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de multípara hembra
puedan vivir
indivisibles
si es que todavía
queda alguno
no le interesa
Caíste a esta grieta
para liarte las manos,
que antes,
agarradas a la garganta
tres años,
prona y supinamente
Encuentras el contraste
idóneo
de las margaritas
ilusas
desde el accidente
Espero a los chacales
y su sarro
con parsimonia
El rocío,
metálico y protector,
me atrofia
Floto, no lo crees,
pero floto
Nunca se sabe
en la nevera
Vienen al sol en pedacitos
el extranjero
prometidas
al optimismo marcial
del futuro
que separará,
por descuido,
la camada
te quema
por el centro
el pantalón
Finge desiertos
donde predicar ofertas
irrechazables
Vegeta en la estación
incapaz
de explicar nada
Quiere,
la virgen,
desterrar la atrofia
de su roma lengua
Sueña
que su hijo
y va al gimnasio
Ni primogénita, ni benjamina,
que,
(dicen
y se comían partes)
para, tercas,
seguir creciendo
y raspar
es de los tristes
que te contempla
Nunca supiste
mondarte del todo el alma,
gravitar
el horizonte
como meta,
el globo terráqueo
el invierno
si prefieres
arrepentirte en el túnel
o regresar
a depredar jovencitos
de respirar
como es debido
al cambio de clima
si se encuentra,
espeluznado,
a otro cabrón
En el colchón,
hambre caimana
y juguetes sexuales
Y el pitillo
solitario
de después
Habrá un ángel
por cada seis demonios
Tomarán estos,
en monopolio,
en demasía
Sabrán darte
en tu veinticinco cumpleaños
una receta
definitiva
para el canibalismo
Demuéstrame que existe Silicon Valley,
que,
técnicamente,
no murió
que trajeron,
corruptas,
de Hitchcock
al primero
saboreamos
ciertos bichos
la madera de ataúd
en su presente
del montón
encara
el escalofrío resultante
de ser
y agua de mar
Intentaban,
halagadas,
algas agarrarte
en el bikini
los vecinos
la pleamar
o siete test
positivos
de embarazo
Vas
desacompasada
de beber tanto
Descubriste,
domador,
el bourbon de Kentucky
Fallas te quiebran
por dentro
el organismo
accidental occidental,
la cólera de millares
le destroza la crisma
gandul,
se vino abajo
Cava, cava,
infraestructúrate
Madruga madrigueras
hasta el centro
excéntrico
de la tierra
El único tesoro,
ahora posible,
es la venganza
A años vista
de ser sede olímpica
de deportistas de élite,
el gobierno laico
desarrolla
un peliagudo plan
destinado
a incrementar la natalidad
mediante
publicidad
dudosamente subjetiva
Doce días de camino
Buscando apetitos nuevos,
formas inmediatas
de sujetar
la onomatopeya
huérfana
Cabecilla asmático
de una nueva
reforma agraria,
cabra montés,
se llevó
toda tu hierba
No mires. Sigue adelante. Cloquea
en aritmética progresión
Tantos,
a las que,
subdesarrollados,
rezan
y llevan
a quemar
es difícil
que te crean
El primer hombre
que inventó la cárcel
Cuando todos
elige bando,
en caída libre,
allá
mi muro particular
de las lamentaciones,
la llave maestra
del obús
principal
la organización,
entera,
mundial,
de la salud
En el momento
abúlico
en que se declare
la guerra nuclear
utópico será
ser inocente
Sombras,
que sonámbulas
Tasados masculinamente
Discípulos
del amor
Hijos todos
de la hiena
Sometidos al constante
hábito
superficial
de no poder recordar
al día siguiente
su apellido
Se extinguió el formol
que te cubría
Sujetaste, firme,
de la cena
ahora inhóspita,
sin recovecos
te dijo
tu queridísimo hijo
y parecieron dos
Visitaste el suelo
y te gustó un poco
ambas cejas
donde,
sin censura,
colgarás
de la ficha policial
Todos estos años esperando a Moby Dick
o a los turistas
o heroicas canciones
subidas de tono
Ingredientes paramétricos
de una nostalgia
de un plumazo
y nos dejó
clamorosos
de apretar
En la villa de Castrofilippo
nada tienen que decirse
Mecánicos hombres,
mujeres y niños
celebran
Micronesia.
No suena el teléfono,
porque no tienen
si no hubiera grillos,
podado,
fortuito,
se techará junto a mi
se alterará
en kilogramos
se sienta traicionada
Dime si te animarás
si escucharemos el himno,
inhalado, murió
tú
Lo has visto.
es no encontrar el resguardo
que canjee
a tu niño
encinta y aislante
Inflama la hipótesis,
mayor de edad,
del cuerpo
desgañitada
Sácate el vestido
y fabrica bombas
Walter tiene una bicicleta
orgullosos de ser
más rápidos
orgullosos
Cizaña
superpoblándose de cizaña
Saliste cabizbaja
de la cueva
porque no te quedaba
pared asimétrica
si se te incendia
el corazón
hasta Somalia
borracho,
enunciará tu nombre
La literatura,
sin bruma,
muere pronto
Murcia
será el lugar
Alguien lo aseguró,
catastrófico y genocida,
esta mañana
Escarbarán la tierra
y caerán agotados
de forma natural
Eso es todo.
