ef OSMO textos bilingties
ANONIMO
Tlepi Boug Sobre lo sublime
ARISTOTELES
Teph xorntxae PoéticaTEP] YYOYS
TEP! YYOYE
TEP] YOY >
TEP Y TOXE
SOBRE LO SUBLIMETIEPI YYOYE
1,1. Td lv rot KauiNiou euyypaunéciov, 8 epi yous
oweréfeto, dvaoxorounévors fuly és ofatar kom, Toorod
ute Tepevniont gftrece, rermeivérepov fpdun ths Shng bnro-
Bots Kal FKIoTe TY Kaupleav EpomrTeuevey, Ob -OAAAY
Te Gpfeicy, fis éAtove 5:1 oToOXadeafan TOY ypégovte,
TeprTo‘oty ois Evtuyxévouaw, ely” Eni mdons TeXvOnO-
vies Bveiv drotroupiveov, tpotépou ev TOU Belgor at To
Gmroxtiuevey, Gevtépou Si vi} Tééel, 1H Buvduer BE wupr.
carépou, més v fui ard rolto Kal By’ dv vey weO6Seov
xrntv ylvorro, Spos 8 KankiAtos rrotov pév v1 Umepyer
7 Wynev Bid pple éoav as éyvootin weiparat Be.
xen, 38 88 81" Stou tpémrou Tas uray @uatig mportyeny
loxuorev av els ooiy ueyédous eriSoow tx ol8” Sree
25 ot dveryxaiov mapéhmey- TAAAY focos ToUTOV uly TOV 2
dxvBpx oy obras alnéoBai Tév BAACpEveoD o§ ads
‘THis Emwolas Kod omouBiis GEiov emenvely, del BE Bewhe,
1 Nada se sabe de este persofaj i
fe personaje, al que el autor dedi
at tata iace® og petol, a que oar dedi
Paste del manuscrito, pero la correccién de Manucio. debe
fceptarse como certa en bate alos otros pasajes donde el nom
2 Sobse este personaje véase la Infrodueci
68
SOBRE LO SUBLIME
Dedicatoria
I, 1. Como ti sabes, mi quetido Postumio Terencia-
no', cuando estuvimos examinando juntos el breve
tratado de Cecilio? Sobre Jo sublime, éste nos dio la
impresién de no estar a Ja altura del tema abordado
y de que no tocaba, ni de lejos, los puntos. bésicos,
sin proporcionar, ademds, a sus lectores, aquello que
debe constituir el designio primordial de todo es-
crtor, es deci, una utlidad prictica, Ahora bien,
todo libro didéctico debe cumplir dos requisitos: pri-)
mero, definir claramente el tema, y segundo y muy!
importante, mostrar cémo y con qué método podemos !
asimilarlo. Pues hien, Cecilio se esfuerza por definir, |
a través de innumerables ejemplos, la naturaleza dé
lo sublime partiendo del supuesto de que la ignora-
mos, y, en cambio, no sé por qué raz6n, omitié como
cosa innecesaria, la forma de-conocer los medios con
que educar nuestra sensibilidad natural promovién-
dola a un cierto grado de grandeza?.
2. Por otra parte, y en lo que concierne 2 este autor,
quizé es menos digno de reproche por sus omisiones,
que de clogio por su propésito y esmeto. En todo
3. La critica estoica disigida contra la escuela alejandina
se mueve en el mismo sentido. Filodemo Tepl roinudtov 162
J. por otra parte. afirma que “es un defecto exponer los aciertos
¥ desaciertos ajenos y luego aconsejar Ia imitacién 0 desacon-
Sejarla, pero sin sugerir Ia manera de hacerlo,
69