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Culpa y psicopatología.

José M. Villagrán.

Crimen y Castigo,
Darío Augusto Cardona,
2010
Teatro libre de Bogota
1. Introducción doble suicidio junto a su amante, en-
tabla una relación epistolar con él tras

R ecientemente, y de forma azaro-


sa, la lectura en un breve lapso de
tiempo de dos obras de ficción me ani-
un encuentro fortuito. Aparte de su
indudable calidad literaria, estas dos
obras abordan el fenómeno de la cul-
mó a reflexionar sobre la cuestión de pa desde perspectivas diferentes pero
la culpa y su relevancia en la psicopa- complementarias y plantean, cada una
tología actual, su complejidad como a su manera, una cuestión de relevan-
fenómeno y su capacidad para mani- cia psicopatológica aún por dilucidar:
festarse tanto en su cualidad terapéuti- ¿cuándo la experiencia culposa deja de
ca como deletérea para la persona. La tener una función adaptativa, dirigida
José M. Villagrán. primera novela, Némesis, del escritor a la reparación de una herida y se con-
Psiquiatra.
Coordinador de la Uni- norteamericano Philip Roth, narra las vierte en un mecanismo por sí dañino,
dad de Hospitalización vicisitudes de Bucky Cantor, un joven generador de sufrimiento y dolor?
Psiquiátrica. con un gran sentido del deber que se
Unidad de Gestión Clí-
nica de Salud Mental.
siente responsable ante una epidemia Así, en la novela de Roth, el joven
Hospital de Jerez de la de polio que va minando a sus conoci- Cantor, admirable por su entrega a
Frontera, Cádiz. Servicio dos. En la segunda, Kinshu. Tapiz de los demás, es descrito como excesiva-
Andaluz de Salud
otoño, de Teru Miyamoto, una mujer, mente responsabilizado, quizá por una
jmaria.villagran.sspa @
juntadeandalucia.es cuyo esposo años atrás sobrevivió a un infancia con culpas externas (su padre

4 Átopos
fue encarcelado por robar a su patro- seres conscientes que pueden reparar
no para cubrir deudas de juego) tanto los errores cometidos y ser capaces de
como propias (su madre muere al darle recuperar la perdida autoestima.
a luz, mientras que el no es reclutado
por ser miope) que expiar y con una En las dos historias brevemente rese-
fuerte figura de autoridad presente (su ñadas, los personajes principales tuvie-
abuelo materno, quien ejerce de pa- ron que afrontar una crisis depreciativa
dre). En este contexto se desarrolla la de la propia valoración. Sin embargo,
epidemia de polio que asola Newark el mientras que para Bucky Cantor esta
verano de 1944, época en la que la ma- es global e irreversible, los protago-
yoría de los jóvenes están en el frente. nistas de Miyamoto consiguen iniciar,
La progresiva afectación de niños a su mediante un peculiar mecanismo (la
cargo en un centro de verano hace que correspondencia epistolar), el proceso
Cantor interprete el contagio y subse- de recuperación de la autoestima. La
cuente fallecimiento de muchos de es- culpa, en el primer caso, es invasiva,
tos como responsabilidad propia, has- asfixiante y destructiva; en el segundo,
ta el punto de que, el que el mismo sea es la piedra de toque para recuperar
una víctima, no le impide experimentar la propia apreciación y, a partir de ahí,
un inexorable sentimiento de culpa la capacidad para apreciar a los otros.
que termina con su aislamiento y arrui- ¿Pero qué es lo que determina que la
nando, ineluctablemente, su proyecto culpa devenga patológica?
de vida.Por el contrario, en la novela
de Miyamoto, Aki, la esposa engañada 2. El fenómeno de la culpa
y Yasuaki, su ex esposo, inician, a raíz
de la lejana y fugaz visión que la prime- Tradicionalmente, la culpa es incluida la culpa es incluida den-
tro del repertorio de la
ra tiene del segundo al coincidir en un dentro del repertorio de la afectividad
afectividad humana como
determinado lugar, una corresponden- humana como un sentimiento auto- un sentimiento autocons-
cia exclusivamente epistolar una déca- consciente complejo. Existirían dos ti- ciente complejo.
da después del episodio que desen- pos de emociones en el ser humano:
cadenó su separación. Ambos tienen por un lado, las denominadas emo-
otras vidas pero la correspondencia ciones básicas (entre las que general-
satisface el deseo de saber quién es mente se incluyen la ira, el miedo, la
ahora cada uno en relación con lo que alegría, la tristeza, el asco y la sorpre-
fueron y de tratar de indagar, con de- sa), biológicamente determinadas; por
licadeza pero también con brutal sin- otro, las emociones autoconscientes
ceridad, acerca del dolor causado, del (vergüenza, culpa y azoramiento), rela-
sentido de la culpa y de la posibilidad cionadas con procesos autoevaluativos
de expiación, que en ambos única- en relación con importantes estánda-
mente puede llevarse a cabo desde lo res de conducta.
que son ahora. Saben que no es posi-
ble un reencuentro, pero comprenden Las emociones básicas, surgen a los
que es mediante la correspondencia 6-8 meses de vida y no precisan me-
entre ambos que se reconocen como canismos cognitivos muy complejos,

