Está en la página 1de 7

Me encuentro aquí deambulando en este mar de estrellas, todo salió horriblemente mal, no se

cuánto tiempo me quede, el conteo de mi oxígeno no funciona, así que estoy a la deriva de esta
oscuridad, me embriagan mis pensamientos es un mar que fluye, veo lo que fui, lo que anhele y
todo lo que luche para estar aquí, anhele el espacio desde que supe que hay más estrellas en el
universo, que granos de arena de todos los mares del mundo, siento que nuestra mente es
increíblemente pequeña y limitada como para comprender la inmensidad de eso, pero lo que me
consuela al morir aquí rodeado de estrellas naciendo y muriendo , danzando durante billones de
año, es algo dolorosamente hermoso, increíblemente eterno, cuando llegue a la adolescencia
tuve que tomar decisiones internas, mi familia siempre fue cristiana y la creación era una disputa
recurrente, yo no negaba la existencia de Dios o su poder de creación, pero creó que en algún
punto de todo esto, la ciencia y Dios se hicieron uno y nos crearon, crearon las primeras estrellas,
y de ella nació esta especie de plastilina, de lo cual fue forjado todo lo demás, mi ser, mi mente
cada partícula de mi está formada de materia estelar y la chispa de Dios, me gusta creer eso, por
ello dedique toda mi vida a estudiar el universo, mirar hacia el cielo me obsesiona, cuando me
dijeron que sería parte de esta expedición sentí que toda mi vida cobraba un sentido tan grande,
me iría a reencontrar con mis ancestros, el origen de mi existencia, el origen de todo lo que
puedo ver tocar, sentir, todo lo que vibra dentro de mí y a ti , nunca tuve hijos, el amor es algo
que nunca llegue a comprender, ame a una mujer, la ame con cada fibra de mi ser, oler su cuello
cuando despertaba era lo más cerca de las estrella que estuve antes de ahora, el amor por ella me
volvía loco, tenía el tatuaje de una pequeña constelación en su costilla amaba besarla allí, la
calidez de su cuerpo me embriagan por completo, nunca había sido tan de alguien, nunca nadie
había sido tan mío, pensar en ella aun me duele tan profundamente, creó que mi corazón duele
de forma literal, no sé cómo es posible que ya no existas, te sientes tan viva en mi mente, espero
haber respirado partes de tí cada vez que te amé, que te toque, como he logrado vivir tanto
tiempo sin tí, no lo se, pensar que volviste a alguna estrella naciente, me reconfortaba, sé que es
imposible y tonto, pero el amor nos vuelve ilógicos y hacemos lo que sea o nos inventamos lo que
sea para ayudarnos a vivir, a levantarnos de ese lugar en que nos encontramos tirados,
moribundos y a millones de kilómetros de quienes somos, no temas amor, te iras de mi lado y
seré borrado de tu memoria y quedaras libre del dolor, y espero profundamente que así sea,
déjame el dolor a mí, siempre te buscare en las estrellas.
Cuando comenzaste con tus dolores de cabeza, nunca le tomaste mucha importancia, dijiste que
ya pasará, que solo era el cansancio de tanto trabajar, Lara era escultora, tenía tanta vida en sus
manos, vivir en ella era mi vicio, te conocí en una exposición de arte, yo miraba una pintura , y
de pronto te pusiste a mi lado y me empezaste a hablar, siempre he sido un hombre callado, me
espantaste un poco, pero cada palabra que salía de tu boca sonaba inteligente perspicaz y
hermosa, la forma en que pronunciabas cada letra, allí en ese instante me enamore de ti, luego
me miraste y tus ojos eran color café claro con un verde oscuro en las orillas, tu piel era clara con
pequeñas machitas sobre tu nariz, que eran perfectas, llevabas una blusa azul, con un chalequillo
encima, pantalones negros, tenías un estilo peculiar, medio vintage , cada parte de tí, tenía una
personalidad única y no había conocido a nadie como tú, respetabas mis silencios y los llenabas
de palabras cuando yo lo necesitabas, éramos parte del mismo rompecabezas cósmico, cuando
te conté que era astrónomo, quedaste encantada, también amabas las estrellas, pero tu arte era
la forma de acercarte a ellas, siento que fuiste hecha para mí, no sé cómo pude vivir tanto tiempo
ignorante de tu existencia, un mes después te pedí que te mudaras conmigo, lo aceptaste sin
titubear, la primera vez que te hice el amor vi tu pequeño tatuaje y no pude evitar sonreír, tú me
miramiento y te dije que te amaba, jamás había tenido sentimientos tan fulminante, tan
cargados, que estaba aterrorizado, con tanto miedo que a veces cuando estaba acostado a tu lado
por la noche, me rehusaba a dormir, quería observarte, tenía miedo que desaparecieras, que no
fueras real, que fueras una invención de mi mente, luego leí un artículo de psicología y decía
que cuando nos ocurre algo muy bueno o muy malo lo vemos como tercera persona, es la forma
que tiene el cerebro de protegernos, hasta mi celebro temía tu existencia.

