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RITUAL DEL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE


LOS ENFERMOS
C. La paz del Señor a esta casa y a todos los
aquí presentes.
Luego, si es oportuno, rocía con agua bendita al
enfermo y a la habitación, diciendo esta fórmula:
C: Que esta agua nos recuerde nuestro
bautismo en Cristo, que nos redimió con
su muerte y resurrección.
Seguidamente puede decir la siguiente oración:
C. Señor, Dios nuestro, que por medio de tu
apóstol Santiago nos has dicho: “¿Está
enfermo alguno de vosotros? Llame a los
presbíteros de la Iglesia, y que recen sobre
él, después de ungirlo con óleo, en nombre
del Señor. Y la oración de fe salvará al
enfermo, y el Señor lo curará y, si ha
cometido pecado, lo perdonará”. Escucha
la oración de quienes nos hemos reunido
en tu nombre y protege
misericordiosamente a N., nuestro
hermano enfermo (y a todos los otros
enfermos de esta casa). Por Jesucristo,
nuestro Señor.
R. Amén.
El sacerdote invita a los fieles a la penitencia:
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C. Hermanos: para participar con fruto en
esta celebración, comencemos por
reconocer nuestros pecados.
Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos
juntos, hacen la confesión:
TODOS. Yo confieso ante Dios
todopoderoso y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego
a Santa María, siempre Virgen, a los
ángeles, a los santos y a vosotros,
hermanos, que intercedáis por mi ante
Dios, nuestro Señor.
El sacerdote concluye:
V. Dios todopoderoso tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna.
R. Amén.
V. Escuchemos ahora, hermanos, las
palabras del santo Evangelio según San
Mateo (15, 29-31).
En aquel tiempo, Jesús bordeando el lago de
Galilea, subió al monte y se sentó en él.
Acudió mucha gente llevando consigo
tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y
muchos otros; los echaban a sus pies, y él
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los curaba. La gente se admiraba al ver
hablar a los mudos, sanos a los lisiados,
andar a los tullidos y con vista a los ciegos,
y dieron gloria al Dios de Israel.
Palabra del Señor.
R. Te alabamos Señor.
O también
Escuchemos ahora, hermanos, las palabras
del santo Evangelio según San Lucas 7, 1‒
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Cuando Jesús terminó todas sus palabras al
pueblo que le oía, se fue a Cafarnaúm. Y
el siervo de cierto centurión, a quien éste
apreciaba mucho, estaba enfermo y a
punto de morir. Al oír hablar de Jesús, el
centurión envió a Él unos ancianos de los
judíos, pidiéndole que viniera y salvara a
su siervo. Cuando ellos llegaron a Jesús,
le rogaron con insistencia, diciendo: El
centurión es digno de que le concedas
esto; porque él ama a nuestro pueblo y fue
él quien nos edificó la sinagoga. Jesús iba
con ellos, pero cuando ya no estaba lejos
de la casa, el centurión envió a unos
amigos, diciéndole: Señor, no te molestes
más, porque no soy digno de que entres
bajo mi techo; por eso ni siquiera me
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consideré digno de ir a ti, tan sólo di la
palabra y mi siervo será sanado. Pues yo
también soy hombre puesto bajo
autoridad, y tengo soldados bajo mis
órdenes; y digo a éste: “Ve”, y va; y a otro:
“Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”,
y lo hace. Al oír esto, Jesús se maravilló
de él, y volviéndose, dijo a la multitud que
le seguía: Os digo que ni aun en Israel he
hallado una fe tan grande. Y cuando los
que habían sido enviados regresaron a la
casa, encontraron sano al siervo.
R. Te alabamos Señor.
A continuación se recitan las letanías:
V. Tú, que soportaste nuestros sufrimientos
y aguantaste nuestros dolores, Señor, ten
piedad.
R. Señor, ten piedad.
V. Tú, que te compadeciste de la gente y
pasaste haciendo el bien, y curando a los
enfermos, Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
V. Tú que mandaste a los apóstoles imponer
las manos sobre los enfermos, Señor, ten
piedad.
R. Señor, ten piedad.
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Si el sacerdote ha de bendecir el óleo dentro del rito,
procederá así:
C: Señor Dios, Padre de todo consuelo, que
has querido sanar las dolencias de los
enfermos por medio de tu Hijo: escucha
con amor la oración de nuestra fe y
derrama desde el cielo tu Espíritu Santo
Defensor sobre este óleo.
Tú que has hecho que el leño verde del olivo
produzca aceite abundante para vigor de
nuestro cuerpo, enriquece con tu
bendición + este óleo, para que cuantos
sean ungidos con él sientan en el cuerpo y
en el alma tu divina protección y
experimenten alivio en sus enfermedades
y dolores.
Que por tu acción, Señor, este aceite sea para
nosotros óleo santo, en nombre de
Jesucristo, nuestro Señor.
Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
R. Amén
Si el óleo está ya bendecido, dice sobre él una oración
de acción de gracias:
V. Bendito seas Dios, Padre todopoderoso,
que por nosotros y por nuestra salvación
enviaste a tu Hijo al mundo.
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R. Bendito seas por siempre, Señor.
V. Bendito seas, Dios, Hijo unigénito, que te
has rebajado haciéndote hombre como
nosotros, para curar nuestras
enfermedades.
R. Bendito seas por siempre, Señor.
V. Bendito seas Dios, Espíritu Santo
Defensor, que con tu poder fortaleces la
debilidad de nuestro cuerpo.
R. Bendito seas por siempre, Señor.
V. Mitiga, Señor, los dolores de este hijo
tuyo, a quien ahora, llenos de fe, vamos a
ungir con el óleo santo; haz que se sienta
confortado en su enfermedad y aliviado en
sus sufrimientos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
R. Amén.
El sacerdote toma el santo óleo y unge al enfermo en la
frente y en las manos, diciendo una sola vez:
C. POR ESTA SANTA UNCIÓN Y POR
SU BONDADOSA MISERICORDIA TE
AYUDE EL SEÑOR CON LA GRACIA
DEL ESPÍRITU SANTO.
R. AMÉN.
C. PARA QUE, LIBRE DE TUS
PECADOS, TE CONCEDA LA
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SALVACIÓN Y TE CONFORTE EN LA
ENFERMEDAD.
R. AMÉN.
Después dice esta oración:
C. Oremos. Te rogamos, Redentor nuestro,
que por la gracia del Espíritu Santo, cures
el dolor de este enfermo, sanes sus
heridas, perdones sus pecados, ahuyentes
todo sufrimiento de su cuerpo y de su alma
y le devuelvas la salud espiritual y
corporal, para que, restablecido por tu
misericordia, se incorpore de nuevo a los
quehaceres de su vida. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
C. Y ahora, todos juntos, invoquemos a Dios
con la oración que el mismo Cristo nos
enseñó:
TODOS: Padre nuestro…
C. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.
C. La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda
sobre vosotros y os acompañe siempre.
R. Amén.
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BENDICIÓN DE ACEITE Y SAL PARA
LIBERACIÓN Y EXORCISMO

