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Belting, Hans. "Semejanza y presencia". (Primer capítulo de Likeness and presence).

En:
Artes. La revista N° 5, Vol, 3, enero-junio. Medellín: Colombia. Universidad de Antioquia. pp.
3-18, 2003.
R T E S LA REVISTA

Semejanza y presencia
Una introducción a las imágenes antes de «la era del arte»

Pietá. 1164, Iglesia de Nerezi Hans Belting

Traducción de Juan Manuel Pérez

Resumen Abstract
Se trata del capítulo introductorio a la obra This is the introductory chapter to Likeness and
Likeness and presence, de Hans Belting. El presence, by Hans Belting The author defines
autor define su estudio como una historia de la bis study as a history of the image prior to the
imagen antes de la era del arte. Describe las era of art. He describes cult images as a
imágenes de culto como una realidad especial, peculiar type of reality, which has no
que no corresponde al concepto de arte correspondence to the concot ofart developed
desarrollado a partir del Renacimiento y de la during the Renalssance and the Reformation.
L Reforma.
*Tomado del capitulo introductorio a la obra Likeness and presence, Chicago, University of Chicago Press, 1994, pp. 1-16.

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a. El poder de las imágenes y las rejes ya los no creyentes, acusándolos de profanar en


limitaciones de los teólogos secreto imágenes sagradas; ante tales profanaciones,
las imágenes agredidas , como las llamó Leopold
Cada vez que las imágenes han tratado de ganar Kretzenbacher, reaccionaban como un ser vivo, llo-
influencia indebida dentro de la Iglesia, los teólogos rando o sangrando. Siempre que los herejes ponían
han hecho lo posible por despojarlas de su poder. sus manos sobre símbolos materiales de la fe, como
Siempre que las imágenes conseguían mayor popu- la imagen, las reliquias o la Eucaristía, demostra-
laridad que las instituciones de la Iglesia y empeza- ban ser saboteadores de la unidad de la fe, que, en
ban a actuar directamente en nombre de Dios, se principio, no tolera ninguna violación. De esta ma-
volvían indeseables. Nunca fue fácil controlarlas me- nera, tan pronto empezaba a surgir un culto a cierta
diante palabras porque, al igual que los santos, com- imagen, las minorías debían vivir en medio del te-
prometían niveles de experiencia más profundos y mor a ser denunciadas como sus profanadoras. Hay
satisfacían deseos diferentes a aquellos que las auto- bastantes ejemplos de esto hasta mucho después de la
ridades vivientes de la Iglesia podían abordar. Por lo Reforma; Joseph Roth describió hace poco sucesos de
tanto, cuando los teólogos comentaban algún asun- este tipo en Galicia.
to concerniente alas imágenes, invariablemente con- Desencadenaban una controversia de otra índole
firmaban una práctica ya existente. Más que presentar cuando los grupos discutían acerca de la presenta-
nuevas imágenes, los teólogos estaban excesivamen- ción correcta o ineuilecta de las imágenes que
te dispuestos a prohibirlas. Sólo después de que los tenían en común. Aquí, el punto central era la pure-
fieles resistían tales embates contra sus imágenes za de la fe. Las iglesias occidental y oriental estaban
favoritas, los teólogos se decidían a establecer condi- a veces tan en desacuerdo en-lo que se refiere a la
-ciones y limitaciones para reglamentar el acceso a
iconografía de las imágenes como lo estaban, en el
ellas y sólo quedaban sa- aspecto lingüístico, en la disputa
tisfechos cuando podían del filio que.
explicarlas . Cuando el delegado papal
Desde los más remotos proclamó el cisma de la Iglesia
tiempos, el papel de las irá-- en Constantinopla en 1054, criti-
genes se ha manifestado por có a los griegos por presentar la
las actuaciones simbólicas imagen de un hombre mortal en
realizadas a favor suyo por la cruz, con lo que representaban
parte de sus defensores, o en a Jesús como un muerto. De igual
su contra, por sus detracto- manera, cuando los griegos_lle-
res. Las imágenes se prestan garon a Italia para el Concilio de
tanto para ser exhibidas y ve- Ferrara-Florencia en 1438,_fueron
neradas, como para-ser pro- incapaces de orar frente alas imá-
fanadas y destruidas. Éstas, en tanto que sustitutos de genes sagradas occidentales, cuyas formas no les eran
lo que representan, obran específicamente provocan- familiares. Entonces el patriarca Gregorio Melissenos
do manifestaciones públicas de lealtad o deslealtad. argumentó en contra de la propuesta de unión de la
Las profesiones públicas de fe hacen parte de la disci- Iglesia diciendo: Cuando entro en una iglesia lati-
plina que cada religión exige a quien la profesa. Los na no puedo orarle a ninguno de los santos allí retra-
cristianos a menudo atacaban a los judíos, a los he-

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tados porque no reconozco a ninguno de ellos. Aun- trario, el culto a las imágenes en la Contrarreforma
que reconozco a Cristo, no puedo siquiera orar frente fue un acto de reparación hacia ellas y se pretendió
a él porque no reconozco la manera como lo retra- que cada imagen nueva ocupara simbólicamente el
tan. Estas reservas frente a la posibilidad de asociar- espacio del que la otra había sido expulsada. Esta
se con las imágenes principales de una secta religiosa polémica utilización de las imágenes culminó en la
diferente de la propia demuestran un temor a la figura de María, porque María hizo posible presentar
contaminación. en términos visibles las diferencias doctrinales entre
La teología del período de la Reforma tuvo que católicos y protestantes. Los iconos más antiguos de
enfrentar asuntos difíciles cuando los calvinistas abo- la Virgen, ahora reverenciados de nuevo, servían a su
lieron las imágenes y los luteranos las modificaron. manera para dar validez a una tradición con base en
Lo que fundamentalmente estaba en juego era la su antigüedad. Columnas marianas, públicamente
tradición de la Iglesia, pero tal como sucedió en un erigidas, al igual que las pinturas de otros tiempos,
contexto diferente, en Nicea, en 787, la tradición no también fueron monumentos a la Iglesia como ins-
se pronunciaba con unanimidad frente al tema de titución, y a su triunfo. El Estado, como el defensor
las imágenes sagradas. Una parte de la Iglesia se veía de la Iglesia, también se asoció con las imágenes y su
a sí misma en sus imágenes visibles y otra-parte se culto; de esta manera, en 1918, cuando los revolucio-
veía en la necesidad de rechazar estas mismas imáge- narios derribaron la columna mariana de Praga, es-
nes. En el siglo vio, al igual que en el xvi, ambos taban actuando más contra el poder de los Habsburgo,
bandos reclamaban para sí una tradición intacta, lo con el cual la identificaban, que contra la religión
que, por lo general, se cree que contiene la identidad que ella representaba.
de una religión. Dado que no se había podido esta- Hasta ahora hemos aislado solo algunos aspec-
blecer qué actitud se tenía frente a las imágenes en tos de las funciones históricas que han cumplido las
los primeros tiempos de la cristiandad, se hizo nece- imágenes, ya que la teología por sí sola no puede dar
sario definir la tradición misma antes de continuar. cuenta de la imagen. Así pues, el asunto que enfren-
Así mismo, el debate acerca de las imágenes causó tamos es cómo analizar las imágenes y cuáles aspec-
una controversia sobre la verdadera naturaleza de la tos de éstas resaltar. Como de costumbre, la respuesta
espiritualidad, que parecía amenazada por el mate- depende de los intereses de la persona que aborda el
rialismo de los cultos a las imágenes. Luego, cuan- tema. Dentro del campo especializado del historia-
do el tema tratado fue si la salvación se obtenía por dor del arte, las imágenes sagradas son de interés sólo
la fe o por las obras, el culto y la donación de imáge- porque se han coleccionado como pinturas y se han
nes se incluyeron entre las obras. utilizado para formular o ilustrar las reglas que ri-
Desde el punto de vista-del catolicismo, los pro- gen el arte. Sin embargo, cuando se libraban bata-
testantes, no menos que los turcos, eran adversarios llas de fe por las imágenes, no se buscaban los puntos
en el tema de las imágenes, puesto que ambos grupos de vista de los críticos de arte. Sólo en los tiempos
deshonraban las imágenes con las cuales se identifi- modernos se ha afirmado que deberían estar por fue-
caba la Iglesia Católica; también había un temor ra de cualquier contienda, con el argumento de que
evidente a perder el poder institucional que las imá- son obras de arte. No obstante, los historiadores del
genes representaban. Los albigenses y los husitas se arte no estarían siendo justos con el tema si limita-
oponían a las imágenes, aunque su objetivo real era sen su conocimiento al análisis de pintores y estilos.
la institución que había detrás de ellas. Por el con- Pero los teólogos no están tan bien calificados como
parecieran, pues analizan el tratamiento que daban

