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PROCEDIMIENTOS ORDINARIOS DE COGNICIÓN

El juicio ordinario, más correctamente denominado procedimiento ordinario (pues corresponde a reglas generales
por las que se rige el proceso), se estructura sobre la base de cuatro fases o períodos:

- Período de discusión (que comprende la demanda, la réplica y la dúplica).

- Conciliación.

- Período de prueba.

- Trámites posteriores a la prueba.

El orden cronológico de un juicio ordinario corresponde básicamente al siguiente:

- Interposición de la demanda.

- Comienza el término de emplazamiento con la notificación de la resolución que da traslado de la


demanda.

- El demandado contesta la demanda.

- El demandante responde a la contestación de la demanda (réplica).

- El demandado se defiende nuevamente (dúplica).

- Una vez presentado el escrito de dúplica, el tribunal ordena un comparendo de conciliación dentro de
quinto día.

- Si en la conciliación no se llega a un acuerdo, comienza el término probatorio ordinario de 20 días. Este


plazo se cuenta desde la notificación de la resolución que recibe la causa a prueba.

- Se concede un período de 10 días para que las partes presenten observaciones a las pruebas rendidas.

- Se cita a oír sentencia y una vez notificada esta resolución a las partes, se abre un período de 60 días para
que la sentencia sea efectivamente dictada.

Un juicio ordinario común y corriente, por tanto, debería durar como máximo 120 días (4 meses). Sin embargo,
en la práctica, un juicio ordinario de mayor cuantía (es decir, que excede las 500 UTM) dura en primera instancia
solamente alrededor de dos o tres años. En los juicios ordinarios de menor cuantía el procedimiento es por regla
general el mismo, con la salvedad de que se omiten ciertos trámites (como el trámite de la réplica o la dúplica).
La distinción entre juicio ordinario de mayor o menor cuantía es importante para efectos de determinar el plazo
de contestación de la demanda: en los juicios ordinarios de mayor cuantía el plazo para contestar la demanda es
de 15 días, mientras que en los de menor cuantía el plazo es de 10 días.
Características del procedimiento ordinario
Corresponden a las siguientes:

1° Es un procedimiento declarativo, pues mediante él lo que se pretende es la declaración de un derecho


que le ha sido desconocido al demandante. Ahora bien, es un procedimiento declarativo en sentido amplio,
pues incluye tres elementos distintos:

- Los procedimientos de condena.


Se excluyen por tanto los juicios de ejecución
- Las pretensiones de mera declaración. en los cuales se exige el cumplimiento
forzado de la obligación.
- Las pretensiones de constitución de un derecho.

2° Es un procedimiento común, según lo establece el artículo 3°CPC: “Se aplicará el procedimiento


ordinario en todas las gestiones, trámites y actuaciones que no estén sometidos a una regla especial
diversa, cualquiera que sea su naturaleza”. Esto significa que se aplica la totalidad de la normativa del
procedimiento ordinario en todos aquellos casos en que la ley no ha establecido un procedimiento especial.

3° Es un procedimiento supletorio, lo cual significa que las normas del procedimiento ordinario se aplican
subsidiariamente a los juicios sujetos a procedimientos especiales respecto de los trámites y actuaciones
que no estén regulados por dichos procedimientos especiales.

4° Es conocido en doble instancia (la sentencia del tribunal de primera instancia es siempre apelable en los
juicios ordinarios de mayor cuantía).

5° Es un procedimiento escrito. En algunos casos rige excepcionalmente la protocolización, vale decir, la


actuación se realiza de forma verbal, pero se deja constancia escrita de ella (por ejemplo, respecto de la
prueba testimonial). La escrituración es una de las causas del lento devenir del procedimiento ordinario,
pues los escritos se convierten en intermediarios entre el tribunal y las partes.

Período de discusión
El período de discusión comienza generalmente con la demanda, lo cual no obsta a que comience de manera
diversa (por ejemplo, mediante medidas prejudiciales). Sin embargo, en todo juicio ordinario es necesario que
haya una demanda, de conformidad al artículo 253°CPC, que dispone lo siguiente: “Todo juicio ordinario
comenzará por demanda del actor, sin perjuicio de lo dispuesto en el Título IV de este Libro”.

La demanda puede ser definida como la actuación judicial del actor por la cual éste ejercita una acción. Los
requisitos de la demanda corresponden a los siguientes:

1° Los requisitos de todo escrito, a los que se refieren los artículos 30°CPC a 36°CPC:

- Artículo 30°CPC: “Todo escrito deberá presentarse al tribunal de la causa por conducto del secretario
respectivo y se encabezará con una suma que indique su contenido o el trámite de que se trata”.
- Artículo 31°CPC: “Junto con cada escrito deberán acompañarse en papel simple tantas copias cuantas
sean las partes a quienes debe notificarse la providencia que en él recaiga, y, confrontadas dichas
copias por el secretario, se entregarán a la otra u otras partes, o se dejarán en la secretaría a
disposición de ellas cuando la notificación no se haga personalmente o por cédula//Se exceptúan de esta
disposición los escritos que tengan por objeto personarse en el juicio, acusar rebeldías, pedir apremios,
prórroga de términos, señalamiento de vistas, suspensión y cualesquiera otras diligencias de mera
tramitación//Si no se entregan las copias o si resulta disconformidad esencial entre aquéllas y el escrito
original, no le correrá plazo a la parte contraria y deberá el tribunal, de plano, imponer una multa de
un cuarto a un sueldo vital//El tribunal ordenará, además, que la parte acompañe las copias dentro de
tercero día, bajo el apercibimiento de tener por no presentado el escrito//Las resoluciones que se
dicten en conformidad a este artículo serán inapelables”.

- Artículo 32°CPC: “Entregado un escrito al secretario, deberá éste en el mismo día estampar en cada
foja la fecha y su media firma, o un sello autorizado por la respectiva Corte de Apelaciones y que
designe la oficina y la fecha de la presentación. Deberá, además, dar recibo de los documentos que se le
entreguen, siempre que lo exija la parte que los presenta, sin que pueda cobrar derecho alguno por los
servicios a que este artículo se refiere”.

- Artículo 33°CPC: “Todo escrito será presentado por el secretario al tribunal para su despacho el mismo
día en que se le entregue, o al día siguiente hábil si la entrega se hace después de la hora designada al
efecto. En casos urgentes podrá el interesado recabar el despacho inmediato aun después de la hora
designada//Los secretarios letrados de los juzgados civiles dictarán por sí solos los decretos,
providencias, resoluciones que serán autorizadas por el oficial 1°. La reposición, en su caso, será
resuelta por el juez”.

- Artículo 34°CPC: “Todas las piezas que deben formar el proceso, en conformidad al artículo 29, se irán
agregando sucesivamente según el orden de su presentación. Al tiempo de agregarlas, el secretario
numerará cada foja en cifras y en letras. Se exceptúan las piezas que por su naturaleza o que por
motivos fundados se manden reservar fuera del proceso”.

- Artículo 35°CPC: “Siempre que se desglosen una o más fojas del proceso, deberá colocarse en su lugar
una nueva foja con la indicación del decreto que ordenó el desglose, y del número y naturaleza de las
piezas desglosadas. No se alterará, sin embargo, la numeración de las piezas que queden en el proceso,
y se conservará también la de las que se hayan separado, en el nuevo expediente de que pasen a formar
parte, agregándose la que en éste les corresponda”.

- Artículo 36°CPC: “El proceso se mantendrá en la oficina del secretario para su custodia y
responsabilidad. Los autos no podrán retirarse de la secretaría sino por las personas y en los casos
expresamente contemplados en la ley. Corresponderá al secretario velar por el estricto cumplimiento
de lo establecido en el artículo 393 del Código Orgánico de Tribunales”.
2° Los requisitos propios o particulares de la demanda, a los cuales se refiere el artículo 254°CPC: “La
demanda debe contener:

1° La designación del tribunal ante quien se entabla.

2° El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandante y de las personas que lo representen, y la
naturaleza de la representación.

3° El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandado.

4° La exposición clara de los hechos y fundamentos de derecho en que se apoya.

5° La enunciación precisa y clara, consignada en la conclusión, de las peticiones que se sometan al fallo
del tribunal”.

El cumplimiento estricto de estos requisitos, que si bien no son muy exigentes, es de extrema importancia
por un doble motivo:

- Porque el cumplimiento de estos requisitos va a permitir al tribunal conocer claramente las


pretensiones del demandante, lo cual fijará automáticamente la competencia del tribunal respecto de la
materia y las personas.

- Respecto del demandado es importante el cumplimiento de estos requisitos porque sabiendo qué y por
qué se le demanda se garantiza su derecho a defensa.

En otras palabras, el cumplimiento de los requisitos de la demanda señalados en el artículo 254°CPC está
directamente vinculado a importantes principios del debido proceso, como el derecho a la defensa, la
bilateralidad de la audiencia y otros. Por lo mismo (por su importancia) se conceden diversos instrumentos o
mecanismos para corregir los vicios formales de una demanda, siendo el más común de ellos las excepciones
dilatorias.

Los requisitos de la demanda señalados por el artículo 254°CPC corresponden a los siguientes:

1° La designación del tribunal ante quien se entabla: La demanda generalmente se entabla ante un juez
de letras (en la práctica se permiten abreviaciones como “S.J.L.”, y en los lugares, como Santiago,
donde procede la distribución de causas no es necesario especificar ante qué juzgado de letras se
entabla, precisamente porque hay que esperar a que proceda la distribución de la causa).

2° El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandante y de las personas que lo representen, y la
naturaleza de la representación: El numeral 2° del artículo 254°CPC se refiere a la individualización del
demandante, y exige para estos efectos que se señale:
- Nombre.

- Domicilio. Se refiere esto al domicilio civil, es decir, a la parte del territorio nacional en la cual está
domiciliado el demandante (no es necesario señalar la dirección específica; basta la comuna, aunque
es normal incluir la dirección).

- Profesión u oficio.

- Nombre, domicilio y profesión u oficio de las personas que lo representen. Esta representación a la
que alude el numeral segundo del artículo 254°CPC debe ser entendida como la representación
judicial (y no como la representación procesal), vale decir, se deben señalar estos datos respecto de
la persona que comparece en juicio en nombre del demandante (no de quien está facultado para
actuar en su nombre durante el proceso).

- Naturaleza de la representación (es decir, si se trata del representante legal o de alguna clase de
mandatario. En este último caso, si la representación judicial deriva de un mandato, de conformidad
al inciso primero del artículo 6°CPC, será necesario acreditar el mandato. Dispone el inciso primero
del artículo 6°CPC lo siguiente: “El que comparezca en juicio a nombre de otro, en desempeño de un
mandato o en ejercicio de un cargo que requiera especial nombramiento, deberá exhibir el título que
acredite su representación”).

3° El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandado: El numeral tercero del artículo 254°CPC se
refiere a la individualización del demandado, y exige para estos efectos que se señale:

- Nombre. Es posible demandar a quienes se desconozca su nombre, pues la ley permite notificar por
avisos a personas cuya individualidad es difícil determinar. En estos casos se individualiza al
demandado de la mejor manera posible y se solicita al tribunal que la notificación de la demanda se
practique por avisos.

- Domicilio. Puede desconocerse el domicilio del demandado, y en estos casos el tribunal ordena que
la notificación se practique por avisos, con conocimiento de causa, mediante oficios del Registro Civil,
de la policía, etc.

- Profesión u oficio. Hay mayor flexibilidad respecto de este requisito (si se ignora el domicilio del
demandado, se señala así en el escrito de la demanda).

4° La exposición clara de los hechos y fundamentos de derecho en que se apoya: Este requisito es
claramente más sustancial que los anteriores, pues permite determinar la causa de pedir de la acción del
demandante y determina además todo el curso del juicio.

No es necesario que los hechos y los fundamentos de derecho estén ordenados como comúnmente lo
están (primero los antecedentes de hecho y después los fundamentos de derecho o consecuencias
jurídicas de esos hechos), pero tienen eso sí que estar siempre, en un exposición clara y precisa.
La exigencia mínima es la exposición de los hechos, no siendo estrictamente necesaria la inclusión y
exposición de los fundamentos de derecho, pues se suponen conocidos por el juez. Esto eso sí (omitir los
fundamentos de derecho del escrito de la demanda) no es recomendable. No es necesaria la referencia
expresa a artículos o leyes en los fundamentos de derecho, sino que basta señalar los fundamentos
jurídicos de la acción (por ejemplo, el principio de equidad).

5° La enunciación precisa y clara, consignada en la conclusión, de las peticiones que se sometan al fallo
del tribunal: Esta es la parte del escrito de la demanda que importa respecto del tribunal, pues fija de
cierta manera su competencia (aquello respecto de lo cual se deberá pronunciar en la sentencia), de
manera que si falla menos o más incurrirá en vicios susceptibles de ser perseguidos mediante recurso de
casación en la forma (ultrapetita, extrapetita, etc).

El petitorio obliga al tribunal en un doble sentido:

- Obliga al tribunal a referirse a cada una de las peticiones, según lo exige el numeral 6° del artículo
170°CPC: “Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda que
modifiquen o revoquen en su parte dispositiva las de otros tribunales, contendrán: 6° La decisión del
asunto controvertido. Esta decisión deberá comprender todas las acciones y excepciones que se
hayan hecho valer en el juicio; pero podrá omitirse la resolución de aquellas que sean incompatibles
con las aceptadas”.

- Lo obliga porque fija su competencia en relación a la ultrapetita y a la extrapetita, de conformidad


al numeral 4° del artículo 768°CPC: “El recurso de casación en la forma ha de fundarse precisamente
en alguna de las causas siguientes: 4° En haber sido dada ultra petita, esto es, otorgando más de lo
pedido por las partes, o extendiéndola a puntos no sometidos a la decisión del tribunal, sin perjuicio
de la facultad que éste tenga para fallar de oficio en los casos determinados por la ley”.

El numeral 4° del artículo 768°CPC se refiere expresamente a los casos de ultrapetita y extrapetita, pero
no se refiere a los casos de minuspetita (la sentencia falla menos de lo pedido), por lo cual cabe
preguntarse si en estos casos procede también el recurso de casación en la forma. Para entender estos
casos es necesario tener en cuenta que (sobre todo en los juicios en que se demanda indemnización por
daño moral) es común que el demandante incluya en el petitorio una suma considerablemente grande
expresada mediante la siguiente cláusula: “X cantidad o la suma menor que el tribunal determine”. Si no
se añade la frase ‘o la suma menor que el tribunal determina’ y el tribunal concede menos del monto
pedido (como generalmente sucede), el demandante podría interponer el recurso de casación en la
forma precisamente por incurrir el tribunal en el vicio de minuspetita.

A este respecto, la jurisprudencia ha entendido normalmente que el tribunal NO incurre en este vicio por
fallar menos de lo pedido (por esto debe entenderse generalmente conceder menos dinero del pedido
por el demandante), no alterándose con ello por tanto el principio de la bilateralidad de la audiencia. Se
explica además por la regla de la extensión, regulada en artículo 111°COT, que dispone lo siguiente: “El
tribunal que es competente para conocer de un asunto lo es igualmente para conocer de todas las
incidencias que en él se promuevan//Lo es también para conocer de las cuestiones que se susciten por
vía de reconvención o de compensación, aunque el conocimiento de estas cuestiones, atendida su
cuantía, hubiere de corresponder a un juez inferior si se entablaran por separado”.

Sin embargo, recientemente, la posición en la jurisprudencia ha cambiado debido a que distintos


ministros de la Corte Suprema han comenzado a fallar contradictoriamente, admitiendo algunos que en
estos casos (en que la sentencia falla menos de lo pedido) habría efectivamente un vicio de minuspetita
o, generalmente, de extrapetita (es decir, se concede algo distinto de lo pedido). Esta última posición,
claro está, es más bien absurda e incluso contraria el hecho que las disminuciones en la cantidad no
alteran el objeto pedido.

3° Junto con los requisitos de todo escrito y aquellos propios o particulares de la demanda señalados en el
artículo 254°CPC, la demanda debe cumplir con ciertos requisitos adicionales1:

- En Santiago la demanda debe contener una presuma que contiene los datos necesarios para identificar
la causa y proceder a su distribución.

- En los casos en que la representación judicial del demandante provenga o tenga su fuente en un
contrato de mandato, se debe acreditar el título en que éste consta de conformidad a los medios
autorizados por el artículo 6°CPC (se agrega un otrosí en el escrito de la demanda en que se señala que
se acompaña poder de representación):

- Por escritura pública otorgada ante notario o ante oficial del Registro Civil a quien la ley confiere
esta facultad.

- Por un acta extendida ante un juez de letras o ante un juez árbitro, y suscrita por todos los
otorgantes.

- Por una declaración escrita del mandante, autorizada por el secretario del tribunal que esté
conociendo la causa. Este es quizás el medio más común de constitución de la representación
procesal.

- Se debe constituir representante procesal y designar un abogado patrocinante (se incluye otro otrosí).

- De conformidad al artículo 49°CPC, se debe designar un domicilio para los efectos de las notificaciones
por cédula (generalmente se incluye el del apoderado o abogado patrocinante). Dispone el artículo
49°CPC lo siguiente: “Para los efectos del artículo anterior, todo litigante deberá, en su primera gestión
judicial, designar un domicilio conocido dentro de los límites urbanos del lugar en que funcione el
tribunal respectivo, y esta designación se considerará subsistente mientras no haga otra la parte
interesada, aun cuando de hecho cambie su morada//En los juicios seguidos ante los tribunales
inferiores el domicilio deberá fijarse en un lugar conocido dentro de la jurisdicción del tribunal
correspondiente, pero si el lugar designado se halla a considerable distancia de aquel en que funciona el

1
Antes de 1988, la ley exigía que la demanda estuviera acompañada de los documentos fundantes de la
demanda, lo cual no sucede hoy en día.
juzgado, podrá éste ordenar, sin más trámites y sin ulterior recurso, que se designe otro dentro de
límites más próximos”.

La infracción de alguno de los requisitos exigidos por el artículo 254°CPC implica la posibilidad del demandado de
interponer la excepción dilatoria a que se refiere el artículo 303°CPC número 4°, que dispone lo siguiente: “Sólo
son admisibles como excepciones dilatorias: 4° La ineptitud del libelo por razón de falta de algún requisito legal
en el modo de proponer la demanda”. Sin embargo, cabe tener en cuenta que a este respecto puede el tribunal
corregir de oficio los vicios que se deriven de la omisión o erróneo incumplimiento de los requisitos exigidos por
los numerales 1°, 2° y 3° del artículo 254°CPC (referidos a la individualización de las partes y el tribunal), pero
no los que derivaren del incumplimiento de los numerales 4° y 5° del mismo artículo (referidos a aspectos
sustanciales de la causa). En este último caso, el tribunal debe esperar la actuación del demandado para poder
corregir los vicios u ordenar que se corrijan2.

Una vez interpuesta la demanda, cumpliendo con las tres clases de requisitos antes señalados (los comunes a
todo escrito, los exigidos por el artículo 254°CPC y los requisitos adicionales a este artículo), el tribunal emite
una resolución mediante la cual da traslado de ésta al demandado. Una vez efectuado el traslado de la demanda
tiene lugar el denominado emplazamiento, que corresponde a la citación que efectúa el tribunal a los
demandados a hacer valer sus derechos dentro de cierto plazo.

El emplazamiento es de tremenda importancia para el juicio, pues con él comienza efectivamente la relación
procesal. En efecto, con anterioridad al emplazamiento no se puede hablar todavía de un verdadero juicio
existente entre las partes, lo cual se refleja por ejemplo en el hecho de que el demandante puede retirar la
demanda sin más trámite, correspondiendo ello no a un desistimiento de la demanda, sino más bien a un mero
acto material. El emplazamiento es, por tanto, un trámite esencial, lo cual significa que si se dicta sentencia
faltando el emplazamiento de los demandados, esa sentencia va a ser nula y será posible interponer a su
respecto un recurso de casación en la forma, de conformidad al artículo 795°CPC número 1°: “En general, son
trámites o diligencias esenciales en la primera o en la única instancia en los juicios de mayor o de menor cuantía
y en los juicios especiales: 1° El emplazamiento de las partes en la forma prescrita por la ley”. La falta de
emplazamiento se sanciona además mediante la nulidad de todo lo obrado, de conformidad al artículo 80°CPC:
“Si al litigante rebelde no se le ha hecho saber en persona ninguna de las providencias libradas en el juicio,
podrá pedir la rescisión de lo obrado, ofreciendo acreditar que, por un hecho que no le sea imputable, han
dejado de llegar a sus manos las copias a que se refieren los artículos 40 y 44, o que ellas no son exactas en su
parte substancial//Este derecho no podrá reclamarse sino dentro de cinco días, contados desde que aparezca o
se acredite que el litigante tuvo conocimiento personal del juicio”.

2
En muchos casos es preferible no interponer la excepción dilatoria respecto del incumplimiento de los
requisitos exigidos por los numerales 4° y 5° del artículo 254°CPC, pues si el demandante no corrige
esta clase de vicios, no pudiendo el tribunal por su parte corregirlos de oficio, su demanda será
rechazada y eventualmente prescribirá la acción.
El emplazamiento se compone de dos elementos:

- La notificación de la resolución que da traslado de la demanda, notificación la cual generalmente se hace


personalmente, aunque se puede realizar de manera diversa (por ejemplo, mediante avisos si la identidad
del demandado es difícil de determinar y se pide al tribunal que se le notifique de esta manera, o mediante
estado diario si el juicio comenzó con un medida precautoria).

- El plazo para contestar la demanda. En general, este plazo que se le concede al demandado no es sólo
para contestar la demanda, sino más bien para hacer valer sus derechos en general, pues puede allanarse,
interponer excepciones dilatorias, demandar reconvencionalmente, etc. Para determinar este plazo resulta
necesario distinguir dónde fue notificado el demandado, de conformidad a los artículos 258°CPC y 259°CPC,
que disponen lo siguiente:

- Artículo 258°CPC: “El término del emplazamiento para contestar la demanda será de quince días si el
demandado es notificado en la comuna donde funciona el tribunal//Se aumentará este término en tres
días más si el demandado se encuentra en el mismo territorio jurisdiccional pero fuera de los límites de
la comuna que sirva de asiento al tribunal”3.

- Artículo 259°CPC: “Si el demandado se encuentra en un territorio jurisdiccional diverso o fuera del
territorio de la República, el término para contestar la demanda será de dieciocho días, y a más el
aumento que corresponda al lugar en que se encuentre. Este aumento será determinado en conformidad
a una tabla que cada cinco años formará la Corte Suprema con tal objeto, tomando en consideración las
distancias y las facilidades o dificultades que existan para las comunicaciones//Esta tabla se formará en
el mes de noviembre del año que preceda al del vencimiento de los cinco años indicados, para que se
ponga en vigor en toda la República desde el 1° de marzo siguiente; se publicará en el ‘diario oficial’, y
se fijará a lo menos, dos meses antes de su vigencia, en los oficios de todos los secretarios de Cortes y
Juzgados de Letras”.

De esta manera existen tres situaciones diversas:

- Si el demandado es notificado en la misma comuna donde funciona el tribunal, el plazo para contestar
la demanda es de 15 días hábiles (necesario es recordar que todos los plazos del CPC son de días
hábiles).

- Si el demandado es notificado en el mismo territorio jurisdiccional pero fuera de los límites de la


comuna que sirva de asiento al tribunal, el plazo para contestar la demanda será de 18 días hábiles.

3
El artículo 258°CPC no es lo suficientemente claro en su segundo inciso, pues señala que el término del
emplazamiento se ampliará en tres días si el demandado “se encuentra en el mismo territorio
jurisdiccional pero fuera de los límites de la comuna que sirva de asiento al tribunal”. La verdad es que
el criterio para determinar si se amplia o no el término del emplazamiento no es el lugar donde se
encuentre el demandado, sino más bien donde éste sea notificado.
- Si el demandado se encuentra en un territorio jurisdiccional diverso o fuera del territorio de la
República, el plazo para contestar la demanda será de dieciocho días, a lo cual se le añadirá el aumento
que corresponda al lugar específico en que se encuentre. Este aumento se encuentra determinado en la
‘tabla de emplazamiento’, que tiene precisamente por objeto establecer los días en que se va a
aumentar el plazo para contestar la demanda cuando el demandado es notificado en otro territorio
jurisdiccional de donde funciona el tribunal.