Átopos 5
ya que vendrían a ser como programas la convivencia en grupo. Mientras que
más o menos preformados que se dis- las emociones básicas son pancultura-
paran ante distintos estímulos ambien- les, existe gran diferencia intercultural
tales. Por el contrario, las emociones en las autoconscientes (el valor que se
autoconscientes aparecen en el 2º o les atribuye, la experiencia subjetiva, la
3er año de vida y requieren un aparato capacidad léxica, los desencadenantes
cognitivo más sofisticado que incluye varían de una cultura a otra - Stompe
mecanismos autoconscientes, un sen- et al, 2001). Las emociones básicas son
tido de self estable que difiere de los expresadas y reconocibles mediante la
otros, la capacidad de internalizar es- expresión facial. No ocurre lo mismo
tándares de conducta y de identificar con las autoconscientes, especialmen-
discrepancias con la propia y la capa- te con las de valencia negativa (el or-
cidad de atribuir posibles causas a los gullo parece que pudiera tener una ex-
eventos. La culpa, al igual que las otras presión facial reconocible). Finalmente,
emociones complejas autoconscien- mientras que las emociones básicas
tes, surge en el desarrollo de la per- pueden ser encontradas en otras es-
sona antes de lo que en un principio pecies, las autoconscientes puede que
se creía. Así, suele estar presentes ya sean específicamente humanas (Kim et
en niños entre 2 y 3 años (Barrett et al, al, 2011).
1993; Denham, 1998; Damon y Hart,
1988). Estas emociones requieren un Uno de los mejores análisis del fenó-
concepto de sí mismo o self más o me- meno de la culpa en lengua castellana
nos estable (Lewis, 1995, 1998), que se es, sin duda, la monografía que el año-
estima suele surgir alrededor de los 30 rado Carlos Castilla del Pino publicó a
meses de vida (Bullock y Lutkenhaus, finales de los años 60 (Castilla del Pino,
1990) y se estabiliza a los 4 años (Harter, 1968). Para el, la culpa no es considera-
1999), mientras que la comprensión de da simplemente como un sentimiento,
normas sociales comienza a surgir a los por muy complejo que éste sea, sino
17 meses (Kochanska et al, 1994, 2002). como una secuencia de conductas que
Existe evidencia de que el 100% de los incluye una acción que contraviene una
niños muestran conductas de repa- norma moral, la conciencia de este he-
ración culposa y el 95% llevan a cabo cho (y de su carácter negativo para sí
las emociones autocons- confesiones ya a los 3 años (Kochanska y para los otros) y del sentimiento que
cientes, tienen como et al, 1994). le acompaña (pesadumbre, pesar) y el
función salvaguardar la
supervivencia social,
contexto de realidad (que incluye a los
La función de las emociones básicas es otros) en el que y para el que surge. No
afrontar inmediatamente las amenazas es posible, por tanto, aprehender el fe-
No es posible, aprehen-
der el fenómeno de la más urgentes de la supervivencia y re- nómeno de la culpa sin una teoría del
culpa sin una teoría del producción; las emociones autocons- sujeto y de la realidad en la que se ve
sujeto y de la realidad cientes, por el contrario, tienen como inmerso. En todo caso, señala Castilla,
en la que se ve inmerso.
función salvaguardar la supervivencia el sentido de la culpa es la creación de
social, son útiles para la cooperación, una disposición en el sujeto para repa-
el mantenimiento de las relaciones y rar la transgresión moral ante los otros