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los antiguos teólogos a las imágenes, no las imáge- por su pretensión de ser una depositaria de fe; esta
nes en sí; lo que les interesa al momento de integrar- pretensión la diferencia de la filosofía de las imáge-
se al debate es el estudio de su propia disciplina. Por nes que, desde Platón, se ha ocupado de los fenóme-
último, los historiadores prefieren ocuparse de textos nos del mundo visible y de la veracidad de las ideas.
y de hechos políticos o económicos y no de los niveles Desde esta perspectiva, cada imagen material es el
de experiencia más profundos, como aquellos en los objeto posible de una abstracción lingüística o men-
que se adentran las imágenes. tal. Sin embargo, la teología de las imágenes, aun-
Así, pues, el rango de competencia de cada disci- que comúnmente se involucraba en esta discusión,
plina es insuficiente para abarcar este campo. Las siempre tenía en mente un fin práctico: proveer las
imágenes pertenecen a todas estas disciplinas ya nin- fórmulas que unificaran el uso de las imágenes, que
guna exclusivamente. La historia de la religión, de otra manera sería heterogéneo y falto de discipli-
inmersa en la historia general, no coincide con la na. Cuando alcanzó su objetivo y definió una tradi-
disciplina de la teología, que sólo se ocupa de los ción, la polémica se calmó para dar paso a una
conceptos con los que los teólogos han respondido a conciliación disfrazada de doctrina pura, en la que
las prácticas religiosas. Las imágenes sagradas nun- todo aparecía, retrospectivamente, diáfano y sencillo.
ca fueron materia de estudio privativo de la religión, Sólo ocasionalmente, cuando las polémicas es-
sino también de la sociedad, que se expresaba en la taban en proceso, las partes en disputa admitían que
religión y a través de ella. La religión era una reali- estaban discutiendo acerca de una-clase especial de
dad demasiado fundamental como para ser sólo asun- imagen y una utilización especial de éstas, que iden-
to personal o problema de las iglesias, como-lo es hoy tificaban como veneración , para diferenciarla-de
en día. De este modo, el papel real de las imágenes la adoración de las_criaturas al mismo Dios. Aquí
religiosas (durante mucho tiempo no hubo otro tipo no se hacía referencia a las pinturas conmemorati-
de-imágenes) no se puede comprender sólo en térmi- vas en los muros de las iglesias, sino a las imágenes
nos de contenido teológico. de personas que eran utilizadas en procesiones y pere-
Este punto de vista se apoya grinaciones y a las que se quemaba
en la-manera como los teólogos incienso y se encendían velas. Se con-
han discutido y discuten aún acer- sideraba que estas imágenes tenían
ca de las imágenes; su concepto un origen muy antiguo o hasta ce-
de imágenes visuales es tan gene- lestial y que obraban milagros, emi-
ral, que-sólo existe en el plano de tían profecías y alcanzaban victorias.
lo abstracto; ellos tratan-la ima- Aunque eran manzanas de-la discor-
gen-como un universal, pues sólo dia o piedras de toque de la fe, no
esta perspectiva puede proporcio- tenían un status especial en ningu-
nar una definición concluyente na doctrina teológica de imágenes.
de importancia teológica. Las Sólo las leyendas de los cultos les
imágenes, que cumplían papeles muy diferentes en daban su respectivo status; aun sus oponentes sólo
la práctica, se han visto reducidas, por obra de la podían atacarlas y refutarlas teológicamente en tér-
teorí-a a un común denominador que les quita todos minos generales, pues no podían atacar las imágenes
los rasgos de su uso real. Cada teología de las imáge- específicas mismas.
nes posee cierta belleza conceptual, sólo sobrepasada