La tabla de emplazamiento la confecciona cada cinco años la Corte Suprema, tomando en consideración
las distancias y las facilidades o dificultades que existan para las comunicaciones. Esta tabla se forma en
el mes de noviembre del año que precede al del vencimiento de los cinco años indicados, para que se
ponga en vigor en toda la República desde el 1° de marzo siguiente; se publica en el diario oficial y se
fija, a lo menos dos meses antes de su vigencia, en los oficios de todos los secretarios de Cortes y
Juzgados de Letras.

El plazo para contestar la demanda es de días hábiles (como todos los plazos del CPC), legal y fatal.
Respecto de si es común o individual en caso que sean varios los demandados, existen distintas posturas en
doctrina. La norma legal que se pronuncia al respecto es el artículo 260°CPC, que dispone lo siguiente: “Si
los demandados son varios, sea que obren separada o conjuntamente, el término para contestar la
demanda correrá para todos a la vez, y se contará hasta que expire el último término parcial que
corresponde a los notificados//En los casos en que proceda la pluralidad de demandantes de acuerdo al
artículo 184, el plazo para contestar la demanda, determinado según lo dispuesto en los dos artículos
anteriores, se aumentará en un día por cada tres demandantes sobre diez que existan en el proceso. Con
todo, este plazo adicional no podrá exceder de treinta días”.

Como es sabido, los plazos individuales corresponden a aquellos que comienzan, se computan y terminan en
forma diferente para cada parte, mientras que los plazos comunes corresponden a aquellos que comienzan,
se computan y terminan para cada parte a la vez, a partir de la última notificación. Así lo dispone el
artículo 65°CPC: “Los términos comenzarán a correr para cada parte desde el día de la notificación//Los
términos comunes se contarán desde la última notificación”. A este respecto, en base a lo dispuesto en el
artículo 260°CPC, se discute en doctrina sobre si el plazo para contestar la demanda es individual o común
en caso de ser varios los demandados:

- Algunos sostienen que el plazo para contestar la demanda es un término común absoluto, lo cual
significa que comienza, se computa y concluye a la vez para todos los demandados.

- Otros sostienen que el plazo para contestar la demanda es un término individual en su comienzo y
común en su finalización o término (esta es la opinión de Casarino y Anabalón). Es decir, comenzaría de
manera particular para cada demandado desde el momento en que éstos fuesen notificados, pero
concluiría de manera común para todos en la fecha que se determine en base al último de los
notificados. Ello permitiría explicar el que el artículo 260°CPC hable de términos parciales que concluyen

4
Dispone el artículo 18°CPC lo siguiente: “En un mismo juicio podrán intervenir como demandantes o
demandados varias personas siempre que se deduzca la misma acción, o acciones que emanen directa e
inmediatamente de un mismo hecho, o que se proceda conjuntamente por muchos o contra muchos en
los casos que autoriza la ley”.
conjuntamente (“Si los demandados son varios, sea que obren separada o conjuntamente, el término
para contestar la demanda correrá para todos a la vez, y se contará hasta que expire el último término
parcial que corresponde a los notificados”). Se señala además que esta solución es más lógica, pues
beneficia a aquél de los demandados que es notificado fuera del territorio jurisdiccional.

Se argumenta en contra de la segunda posición que el artículo 260°CPC señala expresamente que el plazo
para contestar la demanda “correrá para todos a la vez”, lo cual es al parecer más acorde con la primera
postura, que señala que el plazo para contestar la demanda es un término común absoluto. A este respecto,
la jurisprudencia se ha manifestado en los más diversos sentidos.

Ahora bien, en lo casos de pluralidad de demandantes, regulados en el artículo 18°CPC, el plazo para
contestar la demanda se amplía de conformidad a la regla que otorga el inciso segundo del artículo
260°CPC: el plazo, determinado de conformidad a las reglas que proveen los artículos 258°CPC y 259°CPC,
se aumentará en un día por cada tres demandantes sobre diez que existan en el proceso. Con todo, este
plazo adicional no podrá exceder de treinta días.

Respecto de la posibilidad de modificar la demanda cabe tener en cuenta la siguiente distinción:

- Antes de notificada la demanda al demandado, puede el demandante modificarla plenamente (puede


inclusive retirarla).

- Después de que la demanda ha sido notificada al demandado, se aplica lo dispuesto en el artículo


261°CPC: “Notificada la demanda a cualquiera de los demandados y antes de la contestación, podrá el
demandante hacer en ella las ampliaciones o rectificaciones que estime convenientes//Estas
modificaciones se considerarán como una demanda nueva para los efectos de su notificación, y sólo desde
la fecha en que esta diligencia se practique correrá el término para contestar la primitiva demanda”.

De esta manera, una vez notificada la demanda, el demandante puede efectivamente hacer en ella las
ampliaciones o rectificaciones que estime convenientes, pero estas modificaciones se consideran para
efectos de su notificación como una nueva demanda, de manera que el plazo para contestar de la demanda
primitiva comienza a correr una vez que se le haya notificado al demandado las modificaciones que efectuó
el demandante. El artículo 261°CPC es un tanto confuso respecto de cómo se notifica esta nueva demanda:
pareciera ser que el artículo 261°CPC se refiere a la notificación personal (que como es sabido es la regla
general en materia de notificaciones de las resoluciones que dan traslado de la demanda), pero no es
necesario que se proceda así, pues así como la primera notificación se puede realizar excepcionalmente por
estado diario o por avisos, nada obsta a que esta segunda notificación se efectúe mediante alguno de estos
medios. En la práctica, el tribunal, para evitar problemas, ordena que esta segunda notificación se efectúe
de manera personal, lo cual además permite evitar una posible nulidad de todo lo obrado por falta de
emplazamiento.

- Una vez contestada la demanda, se aplica lo dispuesto en el artículo 312°CPC: “En los escritos de réplica y
dúplica podrán las partes ampliar, adicionar o modificar las acciones y excepciones que hayan formulado en
la demanda y contestación, pero sin que puedan alterar las que sean objeto principal del pleito”. De esta
manera, se permita la modificación de las acciones que NO sean el objeto principal del pleito. Es decir,
como señala la doctrina, se permite modificar las acciones consecuenciales (como por ejemplo los intereses
de una deuda principal) o las acciones subsidiarias (como por ejemplo una acción de nulidad en subsidio de
una de inexistencia).

Actitudes que puede tomar el demandado una vez notificada la demanda


Las actitudes que puede tomar el demandado una vez que le ha sido notificada la demanda corresponden a las
siguientes:

- No hacer nada.

- Aceptar la demanda.

- Defenderse.

- Demandar reconvencionalmente.

a) No hacer nada: Si se le notifica la demanda y el demandado no hace nada, se entiende, a diferencia de lo


que sucede en otros ámbitos del derecho, que ha negado todos los hechos afirmados en la demanda. Esto es
lo que en doctrina se denomina contestación ficta. Ahora bien, como se entienden negados todos los
hechos, se debe incluir aun aquellos que favorecen al demandado.

La consecuencia de la inactividad del demandado, además de entenderse negados los hechos que se señalan
en la demanda, corresponde a la pérdida de la oportunidad de defenderse y, de modo principal, del derecho
a oponer excepciones, salvo que se trate de alguna de las denominadas ‘excepciones anómalas’ a que se
refiere el artículo 310°CPC, que no obstante no ser incluidas en la contestación de la demanda (en este
caso, ni siquiera ha habido contestación alguna), pueden ser interpuestas con posterioridad. Dispone el
artículo 310°CPC lo siguiente: “No obstante lo dispuesto en el artículo anterior5, las excepciones de
prescripción, cosa juzgada, transacción y pago efectivo de la deuda, cuando ésta se funde en un
antecedente escrito, podrán oponerse en cualquier estado de la causa; pero no se admitirán si no se alegan
por escrito antes de la citación para sentencia en primera instancia, o de la vista de la causa en la
segunda//Si se formulan en primera instancia, después de recibida la causa a prueba, se tramitarán como
incidentes, que pueden recibirse a prueba, si el tribunal lo estima necesario, y se reservará su resolución
para definitiva//Si se deducen en segunda, se seguirá igual procedimiento, pero en tal caso el tribunal de
alzada se pronunciará sobre ellas en única instancia”. De esta manera, las excepciones anómalas
corresponden a las siguientes:

5
El artículo 309°CPC se refiere a los requisitos con que debe cumplir la contestación de la demanda.
Dispone el artículo 309°CPC lo siguiente: “La contestación a la demanda debe contener:
1° La designación del tribunal ante quien se presente.
2° El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandado.
3° Las excepciones que se oponen a la demanda y la exposición clara de los hechos y fundamentos
de derecho en que se apoyan.
4° La enunciación precisa y clara, consignada en la conclusión, de las peticiones que se sometan al
fallo del tribunal”.
- La excepción de prescripción.

- La excepción de cosa juzgada.

- La excepción de transacción.

- La excepción de pago efectivo de la deuda, cuando ésta se funde en un antecedente escrito.

Es importante tener en cuenta que a diferencia de la defensa que se presenta en la contestación de la


demanda, en la interposición de excepciones lo que se pretende es afirmar positivamente hechos que
destruyen la pretensión del demandante (en la defensa, por el contrario, se niegan los hechos afirmados en
la demanda).

La carga de la prueba la tiene quien alega los hechos, de conformidad a la regla general establecida a estos
efectos en el inciso primero del artículo 1698° del Código Civil: “Incumbe probar las obligaciones o su
extinción al que alega aquéllas o ésta”. Por lo mismo, como en las excepciones se afirman positivamente
determinados hechos, la prueba de éstos corresponde al demandado. Sin embargo, si se trata de la prueba
de un hecho negativo, la carga procesal de la prueba es del demandante.

b) Aceptar la demanda: La aceptación de la demanda se encuentra regulada en el artículo 313°CPC, que


dispone lo siguiente: “Si el demandado acepta llanamente las peticiones del demandante, o si en sus
escritos no contradice en materia substancial y pertinente los hechos sobre que versa el juicio, el tribunal
mandará citar a las partes para oír sentencia definitiva, una vez evacuado el traslado de la réplica//Igual
citación se dispondrá cuando las partes pidan que se falle el pleito sin más trámite”. De esta manera, de
conformidad al artículo 313°CPC, esta posibilidad de aceptar la demanda tiene lugar en dos situaciones o
casos:

b.1 El primer caso o posibilidad es el de allanamiento a la demanda, que corresponde a la aceptación de


las peticiones contenidas en la demanda (específicamente de la parte petitoria del escrito de demanda).
Esto implica, por tanto, que se acepta la cosa pedida por el demandante (no obstante se puede estar en
desacuerdo, por ejemplo, en la causa de pedir).

En estos casos, como resulta natural, no existe ya un conflicto jurídico-procesal, por lo cual no se
justifica en principio seguir adelante con el juicio. Sin embargo, la solución que adopta el CPC es
distinta, pues señala que en estos casos el tribunal manda citar a las partes a oír sentencia definitiva,
una vez evacuado el traslado de la réplica. Esto significa, por tanto, que además de contestación (en la
que el demandado se allana a la demanda), hay dúplica y réplica, y que una vez evacuado el traslado de
esta última, el tribunal cita a las partes a oír sentencia. Se omiten con ello los trámites de conciliación y
el término probatorio.

Cabe tener en cuenta, además, que no obstante allanarse el demandado a la demanda, el tribunal debe
aun así dictar sentencia (muchas veces en las prácticas se celebran transacciones o se llega a alguna
clase de acuerdo extra-judicial). El tribunal, eso sí, puede fallar en cualquier sentido, vale decir, en
favor del demandado o del demandante, y no necesariamente en favor de este último, aunque el
demandado se haya allanado a la demanda. Puede, de hecho, fallar en ‘contra’ de ambos (como ocurría
anteriormente en derecho de familia hasta antes de que entrara en vigencia la actual ley de divorcio).

Ahora bien, el allanamiento puede ser total o parcial, vale decir, respecto de todas las peticiones
contenidas en la demanda, en el primer caso, o sólo respecto de algunas, en el segundo. Si el
allanamiento es parcial, el juicio sigue su curso natural, disputando las partes sobre lo que el demandado
no se hubiere allanado. Lo mismo sucede si siendo varios los demandados, sólo algunos de ellos se
allanaren (aunque esto último no puede tener lugar en los casos de litisconsorcio necesario).

b.2 El segundo caso o posibilidad es la aceptación de los hechos o confesión. En todo juicio, las
peticiones se fundan en consideraciones de hecho y de derecho, que corresponden a las consecuencias
jurídicas de tales hechos. Normalmente, demandante y demandado discreparán respecto de todo (vale
decir, tanto de los aspectos de hecho como de los de derecho). Si discrepan sólo respecto de las
consecuencias jurídicas de los hechos, estando de acuerdo en éstos, no será necesario recibir la causa a
prueba, pues se rinde prueba cuando existen hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos entre las
partes. En todo juicio, por regla general, el demandado acepta ciertos hechos que contiene la demanda,
respecto de los cuales existe una cierta especie de confesión o aceptación parcial.

El artículo 313°CPC se refiere a la posibilidad de que el demandado acepte todos los hechos (“…o si en
sus escritos no contradice en materia substancial y pertinente los hechos sobre que versa el juicio…”).
Procesalmente, las consecuencias jurídicas de la confesión son las mismas que las del allanamiento. Sin
embargo, desde una perspectiva material o sustantiva, las consecuencias jurídicas no son las mismas,
pues la aceptación de los hechos no implica la aceptación de las consecuencias jurídicas que de ellos
aduce el demandante en su escrito de demanda. Puede, por ello, perfectamente seguir existiendo un
conflicto entre las partes, aunque, como se señaló, procesalmente se producen los mismos efectos que
con el allanamiento.

En el caso de la confesión, por tanto, a diferencia de lo que sucede con el allanamiento, es razonable
que haya réplica y dúplica, como lo señala el artículo 313°CPC. Sin embargo, no se justifica en principio
la omisión del trámite de conciliación, pues si las partes están de acuerdo en los hechos pero en
desacuerdo con las consecuencias jurídicas que de estos se derivan, lo más razonable sería que el
tribunal los citara para que se pusieran de acuerdo, con lo cual el tribunal además se evita más trabajo,
pues el acta de conciliación produce efecto de cosa juzgada, por lo cual no sería necesario que el
tribunal dictara sentencia. No obstante, la solución que sigue el artículo 313°CPC, según se señaló, es
distinta.

La confesión puede ser, al igual que el allanamiento, total o parcial. Si la confesión es parcial, el juicio
sigue su curso natural. Lo mismo sucede si siendo varios los demandados, algunos de ellos confesaran y
otros no.
Ahora bien, para entender perfectamente el alcance del artículo 313°CPC, resulta necesario tomar en
cuenta lo dispuesto en el artículo 318°CPC: “Concluidos los trámites que deben preceder a la prueba, ya
se proceda con la contestación expresa del demandado o en su rebeldía, el tribunal examinará por sí
mismo los autos, y si estima que hay o puede haber controversia sobre algún hecho sustancial y
pertinente en el juicio, recibirá la causa a prueba y fijará en la misma resolución los hechos
substanciales controvertidos sobre los cuales deberá recaer//Sólo podrán fijarse como puntos de prueba
los hechos substanciales controvertidos en los escritos anteriores a la resolución que ordena recibirla”.

De esta manera, en los casos de confesión parcial (en los cuales continúa el juicio según su curso natural
y se recibe por tanto la causa a prueba), si se hubiere omitido en la contestación la referencia a
determinados hechos sustanciales y pertinentes alegados por el demandante en su demanda, cabe
preguntarse cómo debe proceder el tribunal: ¿debe o no incluir en la resolución que recibe la causa a
prueba aquellos sustanciales y pertinentes sobre los cuales no se pronunció el demandado en su
contestación? A este respecto existen básicamente dos posturas:

- Algunos señalan que al haber silencio respecto de estos hechos sustanciales y pertinentes, se deben
entender negados, según señala la regla general en materia de derecho procesal. Además, de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 318°CPC, el tribunal, al dictar la resolución que recibe la
causa a prueba, incluye en ella no sólo los hechos sustanciales y pertinentes sobre los cuales existe
actualmente controversia, sino también aquellos sobre los cuales puede haber controversia, por lo
cual estos hechos, sobre los cuales no se pronunció el demandado, deben ser también objeto de
prueba. Esto implicaría que de la resolución que recibe la causa a prueba se excluirían
exclusivamente aquellos hechos respecto de los cuales existe aceptación expresa.

- Otro sector de la doctrina señala que estos hechos sustanciales y pertinentes sobre los cuales el
demandado no se pronuncia, también deben ser excluidos de la resolución que recibe la causa a
prueba. Señalan, en efecto, que el artículo 313°CPC regula los casos en que el demandado se allana a
la demanda o no contradice en materia substancial y pertinente los hechos sobre que versa el juicio.
En ambos casos se procede, tras la réplica y dúplica, a la citación a oír sentencia. Es decir, cuando el
demandado no se pronuncia respecto de estos hechos, se entienden no controvertidos, por lo cual no
existiría razón para incluirlos en la resolución que recibe la causa a prueba. En otras palabras, los
únicos hechos que se incluirían en esta resolución serían aquellos negados expresamente por el
demandado en su contestación, pues si los aceptó expresamente o no se pronunció respecto de ellos,
se entienden no controvertidos.

Señala, además, este sector de la doctrina, que cuando el artículo 318°CPC se refiere a la posibilidad
de que ‘pueda haber controversia’ respecto de determinados hechos, lo hace teniendo en vista el
casos de los rebeldes, vale decir, de aquellos demandados que no han comparecido en juicio, y no el
caso de aquellos que habiendo comparecido, no se refirieron en su contestación a determinados
hechos sustanciales y controvertidos.

En la práctica, para evitar este problema, en la contestación de la demanda se debe poner especial
atención en la negación de todos los hechos sustanciales y pertinentes para el juicio.
Cabe tener en cuenta, finalmente, que por los importantes efectos procesales y sustantivos que tiene, el
representante procesal requiere poder especial para aceptar la demanda (en las dos formas antes
señaladas), según lo exige expresamente el inciso segundo del artículo 7°CPC: “Sin embargo, no se
entenderán concedidas al procurador, sin expresa mención, las facultades de desistirse en primera
instancia de la acción deducida, aceptar la demanda contraria, absolver posiciones, renunciar los recursos o
los términos legales, transigir, comprometer, otorgar a los árbitros facultades de arbitradores, aprobar
convenios y percibir”.

c) Defenderse: La defensa del demandado comprende dos formas básicas, a saber, la interposición de
excepciones dilatorias y la contestación de la demanda:

c.1 Excepciones dilatorias: Las excepciones dilatorias corresponden a aquellas que tienen por objeto la
corrección del procedimiento sin afectar el fondo de la acción deducida. Es decir, corresponden a una
defensa contra la forma en que se ha procedido por parte del demandante, con el objeto de que se
corrijan los vicios y el proceso sea bien encausado. De cierta manera, por tanto, el demandado colabora
con la labor del tribunal mediante su interposición.

Estas excepciones se denominan dilatorias no por su objeto, sino por sus efectos, pues la corrección de
los vicios produce una natural dilación del proceso, lo cual, lamentablemente, se presta muchas veces
para que litigantes de mala fe dispongan de mayor tiempo para contestar la demanda.

Ahora bien, como el objeto de estas excepciones es la corrección del proceso, deben interponerse antes
de la contestación de la demanda, pues lo que se quiere es precisamente que el juicio comience de la
manera adecuada. Ello explica, además, que deban todas interponerse en un mismo escrito. No
obstante, el CPC faculta al demandado para interponerlas después de la contestación de la demanda,
pero en este caso se interponen no como excepciones dilatorias, sino más bien como alegaciones o
defensas que se tramitan como incidentes y son resueltas en la sentencia definitiva. Cuando se oponen
como alegaciones o defensas deben cumplir con los requisitos exigidos por los artículos 85°CPC y
86°CPC, que disponen lo siguiente:

- Artículo 85°CPC: “Todo incidente originado de un hecho que acontezca durante el juicio, deberá
promoverse tan pronto como el hecho llegue a conocimiento de la parte respectiva//Si en el proceso
consta que el hecho ha llegado al conocimiento de la parte, y si ésta ha practicado una gestión
posterior a dicho conocimiento, el incidente promovido después será rechazado de plano, salvo que
se trate de alguno de los vicios o circunstancias a que se refiere el inciso 3° del artículo anterior”.

- Artículo 86°CPC: “Todos los incidentes cuyas causas existan simultáneamente deberán promoverse a
la vez. En caso contrario, se observará, respecto de los que se promueven después, lo dispuesto en el
inciso 3° del artículo 84”.

Como se señaló, todas las excepciones dilatorias deben interponerse conjuntamente en un mismo
escrito. Ahora bien, en los casos de excepciones dilatorias incompatibles, se interponen conjuntamente
también, pero una en subsidio de la otra. Así lo dispone el artículo 305°CPC: “Las excepciones dilatorias
deben oponerse todas en un mismo escrito y dentro del término de emplazamiento fijado por los
artículo 258 a 260//Si así no se hace, se podrán oponer en el progreso del juicio sólo por vía de
alegación o defensa, y se estará a lo dispuesto en los artículo 85 y 86//Las excepciones 1° y 3° del
artículo 303 podrán oponerse en segunda instancia en forma de incidente”.

Las excepciones dilatorias se encuentran reguladas en el artículo 303°CPC, que dispone lo siguiente:
“Sólo son admisibles como excepciones dilatorias:

1° La incompetencia del tribunal ante quien se haya presentado la demanda.

2° La falta de capacidad del demandante, o de personería o representación legal del que comparece
en su nombre.

3° La litis pendencia.

4° La ineptitud del libelo por razón de falta de algún requisito legal en el modo de proponer la
demanda.

5° El beneficio de excusión.

6° En general las que se refieran a la corrección del procedimiento sin afectar al fondo de la acción
deducida”.

De la lectura del artículo 303°CPC se desprendería en principio que se trata de una enumeración taxativa
(“Sólo son admisibles como excepciones dilatorias…”), por lo cual se aceptarían como excepciones
dilatorias exclusivamente las ahí señaladas. Sin embargo, el número 6° del artículo 303°CPC permite la
interposición de cualquier excepción dilatoria que tenga por objeto corregir cualquier clase de vicio del
procedimiento, con lo cual se amplia el espectro de posibles excepciones dilatorias. Particularmente, las
excepciones dilatorias corresponden a las siguientes:

1° Excepción de incompetencia del tribunal ante quien se haya presentado la demanda: Como es
sabido, puede tratarse de la incompetencia absoluta o relativa del tribunal. Existen, además, otras
vías para reclamar de la incompetencia de un tribunal, como el incidente de nulidad procesal, las
cuestiones de competencia y, en último término, el recurso de casación en la forma.

Si se acoge la excepción dilatoria de incompetencia, no es necesario que el tribunal se pronuncie


respecto de las otras posibles excepciones dilatorias que se hubieren interpuesto, no estando además
obligado a remitir el expediente al tribunal competente.

2° Excepción por falta de capacidad del demandante, o de personería o representación legal del que
comparece en su nombre: Este numeral comprende dos posibles situaciones:
2.1 Que quien comparezca directamente como demandante sea incapaz (como es sabido, se es
capaz con 18 años de edad y con la libre administración de los bienes)

2.2 Que el representante judicial del demandante no sea tal o que sus habilidades no lo capaciten
para ello (para comparecer en juicio en nombre del representado)

Es natural que al demandado le importen los problemas de capacidad o representación del


demandante o de la persona que comparece en juicio en su nombre, pues es parte del debido proceso
que tenga derecho a litigar con la persona que corresponde.

En el caso de incapacidad del demandado, se duda si la excepción se debe incluir o comprender bajo
este numeral o bajo la causal genérica del numeral 6° (es decir, que el demandado interponga esta
excepción en su favor por ser él incapaz amparándose al numeral 2° o bajo la regla general
comprendida en el numeral 6° del artículo 303°CPC). En la práctica, se evitan estos problemas
compareciendo en juicio el representante del demandado capacitado para ello, arreglando por tanto
con su sola representación el vicio respectivo.