6 Átopos
y, por tanto, su función es de reinte- El locus clásico de la distinción opera-
gración del sujeto al grupo social con tiva de culpa y vergüenza es la mono-
el cual se identifica. grafía de Helen Block Lewis de princi-
pios de los 70. Lewis (1971), distingue
3. Culpa y vergüenza. estas dos emociones interrelacionadas
mediante el papel desempeñado por
A pesar de importantes conceptualiza- el self en ellas. Así, mientras que en la
ciones sobre el fenómeno de la culpa, vergüenza, el self es el foco de la eva-
lo cierto es que hasta la década de los luación (soy malo), en la culpa, el foco
80 del siglo pasado la investigación se centra en la acción realizada (lo que
empírica sobre la misma, así como so- he hecho es terrible). Para Lewis esto
bre otras emociones autoconscientes conlleva diferentes experiencias fe-
como la vergüenza, era más bien esca- nomenológicas. Así, mientras que en
sa, siendo en la década de los 90, a raíz la vergüenza es la totalidad del self la
de la aparición de diversos instrumen- que es objeto de escrutinio y, por ello,
tos de medida, cuando surgen nume- constituye una experiencia debilitan-
rosos estudios. te y abrumadora de crisis de la iden-
tidad que conlleva la parálisis aunque
Tradicionalmente, no se diferenciaban sea temporal, en la culpa la evaluación
de forma clara vergüenza y culpa. Por negativa recae en la conducta reali-
ejemplo, en las aproximaciones de zada y, por tanto, siempre es parcial,
mediados del siglo XX (Ausubel, 1955), acompañada de remordimiento y, lo
los intentos de diferenciación de estos que es más importante, deseo de re-
dos fenómenos radicaban en dos crite- paración y, por consiguiente, de ac- y, por tanto, su función
rios: por un lado, se atribuía un carácter tuar. Esta distinción ha sido sustentada es de reintegración del
más privado a la culpa y más público a por abundante investigación empírica sujeto al grupo social
con el cual se identifica.
la vergüenza; por otro, se apuntaba a (Tangney y Dearing, 2002). Es por ello
la situación generadora de la emoción, que, a pesar de que ambas emocio- en la vergüenza, el self
es el foco de la evalua-
con transgresiones morales más vincu- nes autoconscientes suelen aparecer ción (soy malo), en la
ladas a la culpa y no morales a la ver- al cabo del tercer año de vida, la ver- culpa, el foco se cen-
güenza. Sin embargo, la investigación güenza suele darse algo más tarde que tra en la acción realiza-
da (lo que he hecho es
empírica reciente ha cuestionado am- la culpa, una vez que el concepto de
terrible).
bos criterios, (Tangney y Fisher, 1995; sí mismo deviene estable (Barrett et al,
Tangney et al, 1996), concluyendo que 1993, Luby et al, 2009).
la distinción principal entre vergüenza
y culpa no radica tanto en el tipo de A partir de esta distinción seminal de
situación que las suscita sino en la for- Lewis, otros criterios adicionales se
ma en que los sujetos construyen sus han apuntados en los últimos años, tal
transgresiones o errores (Tangney, y como se recoge en el cuadro anexo.
1996, 1998).