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Por consiguiente, podemos considerar estas imá- Estado, era recibida como si fuese una persona real.
genes de culto, o imágenes sagradas , como las lla- La imagen, como objeto, necesitaba protección, pero,
mó Edwyn Bevan en su libro del mismo nombre, sólo a su vez, la brindaba, como intermediario del ser al
si adoptamos un modo de argumentación histórico que representaba Se consideraba que la intervención
que las rastree en el contexto en el cual cumplían su del pintor en tales casos tenía algo de intromisión,
papel dentro de la historia. Estas imágenes represen- pues no se podía esperar que reprodujese el modelo
taban un culto local o la autoridad de una institu- con autenticidad. Sólo se podía verificar la autenti-
ción local, y no las creencias generales de una Iglesia cidad de los resultados si se estaba seguro de que el
universal. Cuando la estatua de la Virgen en Auvernia, pintor había plasmado la imagen del modelo vivo
o su icono en el monte Athos, era saludada y acompa- real con la exactitud que hoy solemos atribuir a una
ñada como una soberana, estaba desempeñando el fotografía, como en el caso de San Lucas o del pintor
papel de santo local y de defensora de una institu- llevado por los tres reyes a Belén para pintar a la
ción cuyos derechos defendía y cuya propiedad admi- Virgen y al Niño.
nistraba. Aun en los tiempos modernos, los símbolos Este concepto de veracidad hace uso de un testi-
de la comunidad local han perdido muy poco de su monio por tradición, que sólo se invoca en la cris-
poder psicológico. Hace algunos años, los habitantes tiandad para probar la autenticidad de los textos de
de Venecia celebraron el regreso de la Virgen Nicopeia la revelación. Aplicado las imágenes de Jesucristo,
a San Marcos, de donde había sido sacada por la fuer- las leyendas sobre su veracidad afirmaban que una
za. En la antigua república, el icono había sido hon- determinada imagen era de origen sobrenatural (de
rado públicamente como la verdadera soberana del hecho, que había caído del cielo), o que el cuerpo
Estado. La prehistoria de este culto en Venecia se re- vivo de Jesús había dejado una impresión física du-
monta a Bizancio, donde, en 1203, el icono fue arre- radera; a veces se utilizaban ambas leyendas para la
batado del carruaje del general enemigo. Para los misma imagen. El paño con una impresión de la
bizantinos, era la encarnación de su comandante cara de Cristo, que hizo inexpugnable a la ciudad
celestial, al cual los emperadores daban precedencia siria de Edesa, así como el sudario de Santa Verónica
al celebrar las victorias. Los venecianos llevaron a la en San Pedro, en Roma, a la cual peregrinaba el
ciudad este paladión, como fruto de su victoria, que mundo en anticipación a una visión futura de Dios,
aso vez les concedi15-victorias, como parte de la trans- son ejemplos importantes de imágenes autenticadas
ferencia de cultos . Los venecianos pusieron su co- por tales leyendas.
munidad bajo el _amparo de este icono, tal y como Además de las leyendas sobre los orígenes, había
alguna vez lo hicieran los antiguos griegos con la otras referentes a-visiones, cuando un espectador re-
imagen de Atenea de Troya. conocía en una imagen apersonas que habían apa-
El icono pronto se conoció en Venecia con el nom- recido en sus sueños, como sucedió, según la-leyenda
bre de Madona de San Lucas._ Se consideraba como de San Silvestre, con el emperador Constantino, quien
originario de la época de los apóstoles, y se creía que identificó las-imágenes de los apóstoles Pedro y Pa-
la misma María había posado para él. Este retrato blo. Al mismo tiempo, Constantino-reconoció la au-
auténtico naturalmente era preferido por la Vir- toridad del Papa, quien era dueño de-estas imágenes
gen, pues la representaba de manera correcta y se pintadas y además conocía sus nombres, pues era el
había logrado con su cooperación; así, pues, esta pin- representante legítimo de estos apóstoles en la tierra.
tura reunía una gracia especial; poseía una existen- En este caso, la prueba de autenticidad se basaba en
cia única y hasta una vida propia. En ceremonias de

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la correspondencia entre la visión de un sueño y la da en sus asuntos personales. La nueva y universal
imagen pintada. figura materna de la Virgen se ajustaba fácilmente a
Una tercera clase de leyenda de culto, la de los este contexto. Cuando en el ario 609 se consagró el
milagros, resaltaba la presencia supratemporal de los Panteón como la iglesia de María y los mártires to-
santos, quienes después de su muerte obraban mila- dos, se le obsequió una imagen de templo de su
gros mediante sus imágenes, demostrando así que nueva patrona, cuya dorada mano evocaba el aura de
aún estaban realmente vivos. Estas leyendas también la mano sanadora de Asclepios. También sabemos
reforzaban el doble valor en el que cualquier religión que a este icono igualmente le fue transferido el de-
hace énfasis, el de la antigüedad y la permanencia, recho de asilo.
la historia y la intemporalidad. Tales imágenes poseían poderes carismáticos que
Las imágenes auténticas parecían tener la capa- podían volverse en contra de las instituciones cleri-
cidad de actuar, parecían poseer dynamis, o poder cales mientras fueron excluidas de ellas. Protegían a
sobrenatural. Dios y los santos también moraban en las minorías y se transformaban en abogadas del
ellas como era de esperarse y hablaban a través de pueblo, dado que por su naturaleza estaban por fuera
ellas. La gente acudía ante tales imágenes con la de la jerarquía. Hablaban sin la mediación de la
esperanza de obtener beneficios, lo cual a menudo Iglesia, con una voz que provenía directamente del
era más importante para el creyente que las nociones cielo, contra la cual toda autoridad oficial era impo-
abstractas de Dios o de una vida después de la muerte. tente. Otro icono de la Virgen, que luego fue trasla-
Quienes rendían culto perdieron muchos abogados dado a San Sixto, obligó al Papa a hacer penitencia
para sus épocas de necesidad cuando el Estado cris- pública, ya que había intentado trasladarlo indebi-
tiano cerró los templos y santuarios rurales de damente a su residencia en Letrán. La imagen regre-
Asclepios e Isis. Aunque los teólogos vean la religión só en plena noche a las pobres monjas, cuya única
en primer lugar como un conjunto de ideas, los ado- posesión-había sido. Las manos de esta Virgen, levan-
radores comunes están más interesados en recibir ayu- tadas en la posición suplicante de un abogado, tam-