3° Excepción de litis pendencia: La litis pendencia corresponde a la existencia ante otro tribunal
competente del mismo asunto que se intenta promover ante un nuevo tribunal. Para que pueda
hablarse de litis pendencia tiene que existir entre ambos juicios triple identidad, pues si la
vinculación no fuese tan estrecha, podría proceder por ejemplo la acumulación de autos.

Lo que sucede normalmente en los casos de litis pendencia es que existen dos tribunales competentes
para conocer del asunto. Por ellos, al entrar en conocimiento de éste uno de ellos, tiene lugar la
denominada regla de la prevención, regulada en el artículo 112°COT: “Siempre que según la ley
fueren competentes para conocer de un mismo asunto dos o más tribunales, ninguno de ellos podrá
excusarse del conocimiento bajo el pretexto de haber otros tribunales que puedan conocer del mismo
asunto; pero el que haya prevenido en el conocimiento excluye a los demás, los cuales cesan desde
entonces de ser competentes”. Por esta razón, en los casos en que se interpone la excepción de
litispendencia, generalmente se interpone en subsidio de la excepción de incompetencia, pues en
caso de ser rechazada ésta, tendría aplicación aquélla.

Ahora bien, en los casos en que se acoge la excepción de litispendencia, existe discusión en doctrina y
discrepancia en la jurisprudencia sobre los efectos que ello produce:

- Casarino señala que, acogida la excepción en el segundo juicio, se debe suspender éste hasta que
se dicte sentencia firme en el primero. Una vez dictada tal sentencia, se debería reanudar el
segundo proceso para que se interponga en éste la excepción de cosa juzgada, la cual sería
naturalmente aceptada (pues la falla el mismo tribunal que ya reconoció la existencia de triple
identidad al aceptar la excepción de litispendencia).

- Anabalón señala que el segundo juicio, en el cual es acogida la excepción de litispendencia, se


acaba, lo cual tiene mayor relación y sentido con el efecto natural que produce por su parte una
excepción de incompetencia aceptada: la extinción del juicio.
4° Excepción por ineptitud del libelo por razón de falta de algún requisito legal en el modo de
proponer la demanda: Para que sea procedente esta excepción, basta con que se haya omitido o
incumplido perfectamente cualquiera de los requisitos exigidos por el artículo 254°CPC. Esta
excepción es generalmente rechazada, pues utilizada por parte de litigantes de mala fe para
extender el tiempo del que disponen para preparar la contestación de la demanda. En el caso que se
acoja, el demandante es obligado a corregir los vicios del escrito.

5° Excepción de beneficio de excusión: El beneficio de excusión es el derecho de que goza el fiador


para exigir que antes de proceder contra él, se persiga la deuda en los bienes del deudor principal,
según lo dispone el artículo 2357°CC: “El fiador reconvenido goza del beneficio de excusión, en
virtud del cual podrá exigir que antes de proceder contra él se persiga la deuda en los bienes del
deudor principal, y en las hipotecas o prendas prestadas por éste para la seguridad de la misma
deuda”. En estos casos, el juicio iniciado contra el fiador se suspende para que se proceda contra el
deudor principal.

Cabe tener en cuenta que esta excepción no es de carácter estrictamente procesal, sino más bien de
carácter sustantivo, pues hace referencia a un problema de fondo sobre la exigibilidad del
cumplimiento de la obligación.

6° En general las excepciones que se refieran a la corrección del procedimiento sin afectar al fondo
de la acción deducida: Esta corresponde a una causal genérica que admite diversas posibilidades.

Existen además de las excepciones dilatorias reguladas por el artículo 303°CPC, otras que tienen más
bien el carácter de excepciones mixtas, pues siendo excepciones perentorias (vale decir, que tienen por
objeto no la corrección de un vicio del proceso, sino la destrucción de la acción o pretensión del
demandante) pueden ser interpuestas como excepciones dilatorias. Se refiere a ellas el artículo
304°CPC, que dispone lo siguiente: “Podrán también oponerse y tramitarse del mismo modo que las
dilatorias la excepción de cosa juzgada y la de transacción; pero, si son de lato conocimiento, se
mandará contestar la demanda, y se reservarán para fallarlas en la sentencia definitiva”. Como lo
señala el artículo 304°CPC, son excepciones mixtas las excepciones de cosa juzgada y transacción, que a
pesar de referirse al fondo del asunto, pueden oponerse y tramitarse del mismo modo que las
excepciones dilatorias, por aplicación del principio de economía procesal. El tribunal tiene, eso sí, la
facultad para fallarlas como perentorias y no como dilatorias, es decir, en la sentencia definitiva, si se
trata de excepciones que son de lato conocimiento.

Las excepciones dilatorias tienen tramitación incidental, lo cual significa que se resuelven con audiencia.
Así lo dispone el inciso primero del artículo 307°CPC: “Las excepciones dilatorias se tramitarán como
incidentes”. De esta manera, el procedimiento es el siguiente:

- Se interpone la excepción antes de la contestación de la demanda.

- Se da traslado de ella al demandante.


- Puede eventualmente recibirse a prueba si el tribunal estima que hay hechos sustanciales,
pertinentes y controvertidos.

- Del mismo modo que se interponen a la vez, el tribunal falla todas las excepciones dilatorias a la
vez. Así lo dispone el artículo 306°CPC: “Todas las excepciones propuestas conjuntamente se fallarán
a la vez, pero si entre ellas figura la de incompetencia y el tribunal la acepta, se abstendrá de
pronunciarse de las demás. Lo cual se entiende sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo 208”. La
naturaleza jurídica de la resolución que las falla es la de sentencia interlocutoria de primer grado o
auto, dependiendo de la postura que se asuma al respecto.

En el caso que se acoja una de ellas o todas, el tribunal ordena que se subsanen los defectos respectivos,
si son subsanables, correspondiendo dicha labor al demandante. La ley no fija un plazo para que el
demandante corrija los defectos, pues tal corrección mira su solo interés particular. El demandado, por
su parte, puede tener interés en que el demandante tome su tiempo en corregir los vicios, pues si llegare
a demorarse más de seis meses en hacerlo, puede recurrir al abandono del procedimiento (que, como es
sabido, tiene lugar cuando ninguna de las partes ha realizado una gestión útil durante seis meses). De
esta manera, en la práctica, el plazo máximo de que dispone el demandante para corregir los defectos es
de seis meses.

Una vez subsanados los defectos, el plazo para contestar la demanda es de 10 días, contados desde que
se notifica la resolución por la cual el tribunal entiende subsanados los juicios (esta notificación
generalmente se realiza por estado diario). En caso de que se rechacen unas o todas las excepciones
dilatorias (como normalmente sucede), el demandado dispone de un plazo de 10 días para contestar la
demanda, contados por su parte desde que se notifica la resolución que rechaza las excepciones. Así lo
dispone el artículo 308°CPC: “Desechadas las excepciones dilatorias o subsanados por el demandante los
defectos de que adolezca la demanda, tendrá diez días el demandado para contestarla, cualquiera que
sea el lugar en donde le haya sido notificada”.

La resolución que acoge o rechaza las excepciones dilatorias tiene la naturaleza jurídica de sentencia
interlocutoria de primero grado o de auto, según sea la postura que se asuma al respecto. Sin embargo,
la ley contempla la posibilidad de que se apele en el solo efecto devolutivo contra la resolución que
rechaza las excepciones dilatorias. Esto (que la apelación se conceda en el solo efecto devolutivo)
significa que sigue corriendo el plazo para contestar la demanda, aún estando pendientes los recursos
deducidos en contra. Así lo dispone el inciso segundo del artículo 307°CPC: “La resolución que las
deseche será apelable sólo en el efecto devolutivo”.

Respecto de la posibilidad de apelación de la resolución que acoge las excepciones dilatorias, la ley no
señala nada. Podría razonablemente entenderse que a contrario sensu se concede la apelación de esta
resolución en ambos efectos. Otra posible solución es la regulada por el artículo 194°CPC, que concede
apelación en el solo efecto devolutivo en contra de todas las sentencias interlocutorias. Dispone el
artículo 194°CPC lo siguiente: “Sin perjuicio de las excepciones expresamente establecidas en la ley, se
concederá apelación sólo en el efecto devolutivo:
1° De las resoluciones dictadas contra el demandado en los juicios ejecutivos y sumarios.

2° De los autos, decretos y sentencias interlocutorias.

3° De las resoluciones pronunciadas en el incidente sobre ejecución de una sentencia firme,


definitiva o interlocutoria.

4° De las resoluciones que ordenen alzar medidas precautorias.

5° De todas las demás resoluciones que por disposición de la ley sólo admitan apelación en el efecto
devolutivo”.

c.2 Contestación de la demanda: La contestación de la demanda puede contener o incluir dos elementos
distintos:

- La interposición de excepciones perentorias, que corresponden a aquellas mediante las cuales se


reconoce el derecho del demandante, pero alegan algún hecho que lo priva de eficacia (como por
ejemplo el pago, la nulidad, la cosa juzgada, la transacción, etc). En general, son excepciones
perentorias todos los modos de extinguir las obligaciones (aunque no se limitan a éstos, pues incluyen
cualquier hecho que priva de eficacia al derecho del demandante).

- Las alegaciones y defensas, mediante las cuales se rechazan los hechos o las consecuencias jurídicas
de éstos, en base a los cuales se basa la demanda.

La distinción entre excepciones perentorias, por una parte, y alegaciones y defensas, por otra, es muy
importante en lo que se refiere a la carga de la prueba, pues al afirmar positivamente un hecho
mediante las excepciones perentorias, la carga de la prueba corresponde en estos casos al demandado,
mientras que en las alegaciones y defensas, la carga de la prueba corresponde al demandante.

El plazo para contestar la demanda puede presentar dos ‘modalidades’:

- En caso que no se interpongan excepciones dilatorias, se debe contestar la demanda dentro del
término de emplazamiento.

- En caso que sí se interpongan excepciones dilatorias, se debe contestar la demanda dentro de los 10
días siguientes a la notificación de la resolución que rechaza las excepciones o da los vicios por
subsanados, si éstas fueren acogidas.

Los requisitos de la contestación de la demanda se encuentran señalados en el artículo 309°CPC, que


dispone lo siguiente: “La contestación a la demanda debe contener:

1° La designación del tribunal ante quien se presente.

2° El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandado.


3° Las excepciones que se oponen a la demanda y la exposición clara de los hechos y fundamentos de
derecho en que se apoyan.

4° La enunciación precisa y clara, consignada en la conclusión, de las peticiones que se sometan al


fallo del tribunal”.

Estos requisitos corresponden básicamente a los mismos exigidos por el artículo 254°CPC en relación a la
demanda, con la salvedad de que no se exige en estos casos, por razones obvias, la individualización del
demandante (que ya se individualizó él mismo en la demanda). Cabe tener en cuenta que el numeral 3°
del artículo 309°CPC señala que la contestación a la demanda debe contener las excepciones que se
oponen a la demanda. A este respecto, se deben entender por tales, como se señaló, las excepciones
perentorias. En efecto, la contestación a la demanda es el lugar adecuados para interponer las
excepciones perentorias, salvo el caso que éstas constituyan excepciones mixtas o anómalas:

- Las excepciones mixtas corresponden a aquellas que no obstante ser perentorias por naturaleza,
pueden, en razón del principio de economía procesal, ser interpuestas y tramitadas como dilatorias.
Según se vio en el artículo 304°CPC, corresponden a la excepción de transacción y a la excepción de
cosa juzgada.

- Las excepciones anómalas son aquellas que pueden ser interpuestas en cualquier estado de la causa
y que de conformidad al artículo 310°CPC corresponden a las siguientes:

- La excepción de prescripción.

- La excepción de cosa juzgada.

- La excepción de transacción.

- La excepción de pago efectivo de la deuda, cuando ésta se funde en un antecedente escrito.

Estas excepciones, como lo dispone el artículo 310°CPC, deben interponerse antes de la citación a oír
sentencia en primera instancia, y antes de la vista de la causa en segunda instancia. Para determinar
su tramitación, debe distinguirse el momento en el cual son interpuestas:

- Si son interpuestas en primera instancia antes de recibirse la causa a prueba, se tramitan como
incidente, pero su prueba, en caso de ser necesaria, se rinde conjuntamente con la prueba de la
causa principal (esta es la solución más fácil para que no se entorpezca el curso natural del juicio).

- Si son interpuestas después de que se recibe la causa a prueba, se tramitan como incidente y su
prueba, de ser necesaria, se rinde en el mismo incidente, en un plazo especial que fija libremente
el tribunal de hasta 15 días, según lo dispone el inciso segundo del artículo 327°CPC: “En los casos
contemplados en los artículos 310, 321 y 322 el tribunal, de estimar necesaria la prueba,
concederá un término especial de prueba que se regirá por las normas del artículo 906, limitándose
a quince días el plazo total que establece en su inciso tercero y sin perjuicio de lo establecido en
el artículo 4317”. La misma regla se aplica si estas excepciones anómalas son interpuestas en
segunda instancia.

En caso que sean interpuestas en primera instancia, la sentencia que las falla (en realidad, la
sentencia que falla la causa y con la que termina la primera instancia) es apelable. Si son interpuestas
en segunda instancia, son falladas, naturalmente, en única instancia.

Cabe tener en cuenta, finalmente, que a pesar de interponerse de forma separada (de admitirse esta
posibilidad, a diferencia de lo que sucede con las excepciones dilatorias) y tramitarse como
incidentes, las excepciones anómalas no responden verdaderamente a cuestiones accesorias a un
juicio, como se supone de la esencia de todo incidente, por lo cual su fallo tiene lugar propiamente
en la sentencia definitiva que falla la causa.

Después de la defensa del demandado, que como se sabe corresponde a una de las cuatro posibles actitudes
que éste puede asumir una vez notificada la demanda, tienen lugar los trámites de la réplica y la dúplica.
Mediante estos escritos continúa el período de discusión del juicio. Son constante objeto de críticas, pues se
señala que hacen del sistema jurisdiccional menos eficiente. Sin embargo, son necesarios para precisar cuál
es la controversia específica que existe entre las partes. Se encuentran regulados en los artículos 311°CPC y
312°CPC:

- Artículo 311°CPC: “De la contestación se comunicará traslado al actor por el término de seis días, y de
la réplica al demandado por igual término”.

- Artículo 312°CPC: “En los escritos de réplica y dúplica podrán las partes ampliar, adicionar o modificar
las acciones y excepciones que hayan formulado en la demanda y contestación, pero sin que puedan
alterar las que sean objeto principal del pleito”.

6
Dispone el artículo 90°CPC lo siguiente: “Si es necesaria la prueba, se abrirá un término de ocho días
para que dentro de él se rinda y se justifiquen también las tachas de los testigos, si hay lugar a
ellas//Dentro de los dos primeros días deberá acompañar cada parte una nómina de los testigos de que
piensa valerse, con expresión del nombre y apellido, domicilio y profesión u oficio. Sólo se examinarán
testigos que figuren en dicha nómina//Cuando hayan de practicarse diligencias probatorias fuera del
lugar en que se sigue el juicio, podrá el tribunal por motivos fundados, ampliar una sola vez el término
por el número de días que estime necesario, no excediendo en ningún caso del plazo total de treinta
días, contados desde que se recibió el incidente a prueba//Las resoluciones que se pronuncien en los
casos de este artículo son inapelables”.
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Dispone el artículo 431°CPC lo siguiente: “No será motivo para suspender el curso del juicio ni será
obstáculo para la dictación del fallo el hecho de no haberse devuelto la prueba rendida fuera del
tribunal, o el de no haberse practicado alguna otra diligencia de prueba pendiente, a menos que el
tribunal, por resolución fundada, la estime estrictamente necesaria para la acertada resolución de la
causa. En este caso, la reiterará como medida para mejor resolver y se estará a lo establecido en el
artículo 159//En todo caso, si dicha prueba se recibiera por el tribunal una vez dictada la sentencia,
ella se agregará al expediente para que sea considerada en segunda instancia, si hubiere lugar a ésta”.
Como se desprende de la lectura de estos dos artículos, no existen requisitos especiales aplicables a la
réplica y a la dúplica. Lo único que se establece, como diferencia específica, es que el plazo para replicar y
duplicar es de seis días cada uno. Como lo señala el artículo 312°CPC, en los escritos de réplica y dúplica las
partes pueden ampliar, adicionar o modificar las acciones y excepciones que hayan formulado en la
demanda y contestación, pero ello de manera limitada, pues no se puede hacer respecto de aquellas
acciones o excepciones que sean objeto principal del pleito. Las acciones y excepciones que se pueden
modificar por tanto, según se señala en doctrina, corresponden a las acciones y excepciones subsidiarias o
consecuenciales: por ejemplo, en un juicio de responsabilidad contractual, el objeto principal (la acción
principal) es el cumplimiento del contrato; se pueden modificar por tanto la acción subsidiaria (que
corresponde generalmente a la acción de resolución) y la acción consecuencial (que es generalmente el
cobro de intereses).

d) Demandar reconvencionalmente: La demanda reconvencional corresponde a la acción interpuesta por el


demandado en contra del demandante en el juicio iniciado por éste. El fundamento de esta institución es el
principio de economía procesal, pues lo que se busca es que todos los conflictos entre las partes se discutan
en un mismo juicio. Desde esta perspectiva, la demanda reconvencional se asemeja al caso de acumulación
de autos, con la diferencia de que en la reconvención no se exige que haya relación entre las causas. En
efecto, lo único común a ambas demandas son las partes o sujetos (aunque naturalmente puede existir una
mayor relación).

En relación a la reconvención, es importante tener en cuenta que se debe demandar exclusivamente al


demandante, con el objetivo de que no se incluya a nuevas personas en el juicio. En el caso que haya
litisconsorcio necesario activo (es decir, en aquellos casos en que para que la demanda sea acogida debe ser
interpuesta por todas las personas a quienes la ley les reconoce el derecho para solicitar la protección del
derecho en cuestión) y la demanda no fuere interpuesta por todos, el demandado deberá demandar en otro
juicio a las demás personas y proceder después a la acumulación de autos.

Los requisitos de la demanda reconvencional corresponden a los siguientes:

- El primer requisito es la competencia del juez: es competente el juez que tiene competencia para
conocer de la reconvención como demanda separada. Así lo dispone el artículo 315°CPC: “No podrá
deducirse reconvención sino cuando el tribunal tenga competencia para conocer de ella, estimada como
demanda, o cuando sea admisible la prórroga de jurisdicción. Podrá también deducirse aun cuando por
su cuantía la reconvención deba ventilarse ante un juez inferior//Para estimar la competencia, se
considerará el monto de los valores reclamados por vía de reconvención separadamente de los que son
materia de la demanda”.

- En relación al procedimiento, éste tiene que ser el mismo de la acción principal, vale decir, el
procedimiento ordinario.
La tramitación de la demanda reconvencional corresponde a la siguiente:

1° La demanda reconvencional se debe presentar en el mismo escrito de contestación, según lo dispone


el artículo 314°CPC: “Si el demandado reconviene al actor, deberá hacerlo en el escrito de contestación,
sujetándose a las disposiciones de los artículos 254 y 2618; y se considerará, para este efecto, como
demandad la parte contra quien se deduzca la reconvención”.

2° La resolución que da traslado de ella al demandante principal (demandado en este caso) se notifica
por estado diario.

3° El plazo para contestar la demanda reconvencional es de seis días, según se ha entendido de manera
unánime en jurisprudencia y doctrina. El CPC no establece expresamente un plazo dentro del cual se
deba contestar la demanda reconvencional, pero se ha entendido que es de seis días en parte por lo
dispuesto en el artículo 316°CPC, que señala en su inciso primero que la demanda reconvencional se
substancia y falla conjuntamente con la demanda principal. Dispone el artículo 316°CPC lo siguiente: “La
reconvención se substanciará y fallará conjuntamente con la demanda principal, sin perjuicio de lo
establecido en el artículo 172//De la réplica de la reconvención se dará traslado al demandante por seis
días//No se concederá, sin embargo, en la reconvención aumento extraordinario de término para rendir
prueba fuera de la Republica cuando no deba concederse en la cuestión principal”. De esta manera, si se
substancian y fallan conjuntamente, el plazo para contestar la demanda reconvencional debe ser de seis
días, pues el plazo para replicar contra la contestación de la demanda, en la cual se incluye la demanda
reconvencional (como lo exige el artículo 314°CPC), es efectivamente de seis días.

Otra alternativa sería sostener que se debe contestar la demanda reconvencional en el plazo de 15 días,
de conformidad a lo dispuesto en el artículo 258°CPC (el plazo es de 15 días porque se notifica por
estado diario al demandado, que es el demandante en la acción principal, en la misma comuna donde el
tribunal funciona, pues él mismo interpuso la acción original en esa comuna, ante ese tribunal). Esta
posibilidad parecería ser un poco más justa, pues se le da el mismo plazo para defenderse al demandado
reconvencional que se le dio al demandado en la acción original (en este último caso pudo haber sido
más de 15 días si se le notificó la demanda en un lugar distinto de la comuna donde funcional el
tribunal).

4° El demandante principal, en su calidad de demandado reconvencional, puede interponer excepciones


dilatorias a esta demanda, según lo dispone el artículo 317°CPC: “Contra la reconvención hay lugar a las
excepciones dilatorias enumeradas en el artículo 303, las cuales se propondrán dentro del término de
seis días y en la forma expresa en el artículo 305//Acogida una excepción dilatoria, el demandante
reconvencional deberá subsanar los defectos de que adolezca la reconvención dentro de los diez días
siguientes a la fecha de la notificación de la resolución que haya acogido la excepción. Si así no lo
hiciere, se tendrá por no presentada la reconvención, para todos los efectos legales, por el solo
ministerio de la ley”.

8
El artículo 254°CPC se refiere a los requisitos que debe reunir la demanda, y el artículo 261°CPC se
refiere a la posibilidad del demandante de modificar la demanda una vez que ésta ha sido notificada al
demandado.
Como lo señala el artículo 317°CPC, el demandante principal puede interponer excepciones dilatorias en
calidad de demandado reconvencional dentro del plazo de seis días de notificada la resolución que da
traslado de la demanda reconvencional (esto lleva a pensar nuevamente que el plazo de que dispone el
demandado reconvencional para contestar esta demanda es de seis días y no de quince, según se señaló).
Se tramitan incidentalmente, es decir, con audiencia. Mientras se resuelven estas excepciones dilatorias,
el tribunal puede o no suspender la causa si así lo estimare conveniente (pareciera ser más razonable que
suspendiera la causa mientras se resuelven estas excepciones dilatorias, pues si no procede así el
tribunal, se desfasan los dos procesos y terminaría primero, en principio, la demanda principal y después
la reconvencional).

Si se rechazan estas excepciones dilatorias, el CPC no establece cuál es el plazo de que dispone el
demandado reconvencional para contestar la demanda. La regla general que se establece en el artículo
308°CPC en relación a las excepciones dilatorias que se oponen contra la demanda principal, es que el
demandado disponga de 10 días para contestar la demanda, plazo contado desde la notificación de la
resolución que rechaza las excepciones. Algunos señalan, por tanto, que el plazo que debe aplicarse al
demandado reconvencional cuyas excepciones dilatorias son rechazadas para contestar la demanda,
debería ser también de 10 días. Sin embargo, no parece razonable que se le conceda un plazo mayor que
aquél que se le concede para contestar la demanda en un principio, antes de interponer las excepciones
dilatorias, que, según se vio, es de 6 días. Por ello, otros señalan que el plazo para contestar la demanda
en estos casos, una vez rechazadas las excepciones dilatorias, es de 6 días.

En el caso que se acojan las excepciones dilatorias que interpone el demandado reconvencional, el
artículo 317°CPC expresamente establece un plazo dentro del cual debe el demandante reconvencional
subsanar los defectos, que es de diez días contados desde la notificación de la resolución que haya
aceptado las excepciones (respecto de las excepciones dilatorias que se interponen en contra de la
demanda principal, el CPC no establece plazo alguno dentro del cual el demandante deba subsanar los
vicios, pues ello mira su solo interés particular; se vio, sin embargo, que ese plazo, en la práctica, es de
seis meses, en razón de la institución del abandono del procedimiento). Si no se subsanan los defectos
dentro de ese plazo, se tiene para todos los efectos legales y por el solo ministerio de la ley por no
presentada la reconvención.