Nuestro matrimonio fue algo muy pequeño, solo quisiste invitar a las personas realmente
importante en nuestras vidas, recuerdo perfectamente la noche en que tuvimos la conversación
que me hizo darme cuenta que quería estar contigo el resto de mi vida. Estábamos desnudos
sobre la cama, recién habíamos hecho el amor y tú me leías un fragmento de Solaris de stanislaw
lem, de pronto te detuviste y me miraste, tu ojos siempre tan sonriente, ansiosos de descubrir
cosas que el resto de los humanos jamás percibe y dijiste, antes de conocerte jamás entendí que
ere el amor, me era algo incomprensible, nadie dispuesto a amar completamente, temerosos de
ser heridos, yo fui herida muchas veces y de formas profundas, pero aun así, mi corazón se
sentía como un pajarito cálido y dispuesta a emprender su primer vuelo, y a veces mis alas creían
y empezaba a caer y la mayoría de las veces la persona que yo esperaba que me salvará,
terminaba desapareciendo y yo me encontraba herida en el suelo, con un ala rota y sin entender
porque nuevamente no fui suficiente, porque otra vez me permití ser herida y arrojada de esa
forma, no creía merecerlo pero tampoco encontraba la respuesta a porque era tratada con tan
poco amor, ya me había rendido, estuve mucho tiempo sola, ya que gracias a experiencias
pasadas me di cuenta que no se separar la piel de mi corazón, ambos van enlazados para mí, y
me doy cuenta que la mayoría demás personas rompió ese lazo, por sanidad, pero con ello solo
hieren más y rompen a más personas en una cadena de corazones rotos que parece no terminar y
yo quería romper esa cadena y esperaría lo que fuera necesario, ya que si yo me sentía así y quería
arriesgar mi corazón por algo real, porque no habría alguien más como yo por ahí afuera y ahí fue
cuando apareciste tú, cuando ya no esperaba nada más y me diste un amor que me hizo sentir
viva otra vez, jamás creí sentir de esta forma, me da miedo y a veces quiero huir pero irme
dolería más, huir causaría más miedo, en ese instante y mientras tus ojos brillaban, te bese,
entregándole toda mi alma y te dije, te casarías conmigo y sonreíste con todo tu cara y dijiste si,
fue el día más feliz de mi vida, hasta la boda.

Tenemos tanto miedo de entregarnos y rompemos tantas personas al intentar encontrarnos a


nosotros mismos, y este constante auto juicio , de jamás sentirnos suficiente, sufriendo por
personas que desde el principio jamás nos quisieron, pero nos cegamos y a veces sufrimos porque
queremos, porque lo vemos venir pero negamos la existencia de las señales obvias e inequívocas
que nos gritan que él no es el adecuado, hice todo cuanto pude para que perdieras el miedo,
porque te amé y te amo con cada célula de mi ser.

Cuando te vi caminando hacia mí, con tu sonrisa, nadie te entrego, nunca has tenido buena
relación con tu padre, un amigo de la familia se ofrecía a hacerlo y dijiste no, yo soy mi dueña, yo
labro mi destino y por ello yo misma me entrego a Thómas, es mi decisión y estoy satisfecha con
ella.

La recuerdo camino al altar, nuestra boda fue perfecta, a nuestra forma, algo pequeño en la orilla
de la playa junto a nuestra casa , al atardecer, rodeados de las persona amadas que conformaban
nuestros núcleos más cercano , lucias un vestido color mantequilla que compro en una tienda de
usados, era simple, sin encaje ni pedrería, era tan ella, que no pudo ser más apropiado, le
llagaba abajo de la rodilla y era tan ligero que parecía flotar, yo llevaba un traje de lino blanco que
ella escogió, estábamos bajo un toldo y del Caín frascos con pequeñas velas que alumbraban
tímidamente cuando anocheció, ella escogió de comida un bufet de pizza, cerveza artesanal Y una
extensa variedad de limonada, cuando llego a mi lado para sellar el trato, me miro con esos ojos,
esos que te dicen que estás haciendo lo correcto, que confirman cada fracaso y cada triunfo que
tuviste en tu vida, porque cada uno de ellos te llevo hasta ella, hasta este perfecto instante de mi
vida.

