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Paula Melissa Castillo Prada

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Fisioterapia

La religión: ¿Un obstáculo para la ciencia?

Uno de los más grandes problemas de la edad media fue ese teocentrismo extremo que hizo
que en cierto modo la ciencia tuviera un freno, no porque en esa época no existieran
avances o investigaciones, sino porque al tener a la religión como autoridad máxima esta se
encargó de censurarlos y de acusar a los “científicos” o a cualquiera que no hiciera lo que
demandaban, de herejes.

Un ejemplo de esto fue la medicina, donde los tratamientos más utilizados fueron la
oración, las hierbas medicinales y recetas para limpiar el aire. Con la llegada de la peste
negra, esta fue considerada un castigo de Dios, así como todas las enfermedades, se decían
que eran castigos o la voluntad divina; la medicina era considerada un deber de caridad,
pero no se realizaban investigaciones para descubrir el origen de las enfermedades
(Tamayo, 2009), aceptando con sumisión el propósito de la religión.(1)

Estos hechos hicieron que las personas tuviesen tres actitudes distintas: la primera, tolerar
los actos de la iglesia por temor a ser castigados, no expresar sus ideas e incluso preferir no
tenerlas; la segunda, continuar desarrollando sus actividades investigativas pero en secreto
para evitar una muerte segura, por lo que sus posibles descubrimientos nunca salieron a la
luz; y la tercera, declarar abiertamente su inconformidad por medio de exploraciones en
busca de nuevo conocimiento, obteniendo como consecuencia ser torturados,
posteriormente asesinados y sus hallazgos, ocultados.

Se creería que con el paso del tiempo este tipo de pensamiento teológico ha cambiado, pero
lo cierto es que aunque la ciencia ha venido avanzando exponencialmente trayendo consigo
beneficios para la sociedad en general, la religión continúa poniendo obstáculos a su
desarrollo, ya que en diversas iglesias, los creyentes se dejan influenciar por su ministro,
haciendo lo que él dice y pensando erróneamente que les ira mal en la vida o después de
ella si no es así, dándole grandes cantidades de dinero, dejando de realizar actividades
completamente normales y aceptando lo que dice como la verdad absoluta, aunque esta no
existe, dejando de lado actividades que conlleven a pensar por sí mismos por miedo a
contradecirlo.

Cabe resaltar que hoy en día existen diversidad de iglesias además de la católica, tales
como: protestante, evangélica, testigos de Jehová, etc. Y continúan apareciendo, por lo que
la lucha en contra de la ciencia se está dando ya no solo desde un punto central sino desde
varias perspectivas diferentes.

Por ejemplo, el pastor Álvarez (S.f) dice:

“Lamentablemente, el hombre en general y especialmente el hombre de ciencia, por


supuesto que no todos, con el paso de los años a descubierto nuevas cosas que han
puesto en su corazón el deseo de cambiar o de ir en contra de las leyes de Dios; una
de ellas, es terminar con la ley de la muerte y pensar en la posibilidad de tener vida
eterna por sus propios medios, lo que bajo estos preceptos a la luz de la escritura es
imposible; además, desea convertirse en creador para entonces “crear” una raza
perfecta, estos son los propósitos de la clonación.” (2)

Con clonación, Álvarez se refiere a las investigaciones de células madre que se llevaban a
cabo; estas células al ser auto replicables y tener la capacidad de convertirse en diferentes
tipos de célula del cuerpo pueden reemplazar las células dañadas de un tejido enfermo. Si
las células madres son extraídas del embrión pueden ser manipuladas in vitro para producir
un “linaje” que ayude a combatir la diabetes o Parkinson, además de permitir un mejor
estudio de enfermedades embrionarias para entenderlas y poder generar los tratamientos
pertinentes.(Rodríguez, 2005). (3)

El oponerse a una investigación científica que busca el mejoramiento de la calidad de vida


del ser humano con argumentos teológicos no es correcto, ni valido, el pastor de esta iglesia
está influenciando sus seguidores y haciéndoles pensar que estos experimentos que, al fin y
al cabo serán beneficiosos en cuanto sean perfeccionados, están en contra de los ideales
religiosos de esta iglesia, por lo que en un caso hipotético, si alguno de sus fieles necesitara
este tipo de tratamiento, este lo rechazaría rotundamente alegando que está desafiando las
leyes de Dios, o que su iglesia no se lo permite.
Un caso no tan hipotético fue (2010):