5° Como lo dispone el inciso primero del artículo 316°CPC, la demanda reconvencional se substancia y
falla conjuntamente con la demanda principal. Esta regla, no obstante, tiene dos excepciones:

- En primer lugar, lo dispuesto en el artículo 172°CPC, según lo dispone el mismo inciso primero del
artículo 316°CPC. Dispone el artículo 172°CPC lo siguiente: “Cuando en un mismo juicio se ventilen
dos o más cuestiones que puedan ser resueltas separada o parcialmente, sin que ello ofrezca
dificultad para la marcha del proceso, y alguna o algunas de dichas cuestiones o parte de ellas,
lleguen al estado de sentencia antes de que termine el procedimiento en las restantes, podrá el
tribunal fallar desde luego las primeras//En este caso se formará cuaderno separado con compulsas
de todas las piezas necesarias para dictar el fallo y ejecutarlo, a costa del que solicite la
separación”. De esta manera, de conformidad al artículo 172°CPC, si la demanda principal o la
demanda reconvencional está en estado de fallarse una antes que la otra, puede el tribunal proceder
de esa manera, siendo ello, por tanto, una excepción a la regla del inciso primero del artículo
316°CPC (de que deben substanciarse y fallarse conjuntamente).

La verdad es que el artículo 172°CPC no constituye una verdadera excepción a la regla del inciso
primero del artículo 316°CPC, pues hoy en día, tras un reforma realizada el año 1988, la ley exige que
al momento en que el tribunal cita a oír sentencia, todas las cuestiones sobre las que se va a
pronunciar deben estar en condición de ser falladas. Es decir, hoy en día, todas las cuestiones que
conoce el tribunal (en este caso, la demanda principal y la demanda reconvencional) son falladas
conjuntamente y no unas antes que otras.

- La segunda excepción a la regla del inciso primero del artículo 316°CPC (de que ambas demandas se
substancias y fallan conjuntamente) es que en la demanda reconvencional no se concede aumento
extraordinario del término probatorio para rendir prueba fuera del territorio de la República, si no se
ha concedido en la demanda principal, según lo dispone el inciso final del artículo 316°CPC: “No se
concederá, sin embargo, en la reconvención aumento extraordinario de término para rendir prueba
fuera de la Republica cuando no deba concederse en la cuestión principal”. En efecto, es a lo menos
sospechoso que se pida aumento del término probatorio para la demanda reconvencional si no se ha
pedido para la demanda principal (teniendo en cuenta que en los hechos la mayorías de estos casos se
encuentran estrechamente vinculados, por lo que los medios de prueba de una demanda son
generalmente los mismos que los de la otra).

Conciliación
La conciliación es una fase obligatoria en todo juicio ordinario, de manera tal que si no tiene lugar y se dicta
sentencia, tiene procedencia el recurso de casación en la forma. Así lo dispone el numeral 2° del artículo
795°CPC: “En general, son trámites o diligencias esenciales en primera o en la única instancia, en los juicios de
mayor o de menor cuantía y en los juicios especiales: 2° El llamado a las partes a conciliación, en los casos en
que corresponda conforme a la ley”.

La conciliación se encuentra regulada en el artículo 262°CPC, que dispone lo siguiente: “En todo juicio civil en
que legalmente sea admisible la transacción, con excepción de los juicios o procedimientos especiales de que
tratan los Títulos I, II, III, V y XVI del Libro III, una vez agotados los trámites de discusión y siempre que no se
trate de los casos mencionados en el artículo 313, el juez llamará a las partes a conciliación y les propondrá
personalmente bases de arreglo//Para tal efecto, las citará a una audiencia para un día no anterior al quinto ni
posterior al decimoquinto contado desde la fecha de notificación de la resolución. Con todo, en los
procedimientos que contemplan una audiencia para recibir la contestación de la demanda, se efectuará también
en ella la diligencia de conciliación, evacuado que sea dicho trámite//El precedente llamado a conciliación no
obsta a que el juez pueda, en cualquier estado de la causa, efectuar la misma convocatoria, una vez evacuado el
trámite de contestación de la demanda”.

Como lo dispone el artículo 262°CPC, una vez concluido el período de discusión, el tribunal cita a las partes a
una audiencia de conciliación para celebrarse dentro de los 5 a 15 días siguientes a la notificación de la
resolución que ordena este trámite (esta resolución se notifica por cédula, pues exige la comparecencia personal
de las partes).
El trámite de conciliación es relativamente nuevo9 (fue añadido por una reforma del año 1994) y lo que se busca
con él es impedir que juicios irrelevantes lleguen efectivamente a tramitarse (con lo cual se evita conjuntamente
el estancamiento de la función jurisdiccional). Cabe tener en cuenta, según lo dispone el inciso final del artículo
262°CPC, que el juez puede siempre, en cualquier estado de la causa, citar a las partes a conciliación.

La conciliación se encuentra regulada en los artículos 263°CPC a 268°CPC, que disponen lo siguiente:

- Artículo 263°CPC: “El juez obrará como amigable componedor. Tratará de obtener un avenimiento total o
parcial en el litigio. Las opiniones que emita no lo inhabilitan para seguir conociendo la causa”. Este
artículo regula el modo en que procede el juez durante la conciliación, a saber, como amigable
componedor.

- Artículo 264°CPC: “A los comparendos de conciliación deberán concurrir las partes por sí o por apoderado.
No obstante, el juez podrá exigir la comparecencia personal de las partes, sin perjuicio de la asistencia de
sus abogados//En los procesos en que hubiere pluralidad de partes, la audiencia se llevará a efecto aunque
no asistan todas. La conciliación operará entre aquellas que la acuerden y continuará el juicio con las que
no hubieren concurrido o no hubieren aceptado la conciliación”.

- Artículo 265°CPC: “Si los interesados lo piden, la audiencia se suspenderá hasta por media hora para
deliberar. Si el tribunal lo estima necesario postergará la audiencia para dentro de tercero día, salvo que
las partes acuerden un plazo mayor, y se dejará de ello constancia. A la nueva audiencia éstas concurrirán
sin nueva notificación”.

- Artículo 266°CPC: “El juez de oficio ordenará agregar aquellos antecedentes y medios probatorios que
estime pertinentes”.

- Artículo 267°CPC: “De la conciliación total o parcial se levantará acta, que consignará sólo las
especificaciones del arreglo; la cual subscribirán el juez, las partes que lo deseen y el secretario, y se
estimará como sentencia ejecutoriada para todos los efectos legales”. Esta acta que se levanta, una vez
firmada por las personas señaladas, tiene el mismo valor que una sentencia definitiva con autoridad de cosa
juzgada.

- Artículo 268°CPC: “Si se rechaza la conciliación, o no se efectúa el comparendo, el secretario certificará


este hecho de inmediato, y entregará los autos al juez para que éste, examinándolos por sí mismo, proceda
en seguida a dar cumplimiento a lo señalado en el artículo 318”.

9
Muchas veces, procediendo de manera indebida, el juez, antes de citar a conciliación, llama a cada
parte por separado, para después proceder efectivamente al trámite. Debido a las ilicitudes y problemas
a que esta situación lleva, en muchos países se ha preferido que el trámite de conciliación esté a cargo
no del tribunal, sino de un árbitro o de alguna clase de mediado, pues ello lo hace un trámite más
efectivo e imparcial.
Período de prueba
Tanto las peticiones del demandante como las defensas del demandado se fundan en dos cosas:

- Determinados supuestos de hecho.

- Las consecuencias jurídicas de dichos hechos.

La prueba, en la generalidad de los juicios, recae principalmente sobre los supuestos de hecho y no tanto sobre
las consecuencias jurídicas de éstos (generalmente no se discuten las consecuencias jurídicas, sino los hechos de
los cuales éstas son deducidas, aunque puede claramente darse el caso inverso, es decir, que se discutan
efectivamente las consecuencias jurídicas).

La aproximación del juez, vale decir, su rol en el juicio, así como el de las partes, es radicalmente distinto si se
trata de cuestiones de hecho o de derecho:

- Las características del rol del juez y de las partes respecto de los aspectos de derecho corresponden a las
siguientes:

- El rol de las partes es un rol pasivo, pues se supone que el juez conoce el derecho.

- Por lo mismo, por suponerse conocido el derecho, el rol del juez es mucho más activo. En efecto, el
juez tiene absoluta libertad para fallar el caso conforme al derecho que él decida aplicar al caso. No
debe, por tanto, limitarse a la argumentación jurídica de las partes.

- El acuerdo de las partes acerca del derecho no determina la actuación del juez. Rige a este respecto,
por ello, el principio dispositivo.

- Las características del rol del juez y de las partes respecto de los aspectos de hecho corresponden a las
siguientes:

- El rol de las partes es activo. En efecto, su carga es exponer al tribunal los hechos en que se
fundamentan sus pretensiones; tienen el deber, la obligación de informar al tribunal sobre las cuestiones
de hecho.

- El rol del juez es absolutamente pasivo. La ley asume y ordena la ignorancia del juez respecto de los
aspectos de hecho (regla claramente contraria a la que se aplica en cuestiones de derecho). Su única
fuente de conocimiento son en efecto las partes y el proceso. Así lo dispone el artículo 160°CPC: “Las
sentencias se pronunciarán conforme al mérito del proceso, y no podrán extenderse a puntos que no
hayan sido expresamente sometidos a juicio por las partes, salvo en cuanto las leyes manden o permitan
proceder de oficio”. De esta manera, si las partes no alegan un hecho se entiende con ello que éste no
existe y el juez no puede por tanto tomarlo en consideración, aun cuando sepa personalmente de su
existencia.
- El acuerdo de las partes respecto de los hechos determina la labor del juez, pues si así sucediere, el
juez está obligado a tener tales hechos por acreditados.

Esta aproximación distinta del juez y de las partes tratándose de cuestiones de hecho y de derecho determina
muchas normas que rigen la prueba. Se refleja, en primer término, en que serán objeto de prueba aquellos
hechos invocados por una parte y contradichos por la otra, con el fin de obtener mediante ella (la prueba) la
convicción por parte del tribunal (es importante tener en cuenta que el objetivo de la prueba es la convicción del
tribunal y no la verdad material acerca de los hechos). Las normas que rigen la prueba, por tanto, regulan cómo
llega el juez legítimamente a esa convicción.

Tiempo atrás, no se regulaba en la ley cómo el tribunal llegaba a obtener esta convicción en base a los medios de
prueba presentados, por considerarse esto una cuestión de carácter estrictamente subjetivo. Esto provocaba,
naturalmente, que la convicción del tribunal se alcanzara mediante los medios más absurdos posibles. Los
excesos a que condujo esta ausencia de regulación llevaron al legislador a pronunciarse sobre esta materia, pues
se hizo patente que de no regularla no existiría en realidad un debido proceso y, en último término, un
verdadero estado de derecho. En efecto, si se concede la posibilidad de que las sentencias adquieran autoridad
de cosa juzgada, lo cual implica que se dispone del apoyo estatal para obtener su cumplimiento incluso mediante
el auxilio de la fuerza pública, lo más razonable es que se regule, dentro de los límites que la materia permita,
cómo el juez llega a la convicción respecto de un determinado asunto, pues con ello se evitan las más burdas
arbitrariedades que anteriormente tenían lugar. A este respecto, cabe tener en cuenta que lo regulado por la ley
no es tanto la convicción misma del juez como la forma en que se obtiene tal convicción.

Las normas que rigen la prueba regulan las siguientes materias por tanto:

- El grado de convicción necesaria para tener por comprobado un hecho. A este respecto, la ley penal exige
la plena convicción, más allá de toda duda razonable. La ley civil, por su parte, no establece nada sobre
este punto, por lo cual el grado de convicción necesario para tener por comprobado un hecho en estas
materias queda, en último término, entregado a la discrecionalidad del juez10.

- El objeto de la prueba, vale decir, sobre qué recae la prueba.

- La carga de la prueba (es decir, a quién le corresponde probar determinados hechos).

- La admisibilidad de la prueba.

- El procedimiento para la rendición de las pruebas que asegure el debido proceso.

- El valor probatorio que le puede asignar el juez a las distintas pruebas.

10
Sobre estas materias ha habido mucha discusión en derecho comparado (la verdad es que en Chile,
como normalmente sucede, estamos bastante atrasados). Pareciera ser que el convencimiento del
tribunal no se cifra en aspectos de porcentaje (como si un determinado medio de prueba fuese
suficiente para dar por comprobado un hecho si con él el juez alcanza, por ejemplo, un 75°% de
convicción), siendo más exigente que ello para que de verdad pueda hablarse de administración de
justicia.
Toda esta regulación está dirigida o encausada a controlar y limitar la convicción del tribunal, específicamente,
los ámbitos de subjetividad que pueden caber en la forma en cómo el tribunal alcanza tal convicción. Para que
estas normas sean efectivas y no meras declaraciones poéticas, deben concederse mecanismos que permitan
perseguir su cumplimiento efectivo por parte del juez. Los principales mecanismos que franquea la ley a este
respecto corresponden a los siguientes:

a) El hecho de que en las sentencias el tribunal esté obligado a expresar su motivación para fallar de la
manera que lo hace. Esto significa que el juez, al dictar sentencia, debe dar cuenta de cómo alcanzó su
convicción. Este mecanismo tiene básicamente tres funciones:

- Es un claro mecanismo de autocontrol por parte del tribunal.

- Es un mecanismo de control de las partes.

- Es un mecanismo de control de los tribunales superiores que conocen de los eventuales recursos que
interpongan las partes contra la sentencia.

Así lo exigen las normas que regulan la forma de las sentencias, que en este caso corresponden
específicamente a los numerales 4° y 5° del artículo 170°CPC, y los artículos 5° a 9° del autoacordado de la
Corte Suprema de 1920 sobre las formas de las sentencias, que disponen lo siguiente:

- Artículo 170°CPC: “Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda que
modifiquen o revoquen en su parte dispositiva las de otros tribunales, contendrán:

4° Las consideraciones de hecho o de derecho que sirven de fundamento a la sentencia.

5° La enunciación de las leyes, y en su defecto los principios de equidad, con arreglo a los cuales se
pronuncia el fallo”.

- Artículo 5° autoacordado Corte Suprema 1920: “Las sentencias definitivas de primera o de única
instancia y las de segunda que revoquen o modifiquen las de otros tribunales, comenzarán expresando el
lugar en que se expidan y en letras el día, mes y año, y contendrán: 5° Las consideraciones de hecho que
sirvan de fundamento al fallo. Se establecerán con precisión los hechos sobre que versa la cuestión que
debe fallarse, con distinción de los que hayan sido aceptados o reconocidos por las partes y de aquellos
respecto de los cuales haya versado la discusión”.

- Artículo 6° autoacordado Corte Suprema 1920: “Las sentencias definitivas de primera o de única
instancia y las de segunda que revoquen o modifiquen las de otros tribunales, comenzarán expresando el
lugar en que se expidan y en letras el día, mes y año, y contendrán: 6° En seguida, si no hubiere
discusión acerca de la procedencia legal de la prueba, los hechos que se encuentren justificados con
arreglo a la ley y los fundamentos que sirvan para estimarlos comprobados, haciéndose, en caso
necesario, la apreciación correspondiente de la prueba de autos conforme a las reglas legales”.
- Artículo 7° autoacordado Corte Suprema 1920: “Las sentencias definitivas de primera o de única
instancia y las de segunda que revoquen o modifiquen las de otros tribunales, comenzarán expresando el
lugar en que se expidan y en letras el día, mes y año, y contendrán: 7° Si se suscitare cuestión acerca de
la procedencia de la prueba producida, la exposición de los fundamentos que deben servir para
aceptarla o rechazarla, sin perjuicio del establecimiento de los hechos en la forma expuesta en los
párrafos precedentes con los fines consiguientes”.

- Artículo 8° autoacordado Corte Suprema 1920: “Las sentencias definitivas de primera o de única
instancia y las de segunda que revoquen o modifiquen las de otros tribunales, comenzarán expresando el
lugar en que se expidan y en letras el día, mes y año, y contendrán: 8° Establecidos los hechos, las
consideraciones de derecho aplicables al caso”.

- Artículo 9° autoacordado Corte Suprema 1920: “Las sentencias definitivas de primera o de única
instancia y las de segunda que revoquen o modifiquen las de otros tribunales, comenzarán expresando el
lugar en que se expidan y en letras el día, mes y año, y contendrán: 9° La enunciación de las leyes o en
su defecto de los principios de equidad con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo”.

b) El segundo mecanismo que franquea la ley para controlar la efectiva aplicación de las normas que regulan
cómo el juez alcanza la convicción sobre un determinado asunto, corresponde un régimen de recursos
destinado a que los tribunales superiores regulen este proceso de obtención del convencimiento. Los
recursos que tienen incidencia en esta materia corresponden a los siguientes:

b.1 El recurso de apelación, que tiene por objeto una función especial, distinta de los otros recursos,
pues no busca corregir una convicción irregularmente obtenida, sino que busca reemplazar la convicción
del tribunal inferior por la convicción del tribunal superior. En efecto, no se le pide al tribunal superior
que corrija una irregularidad en la forma de obtener la convicción (no existen de hecho irregularidades),
sino una sustitución de convicciones. Por ello, si efectivamente se modifica la convicción, no se debe
entender con ello que la convicción del tribunal inferior se obtuvo indebidamente.

b.2 El recurso de casación en la forma, que pretende anular una sentencia definitiva en la que es
alcanzada indebidamente la convicción. Existen dos razones por las cuales se entiende indebidamente
alcanzada esta convicción:

- Porque la sentencia no contiene motivación.

- Porque se cometieron en el proceso infracciones relativas a la forma u oportunidad de rendición de


las pruebas.

b.3 El recurso de casación en el fondo, que tiene por objeto directo invalidar una sentencia que ha sido
fruto de una infracción a la ley, es decir, de una errónea interpretación del derecho. Se refiere por tanto
más a las consecuencias jurídicas de los hechos que a éstos mismos. No obstante, es una de las vías que
franquea la ley para controlar la forma en que el tribunal alcanza la convicción respecto de un asunto
cuando se han infringido las normas reguladoras de la prueba. Estas normas son de carácter sustantivo y
no procesal. Procede este recurso en tres casos distintos, vale decir, existen tres formas distintas de
infringir las normas reguladoras de la prueba:

- Cuando se admite un medio de prueba ilegal.

- Cuando el juez altera la carga de la prueba.

- La infracción de una norma que ordena una valoración específica determinada y obligatoria de un
medio de prueba (por ejemplo, no se pueden admitir pruebas en contrario contra hechos propios
confesados por la misma parte).

b.4 El recurso de revisión, que procede cuando la convicción del tribunal se ha basado en pruebas
fraudulentas, según lo dispone el artículo 810°CPC en sus numerales 1° y 2°: “La Corte Suprema de
Justicia podrá rever una sentencia firme en los casos siguientes:

1° Si se ha fundado en documentos declarados falsos por sentencia ejecutoria, dictada con


posterioridad a la sentencia que se trata de rever.

2° Si pronunciada en virtud de pruebas de testigos, han sido éstos condenados por falso testimonio
dado especialmente en las declaraciones que sirvieron de único fundamento a la sentencia”.

El objeto de la prueba
El objeto de la prueba es determinar qué se prueba en un juicio cualquiera (no concretamente, sino en
abstracto). La primera y natural respuesta a estos es que se prueben los hechos, pues las normas jurídicas y el
derecho en general se asumen conocidos por el juez. Ahora bien, es importante tener en cuenta que el concepto
de hechos incluye diversos elementos:

- Las conductas humanas, incluyendo tanto los hechos materiales como los jurídicos (así, por ejemplo, es
una conducta humana el asesinato de una persona, la celebración de una compraventa, el pago de una
deuda, el cruce de una luz roja, etc).

- Los hechos de la naturaleza (como una inundación, un terremoto etc).

- Las cosas u objetos materiales y aspectos de la realidad material (como por ejemplo la construcción de
una casa, la existencia de un cruce en tal calle o la existencia de un semáforo, etc).

- La persona humana (su existencia, condiciones físicas o mentales, etc).

- Los estados o hechos psíquicos o internos del hombre (por ejemplo, si estaba bajo la influencia del
alcohol, si consintió verdaderamente en este contrato o estaba siendo engañado dolosamente, si estaba en
uso de razón, etc).
Ahora bien, respecto del derecho como objeto de la prueba, resulta necesario tener en cuenta que por regla
general el derecho NO es el objeto de la prueba, pues éste se asume conocido por el juez tanto como habitante
del país (artículo 7°CC inciso primero: “La publicación de la ley se hará mediante su inserción en el Diario
Oficial, y desde la fecha de éste se entenderá conocida de todos y será obligatoria”) como siendo
específicamente abogado. Hay, no obstante, excepciones a esta regla, vale decir, casos en los cuales el derecho
es efectivamente objeto de la prueba:

a) La ley es objeto de la prueba sólo en los siguientes casos:

- Cuando se pretende probar la afirmación de que una ley es inexistente (si por ejemplo se publica una
ley que no fue promulgada por el Presidente de la República).

- Cuando se pretende probar la afirmación de que el texto de la ley publicada en el Diario Oficial no
corresponde con el promulgado.

- Cuando se pretende probar la vigencia de una ley.

b) La costumbre puede ser objeto de prueba. La costumbre es la repetición de una determinada conducta,
realizada por la generalidad de los miembros de un grupo social, de una manera constante y uniforme, con
la convicción de cumplir un imperativo jurídico. El artículo 2°CC establece que “la costumbre no constituye
derecho sino en los casos en que la ley se remite a ella”. En materia mercantil, por el contrario, la
costumbre suple el silencio de la ley, y en aquellos casos en que el tribunal dude de la autenticidad de la
costumbre invocada, se establecen distintos medios de prueba complementarios, según lo dispone el
artículo 5°CCo: “No constando a los juzgados de comercio que conocen de una cuestión entre partes la
autenticidad de la costumbre que se invoque, sólo podrá ser probada por alguno de estos medios:

1° Por un testimonio fehaciente de dos sentencias que, aseverando la existencia de la costumbre, hayan
sido pronunciadas conforme a ella;

2° Por tres escrituras públicas anteriores a los hechos que motivan el juicio en que debe obrar la
prueba”.

Según la definición de costumbre, son dos los elementos que deben probarse a su respecto:

- La repetición de una determinada conducta.

- La convicción de quienes practican la costumbre de cumplir con un imperativo jurídico.

c) El derecho extranjero puede ser objeto de prueba. Como es sabido, en Chile rige el principio de la
territorialidad, establecido en los artículos 14° y siguientes del Código Civil (artículo 14°CC: “La ley es
obligatoria para todos los habitantes de la República, inclusos los extranjeros”). No obstante, ello no
significa que en ciertos casos no deba aplicarse la ley extranjera. En estos casos (cuando ésta deba
aplicarse), el derecho extranjero debe ser probado (claramente, la presunción de conocimiento de la ley se
aplica sólo al derecho nacional y no al extranjero). Para esta prueba se puede recurrir a todos los medios
probatorios establecidos en la ley. Además, el artículo 411°CPC establece en su numeral 2° el informe de
peritos relativo al derecho extranjero: “Podrá también oírse el informe de peritos: 2° Sobre puntos de
derecho referentes a alguna legislación extranjera”.

d) Las sentencias extranjeras pueden ser objeto de prueba. Estas sentencias pueden invocarse en Chile con
diversos objetos:

- Como medio de prueba, es decir, como un instrumento público. En efecto, una sentencia extranjera es
un instrumento público (es decir, un instrumento autorizado con las solemnidades legales por el
competente funcionario) con lo que se acredita el hecho de haber sido otorgada. En estos casos, no es
necesario el trámite del exequátur.

- Como medio para ejercer la acción o excepción de cosa juzgada, en cuyo caso es necesario el trámite
del exequátur.