BENDICIÓN DEL AGUA


C. Te exorcizo, agua, en nombre de Dios
Padre, en nombre de Jesucristo su Hijo
nuestro Señor, y con el poder del Espíritu
Santo, para que seas agua exorcizada y
ahuyentes todo poder del enemigo.
C. Oh Dios, atiende nuestra oración e
infunde la fuerza de tu bendición a esta
agua para que cuantos la usen queden
libres de toda influencia del mal y del
maligno; y se aleje de ellos y de los
lugares bendecidos con ella cualquier
influencia maligna de maleficios,
maldición, atadura, espiritismo…, de
modo que todos seamos protegidos por la
aspersión de esta agua, y quedemos libres
de cualquier enfermedad o poder del
enemigo infernal y seamos defendidos por
el poder de la sangre Jesucristo Nuestro
Señor que vive y reina por los siglos de los
siglos.
R. Amén.
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BENDICIÓN DE LA SAL
C. Te exorcizo sal por el Dios vivo, por el
Dios verdadero y por el Dios santo, para
que te conviertas en sal exorcizada para
salud de los fieles tanto en el cuerpo como
en el alma y para que, en los lugares donde
sea puesta esta sal bendita, se aleje todo
poder del enemigo y todo espíritu
maligno.
C. Oh Señor, imploramos tu misericordia
para que te dignes bendecir y santificar
esta sal a fin de que se convierta en sal
exorcizada para bien del cuerpo y del alma
de los creyentes que la consuman; y para
que en todo aquello que sea tocado por
ella el maligno carezca de todo poder e
influencia.
R. Amén.
(Se puede echar la sal al agua bendita tres veces, a
manera de cruz, diciendo: Que esta mezcla de sal y agua
se realice en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén).

BENDICIÓN DEL ACEITE


C. Te exorcizo, aceite, por Dios Padre que
hizo todo lo que existe. Que se aleje de
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este aceite toda fuerza del maligno y toda
acción diabólica a fin de que todos los que
sean bendecidos con él sean protegidos en
el alma y el cuerpo de toda tentación,
insidia, influencia y distracción del
maligno enemigo por la fuerza de la
muerte y resurrección de Nuestro Señor
Jesucristo que vive y reina en unión con el
Padre y el Espíritu Santo por los siglos de
los siglos.
Oh Dios, dígnate bendecir y santificar este
aceite con el cual mandaste ungir a los
enfermos, a fin de que una vez obtenida la
salud, te den las gracias. Y te pedimos que
cuantos usen este aceite, que hemos
bendecido en tu Nombre, queden libres de
toda enfermedad, de cualquier maleficio,
influencia, insidia, o tentación del
maligno. Te lo pedimos Padre en el
Nombre de Jesucristo tu Hijo que derramó
su sangre en la cruz por nuestra salvación
y que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de
los siglos.
R. Amén.
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BENDICIÓN DE TODAS LAS COSAS
I
C. Oremos. Oh Dios, que con tu palabra todo
lo santificas, bendice este objeto, y por la
invocación de tu Santísimo Nombre
concede la salud del cuerpo y la
protección del alma, a cuantos usen de él,
con ánimo agradecido, conforme a tus
mandamientos y a tu Voluntad. Por Cristo
Nuestro Señor.
R. Amén.
II
C. La bendición de Dios Omnipotente, del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y permanezca
para siempre.
R. Amén.