Átopos 7
Cuadro 1.
REFERENCIAS
Diferencias principales
DIMENSIÓN VERGÜENZA CULPA FUNDAMENTALES
de los fenómenos de
vergüenza y culpa (mo-
Objeto de evaluación La totalidad del self Conducta específica Lewis (1971); Tangney y
dificado a partir de Kim negativa Dearing (2002)
et al, 2011)
Dirección del foco Hacia dentro, hacia el Hacia fuera, Leith y Baumeister (1998);
atencional y de self hacia relaciones Tangney (1991)
afectación interpersonales

Fenomenología Sensación de Tensión, pesar, Lindsay-Hartz (1984); Tangney


inferioridad, indefensión, remordimiento, y Dearing
impotencia, sentirse preocupación dirigida a (2002); Tangney et al. (1996);
expuesto otros Wicker et al. (1983)

Tendencias a la acción Evitar, esconderse, Aproximarse, enmendar, Frijda et al. (1989)


retraerse, huir, aislarse, reparar, confesar,
deseo de desaparecer disculparse

Emociones Ira, ansiedad, asco (de sí Pesadumbre, empatía, Gilbert (1998)


acompañantes mismo), generalmente generalmente menos
más dolorosas dolorosas

Importancia de la Alta Baja Smith et al. (2002)


exposición pública

Patrón atributivo Interno, estable, global, Interno, inestable, Tracy y Robins (2004, 2006)
incontrolable específico, controlable

Regulación moral Proscriptiva (lo que no Prescriptiva (lo que debe Sheik y Janoff-Bulman (2010)
debe hacerse) hacerse)

Origen evolutivo Parte del sistema de Parte del sistema de Crook (1980); Gilbert (1992)
jerarquía cuidado

Función Reparar la reputación Reparar el daño en la Crook (1980); Gilbert (1992)


relación

Una cuestión adicional pero especial- y sin referirse a sus componentes espe-
mente relevante para la investigación cíficos (motivacionales, conductuales,
empírica de estos fenómenos es su subjetivos); por otro lado, ciertas me-
medición. Los intentos llevados a cabo didas contextualizadas - como el Test
hasta la fecha no dejan de ser proble- of Self-Conscious Affect, TOSCA-3,
máticos, básicamente porque la mayo- de Tangney et al (2000), que tienen en
ría intentan medir la predisposición a la cuenta todo lo anterior.
vergüenza o la culpa antes que la pro-
una vez controlada la
otra emoción, las corre- pia experiencia actual de las mismas La importancia del tipo de medida uti-
laciones son más débi- (Tangney, 1996). En este sentido, existi- lizada radica en sus implicaciones clíni-
les o inexistente entre rían dos tipos de aproximaciones cuan- cas y psicopatológicas. La relación de
culpa y psicopatología
que entre esta última y titativas a la culpa y la vergüenza: por la culpa y la vergüenza con la psicopa-
la vergüenza un lado, ciertas medidas generalizadas tología ha sido y sigue siendo objeto
- las escalas basadas en adjetivos como de debate. Dado que ambas emo-
el Personal Feelings Questionnaire, ciones están muy interrelacionadas,
PFQ-2, de Harder y Zalma (1990), que la mayoría de los estudios han arroja-
miden vergüenza y culpa independien- do positivas correlaciones con sínto-
temente del contexto en el que surgen mas psicopatológicos y dificultades