Ahora bien, existen determinados hechos que no requieren de prueba para ser establecidos en un proceso.
Corresponden a los siguientes:

1° Hechos no controvertidos por las partes: El artículo 318°CPC dispone claramente que la prueba en una
causa sólo recaerá sobre los hechos controvertidos, lo cual concuerda con lo establecido en el artículo
313°CPC, que se señala que no se recibe la causa a prueba si el demandado no contradice los hechos
sustanciales y pertinentes sobre que versa el juicio. Disponen estos artículos lo siguientes:

- Artículo 313°CPC: “Si el demandado acepta llanamente las peticiones del demandante, o si en sus
escritos no contradice en materia substancial y pertinente los hechos sobre que versa el juicio, el
tribunal mandará citar a las partes para oír sentencia definitiva, una vez evacuado el traslado de la
réplica//Igual citación se dispondrá cuando las partes pidan que se falle el pleito sin más trámite”.

- Artículo 318°CPC: “Concluidos los trámites que deben preceder a la prueba, ya se proceda con la
contestación expresa del demandado o en su rebeldía, el tribunal examinará por sí mismo los autos, y si
estima que hay o puede haber controversia sobre algún hecho sustancial y pertinente en el juicio,
recibirá la causa a prueba y fijará en la misma resolución los hechos substanciales controvertidos sobre
los cuales deberá recaer//Sólo podrán fijarse como puntos de prueba los hechos substanciales
controvertidos en los escritos anteriores a la resolución que ordena recibirla”.

Como se señaló anteriormente en relación al rol del juez y las partes respecto de los aspectos de hecho y de
derecho, el juez se comporta pasivamente respecto de los hechos, de manera que si las partes no
manifiestan controversia respecto de algunos de éstos, el tribunal debe tener tales hechos por acreditados o
ciertos.

2° Hechos evidentes: Son hechos evidentes aquellos que el progreso científico ha incorporado al saber del
juez. En estos casos, existe realmente una prueba, pero se trata de pruebas constituidas por presunciones
judiciales. Además, siempre se ha admitido la rendición de prueba destinada a destruir aquello que resulta
o se piensa evidente, vale decir, con el objeto de destruir la presunción en su favor.
3° Hechos notorios: Los hechos notorios son aquellos cuyo conocimiento forma parte de la cultura normal
propia de un determinado círculo social en el tiempo en que se produce la decisión. Históricamente (y
eventualmente puede aún serlo) esta figura ha sido motivo de grandes abusos, pues respecto de aquellos
hechos que no pueden ser probados mediante algún medio de prueba específico (instrumentos, testigos,
etc), se los presume simplemente como ciertos (no obstante pueden no constituir, como muchas veces
sucede, verdaderos hechos notorios, según la definición antes señalada).

Esto es justamente lo que se pretendía evitar con la obligación de las partes de probar los hechos y con la
prohibición al juez de aplicar sus conocimientos particulares a la comprobación de éstos. Por ello, resulta
importante tener especial cuidado al eximir de prueba a los hechos notorios. Sin embargo, se acepta la
ausencia de prueba de estos hechos por aplicación del principio de economía procesal.

Nuestra legislación da acogida a los hechos notorios, según se desprende de lo dispuesto en el artículo
89°CPC: “Si se promueve un incidente, se concederán tres días para responder y vencido este plazo, haya o
no contestado la parte contraria, resolverá el tribunal la cuestión, si, a su juicio, no hay necesidad de
prueba. No obstante, el tribunal podrá resolver de plano aquellas peticiones cuyo fallo se pueda fundar en
hechos que consten del proceso, o sean de pública notoriedad, lo que el tribunal consignará en su
resolución”. Si se admiten para las cuestiones accesorias y comunes a todo procedimiento, es razonable
aceptarlos para la resolución de la cuestión principal. Así también, la aplicación del principio de economía
procesal obliga a excluir su prueba tanto respecto de los incidentes como de la cuestión principal.

4° Hechos presumidos: En toda presunción se pueden distinguir dos elementos:

- Un hecho conocido y probado.

- Un hecho desconocido cuya existencia se concluye a partir del hecho conocido.

La ley contempla presunciones de diversa clase:

- Presunciones legales, que corresponden a aquellas establecidas expresamente en la ley. Pueden ser:

- Simplemente legales, cuando admiten prueba en contrario. En estos casos, simplemente se altera la
carga de la prueba. Se pueden presentar pruebas para desvirtuar tanto el primer hecho como el
segundo, pero probado el primero se presume el segundo y se tiene por existente si no hay prueba
que lo desvirtúe. Un ejemplo de presunción simplemente legal es la presunción de que el marido es el
padre si el hijo nace después de 180 días de matrimonio.

- De derecho, cuando no admiten prueba en contrario. Un ejemplo de presunción de derecho es la


presunción de la concepción a partir del nacimiento, según lo dispone el artículo 76°CC: “De la época
del nacimiento se colige la de la concepción, según la regla siguiente: Se presume de derecho que la
concepción ha precedido al nacimiento no menos que ciento ochenta días cabales, y no más que
trescientos, contados hacia atrás, desde la medianoche en que principie el día del nacimiento”. Lo
único que se admite a su respecto es prueba para desvirtuar el hecho en base al cual se deriva el
hecho desconocido.
- Presunciones judiciales, que corresponden a aquellas que deduce el juez de ciertos hechos o
antecedentes que constan del proceso.

5° Hechos negativos: En principio, no es posible exigirle a una persona la carga de probar un hecho negativo
(como el no haber contraído deuda alguna, por ejemplo). Por el contrario, quien tiene la carga de la prueba
es quien sostiene la afirmación contraria (en el ejemplo, quien afirma la existencia de la deuda). Esta regla
general tiene por excepción las denominadas negaciones meramente formales, en las cuales se debe probar
en estricto rigor un hecho positivo, pero quien tiene la carga de hacerlo, con el objeto de evitar que recaiga
sobre sí tal carga, invierte la afirmación, transformándolo artificial y formalmente en una negación. Por
ejemplo, si el deudor alega haber contratado engañado por la actuación dolosa de la otra parte, en lugar de
alegar que hubo dolo (pues en tal caso, la carga de la prueba será del deudor que se quiere excusar del
cumplimiento de la obligación), alega que no hubo consentimiento válido. En este caso, hay una negación,
pero se trata de una negación meramente formal, por lo cual no exime de la carga de la prueba. Se debe
probar, en efecto, el hecho negativo contrario (en el ejemplo, que hubo dolo como vicio del consentimiento
en el otorgamiento del contrato).

Existen distintos tipos de negaciones meramente formales:

- Negaciones formales de derecho (como por ejemplo que no hubo consentimiento válido).

- Negaciones formales de hecho (como por ejemplo afirmar que alguien no ha muerto: se debe probar
que está vivo).

- Negaciones formales de cualidad, en las cuales se niega a alguien o a alguna cosa una cualidad excluida
por la existencia de otra.

Ya no teóricamente, sino en un caso concreto (es decir, en un juicio específico), la determinación de qué es
objeto de prueba se rige por lo dispuesto en el artículo 318°CPC: “Concluidos los trámites que deben preceder a
la prueba, ya se proceda con la contestación expresa del demandado o en su rebeldía, el tribunal examinará por
sí mismo los autos, y si estima que hay o puede haber controversia sobre algún hecho sustancial y pertinente en
el juicio, recibirá la causa a prueba y fijará en la misma resolución los hechos substanciales controvertidos sobre
los cuales deberá recaer//Sólo podrán fijarse como puntos de prueba los hechos substanciales controvertidos en
los escritos anteriores a la resolución que ordena recibirla”. De esta manera, en la resolución que recibe la
causa a prueba el tribunal fija los hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos sobre los cuales recaerá la
prueba. Esta resolución es de extrema importancia por al menos tres razones:

- Es un trámite esencial en el juicio, de manera que si se dicta sentencia siendo omitido, tiene procedencia
el recurso de casación en la forma, según lo dispone el artículo 795°CPC en su numeral 3°: “En general, son
trámites o diligencias esenciales en primera o en la única instancia, en los juicios de mayor o de menor
cuantía y en los juicios especiales: 3° El recibimiento de la causa a prueba cuando proceda con arreglo a la
ley”.
- Determina los hechos sobre los cuales se rinde prueba.

- Abre el término probatorio.

Es importante tener en cuenta que, de conformidad al artículo 318°CPC, la prueba procede respecto de hechos
que reúnen copulativamente los siguientes requisitos:

- Hechos sustanciales, por lo cual se entiende aquellos que resultan relevantes y necesarios para decidir el
juicio.

- Hechos pertinentes, que corresponden a aquellos que tienen influencia directa y precisa en la decisión del
pleito.

- Hechos controvertidos, que corresponden a aquellos sobre los que existe controversia o puede existir
controversia.

La resolución que recibe la causa a prueba tiene la naturaleza jurídica de una sentencia interlocutoria de
segundo grado, pues ella resuelve sobre algún trámite que sirve de base para el pronunciamiento de la sentencia
definitiva (u otra sentencia interlocutoria). Se le conoce en la práctica como el ‘auto de prueba’ y se notifica por
cédula, según lo establece el artículo 48°CPC en su inciso primero: “Las sentencias definitivas, las resoluciones
en que se reciba a prueba la causa, o se ordene la comparecencia personal de las partes, se notificarán por
medio de cédulas que contengan copia íntegra de la resolución y los datos necesarios para su acertada
inteligencia”.

Recursos que proceden contra la resolución que recibe la causa a prueba


Dada la importancia fundamental de la resolución que recibe la causa a prueba (señalada en los tres puntos ya
mencionados), la ley concede diversas posibilidades para que las partes la impugnen si así lo estimaren
conveniente. Como se trata de una sentencia interlocutoria de segundo grado, el recurso procedente sería en
principio el recurso de apelación. Éste, no obstante, como es regla general, se concedería en el solo efecto
devolutivo, por lo cual no se suspendería la tramitación de la causa y el término probatorio seguiría corriendo, lo
cual claramente no es favorable para las partes (especialmente para aquella que pretende impugnar la
resolución). Por ello, la resolución que recibe la causa a prueba se impugna con un recurso de reposición con una
apelación en subsidio, según lo disponen los artículo 319°CPC y 326°CPC:

- Artículo 319°CPC: “Las partes podrán pedir reposición, dentro de tercero día, de la resolución a que se
refiere el artículo anterior. En consecuencia, podrán solicitar que se modifiquen los hechos controvertidos
fijados, que se eliminen algunos o que se agreguen otros//El tribunal se pronunciará de plano sobre la
reposición o la tramitará como incidente//La apelación en contra de la resolución del artículo 318 sólo
podrá interponerse en el carácter de subsidiaria de la reposición pedida y para el caso de que ésta no sea
acogida. La apelación se concederá sólo en el efecto devolutivo”.
- Artículo 326°CPC: “Es apelable la resolución en que explícita o implícitamente se niegue el trámite de
recepción de la causa a prueba, salvo el caso del inciso 2° del artículo 313. Es apelable sólo en el efecto
devolutivo la que acoge la reposición a que se refiere el artículo 319//Son inapelables la resolución que
dispone la práctica de alguna diligencia probatoria y la que da lugar a la ampliación de la prueba sobre
hechos nuevos alegados durante el término probatorio”.

Este régimen de recursos es especial por tres motivos o características:

- Se admite reposición en contra de una sentencia interlocutoria, constituyendo con ello una excepción al
desasimiento (el desasimiento es el efecto por el cual, una vez que el tribunal notifica una sentencia, no
puede ser modificada. Se encuentra regulado en el artículo 182°CPC: “Notificada una sentencia definitiva o
interlocutoria a alguna de las partes, no podrá el tribunal que la dictó alterarla o modificarla en manera
alguna. Podrá, sin embargo, a solicitud de parte, aclarar los puntos obscuros o dudosos, salvar las
omisiones y rectificar los errores de copia, de referencia o de cálculos numéricos que aparezcan de
manifiesto en la misma sentencia//Lo dispuesto en este artículo no obsta para que el rebelde haga uso del
derecho que le confiere el artículo 80”).

- El plazo para interponer el recurso de reposición es normalmente de cinco días contados desde la
notificación del auto o decreto que se impugna. En este caso, el plazo para interponer el recurso de
reposición contra la resolución que recibe la causa a prueba es de tres días contados desde su notificación
(que se practica por cédula).

- Contra una sola resolución se establecen dos recursos, uno en subsidio del otro. Es importante tener en
cuenta que la ley exige proceder así, vale decir, interponer primero el recurso de reposición y sólo en
subsidio el recurso de apelación (aunque se puede interponer sólo el recurso de reposición, pero nunca sólo
el recurso de apelación).

Si no se interpone recurso alguno por ninguna de las partes, comienza el término probatorio ordinario de 20 días.
Lo normal, sin embargo, es que alguna de las partes (si no los dos, como comúnmente sucede) interponga un
recurso de reposición contra la resolución que recibe la causa a prueba. Como lo dispone el inciso segundo del
artículo 319°CPC, el tribunal puede resolver la reposición de plano o tramitarla como incidente (lo cual significa
que se tramita con audiencia). En este último caso, una vez evacuado el traslado, se resuelve.

La resolución que resuelve la reposición se notifica por estado diario y con ella comienza el término probatorio
ordinario. Esta resolución que resuelve la reposición es apelable en los siguientes casos:

- Según lo dispone el artículo 326°CPC, es apelable en subsidio cuando la reposición es rechazada. Esta
apelación es interpuesta por la misma parte que interpuso el recurso de reposición contra la resolución que
recibe la causa a prueba.

- Según lo dispone el artículo 319°CPC, es apelable sólo en el efecto devolutivo cuando la reposición sea
acogida. En este caso, interpone el recurso de apelación la parte que no repuso de la resolución que recibe
la causa a prueba (esta apelación, a diferencia de la que interpone quien repone de la resolución que recibe
la causa a prueba, es directa y no en subsidio).
La Corte de Apelaciones puede intervenir, por tanto, por estas dos razones. Como se señaló, las dos apelaciones
se conceden sólo en el efecto devolutivo. Una vez interpuestas estas apelaciones, existen distintas posibilidades
de cómo sigue el juicio:

- La Corte de Apelaciones puede decidir eliminar un punto de prueba, acogiendo la apelación de una de las
partes. Esto no produce mayores efectos.

- La Corte de Apelaciones puede rechazar las apelaciones (este es normalmente el criterio que asume el
tribunal). Esto no produce mayores efectos.

- La Corte de Apelaciones puede modificar o incluir un nuevo punto de prueba. En este caso, va a ser
necesario rendir prueba en base a la modificación o respecto del nuevo hecho. Se abre para estos efectos un
término especial de prueba que no puede exceder los ocho días. Así lo dispone el inciso cuarto del artículo
339°CPC: “Deberá concederse un término especial de prueba por el número de días que fije
prudencialmente el tribunal, y que no podrá exceder de ocho, cuando tenga que rendirse nueva prueba, de
acuerdo con la resolución que dicte el tribunal de alzada, acogiendo la apelación subsidiaria a que se
refiere el artículo 319. Para hacer uso de este derecho no se necesita la reclamación ordenada en el inciso
anterior. La prueba ya producida y que no esté afectada por la resolución del tribunal de alzada tendrá
pleno valor”.

Los artículos 321°CPC y 322°CPC regulan la prueba sobre hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos
ocurridos durante el término probatorio o ignorados por alguna de las partes al momento de recibirse la causa a
prueba. Disponen lo siguiente:

- Artículo 321°CPC: “No obstante lo dispuesto en el artículo anterior11, es admisible la ampliación de la


prueba cuando dentro del término probatorio ocurre algún hecho sustancialmente relacionado con el
asunto que se ventila//Será también admisible la ampliación a hechos verificados y no alegados antes de
recibirse a prueba la causa, con tal que jure el que los aduce que sólo entonces han llegado a su
conocimiento”.

- Artículo 322°CPC: “Al responder la otra parte el traslado de la solicitud de ampliación, podrá también
alegar hechos nuevos que reúnan las condiciones mencionadas en el artículo anterior, o que tengan relación
con los que en dicha solicitud se mencionan//El incidente de ampliación se tramitará en conformidad a las
reglas generales, en ramo separado, y no suspenderá el término probatorio//Lo dispuesto en este artículo
se entiende sin perjuicio de lo que el artículo 86 establece”.

11
Dispone el artículo 320°CPC lo siguiente: “Dentro de los cinco días siguientes a la última notificación
de la resolución a que se refiere el artículo 318, cuando no se haya pedido reposición en conformidad al
artículo anterior y en caso contrario, dentro de los cinco días siguientes a la notificación por el estado
de la resolución que se pronuncie sobre la última solicitud de reposición, cada parte deberá presentar
una minuta de los puntos sobre que piense rendir prueba de testigos, enumerados y especificados con
claridad y precisión//Deberá también acompañar una nómina de los testigos de que piensa valerse, con
expresión del nombre y apellido, domicilio, profesión u oficio. La indicación del domicilio deberá
contener los datos necesarios a juicio del juzgado, para establecer la identificación del testigo”.
Carga de la prueba
Una carga corresponde al ejercicio de un derecho establecido en el propio interés. Por ello, la carga de la prueba
no es otra cosa que el derecho a presentar pruebas, pues ello mira el solo interés particular de las partes que
quieren convencer al tribunal de sus pretensiones. Importa tener en cuenta que para efectos prácticos es
irrelevante quien presenta las pruebas, mientras se produzca la convicción del tribunal. Además, la relevancia de
las normas que regulan la prueba se manifiesta al final del juicio, una vez concluido el término probatorio, pues
se aplican sólo en el caso que el juez no tenga ya formada una clara convicción sobre el asunto.

En relación a la distribución efectiva de la carga de la prueba, vale decir, a quién corresponde probar un
determinado hecho, existen distintas formulaciones. En efecto, se dice en primer lugar que corresponde al actor
probar los fundamentos de hecho de su pretensión (de su acción) y corresponde al demandado probar los
fundamentos de hecho de su pretensión (de su excepción). Si se trata de la prueba de hechos negativos,
corresponde la carga de la prueba siempre al actor.

En doctrina, por su parte, se busca aplicar la carga de la prueba en razón de la naturaleza de cada hecho
particular: se aplica la carga, por tanto, a quien beneficie el hecho. Se distinguen a este respecto tres tipos de
hechos:

- Hechos constitutivos, que corresponden a aquellos hechos que originan determinados efectos jurídicos
(como por ejemplo contraer una obligación).

- Hechos convalidativos, que corresponden a aquellos hechos que sanean un vicio de nulidad que podría
afectar a un acto (como por ejemplo una ratificación).

- Hechos extintivos, que corresponden a aquellos hechos que extinguen una obligación (como por ejemplo el
pago).

La carga de la prueba de los hechos constitutivos y convalidativos recae sobre quien alega o pretende invocar ese
determinado efecto jurídico u obligación. La carga de la prueba de los hechos extintivos, por otra parte,
corresponde a quien pretende sustraerse de ese efecto jurídico.

Este último es el criterio que sigue el Código Civil en su artículo 1698°CC, al disponer en su inciso primero que
“incumbe probar las obligaciones o su extinción al que alega aquéllas o ésta”. Este criterio general puede en
algunos casos ser modificado:

- Algunas veces es la ley la que modifica la carga de la prueba mediante presunciones simplemente legales.

- Respecto de los hechos negativos, en principio nadie está obligado a probarlos. Por ello, la parte que lo
alega se exime de la carga de la prueba, salvo que se trate de una negación meramente formal (en vez de
afirmar directamente el hecho positivo, se afirma el hecho negativo que lo contradice).
- Generalmente se impone la carga de la prueba a quien alega un hecho contrario a la normalidad de los
acontecimientos. Esto puede o no coincidir con los criterios generales (vale decir, que quien alega el hecho
contrario a la normalidad de los acontecimientos esté efectivamente obligado a probarlo), y en caso de no
coincidir, se modifica la carga de la prueba (aunque por las reglas generales no le corresponde, debe
igualmente hacerlo). Este es un criterio que puede prestarse a abusos.

- En ciertas ocasiones, la parte que tiene la carga de la prueba puede no estar en la mejor posición para
probar un determinado hecho. Por ello, en estos casos, puede el tribunal modificar la carga de la prueba
(este criterio se denomina de la mejor posición para probar).

- Finalmente, pueden existir convenciones de las partes que alteren la carga de la prueba. Respecto de
estas convenciones, se duda sobre su admisibilidad. La Corte Suprema ha señalado que NO es posible alterar
la carga de la prueba dado el carácter de orden público del proceso. Por ello, se ha señalado, no podrían las
partes modificarla mediante convenciones que miren su solo interés particular, pues hay siempre un interés
público prevaleciente. Sin embargo, resulta necesario tener en cuenta que en los juicios civiles, en materias
de hechos, las partes tienen absoluta libertad. Tal es el grado de libertad, que de convenir las partes en
determinados hechos o de no considerar controvertidos otros y no pronunciarse respecto de ellos, debe el
tribunal tenerlos por acreditarlos o simplemente no considerarlos si las partes tampoco lo hicieron. Por ello,
parecería perfectamente justificable que las partes modificaran mediante convenciones la carga de la
prueba (además, las cargas están establecidas en el beneficio de las mismas partes que ejercen el derecho,
por lo cual podrían disponer de ella, como se dispone de cualquier otro derecho). Esto, sin embargo, debe
matizarse cuando con estas modificaciones efectivamente se llegaren a transgredir normas de orden público
(como en los contratos de adhesión, en la ley de protección al consumidor, en los contratos de seguros,
etc).

Limitaciones a la admisibilidad de la prueba


Corresponden a las siguientes:

1° La primera limitación a la admisibilidad de la prueba es que el medio de prueba no esté autorizado por la
ley. En relación a los distintos medios de pruebas que pueden ser admisibles en un determinado
ordenamiento jurídico, existen distintos sistemas procesales:

- Existen sistemas de libertad de medios de prueba, es decir, sistemas en los cuales son las partes las que
deciden qué tipos o clases de medios de prueba presentan al tribunal, limitándose éste a recibirlos y
acogerlos o rechazarlos, determinando con ello su valor probatorio.

- En otros sistemas, los medios probatorios están taxativamente señalados por la ley.

Este último caso es el de Chile, pues es la ley en artículo 341°CPC la que define taxativamente cuáles son
los medios de prueba admisibles. Dispone el artículo 341°CPC lo siguiente: “Los medios de prueba de que
puede hacerse uso en juicio son:
- Instrumentos.

- Testigos.

- Confesión de parte.

- Inspección personal del tribunal.

- Informe de peritos.

- Presunciones”.

Puede suceder que en un mismo país, en distintas áreas del ordenamiento jurídico, el sistema procesal de
los medios de prueba sea diferente al que rige en otros, como sucede en Chile en materia penal, donde el
sistema no es taxativo, según lo dispone el artículo 295° del Código Procesal Penal: “Libertad de prueba.
Todos los hechos y circunstancias pertinentes para la adecuada solución del caso sometido a enjuiciamiento
podrán ser probados por cualquier medio producido e incorporado en conformidad a la ley”.

Se tendería a pensar que un sistema taxativo de medios de prueba es más garantista que un sistema de
libertad, pues limita los márgenes de discrecionalidad del juez (paradójicamente, en Chile sería más
garantista el sistema civil de medios de prueba que el penal, debiéndolo ser más bien éste último). Sin
embargo, si lo que se busca es garantizar a las partes la posibilidad de presentar pruebas, como elemento
esencial del debido proceso, más que los medios de prueba en sí mismos de los cuales pueden valerse,
pareciera ser que el sistema de libertad de medios probatorios es más garantista. Aún así, es importante
tener en cuenta que un sistema taxativo evita las arbitrariedades a las que puede recurrir el tribunal.

El problema que presentan los sistemas taxativos de medios de prueba es que no van acorde con el
desarrollo de la realidad, van desfasados con cómo se van desarrollando los eventos día a día. Por ello, para
hacer de este sistema uno verdaderamente eficaz, se debería recurrir constantemente a reformas legales
que añadieran o modificaran los medios de pruebas permitidos por ley. Como esto es de poca factibilidad, lo
que se hace en la práctica es que las partes, para valerse de medios de prueba no contemplados en la ley,
pero comunes en la práctica, los subsumen o amparan dentro de algunas de las categorías autorizadas por la
ley (así, por ejemplo, se presentan videos como instrumentos). Así las cosas, hoy en día la prueba que más
se aduce para añadir nuevos medios probatorios, diversos a los señalados en la ley, es la presunción.