BENDICIÓN DEL AGUA


I
C. Señor, Dios Todopoderoso, que eres la
fuente y el principio de la vida del cuerpo
y del espíritu, dígnate bendecir + esta agua
que vamos a utilizar con fe para implorar
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el perdón de nuestros pecados y para
alcanzar la protección de tu gracia contra
todas las enfermedades y asechanzas del
enemigo. Concédenos, Señor, por medio
de tu misericordia, que el agua viva nos
sirva siempre de salvación, para que
podamos acercarnos a Ti con un corazón
limpio y evitemos todo mal del alma y del
cuerpo. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
II
C. Señor, Padre Santo, Dirige tu mirada
sobre nosotros, que redimidos por tu Hijo,
hemos nacido de nuevo del agua y del
Espíritu Santo en la fuente bautismal;
concédenos, te pedimos, que todos los que
reciban la aspersión de esta agua queden
renovados en el cuerpo y en el alma y te
sirvan con limpieza de vida. Por Jesucristo
nuestro Señor.
R. Amén.
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BENDICIÓN DE UNA IMAGEN
I
C. Dios todopoderoso y eterno, Tu permites
esculpir o pintar imágenes de tus Santos, a
fin de que, al contemplarlas, meditemos y
tratemos de imitar sus obras y sus
virtudes. Por eso te pedimos que bendigas
+ y santifiques esta imagen, hecha en
honor y recuerdo de... (Ntro. Señor
Jesucristo, La Sma. Virgen María, San...).
Te rogamos que a quienes procuren, delante
de esta imagen, tributar culto y honrar a ...
, por sus méritos e intersección les
concedas tu gracia en este mundo y la
gloria eterna en la vida futura. Por Cristo
nuestro Señor.
R. Amén.
II De Jesucristo:
C. Oh Dios, tú habitas en una luz inaccesible
y nos has amado tanto que, siendo
invisible, te nos has hecho visible en
Cristo; mira con bondad a estos hijos
tuyos, que han dado forma a esta imagen
de tu Hijo, y haz que al venerarla, se vayan
transformando en la realidad que esta
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imagen representa. Por Jesucristo nuestro
Señor.
R. Amén
III De la Virgen
C. Oh Dios, que en la Santísima Virgen has
dado a tu Iglesia una imagen de la gloria
futura a la que esperan llegar tus fieles,
que han elaborado esta imagen de la Santa
María, alcen confiadamente sus ojos hacia
ella que resplandece como modelo de
virtudes para todo el pueblo de tus
elegidos. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
IV De los Santos
C. Oh Dios, fuente de toda gracia y santidad,
míranos con bondad a nosotros tus
servidores, que hemos dispuesto esta
imagen de San N. , y haz que
experimentemos la intersección de este
santo, el cual convertido en amigo y
coheredero de Cristo, resplandece como
testigo de vida evangélica y como egregio
intercesor ante ti. Por Jesucristo nuestro
Señor.
R. Amén.
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BENDICIÓN DE OBJETOS DE PIEDAD Y
ROSARIOS.
C. El Señor, con su bendición +, se digne
aumentar y fortalecer tus sentimientos de
piedad y devoción, para que transcurras
sin tropiezo tu vida presente y alcances
felizmente la eterna. Por Jesucristo
nuestro Señor.
R. Amén.
Rosario:
C. En memoria de los misterios de la vida,
muerte y resurrección de nuestro Señor,
para honra de la Virgen María, Madre de
Cristo y de la Iglesia, sea bendecida la
persona que ore devotamente con este
rosario: en el nombre del Padre + y del
Hijo y del Espíritu Santo.
R. Amén.

BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DEL ESCAPULARIO.