Recuerdo sus votos como si hubiera acabado de escucharlos:

Amor, agradezco que en la vastedad del espacio, nos hallamos encontrado en este mundo, en
este tiempo, en este perfecto segundo, y prometo jamás dejarte ir.

Cada vez que miraba las estrellas me parecía hermoso pensar que casi cada partícula de mí, se
originó en lo profundo del cosmos, dicen que observar las estrellas es como estudiarlos a
nosotros mismos, y yo no puedo estar más feliz de estudiar a mi estrella favorita para el resto de
mi vida.

Ese fui yo.


Es increíble lo que nuestra mente recuerda y lo que no, recuerdo perfectamente la forma en que
tu mano encajaba en la mía, como olías en la mañana, pero no recuerdo tu cara no enferma, sin
dolor, creó que eso me marco y ha ido borrando pequeños fragmento de tu esenciales, los cuales
habitan en mí, a veces cuando trabajo tengo conversaciones contigo, luego alguien me despierta
de mi sueño porque sin darme cuenta empiezo a hablar en voz alta y me dicen que por favor no lo
haga, que los asusta, jajaja, quizás que cosas he revelado sin darme cuenta, cuantos secretos
vergonzoso dichos en voz alta, a veces creó que los digo a propósito, no quiero que el mundo
olvide tu existencia

Me gustaba leer sobre la teoría del eterno retorno de nietzche, no me hubiera molestado en lo
absoluto revivir todo mi dolor con tal de tenerte un poco más, es increíble como perdemos la
razón por una persona, no cualquiera se vuelve loco por amor, esas cosas hay que merecerla,
eso decía mi abuela, no era de ella, lo había escuchado por ahí, pero siempre la usaba, o a veces
pienso que si hay universos paralelos por ahí espero que en uno de eso nos hallamos conocido y
amado y hubiéramos envejecido juntos, leyéndolos, contándonos canciones y mirando las
estrellas.

Sin embargo aquí estoy en la inmensidad del espacio, contando los minutos hasta que mi oxígeno
se agote y mi corazón lata por última vez, y mi cerebro en un último intento por mantenerme
vivo, te traiga tan vivida a mente que me tiente la posibilidad de revivir, pero no importa cuanto
lo anhelo mi momento llego, pero me consuela saber que aquello que ame desde niño será
perpetrador del fin de mi existencia.
Cuando nos dieron tu diagnóstico de cáncer, no dijiste nada, no lloraste ni me hablaste, tus ojos
se volvieron distante y nublados, tan vez tenías miedo y enojo, nunca lo supe, con las cosas que
te afectaban siempre fuiste muy reservada, no porque no confiaras en mí, te costaba lidiar con
sentimientos dolorosos, jamás sabias que decir o cómo reaccionar, te congeladas ante el
sufrimiento ajeno, algunos decían que era fría, pero yo sabía que no, creó que te afectaban más
de lo que te gustaba admitir y por ello te refugiaba en tu propio interior hasta que la tormenta
pasara. Yo te abrace tan fuerte pidiendo con cada fibra de mi ser, que no te fueras, el diagnóstico
era certero y fulminante, nada te salvaría, nada, solo aceptaste algo para tus insufribles dolores
de cabeza, me dijiste que por ningún motivo morirías en el hospital, querías morir en nuestra
casa, en nuestra cama, la cual siempre estuvo tan llena de amor.

Estábamos recostados, tan pegados como era posible, tocaba tu cabello, mientras tu dormitabas,
debías tomar tantos calmante que apenas te mantengas despierta, y los pocos momento que
abrías los ojos, con ojos que ya no eran tuyo, sentía que me explotaría el corazón, esa mujer tan
llena de vida, tan loca y dulce había abandonado tu cuerpo y no podía encontrarla, las lágrimas
inevitablemente corrían por mi rostro, no sé cómo soportare la existencia si tu no estas, no sé a
dónde iré, cada mañana llega Lucy te asea, arregla la cama, y te habla como si te conociera, te
cuenta los chismes y todo lo que pasa en el barrio, ahí se nota que no te conoce, jamás fuiste
aficionada a meterte en la vida de las personas a tu alrededor, ella me agrada, te trata como a
cualquiera pero con cariño, no como una enferma, tú la escuchas, pero la mayoría d las veces tu
mente está ausente, totalmente fuera de la realidad y balbucear incoherencias, o recuerdas cosas
del pasado, ese pasado que espero te haga feliz, un pasado del cual sentirte orgullosa, pongo
flores en tu mesa de noche para que te llegue su aroma, en el observatorio me han dado permiso
indefinido, dicen que puedo volver cuando esta liso, saben que tu partida es inevitable, que lo las
probable es que en cuando tu vayas yo vuelva a trabajar porque mi vida son tú y las estrellas y en
ellas te buscare cuando no sepa a donde ir.
Es martes por la mañana y al despertar miro tus ojos y que estas, es como un sueño, me miras y
dices que sientes dolor, pero que te sientes tú, después de mucho tiempo, me dices que te
gustaría ir a la playa, es una hora de viaje, no me importa, solo por hoy solo preocupémonos de
ser feliz y quiero sentir el sol en mi cara, la brisa, oírte reír y leerte mientras conduces, como lo
hacíamos antes en cada viaje.

