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el amor
después de Frank Zappa
porque usted necesita lo que no necesita
m. tena
Bebe fuerte
y se confiesa
Un cuerpo crudo
convirtiéndose en abono,
el amante
Amanece
Mira a ver
quién demonios
te va a dar la enhorabuena
Si pudieras decelerar la tierra
a descubrirte
que saldrás
de la gran guerra
desamparado,
a genocida,
a vulgar veneno
y se te va empapando el vestido
con la sangre
Jehová
nuevos testigos
Dile al condenado a muerte
que no fume
que aquí,
que el cabrón
A gesticular, ensimismado,
de rodillas
a besar y lamer
la gravedad,
Sitiado
el vuelo de la falda
y un número de teléfono
mal escrito
un tal Domínguez,
aquí,
no son dentistas
Friega, fatídica,
la escalera del portal
incurable,
en cada fregado
Un quitanieves
alejó a su hombre
Desconoce
el alza de precios
presidente
tu nombre ario
Come las uñas.
Traga saliva.
Adora el dinero.
Y el Ford focus
Reza.
Quisieras reconciliarte
y llevarlo
a cenar
y crecer
el extrarradio
Tu imagíname a mí,
saliendo de casa
y voz de pito
imagínate a ti,
tu padre
de ojos rasgados
y piel de lince
Desde entonces,
ya lo ven,
tengo correa
No le sonrías al carnicero,
sus machetes
baja la vista
y jura
Haz el amor
Reza a la virgen,
(cualquiera de ellas)
no esté fresca
Traga,
el hombre orquesta,
el auto
Ahí va,
a no dormir si es necesario.
A que aparezca.
Apoya el pie
donde, sabe,
Piensa en su chica,
polinizada prematura,
recibiendo
enojada
en la cruz roja
Tengo a mis hijos,
carcomidos,
denunciándome en la radio
Destronados,
agitan mi cadáver
Maruja,
por favor,
permanece drogada
desandando lo andado
bárbara
para el ornitólogo
piensas,
planea subastar
la casa natal
secundaria
de justicia y puntería
Portan
bajo la coraza,
La venta de ginebra
ha crecido
en el barrio
Ya no hay espacio
en el espacio
para
Quedo
en nada
si me quitas el corsé
Abandonaste a los hijos
porque no los querías.
Decir
que te odio
es eufemismo
Hay un cajón
Van a aceptarte.
te herviría,
hasta la calavera
Merecieras el infierno,
pero no existe
Chiara mide
uno noventa y tres
y tiene un arco
y ahora otro
acechada de escalofríos,
víctima
del precio
Y no le sirve de nada.
son
televisor
y de plasma
Si llegar llego a casa,
te dejo que me ahogues con la almohada
y me metas,
pecho adentro,
dinamita
me des cáncer
Parece ser
la prensa.
no les va a sermonear.
Nosotros,
más en el mundo,
Dice
cuando juraba:
droga, mátame a mí
Parecía,
a simple vista,
un barrio cualquiera
y era un campo
de experimentar suicidas.
Le dio un hijo
Y no lo culpo.
Lo mejor,
tú no lo sabes,
sin ver
Saco músculo en brazo
y pectoral. Exponencio deltoides.
Amo y odio,
a partes iguales,
Construyo,
de manera inútil,
predicados
No hay teléfono
en el corredor de la muerte
Son mayoría. Tienen disculpa.
Consumen y trabajan,
datan su historia.
Pero es de noche.
de heliocentrismo.
homo
excesivamente erectus
dispuesto a llevarme
Masco el cebo.
No tengo disculpa.
El pecho va calando.
La electricidad me recorre
de arriba abajo
para no verla,
poliquística,
alrededor.
que en Televisa
los de bigote
Llegan
que triunfa
como la cizaña
Me deshago.
Despierto en ti,
y ahí,
se acabó la frase
El sistema sanitario,
malamente.
cuando no la mires,
a un paraíso.
de la dichosa tormenta
Parásitos diversos
resucitan
su ocasión de multiplicarse
La magia,
de nuevo,
va por dentro
1.
Nos amamos,
y amamos
y al subir al púlpito
le pido
que superpueble
de niños
2.
Me dijeron
que subiera rápido al coche
y no llorara
Sóplame en la oreja,
que me da gustito
3.
abollada
en el suelo.
La sangre y el vino
mezclan,
lastimosamente,
tú
prometiste distancia
Brindan
contaminadas
al publicitar
tu muerte
Te auguran,
estadistas,
Lloran,
sin consuelo,
Mueren
de pena
los medios
básicos
de producción