?
– No ocurre después de la Salvación, sino que es Para Salvación. II Ts. 2:13, 14; Ef. 1:4; Ro. 8:29,
30.
– No es excluyente de los medios con que se ofrece la Salvación. II Ts. 2:14; Ef. 1:5, 13; II Ti.
2:10; I P. 1:2.
– No hace acepción de personas. Ro. 9:18-24.
– La Fama, riqueza, sabiduría, posición, etc, no hizo que Dios se inclinara por algunos y los
eligiera (Job 34:19).
– No significa “elección para salvación sin considerar nada más”, sino que es para salvación por
medio de la redención de Cristo, aplicada por el Espíritu por medio del Evangelio. Juan 6:37; Rom.
10:17; I Tes. 1:4, 5; II Tes. 2:13, 14; Hech 13:48.
– No es opuesta al Evangelio, sino que el Evangelio es el medio para completar el propósito de la
elección. I Co. 1:21.
– No es un enemigo de la justicia, sino que con el uso de los medios designados hace que los que
una vez eran impíos vivan piadosamente. Ef. 2:4.
– No está basada en fe o en obras que Dios haya visto de anticipado en alguien, más
bien, produce fe y obras. Rom. 9:11-16; 11:5, 6; Filip. 1:6; II Tim. 1:9; Efes. 2:8-10; Hech 13:48; I
Cor. 3:5; Rom. 12:3; Efes 4:7; Hech 5:31; II Tim. 2:25.
– No cierra la puesta de la salvación, sino que abre la puerta a todos los que vengan a
Cristo. Juan 6:37, 44, 63, 65; 10:9; 14:6.
– No es un estorbo para la predicación del evangelio, sino que asegura el éxito del evangelio. Isa.
55:11; Juan 10:27; 6:37, 45; 17:20, 21;Hech 15:14; 16:14; 18:27; II Tim. 2:9, 10. Además, la
predestinación nos motiva e impulsa a la evangelización (para ver una explicación a
esto pinchar aquí)
– No [es] solamente de los Judíos. Rom. 9:24; 11:5-8, 11, 12, 25; Jn 11:52.
– No [es] solamente para servicio, sino para salvación. II Tes. 2:13, 14; II Tim. 2:10.
– No es fatalismo, sino que es la obra soberana, sabia y perfecta de Dios. I Ts. 1:4; Ro. 8:28, 30.
– No destruye el llamado “libre albedrío”. El albedrío del hombre es su deseo, intención o
selección. Su selección es el pecado. Jn 3:19, 20; 5:40; 3:11; 2:2, 3; 4:17-19; Jer. 17-9; 13:23; etc. El
hombre en su estado natural escoge “libremente” el pecado y por la gracia de Dios, los elegidos son
habilitados para escoger libremente a Cristo — Sal. 65:4; 110:3; Jn. 6:44, 65; Hc. 13:48.
– No es anti-misionera, sino que da fundamento a las misiones. Jn. 6:37; 17:20,21; II Ti. 2:10;
Is. 55:11; II P. 3:9, 15.
– No destruye la responsabilidad del hombre. Los hombres son responsables sea cual sea la
cantidad de luz que posean, sea la conciencia (Ro. 2:15), la naturaleza (Ro. 1:19, 20), la ley escrita
(Ro. 2:1727), o el evangelio (Mc. 16:15, 16). La incapacidad del hombre para hacer justicia no le exime
de su responsabilidad, del mismo modo que a Satán no le exime su incapacidad de hacer el bien.
– No hace a Dios injusto. Su bendición hacia un gran número de pecadores indignos con la
salvación no es injusticia para con el resto de pecadores igualmente indignos. Si un juez perdona
algún convicto, ¿es esto injusticia para el resto de convictos? I Tes. 5:9.
– No desalienta a los pecadores convencidos, sino que les invita a acercarse a Cristo. “el que
tenga sed, venga y beba” (Apoc. 17:17). El mismo Dios que hace que haya convicción de pecado es el
mismo Dios que salva al convicto. El Dios que salva es el Dios que ha elegido para salvación, y es el
mismo que hace la invitación.
– No desalienta la oración. Por el contrario, nos acerca a Dios, porque solamente es El quien
salva. La oración verdadera es el clamor del Espíritu; y de esta manera está en armonía con la
voluntad de Dios.
– No es de los hombres. La Biblia enseña que la elección es “de Dios” I Ts. 1:4; Jn. 10:16; I Jn.
4:10, 19.
– No es por razonamiento, sino por Revelación. Al principio no es grata a la razón humana, pero
cuando se acepta la Palabra de Dios, entonces se vuelve la única forma “razonable.” Mt. 20:15.

¿Qué es la elección? Según todos los versos bíblicos anteriormente referenciados, la Elección es la
selección eterna que Dios hace de personas para vida eterna – no por causa de algún mérito que Dios
haya visto de antemano en ellos, sino por causa de su misericordia en Cristo – como consecuencia de
lo cual son llamados, justificados y glorificados.

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