Lapidación de San Esteban. San Joan de Bol

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bién están cubiertas de oro para representar su fun- ¿qué permitía que una imagen se distinguiese del
ción de portadoras expectantes de súplica. La fabrica- mundo común y fuese tan sagrada como lo era un
ción de muchas réplicas de iconos en la Edad Media signo o un medio de salvación completamente so-
refleja la creencia de que al duplicar una imagen brenatural? Después de todo, fue precisamente esa
original se extendería su poder. calidad de sagradas , calidad que estaba reservada
Tales imágenes, cuya fama derivaba de su histo- para los sacramentos, la que se les negó original-
ria y de los milagros que obraban, no tienen un espa- mente a éstas, cuando aún cargaban con el estigma
cio propio dentro de una teología de las imágenes. de ser ídolos paganos y muertos. Pero los sacramen-
Ellas representan las típicas imágenes que eran besa- tos también eran cosas (pan, vino, aceite) transfor-
das y veneradas con genuflexiones; es decir, tratadas madas por la consagración sacerdotal. En principio,
como personajes a quienes la gente se dirigía con cualquier cosa se podía consagrar, lo que impediría
súplicas personales. En Bizancio sabían honrarlas que las imágenes ocuparan un lugar aún más alto; si
para distinguirlas de otras imágenes. En el año 824, dependían de ser consagradas, le cedían su poder a la
los emperadores escribieron a los carolingios para institución consagratoria. Así, los sacerdotes no sólo
informarles que habían retirado las imágenes de serían más importantes que los pintores, sino que
los sitios bajos , al nivel de los ojos, donde sus devo- también serían los autores verdaderos de la santidad
tos ubicarían lámparas y encenderían incienso . Por de las imágenes. Sin embargo, a diferencia de la je-
lo tanto, durante la segunda controversia iconoclas- rarquía de la Iglesia, los santos que obraban mila-
ta, a los creyentes se los privó de cualquier oportuni- gros tampoco habían sido consagrados. Ellos eran la
dad de practicar-culto a las imágenes. Sin embargo, voz de Dios, ya por su propia-cuerna, ya por un acto
aquellas imágenes ubicadas en los lugares más al- espontáneo de_gracia; su mérito residía en su virtud.
tos dentro de las iglesias, donde la pintura, al igual Entonces, ¿dónde radicaba el mérito de las imáge-
que las Sagradas Escrituras, narra (la historia de la nes? Es aquí donde aparecieron las leyendas de culto
salvación) quedaron intactas. En aquel tiempo, los que lo explicaban todo-según la voluntad de Dios. Si
teólogos francos no entendían ni las sutilezas de una el mismo Dios creaba las imágenes, no estaba utili-
parte, ni la agresión de la otra, que estaban obsesio- zando la jerarquía establecida. Pero discutir acerca
nadas, en sus diferentes-modos, con la veneración de de ese-tema era, claramente, internarse en un asunto
las imágenes. Por lo tanto, los francos condenaban delicado.
tanto el culto supersticioso como el hecho de reti- Los teólogos, incapaces de alcanzar su exigencia
rarlas imágenes de los lugares accesibles a los cre- de consagración, sethdaban el arquetipo que se ve-
yentes. Sin embargo, en la baja Edad Media, los neraba en la copia, haciendo uso, de esta manera,
iconoclastas de Europa occidental, incluidos los teó- de un argumento filosófico. Argumentaban que una
logos, desde hacía tiempo se habían enfrentado a los cosa era representar un santo, que había tenido un
mismos problemas de sus precursores bizantinos y cuerpo visible, en una imagen, y otra muy diferente
respetaban los rasgos distintivos que separaban las tratar de presentar al Dios invisible en una imagen
imágenes particulares de la doctrina abstracta de las visible. Esta objeción fue resuelta con la formula-
imágenes como tales. ción de la naturaleza dual, divina y humana de Je-
Sólo adquirían poder real aquellas imágenes ele- sús, del que, sin embargo, sólo se podía representar la
vadas por un aura sagrada por fuera del mundo ma- naturaleza humana. Se transmitía una imagen in-
terial, al cual pertenecerían en todo sentido. Pero, directa de Dios representando un ser humano históri-
co, que implicaba la presencia de Dios. La tarea que

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ahora quedaba era postular la unidad indivisible del emperador mismo deseaba salir victorioso, no me-
Dios invisible y del ser humano visible, vistos en una diante la ayuda de la imagen de un dios, sino bajo el
sola persona. En cuanto Dios se hizo visible como ser signo del Dios invisible. Por consiguiente, él seguiría
humano, fue posible crear también una imagen suya, siendo la imagen rediviva de Dios, mientras utiliza-
y hasta utilizarla como arma teológica. Así, en el ra la cruz en actos militares, como signo de la sobe-
siglo vil, Anastasio formularía la pregunta capciosa ranía del Dios cristiano. Esta diferenciación entre
de quién o qué se veía en una pintura de Cristo cruci- imagen y signo se ve reflejada en las monedas impe-
ficado. El fallecimiento que la imagen supuestamente riales. A partir del siglo vi, la imagen del emperador
debía testimoniar no podía ser el de Dios, ni tampo- siguió apareciendo en el anverso de las monedas,
co, si uno creía en el poder redentor de la muerte, el mientras que en el reverso aparecía el signo triunfal
del ser humano llamado Jesús. de la cruz, que ahora se había convertido en estandar-
De esta manera, los cristianos escogían su cami- te y arma del emperador. Durante mucho tiempo, el
no entre las imágenes talladas del politeísmo y la único culto público a una imagen tolerado en el
prohibición impuesta a las imágenes por los judíos. imperio romano cristiano fue el de la imagen del
Para estos últimos, Yavé sólo se hacía presente de emperador.
manera visible en la palabra escrita. No se debía crear Así, pues, hubo un cambio radical y de gran im-
una imagen suya en la que se asemejase a un ser portancia cuando la imagen de Cristo reemplazó la
lo humano, pues sería parecerse a los ídolos de las tri- del emperador en la cara de las monedas a finales del
bus vecinas. En el monoteísmo, la única manera siglo vil. El emperador, quien ahora portaba el título
posible de que el Dios universal se diferenciase sería de Siervo de Cristo , toma en sus manos la cruzrque
por lo invisible. Su icono era la Sagrada Escritura, antes había adornado el reverso de las monedas. Unas
por lo cual los judíos veneran los rollos de la Torá cuantas décadas atrás, el emperador había hecho que
como imágenes de culto. Pero las condiciones regio- sus tropas no le jurasen lealtad a él en el campo de
nales de Palestina no se podían extender por el Impe- batalla, sino a una imagen pintada de Cristo. Tal
rio Romano mundial. El conflicto de los judíos evento demuestra claramente que, al final de la an-
cristianos se decidió a favor de la Iglesia pagana . tigüedad, la unidad entre el Estado romano y su pue-
Con la adopción de las imágenes, la cristiandad, que blo no se buscaba ya en la persona del emperador,
alguna vez fue una iglesia oriental, afirmó sus de- sino en la autoridad de la religión. De ahí en adelan-
mandas de universalidad en el contexto de la cultura te el emperador ejerció su autoridad en el nombre de
grecorromana. Sin embargo, al actuar de esta mane- un Dios-pintado.
ra se enfrentó a un rival personificado en el empera- Mediante el mismo proceso, la cruz se convirtió
dor, que simbolizaba una unidad que trascendía la en eLsoporte de una imagen, no la de Cristo crucifi-
multiplicidad de religiones y cultos. No fue injusti- cado, sino la del Dios de los cristianos, ubicada en un
ficada la guerra declarada a los cristianos cuando tondo sobre ésta. Mientras que en tiempos de
éstos rehusaron hacer de la imagen estatal del empe- Constantino la imagen-del emperador -se fijaba al
rador un objeto de culto y adoración. Antes de que el estandarte de la cruz del imperio, ahora la cruz se
cristianismo se convirtiera en la religión oficial del veía coronada por la imagen de Cristo. Durante la
Estado, el emperador era la imagen viviente del dios controversia iconoclasta, los emperadores dieron
único, del dios sol. Constantino vio en un sueño el marcha atrás a esta tendencia. Esos mismos empera-
signo del Dios en cuyo nombre triunfaría, y escuchó dores, y no los teólogos, vetaron las imágenes cristia-
las palabras: en este signo (signum) vencerás . El

