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Ejercicios de Razonamiento Verbal
Ejercicios de Razonamiento Verbal
Medidas económicas
El hecho de mayor trascendencia fue la negociación y firma del Contrato Grace (1886-
1889), por el cual se solucionó el problema de la deuda externa (51 millones de libras),
cediendo a los banqueros ingleses los ferrocarriles (por 66 años), 3 millones de toneladas
de guano y 33 cuotas de 80 mil libras anuales. Los principales críticos del acuerdo fueron
José María Quimper y José Arnaldo Márquez. Los acreedores fundaron al “Peruvian
Corporation” (1890) para la administración, reconstrucción y expansión de las vías
férreas. Seguir leyendo en Gobiernos del Perú
Biografia de Andrés Avelino Cáceres Dorregaray (nacio el 10 novembre de 1836-murio el 10 octubre de
1923) Fue un militar peruano, heroe nacional de la guerra contra Chile y tres veces presidente del Perú
durante el siglo 19, desde 1884 hasta 1885, luego 1886-1890, y de nuevo 1.894-1.895. Es llamado el "Brujo
de los Andes" por sus maniobras militares durante la resistencia en la sierra a la ocupación chilena durante la
Guerra del Pacífico (1879-1883), donde combatió como general del Ejército del Perú.
Andrés Avelino Cáceres nació el 10 de noviembre de 1836, en la ciudad de Ayacucho. Su padre fue Domingo
Cáceres y Oré, un terrateniente, y su madre, Justa Dorregaray Cueva, hija del coronel español Demetrio
Dorregaray. Uno de sus antepasados maternos fue Catalina Wanka, una princesa incaica-wanka. Avelino
Caceres Estudió en el Colegio San Ramón en su ciudad natal.
En el año 1854, Andres Avelino Cáceres abandonó sus estudios y se unió al Batallón Ayacucho como cadete.
Como parte de esta unidad, participó en la rebelión encabezada por el general Ramón Castilla contra el
presidente José Rufino Echenique, que terminó con la victoria de Ramon Castilla en la batalla de La Palma (5
de enero de 1855).
Posteriormente, ascendió rápidamente en los cargos militares, obteniendo el rango de teniente segundo y más
tarde el de teniente en el año 1857. Entre 1857 y 1859 apoyó activamente al gobierno de Ramón Castilla
contra la rebelión del ex presidente Manuel Ignacio de Vivanco en la ciudad de Arequipa. Durante esa guerra
civil, Avelino Caceres ascenderia a Capitan, pero sería herido de gravedad en el ojo izquierdo. La victoria de
Castilla daría como consecuencia la derogatoria de la constitucion de 1856 (liberal) y el destierro de Manuel I.
de Vivanco.
Cuando estalló la guerra entre Perú y Ecuador en el año 1859, Cáceres estaba todavía convaleciente, pero
tomaría parte en la campaña. Después de que el conflicto terminó en 1860, Castilla Cáceres fue nombrado
para servir como agregado militar de la delegación peruana en Francia y viajó allí. Recibió tratamiento para
sus ojos en París. Cáceres regresó al Perú en 1862 y se unió al Batallón Pichincha en Huancayo.
Se unieron a la Revolución Restauradora del Honor Nacional liderado por Mariano Ignacio Prado contra el
gobierno de Pezet. Cáceres participó en la ocupación de la ciudad de Lima y más tarde, cuando Prado como
presidente, participaria en la batalla del Callao el 02 de mayo del año 1866, que obligaria a las fuerzas navales
españolas a retirarse de las aguas peruanas y de las islas de Chincha rumbo a España.
Un año después abandonó sus estudios e ingresó como cadete en el batallón Ayacucho
organizado por el general Fermín del Castillo, con el que participó en la rebelión dirigida por el
general Ramón Castilla contra el presidente José Rufino Echenique, la cual acabó con la
victoria del último en la Batalla de La Palma el 5 de enero de 1855.
Después de ésta batalla, obtuvo el rango de segundo teniente y en 1857 el grado de teniente.
Entre 1856 y 1858 apoyó activamente el gobierno de Ramón Castilla contra la rebelión de
Manuel Ignacio de Vivanco en Arequipa, formando parte de la segunda compañía del batallón
Ayacucho durante la Guerra Civil Peruana de 1856-1858. Participa en las batallas de Yumina
(Arequipa), Bellavista (Arequipa) y en el asalto final de Arequipa, por lo cual es ascendido a
capitán. Durante los combates Cáceres fue herido bajo el ojo izquierdo, lo que no
comprometió su vista.
Durante este periodo se hizo famoso por su abierta oposición al gobierno del presidente Juan
Antonio Pezet, que había permitido la ocupación de las islas Chincha por una Expedición
Científica Española a través del acuerdo de Vivanco-Pareja en 1865. Por sus críticas tuvo que
exiliarse a Chile con otros muchos oficiales pero consiguió regresar al Perú, desembarcando
en el puerto sur de Mollendo.
Se unió a la Revolución Restauradora del Honor Nacional mandada por Mariano Ignacio
Prado contra el gobierno de Pezet. Cáceres participó en la ocupación de Lima y más tarde,
con Prado como presidente, en el combate del dos de mayo de 1866 en Callao. Aquí estuvo al
mando de 46 hombres y 30 voluntarios en el fuerte Ayacucho, desde el cual puso fuera de
combate a las fragatas Villa de Madrid y Bereguela.
Su respaldo al presidente Pardo le acarreó el apoyo de los líderes del Partido Civil y fue
ascendido a jefe del batallón Zepita. Como tal, en 1874, suprimió la rebelión dirigida por el que
sería futuro presidente Nicolás de Piérola en la batalla del Alto de Los Angeles en Moquegua.