8 Átopos
interpersonales. Sin embargo, una vez el surco temporal posterosuperior iz-
controlada la otra emoción, las corre- quierdo. Kedia et al (2008) estudiaron
laciones son más débiles o inexistente la activación en sujetos leyendo frases
entre culpa y psicopatología que entre inductoras de culpa, ira hacia otros, ira
esta última y la vergüenza (Tangney hacia sí mismo y compasión. Las frases
y Dearing, 2002). En este aspecto, es de culpa e ira hacia otros, en compa-
relevante el tipo de medida utilizada ración con las restantes, provocaban
ya que, aunque el uso de unas u otras una mayor activación en cortex cingu-
no influye mucho en la relación entre lado anterior, extendiéndose al cortex
vergüenza y psicopatología, sí parecen prefrontal medio, caudado, precuneo
determinantes en la relación entre cul- y polo temporal. Zahn et al (2009), utili-
pa y psicopatología, en el sentido de zando RMN funcional relacionada con
que las medidas generalizadas sesgan eventos, hallaron una asociación direc-
los resultados hacia una mayor rela- ta entre implicación empática y activa-
ción, especialmente cuando en las es- ción del cortex cingulado subgenual de
calas de psicopatología utilizadas (p. los sujetos ante estímulos provocado-
ej. de depresión) se incluyen ítems di- res de sentimientos de culpa. Wagner
rectamente relacionados con la culpa et al (2011) recientemente, también
(p. ej. las escalas de Beck o Hamilton) con RMN funcional, compararon la
(Kim et al, 2011). activación diferencial entre culpa, ver-
güenza y tristeza en voluntarios sanos
4. Neuroimagen de la culpa. a los que se aplicaba el paradigma de
la memoria autobiográfica generadora
La investigación empírica sobre la cul- de recuerdos fuertemente asociados
pa, en especial en la última década, se con estos sentimientos. Los episodios
ha interesado, así mismo, por los cir- de culpa se asociaron de forma espe-
cuitos cerebrales implicados en la mis- cífica con una región del cortex orbito-
ma. Shin et al (2000) estudiaron, me- frontal derecho que, al mismo tiempo,
diante PET, cambios regionales en el se asoció con la propensión individual
flujo sanguíneo al recordar experien- a experimentar culpa (culpa como
cias personales de culpa en compara- marcador de rasgo), además de con el
ción con recuerdos neutrales, hallando cortex prefrontal dorsomedial paracin-
un mayor flujo en el primer caso en gulado, una región fundamental en la
giro cingulado anterior, cortex insular Teoría de la Mente implicada, a su vez,
izquierdo, giro frontal inferior, y polo en el procesamiento autorreferencial.
anterior temporal bilateral. Takahashi
et al (2004) utilizaron RMN funcional En resumen, estos estudios apuntan a estudios apuntan a una
de diseño en bloques para medir la una implicación significativa del cortex implicación significati-
va del cortex cingulado
activación regional asociadas a juicios cingulado anterior extendiéndose a anterior extendiéndose
de culpa, azoramiento y neutros. Los áreas más prefrontales y de los polos a áreas más prefrontales
juicios de culpa, en comparación con temporales en la experiencia de culpa. y de los polos tempora-
les en la experiencia de
los neutros, mostraron una mayor ac- Estas áreas cerebrales tradicionalmen-
culpa.
tividad en el cortex prefrontal medio y te se relacionan con la integración de