Esto último, sin embargo, atenta precisamente contra el fin que persiguen los sistemas taxativos de medios
de prueba, cual es evitar las arbitrariedades por parte de los jueces, pues si se comienzan a presentar
medios probatorios diversos de los permitidos por la ley, amparándolos en algunos de ellos (de los
permitidos), se deja en el fondo la decisión de su admisibilidad no a la ley, como debería ser en principio,
sino al juez que conoce de la causa.
2° La segunda limitación a la admisibilidad de la prueba corresponde a la exclusión de un medio de prueba
en determinados casos. Así, por ejemplo, los artículos 1708°CC y 1709°CC excluyen la prueba testimonial de
las obligaciones que deben consignarse por escrito. Disponen tales artículos lo siguiente:

- Artículo 1708°CC: “No se admitirá prueba de testigos respecto de una obligación que haya debido
consignarse por escrito”.

- Artículo 1709°CC: “Deberán constar por escrito los actos o contratos que contienen la entrega o
promesa de una cosa que valga más de dos unidades tributarias//No será admisible la prueba de testigos
en cuanto adiciones o altere de modo alguno lo que se exprese en el acto o contrato, ni sobre lo que se
alegue haberse dicho antes, o al tiempo o después de su otorgamiento, aun cuando en algunas de estas
adiciones o modificaciones se trate de una cosa cuyo valor no alcance a la referida suma//No se
incluirán en esta suma los frutos, intereses u otros accesorios de la especie o cantidad debida”.

3° Otra causal de limitación a la admisibilidad de la prueba es la preclusión del derecho de la parte que
presenta la prueba. La preclusión consiste en la pérdida, extinción o caducidad de una facultad procesal
que se produce:

- Por no haberse ejercido dentro del plazo que establece la ley: Por ejemplo, si se contesta la demanda
el día 17 precluye el derecho a contestarla, de manera que se pierde ese beneficio.

- Por no haberse respetado el orden señalado por la ley para su ejercicio: Por ejemplo, antes de la
contestación de la demanda se pueden interponer las excepciones dilatorias de las que sea titular o esté
legitimado el demandado, pero la ley exige que se interpongan todas en el mismo escrito, pues si se
interponen de manera separada precluye el derecho a interponer otras excepciones.

- Por haberse realizado un acto incompatible con su ejercicio: Si se interpone un incidente de cuestión
de competencia por vía inhibitoria precluye el derecho para interponer el mismo incidente pero por vía
declinatoria, y viceversa.

- Por ya haberse ejercido válidamente la facultad: Por ejemplo, si se contesta la demanda el día 5 en
razón de ciertos argumentos precluye el derecho para agregar nuevos argumentos entre ese día y él
término del plazo del emplazamiento.

4° Otra causal de limitación a la admisibilidad de la prueba corresponde a la falta de relevancia o utilidad,


vale decir, que no se trate de un medio probatorio sustancial para decidir la cuestión controvertida. Esto no
significa que al final del juicio, al dictarse sentencia, el tribunal deseche una determinada prueba, sino que
ex ante se impide la presentación de ésta por falta de relevancia o utilidad.

La facultad del juez de desechar un determinado medio de prueba por irrelevante o inútil no es una
facultad genéricamente concedida, pues si así fuese se prestaría para muchos abusos. Por ello, esta facultad
se concede en casos específicos y restringidos, y con ciertas limitaciones. Además, en caso de duda sobre la
admisibilidad de una prueba, el tribunal generalmente la admite. Un ejemplo de esta facultad se encuentra
en el artículo 404°CPC, en relación a la inspección personal del tribunal, que dispone lo siguiente: “Pueden
las partes pedir que en el acto del reconocimiento se oigan informes de peritos, y lo decretará el tribunal
si, a su juicio, esta medida es necesaria para el éxito de la inspección y ha sido solicitada con la
anticipación conveniente. La designación de los peritos se hará en conformidad a las reglas del párrafo
siguiente”.

5° Otra causal de limitación a la admisibilidad de la prueba corresponde al incumplimiento de las


condiciones o características propias de cada medio de prueba. Esta causal se vincula con la primera antes
mencionada (que el medio de prueba no sea de aquellos autorizados por la ley), pues si no se cumplen con
los requisitos o características propias del medio probatorio, en el fondo no se está en presencia de éste,
sino de un medio de prueba no autorizado por la ley.

6° La última causal de limitación a la admisibilidad de la prueba corresponde a la ilicitud de la prueba. La


prueba es ilícita cuando ha sido obtenida o producida en una forma que afecta la garantía de las personas.
En estos casos, existen dos derechos en colisión: el derecho a presentar pruebas con el derecho transgredido
(por ejemplo, el derecho de propiedad, el derecho a la privacidad, etc). Sobre la admisibilidad de la prueba
en estos casos se discute en doctrina:

- Hay quienes se inclinan por sostener que la prueba ilícita es admisible, sin perjuicio de las sanciones
que se apliquen al que cometió la ilicitud. Se dan básicamente tres razones:

- En virtud de la autonomía del derecho procesal, en razón de la cual nada obstaría a que se
presentaran medios de pruebas ilícitos (obtenidos o producidos ilícitamente) y que otras áreas del
derecho (como el derecho penal) sancionar la conducta de quien comete la ilicitud.

- Por la finalidad del proceso, pues éste es la búsqueda de la verdad material del asunto y la
administración efectiva de justicia, por lo cual se justifican estas ilicitudes.

- En razón del principio de non bis in idem, en virtud del cual nadie puede ser sancionado dos veces
por un mismo ilícito. En efecto, si a quien ha obtenido o producido ilícitamente un medio de prueba
se le sancionara no sólo penalmente, sino también procesalmente, excluyendo ese medio de prueba
en razón de su ilicitud, esa persona estaría siendo castigada dos veces por el mismo ilícito.

- Otros sostienen que la prueba ilícita es inadmisible, en razón de los siguientes argumentos:

- En virtud de la naturaleza del proceso, que corresponde a un mecanismo de resolución de los


conflictos de relevancia jurídica que nace conjuntamente con el estado de derecho. Por lo mismo, es
inconcebible debido proceso alguno produciéndose al margen del estado de derecho, como ocurriría
en efecto si se toleraran estos actos ilícitos por quienes obtienen o producen medios de prueba
afectando las garantías de otras personas.

- Por aplicación de los principios de la buena fe y de la lealtad procesal, que obligan a las partes del
proceso a actuar leal y honestamente, no utilizándolo para fines ilícitos.
- Porque nadie puede aprovecharse de su propio dolo (el fraude, en efecto, todo lo corrompe.

- Por la finalidad del proceso, que no es la obtención de la verdad material del asunto, sino la
resolución de los conflictos jurídicos dentro de un estado de derecho.

- Se aduce, finalmente, un efecto disuasivo de la prohibición de las pruebas ilícitas: se disuade a las
personas de cometer estas ilicitudes para obtener medios de prueba de los cuales valerse.

En derecho procesal civil no existe norma alguna que se refiera expresamente a la (in)admisibilidad de las
pruebas ilícitas. En derecho procesal penal, en cambio, sí existen normas que lo regulan, estableciéndose
que en la audiencia preparatoria del juicio oral en lo penal el juez debe excluir todas las pruebas ilícitas,
obtenidas con infracción de las garantías constitucionales.

Procedimiento probatorio en general


Dentro de todo procedimiento probatorio se pueden distinguir cuatro etapas:

- Proposición de la prueba.

- Admisión de la prueba.

- Ejecución de la prueba.

- Valoración de la prueba.

1° Proposición de la prueba: En esta etapa, todas las partes deben informarle al tribunal cuáles son los
medios de prueba de que intentarán valerse, solicitándole al tribunal que los acepte. En ciertos
procedimientos, se le exige al demandado informar de los medios de prueba de que piensa valerse al
momento de contestar la demanda, como por ejemplo:

- En el procedimiento penal antiguo, se exigía esto al momento de contestar la acusación fiscal.

- En el antiguo procedimiento de menores, al momento de contestar la demanda.

- En los procedimientos sumarísimos.

Se discute en doctrina sobre si basta señalar con que la parte se valdrá de todos los medios de prueba
permitidos por la ley, o es necesario individualizarlos. Más allá de los posibles argumentos que se ofrezcan
en favor de cada postura, la verdad es que la exigencia de la individualización es bastante absurda.

Ahora bien, cabe tener en cuenta que todos los medios de prueba tienen un modo especial de proposición.
Así, por ejemplo, en la prueba testimonial, el artículo 320°CPC exige que dentro de los primeros cinco días
del término probatorio se presente una lista con la individualización de los testigos de que la parte pretende
valerse. Así lo señala el artículo 320°CPC: “Dentro de los cinco días siguientes a la última notificación de la
resolución a que se refiere el artículo 318, cuando no se haya pedido reposición en conformidad al artículo
anterior y en caso contrario, dentro de los cinco días siguientes a la notificación por el estado de la
resolución que se pronuncie sobre la última solicitud de reposición, cada parte deberá presentar una
minuta de los puntos sobre que piense rendir prueba de testigos, enumerados y especificados con claridad y
precisión//Deberá también acompañar una nómina de los testigos de que piensa valerse, con expresión del
nombre y apellido, domicilio, profesión u oficio. La indicación del domicilio deberá contener los datos
necesarios a juicio del juzgado, para establecer la identificación del testigo”. Si no se presenta esta lista,
la parte no podrá recurrir a la prueba testimonial.

2° Admisión de la prueba: No basta con que la parte proponga los medios de prueba al tribunal, sino que es
necesario que el tribunal además los autorice. El tribunal controla la admisibilidad de la prueba respecto del
modo en que son presentadas. Así lo señala el artículo 324°CPC: “Toda diligencia probatoria debe
practicarse previo decreto del tribunal que conoce en la causa, notificado a las partes”. La admisión de la
prueba corresponde a un trámite esencial en todo juicio, de manera que si se dicta sentencia en omisión de
él, es procedente el recurso de casación en la forma, según lo dispone el artículo 795°CPC número 6°: “En
general, son trámites o diligencias esenciales en la primera o en la única instancia en los juicios de mayor o
de menor cuantía y en los juicios especiales: 6° La citación para alguna diligencia de prueba”.

3° Ejecución de la prueba: La prueba debe rendirse ante el tribunal, debiendo quedar constancia de la
prueba rendida en el proceso (pues el procedimiento ordinario es escrito), inclusive cuando la prueba sea la
inspección personal del tribunal (pues puede seguir el juicio en segunda instancia). La ejecución de la
prueba tiene lugar especialmente durante el término probatorio.

4° Valoración de la prueba: El tribunal examina las pruebas que se rindieron y cuál es el grado de convicción
que le permite alcanzar cada una de ellas. Todo esto se determina en la sentencia.

Término probatorio
El término probatorio corresponde al espacio de tiempo que tienen las partes para rendir las pruebas al tenor de
la resolución que recibe la causa a prueba. La intención del legislador a este respecto es que dentro de este
período probatorio se produzca la proposición, la admisión y la ejecución de la prueba, propósito el cual se ve
reforzado tras la dictación de la ley 18.075 de 1989, que modificó el artículo 431°CPC, que dispone lo siguiente:
“No será motivo para suspender el curso del juicio ni será obstáculo para la dictación del fallo el hecho de no
haberse devuelto la prueba rendida fuera del tribunal, o el de no haberse practicado alguna otra diligencia de
prueba pendiente, a menos que el tribunal, por resolución fundada, la estime estrictamente necesaria para la
acertada resolución de la causa. En este caso, la reiterará como medida para mejor resolver y se estará a lo
establecido en el artículo 159//En todo caso, si dicha prueba se recibiera por el tribunal una vez dictada la
sentencia, ella se agregará al expediente para que sea considerada en segunda instancia, si hubiere lugar a
ésta”.

Todos los medios de prueba deben ser propuestos dentro del término probatorio, pero no necesariamente deben
rendirse todas las pruebas dentro de dicho término, salvo el caso de la prueba testimonial e instrumental (que
necesariamente deben rendirse dentro del término probatorio). Las restantes pruebas pueden rendirse fuera del
término probatorio. Ahora bien, para evitar las excesivas dilaciones a que esto puede dar lugar se dictó en 1989
la ley referida que modificó el artículo 431°CPC. En efecto, el artículo 431°CPC señala que no se suspenderá la
causa ni se evitará su fallo por no haberse devuelto la prueba rendida fuera del tribunal o por no haberse
practicado alguna otra diligencia de prueba pendiente (como es el caso en cuestión, de pruebas no rendidas
dentro del término probatorio), a menos que el tribunal estime mediante resolución fundada que se trata de
pruebas o diligencias estrictamente necesarias para la acertada resolución de la causa. En este caso, el tribunal
solicita estas diligencias como medidas para mejor resolver, que corresponden en términos generales a pruebas
que el tribunal exige que se realicen para formarse una mejor convicción de los hechos. Las medidas para mejor
resolver se encuentran reguladas en el artículo 159°CPC, que dispone lo siguiente: “Los tribunales, sólo dentro
del plazo para dictar sentencia, podrán dictar de oficio medidas para mejor resolver. Las que se dicten fuera de
este plazo se tendrán por no decretadas. Sin perjuicio de lo establecido en el inciso primero del artículo 431,
podrán dictar alguna o algunas de las siguientes medidas:

1° La agregación de cualquier documento que estimen necesario para esclarecer el derecho de los
litigantes.

2° La confesión judicial de cualquiera de las partes sobre hechos que consideren de influencia en la
cuestión y que no resulten probados.

3° La inspección personal del objeto de la cuestión.

4° El informe de peritos.

5° La comparecencia de testigos que hayan declarado en el juicio, para que aclaren o expliquen sus dichos
obscuros o contradictorios.

6° La presentación de cualesquiera otros autos que tengan relación con el pleito. Esta medida se cumplirá
de conformidad a lo establecido en el inciso 3° del artículo 37//En este último caso y siempre que se
hubiese remitido el expediente original, éste quedará en poder del tribunal que decrete esta medida sólo
por el tiempo estrictamente necesario para su examen, no pudiendo exceder de ocho días este término si
se trata de autos pendientes.

La resolución que se dicte deberá ser notificada por el estado diario a las partes y se aplicará el artículo 433,
salvo en lo estrictamente relacionado con dichas medidas. Las medidas decretadas deberán cumplirse dentro del
plazo de veinte días, contados desde la fecha de la notificación de la resolución que las decrete. Vencido este
plazo, las medidas no cumplidas se tendrán por no decretadas y el tribunal procederá a dictar sentencia, sin más
trámite//Si en la práctica de alguna de estas medidas aparece de manifiesto la necesidad de esclarecer nuevos
hechos indispensables para dictar sentencia, podrá el tribunal abrir un término especial de prueba, no superior
a ocho días, que será improrrogable y limitado a los puntos que el mismo tribunal designe. En este evento, se
aplicará lo establecido en el inciso segundo del artículo 90. Vencido el término de prueba, el tribunal dictará
sentencia sin más trámite//Las providencias que se decreten en conformidad al presente artículo serán
inapelables, salvo las que dicte un tribunal de primera instancia disponiendo informe de peritos o abriendo el
término especial de prueba que establece el inciso precedente. En estos casos procederá la apelación en el solo
efecto devolutivo”.
De esta manera, según lo dispone el inciso segundo del artículo 431°CPC, si la diligencia probatoria que el
tribunal solicita como medida para mejor resolver se recibiera por éste una vez dictada sentencia, ella se
agregará al expediente para que sea considerada en segunda instancia, si hubiere lugar a ésta y si en segunda
instancia hay lugar a prueba.

Finalmente, cabe tener en cuenta que una vez transcurrido el término probatorio, las partes disponen de un
plazo de 10 días para observar la prueba rendida. Tras ello, el tribunal puede citar a oír sentencia, con lo cual
concluye el período de discusión y la actuación de las partes, salvo ciertas excepciones. Así lo disponen los
artículos 432°CPC y 433°CPC:

- Artículo 432°CPC: “Vencido el plazo a que se refiere el artículo 430, se hayan o no presentado escritos y
existan o no diligencias pendientes, el tribunal citará para oír sentencia//En contra de esta resolución sólo
podrá interponerse recurso de reposición, el que deberá fundarse en error de hecho y deducirse dentro de
tercero día. La resolución que resuelva la reposición será inapelable”.

- Artículo 433°CPC: “Citadas las partes para oír sentencia, no se admitirán escritos ni pruebas de ningún
género//Lo cual se entiende sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 83, 84, 159 y 290. Los plazos
establecidos en los artículos 342 N° 3, 346 N°3 y 347 que hubieren comenzado a correr al tiempo de la
citación para oír sentencia, continuarán corriendo sin interrupción y la parte podrá, dentro de ellos,
ejercer su derecho de impugnación. De producirse ésta, se tramitará en cuaderno separado y se fallará en
la sentencia definitiva, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 431”.

Características del término probatorio


Corresponden a las siguientes:

a) El término probatorio es legal, es decir, es la ley la que fija su duración, según lo dispone el artículo
328°CPC: “Para rendir prueba dentro del territorio jurisdiccional del tribunal en que se sigue el juicio
tendrán las partes el término de veinte días//Podrá, sin embargo, reducirse este término por acuerdo
unánime de las partes”.

b) El término probatorio es un término común, esto es, comienza, se computa y concluye para todas las
partes a la vez. Así lo dispone el artículo 327°CPC: “Todo término probatorio es común para las partes y
dentro de él deberán solicitar toda diligencia de prueba que no hubieren pedido con anterioridad a su
iniciación//En los casos contemplados en los artículos 310, 321 y 322 el tribunal, de estimar necesaria la
prueba, concederá un término especial de prueba, que se regirá por las normas del artículo 90, limitándose
a quince días el plazo total que establece en su inciso tercero y sin perjuicio de lo establecido en el
artículo 431”. El término probatorio comienza a correr desde que se efectúa la última notificación de la
resolución que recibe la causa a prueba, notificación la cual se practica por cédula según expresa
disposición del artículo 48°CPC. Otra alternativa de comienzo del término probatorio es aquella que tiene
lugar en los casos en que se hayan interpuesto recursos de reposición en contra de la resolución que recibe
la causa a prueba: en estos casos, el término probatorio comienza a correr desde la última notificación de la
última resolución que resuelve la última reposición.
c) El término probatorio es un término fatal (es decir, expira por su solo transcurso, sin ser necesario que se
declare la rebeldía de la contraparte que no realizó la actuación judicial dentro de plazo, en este caso,
presentar pruebas). Sin embargo, este término es fatal sólo respecto de la prueba testimonial y de la prueba
instrumental, no siendo así respecto de las demás, que pueden presentarse una vez transcurrido el término
probatorio. Así lo disponen los artículos 340°CPC y 348°CPC:

- Artículo 340°CPC: “Las diligencias de prueba de testigos sólo podrán practicarse dentro del término
probatorio//Sin embargo, las diligencias iniciadas en tiempo hábil y no concluidas en él por
impedimento cuya remoción no haya dependido de la parte interesada, podrán practicarse dentro de un
breve término que el tribunal señalará, por una sola vez, para este objeto. Este derecho no podrá
reclamarse sino dentro del término probatorio o de los tres días siguientes a su vencimiento//Siempre
que el entorpecimiento que imposibilite la recepción de la prueba sea la inasistencia del juez de la
causa, deberá el secretario, a petición verbal de cualquiera de las partes, certificar el hecho en el
proceso y con el mérito de este certificado fijará el tribunal nuevo día para la recepción de la prueba”.

- Artículo 348°CPC: “Los instrumentos podrán presentarse en cualquier estado del juicio hasta el
vencimiento del término probatorio en primera instancia, y hasta la vista de la causa en segunda
instancia//La agregación de los que se presenten en segunda instancia, no suspenderá en ningún caso la
vista de la causa; pero el tribunal no podrá fallarla, sino después de vencido el término de la citación,
cuando haya lugar a ella”.

Clases de término probatorio


Corresponden a las siguientes:

1° Término probatorio ordinario: Es de veinte días, según lo dispone el artículo 328°CPC. No puede ser
aumentado o prorrogado, sino sólo reducido por común acuerdo de las partes. En este término probatorio,
las partes pueden rendir prueba tanto dentro como fuera del territorio jurisdiccional en que funciona el
tribunal que conoce de la causa, e inclusive fuera del territorio de la República, según lo dispone el artículo
334°CPC: “Se puede, durante el término ordinario, rendir prueba en cualquier parte de la República y
fuera de ella”. En este último caso, se habla del término probatorio extraordinario.

2° Término probatorio extraordinario: Es un término de probatorio que se concede para rendir prueba
exclusivamente fuera del territorio jurisdiccional en que funciona el tribunal que conoce de la causa y dura
el número de días que fije la tabla de emplazamiento. Así lo dispone el artículo 329°CPC: “Cuando haya de
rendirse prueba en otro territorio jurisdiccional o fuera de la República, se aumentará el término ordinario
a que se refiere el artículo anterior con un número de días igual al que concede el artículo 259 para
aumentar el de emplazamiento”.

El término probatorio extraordinario debe solicitarse antes de concluido el término ordinario, y comienza a
correr automáticamente después del término de prueba ordinario. Durante su duración solamente podrá
rendirse prueba en las localidades respecto de las cuales se haya concedido. Así lo establecen los artículos
332°CPC, 333°CPC y 335°CPC:
- Artículo 332°CPC “El aumento extraordinario para rendir prueba deberá solicitarse antes de vencido el
término ordinario, determinando el lugar en que dicha prueba debe rendirse”.

- Artículo 333°CPC: “Todo aumento del término ordinario continuará corriendo después de éste sin
interrupción y sólo durará para cada localidad el número de días fijado en la tabla respectiva”.

- Artículo 335°CPC: “Vencido el término ordinario, sólo podrá rendirse prueba en aquellos lugares para
los cuales se haya otorgado aumento extraordinario del término”.

El término probatorio extraordinario se subclasifica a su vez de la siguiente manera:

2.1 Término extraordinario para rendir prueba dentro del territorio de la República: Debe solicitarse
dentro del término ordinario y se concede siempre, salvo que el tribunal estime que se está pidiendo
maliciosamente para demorar al juicio. Así lo establece el artículo 330°CPC: “El aumento extraordinario
para rendir prueba dentro de la República se concederá siempre, salvo que haya justo motivo para creer
que se pide maliciosamente con el solo propósito de demorar el curso del juicio”.

Se concede previa citación de la contraparte, lo cual significa que dispone de tres días para oponerse.
Así lo dispone el artículo 336°CPC: “El aumento extraordinario para rendir prueba dentro de la
República se otorgará con previa citación; el que deba producir efecto fuera del país se decretará con
audiencia de la parte contraria//Los incidentes a que dé lugar la concesión de aumento extraordinario
se tramitarán en pieza separada y no suspenderán el término probatorio//Con todo, no se contarán en
el aumento extraordinario los días transcurridos mientras dure el incidente sobre concesión del mismo”.

2.2 Término extraordinario para rendir prueba fuera del territorio de la República: Debe solicitarse
dentro término probatorio ordinario y el tribunal resuelve su procedencia previa audiencia de la
contraparte, según lo dispone el citado artículo 336°CPC en su inciso primero. Sobre su procedencia se
pronuncia el artículo 331°CPC en los siguientes términos: “No se decretará el aumento extraordinario
para rendir prueba fuera de la República sino cuando concurran las circunstancias siguientes:

1° Que del tenor de la demanda, de la contestación o de otra pieza del expediente aparezca que los
hechos a que se refieren las diligencias probatorias solicitadas han acaecido en el país en que deben
practicarse dichas diligencias, o que allí existen los medios probatorios que se pretende obtener.

2° Que se determine la clase y condición de los instrumentos de que el solicitante piensa valerse y el
lugar en que se encuentran.

3° Que, tratándose de prueba de testigos, se exprese su nombre y residencia o se justifique algún


antecedente que haga presumible la conveniencia de obtener sus declaraciones”.

De esta manera, los requisitos de procedencia del término probatorio extraordinario para rendir prueba
fuera del territorio de le República corresponden a los siguientes:
- Que en los antecedentes aportados en el proceso aparezca de manifiesto que los hechos ocurrieron
en ese lugar o que las pruebas se encuentran allí.