Por esta acción fue nombrado coronel y más tarde prefecto de Cusco, sin descuidar sus
obligaciones como líder del escuadrón Zepita.
A pesar de esta victoria, el ejército peruano no fue capaz de frenar la invasión de Tarapacá y
se vio forzado a retirarse al norte al Departamento de Tacna. El ejército chileno desembarcó
mas al norte de Tacna, en ILO, desde donde atacaron las posiciones peruanas.
Cáceres desempeñó un papel importante en la reorganización del ejército sur de Perú. Dicho
ejército fue desplegado alrededor de la ciudad de Tacna con el objetivo de unir fuerzas con el
recién creado ejército de Bolivia que era dirigido por el presidente de Bolivia en persona, el
general Narciso Campero, quien había dado golpe de estado a Hilarión Daza. Sin embargo, la
inestabilidad política creada por Nicolás de Piérola tras conseguir derrocar a Mariano Ignacio
Prado solo obstaculizaba las acciones de Cáceres, retrasando las acciones de la fuerza
conjunta contra los chilenos.Cáceres tuvo una notable participación en esta batalla antes de
retirarse a Lima, donde llegó en agosto de 1880.
Cáceres participa en la batalla de San Juan el 13 de enero de 1881, y tiene que retirarse a
Miraflores luego de haber sufrido fuertes pérdidas con lo que le quedaban de sus hombres.
Después de la derrota de San Juan, las tropas chilenas incendian Chorrillos y Barranco.
Aprovechando la borrachera con la que sus enemigos celebraban su victoria, Cáceres solicita
algunos soldados para atacar por sorpresa a los chilenos, pero Piérola se niega.
Dos días después, el ejército chileno vence la línea de Miraflores, donde Cáceres lucha
sufriendo la perforación del fémur derecho. Acude a un puesto ambulatorio en San Carlos, y
es escondido por los jesuitas en la celda del padre superior del Convento de San Pedro. El 15
de abril de 1881, todavía convaleciente, sale de Lima ocupada ya por los chilenos a fin de no
ser capturado, hacia Jauja donde es nombrado Jefe Político del Centro.
Como oficial más antiguo de la región, Cáceres fue nombrado jefe político-militar de los
departamentos del Centro (6 de abril de 1881) por Nicolás de Piérola, recibiendo el encargo de
organizar la resistencia contra la ocupación chilena, conduciendo una guerrilla para la que
movilizó al campesinado en lo que se llamó Campaña de la Breña en el Perú y Campaña de la
Sierra en Chile. Gracias a la ayuda local, al agreste terreno y a sus propias habilidades
militares, Cáceres causó algunas derrotas a las expediciones chilenas mandadas contra él en
las batallas de Pucará, Marcavalle, nuevamente Pucará y Concepción. Por estos logros se le
apodó como el Brujo de los Andes.
La animadversión generada por la población hacia Iglesias por el contenido de aquel tratado
causó que éste renunciara a la presidencia a favor de Antonio Arenas, quien la entregó
posteriormente a Cáceres. Su mandato, fue muy modesto, más aún por la crisis derivada de la
Guerra del Pacífico. Entre sus obras más destacables, fue primero el intento de mejorar la
recaudación tributaria, la instauración de la educación primaria obligatoria, y algunas obras de
irrigación en el norte y centro del país.
Lo mas resaltante fue que se impuso una politica de gasto publico, en la que se invirtió para
reestablecer lo perdido en la guerra con Chile, seguido de la firma del famoso Contrato Grace,
que Consistía en la entrega de las rentas producidas de los ferrocarriles, durante un período
de 66 años, y pagos anuales de 300,000 libras esterlinas anuales, lo cuál aliviaría el peso de
la deuda externa.
El Contrato Grace fue visto como una solución desesperada a la ya inmanejable crisis en el
Perú, lo cual recibió muchas críticas; no obstante fue aprobado por el Congreso de la
República a fines de 1888. Cuando llega a su fin su gobierno, el Partido Civil le quita el apoyo
a Cáceres y lanza la candidatura de Francisco Rosas, mientras que el Partido Constitucional
lanza al Coronel Remigio Morales Bermúdez, también se lanza Nicolás de Piérola, quien fue
apresado por Cáceres, acusándolo de haber usurpado la presidencia en 1879, violando la
Constitución. Así, Morales Bermúdez fue elegido Presidente de la República para el periodo
1890-1894. Al término de su mandato, Cáceres fue destinado a Inglaterra y Francia como
ministro plenipotenciario.
Mientras tanto, Morales Bermúdez falleció en 1890, en ejercicio del cargo y fue reemplazado
por Justiniano Borgoño.
En 1894, no se dieron las condiciones para unas elecciones justas y Andrés Avelino Cáceres
fue candidato único y fue electo para el período 1894-1898.
Nicolás de Piérola, que estaba exiliado en Chile, retorna al Perú y desembarca en Pisco,
liderando una revolución que contó con el apoyo de los hermanos Seminario en el norte y de
Augusto Durand en la sierra central. El 17 de marzo de 1895 Piérola y los revolucionarios
entran a Lima y se enfrentan a las tropas de Cáceres. La lucha fue sangrienta en el asalto de
Palacio de Gobierno, dejando cientos de cádaveres regados por las calles de Lima.
Cáceres no tuvo más remedio que renunciar, entregó el poder a una Junta de Gobierno
presidida por Manuel Candamo, quien tuvo el encargo de convocar a elecciones limpias donde
sería elegido Nicolás de Piérola.
Cáceres partió al exilio y se le destinó a Europa como diplomático, de donde sólo regresó en
1919.