C. Oremos: Señor nuestro Jesucristo,
Salvador del género humano, santifica +
este hábito que tu siervo/a ha resuelto
llevar por amor a Tí y a tu Santísima
Madre, la Virgen María del Monte
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Carmelo. Que por la intercesión de esta
misma Señora sea defendido de los
ataques del enemigo y persevere en tu
gracia hasta la muerte. Tú que vives y
reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Y asperge el hábito con agua bendita.
C. Padre nuestro…
Lo impone a cada persona diciendo:
C. Recibe este hábito bendito, suplicándole
a la Santísima Virgen que, por sus méritos,
puedas llevarlo sin mancha, te defienda de
toda adversidad y te conduzca a la vida
eterna.
R. Amén.
Luego continúa en general:
C. Yo con el poder que me ha sido
concedido, te hago partícipe de todos los
bienes espirituales que, con la
cooperación de la misericordia de
Jesucristo nuestro Señor, propagan los
religiosos del monte Carmelo. En el
nombre del Padre +, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
R. Amén.
C. Dios todopoderoso, creador del cielo y de
la tierra, te bendiga +, ya que se ha
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dignado agregarte a la confraternidad de la
Santísima Virgen del Monte Carmelo. Y a
ella le pedimos que, en la hora de tu
muerte, aplaste la cabeza de la serpiente
infernal, y que logres al fin conseguir la
palma y corona de la herencia sempiterna.
Por nuestro Señor Jesucristo.
R. Amén.

BENDICIÓN DE LAS VELAS


(en el día de S. Blas - 3 de febrero)
C. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
C. Dios que en todas partes manifiesta su
poder y su bondad, encomienda a la
Iglesia la bendición de determinados
elementos, para que todos los que los usen
piadosamente se sientan atraídos hacia los
bienes invisibles y bendigan a Dios, que es
también admirable en sus santos.
C. Oremos: Dios todopoderoso, que creaste
la diversidad de las cosas del mundo, y
quisiste que tu mismo Hijo se encarnara
para la Redención. Tú que eres grande e
inmenso, digno de toda alabanza, haces
cosas admirables. Para confesar su fe en ti
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el glorioso Obispo y mártir S. Blas, no
temiendo los tormentos, consiguió
felizmente la palma del martirio. Entre
otras gracias tú le diste esta prerrogativa:
que por tu poder curara el mal de la
garganta.
Te rogamos humildemente que no mires
nuestras culpas, y por los ruegos y méritos
de S. Blas, bendice + y santifica por tu
admirable piedad estas candelas
infundiéndoles tu gracia, a fin de que
todos aquellos a quienes les fueren
aplicadas en la garganta, se vean libres de
cualquier mal de la misma, y alegres y
sanos te rindan en la Iglesia acciones de
gracias y alaben tu glorioso nombre que es
bendito por los siglos. Por Jesucristo
nuestro Señor.
R. Amén
Y rocía las velas con agua bendita.
Luego las aplica (sin encenderlas) a la garganta de cada
uno de los fieles mientras dice:
C. Por la intercesión de S. Blas, obispo y
mártir, te libre de todo mal de la garganta
y de cualquier otro mal.
R. Amén.
Conclusión del rito:
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C. El Señor tenga en cuenta vuestra
devoción y os conceda su ayuda en cada
momento de la vida.
R. Amén.
C. Que con su amor os guíe y proteja aquí en
la tierra y os haga llegar felizmente a la
gloria celestial.
R. Amén.
C. Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda
sobre vosotros y permanezca para
siempre.
R. Amén.

BENDICIÓN DE LOS ANILLOS EN LA PROMESA


MATRIMONIAL
C. Oremos: Señor, Creador y conservador
del género humano, que das la gracia
sobrenatural y la eterna salvación, haz
descender tu bendición + sobre estos
anillos para que quienes los lleven en sus
manos como signo de mutua fidelidad,
adelanten todos los días en el camino de
su salvación, defendidos con tu celestial
protección. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
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BENDICIÓN DE UNA FAMILIA EN SU CASA.
C. Bendito seas, Dios, Padre nuestro, por
esta casa, destinada por tu bondad a que
viva en ella esta familia. Haz que sus
habitantes reciban los dones de tu Espíritu
y que el don de tu bendición + se haga
presente en ellos por su caridad, de
manera que todos los que frecuenten esta
casa encuentren siempre en ella aquel
amor y aquella paz que sólo tú puedes dar.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

BENDICIÓN DE UNA CASA


I
C. A Ti, Dios, Padre Omnipotente,
humildemente dirigimos nuestras súplicas
en favor de esta casa, de todos los que en
ella moran y de todo cuanto hay en ella.
Dígnate bendecirla +, santificarla y
enriquecerla con toda clase de bienes.
Concede a sus moradores una copiosa
bendición celestial; que de la riqueza de la
tierra puedan sacar su subsistencia, y por
tu misericordia les permitas llegar a la
satisfacción de sus legítimos deseos.
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Señor, con ni entrada a esta casa, haz que
entren juntamente la bendición y la
santificación, como bendijiste las casas de
Abraham, Isaac y Jacob. Los Ángeles que
te asistieron en los esplendores de tu gloria
habiten aquí y protejan a todos sus
moradores y visitantes. Por Cristo nuestro
Señor.
R. Amén
II Nueva Casa
C. Asiste Señor a esos servidores tuyos, que
al inaugurar (hoy) esta vivienda imploran
humildemente tu bendición, para que
cuando vivan en ella sientan tu presencia
protectora, cuando salgan gocen de tu
compañía, cuando regresen experimenten
la alegría de tenerte como huésped, hasta
que lleguen felizmente a la estancia
preparada para ellos en la casa de tu Padre.
Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
R. Amén.
Rocía con agua bendita
C. Que Dios colme vuestra fe de alegría y de
paz. Que la paz de Cristo actúe de árbitro
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en vuestro corazón. Que el Espíritu Santo
derrame en vosotros sus dones.
R. Amén.

