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REPERTORIO BOYAGENSE ORGANO DE LA ACADEMIA BOYACENSE DE HISTORIA ESCUDO: DE LA ACADEMIA Doctor Carlos Arturo Torres Discurso pronunciado en Ja sesién solemne del 6 de agosto de 1961, aniversario de la fundacién de Ia ciu- dad de Tunja, por el académico sefior doctor don Car- Jos Arturo Diaz. Sefior Gobernador del Departamento, Excelentisimo Sefior Obis- po, sefioritas Reinas de la Belleza, sefiores académicos, sefiores concejales, sefiores, sefioras: La altisima designacién que ustedes me han hecho, al escoger mi modesto nombre para asociarlo, a los muy ilustres y pre: giosos de los claros varones, que integran la Academia Boyacen- se de Historia, es para mi motivo no solo de complacencia, sino de legitimo orgullo. Bien sé, que solamente lo debo a vuestra proverbial benevolencia y al aceptarlo agradecido, procuraré den- tro de mis limitadas capacidades, esforzarme por merecerlo y co- rresponder a tan sefialada muestra de confianza. En esta fecha memorable en que conmemorais el nacimiento ala vida de esta antigua ciudad, que durante los ya cuatro lar- gos siglos de su existencia, ha sabido aprestigiar su nombre, no solo con sus hechos, sino también por las virtudes austeras que han distinguido siempre a sus moradores, sentirme en medio de vosotros, en ocasion tan solemnisima, es algo asi, como participar de una de aquellas gratas emociones de que hablaba Goethe: tomar parte en el festin de la vida con un sentimiento armonio- so, que deja para siempre en el alma, cl recuerdo grato de toda aspiracién ennoblecida. Si vuestra indulgencia me lo permite, voy a distraer por unos momentos vuestra atencién, haciendo un recuerdo carifioso, de uno de los boyacenses, que mas lustre dieron no solo a su comar- ca nativa, sino al propio continente americano. Hablo de Carlos ‘Arturo Torres, fallecido en Caracas hace cineuenta afios, en la plenitud de su talento y su saber. Conoci de vista a Carlos Arturo Torres, en los dos tltimos afios de su existencia. Llegaba a Bogota después de desempenar el Consulado de Liverpool, caido el General Reyes e inmediata- mente se incorporé a la vida activa, fundando el periédico “La Givilizacién”, que era leido y solicitado con interés dada la ro- 1156 REPERTORIO BOYACENSE busta y recia personalidad de su Director. Aun me parece verlo, transitar por las calles del entonces Bogota, vestido discreta y correctamente, con sus fluxes ingleses, sus corbatas Tremblet, si. cuello duro, volteado, —como se Hamaba entonces—, sus lentes un tanto gruesos, para corregir su miopia y su andar y porte ele- gante, su permanente sonrisa, muestra de la especial simpatia que emanaba de su persona toda. Con frecuencia se detenia a conversar con sus amigos y era entonces él centro de atraccién y curiosidad de los transeuntes. En cuanto a su aspecto fisico, Raimundo Rivas, nos dejé de 4, la siguiente deseripeién: “Alto, fornido, con tendencia a Ja obesidad. La frente amplia, sobre la cual se deslizaba un bucle rebelde. La nariz fuertemente delineada. Espaldas s6lidas, como forjadas para recibir el peso de las responsabilidades, La voz, acostumbrada a ser verbo de verdad, alta y vibrante. La mirada inteligente y escrutadora, que pugnaba en vano por vencer la oposicién del grueso cristal de los. lentes y de la incurable miopfa, esa miopia terrible que en sus tiempos de estudiante en el Externado —del cual fue ornamento desde que principié sus estudios hasta recibirse de doctor en cien- cias politicas— hacia exclamar a uno de sus condiscipulos, entre admirativo y bur! ni: Sublime inspiracién, vate fecundo, va a ser quizds la gloria del pais, y sin embargo ea el ingrato mundo se dice que este genio sin segundo no ha visto més alla de la nariz! Su periddico “La Civilizacién” aparecié el 2 de enero de 1910

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