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Tecnología en La 2 Guerrra Mundial - El Avión A Reacción - 23.09.2009 - Imágenes PDF
Tecnología en La 2 Guerrra Mundial - El Avión A Reacción - 23.09.2009 - Imágenes PDF
El Avión a reacción
Antecedentes
Tras el vuelo del Wright Flyer en diciembre de 1903 y a lo largo de tres décadas, las
marcas de velocidad conseguidas en las competiciones aéreas muestran un incremento
continuo de la velocidad máxima de vuelo, pasando de 60 km/h en 1905 a 710 km/h en
1935.
Hacia 1935 se pensaba que los 800 km/h eran insuperables. Comenzó a hablarse de la
barrera del sonido, expresión no demasiado afortunada puesta de moda por la prensa
pero que reflejaba una realidad.
El ‘avión a chorro’
La idea de la propulsión a chorro no era nueva, pero no fue hasta finales de 1929 cuando
un militar inglés, Frank Whittle, fundamentó técnicamente la viabilidad del vuelo en
altura a gran velocidad, utilizando como propulsor una turbina de gas de alto
rendimiento. El concepto es simple, un compresor ingiere en forma continua una cierta
cantidad de aire comprimiéndola, una cámara de combustión incrementa la energía de
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esta corriente de aire y una turbina extrae la necesaria para mover el compresor y algún
otro elemento auxiliar. El resto de la energía contenida en el aire se invierte en aumentar
su velocidad en la tobera, creando un chorro de alta velocidad que propulsa el avión.
Whittle presentó su idea al Ministerio del Aire inglés, pero fue considerada
impracticable por problemas de materiales (esfuerzos y térmicos) y por considerar que
las mejoras necesarias en los rendimientos de los componentes para que el motor fuera
viable estaban aún lejos de alcanzarse. Whittle no se desanimó y patentó su motor en
1930. Durante los siguientes años, mientras continuaba su carrera en la RAF, intentó,
sin éxito, interesar a diversas compañías en su invento.
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En agosto de 1939, cinco días antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, otra
aeronave sin hélice había despegado de suelo alemán: el Heinkel He-178.
En Alemania, en paralelo y de forma independiente, Hans von Ohain había llegado a las
mismas conclusiones que Whittle. En 1934 inició el diseño y posterior construcción, por
sus propios medios, de un pequeño reactor, que aunque prometedor le hizo ver que la
tarea no podía abordarla en solitario.
Ernst Heinkel, el famoso fabricante de aviones, estaba muy interesado en el vuelo a alta
velocidad. En 1935 había conocido a Wernher von Braun que le convenció para
propulsar un avión con un motor cohete. Heinkel le proporcionó el fuselaje de un He-
112 para construir un prototipo. Dos aviones desintegrados después, voló en 1937
(manteniendo la hélice), culminando el proyecto en 1939 con el vuelo del primer avión
cohete de combustible líquido, el He-176.
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¿Quién lo necesita?
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Uso operativo
Sin duda fue Alemania quien más variedad de modelos produjo durante la guerra.
Muchos de ellos quedaron en el tablero de dibujo o no pasaron de los ensayos en túnel
de viento, unos cuantos llegaron a volar y los menos entraron en servicio antes del fin
de la contienda. El que posee el record de unidades fabricadas (unos 1400) y en
operación (alrededor de 200) es el Me-262. Además de ser el primer reactor que entró
en servicio, fue el mejor avión de su
clase del mundo, no superado hasta
1947. Aerodinámicamente era
superior a cualquier avión aliado.
Junto con su fuselaje de sección
triangular que recordaba a un tiburón,
de su forma llama la atención el ala
en flecha, novedosa para la época. La
flecha retrasa el inicio del aumento de
resistencia asociado a la velocidad;
pero cuando se diseñó el Me-262 este
hecho no estaba comprobado y su
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Realizó su primer vuelo como reactor en julio de 1942 (anteriormente había volado con
hélice y hélice más reactor) y en la segunda mitad de 1943 estaba listo para producción;
aunque no sus motores.
Como caza el M-262 significó una seria amenaza para los aliados que debieron adoptar
tácticas especiales para neutralizarlos. La más efectiva fue patrullar continuamente los
aeródromos donde operaban los M-262, con objeto de atacarlos durante los despegues y
aterrizajes, momentos en que eran más vulnerables.
Otro avión que sirvió en misiones de bombardeo y reconocimiento fue el Arado Ar-234.
Diseñado en 1941, voló por primera vez a mediados de 1943 y entró en servicio a lo
largo de 1944. Fue el primer bombardero a reacción y se construyeron distintas
variantes, la más común equipada con dos Jumo 004 colgando de las alas.
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construido por personal no especializado (mano de obra esclava), debía ser volado por
pilotos noveles entrenados en planeadores. En 69 días pasó del tablero al vuelo. Con
una previsión de construir a mediados de 1945 unos 4000 por mes, sólo se finalizaron
116 antes de acabar la guerra, entrando en operación una veintena.
Cuando finalizó la contienda, Inglaterra poseía dos reactores en vuelo, el Gloster Meteor
y el de Havilland Vampire, pero sólo el primero operativo. El Meteor, inferior en
prestaciones al Me-262, era sin embargo mucho más fiable. Desplegado sobre territorio
aliado nunca tuvo la ocasión de enfrentarse a su homólogo germano, siendo su misión
más característica la interceptación de las
bombas volantes V-1.
Epílogo
Tras la guerra hubo una carrera entre los aliados por conseguir la tecnología alemana,
tanto el hardware como a los diseñadores. En este caso no fue distinto, acabando los
diversos prototipos e ingenieros repartidos entre los países vencedores.
Para muchos, el desarrollo del reactor marcó un hito tan importante como el primer
vuelo, marcando un antes y un después en la aviación.
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