BENDICIÓN DE LOCALES Y LUGARES DE


TRABAJO
C. Oremos: Oh Dios, de quien procede la
plenitud de la bendición, y hacia quien
sube la oración del que te bendice, bendice
+ este lugar/local, destinado a ... Protege
con amor a tus siervos, que confiadamente
presentan ante Ti su trabajo. Concédeles
que con espíritu de oración y actividad
infatigable colaboren en el
perfeccionamiento de la creación, ganen
su sustento y el de los suyos, ayuden al
progreso de la sociedad humana y alaben
sin cesar la gloria de tu Nombre. Por
Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

BENDICIÓN DE UN BUSTO O PLACA


- Oremos: Dios todopoderoso, te rogamos que bendigas
+ esta placa (este busto), que recuerda a N., y
concédenos la gracia de tener siempre presente que
nuestro deber primordial como argentinos es servir
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gozosa y valerosamente al bien común de nuestra
familia argentina, y, así de este modo, sirviendo a los
altos intereses de la patria en esta tierra, logremos
llegar a la felicidad eterna del cielo que tú prometiste a
tus fieles servidores. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

BENDICIÓN DE UNA BANDERA


I
C. Oremos: Oh Dios, que con la sangre
preciosa de tu hijo, consagraste el
estandarte santo de la cruz y quisiste que
el árbol santo fuera para los fieles el signo
de salvación: bendice + esta bandera que
hoy te presentan tus hijos, y concede a
cuantos confiesan a Jesucristo como su
Dios y Señor, avanzar, guiados por esta
bandera, por las sendas del Evangelio y
para sus hermanos ejemplo de justicia, de
fraternidad y de amor. Por Jesucristo
nuestro Señor.
R. Amén.
II
C. Oremos: Oh Dios, que has hecho de todas
las naciones un solo pueblo consagrado a
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ti; bendice + esta bandera que hoy te
presentan tus hijos y haz que, bajo tu
protección, obtengan con abundancia el
bien de su patria y progresen también en
el amor a todos los hombres. Por
Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén

BENDICIÓN DE UNA ESCUELA


C. Señor nuestro Jesucristo, que mandaste a
tus apóstoles implorar la Paz sobre las
casas donde entrasen; te pedimos que
bendigas + por nuestro ministerio, este
lugar destinado a la educación de los niños
(jóvenes); derrama sobre él la abundancia
de tu bendición y de tu paz, llegue a él la
salvación como llegó a la casa de Zaqueo
cuando entraste en ella. Manda a tus
ángeles que lo custodien y alejen de él
todo poder del demonio.
Llena a sus maestros con el espíritu de
ciencia, de sabiduría y de tu santo temor.
Infunde a los alumnos tu gracia celestial
para que reciban en su inteligencia,
conserven en su corazón y pongan por
obra cuanto para su bien se les enseña.
Haz que todos los que vengan te agraden
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con el ejemplo de todas las virtudes, para
que merezcan ser recibidos un día en la
morada eterna de tu gloria. Te lo pedimos,
Padre, por Jesucristo salvador del mundo,
que siendo Dios vive y reina por los siglos
de los siglos.
R. Amén.

BENDICIÓN DE UN VEHÍCULO
C. Dios todopoderoso, creador del cielo y la
tierra, que, en tu gran sabiduría,
encomendaste al hombre hacer cosas
grandes y bellas, te pedimos por los que
usen este vehículo: que recorran sus
caminos con precaución y seguridad,
eviten toda imprudencia peligrosa para
otros, y, tano si viajan por placer o por
necesidad, experimenten siempre la
compañía de Cristo, que vive y reina
contigo por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Rocía con agua bendita
C. Y la bendición de Dios todopoderoso
Padre +, Hijo y Espíritu Santo, descienda
sobre vosotros.
R. Amén.
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BENDICIÓN DE UNA BIBLIOTECA
C. Señor, Dios nuestro, Tú que en distintas
ocasiones y de muchas maneras te has
revelado a los hombres y te has dignado
entregarnos tu palabra en las Escrituras;
atiende ahora nuestras súplicas. Te
pedimos que bendigas + y santifiques esta
biblioteca de modo que todos los que
acudan a ésta, para cultivar las ciencias y
las artes, se pongan al servicio de la
sabiduría que dimana de tu Palabra
Encarnada, y, debidamente instruidos en
sana doctrina, trabajen asiduamente en la
edificación de un mundo mas humano. Por
Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