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nas en nombre de la religión, aun cuando lo hicie- ban el lenguaje de la teología para ratificar decisio-
ron por intereses personales. Si la unidad del Estado nes que ya habían sido tomadas en otro nivel. En este
residía en la unidad de la fe, había que decidir por irse nivel, la religión y sus imágenes reflejan el papel del
en pro o en contra de las imágenes, las cuales (según la Estado, así como la identidad de una sociedad que, o
época) promovían o amenazaban tal unidad. seguiría haciendo parte de la antigüedad, o rompería
La posterior disputa se desarrolló entre la ima- con ella.
gen de Cristo y el signo de la cruz sin imagen. Con
cada cambio político, una imagen reemplazaba la
b. Retrato y memoria
otra sobre la entrada del palacio imperial, acompa-
ñada de inscripciones polémicas. Aunque podríamos Es difícil evaluar la importancia de la imagen
ver en esta controversia sólo una substitución de ró- en la cultura europea. Si permanecemos en el milenio
tulos, en los albores de la Edad Media empezaba a del que se ocupa este libro, encontraremos obstáculos
surgir un conflicto que tenía sus primeras raíces en por doquier, en forma de textos escritos, pues el cris-
el uso de las imágenes durante la antigüedad. La tianismo es una religión basada en la palabra. Si
imagen de culto del cristianismo se había abierto pasamos de este milenio al periodo moderno, encon-
camino en los terrenos de la corte y el Estado, donde tramos arte a nuestro modo, una nueva función que
el antiguo culto de las imágenes aún sobrevivía, y transformó fundamentalmente la antigua imagen.
había adoptado los derechos de éste último. El Dios 11
Estamos tan-profundamente influenciados por la era
único de improviso se volvió tan sujeto de imágenes
del arte que nos resulta difícil imaginar la era de
como lo había sido el emperador único hasta ese
las imágenes . Podo tanto, la historia del arte sim-
entonces. Pero allí también estaba comprometida la plemente declaró que todo era artecon el fin de lle-
concepción de las imágenes en general. En una ima- varlo todo a su dominio, borrando de esta manera la
gen una persona se hace visible. Con un signo ocurre diferencia misma que podría haber dado luz al tema
algo diferente. Uno puede hacer su aparición con un del que nos ocupamos.
signo, pero no con la ayuda de una imagen, que im-
Para evitar ser contrarios a la historia a pesar de
plica tanto aparición como presencia. Donde Dios
estos obstáculos, podríamos citar fuentes documen-
está presente, el emperador no lo puede representar.
tales referentes a las imágenes. Pero los autores de
Es la antigua antítesis entre representar y hacerse
éstas eran teólogos, cuyo interés por las imágenes se
presente, entre ocupar el lugar de alguien y ser ese
limitaba a cuestionar si ellas tenían algún derecho a
alguien (Erhart Kástner). Así, pues, no es accidental
existir dentro de la iglesia. A menudo, éstos se cita-
el hecho de que la batalla entre la imagen -y el signo
ban entre sí, con lo que se nos facilita seguir hoy los
se librase sobre la puerta de entrada al palacio, a
hilos principales de lo que se denomina la doctrina
través de la cual el emperador se presentaba ante su
de las imágenes. La crítica moderna en el campo de
pueblo.
las artes es repetitiva, ya sea por arrogancia o por lo
Es difícil limitar a una simple frase el conflicto contrario. Ella cree que puede ofrecer las explicacio-
en torno a las imágenes. Sin embargo, la disputa nes necesarias con sólo repetir los viejos argumentos.
teológica en el concilio de Nicea tuvo, sin duda algu- Si dejamos atrás las explicaciones antiguas, carece-
na, significación secundaria. Como cualquier comi- remos de bases firmes sobre las cuales sostenemos;
té de expertos, los teólogos sólo podían comunicarse sin embargo, si nos asimos a éstas con demasiado
en su lenguaje especializado, pero en esencia utiliza- empeño, perderemos la posibilidad de ver las cosas

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como realmente son. Podríamos acudir a la antropo- celestial (sentado en el trono) [aut natum aut
logía para estudiar las características básicas de la passum sed et in throno sedentem] .
respuesta humana a una imagen, pero tenemos una Esta afirmación es un abrebocas para los proble-
percepción de la historia de nuestra cultura tan fir- mas que presentará el tema del que nos ocupamos.
memente establecida, que los descubrimientos La gente está dispuesta a venerar lo que se halla visi-
antropológicos siguen siendo tratados como omisio- blemente ante sus ojos, lo cual sólo puede ser una
nes arbitrarias a un sistema ya cohesivo. Por lo tanto, persona y no una narración. Las imágenes contienen
este libro sigue el curso bien trajinado de la narrati- momentos tomados de una narración, aunque en sí
va, que reune material en secuencia para realizar un mismas no sean narrativas. El niño en el regazo de
análisis de la percepción histórica. Quisiera introdu- su madre y el hombre muerto en la cruz nos recuer-
cir la narrativa con dan dos puntos
unas cuantas observa- focales de una vida
ciones acerca de los histórica. Sus dife-
problemas que ame- rencias son el re-
nazan este marco sultado de factores
teórico. históricos, y, por
En todas las consiguiente, ha-
12 fuentes medievales el cen posible la re-
lema memoria apa- membranza en o
rece una y otra vez. mediante la ima-
¿Qué clase de evoca- gen. No obstante, la
ción o recuerdo im- imagen sólo es
plica esta palabra? comprensible por
Según Gregorio el ser reconocida a
Grande, la pintura, partir de las Escri-
como la escritura , turas. Nos recuerda
induce a la remem- lo que las Escritu-
branza. Traer las co- ras narran y en se-
sas de nuevo a la gundo lugar hace
memoria es, en pri- posible un culto de
mer lugar, la_tarea de la persona y del re-
las Escrituras, donde cuerdo.
la imagen sólo puede Sin embargo,
cumplir un papel de además de las
apoyo. Juntas, la Giunta Pisano. _Cristo de San Ranierino. Pisa, Museo Nacional imágenes de Dios
imagen y la Escritura recuerdan lo que sucedió en la están las de los santos, un tema más simple de recor-
historia de la salvación, la cual es más que un hecho dar. Lo que realmente se recuerda de ellos son los
histórico. El mismo Gregorio afirma de manera pre- ejemplos de sus vidas virtuosas, pero eso es solamente
cisa en su famosa Novena Carta, que uno debería parte de la verdad. Los santos no sólo eran recordados
venerar a aquél cuya imagen recordemos como la a través de sus leyendas, sino también mediante sus
del niño recién nacido, o muriendo, y en su gloria