de un bonito color
nadie
Domina
la parsimonia de las horas
Clava su emoción
y andan para él
Olvidó el lenguaje
que exigía
reglas gramaticales
de flora y fauna
no necesita compañera
Todavía sonríe
al recordar
El bueno,
barbitúricos, no más
Enfermo de fama,
aplicó,
duplicados,
tormentos de plata
en sus pechos
siguiendo la huella
que se dedican,
abonadas,
a extinguir
Dicen que las precipitaciones y la herrumbre,
o la censura
La posible, inverosímil,
cumbre
alemán
Tarzán
comedores de hombres
esa tarde,
el apetito
Canta para los soldados:
que se paren de matar
Penetra,
aciaga y ciega
en la luna,
del sujetador
y se incrusta
en tu maxilar de arriba)
sin ángeles
ni argumentos
Pietro se desenganchó
Y también Sandrusca
territorialmente extrañas
Títeres manoseados
esclavos
de la medicina
La publicidad,
esa sí,
es la que mata
Te sentabas, temblando,
en el manillar
Y conociste Montana
la costa de California
al odio desmedido
y el orgasmo
repentino
cuando aún
y no seropositivo
La noche más triste
me arañó la cara
me obstaculizó un poco
Enfermó grave
el conductor de ambulancias
y ninguno de sus
quince nietos
se acercó
teniendo éste
que confiar
su muerte altisonante
a los vecinos
Se conocieron en la caricia
de los baños públicos
e iré detrás
Un vuelo majestuoso
en tu dirección
A pastar,
pacífico,
dormitorios
insonorizados de amor
Mala hierba
que no muere
Las matrices,
refrigeradas,
El pueblo, aburrido,
sin pan,
sin circo,
empezaba a protestar
de mutuo acuerdo
le partía
por el centro
de su brillantemente tierna
región abdominal
Tu sonrisa te abrió una puerta
Los pechos, dos
de la oficina
y cantado a gritos
aficionada al caos
de la bebida fuerte
alguno,
goloso,
se irritará la piel,
bajo el escritorio,
tocándose por ti
Desde este lado escondido del cosmos
que de memoria me sé
da igual
de las especies
la que, de verdad,
me tulla
Peyorativa,
descansará violenta
la tierra sobre mí
la noche en que,
por fin,
bata mi récord
Marea negra
los latidos en la sien
Abaratada,
en piezas
saca
un botellín
No.
clavándome puñales
en la espalda
Son las cuatro y veinte.
Camélida,
sobrada de agua,
mi carne androide
Mañana,
un coma tutelado
Volveré pronto.
Te quiero mama.
Le contaste al barrio
que en la capital
había monstruos,
cual viruta
en la madera,
que no emergen
o el sudor desesperado
de la espalda
de cualquier tirano
longitud oeste
Atacama
que no servía
para nada
Debajo del almendro
le haces un hombre
de sexto de EGB
Y te estropeas rápido,
de tanto madurar
vocales
Sácame esto
ya
de dentro
de difuntos
Te prestaron sangre
de sopetón
al éxtasis monocorde
del agua
aunque no te decidieras
a nadar
Crecen las flores y se marchitan
La metamorfosis drogada
la pena capital
pregona tu nombre
en el telediario
Llora tu madre
noches enteras
Esto,
sí,
es una emergencia
Fundidos.
Por encima de la fatiga
en la fábrica de zinc
Coagulada la espuma
como patíbulo
Empequeñecidos
Minimizados
se alivian al pensar
si les contratara
la mafia
Hubo un tiempo en que no tenían trompa
Ni colmillos
Pacíficos herbívoros
que comer,
y surgió el amor
la muerte y el marfil
Carnosos, acaparan sol
si yo ahorco,
tú ahorcas,
él ahorca
Hombre ciclónico
de torcerlo todo
Fracasé
mañana
ya por adelantado
La tierra prometida
la compró
toda
Repsol
Si eres listo,
correrás cuesta arriba
Fe en la explosión
del odio,
No has de ser tú
en edad
pedregosa
de probarlo todo
te arranco
el bazo
a dentelladas
Anda,
una piraña,
amenazándote la sangre
Su aliento fresco
te permite descansar,
doblegarte
trasladar, agria,
la visión
al infinito
sembrar,
espaciadamente,
de la decepción de siempre
Traquetea, a lo largo, el día
Truenos
la cabellera
antes de ir
Gestas
en la cantina de Jenny
la paz
La bola de cristal
no te había preparado
para esto
y te une al silencio
como un bucle
Noche temática
de hándicaps
Esperas
que el futuro,
en algún momento,
se haga presente
de indicativo
A la puesta de sol
termina la vida,
Tu mujer,
medias de seda,
Despegan,
por consolidar
y al final
de cada día
como de hollín
Punto de congelación
de la lista de la compra
en que
de citarte,
mi amor,
me salió quiste