Átopos 9
la información, en la monitorización de de aspectos emocionales y cognitivos,
los estados mentales propios y de otros y respectivamente y abunda en su carác-
el procesamiento emocional (Bush et al, ter de emoción compleja. Sin embargo,
2000; Shallice, 2001, Green et al, 2010). distintas redes neuronales se activan en
La mayoría de estos estudios, sin embar- los subtipos de culpa, con la ínsula res-
go, conciben la culpa como una emoción pondiendo selectivamente en la culpa
unitaria. deontológica. La ínsula es un área cono-
cida relacionada con el procesamiento
Recientemente, por el contrario, Basile emocional y con la emoción básica del
et al (2011) han distinguido dos subs- asco (disgust). A este respecto, es intere-
tratos neuronales específicamente dife- sante la asociación anatómico funcional
renciados para situaciones de culpa en entre asco y culpa deontológica, en mu-
donde existe sufrimiento de otros (culpa chos casos la expresión de una aversión
altruista) y para aquellas en que se violan moral hacia sí mismo que, al igual que el
reglas morales internas (culpa deontoló- asco, se caracteriza por un cortejo físico
gica). Como se vio, la culpa, al contrario importante. El cortex cingulado anterior
que otras emociones más básicas o pri- está implicado en sentimientos morales
marias como la ira o la tristeza, es un es- empáticos (Zahn et al, 2009) y conductas
tado mental complejo con aspectos tan- altruistas (Moll et al, 2006), por lo que
to emocionales como cognitivos. Desde es posible que una mayor activación de
el punto evolutivo es un sentimiento esta zona, especialmente del área sub-
prosocial que conlleva creencias mora- genual del cortex cingulado anterior, se
les específicas (Moll et al, 2008). En cier- dé más en la culpa altruista. Así, a pesar
tos casos, estas pueden ser generadas de que en ambos tipos de culpa se acti-
predominantemente por valores inter- va una región similar, mientras que en la
nos (culpa deontológica); en otros, por culpa deontológica se activaría el cingu-
situaciones más interpersonales (culpa lado anterior (para el procesamiento de
altruista). Un ejemplo de culpa deonto- aspectos emocionales y cognitivos de los
lógica es aquella que surge en el sujeto estímulos), en la culpa altruista lo haría
que contraviene una norma interiorizada una zona más anterior en el cortex pre-
(la mujer católica practicante que accede frontal medial (relacionada con la Teoría
a una interrupción voluntaria del emba- de la Mente y emociones más empáticas
La implicación de las razo). Un ejemplo de culpa altruista es y relacionales que incluye al otro). Para
zonas ventrales y dorsa- aquella que surge en un superviviente de estos autores, esta diferenciación podría
les del cortex cingulado un accidente de aviación en el que han tener implicaciones clínicas, ya que están
expresa la inclusión en
la culpa de aspectos fallecido otros. El sustrato neurológico descritas experiencias anómalas de cul-
emocionales y cogniti- de las emociones de culpa, como se ha pa en trastornos neurológicos (demen-
vos, respectivamente y visto, difiere de otras emociones como la cia fronto-temporal – Mendez, 2006),
abunda en su carácter
de emoción compleja. ira o la tristeza, e incluye el gyrus cingula- de personalidad (antisociales - Link et
do anterior y posterior y la corteza frontal al, 1977; Pardini et al, 2003), obsesivo-
medial izquierda. La implicación de las compulsivos (Shafran et al, 1996), depre-
zonas ventrales y dorsales del cortex cin- sivos (O`Connors et al, 1999) y psicóticos
gulado expresa la inclusión en la culpa (Ozan et al, 2010). Así, un procesamiento

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anómalo de la culpa altruista podría de ira y agresividad (Tangney et al,
tener lugar en los cuadros depresivos, 1992b, Gilbert, 1994). Sin embargo, la
mientras que procesamientos anómalos asociación entre culpa y psicopatolo-
de la culpa deontológica podrían darse gía es, como se vio, menos clara, con
más en el trastorno obsesivo-compulsi- estudios que no muestran relación y
vo o en los cuadros psicóticos. otros que muestran incluso un efecto
beneficioso sobre algunas formas dis-
ruptivas de psicopatología (Tangney et
al, 1992a, 2007).

Gilbert (2000) y Shafran et al (1996), por


ejemplo, apuntan a una relación de la
culpa con la ansiedad social y con el
trastorno obsesivo-compulsivo, respec-
tivamente. Sin embargo, la mayoría de
los estudios señalan una relación en-
Imagen: Anesthesia. Kanemoto, L. Dark mirror. tre predisposición a la vergüenza y no
Custom & Limited Editions. San Francisco, 1997.
a la culpa como relacionados con los
síntomas ansiosos (Fergus et al, 2010,
5. Culpa y psicopatología. Pineles et al, 2006).
Clásicamente, la vergüenza y la culpa,
Los estudios con población diagnostica-
al menos en su versión desadaptati-
da, bastante menos frecuentes, arrojan
va o anómala, se han relacionado con
resultados en la misma línea. Highfield
la existencia de trastornos mentales.
et al (2009) hallaron en una población
También en la depresión en la infan-
de pacientes bipolares niveles altos
cia, incluso en edad preescolar, existe
de predisposición a la vergüenza (pero
evidencia de una mayor incidencia de
menos que en unipolares) y bajos en
vergüenza y culpa desadaptativa (Luby
predisposición a la culpa. Parker et al
et al, 2009). Esto ha llevado a pensar
(1991) y Gaudiano et al (2008) señalaron
en una temprana disregulación emo-
una mayor incidencia de síntomas de
cional como origen de los trastornos
del ánimo. Existe un sólido cuerpo de culpa en la depresión mayor psicótica
evidencia que muestra que la vergüen- que en la no psicótica. Existe un sólido cuerpo
de evidencia que mues-
za es una emoción desadaptativa re- tra que la vergüenza
lacionada con distintas formas de psi- Zhan et al (1990) publicaron uno de los
es una emoción desa-
copatología, tanto en la infancia como escasos estudios de culpa en niños en- daptativa relacionada
en adultos, entre ellas la depresión tre 5 y 9 años con riesgo de padecer con distintas formas de
depresión. Estudiaron las respuesta psicopatología, tanto
(Thompson y Berenbaun, 2006), la an- en la infancia como en
siedad (Tangney et al, 1992a), el suicidio de culpa en hijos de madres depresi- adultos,
(Mokros, 1995), el alcoholismo (Brown, vas versus no depresivas. Los hijos de
1991), los trastornos de personalidad madres no depresivas mostraban res-
del cluster B (Harder, 1995) y conductas puestas de culpa empáticas y con inte-
rés por las relaciones interpersonales,