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retratos. Únicamente el retrato, o la imagen, tiene la fin de mantener el hilo del recuerdo. Éstas eran com-
presencia necesaria para la veneración, mientras la plementadas con ayudas visibles para la memoria,
narración existe sólo en el pasado. Además, el santo que, sin embargo, sólo servían como medio para lo-
no es sólo un modelo ético, sino también una auto- grar un fin: ejercitar la memoria.
ridad celestial a quien se pide ayuda en las necesida- El ámbito del culto no se interesa por el arte de
des terrenales del momento. la memoria en este sentido, sino por el contenido de
En la historia pictórica de Cristo y de los santos, la misma. El presente se sitúa entre dos realidades de
el retrato, o imago, siempre ocupaba un rango supe- una significación mucho mayor: la auto-revelación
rior al de la imagen narrativa, o historia. Más aún pasada y futura de Dios en la historia. El hombre
que la historia bíblica o hagiogfáfica, el retrato hace siempre ha concebido que el tiempo se mueve entre
difícil entender la fun- estos dos polos.
ción del recuerdo y todo Así, el recuerdo
lo relacionado con él. tenía carácter re-
No basta con ver el re- trospectivo y, por
trato de culto como más curioso que
símbolo de presencia y parezca, carácter
la imagen narrativa prospectivo. Su
como símbolo de histo- objeto no sólo era 13
ria. El retrato también lo que había pa-
deriva su poder de su sado sino lo que
pretensión de his- fue prometido.
toricidad, de la existen- Por fuera de la re-
cia de un personaje ligión, esta clase
histórico. Así, pues, po- de conciencia nos
demos decir que la re- resulta extraña.
membranza tenía En el contex-
diferentes significados to medieval, la
que debemos relacio- imagen era la re-
nar, ya que no son evi- presentante o el
no, San Pietro
_dentes en sí mismos. símbolo de algo
Las nemotécnicas que sólo se podía
de la antigüedad, que se experimentar in-
extendieron durante la directamente en
Edad Media, son de el presente, a sa-
poca ayuda. El arte del ber, la presencia
recuerdo (ars memoriae) se desarrolló en la retóri- pasada y futura de Dios en la vida de la humanidad.
ca, pero en la Edad Media se extendió ala práctica de Una imagen compartía con su espectador un presen-
la virtud. Para asegurar que una técnica desnemori- te en el que sólo se veía una pequeña parte de la
zación funcionara, este método utilizaba imágenes actividad divina. Al mismo tiempo, la imagen se
interiores o invisibles, que se memorizaban, con el internaba en la experiencia inmediata de Dios en la

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historia pasada, así como en un tiempo prometido ca del Mediterráneo, prácticas populares que habían
que aún estaba por llegar. Así, una oración citada por dejado de ser costumbres universales hacia finales de
Matthew Paris se refiere al icono de Cristo en Roma la Edad Media. Una de estas ocasiones fue la procla-
como un recordatorio (memoriale) dejado por Jesús mación, en noviembre de 1987, de un nuevo santo,
como promesa de la visión de Dios en la eternidad. que vivió en Nápoles y es venerado allí en la iglesia
El tema del retrato y el recuerdo no se puede in- de Gest! Nuovo. La canonización del médico Giuseppe
cluir dentro del concepto de mnemosyne de Moscati (fallecido en 1927) se celebró en Nápoles
Warburg, ni dentro de los arquetipos de C.G. Jung. con fastuosidad litúrgica y con una monumental
La clase de recuerdo cultural que incluye obras de imagen ceremonial, un icono moderno, expuesto en
arte y artistas tiene un perfil diferente. Para Warburg, el altar, sobre su tumba.
las imágenes y los símbolos antiguos eran, en nues- La fotografía, de tamaño mucho mayor al natu-
tro repertorio cultural, prueba de la supervivencia de ral, ocupa un altar-tabernáculo barroco, que ante-
la antigüedad. Sin embargo, la continuidad de los riormente había albergado una imagen pintada. El
símbolos dentro de una discontinuidad en su uso es traje que el santo lleva en la foto deja ver que se
tema que trasciende el campo de estudio de Warburg, trataba de un laico; en otras fotografías distribuidas
el Renacimiento. En nuestro contexto, el uso de mo- en aquel entonces aparece vistiendo bata de médico.
tivos pictóricos de la-antigüedad que no podían adu- La localización de-la imagen hace claras sus preten-
14 cir ningún significado religioso durante el siones de culto. La autenticidad inherente a una fo-
Renacimiento puede haber sido un medio de eman- tografía sustenta las pretensiones de autenticidad en
cipación de las imágenes icónicas que nos interesan. la apariencia que siempre plantean los iconos; la
En cuanto a los arquetipos de C. G. Jung, se encuen- imagen debía dar una impresión de la persona y brin-
tran ubicados en el inconsciente colectivo y, por este- dar la experiencia de encuentro personal. En este caso,
motivo, están exentos de cum- el aumento en el tamaño de la
plir con lo que se les exige a las fotografía de Moscati obedeció a
imágenes de nuestro estudio. Es la conveniencia, pues debía aco-
muy posible que los estereotipos modarse al tamaño del altar y,
de nuestro depósito natural de por lo tanto, ser-diferente de las
imágenes _también puedan ha- fotos comunes. Por el contrario,
llarse en los iconos oficiales de un icono en la Edad Media solía
la iglesia (ej: María como ma- ser de tamaño natural. Sus orí-
dre), pero_aquí no podemos pro- genes a menudo estaban rodea-
fundizar en dicho argumento. dos de leyenda, por lo que no
Lo atractivo de nuestro asun- podía, sin lugar a dudas, ser iden-
to radica en el hecho de que, tificado como objeto hecho por
como tema de-la historia reli- el hombre:--vista de tal manera,
giosarestá tan presente-como ausente: presente por- la fotografía en Nápoles, particularmente con su aura
que la religión cristiana se extiende hasta nuestros especial, fue una solución práctica. El retrato conser-
días y ausente porque ésta tiene ahora una posición va la presencia del santo en la memoria general, en
diferente dentro de nuestra cultura. Sólo en algunas el lugar de su sepulcro, y puede ser vista fácilmente
ocasiones encontramos hoy en día, en el área católi- por aquellos que visitan la tumba para orar al santo

