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255 Preguntas de los lectores ***


● Habacuc 3:3 dice: “Dios mismo procedió a venir de
Temán, aun un Santo desde el monte Parán.” Esto se ha
usado como argumento para mostrar de dónde vino Dios.
¿Es ésta la manera correcta de entender este texto?—J.
F., EE. UU.
No, ésa no es. A Jehová Dios no se le muestra como
viniendo de Temán en el sentido de que él haya originado de
allí o como si éste fuera el lugar donde él morara. Jehová
Dios no tiene origen, ni en la Tierra ni en el cielo. El es “desde
tiempo indefinido hasta tiempo indefinido.” Su morada, no
obstante, está en los cielos: “Los cielos son mi trono.”—Sal.
90:2; Isa. 66:1.
Aquí la profecía predice la venida de Dios con furia
destructiva en la batalla del Armagedón, la cual el profeta
compara con os actos de Dios en los días del pasado. En
visión el profeta ve a Dios viniendo de Temán, o, como
muestra la nota “e” en la Traducción del Nuevo Mundo
(1960), Dios viene del sur. En realidad en el pasado Jehová sí
condujo a su pueblo triunfalmente desde el monte Sinaí hasta
Jerusalén a través de la tierra de Temán. a bendición de
Moisés en Deuteronomio 33:2, y la canción de Débora en
Jueces 5:4, 5, se refieren a la misma cosa: “Jehová—desde
Sinaí vino, y relampagueó desde Seir [del cual Temán es
parte] sobre ellos. Resplandeció desde la región montañosa
de Parán.” “Jehová, al salir tú desde Seir, al marchar tú del
campo de Edom, la Tierra se meció, los cielos también
destilaron, las nubes también gotearon agua. Los montes se
deslieron de ante el rostro de Jehová, este Sinaí de ante el
rostro de Jehová, el Dios de Israel.”

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