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Javier Belloni, un kirchnerista

agazapado que coquetea con el bien y el


mal
https://opisantacruz.com.ar/2019/02/20/javier-belloni-un-kirchnerista-agazapado-que-
coquetea-con-el-bien-y-el-mal/

Rio Gallegos-Santa Cruz –Argentina

Hay un dicho popular muy antiguo que desnuda el travestismo material,


físico o espiritual de los seres humanos, que siempre terminamos siendo lo
que en realidad nos forjó nuestros orígenes y a pesar de los esfuerzos por
parecer otra cosa, en nuestro fuero interior seguimos siendo como nos
formaron “por más que a la mona la vista de seda, mona queda”, señala
este axioma; y esto aplica perfectamente para el intendente de El Calafate
Javier Belloni, que busca despegarse la contaminación negativa de la
política K y amaga con su lanzamiento a la gobernación, siempre y cuando
se levante la Ley de Lemas. Claro, es que con este sistema vigente, él va a
jugar en un universo donde los demás candidatos kirchneristas, incluyendo
la propia gobernadora, le pueden aspirar los votos y quedaría reducido a un
simple sujeto político de apoyo para que algún otro “emblemático” de
Frente para la Victoria, se quede en el sillón de calle Alcorta, como le
sucedió a Peralta en el 2015.
Si por el contrario se cumple con la Constitución y hay voto directo,
Belloni sueña ser banca y no punto, aún cuando haya una preselección
partidaria, por cuanto el FPV/kirchnerismo/PJ no tienen candidatos de peso
y todos sabemos que en el país de los ciegos… el calafatense tiene alguna
posibilidad cierta de coronar.

Ahora bien, Belloni cree que elevando a los vientos su exitosa gestión
como intendente, va a convencer/impresionar de que puede trasladar a la
provincia sus inefables manejos políticos o financieros, con el mismo
autoritarismo y control que ejerce es su comuna, aplicado en un nivel
jerárquicamente mayor, con otras demandas y exigencias distintas y la
verdad que nada está más alejado de la realidad. Lo mismo pensó Macri
cuando de la exitosa presidencia de Boca fue a la ciudad y desde allí creyó
que estaba para la Nación y solo basta mirar cómo estamos hoy para
descubrir su equivocación, solo que ya es tarde y sus errores de cálculos, lo
pagamos todos nosotros.

Si uno analiza el discurso del intendente con ganas de gobernación, va a


encontrar cómo juega con los tiempos y parece que se desmarca del
kirchnerismo pero no; Javier Belloni no puede separar su ADN de Cristina,
Néstor y Alicia, porque ellos le ayudaron a estar donde hoy está y sin duda
su gobernación sería un refresh K en Santa Cruz de la mano de lo que
Belloni llama “la renovación”, lo cual lo incluye a él, a Pablo González,
Fernando Cotillo y una larga lista de viejos apellidos y conocidas caras que
hemos visto transitar por la política provincial los últimos 15 o 20 años.
Javier Belloni intendente de El Calafate – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco
Muñoz

La frase con la cual han titulado los partes de prensa, dicha por Belloni “El
próximo gobernador no solo tiene que tener legalidad, sino legitimidad”,
es exacta, fundamental y apropiada. Parece ser un mensaje por elevación a
la gobernadora, pero en realidad no lo es. Belloni trata de mandar un
mensaje a la gente la cual en su mayoría aborrece y rechaza éste sistema, de
que está a favor de un cambio en la ley electoral. Lástima que Javier
Belloni se acuerde de decirlo ahora que apunta a quedarse con el Ejecutivo
provincial y no lo haya expresado cuando la referente de su partido, Alicia
Kirchner, se impuso con un escaso 22%, con el agravante de ser ilegítimo
aunque controvertidamente legal (extraña contradicción), porque la Ley de
Lemas fue absolutamente inconstitucional y en contra de la opinión del
pueblo y solo sostenida a instancia de los jueces de la Corte Suprema que
se lavaron las manos.

Pero si todo esto no fuera suficiente, el diputado por pueblo del Calafate
que lo representaba entonces en la Legislatura, votó a favor esa ley para
sacarla sin el mínimo remordimiento. Belloni tal vez olvidó este detalle,
nosotros no; por eso y por muchas cosas más, los dichos cuidados y
vacilantes del intendente, se le pueden volver en contra en una supuesta
campaña para la gobernación donde el peso de sus 8 años de gestión vamos
a poder contrastarlo con lo que dice actualmente, tratando de convencer a la
gente de que él es “distinto”.

