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¿Cómo hablar de sexualidad con

nuestros hijos adolescentes?


Educar la sexualidad de nuestros hijos es un aspecto esencial
de su formación que conviene abordarlo con naturalidad desde la infancia, si bien a veces no
resulta nada fácil, especialmente cuando nuestros hijos crecen, y el tema se convierte en algo
más íntimo y personal, pues aquí es donde empezamos a ponernos nerviosos.

La sexualidad abarca partes muy importantes de las relaciones sociales y de la vida, pues nos
guste o no, el sexo es uno de los motores del mundo, basta ver los mensajes publicitarios que
recibimos a diario, da igual lo que quieran vendernos, la sexualidad siempre está presente.

Para un adolescente, en mitad de tanta confusión hormonal, puede resultar bastante


incómodo preguntar a sus padres sobre cómo se pone un condón, qué se siente la primera vez,
o hablar sobre ciertos mitos y dudas que rondan su mente en relación al sexo. Esta inquietud se
agrava especialmente si no se tiene un diálogo abierto en familia.

Para los padres, esta situación no es más sencilla, cuesta asumir que nuestros hijos tengan
impulsos sexuales. -“¡pero si son unos críos!” es una de las expresiones que más oigo y es que,
por lo general, hablar de estos temas es muy inquietante también para los padres.

El saber expresar muestras de cariño y afecto, cortejar a la persona amada, aprender a ceder o
no a los deseos de nuestra lívido, conocer nuestro cuerpo… son demasiados aspectos que
pueden quedar sin respuesta o con una respuesta confusa si no se tiene la formación
adecuada. Por ello, soy de las que opina que, es mejor asegurarse que entienden
adecuadamente temas tan importantes como la sexualidad y no dejarlo en manos del azar o
de los rumores que otros adolescentes puedan intercambiar. Pero ¿cómo hacerlo? Te dejo a
continuación algunos tips que te serán útiles.

1. No es necesario que fijes un día concreto ni que te prepares toda la información a dar
en una sola sesión, esto no sería de gran ayuda. Es mejor introducir la conversación poco a
poco, aprovechando las oportunidades del día a día. Te doy unos ejemplos:

 Al escuchar juntos la radio, puedes iniciar una conversación sobre el contenido de


alguna canción y dejar ver tu postura ante esa temática. Por ejemplo, sobre posturas
machistas ante la vida, el amor, el desamor… aprovecha para hablar de sentimientos.
 Si veis juntos una peli y aparece una escena de sexo, puedes opinar sobre lo que han
tardado o no en intimar, sobre si han tomado las precauciones adecuadas, sobre cómo
la realidad suele ser diferente a las películas…
 Al ver la tele, encontraréis muchos anuncios publicitarios que no alientan la aceptación
del cuerpo. Aprovecha para mostrarles los peligros que esto entraña. No es necesario
tener las mejores tetas, nariz o labios del mundo para ser feliz. Al fin y al cabo, todo es
cuestión de gustos y modas.
 Si os cruzáis con una vecina que se ha quedado embarazada, podéis hablar sobre los
cambios corporales, la edad a la que es más acertado formar una familia, qué hacer para
evitar un embarazo, protección ante enfermedades…
2. No monologues, conversa, escucha su opinión sin juzgar, es la parte más importante
para entender sus inquietudes y problemas y para crear un ambiente en el que pueda sentirse
seguro. Sé respetuoso con sus sentimientos y puntos de vista en todo momento. Recuerda lo
inseguro que te sentías a su edad y anímale a preguntar.
3. Trata el tema con la importancia que merece, no banalices. Lo esencial es que aprenda
que es un tema que hay que abordar con conocimientos de calidad y que por ello debe
informarse a través de personas de confianza, ni la web ni amigos de su edad podrán darle toda
la información importante sobre el tema.

4. Si no sabes la respuesta a alguna de sus preguntas, díselo abiertamente, infórmate y


vuelve sobre el tema tan pronto conozcas la respuesta. Es importante que comprenda que
puede apoyarse en ti y que para ti es importante su formación al respecto (igual que buscarías
una academia de alemán si tu hijo lo necesitase, debe comprender que, para los temas
importantes siempre buscarás soluciones).

5. Comprueba que respondiste realmente a lo que te pregunta y que ha entendido tu


respuesta. No se trata de responder rápidamente para quitarnos el marrón de encima, pero
tampoco se trata de hablar dando explicaciones tediosas. Ajusta tu respuesta a tu hijo de forma
clara, sencilla y sincera.

6. Háblale de tus experiencias pasadas. De cómo te sentías tú a su edad, de la primera vez


que te enamoraste, de cómo conseguiste hablar con la persona que te gustaba… Se trata de que
asuma la sexualidad como un tema natural por el que todos pasamos y que vea que tú también
has tenido las mismas sensaciones, emociones y miedos que ellos están experimentando, y que
precisamente por eso, podrás ayudarles.

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