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Pluma coeia

Crack o piedra.

El crack es una droga ilegal utilizada comúnmente con fines recreativos, creada a partir de la
combinación de clorhidrato de cocaína y bicarbonato sódico y se forma una piedra con diferentes
usos.

Al contrario que la cocaína, se consume fumándose en pequeños tubos de vidrio y tiene un efecto
inmediato, pues empieza a actuar en aproximadamente 10 segundos. Además de estar considerada
como la forma de cocaína más adictiva, es la droga que más fácilmente puede provocar adicción
psicológica,1 incluso en aquellos usuarios que la consuman por primera vez. Sus efectos iniciales son
más rápidos e intensos incluso que otras drogas inyectadas y estos se caracterizan por un breve
estado de euforia, placer o aumento de la energía, aunque también estimula el sistema
nervioso y circulatorio.23 Sin embargo, el crack es mucho más dañino que la cocaína y tiene unos
graves efectos adversos potencialmente mortales, especialmente cardiovasculares, 3 psicológicos,
hepáticos4 y pulmonares.5

Los orígenes del crack se encuentran en barrios pobres de grandes ciudades de Estados Unidos a
mediados de la década de 1980, que tras una epidemia de esta droga en ese país, 6 fue saltando al
resto del mundo; está incluida en la Lista I de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961,
por lo que su producción, comercialización, consumo o posesión son ilegales en casi todos los países
del mundo.7

Denominaciones

El término «crack» es una onomatopeya que sugiere el ruido que hacen las piedras de esta droga al
calentarse por la evaporación de la cocaína en base que contienen, al liberarse de la mezcla con
el bicarbonato de sodio. También recibe nombres vulgares por parte de los usuarios de esta droga,
como «rocas», «chulas», «pops», «piedras», «rirris», «niñas», «duras», «merca», «hielos»,
«rock&roll», «rockstars», «chespi» o «chifle», entre otros; a veces erróneamente se le confunde con
la pasta básica de cocaína, llamada también «bazuco», «paco» o «pitillo», que es la costra que queda
en la olla donde preparan la cocaína y está compuesto por los alcaloides de la planta sin refinar ni
purificar.

Historia

Cartel de la FDA de Estados Unidos destinado a concienciar sobre los peligros del crack. En la imagen
se lee: «Crack. Destroza vidas»

El crack se considera una droga cuya aparición es un fenómeno relativamente reciente. A principios
de la década de 1980, la mayor parte de la cocaína que llegaba a los Estados Unidos por vía marítima
y que atracaba en Miami, lo hacía a través de las Bahamas.6Muy pronto se produjo un enorme
excedente de polvo de cocaína en estas islas, por lo que el precio de la misma bajó hasta un 80 %.6
Ante la bajada de los precios de esta sustancia ilegal, los traficantes de drogas tomaron la astuta
decisión empresarial de convertir el polvo de cocaína en «crack», una forma sólida de cocaína que se
fuma y que se podía vender a más gente en menores cantidades. Era una sustancia barata, sencilla
de producir, lista para usar y de cuya elaboración los traficantes obtenían mayores beneficios. 6 Ya en
1980 fueron apareciendo informes sobre el crack en algunas de las principales ciudades de Estados
Unidos y el Caribe.6

Al principio, el crack tenía mayor pureza que el polvo de cocaína que se vendía en la calle (al menos,
hasta que el crack pasó a ser lo que se denominaba blow-up —una variedad adulterada
con lidocaína con la que se aumentaba su volumen— y en el llamado whip dope). Hacia 1984, la
cocaína tenía una pureza del 55 % y costaba 100 dólares el gramo, mientras que el crack se vendía
por el mismo precio con unos niveles de pureza superiores al 80 %.6 En algunas ciudades,
como Nueva York, Houston, Los Ángeles, Detroit, y Filadelfia, se podía obtener una dosis de crack por
tan solo dos dólares y medio.6 Nunca antes ningún tipo de cocaína había estado disponible a un
precio tan bajo y con tal nivel de pureza y, lo que es más importante desde un punto de vista
comercial, el crack producía un efecto inmediato y sus consumidores se convertían en adictos en
muy poco tiempo.
El crack comenzó a consumirse a gran escala por primera vez en Los Ángeles en 1984. 68 Se produjo un
aumento masivo de la distribución y consumo de la droga ese mismo año y a finales de 1986 estaba
disponible en 28 estados y en el Distrito de Columbia, incluyendo los barrios de las principales
ciudades del país.