- Respecto de la prueba instrumental, se debe señalar la clase y condición de los instrumentos y el


lugar en que se encuentran.

- Tratándose de testigos, se debe señalar su nombre y residencia, y justificar por qué motivo su
declaración es relevante para el juicio.

- Se exige que se haga un depósito en el tribunal de una cantidad que varía entre medio sueldo vital y
dos sueldos vitales. Esto corresponde en el fondo a una garantía de seriedad. Así lo exige el inciso
primero del artículo 338°CPC: “Siempre que se solicite aumento extraordinario para rendir prueba
fuera de la República, exigirá el tribunal, para dar curso a la solicitud, que se deposite en la cuenta
corriente del tribunal una cantidad cuyo monto no podrá fijarse en menos de medio sueldo vital ni en
más de dos sueldos vitales”.

Si se concede el término probatorio extraordinario, sea para presentar pruebas dentro o fuera del territorio
de la República, y la parte que lo haya obtenido no rinde prueba o sólo rinde una impertinente, se le
sanciona con la obligación de pagar a la otra parte los gastos en que hubiere incurrido. Así lo dispone el
artículo 337°CPC: “La parte que haya obtenido aumento extraordinario del término para rendir prueba
dentro o fuera de la República, y no la rinda, o sólo rinda una impertinente, será obligada a pagar a la otra
parte los gastos que ésta haya hecho para presenciar las diligencias pedidas, sea personalmente, sea por
medio de mandatarios//Esta condenación se impondrá en la sentencia definitiva y podrá el tribunal
exonerar de ella a la parte que acredite no haberla rendido por motivos justificados”.

Ahora bien, si esta situación tuviere lugar específicamente respecto del término probatorio extraordinario
para rendir prueba fuera de la República, se aplica, sin perjuicio de la sanción del artículo 337°CPC, la
sanción contenida en el inciso segundo del artículo 338°CPC: “Sin perjuicio de lo que dispone el artículo
anterior, se mandará aplicar al Fisco la cantidad consignada si resulta establecida en el proceso alguna de
las circunstancias siguientes:

1° Que no se ha hecho diligencia alguna para rendir la prueba pedida.

2° Que los testigos señalados, en el caso del artículo 331, no tenían conocimiento de los hechos, ni se
han hallado en situación de conocerlos.

3° Que los testigos o documentos no han existido nunca en el país en que se ha pedido que se practiquen
las diligencias probatorias”.

3° Término probatorio especial: Es aquel que el tribunal concede cuando ha ocurrido algún entorpecimiento
u obstáculo que ha impedido la rendición de una prueba determinada. Se refiere a este término probatorio
el artículo 339°CPC, que dispone lo siguiente: “El término de prueba no se suspenderá en caso alguno, salvo
que todas las partes lo pidan. Los incidentes que se formulen durante dicho término o que se relacionen
con la prueba, se tramitarán en cuaderno separado//Si durante él ocurren entorpecimientos que
imposibiliten la recepción de la prueba, sea absolutamente, sea respecto de algún lugar determinado,
podrá otorgarse por el tribunal un nuevo término especial por el número de días que haya durado el
entorpecimiento y para rendir prueba sólo en el lugar a que dicho entorpecimiento se refiera//No podrá
usarse de este derecho si no se reclama del obstáculo que impide la prueba en el momento de presentarse
o dentro de los tres días siguientes//Deberá concederse un término especial de prueba por el número de
días que fije prudencialmente el tribunal, y que no podrá exceder de ocho, cuando tenga que rendirse
nueva prueba, de acuerdo con la resolución que dicte el tribunal de alzada, acogiendo la apelación
subsidiaria a que se refiere el artículo 319. Para hacer uso de este derecho no se necesita la reclamación
ordenada en el inciso anterior. La prueba ya producida y que no esté afectada por la resolución del tribunal
de alzada tendrá pleno valor”.

El término probatorio especial se concede sólo para rendir la prueba determinada que haya sido objeto de
entorpecimiento (así, por ejemplo, si el entorpecimiento ha sido la no concurrencia a declarar de un testigo
previamente citado, el término especial que se abra servirá sólo para recibir la declaración de ese testigo, y
no de otros testigos u otras pruebas).

El término probatorio especial lo solicita la parte afectada y lo decreta el tribunal cuando tiene lugar alguna
de las siguientes causales:

a) Si durante el término probatorio, ordinario o extraordinario, ocurren entorpecimientos que


imposibiliten la recepción de la prueba. En este caso se otorga un término especial por el número de días
que haya durado el entorpecimiento, según lo dispone el ya citado artículo 339°CPC. Se requiere además
que la parte respectiva presente un escrito ‘alegando entorpecimiento’ dentro de los tres días siguientes
a su manifestación (del entorpecimiento), señalando en un otrosí que solicita el término probatorio
especial.

b) Si debe rendirse nueva prueba por haber acogido el tribunal superior el recurso de apelación en contra
de la resolución que recibió la causa a prueba. En este caso no se requiere solicitud previa ni alegar
entorpecimiento, sino que, recibidas las compulsas de la Corte de Apelaciones, el tribunal debe conceder
un término de prueba por un número prudencial de días que no podrá exceder de ocho.

c) Si habiendo comenzado la prueba testimonial a rendirse durante el término probatorio ordinario, no


alcanza a terminar, se concederá por una sola vez un término especial breve que fijará prudencialmente
el tribunal. En este caso se requiere de solicitud previa y que se alegue entorpecimiento dentro de
tercero día, según lo dispone el artículo 340°CPC: “Las diligencias de prueba de testigos sólo podrán
practicarse dentro del término probatorio//Sin embargo, las diligencias iniciadas en tiempo hábil y no
concluidas en él por impedimento cuya remoción no haya dependido de la parte interesada, podrán
practicarse dentro de un breve término que el tribunal señalará, por una sola vez, para este objeto.
Este derecho no podrá reclamarse sino dentro del término probatorio o de los tres días siguientes a su
vencimiento//Siempre que el entorpecimiento que imposibilite la recepción de la prueba sea la
inasistencia del juez de la causa, deberá el secretario, a petición verbal de cualquiera de las partes,
certificar el hecho en el proceso y con el mérito de este certificado fijará el tribunal nuevo día para la
recepción de la prueba”.
d) Si el entorpecimiento consiste en la inasistencia del juez al tribunal, el secretario certificará este
hecho a petición verbal de la parte interesada (la que presenta al testigo). Con el mérito de este
certificado el tribunal fijará un nuevo día para la recepción de la prueba (generalmente no tiene lugar
esta causal, porque operan las reglas de la subrogación e integración).

e) Siempre que el legislador lo establezca, como por ejemplo:

- Artículo 159°CPC inciso tercero: “Si en la práctica de alguna de estas medidas aparece de
manifiesto la necesidad de esclarecer nuevos hechos indispensables para dictar sentencia, podrá el
tribunal abrir un término especial de prueba, no superior a ocho días, que será improrrogable y
limitado a los puntos que el mismo tribunal designe. En este evento, se aplicará lo establecido en el
inciso segundo del artículo 90. Vencido el término de prueba, el tribunal dictará sentencia sin más
trámite”.

- Artículo 376°CPC: “Cuando el tribunal lo estime necesario para resolver el juicio, recibirá las
tachas a prueba, la cual se rendirá dentro del término concedido para la cuestión principal. Pero si
éste está vencido o lo que de él reste no sea suficiente, se ampliará para el solo efecto de rendir la
prueba de tachas hasta completar diez días, pudiendo además solicitarse aumento extraordinario que
concede el artículo 329 en los casos a que él se refiere”.

- Artículo 402°CPC: “No se recibirá prueba alguna contra los hechos personales claramente
confesados por los litigantes en el juicio//Podrá, sin embargo, admitirse prueba en este caso y aun
abrirse un término especial para ella, si el tribunal lo estima necesario y ha expirado el probatorio
de la causa, cuando el confesante alegue, para revocar su confesión, que ha padecido error de hecho
y ofrezca justificar esta circunstancia//Lo dispuesto en el inciso precedente se aplicará también al
caso en que los hechos confesados no sean personales del confesante”.

Valoración de la prueba
Es en este ámbito donde incide fundamentalmente la discrecionalidad del juez, pues se trata eminentemente de
una labor subjetiva de éste. Por ello, por tratarse de una labor subjetiva, algunos han señalado que esta materia
no es ni puede ser objeto de regulación alguna. Sin embargo, tales grados de libertad se pueden prestar y se han
efectivamente prestado para tremendos abusos, por lo cual esta materia es efectivamente regulada, aunque
respetándose ciertos grados de libertad del juez.

Los sistemas de valoración de la prueba, que generalmente no son absolutos, corresponden a los siguientes:

1° Sistema de libre valoración del juez: Este sistema reconoce un mayor grado de libertad al juez en la
valoración de la prueba. Incluye dos subsistemas:

a) Sistema de íntima convicción: Históricamente, este es el primer sistema que surge. En este tipo de
sistemas, la ley puede o no regular cuáles son los medios de prueba permitidos o autorizados, pero no
regula la labor del juez en su valoración, siendo éste plenamente libre para tales efectos. En estos casos,
no existen mecanismos de control del grado de convicción del tribunal, y si los hay son muy débiles, por
las siguientes razones:
- No se le exige al juez que exprese la motivación de las sentencias que dicta.

- No existen posibilidades de impugnar la forma de obtener tal convicción: los recursos son limitados.

Un ejemplo de este sistema es el sistema de jurados norteamericano. Un sistema de íntima convicción


puede llevar a abusos y así ha sucedido efectivamente, por lo cual se ofrecen históricamente diversas
posibilidades de corrección a los vicios de este sistema.

b) Sistema de la sana crítica: Históricamente, es el último en surgir, como respuestas a las deficiencias
del sistema de prueba legal o tasada. Mediante este sistema, se le reconoce una libertad amplia al juez
en la valoración de la prueba, pero con dos limitaciones esenciales:

- La valoración debe ser racional y lógica.

- Se debe motivar la valoración, es decir, se debe expresar las razones en base a las cuales se valora
la prueba de la manera que lo hace.

Es cierto que en estos sistemas el tribunal goza de un campo de libertad mucho mayor que en el sistema
de prueba legal o tasada, pero se dispone, a diferencia de lo que sucede con el sistema de íntima
convicción, de mecanismos de control de la valoración de la prueba, a saber:

- Se puede controlar la motivación de la valoración.

- Se dispone de los demás recursos que se tienen cuando la motivación es irracional o ilógica. Esto es
especialmente importante, pues para que efectivamente funcione un sistema de valoración de la
prueba de la sana crítica, donde se exige que tal valoración sea racional y lógica, es necesario un
control por parte del tribunal superior respecto de ello, pues de lo contrario se derivaría en un
sistema de íntima convicción.

El sistema de la sana crítica es muy común hoy en día, y en Chile se ha adoptado en muchos procesos,
como por ejemplo:

- En materia penal, según lo dispone el artículo 297° del Código Procesal Penal: “Valoración de la
prueba. Los tribunales apreciarán la prueba con libertad, pero no podrán contradecir los principios
de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados//El
tribunal deberá hacerse cargo en su fundamentación de toda la prueba producida, incluso de aquélla
que hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones que hubiere tenido en cuenta para
hacerlo//La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el señalamiento del o de los medios de
prueba mediante los cuales se dieren por acreditados cada uno de los hechos y circunstancias que se
dieren por probados. Esta fundamentación deberá permitir la reproducción del razonamiento
utilizado para alcanzar las conclusiones a que llegare la sentencia”.
- En materia laboral, según lo dispone el artículo 456° del Código del Trabajo: “Al apreciar las
pruebas según la sana crítica, el tribunal deberá expresar las razones jurídicas y las simplemente
lógicas, científicas, técnicas o de experiencia en cuya virtud les designe valor o las desestime. En
general, tomará en especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y
conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen conduzca
lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador”.

- En tribunales de familia, según lo dispone el artículo 32° de la ley N° 19.968: “Valoración de la


prueba. Los jueces apreciarán la prueba de acuerdo a las reglas de la sana crítica. En consecuencia,
no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados. La sentencia deberá hacerse cargo en su fundamentación de toda la
prueba rendida, incluso de aquella que hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones
tenidas en cuenta para hacerlo//La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el
señalamiento de los medios de prueba mediante los cuales se dieren por acreditados cada uno de los
hechos, de modo de contener el razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a que llegare
la sentencia”.

2° Sistema de prueba legal o tasada: Surge como respuesta a las deficiencias del sistema de íntima
convicción. Consiste en que es el legislador el que establece por anticipado el valor de cada medio
probatorio. Para estos efectos, se establecen tablas de apreciación comparativa en caso de disconformidad
entre los distintos medios de prueba. Es decir, se determina tanto el valor de cada medio probatorio como
de cada situación posible de disconformidad.

El problema inmediato de este sistema es que es manifiestamente difícil que la ley regule cada una de las
posibles situaciones de disconformidad entre los distintos medios de prueba que puede presentarse en la
práctica. La ley, en efecto, nunca va a ser omnicomprensiva respecto de todas las situaciones que de hecho
tienen lugar. Además, este sistema presenta el problema de que las normas que se refieren a estas materias
siempre van a dejar márgenes de discrecionalidad del juez, es decir, inevitablemente se van a producir
vacíos (aunque los márgenes de discrecionalidad van a ser claramente más restringidos que en un sistema de
íntima convicción).

Se le critica que es el juez el que está en mejores condiciones para valorar las pruebas en el caso concreto y
no el legislador abstractamente. Además, en la práctica (como sucede efectivamente en Chile), existen
áreas completas donde el legislador no ha dicho palabra alguna, lo cual puede dar lugar a claros abusos. Así,
por ejemplo, en Chile, el legislador ha pretendido ser extremadamente cuidadoso al regular la prueba
testimonial, según se desprende de la lectura del artículo 384°CPC: “Los tribunales apreciarán la fuerza
probatoria de las declaraciones de los testigos conforme a las reglas siguientes:

1° La declaración de un testigo imparcial y verídico constituye una presunción judicial cuyo mérito
probatorio será apreciado en conformidad al artículo 426.

2° La de dos o más testigos contestes en el hecho y en sus circunstancias esenciales, sin tacha,
legalmente examinados y que den razón de sus dichos, podrá constituir prueba plena cuando no haya
sido desvirtuada por otra prueba de contrario.
3° Cuando las declaraciones de los testigos de una parte sean contradictorias con las de los testigos de
la otra, tendrán por cierto lo que declaren aquellos que, aun siendo en menor número, parezca que
dicen la verdad por estar mejor instruidos de los hechos, o por ser de mejor fama, más imparciales y
verídicos, o por hallarse más conformes en sus declaraciones con otras pruebas de proceso.

4° Cuando los testigos de una y otra parte reúnan iguales condiciones de ciencia, de imparcialidad y de
veracidad, tendrán por cierto lo que declare el mayor número.

5° Cuando los testigos de una y otra parte sean iguales en circunstancias y en número, de tal modo que
la sana razón no pueda inclinarse a dar más crédito a los unos que a los otros, tendrán igualmente por
no probado el hecho.

6° Cuando sean contradictorias las declaraciones de los testigos de una misma parte, las que favorezcan
a la parte contraria se considerarán presentadas por ésta, apreciándose el mérito probatorio de todas
ellas en conformidad a las reglas precedentes”.

Sin embargo, de lo dispuesto en el mismo artículo 384°CPC se desprende que existen aun así márgenes de
discrecionalidad en los cuales corresponde al juez y no a la ley valorar la prueba (por la amplitud y
vaguedad de las fórmulas a las que recurre).

De esta manera, el sistema de prueba legal o tasada termina en los hechos de la misma manera que un
sistema de íntima convicción: dejando amplios márgenes de discrecionalidad a los jueces en la valoración de
la prueba.

En materia procesal civil existe en Chile un sistema de prueba legal o tasada, es decir, es el legislador el que
establece el valor de cada medio de prueba. La infracción de estas normas justifica la interposición del recurso
de casación en el fondo, en razón de una errónea interpretación de las normas reguladoras de la prueba. No
obstante, según se señaló, los sistemas de prueba legal o tasada terminan por diversas circunstancias en sistemas
de íntima convicción. Por ello, se pueden señalar al menos tres vías de ‘escape’ a este sistema, por las cuales se
concede mayor discrecionalidad al juez12:

1° Existen ciertos procedimientos completos en que se reconoce mayor discrecionalidad al juez, como por
ejemplo:

- En los juicios de mínima cuantía, que corresponden a aquellos donde el valor de la materia del juicio es
menor a los 300.000 pesos, según lo dispone el artículo 724°CPC: “La prueba se apreciará en la forma
ordinaria. Pero podrá el tribunal, en casos calificados, estimarla conforme a conciencia, y según la
impresión que le haya merecido la conducta de las partes durante el juicio y la buena o mala fe con que
hayan litigado en él”.

12
Es importante no confundir los sistemas de valoración de la prueba con los sistemas procesales que
regulan los medios de pruebas admisibles en un determinado ordenamiento jurídico (sistema de libertad
o sistema taxativo).
- En los procedimientos ante tribunales de familia (donde el sistema es de la sana crítica).

- En los procedimientos ante los juzgados de policía local (donde el sistema es de la sana crítica).

- En los juicios de arriendo (donde el sistema es de la sana crítica).

2° En general, se excluyen medios de prueba del sistema de prueba legal o tasada para que sean avaluados
por el juez, como por ejemplo:

- Respecto del informe de peritos, el artículo 425°CPC determina que éste es valorado conforme a la
sana crítica. Dispone el artículo 425°CPC lo siguiente: “Los tribunales apreciarán la fuerza probatoria
del dictamen de peritos en conformidad a las reglas de la sana crítica”. La Corte Suprema ha
determinado en los hechos que se trate en realidad de un sistema de íntima convicción, pues nunca se
exige motivación y se le reconocen amplias libertades a los jueces.

- La prueba testimonial destinada a invalidar una escritura pública se aprecia según las reglas de la sana
crítica, según lo dispone el artículo 429°CPC: “Para que pueda invalidarse con prueba testimonial una
escritura pública, se requiere la concurrencia de cinco testigos, que reúnan las condiciones expresadas
en la regla segunda del artículo 384, que acrediten que la parte que se dice haber asistido
personalmente al otorgamiento, o el escribano, o alguno de los testigos instrumentales, ha fallecido con
anterioridad o ha permanecido fuera del lugar en el día del otorgamiento y en los setenta días
subsiguientes//Esta prueba, sin embargo, queda sujeta a la calificación del tribunal, quien la apreciará
según las reglas de la sana crítica//La disposición de este artículo sólo se aplicará cuando se trate de
impugnar la autenticidad de la escritura misma, pero no las declaraciones consignadas en una escritura
pública auténtica”.

- La valoración de la prueba testimonial, según las reglas vistas en el artículo 384°CPC, es amplia y vaga,
dejando amplios márgenes de discrecionalidad al juez.

3° Finalmente, porque en la apreciación comparativa de las pruebas, el juez goza de libertad, según lo
dispone el artículo 428°CPC: “Entre dos o más pruebas contradictorias, y a falta de ley que resuelva el
conflicto, los tribunales preferirán la que crean más conforme con la verdad”.

Medios de prueba
Un medio de prueba es todo antecedente que permite al tribunal alcanzar cierta convicción acerca de un hecho.
Las clasificaciones de los medios de prueba corresponden a las siguientes:

1° Atendiendo al contacto del juez con el hecho probado (no con la prueba), se distingue entre:

a) Pruebas directas, que corresponden a aquellas en las cuales el contacto entre el juez y el hecho
probado es inmediato; es decir, el juez observa inmediatamente el hecho controvertido. Este es el caso
por ejemplo de la inspección personal del tribunal o de un instrumento que es él mismo el hecho
controvertido.
b) Pruebas indirectas, que corresponden a aquellas en las cuales el contacto entre el juez y el hecho
probado es mediato, pues se produce a través del medio probatorio (como por ejemplo en una
declaración de testigos).

2° Atendiendo al momento en que se genera el medio de prueba, se distingue entre:

a) Pruebas preconstituidas, que corresponden a aquellas generadas con anterioridad al juicio (como los
instrumentos por ejemplo).

b) Pruebas actuales o sobrevinientes, que corresponden a aquellas generadas durante el juicio (como una
declaración de testigos por ejemplo).

3° Atendiendo a su eficacia, se distingue entre:

a) Prueba semiplena, que corresponde a aquella que por si sola no permite convencer al tribunal.

b) Plena prueba, que corresponde a aquella que por sí sola permite convencer al tribunal, lo cual no
significa que el tribunal esté obligado a convencerse de esa prueba, cosa muy distinta de la anterior. Un
ejemplo de plena prueba es el instrumento público.

c) Plena prueba excluyente, que corresponde a aquella por la cual el juez debe (está obligado a) tener
por acreditado el hecho sin admitir prueba en contrario. Este es el caso, por ejemplo, de la confesión
judicial sobre hechos propios y de la contabilidad entre comerciantes. En estos casos el juez no goza de
discrecionalidad, pues está obligado a dar el hecho por acreditado. Tanto es así, que la plena prueba
excluyente es el único medio de prueba cuya infracción permite la interposición del recurso de casación
en el fondo por infracción de las normas reguladoras de la prueba.

Prueba instrumental
Como consecuencia del sistema taxativo de medios de prueba, no existe un concepto claro de instrumento (pues
normalmente se amparan bajo él cosas de la más diversa índole, como videos, fotografías, etc). Por ello, se han
ofrecido diversos conceptos, algunos más amplios que otros:

- Algunos tienen un concepto amplio de instrumento, entendiendo por tal toda representación material,
idónea para dejar constancia de un hecho.

- Otros tienen un concepto un tanto más restringido de instrumento, entendiendo por tal todo escrito en
que se consigna un hecho (este es el sentido original del término, como se refleja en Francia, donde se le
denomina prueba literal).

- Otros tienen un concepto aun más restringido de instrumento, entendiendo por tal todo escrito en que se
consigna un acto jurídico.
- Otros, finalmente, tienen un concepto excesivamente restringido, entendiendo por tal todo escrito que da
cuenta de un hecho o de un acto jurídico que está firmado. Con este concepto lo que se quiere es que el
instrumento refleje una manifestación clara de voluntad.

La prueba instrumental es muy importante en los sistemas civiles continentales, a diferencia de los anglosajones,
y especialmente en los países latinoamericanos, donde normalmente se desconfía de otras pruebas que gozan de
mayor prestigio en los países del common law (como las pruebas de testigos).

Las características de la prueba instrumental corresponden a las siguientes:

- Es un medio de prueba generalmente indirecto (es directo cuando el mismo instrumento corresponde al
hecho controvertido).

- Es un medio de prueba preconstituido.

- Es un medio de prueba que generalmente produce plena prueba.

La clasificación de la prueba instrumental es la siguiente:

1° En cuanto al motivo de su otorgamiento, se distingue entre:

a) Instrumentos otorgados por vía de prueba.

b) Instrumentos otorgados por vía de solemnidad.

2° En cuanto a su admisibilidad, se distingue entre:

a) Instrumento público o auténtico, que se encuentra definido en el artículo 1699°CC en los siguientes
términos: “Instrumento público o auténtico es el autorizado con las solemnidades legales por el
competente funcionario//Otorgado ante escribano e incorporado en un protocolo o registro público, se
llama escritura pública”.

b) Instrumento privado, que es todo aquél instrumento que no es público.

Esta clasificación no tiene importancia respecto del valor probatorio del instrumento, sino respecto de su
admisibilidad:

- Los instrumentos públicos son admitidos, pues se presume su autenticidad, de conformidad al artículo
1700°CC: “El instrumento público hace plena fe en cuanto al hecho de haberse otorgado y su fecha,
pero no en cuanto a la verdad de las declaraciones que en él hayan hecho los interesados. En esta parte
no hace plena fe sino contra los declarantes//Las obligaciones y descargos contenidos en él hacen plena
prueba respecto de los otorgantes y de las personas a quienes se transfieran dichas obligaciones y
descargos por título universal o singular”. Importa tener en cuenta lo dispuesto en el artículo 1701°CC:
“La falta de instrumento público no puede suplirse por otra prueba en los actos y contratos en que la
ley requiere esa solemnidad; y se mirarán como no ejecutados o celebrados aun cuando en ellos se
prometa reducirlos a instrumento público dentro de cierto plazo, bajo una cláusula penal: esta cláusula
no tendrá efecto alguno//Fuera de los casos indicados en este artículo, el instrumento defectuoso por
incompetencia del funcionario o por otra falta en la forma, valdrá como instrumento privado si
estuviere firmado por las partes”.