Átopos 11
mientras que en los de madres depre- no tiene control puede conducir a este
sivas se asociaban con mayor distrés, tipo de culpa inherentemente desa-
activación y sentido de responsabili- daptativa que sí tendría relación con
dad por conflictos interpersonales, lo desajustes psicológicos y síntomas de-
que llevó a los autores a concluir que presivos (Kim et al, 2011). Bucky Cantor,
los niños con riesgo de sufrir depre- el personaje de Roth, sería un caso pa-
sión desarrollan respuestas de culpa radigmático de culpa interpersonal en
desadaptativa. el sentido del grupo de O’Connors.

¿Cuándo es adaptativa la culpa y cuán- 6. Culpa y delirio


do desadaptativa? Se trata de una
cuestión aún por responder. A este Además de su presencia en las de-
respecto, la tesis de Lewis (1971) so- presiones más graves, de tipo melan-
bre el grado de afectación del self en cólico o psicótico, el fenómeno de la
la vergüenza y la culpa parece explicar culpa está presente, como síntoma
la mayor patogenicidad de la prime- cardinal, en otros cuadros delirantes,
ra y apuntaría a que la experiencia de adquiriendo este matiz. A este res-
culpa se convierte en desadaptativa pecto, Berrios et al (1992) propusieron
únicamente cuando afecta a la totali- distinguir dos componentes diferen-
dad del self (y por tanto se convierte tes en la evaluación de la culpa en los
en vergonzante). Por su parte, Castilla trastornos afectivos: por un lado, una
del Pino (1968) señala que el siempre ‘culpa o vergüenza delirante’, experi-
borroso límite en que una vivencia de mentada en relación a las propias ac-
culpa deja de ser normal para tornarse ciones y vinculada a mecanismos de
anómala estriba en la nitidez con que neurotransmisión dopaminérgicos y a
se conciencia la situación en la que el los aspectos más cognitivos y actitudi-
sujeto fue culpable. La preocupación nales del fenómeno de la culpa, y una
por la culpa puede llevar a la distorsión ‘culpa afectiva’, más vinculada a un
de la conciencia de la situación que, sentimiento general de falta de valía y
en ocasiones, provocará la sobrecon- a los aspectos más propiamente afec-
cienciación de la responsabilidad y, en tivos y de estado de ánimo de aquél,
otras, la infraconcienciación preliminar expresados a través de la participación
culpa desadaptativa que (Castilla del Pino, 1968, pp.60-61). de los sistemas de neurotransmisión
incluye la posesión de serotoninérgicos y noradrenérgicos.
creencias irracionales
O’Connors et al (1997, 1999) acuñan
acerca de la responsabi-
lidad propia en un daño el término de culpa interpersonal para En la psicopatología tradicional, el fe-
percibido en otros. referirse a una variante de culpa de- nómeno de la culpa se ha situado en
sadaptativa que incluye la posesión el origen o, al menos, en la dinámica
de creencias irracionales acerca de la generadora del contenido de distin-
responsabilidad propia en un daño tos trastornos delirantes. Así, las des-
percibido en otros. La experiencia de cripciones clásicas de los hoy menos
responsabilidad personal para suce- frecuentes ‘delirios de inculpación de
sos negativos sobre los que el sujeto los masturbadores’ o de los ‘delirios