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(no hay necesidad de orar por él, como por un mortal persona nos conduce a problemas de análisis de los
común). retratos que no necesariamente esperaríamos. Nues-
En este caso, la propaganda pictórica fue com- tro concepto moderno de retratística se cruza en nues-
plementada con una propaganda verbal que conte- tro camino. Con los repetidos cambios en la
nía dos temas que, también, seguían la antigua apariencia de San Francisco (su barba o la falta de
práctica del culto a los santos. En folletos impresos ésta, los estigmas, su postura, sus atributos y las aso-
se encontraba la destacable biografía, siempre vista ciaciones con la apariencia de Cristo), la imagen
como garantía de santidad, y una oración en la que que la gente se hacía de su persona se fue corrigiendo
se pedía gracia para imitar la vida allí retratada. De sucesivamente. Se torna evidente la función del re-
esta manera, uno de los temas es el del santo como trato en la propagación del ideal de persona.
modelo para imitar. El otro tema, el del santo como Como se había hecho anteriormente en Bizancio,
ayuda en tiempos de necesidad, sólo estaba implíci- el icono de San Francisco fue ampliado con citas
to. Aun durante su vida, Moscati había curado a los pictóricas de su biografía, que rodean el retrato como
enfermos, sin cobrar. Finalmente, los visitantes se marco o comentario pintado. El retrato físico de la
llevaban consigo fotografías de recuerdo, multipli- apariencia se complementó con el retrato ético de la
cando así las localizaciones de la fotografía oficial. biografía, y con los milagros que atestiguaban que el
A menudo, la persona histórica cumple con los santo contaba con la aprobación divina. Finalmen-
ideales preexistentes del santo; el médico napolitano te, un aspecto importante de la experiencia del icono 15
es ejemplo de este modelo. Pero algunas veces esta era su exhibición ceremonial. Era exhibido durante
relación era invertida. Si la persona_del santo no en- los días de las fiestas franciscanas, en cuyas ceremo-
cajaba con los modelos tradicionales, había necesi- nias también se leían apartes de su biografía. Las
dad de formular el ideal que dicha persona sí fiestas de conmemoración brindaban a la congrega-
encarnaba. Éste podía ser un proceso laborioso, que ción ejercicios para la memorización de los textos, y
es posible ilustrar con un ejemplo famoso. Tras su tenían la imagen conmemorativa como punto cen-
muerte, San Francisco de Asís recibió una nueva apa- tral y culminante. Al venerar la imagen se practica-
riencia tras otra, pues debía representar in effilie la ba un ejercicio de memoria ritual. A menudo se
más reciente versión del ideal de su orden. Su in-ru- permitía el acceso a una imagen sólo cuando había
gen se utilizaba en conjunción con su biografía. Las ocasión oficial para honrarla; no era posible-con-
biografías nuevas corregían las anteriores a tal extre- templarla a voluntad, sino que se la aclamaba ex-
mo que las versiones más antiguas debieron ser des- clusivamente en un acto de solidaridad con la
truidas para esconder las discrepancias. De igual comunidad, de acuerdo con el programa establecido
manera, las imágenes ceremoniales fueron reempla- para una fecha determinada. Esta práctica se identi-
zadas por otras nuevas, ya que el ideal oficial no fica como culto.
debía tener errores. Las imágenes, después de todo, no La imagen cumplía múltiples funciones; ade-
sólo eran algo para mirar, sino también, algo en qué más de definir al-santo y honrarlo en el culto, tam-
creer. Así, la imagen adecuada era consecuencia de bién ejercía una función relacionada-con el lugar
la percepción correcta que supuestamente se debía donde residía. La presencia del santo local estaba, por
poseer del santo. así decirlo, condensada en una imagen corpórea, que
La relación entre la imagen pintada de San Fran- tenía una existencia física, como un panel o una
cisco y la idea normativa que había que tener de su estatua, y una apariencia especial, como modelo de

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;`i\_;z RT ES LA REVISTA

imagen, apariencia que la distinguía de las imáge- El recuento del poder de las imágenes realizado
nes del mismo santo en diferentes lugares. Las imá- hasta ahora [ 1 permanece incompleto mientras
genes de María, por ejemplo, siempre se distinguían no se exponga la otra mitad de su historia, y ésta se
visiblemente entre sí, de acuerdo con las característi- refiere a lapérdida de poder de las imágenes durante
cas atribuidas a las copias locales. Del mismo modo, la Reforma. [ 1 La oposición exitosa a las imáge-
los títulos de las antiguas imágenes son de carácter nes durante la Reforma debe verse como evidencia de
toponímico: nombran el lugar de un culto. Por lo que, en efecto, las imágenes carecían de poder, por lo
tanto, la conexión entre imagen y culto, como ve- menos frente a los textos escritos y a las interpreta-
mos, abarca muchos aspectos. El recuerdo evocado ciones de los predicadores; en realidad, la toma del
por una imagen se refería tanto a su propia historia poder posterior por parte de los teólogos confirma su
como a la de su lugar de origen. Se hacían copias con inicial impotencia. La época en que se toleraron las
el fin de propagar la veneración de la imagen más imágenes, cuya función había sido racionalizada
allá de su propio lugar, aun cuando éstas reforzaran repetidas veces por la teología formal, llegaba a su
la relación entre el original y su propia localidad. fin.
Por consiguiente, el recuerdo ligado con el original Muchos factores entraron en juego antes de que
se conservaba sin división. Las copias evocaban el se presentara esta revuelta de los teólogos contra las
original de una imagen local famosa, la cual, a su imágenes. No es posible dar una explicación simple.
16 vez, evocaba los privilegios que había adquirido den- En lo que dicen, los teólogos sólo repiten los princi-
tro de su propia localidad (y para ella), a lo largo de pios de una doctrina purificada, y hacen a un lado
su historia. En este sentido, la imagen y el recuerdo cualquier cosa que no encaje perfectamente en- su
se convierten en un aspecto de la historia oficial. teología. Pero en lo que hacen, nos brindan una idea
Las leyendas que rodeaban los orígenes de imá- de los privilegios de que disfrutaban las imágenes
genes famosas ayudaban a aclarar el valor de recuer- que se interponían en su camino. Por ende, a partir
do que acabaron por adquirir a lo largo de su historia, de la crítica de las imágenes en la Reforma podemos
Estas leyendas se referían a más que a las circunstan- extraer conclusiones acerca de su uso anterior. Lo que
cias históricas que garantizaban la apariencia au- ahora se condena como abuso fue antes costumbre
téntica de la persona retratada. El mito del origen aceptada.
también garantizaba el rango de una imagen parti- Una de las razones más importantes para que los
cular, que se deducía de su edad (o de su origen sobre- líderes de la Reforma se hicieran iconoclastas fue
natural). La antigüedad era una cualidad que se debía para emanciparse de las viejas instituciones. Su pro-
interpretar a partir de la apariencia general de la grama concebía una nueva iglesia, conformada por
imagen. Por consiguiente, su forma también tenía el predicador y su congregación. La actitud liberal de
un valor de memoria (ya fuese real o ficticio). El Lutero todavía dejaba espacio para las imágenes, pero
arcaísmo, como ficción de la antigüedad, es una de éstas se utilizaban con propósitos didácticos, para
las señales de identidad que simulaban las-nuevas reforzar la revelación de la palabra. Esta limitación
imágenes de culto. despojó a las imágenes de esa aura que era
preconlción de su culto. De ahí se seguía que no
podrían, ni-deberían representar a ninguna institu-
c. La pérdida de poder de las imá-
ción. En todo caso, cayeron en el descrédito, junto
genes y su nuevo papel como arte
con la anterior doctrina de la justificación de los