Descampado en el centro de Sao Paulo donde se reúnen consumidores de crack, lugares conocidos
en Brasil como «cracolandia»

En 1986, los casos de urgencias hospitalarias relacionadas con la cocaína se incrementaron en un


110 %, desde los 26.200 hasta los 55.200. Entre 1984 y 1987, los incidentes relacionados con la
cocaína se cuadruplicaron en Estados Unidos. El Estado respondió a la epidemia con medidas
disuasorias: se promulgó la «Anti-Drug Abuse Act», una nueva ley federal que estipulaba que
cualquier detenido por posesión de cinco gramos de crack tendría una condena mínima sin libertad
condicional de cinco años de cárcel; esta ley estableció una disparidad de 1 a 100, ya que era la
misma condena que se estipulaba para detenidos por posesión de 500 gramos de cocaína.9 En 1987,
podía encontrarse crack en el Distrito de Columbia y en todos los estados de los Estados Unidos,
exceptuando tan solo cuatro de ellos.6 Sin embargo, algunos expertos citaron la «epidemia de crack»
como un ejemplo de pánico moral y han apuntado que el boom producido en el uso y tráfico de la
droga ocurrió realmente después de que la cobertura mediática de la droga la calificara como
«epidemia».10 En 1996, Gary Webb y sus artículos en el San Jose Mercury News causaron una gran
polémica en Estados Unidos cuando aseguró que las autoridades estadounidenses habían ayudado
en la expansión de la epidemia con fines políticos, escribió: «durante la mayor parte de la década,
dentro del anillo de droga del área de San Francisco, se vendieron toneladas de cocaína a bandas
callejeras como los Crips y los Bloods, que reportaron millones de dólares en ganancias que fueron
canalizados a un ejército guerrillero latinoamericano [la Contra nicaragüense] dirigido por la Agencia
Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA). Esto abrió la primera línea de cooperación entre los
cárteles de cocaína de Colombia y los barrios negros de Los Ángeles, lo que los inundó de cocaína y
ayudó a propagar la epidemia de crack en la América urbana». 11 Aunque encontraron el apoyo de
otros autores,8 sus investigaciones fueron muy contestadas y desmentidas por distintos órganos
gubernamentales.

A partir de entonces el fenómeno ha seguido extendiéndose. La mayoría de los consumidores de


crack europeos se encuentran en tres ciudades: Hamburgo, Londres y París, además en otros países
el consumo de esta droga ilegal es un problema de salud pública, como en Brasil, considerado el
mayor consumidor del mundo,12 con 370.000 adictos solo en las capitales de las provincias del país
en 201313 y estimaciones de un millón de adictos en todo el país en 2017. 12
Elaboración

El crack se consigue mezclando una parte de cocaína en forma de clorhidrato, dos partes de
bicarbonato sódico y agua. Tras la evaporación del solvente usado para la homogeneización en la
mezcla de la cocaína, se obtiene un producto que puede ser fumado, ya que solo la parte en forma
de base se evapora mediante el calor, quedando los alcaloides en el bicarbonato de sodio, que no se
evapora, y cuya función es la de aumentar el tamaño y la manejabilidad de la sustancia.

Modo de consumo

Mujer consumiendo crack, 2005.

Dado que el crack al fumárselo se ingresa rápidamente al torrente sanguíneo, produciéndole al


individuo una sensación de euforia, pánico, insomnio y la necesidad de repetir la toma de crack.
Debido a la ansiedad por mantener la sensación tope del momento del consumo y por la
mecanización ritual de su preparación, que contribuye a sosegar la sensación de pánico y el delirio de
persecución. Sus efectos secundarios son similares a los de la cocaína, solamente que el riesgo de
padecer alguna complicación es más alto, por las vías de consumo, propensa a producir accidentes
cardio y cerebro vasculares.

Desde la década de 1980, el crack se fuma en pipa de vidrio, con ceniza de cigarro sobre una lata con
orificios, en un gotero de cristal, en un cigarro como primo (nombre que se le da al cigarro de tabaco
junto con el crack ), entre otras. Otro instrumento utilizado para consumir crackes un tubo metálico
similar a una antena de radio (en muchos casos lo es) a la que se le introduce una suerte de alambre
(llamado popularmente en las calles como screen/scrin) y se utiliza para fumar crack simulando una
pipa. Este método es utilizado principalmente por adictos de muy pocos recursos, aunque acabe
resultando más caro que la cocaína debido a la corta duración de los efectos.

Adicción

El mayor problema con este derivado de la cocaína es que es altamente adictivo; aunque la adicción
que provoca no es física, pero es psicológica y fuerte. Los usuarios de crack describen sus efectos
como más intensos, pero de menor duración, lo que implica que su dosificación sea más continua. El
uso del crack se ha vinculado con la violencia, pero no se puede asegurar que esto sea un efecto
derivado del propio consumo de la droga, tanto como de los grupos sociales más pobres, con un alto
índice de violencia y delincuencia en sí mismos.
Algunos especialistas han querido ver la adicción al crack como intratable, pero académicos
consideran que esto se asevera por ser una droga consumida por gente pobre que no puede pagar
un tratamiento en centros especializados.

Complicaciones psiquiátricas

El consumo de esta droga a largo plazo puede producir, con una alta probabilidad, ciertas
alteraciones psiquiátricas, tales como ansiedad, depresión y fobias y, en casos más graves, trastorno
bipolar y brotes psicóticos.

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