BENDICIÓN DE UN PUENTE, CALLE O


CARRETERA, DE UNA VÍA FÉRREA O DE UN
AEROPUERTO
C. Oremos: Oh Dios que estás cerca de todos
los que viven entregados a tu servicio y
velas con solicitud de padre por los que
confían en Ti, dígnate preceder con tu
bendición y acompañar con Tu presencia
a todos los que transiten por (en) ella (él),
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para que con tu protección superen todas
las dificultades de la vida, vean cumplidos
sus deseos y lleguen felizmente al lugar de
su destino Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

BENDICIÓN DE UN HOSPITAL O CENTRO DE


SALUD
C. Bendito seas Dios y Padre Nuestro, que
por medio de Tu Hijo, encomendaste al
pueblo que camina en una vida nueva el
cuidado y la solicitud de los enfermos;
bendice y santifica este lugar, para que
sea, por gracia del Espíritu Santo, una casa
de bendición y una escuela de caridad; que
bajo el influjo de Tu Gracia los médicos
ejerzan sabiamente tu solicitud, que los
que cuidan a los enfermos practiquen este
servicio con solicitud, que los fieles
vengan aquí para visitar a Cristo en la
persona de sus hermanos, y los enfermos,
confortados por el amor de todos,
recuperen pronto la salud, se vean
asistidos en su dolor y que puedan dar
gracias por los cuidados de su amor. Por
Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
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BENDICIÓN DE UN ENFERMO
I
C. Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y
eterno, que con tu bendición levantas y
fortaleces nuestra frágil condición, mira
con bondad a este servidor tuyo N.; aparta
de él la enfermedad y devuélvele la salud,
para que, agradecido, bendiga tu Santo
Nombre. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
II Para un niño enfermo
C. Señor, Dios nuestro, cuyo Hijo Jesucristo
recibió con afecto a los niños y los
bendijo, extiende benigno tu mano
protectora sobre este servidor tuyo,
enfermo en su temprana edad; así,
recobradas sus fuerzas, y devuelto en
perfecta salud a tu Santa Iglesia y a sus
padres, pueda darte gracias de corazón.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
III Por un enfermo en peligro grave
C. Señor Jesucristo, Redentor de los
hombres, que en tu pasión quisiste
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soportar nuestros sufrimientos y dolores,
te pedimos por este hermano nuestro, que
está enfermo; tú que lo has redimido,
aviva en él la esperanza de su salvación y
conforta su cuerpo y su alma. Tu que vives
y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
IV Por un enfermo agonizante
C. Padre Misericordioso, Tú que conoces
hasta dónde llega la buena voluntad del
hombre, Tú que estás siempre dispuesto a
perdonar nuestras culpas, Tú que nunca
niegas el perdón a los hijos que acuden a
Ti, compadécete de tu hijo/a que se debate
en agonía; te pedimos que, ungido con el
óleo Santo y ayudado por la oración de
nuestra fe se vea aliviado en su cuerpo y
en su alma, obtenga el perdón de sus
pecados y sienta la fortaleza de tu gracia .
Por Jesucristo, tu Hijo, que venció a la
muerte y nos abrió las puertas de la vida y
contigo vive y reina por los siglos de los
siglos.
R. Amén.
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V Bendición Papal “In artículo mortis”
C. Oremos: Señor Padre clementísimo y
misericordioso, Dios de todo consuelo. Tú
que no quieres que se pierda ninguno de
cuantos creen en ti , conforme a la
inmensidad de tu misericordia; mira
propicio a tu siervo/a. Visítalo con tu
gracia para que lo salves y concédele
benignamente el perdón de todos sus
pecados por los méritos de la Pasión y
muerte de tu Hijo Jesucristo. Que cuando
salga su alma de este cuerpo, encuentre en
Ti su juez indulgente, y que, purificada de
toda mancha en la Sangre de tu Hijo,
merezca alcanzar los gozos eternos.
Y yo, haciendo uso del poder que me otorga
la Sede Apostólica, y en nombre de
nuestro Santo Padre el Papa, te concedo
indulgencia plenaria y el perdón de todos
tus pecados. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo.
R. Amén.
C. Que Dios todopoderoso y rico en
misericordia, por la muerte y resurrección
de Cristo te perdone todas las penas de
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esta vida, te abra las puertas del Paraíso y
te lleve a los gozos eternos.
R. Amén.

