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Caminando, creo que era eso lo que hacía, la verdad no encontraba ni la razón ni el motivo

por el cual mi cuerpo quería buscar la salida de ese túnel, ¿túnel?, sí; podríamos decir que
era uno de esas construcciones, lo único que puedo asegurar es que quería salir de esa
oscuridad, era solo esa necesidad la que existía en ese momento, estoy seguro de que era
más real que yo. Cuando llegue a la salida, no sentí el alivio que se debería sentir, aunque
pensándolo bien ¿qué alivio se debe sentir cuando haces algo sin tenerlo claro? No importa
ya eso, estaba en la salida, sin embargo no era menos oscuro que el interior de ese túnel.
Encontré solo lapidas regadas por todo el terreno, pero su lectura era imposible con esa
carencia de luz. A medida que caminaba fueron aparecieron ciertas siluetas, al principio
oscuras y lejanas, pero ahora eran tan claras; que podía distinguir que eran seres humanos,
vestidos de oscuro con capucha, eran muchos y estaban(describir figura); una figura que
estoy seguro no había visto antes. Caminaba otra vez hacia ellos, cuando me di cuenta de
mi acción ya estaba a menos de un metro de uno de esos seres, me disponía a marcharme
pero no podía, mi deseo no correspondía a mis acciones, y en ese momento de mi
impotencia, un ser, que creía repugnante se dio vuelta, y reconocí la cara de mi madre, el
impacto de verla y ella invitándome al grupo me hizo aparecer en mi cama, sudando y
mirando el techo de lona de mi casa.
“Buenos días Dustin” fueron las palabras que dijo mi madre al bajar al día siguiente, ella es
una mujer cariñosa; dedicada a su familia; y a un trabajo junto con mi padre, a pesar de
tener 17 años todavía desconozco parte de la vida de ellos, como por ejemplo su trabajo,
solo puedo confirmar que daba lo suficiente para tener una vida estable en Auschwitz. Mi
padre es una persona distante a mí, ajeno siempre a lo que a mí se refería, no importaba
mucho igual, me acostumbre a su ausencia en mi vida. Todavía no podía mirar a mi madre
sin recordar a esa extraña mujer que vi en mi sueño, no podía creer que era la misma
persona. Ahora intentaba alejar esos pensamientos de mi mente, era solo un sueño, o de
eso me intentaba convencer. Pasado el típico desayuno con mi familia, me desocupe de
cualquier actividad que tenía, el colegio hace un mes dejo de ser un problema y la
universidad todavía no era una cosa de la cual preocuparme. Pensaba ir donde Agnes, una
clase de novia que tenía, pero en verdad mis pensamientos me parecían tan primitivos y
estúpidos que decidí quedarme en mi casa ese día. Pase todo el día en mi cuarto pensando
en ese sueño, no suelo pensar en cosas que sé que no existen, pero un instinto que superaba
a mi razón me llevaba siempre a esa imagen. Decidí por bien de mi cordura decirles a mis
padres de este sueño, para que aunque sea me dijeran que todo era normal y que solo había
sido un sueño, necesitaba estas últimas palabras para poderme convencer que solo había
sido eso. Baje con esa resolución a la comida, el mejor momento era después de la cena, la
comida fue muy intranquila para mí, aunque mis padres no pudieron notar esto, para
hacerme más fácil hablar del tema. Después de divagar esta cuestión, introduje el tema con
tan poca delicadeza, que las palabras salieron con saliva en dirección a mis padres, me
pareció curioso su reacción, sin sorpresa, con una torpe sonrisa con cada palabra que decía.
No sé qué reacción quería de ellos pero estoy seguro que esa no era la que esperaba al
contarles ese sueño que me carcomía la mente. Estoy seguro que con mi última palabra mi
padre me agarro el hombro (cosa que pocas veces lo hacía), y pronuncio esto: “ahora estás
preparado, por fin, me alegra enormemente que mi hijo ya pueda entrar en nuestro
mundo” estas palabras fueron un susurro, y me parecio que seguía en el sueño, y que
naturalmente estas palabras no podían ser reales, pero la realidad estaba muy lejos de eso.
Mi corazón empezó a latir de forma acelerada, no encuentro la razón porque acepte tan
fácilmente las palabras de mi padre, lógicamente tuve que haber negado o hecho burla de
estas incoherencia, pero algo dentro de mí me decía que no tenía sentido reaccionar de
dicha forma, y que lo mejor sería guardar el silencio y esperar una explicación, y una
reorganización de mis enredados pensamientos, es que en ese momento no había una
lógica en nada, y solo quería encontrar la conexión de todo. Mi madre, fue la que comenzó
la explicación-mira, Dustin¿te habías preguntado por qué nuestro trabajo era un secreto
para ti?¿por qué teníamos que irnos tan tarde y volver al otro día?- mi madre tenía razón,
siempre quise saber esa parte de mis padres que permanecía oculta, pero sus evasivas
resultaron cansándome, perdiendo cualquier esperanza de respuesta-Dustin, haz de saber
que nosotros hacemos culto a(colocar Dios y secta), que viene de una tradición familiar
milenaria, tus abuelos nos ensañaron las doctrinas de(colocamos el dios) y esto ha pasado
de generación en generación, para que así se mantengan puros nuestros ritos de gente
indeseable, que no es elegida por nuestro señor . Nuestra secta busca los secretos de la
necromancia, el arte de los muertos, su magia y poder de esa forma poder llegar al corazón
de (dios). Salíamos a los eventos y nuestro señor nunca nos dejaba morir de hambre, así
que eso te explica nuestras salidas y nuestra forma de subsistir-nunca escuche a mi madre
hablar tan animadamente como en aquella ocasión, quise reírme, poder hacer que la broma
culminará, pero mi razón no me lo permitía, así que mi madre siguió hablando- ¡Oh mi
querido Dustin! Que hayas tenido la visión significa que nuestro señor tan grande de amor
te ha permitido poder compartir con nosotros esta hermosa experiencia, ahora podremos
hacerlo en familia ¿no es grandioso eso querido?-claro que si Jane, respondió mi padre-
pero Jane debes dejar que nuestro patriarca instruya mejor a nuestro hijo, vamos a llevarlo
con nosotros hoy para que así su vida empiece- no había mucho que discutir, solo quise
corroborar que no era una broma, al recibir negativas de la peor manera(se sintieron
ofendidos) decidí creerles , y también acompañarles, creía que podía aclarar mis dudas
respecto a lo que estaba pasando, e igual no creía que mis padres aceptaran un no de mi
parte.

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