“Un adolescente perteneciente a la secta de los Testigos de Jehová murió después de


rechazar una transfusión de sangre tras un accidente automovilístico. Josué
McAuley, de 15 años, sufrió lesiones graves en las piernas y en el abdomen luego
de que su auto se estrellara contra un comercio.” (4)

El dejarse cegar por lo que el predicador de una iglesia afirme no solo limita ideas y
pensamientos, además afecta directamente la salud, al existir la libertad de decisión por
parte del paciente para recibir tratamientos médicos, muchos creyentes han optado por
perder su vida antes de aceptar cierto tipo de acciones, como es el caso mencionado
anteriormente; como este habrán millones de casos más en los que unas creencias
personales obviamente infundadas por alguien con gran capacidad de convencimiento, han
cobrado las vidas de muchas personas.

Aunque la lucha actual ciencia- religión no es tan rotunda como antes, es decir, no hay
asesinatos a sangre fría para evitar su avance, no quiere decir que haya mejorado
demasiado, porque en esta era de la tecnología casi cualquier persona, por no decir todo el
mundo, tiene acceso al conocimiento por medio de libros, del internet, y aun así, siguen
escuchando a autoridades religiosas con pensamientos retrogradas que buscan únicamente
su satisfacción personal, por medio de los dineros que logran recaudar en su iglesia.

Si la religión y la ciencia trabajasen en conjunto, o al menos se respetaran y aceptaran la


una a la otra, esto traería beneficios a la sociedad creando una cultura de tolerancia, Lértora
(s.f) señala, refiriéndose a la relación ciencia religión, que:

“Me parece que la destrucción o la enajenación de cualquiera de ellos sería una


pérdida irremisible de una parte esencial de nuestra humanidad. El debate por la
supremacía se agudiza ahora, en un tiempo en que la ciencia reina omnipotente,
pero que conoce también un resurgimiento espectacular de la esfera religiosa, con
una avalancha de creencias nuevas, impensables en Occidente hace unas décadas, la
mayoría de las cuales, sin embargo, se sitúan fuera de la tradición teológica de los
grandes monoteísmos occidentales que aquí se han tomado como referencia. Es todo
un desafío que parece hacer retroceder la historia a una situación lejana en unos
cuantos siglos. Tal vez de nuevo la ciencia inicie lo que considere su cruzada en pro
de la auténtica racionalidad contra el oscurantismo. Si fuera así, quisiera aportar la
reflexión que concluye la magnífica obra de Alexandre Koiré, sobre el paso del
mundo cerrado al universo infinito, al culminar la historia de la física clásica con la
célebre afirmación laplaciana: "prescindo de esa hipótesis [Dios]": "El universo
infinito de la nueva cosmología, infinito en duración y en extensión, en el cual la
materia eterna, según leyes eternas y necesarias se mueve sin fin y sin designio en el
espacio eterno, había heredado todos los atributos ontológicos de la Divinidad. Pero
estos solamente: en cuanto a los otros, Dios, alejándose el mundo, los llevó con
Él".(5)

Adicional a esto Rovira dice (2016):

“Se deduce que la ciencia y la religión no son magisterios separados, la religión ha


de ser objeto de análisis a través del método científico como cualquier actividad
humana. Aunque la ciencia no es la certeza, aplica el tratamiento riguroso de la
incertidumbre a través de dicho método científico, obteniendo con paciencia el
mejor conocimiento posible de nuestra realidad, las religiones descubren
inmediatamente el “motor prodigioso” del acontecimiento, convirtiendo la
explicación de lo aparente en algo aún más inexplicable de lo que trataba de explicar
inicialmente.