BENDICIÓN DE UNA MUJER EMBARAZADA


I (Antes del parto)
C. Señor Dios, creador del género humano,
cuyo Hijo, por obra del Espíritu Santo,
quiso nacer de la Virgen María, para
redimir y salvar a los hombres, librándolos
de la deuda del antiguo pecado, atiende los
deseos de esta hija tuya, que te suplica por
el hijo que espera, y concédele un parto
feliz; que su hijo se agregue a la
comunidad de los fieles, te sirva en todo y
alcance finalmente la vida eterna. Por
Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
II (En caso de peligro)
C. Dígnate, Señor, visitar esta habitación y
aparta de ella y de tu sierva N. Todas las
asechanzas del enemigo. Vengan a mora
en ella tus santos ángeles que custodien a
tu Sierva y a su hijo, y tu bendición +
permanezca con ellos para siempre.
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Sálvalos, Dios omnipotente, y concédeles
contemplar un día tu eterna gloria. Por
Cristo nuestro Señor.
R. Amén.
III (Después del parto)
C. Oh Dios autor y protector de la vida
humana que has concedido a esta hija tuya
el gozo de la maternidad, dígnate aceptar
nuestra alabanza y escucha con bondad lo
que te pedimos: bendice y santifica a esta
madre y a su hijo/a para que los guardes
de todo mal, los acompañes siempre en el
camino de esta vida y que, a su tiempo los
acojas en la felicidad de tu reino. Por
Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

BENDICIÓN DE UN NIÑO RECIÉN NACIDO


C. Señor nuestro Jesucristo, Hijo de Dios
Vivo, que engendrado antes de todos los
siglos, en el tiempo quisiste ser niño y
amas la inocencia propia de la infancia;
Tú, Señor, que abrazabas con amor a los
niños que te presentaban, y los bendecías,
cuida a este niño con tierna bendición y no
permitas que la malicia pervierta su
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corazón. Concédele, Señor, que,
creciendo en edad, sabiduría y gracia,
siempre te agrade. Tu que siendo Dios
vives y reinas con Dios Padre en la unidad
del Espíritu Santo por todos los siglos de
los siglos.
R. Amén.

BENDICIÓN DE UN ANCIANO
I
C. Dios omnipotente y eterno, en quien
vivimos, nos movemos y existimos, te
damos gracias y te bendecimos porque has
dado a este servidor tuyo largos años de
vida, junto con la perseverancia en la fe y
en las buenas obras; concédeles ahora,
Señor, que, confortado por el afecto de los
hermanos, esté alegre en la salud, no se
deprima en la enfermedad, y, reanimado
con tu bendición, emplee en tu alabanza el
tiempo de su ancianidad. Por Jesucristo
nuestro Señor.
R. Amén.
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II
C. La bendición + de Dios Todopoderoso,
que a nadie abandona y que aún en la vejez
y las canas guarda a sus hijos con solicitud
de Padre, descienda sobre ti.
R. Amén

