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¿PARA QUÉ SIRVE LA TEOLOGÍA?

El presente documento pretende resaltar las partes que más me impresionaron de

esta obra, ¿Para qué sirve la teología?, de Alberto Roldán. En este texto, A. Roldán

responde a preguntas que muchos pastores y miembros de la iglesia de habla hispana

(menciono también a los miembros por qué no se puede dejar toda la carca de estudiar las

Sagradas Escrituras solo a los pastores) deberían hacerse, ¿qué es teología y para qué sirve?

Entre otras.

A lo largo de esta lectura, me vinieron a la mente las palabras de Ortega y Gasset:

“Cada generación yergue sobre los hombros de la anterior, como los acróbatas en una vasta

pirámide humana”. Menciono esto porqué a lo largo del libro A. Roldan utiliza frases y

pensamientos teológicos de muchos gigantes cristianos; que van desde la era de los padres

apostólicos hasta Wolfhart Pannenberg. teniendo éste ultimo una de las teorías que llamó

mucho mi atención, dado que vincula la teología con la filosofía y la historia. Basándose en

lo siguiente, él dice:

“En cuanto la experiencia religiosa, que es materia de la teología, es historia, la


teología está relacionada no sólo con la filosofía, sino también con la ciencia histórica.”

La historia me recuerda que las formas de definir la teología han ido cambiado con

el pasar de épocas y contextos, sin embargo, mi pensamiento está más apegado a Karl

Barth, porque él fue uno de los precursores en creer que la fe y la practica deben ser

analizadas desde las Sagradas Escrituras. Por ello, el trabajo del teólogo debe de ser

colectivo y no individual, es decir, para la comunidad de fe y no meramente conocimiento

personal. Sobre esta premisa, puedo decir que el deber del cristiano es estudiar la revelación

de Dios, de una manera sistemática y ordenada para poder permear a la iglesia de Jesucristo
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que en muchas ocasiones dicen y hacen cosas que Dios nunca diría y haría por ignorancia.

Sin embargo, el hecho de poder estudiar la teología como ciencia no significa que se hará

perfectamente, porque como dice Barth: “Solo Dios puede hablar de Dios.” Siempre nos

acercaremos a las sagradas escrituras de una manera imperfecta.” Pero, será para la gloria y

honra de Dios. Termino con está frase de Anselmo de Canterbury, un poema admirable a

mi criterio.

No intento, Señor, penetrar tu profundidad, porque de ninguna manera puedo


comparar con ella mi inteligencia; pero deseo comprender tu verdad, aunque sea
imperfectamente, esa verdad que mi corazón cree y ama. Porque no busco comprender para
creer, sino que creo para llegar a comprender. Creo, en efecto, porque, si no creyere no
llegaría a comprender.

–Anselmo de Canterbury–

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