En el siglo XIX la especie humana descubrió que la fe no mueve montañas, las


mueve la tecnología. En una sociedad democrática que, gracias a las leyes, ha
sabido separar el delito del pecado las religiones y sus vicarios nada tienen que decir
en el ámbito del conocimiento; las fes reveladas, ajenas a las pruebas obtenidas
gracias a la ciencia, no tienen su sitio en la escuela pública, en sentido estricto, en
ningún espacio vinculado a la educación.”(6)

Los dos argumentos anteriormente mencionados, muestran que aunque la religión y la


ciencia tengan sus puntos contradictorios, ambas deben seguir coexistiendo en una sociedad
que no puede vivir con la ausencia de alguna de estas, la vida actual sin ciencia sería un
retroceso para todo lo que se ha llevado a cabo gracias a ella, y una vida sin religión dejaría
sin propósito y motivación a gran parte de la población.

Por otra parte es, digno señalar que el problema de esta afrenta no es únicamente religioso,
desde siempre la religión ha sido algo impuesto generacionalmente, por lo que los hijos en
la gran mayoría de los casos acaban por aceptar y adoptar las creencias de sus padres.

Es claro que esta no va a desaparecer, y que en muchas ocasiones estará en desacuerdo con
la ciencia, el problema no es creer en Dios, lo que sucede realmente es que si se forma a un
niño con unos pilares definidos en los que tiene como base un teocentrismo ciego, al llegar
a la adultez, no habrá nadie que logre cambio en su pensamiento, la solución esta desde la
educación, en la cual se debe enseñar que se puede creer o no en un ser superior creador de
todo, que cada persona es libre de elegir en sus actos sin que estos dañen a los demás o
afecten su propia integridad, creando así un equilibro entre la ciencia y la religión, ya que
aunque este sea devoto, aceptara también los avances que la ciencia pueda aportar.

Según Gordillo (2003):

“(…) es importante que la educación tecnocientífica se oriente a propiciar una


formación de la ciudadanía que la capacite para comprender, para manejarse y para
participar en un mundo en el que la ciencia y la tecnología están cada día más
presentes. Sin duda, el enfoque de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) es
especialmente apropiado para fomentar una educación tecnocientífica dirigida al
aprendizaje de la participación, aportando un nuevo significado a conceptos tan
aceptados como alfabetización tecnocientífica, ciencia para todos o difusión de la
cultura científica.”(7)

En conclusión, si se educa a las personas a entender la perspectiva científica, la cual


muestra con argumentos y no con ideologías la base, explicación y resultados de sus
investigaciones, la religión no tendrá más remedio que aceptar en sus fieles una actitud de
aceptación hacia los nuevos adelantos, porque estos traen bienestar a la humanidad, y así
tolerándose mutuamente los conflictos entre estas serían disminuidos para poder desarrollar
en conjunto algo que pueda beneficiar a ambas.
REFERENCIAS

1. Tamayo, R. P. (2012). De la magia primitiva a la medicina moderna. Fondo de


Cultura Económica.
2. Álvarez, G. (S.f). Clonación. México, DF. Iglesia.net, la web cristiana. Recuperado
de: https://www.iglesia.net/index.php/estudios-biblicos/leer/clonacin/
3. Rodríguez, V. M. (2005). Células madre: Conceptos generales y perspectivas de
investigación. Universitas Scientiarum, 10(1).
4. (2010). Un testigo de jehova muere tras negarse a un transfusión de sangre. Noticia
Cristiana. Recuperado de:
http://www.noticiacristiana.com/sociedad/policialjudicial/2010/05/un-testigo-de-
jehova-muere-tras-negarse-una-transfusion-de-sangre.html
5. Lértora, C. (S.f). La relación ciencia y religión en el mundo occidental. Argentina.
Recuperado de: http://www.pucsp.br/cecrei/larelcieyrelig.htm
6. Rovira, J. (2016). Religion y ciencia. A propósito de la religión en la escuela.
Laicismo.org. Recuperado de: https://laicismo.org/2016/religion-y-ciencia-a-
proposito-de-la-religion-en-la-escuela/149613
7. Gordillo, M. M., & Osorio, C. (2003). Educar para participar en ciencia y
tecnología. Un proyecto para la difusión de la cultura científica. Revista
Iberoamericana de Educación, 32, 165-210. Recuperado de:
http://rieoei.org/historico/documentos/rie32a08.htm?utm_content=bufferdb7cd&ut
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