Javier Belloni jamás se opondrá al gobierno de Alicia Kirchner, por la


simple razón de que él pertenece a la misma especie política. De hecho lo
dijo hace unos minutos en Fm News; “no soy oposición del gobierno
provincial”, dijo. Tiene entre su plantel de “colaboradores” históricos
personajes del kirchnerismo más recalcitrante y el mensaje, tratando de
convencer al electorado (pero sin decirlo literalmente) que su extracción
peronista le asegura a Santa Cruz un gobierno “distinto” al que hemos
tenido hasta ahora, es falso y para nada creíble.

Tiene la necesidad de que la gente “crea” que construye algo distinto a lo


establecido hace más de 20 años en Santa Cruz, pero está impedido de
confrontar con Alicia por el nivel de pertenencia y compromiso existente.
Sin embargo, lo que más lo preocupa, no es separarse del kirchnerismo,
sino parecer que no está con ellos para cultivar votos propios de los
desencantados, el voto bronca y aquellos que no quieren a Eduardo
Costa ni al kirchnerismo.

Javier Belloni intendente de El Calafate – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco


Muñoz

Por ese motivo a Belloni no le conviene la Ley de Lemas y por ese motivo
aparece como un impulsor reformista del sistema electoral. Sabe que con
esta ley, su candidatura está prácticamente condenada. Si hay internas
puede marcar la diferencia pero la alineación con el kirchnerismo más duro
no le va a ser gratis. Representando al kirchnerismo en las elecciones de
octubre (aún cuando lo disfrace en sus discursos) le amplía las
posibilidades a Eduardo Costa que no las tiene todas consigo, por cuanto
zona norte sigue siendo su dolor de cabeza.

Al Radical se le abrió un frente con el intendente de Caleta Olivia Facundo


Prades y el intendente de Las Heras José María Carambia. Uno, Prades
absolutamente degradado en las encuestas de opinión pública después de su
causa por la mochila, trata de abrirle un rumbo a la candidatura de Costa en
zona norte, aliándose con el kirchnerismo y Carambia juega a la novia
difícil prometiéndole a Costa dividirle el postre, con una supuesta
pretensión de candidatearse por afuera a gobernador, lo cual es aún más
insólito e ilógico que lo de Belloni. El calafateño tiene respaldo político, el
lasherense está solo junto a un puñado de seguidores sin peso específico en
la opinión pública provincial.

Sin embargo, sectores vinculados al radicalismo, admiten que no hay nada


de esto que no pueda solucionar una cartera abultada o alguna candidatura
acorde a los tiempos que corren y a los personajes que necesitan de la
protección política y en algunos casos judicial.

Volviendo al Intendente Javier Belloni, el jefe comunal no está dispuesto a


regalarle sus votos a nadie. Recordemos cuando le mandó a bajar los
pasacalles y carteles de La Cámpora en la villa turística, pero aún así, no
puede disimular su vinculación con el kirchnerismo a través del cual
llegó a desplazar al cuestionado Néstor Méndez, después del escándalo de
los terrenos fiscales.

Peronismo y Frente para la Victoria, en Santa Cruz, es lo mismo. Cualquier


esfuerzo por mostrarlo distinto es en vano, pero menos aún lo podrá lograr
quien admita desde el inicio “que no es oposición del actual gobierno“. Lo
intentó Daniel Peralta y terminó colisionando contra los votantes del
peronismo ortodoxo que le retiraron el apoyo. Belloni no quiere que eso le
pase, pero cuando el sector justicialista de la provincia (reducido a un
grupo pequeño de históricos ) que rechazan la alianza con el kirchnerismo
huela la verdad oculta, tendrá consecuencias, como le sucedió al ex
gobernador.

En Santa Cruz no hay “peronistas puros” que puedan jugar la personal por
fuera del kirchnerismo. Usan el nombre de Perón, la mística del PJ y las
imágenes sepias de un partido que está lejos de aquellas bases
programáticas de progreso y justicia social. Hoy, todo se compra y se
vende y si para ser un candidato “creíble” se debe mentir descaradamente y
simular lo que en realidad no es, a nadie le temblará el pulso para engañar a
los electores distraídos. (Agencia OPI Santa Cruz)

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