12 Átopos
eróticos de las solteronas’, recogidos inseguridad en la construcción del self, las descripciones clá-
sicas incluían la culpa
ulteriormente dentro del denomina- lo que conlleva una alta autoestima y
ante acciones (externas
do delirio sensitivo de referencia por baja incidencia de depresión o ansie- o internas) socialmen-
Kretschmer (2000), incluían la culpa dad. Para estos autores, esta distinción te reprobables y per-
ante acciones (externas o internas) so- tendría relevancia terapéutica, ya que sonalmente inacepta-
bles en la génesis del
cialmente reprobables y personalmen- en la paranoia ‘malo de mi’ es impor- delirio persecutorio o
te inaceptables en la génesis del delirio tante confrontar, desde el inicio de referencial.
persecutorio o referencial. Castilla del la terapia, la autoevaluación negativa
Pino (1982), en su clasificación de los que subyace a la creencia paranoide y
delirios de acuerdo al área de la iden- ponerla en relación con una pobre au-
tidad o self afectada, incluyó, dentro toestima, algo no recomendado para
de los delirios de depreciación del self el otro tipo (Chadwick y Trower, 1996).
actitudinal, a aquellos caracterizados
por una culpa anómala, en particular A pesar de que existe cierto evidencia
los delirios de condenación, en los que que sustenta esta distinción (Chadwick
el sujeto, a partir de conductas que et al, 2005), autores como Bentall y su
considera inaceptables de su pasado, grupo consideran que, más que tipos
concluye que a su muerte será irremisi- o categorías diferenciadas de delirios
blemente condenado, como una suer- paranoides, los dos grupos serían fa-
te de destino inapelable al que Dios ses o etapas distintas en el ciclo de au-
le somete (Castilla del Pino, 1982, pp. torepresentaciones y atribuciones de
200-201). todo pensamiento paranoide (Melo et
al, 2006).
A mediados de los 90, Trower y Chad-
dos tipos de delirios
wick (1995) propusieron distinguir dos 7. Conclusiones. persecutorios: los que
tipos de delirios persecutorios: los que se incluían en lo que
se incluían en lo que denominaban La culpa es un fenómeno complejo que denominaban paranoia
paranoia “pobre de mí” (poor me), en difícilmente puede soportar aproxima- “pobre de mí” (poor me),
en la que el sujeto cree
la que el sujeto cree que la persecu- ciones reduccionistas. No es solo un que la persecución de
ción de que es objeto es injustificada; sentimiento, ya que incluye aspectos que es objeto es injus-
y los incluidos en la paranoia “malo de cognitivos y actitudinales que llevan tificada; y los incluidos
en la paranoia “malo de
mí” (bad me), en la que el sujeto cree a la acción. No pertenece en exclu- mí” (bad me), en la que
que, de alguna forma, su persecución siva al ámbito de lo atributivo ya que el sujeto cree que, de
es merecida. Mientras que esta últi- está imbuida de emociones y precisa alguna forma, su perse-
cución es merecida.
ma forma de paranoia parece surgir de una cierta capacidad de automoni-
de relaciones excesivamente intrusi- torización. Ni tan siquiera puede cir-
vas por parte de los cuidadores y de cunscribirse únicamente al campo del
amenazas de alienación en la cons- individuo, ya que, aunque no puede
trucción del self en los primeros años hablarse, en puridad, de culpas grupa-
de vida, lo que conduce a un cuadro les (Castilla del Pino, 1968), toda culpa
clínico de depresión, ansiedad y baja implica al otro, ya sea en cuanto norma
autoestima, la primera surge de cuida- social internalizada, ya sea en cuanto
dores negligentes y de amenazas de potencial evaluador de la transgresión

Átopos 13
efectuada, ya sea como objetivo final, TR, Jenaway A, Markar H, Martín-Santos
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