CULTO AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


V. Bendito y alabado sea Jesús en el
Santísimo Sacramento del altar.
R. Sea por siempre bendito y alabado.
O bien
V. Alabado y adorado sea el Santísimo
Sacramento del altar.
R. Sea por siempre bendito y alabado Jesús
Sacramentado.
Padrenuestro...Ave María...Gloria...
O bien
V. Bendito y alabado sea el Santísimo
Sacramento del altar.
R. Y la Virgen concebida sin mancha de
pecado original desde el primer instante
de su ser natural. Amén. Jesús, María y
José.
Se canta el Pange lingua, el Tantum ergo u otro canto
Pange lingua gloriosi
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Corporis misterium.
Sanguinisque pretiosi,
quem in mundi pretium,
fructus ventris generosi
Rex effudit gentium
Nobis datus, nobis natus
ex intacta Virgine,
et in mundo conversatus,
sparso verbi semine,
sui moras incolatus
miro clausit ordine.
In supremæ nocte cenæ,
recumbens cum fratribus,
observata lege plene,
cibis in legalibus,
cibum turbæ duodenæ
se dat suis manibus.
Verbum caro, panem verum,
Verbo carnem efficit,
fitque sanguis Christi merum,
et si sensus deficit,
ad firmandum cor sincerum
sola fides sufficit.
Tantum ergo Sacramentum
veneremur cernui:
et antiquum documentum
novo cedat ritui:
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præstet fides suplementum
sensum defectui.
Genitori Genitoque
laus et jubilatio,
salus, honor, virtus quoque
sit et benedictio:
procedenti ab utroque
compar sit laudatio.
R.Amen.
V. Panem de cælo præstitisti eis.
R. Omne delectamentum in se habentem.
Oremus:
C. Deus, qui nobis sub sacramento mirabili,
passionis tuæ memoriam reliquisti, tribue
quæsumus, ita nos Corporis et Sanguinis
tui sacra mysteria venerari, ut redemtionis
tuæ fructum in nobis iuiter sentiamus. Per
Christum Dominum nostrum.
R. Amén
(Canta, lengua, el misterio del Cuerpo
glorioso y de la Sangre preciosa que el
Rey de las naciones, fruto de un vientre
generoso, derramó como rescate del
mundo.
Nos fue dado, nos nació de una Virgen sin
mancilla; y después de pasar su vida en el
mundo, una vez esparcida la semilla de su
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palabra, terminó el tiempo de su destierro
dando una admirable disposición.
En la noche de la última cena, recostado a la
mesa con los hermanos, después de
observar plenamente la ley sobre la
comida legal, se da con sus propias manos
como alimento para los Doce.
El Verbo hecho carne convierte con su
palabra el pan verdadero en su Carne, y el
vino puro se convierte en la Sangre de
Cristo. Y aunque fallan los sentidos, basta
la sola fe para confirmar al corazón recto
Postrémonos ante tan augusto sacramento
que el antiguo testamento ceda su puesto
al nuevo rito, y que la fe supla a la
flaqueza de nuestros sentidos.
Alabanza, cantos de júbilo, salud, honor y
poder y bendición al Padre y al Hijo: y al
que procede de ambos igual homenaje
tributemos.
R. Amén.
V. Nos diste, Señor, el pan del Cielo.
R. Que tiene en sí todo deleite.
Oremos:
C. Oh Dios, que nos dejaste el memorial de
Tu pasión en este admirable sacramento,
concédenos venerar de tal manera los
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sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu
Sangre, que podamos experimentar
siempre en nosotros los frutos de tu
redención. Tu que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
R. Amén.
Alabanzas en desagravio
I
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre
verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo
Sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la Excelsa Madre de Dios, María
Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada
Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y
Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
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Bendito sea Dios en sus Angeles y en sus
Santos.
Amén.
II
Ant. Bendito sea el Nombre de Dios.
Bendito sea su Nombre que es único.
Bendito sea su Nombre que es admirable.
Bendito sea su Nombre que es: “el Altísimo”
Bendito sea su Nombre que es: “El que es”.
Bendito sea su Nombre que es santo.
Bendito sea su Nombre que es temible.
Bendito sea su Nombre que es muy suave.
Bendito sea su Nombre que es: “el Señor del
universo”.
Bendito sea su Nombre, en el que está
nuestro auxilio.
Bendito sea su Nombre que es nuestro
Redentor.
Bendito sea su Nombre que es Abba, nuestro
Padre.
Bendito sea su Nombre de misericordia.
Que su Nombre sea santificado en nuestros
corazones.
Que su Nombre sea santificado en la Iglesia.
Que su Nombre sea santificado en todos los
pueblos.
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III
Ant. Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Nombre: el Verbo de Dios.
Bendito sea su Nombre de Emmanuel: Dios
con nosotros.
Bendito sea su Nombre de hijo de David.
Bendito sea su Nombre de Mesías.
Bendito sea su Nombre de Enviado.
Bendito sea su Nombre de Hijo de hombre.
Bendito sea el Nombre indicado a María y a
José.
Bendito sea el Nombre que le fue dado a los
ocho días después de su nacimiento.
Bendito sea su Nombre que nos promete la
salvación.
Bendito sea su Nombre de Cordero de Dios.
Bendito sea su Nombre en el cual somos
bautizados.
Bendiro sea su Nombre, inscrito en nuestra
frente.
Bendito sea su Nombre que nos reúne y les
hace presente en medio de nosotros.
Bendito sea su Nombre que levanta la
persecución del mundo.
Bendito sea su Nombre por el cual nuestras
súplicas son atendidas.
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Bendito sea su Nombre que nos devuelve el
céntuplo de lo que le hemos entregado.
Bendito sea su Nombre que es el Amén, el
testigo fiel.
Preces por los sacerdotes
Corazón Sacratísimo de Jesús: para afirmar
y aumentar nuestra fe, ¡danos sacerdotes
santos !
Para aumentar nuestra esperanza, danos .....
Para hacer más fecunda nuestra caridad,
danos .....
Para ayudarnos en la práctica de todas las
virtudes, danos .....
Para que todas las gentes conozcan vuestra
santa doctrina, danos .....
Para combatir el error, danos .....
Para mejorar las costumbres, danos .....
Para desterrar los vicios, danos .....
Para cristianizar la familia, danos .....
Para sostener vuestra Iglesia, danos .....
Para dirigir nuestras almas, danos .....
Para enseñar las riquezas de vuestro corazón
Santísimo, danos.....
Para acelerar el reinado de vuestro Sagrado
Corazón, danos .....
Oremos
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¡Oh Dios!, que para gloria de vuestra
majestad y salvación del linaje humano
constituisteis a vuestro Unigénito Hijo,
Sumo y eterno Sacerdote: haz, os
rogamos, que aquellos a los cuales El
escogió por ministros y dispensadores de
sus misterios, sean hallados fieles en el
cumplimiento de la misión que les está
confiada. Por el mismo Cristo nuestro
Señor.
R. Amén.

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