En esta inmensa y aterradora soledad, he visto atardeceres y amaneceres, como el principito, no


hábito un asteroide y mi rosa tiene tu cara y habita en mi mente, debido a la cantidad de tiempo
que llevo a la deriva creo que a mi tanque de oxígeno no le debe quedar mucho tiempo, jamás se
está listo para este momento, menos si se vive de forma lenta, ahora te entiendo, todos
sabemos que moriremos, pero que se nos de un momento aproximado no es natural, tu cerebro
lo rechaza y como mecanismo de defensa te hace verlo desde fuera, cono si el afectado no fueras
tú, si no como otra persona, eso nos ayuda a sopesar la situación, aquí estoy, mi muerte no
puede ser real y yo aún no logro tomar el peso de lo que está pasando, me hubiera gustado morir
en el calor de tus brazos, mientras soy un anciano y nuestros hijos nos acompañaba, pero en esta
vida no se puede tener todo, pero te tuve a tí, ese es mi consuelo.

Aquel día en la playa fui muy feliz, tomamos helado, lograste ponerte de pie y te metiste al agua,
fue un breve momento porque siempre fuiste friolenta, pero sonreíste como en tus mejores días,
te lleve a almorzar a un pequeño café, no parabas de decir lo hermoso que era y lo feliz que
estabas de estar allí que podríamos comprar el lugar ,mudarnos allí, ir todos los días a la playa y
vivir sin preocupaciones, solo amándonos y sirviendo cafecitos a turistas como nosotros, los
cuales mientras comen algo sueñan con comprar un lugar como esta y cambiar su estilo de vida
por algo más calmado, jaja jaja.

Luego llegamos a casa, luego de viajar un par de horas, estabas muy cansada y débil, ya que para
estar más consiente ese día tomaste menos calmantes de los que debes, esa noche me pediste
que te hiciera el amor, con tu enfermedad habíamos olvidado esa parte de nuestra vida, pero esa
noche no entregamos el uno al otro, con suaves caricias, como si nos estuviéramos conociendo,
estabas tan delgada que temía dañarte, tu dijiste que no me preocupara que todo estaba bien,
que nada te dolía, que por ese breve instante quería ser la antigua tú, la mujer llena de sueños y
embriagada de amor por mí, me hiciste muy feliz, y nos dormimos abrazados, entrelazados y sé
que el día que me dejes, ese día en que descanses de todo este dolor que te inunda ahora,
seremos como partículas entrelazadas, nuestros sistemas convivieron tanto que partículas de mí
se quedaran en ti y tuyas quedaran en mí, y jamás perderán su conexión, vivirán en mi para
siempre, sin importar el tiempo o las circunstancias, eres el amor de mi vida, y me duele el alma
ver como tu vida se extingue y yo no puedo hacer nada.
Los días van y vienen sin mucha diferencias, tienes recaídas y días de lucidez, el medico que viene
a revisar cómo vas dice que ya no te queda mucho tiempo, que ya no me aleje mucho tiempo de
ti, que te puedes ir en cualquier momento. Creo que ya es hora de llamar a tu madre, jamás has
tenido buena relación con ella, a pesar de ser hija única, cuando no enteramos de tu cáncer, no
quisiste que le contara, porque no constituiría ninguna diferencia, pero ya es hora.

Lucy y yo acomodamos la sala para que pasaras tus últimos días, ya que queríamos que tuvieras
vista a la playa, sintieras la brisa y tuvieras más luz, ya no tienes día de lucidez, los calmantes y el
dolor ya no los permiten, quisiera poder decirte cuanto me harás falta, cuanto te amare para
siempre y decirte que no pude haber pedido en esta vida a alguien más perfecto para mí.

Tu madre llego, rompió a llorar cuando te vio, me abrazo y agradeció por cuidarte

También podría gustarte