La economía africana se caracteriza por tener territorios aislados
desarrollados, mientras el resto del continente está plagado de países subdesarrollados, regiones que suelen ubicarse en la costa y las tierras favorables para las plantaciones y extracción minera. En este sentido, los países que apuntalan la economía continental son: Sudáfrica: con abundantes recursos naturales, posee un notable desarrollo en los sectores de comunicación, energía, transporte y bolsa de valores. Nigeria: el descubrimiento de pozos petroleros cambió el destinado de esta nación, que se sustenta principalmente de la exportación del crudo. Argelia: caracterizada por ser el sexto exportador de gas natural del planeta y uno de los principales productores de petróleo. Egipto: sustentado en la manufactura y el turismo, desde que implantó agresivas reformas, se estimuló el crecimiento y la inversión extranjera. Angola: tiene una economía determinada por la producción petrolera y la extracción de diamantes. Finalmente, el mayor obstáculo que presenta la economía africana, es la falta de inversionistas internos, una clase media pujante, y una infraestructura que permita las comunicaciones entre las naciones.