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cristianos por medio de sus obras. La nueva doctrina pureza doctrinaria estaba determinada por la letra
de la justificación por la fe sola, hizo de la donación del texto, entendido mediante la guía del Espíritu de
de imágenes y de la donación hecha a ellas algo su- Dios. Contra un texto de tanta autoridad, la imagen
perfluo. Todo el concepto de la imagen votiva se de- carecía de fuerza; cuando sustituía la palabra, siem-
rrumbó y, con él, la pretensión de la Iglesia Romana pre suponía una amenaza debido a su imprecisión y
de ser una institución que brindaba gracia y privile- a la posibilidad de una mala interpretación.
gios, encarnados de manera visible en sus reliquias e La palabra es asimilada mediante la escucha y
imágenes. Lo que la nueva doctrina dejó en su lugar la lectura, no mediante la visión. La unidad entre la
fue teólogos sin poder institucional, predicadores de experiencia interior y la exterior, que guiaba a las
la palabra, legitimados sólo por su teología superior. personas en la Edad Media, se divide en un riguroso
Allí donde todo se basaba en la verdad y falta de am- dualismo, entre espíritu y materia, pero también entre
bigüedad, no quedaba lugar alas imágenes con su sujeto y mundo, tal como lo expresaban las enseñan-
carácter equívoco. zas de Calvino. El ojo ya no descubre la evidencia de
La idea de la tradición, de la cual la Iglesia Ro- la presencia de Dios en las imágenes o en el mundo
mana siempre se había vanagloriado, ahora se con- físico; Dios sólo se revela a sí mismo mediante su
vertía en limitación. La tradición ya no consistía en palabra. La palabra como portadora del espíritu es
la edad dorada de las instituciones clericales y la tan abstracta como el nuevo concepto de Dios; la
larga historia de la interpretación textual, sino en la religión se ha convertido en un código ético de vida. 17
condición original de la iglesia de los fundadores, La palabra no representa o muestra nada, sino que es
que había que recuperar, purificándola de las un signo de la Alianza. La-distancia de Dios prohibe
acrecencias posteriores. El resurgir dela iglesia anti- su presencia en una representación pintada, entendi-
gua en el Renacimiento, después de muchos intentos da sensualmente. El sujeto moderno, apartado del
infructuosos en la Edad Media, brindó la justifica- mundo, ve a este mundo corno algo dividido entre lo
ción retrospectiva necesaria para las modernas prác- puramente fáctico y la significación oculta de la
ticas religiosas reformadas. En consecuencia, apareció metáfora. Pero la antigua imagen rechazaba la re-
una iglesia sin imágenes, que, en la persona de Pa- ducción a la metáfora yen lugar de eso, aducía ser
blo, se había opuesto a la adoración de imágenes de evidencia inmediata de la presencia de Dios, revela-
los paganos. da a los ojos y sentidos.
El vínculo con la iglesia primitiva se hace evi- Mientras tanto, la misma imagen aparece de
dente en la obsesión con la auténtica palabra de Dios. súbito como el símbolo de una mentalidad arcaica
El predicador interpreta el texto bíblico solamente que todavía prometía armonía entre el mundo y el
con base en la fe, sin necesidad de hacer referencia a sujeto. Llega el arte a ocupar su lugar, e introduce un
exégesis anteriores de la Iglesia. En la era de nuevo nivel de significación entre la apariencia vi-
Gutenberg, la palabra de Dios estaba, en-teoría, al sual-de la imagen y la comprensión de quien la con-
alcance de todos, por medio de las biblias impresas templa. El arte se convierte en la esfera_del artista,
en lengua vernácula. La palabra de Dios era constan- que asume el control de la imagen como prueba de
temente accesible, lo que les puso coto a las interpre- su arte. La crisis de la imagen antigua y el surgi-
taciones. Sin embargo, la presencia directa de la miento del nuevo concepto de arte son
palabra bíblica también permitió al predicador ejer- interdependientes. La mediación estética permite un
cer su control sobre sus feligreses, de quienes se espe- uso diferente de las imágenes, acerca del cual el ar-
raba que viviesen de acuerdo con la doctrina pura. La

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1,íV;RTESLA REVISTA

tista ye! que contempla pueden ponerse de acuerdo. períodos del cristianismo, y, de este modo, se usaron
Los individuos adquieren poder sobre la imagen y como refutación visible del concepto de tradición de
buscan aplicar su concepto metafórico del mundo a la Reforma. En estos casos, se le dio al arte contem-
través del arte. A partir de allí, la imagen, producida poráneo la tarea de suministrar la presentación efec-
de acuerdo con las reglas del arte y descifrada en tér- tiva de la imagen antigua. Éste fue un importante
minos de éstas, se presenta al que la contempla, como programa durante la Contrarreforma.
objeto de reflexión. La forma y el contenido renun- Como es de esperarse, todas estas presentaciones
cian a su significado sin mediación, a favor del sig- de la historia contienen un elemento de exagera-
nificado mediado de la experiencia estética y la ción. La humanidad nunca se ha liberado del poder
argumentación encubierta. de las imágenes, pero este poder lo han ejercido dife-
El sometimiento de la imagen al que la con- rentes imágenes de diferentes maneras en diferentes
templa está expresado de manera tangible ahora en períodos. No hay una especie de cesura histórica, en
el surgimiento de las colecciones de arte, en las que la cual la humanidad cambie tanto que quede irre-
las pinturas representan temas humanísticos y la conocible. Pero la historia de la religión ola historia
belleza del arte. Aun el mismo Calvino aceptó el uso del sujeto humano, que son inseparables de la histo-
de las imágenes con estos propósitos. Aunque creía ria de la imagen, no pueden narrarse sin un esquema
que sólo podían representar lo visible, ello no impe- de historia. Ciertamente, es imposible negar que la
18 día una nueva apreciación del mundo visible por Reforma y la formación de las colecciones de arte
parte del sujeto que medita. Los reformadores protes- modificaron la situación. La esfera estética brindó,
tantes no fueron quienes crearon este cambio de con- por así decirlo, una especie de reconciliación entre la
ciencia ante la imagen; de hecho, eran hijos de su manera perdida de experimentar las imágenes y la
época frente al tema. Lo que rechazaban en nombre que aún permanecía. La interacción entre la percep-
de la religión había perdido, desde tiempo atrás, la ción y la interpretación que se busca en las artes visua-
antigua sustancia de una revelación pictórica no so- les, lo mismo que en la literatura, exige un experto o
metida a mediación. No digo esto con propósito nos- conocedor, alguien que conozca las reglas del juego.
tálgico, sino sólo para describir el fascinante proceso
por el cual la imagen de culto del medioevo se con-
virtió en la obra de arte de la era moderna.
Este proceso también se dio en el mundo católi-
co, y no sólo como reacción a la crítica de la Refor-
ma. En Holanda, la Reforma sólo se introdujo
oficialmente a partir de 1568. No obstante, para aquel
entonces ya la transformación de la imagen que he-
mos descrito se había dado desde tiempo atrás. Para
conservar las exigencias de la imagen cultual en la
era del arte, la Iglesia Romana tenía que establecer
nuevas actitudes respecto de las imágenes. Los anti-
guos títulos tendían ahora a quedar reservados a las
imágenes antiguas, que se consideraban reliquias de
una época ya pasada. Estas reliquias siempre se con-
cibieron como imágenes procedentes de los primeros

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