- Los instrumentos privados requieren reconocimiento en juicio por parte de su autor para ser admitidos,
pues no se presume su autenticidad. No obstante, reconocidos en juicio, tienen el mismo valor
probatorio que los instrumentos públicos, según lo establece el artículo 1702°CC: “El instrumento
privado, reconocido por la parte a quien se opone, o que se ha mandado tener por reconocido en los
casos y con los requisitos prevenidos por ley, tiene el valor de escritura publica respecto de los que
aparecen o se reputan haberlo suscrito, y de las personas a quienes se han transferido las obligaciones y
derechos de éstos”.
Instrumento público
Es instrumento público el autorizado con las solemnidades legales por el competente funcionario, según lo
establece el citado artículo 1699°CC. Todo instrumento público tiene que cumplir tres requisitos:

1° Que tenga la autorización de un funcionario público: La función del funcionario público es de fe pública,
es decir, de comprobar con su autorización que las partes otorgaron un determinado documento. Qué
funcionarios disponen de esta facultad para autorizar instrumentos públicos, lo dispone expresamente la
ley, como por ejemplo:

- El notario está facultado para autorizar escrituras públicas.

- El oficial del Registro Civil está facultado para autorizar determinadas actas o certificados, como actas
de defunción, certificados de nacimiento, de matrimonio, etc.

- El receptor está facultado para autorizar las actas que se levantan en las declaraciones de testigos.

- El secretario del tribunal está facultado para autorizar con su firma las actuaciones judiciales
(especialmente las resoluciones judiciales).

Se duda si constituyen o no instrumentos públicos documentos que no son verdaderamente autorizados por
un funcionario público, sino más bien otorgados, como es el caso de los certificados de propiedad inmueble
que otorga el conservador de bienes raíces. Hay muchos fallos que sin detenerse expresamente en el punto,
le reconocen valor probatorio a estos documentos que no son autorizados por un funcionario público, sino
otorgados, haciéndolo por lo demás con bastante ligereza. En la práctica, el concepto contenido en el
artículo 1699°CC es ampliado constantemente, pues se incluyen los instrumentos que son otorgados por un
funcionario público.

Los posibles problemas que se podrían presentar en relación a esta clase de documentos, dicen relación con
lo dispuesto en el artículo 1700°CC: “El instrumento público hace plena fe en cuanto al hecho de haberse
otorgado y su fecha, pero no en cuanto a la verdad de las declaraciones que en él hayan hecho los
interesados. En esta parte no hace plena fe sino contra los declarantes//Las obligaciones y descargos
contenidos en él hacen plena prueba respecto de los otorgantes y de las personas a quienes se transfieran
dichas obligaciones y descargos por título universal o singular”. En efecto, si los instrumentos públicos, en
relación a sus declaraciones, hacen plena fe sólo respecto de los declarantes, en el caso de un certificado
del conservador, por ejemplo, ello significaría que valdría sólo respecto de él y no respecto de las partes, lo
cual carece de utilidad práctica.

Ahora bien, resulta importante tener en cuenta que el hecho de que se firme un documento ante notario NO
lo transforma por ese solo hecho en instrumento público, pues es la ley la que regula qué debe entenderse
por tales y a cuáles corresponden (obviamente, es siempre preferible, para efectos probatorios, firmar un
documento ante notario). Tampoco es instrumento público un instrumento privado protocolizado ante
notario (la protocolización tiene por efecto darle fecha cierta al documento).
2° Que el funcionario público sea competente para autorizar ese documento: Para determinar la
competencia del funcionario, hay dos factores en juego:

- La materia: La ley determina que determinados funcionarios estén facultados para autorizar cierta
clase de documentos (los notarios las escrituras públicas, los secretarios de tribunales las resoluciones
judiciales, etc).

- El territorio: Cada uno de estos funcionarios puede autorizar documentos sólo dentro del territorio
jurisdiccional donde ejercen sus funciones (el notario en su notaría, el secretario en el tribunal donde
trabaja, etc).

3° Que sea otorgado en cumplimiento de las solemnidades legales: Estas solemnidades varían dependiendo
del tipo de documento. Son especialmente importantes las solemnidades que deben cumplir las escrituras
públicas, que según lo dispone el inciso segundo del artículo 1699°CC, corresponden a instrumentos públicos
otorgados ante notario e incorporados en un protocolo o registro público. Las solemnidades de las escrituras
públicas están reguladas en los artículos 403°COT a 414°COT, que disponen lo siguiente:

- Artículo 403°COT: “Escritura pública es el instrumento público o auténtico otorgado con las
solemnidades que fija esta ley, por el competente notario, e incorporado en su protocolo o registro
público”.

- Artículo 404°COT: “Las escrituras públicas deben escribirse en idioma castellano y estilo claro y
preciso, y en ellas no podrán emplearse abreviaturas, cifras ni otros signos que los caracteres de uso
corriente, ni contener espacios en blanco//Podrán emplearse también palabras de otro idioma que sean
generalmente usadas o como término de una determinada ciencia o arte//El notario deberá inutilizar,
con su firma y sello, el reverso no escrito de las hojas en que se contenga una escritura pública o de sus
copias”.

- Artículo 405°COT: “Las escrituras públicas deberán otorgarse ante notario y podrán ser extendidas
manuscritas, mecanografiadas o en otra forma que leyes especiales autoricen. Deberán indicar el lugar y
fecha de su otorgamiento, la individualización del notario autorizante y el nombre de los
comparecientes, con expresión de su nacionalidad, estado civil, profesión, domicilio y cédula de
identidad, salvo en el caso de extranjeros y chilenos radicados en el extranjero, quienes podrán
acreditar su identidad con el pasaporte o con el documento de identificación con que se les permitió su
ingreso al país//Además, el notario al autorizar la escritura indicará el número de anotación que tenga
en el repertorio, la que se hará el día en que sea firmada por el primero de los otorgantes//El
reglamento fijará la forma y demás características que deben tener los originales de escritura pública y
sus copias”.

- Artículo 406°COT: “Las escrituras serán rubricadas y selladas en todas sus fojas por el
notario//Carecerá de valor el retiro unilateral de la firma estampada en el instrumento si éste ya lo
hubiere suscrito otro de los otorgantes”.
- Artículo 407°COT: “Cualquiera de las partes podrá exigir al notario que antes de firmarla, lea la
escritura en alta voz, pero si todos los otorgantes están de acuerdo en omitir esta formalidad, leyéndola
ellos mismos, podrá procederse así”.

- Artículo 408°COT: “Si alguno de los comparecientes o todos ellos no supieren firmar, lo hará a su
ruego uno de los otorgantes que no tenga interés contrario, según el texto de la escritura, o una tercera
persona, debiendo los que no firmen poner junto a la del que la hubiere firmado a su ruego, la
impresión del pulgar de la mano derecha o, en su defecto, el de la izquierda. El notario dejará
constancia de este hecho o de la imposibilidad absoluta de efectuarlo//Se considera que una persona
firma una escritura o documento no sólo cuando lo hace por sí misma, sino también en los casos en que
supla esta falta en la forma establecida en el inciso anterior”.

- Artículo 409°COT: “Siempre que alguno de los otorgantes o el notario lo exijan, los firmantes dejarán
su impresión digital en la forma indicada en el artículo anterior”.

- Artículo 410°COT: “No será obligatorio insertar en la escritura documentos de ninguna especie, a
menos que alguno de los otorgantes lo requiera//Si en virtud de una ley debe insertarse en la escritura
determinado documento, se entenderá cumplida esta obligación con su exhibición al notario, quien
dejará constancia de este hecho antes o después de la firma de los otorgantes indicando la fecha y
número del documento, si los tuviere, y la autoridad que lo expidió; y el documento será agregado al
final del protocolo”.

- Artículo 411°COT: “Se tendrán por no escritas las adiciones, apostillas, entre reglonaduras, raspaduras
o enmendaduras u otra alteración en las escrituras originales que no aparezcan salvadas al final y antes
de las firmas de los que las suscriban//Corresponderá al notario, salvar las adiciones, apostillas, entre
renglonaduras, raspaduras o enmendaduras”.

- Artículo 412°COT: “Serán nulas las escrituras públicas:

1° Que contengan disposiciones o estipulaciones a favor del notario que las autorice, de su cónyuge,
ascendientes, descendientes o hermanos.

2° Aquellas en que los otorgantes no hayan acreditado su identidad en alguna de las formas
establecidas en el artículo 405, o en que no aparezcan las firmas de las partes y del notario”.

- Artículo 413°COT: “Las escrituras de constitución, modificación, resciliación o liquidación de


sociedades, de liquidación de sociedades conyugales, de partición de bienes, escrituras constitutivas de
personalidad jurídica, de asociaciones de canalistas, cooperativas, contratos de transacciones y
contratos de emisión de bonos de sociedades anónimas, sólo podrán ser extendidas en los protocolos
notariales sobre la base de minutas firmadas por algún abogado//Asimismo, el notario dejará constancia
en las escrituras del nombre del abogado redactor de la minuta. La omisión de esta exigencia no
afectará la validez de la escritura//Las obligaciones establecidas en los incisos anteriores no regirán en
los lugares donde no hubiere abogados en un número superior a tres//El notario autorizará las
escrituras una vez que éstas estén completas y hayan sido firmadas por todos los comparecientes”.
- Artículo 414°COT: “En cuanto al otorgamiento de testamento, se estará a lo establecido al respecto en
el Código Civil, debiendo el notario dejar constancia de la hora y lugar en que se otorgue. La identidad
del testador deberá ser acreditada en la forma establecida en el artículo 405. No regirá esta exigencia
cuando, a juicio del notario, circunstancias calificadas así lo aconsejen”.

En relación al concepto de instrumento público, cabe tomar en consideración el de documentos oficiales. Los
documentos oficiales corresponden a una creación jurisprudencial respecto de ciertos documentos privados que
por su mayor confiabilidad se les otorga o reconoce presunción de autenticidad. La importancia de esta
presunción de veracidad es que tiene lugar respecto de terceros, y no sólo respecto de los declarantes, como
sucede con los instrumentos públicos, de conformidad al artículo 1700°CC (es decir, tienen mayor valor
probatorio que los instrumentos públicos). Ejemplos de estos documentos oficiales son:

- Los documentos emitidos por funcionarios públicos (como los certificados del conservador de bienes
raíces).

- Las fichas médicas en los hospitales.

- Los registros en los colegios y universidades.

- Las cuentas de servicios públicos.

Los documentos oficiales presentan los siguientes problemas:

- Al ser una creación jurisprudencial y no estar definidos en la ley, admiten o existe la posibilidad de que
admitan diversas clases de documentos. En este sentido, es común que cuando un instrumento privado no es
reconocido en juicio por su autor, se recurra a esto figura para hacerlos valer en juicio.

- La decisión de su admisibilidad queda entregada completamente al juez, a pesar de que en un sistema de


prueba legal o tasada como el nuestro es la ley la que fija la admisibilidad y el valor probatorio de los
medios de prueba.

- No sólo se los asimila a un instrumento público, sino que se les otorga un valor probatorio mayor que a
éstos, en razón de su presunción de veracidad respecto de terceros.

La verdad es que, desde la dictación del CPC, ha habido una evolución social que justificaría la aceptación de
estos documentos oficiales, pero ello debería hacerse de la manera que corresponde, es decir, legalmente
(reconocimiento expreso de la ley), pues así se evitarían arbitrariedades.

Forma de acompañar instrumentos públicos en juicio


Todos los documentos se acompañan con citación. Esto corresponde a un trámite esencial, de manera que si se
omite y se dicta sentencia, procede el recurso de casación en la forma, según lo dispone el artículo 795°CPC
número 5°: “En general, son trámites o diligencias esenciales en la primera o en la única instancia en los juicios
de mayor o de menor cuantía y en los juicios especiales: 5° La agregación de los instrumentos presentados
oportunamente por las partes, con citación o bajo el apercibimiento legal que corresponda respecto de aquella
contra la cual se presentan”. Además, si se omite la citación, en cuanto ésta garantiza la bilateralidad de la
audiencia, tendrá procedencia el recurso de casación en el fondo.

Qué debe entenderse materialmente por instrumento público, se encuentra regulado en el artículo 342°CPC, que
dispone lo siguiente: “Serán considerados como instrumentos públicos en juicio, siempre que en su otorgamiento
se hayan cumplido las disposiciones legales que dan este carácter:

1° Los documentos originales.

2° Las copias dadas con los requisitos que las leyes prescriban para que hagan fe respecto de toda persona,
o, a lo menos, respecto de aquella contra quien se hacen valer.

3° Las copias que, obtenidas sin estos requisitos, no sean objetadas como inexactas por la parte contraria
dentro de los tres días siguientes a aquel en que se le dio conocimiento de ellas.

4° Las copias que, objetadas en el caso del número anterior, sean cotejadas y halladas conforme con sus
originales o con otras copias que hagan fe respecto de la parte contraria.

5° Los testimonios que el tribunal mande agregar durante el juicio, autorizados por su secretario u otro
funcionario competente y sacados de los originales o de copias que reúnan las condiciones indicadas en el
número anterior”.

De esta manera, se consideran instrumentos públicos:

1° Los documentos originales: Generalmente no es posible acompañarlo en juicio.

2° Las copias autorizadas: Corresponden a las copias dadas con arreglo a los requisitos que la ley prescribe
para que hagan fe respecto de toda persona o a lo menos respecto de aquella contra quien se hacen valer.
Se encuentran reguladas en los artículos 421°COT a 423°COT, que disponen lo siguiente:

- Artículo 421°COT: “Sólo podrán dar copias autorizadas de escrituras públicas o documentos
protocolizados el notario autorizante, el que subroga o suceda legalmente o el archivero a cuyo cargo
esté el protocolo respectivo”.

- Artículo 422°COT: “Las copias podrán ser manuscritas, dactilografiadas, impresas, fotocopiadas,
litografiadas o fotograbadas. En ellas deberá expresarse que son testimonio fiel de su original y llevarán
la fecha, la firma y sello del funcionario autorizante. El notario deberá otorgar tantas copias cuantas se
soliciten”.

- Artículo 423°COT: “Los notarios no podrán otorgar copia de una escritura pública mientras no se hayan
pagado los impuestos que correspondan//Esta misma norma se aplicará a los documentos
protocolizados”.
Existen determinados funcionarios públicos que autorizan estas copias: Así, por ejemplo, el notario autoriza
la copia de la escritura pública que autorizó o lo hace el archivero judicial, cuando la escritura pública es
llevada al archivo judicial (transcurrido un año desde que se extiende), el oficial del Registro Civil autoriza
las copias de los certificados que autoriza, etc.

3° Las copias simples: Corresponden a copias que, obtenidas sin los requisitos legales, no sean objetadas
como inexactas por la parte contraria dentro de los tres días siguientes a aquel en que se le dio
conocimiento de ellas.

4° Las copias objetadas que sean cotejadas y halladas conforme con sus originales o con otras copias que
hagan fe respecto de la parte contraria: Existen a este respecto dos posibilidades:

- Si existe la matriz, se procede a un cotejo instrumental, regulado en el artículo 344°CPC en los


siguiente términos: “El cotejo de instrumentos se hará por el funcionario que haya autorizado la copia
presentada en el juicio, por el secretario del tribunal o por otro ministro de fe que dicho tribunal
designe”. Es claro el error en que incurre el artículo 344°CPC, pues este numeral regula los casos en que
no hay copias autorizadas, sino meras copias simples.

- Si no existe el original o matriz, se procede a un cotejo de letras, regulado en los artículos 350°CPC a
355°CPC:

- Artículo 350°CPC: “Podrá pedirse el cotejo de letras siempre que se niegue por la parte a quien
perjudique o se ponga en duda la autenticidad de un documento privado o la de cualquier documento
público que carezca de matriz//En este cotejo procederán los peritos con sujeción a lo dispuesto por
los artículos 417 hasta 423 inclusive”. Como lo señala el inciso segundo de este artículo, esta prueba
involucra una prueba pericial.

- Artículo 351°CPC: “La persona que pida el cotejo designará el instrumento o instrumentos
indubitados con que debe hacerse”.

- Artículo 352°CPC: “Se considerarán indubitados para el cotejo:


Respecto de estos documentos
indubitados se coteja la copia

1° Los instrumentos que las partes acepten como tales, de común


acuerdo.

2° Los instrumentos públicos no tachados de apócrifos o


suplantados.
simple.

3° Los instrumentos privados cuya letra o firma haya sido reconocida


de conformidad a los números 1° y 2° del artículo 346”.
- Artículo 353°CPC: “El tribunal hará por sí mismo la comprobación después de oír a los peritos
revisores y no tendrá que sujetarse al dictamen de éstos”. Se establece de manera obligatoria la
inspección personal del tribunal.

- Artículo 354°CPC: “El cotejo de letras no constituye por sí solo prueba suficiente; pero podrá servir
de base para una presunción judicial”.

- Artículo 355°CPC: “En el incidente sobre autenticidad de un instrumento o sobre suplantaciones


hechas en él, se admitirán como medios probatorios, tanto el cotejo de que tratan los cinco artículos
precedentes, como los que las leyes autoricen para la prueba del fraude//En la apreciación de los
diversos medios de prueba opuestos al mérito de un instrumento, el tribunal se sujetará a las reglas
generales establecidas en el presente Título, y con especialidad a las consignadas en el Párrafo 8°”.

Cabe tener en cuenta, finalmente, que esta prueba tiene el valor de prueba semiplena, es decir, por sí sola
no basta para formar el convencimiento del tribunal (requiere de otras pruebas complementarias).

5° Las copias que el tribunal mande agregar durante el juicio, autorizados por su secretario u otro
funcionario competente y sacados de los originales o de copias que reúnan las condiciones indicadas en el
número 4° del artículo 342°CPC.

Instrumento público otorgado fuera de Chile


De conformidad al artículo 17°CC, la forma de un instrumento público se rige por la ley del país en que fue
otorgado. Dispone el artículo 17°CC: “La forma de los instrumentos públicos se determina por la ley del país en
que hayan sido otorgados. Su autenticidad se probará según las reglas establecidas en el Código de
Enjuiciamiento//La forma se refiere a las solemnidades externas, y la autenticidad al hecho de haber sido
realmente otorgados y autorizados por las personas y de la manera en que los tales instrumentos se exprese”.

En estricto rigor, los instrumentos públicos otorgados fuera de Chile debieran tener el mismo valor probatorio
que aquellos otorgados dentro del territorio de la República. Sin embargo, no sucede así, pues como lo señala el
mismo artículo 17°CC, no gozan de la presunción de autenticidad de que gozan los instrumentos públicos
otorgados en Chile. Para que gocen de tal presunción de autenticidad es necesario que cumplan con tres
trámites:

1° Legalización: La legalización tiene por objeto establecer el carácter público y la autenticidad del
instrumento. Para ello, se fiscaliza el cumplimiento de la ley del país en que se otorgó el instrumento, su
carácter de público en conformidad a esa ley y el hecho de que las firmas sean auténticas. Esto será muchas
veces difícil en países donde no existe una clara diferenciación entre instrumentos públicos y privados
(como sucede por ejemplo en el derecho anglosajón).

Esto es certificado por el funcionario que la ley de cada país determine. En Chile, es el ministerio de
justicia el encargado de legalizar los instrumentos públicos extendidos fuera del territorio de la República,
certificar su carácter público y la autenticidad de las firmas. El CPC exige que se demuestre la autenticidad
de las firmas que constan en el instrumento por alguno de los medios establecidos en el artículo 345°CPC,
que dispone lo siguiente: “Los instrumentos públicos otorgados fuera de Chile deberán presentarse
debidamente legalizados, y se entenderá que lo están cuando en ellos conste el carácter público y la
verdad de las firmas de las personas que los han autorizados, atestiguadas ambas circunstancias por los
funcionarios que, según las leyes o la práctica de cada país, deban acreditarlas//La autenticidad de las
firmas y el carácter de estos funcionarios se comprobará en Chile por alguno de los medios siguientes:

1° El atestado de un agente diplomático o consular chileno, acreditado en el país de donde el


instrumento proviene, y cuya firma se compruebe con el respectivo certificado del Ministerio de
Relaciones Exteriores.

2° El atestado de un agente diplomático o consular de una nación amiga acreditado en el mismo país, a
falta de funcionario chileno, certificándose en este caso la firma por conducto del Ministerio de
Relaciones Exteriores del país a que pertenezca el agente o del Ministro Diplomático de dicho país en
Chile, y además por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República en ambos casos.

3° El atestado del agente diplomático acreditado en Chile por el Gobierno del país en donde se otorgó el
instrumento, certificándose su firma por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República”.

De esta manera, los medios para probar la autenticidad de las firmas que autorizan los instrumentos
públicos otorgados fuera de Chile corresponden a los siguientes:

1° El atestado de un agente diplomático o consular chileno, acreditado en el país de donde el


instrumento proviene, y cuya firma se compruebe con el respectivo certificado del Ministerio de
Relaciones Exteriores. Por ejemplo, el cónsul de Chile en el país extranjero certifica la autenticidad de
la firma del funcionario que otorgó el documento en ese país, y luego el ministro de relaciones exteriores
certifica en Chile la firma del cónsul.

2° El atestado de un agente diplomático o consular de una nación amiga acreditado en el mismo país, a
falta de funcionario chileno, certificándose en este caso la firma por conducto del Ministerio de
Relaciones Exteriores del país a que pertenezca el agente o del Ministro Diplomático de dicho país en
Chile, y además por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República en ambos casos. Es decir, en
caso que no haya un funcionario chileno en el país donde se haya otorgado el documento (no hay cónsul
en ese país), la autenticidad de las firmas es certificada por el agente diplomático o consular de una
‘nación amiga’ (entiéndase aquella con la que se tienen relaciones consulares). Esta firma es certificada
a su vez por el ministerio de relaciones exteriores de dicho país y posteriormente por el ministerio de
relaciones exteriores de Chile.

3° El atestado del agente diplomático acreditado en Chile por el Gobierno del país en donde se otorgó el
instrumento, certificándose su firma por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República. Es decir,
la autenticidad de las firmas es certificada por el agente diplomático del país respectivo que se
encuentra en Chile y después es certificada por el ministerio de relaciones exteriores.
2° Traducción: La traducción está a cargo del ministerio de relaciones exteriores.

3° Protocolización: Mediante la protocolización se incorpora el instrumento al registro público de un


notario. Desde este momento el instrumento público otorgado en el extranjero es considerado para todos
sus efectos legales como uno otorgado en Chile, según lo dispone el artículo 420°COT en su numeral 5°:
“Una vez protocolizados, valdrán como instrumentos públicos: 5° Los instrumentos otorgados en el
extranjero, las transcripciones y las traducciones efectuadas por el intérprete oficial o los peritos
nombrados al efecto por el juez competente y debidamente legalizadas, que sirvan para otorgar escrituras
en Chile”.

Valor probatorio de los instrumentos públicos


El asunto se encuentra regulado en los artículos 1700°CC y 1706°CC, que disponen lo siguiente:

- Artículo 1700°CC: “El instrumento público hace plena fe en cuanto al hecho de haberse otorgado y su
fecha, pero no en cuanto a la verdad de las declaraciones que en él hayan hecho los interesados. En esta
parte no hace plena fe sino contra los declarantes//Las obligaciones y descargos contenidos en él hacen
plena prueba respecto de los otorgantes y de las personas a quienes se transfieran dichas obligaciones y
descargos por título universal o singular”.

- Artículo 1706°CC: “El instrumento público o privado hace fe entre las partes aun en lo meramente
enunciativo, con tal que tenga relación directa con lo dispositivo del acto o contrato”.

Para determinar el valor probatorio de un instrumento público, cabe realizar ciertas distinciones para establecer
claramente hasta dónde se extiende la presunción de autenticidad. En este sentido, respecto de cualquier
instrumento público se puede distinguir:

a) El hecho de haberse otorgado el instrumento: Entre los otorgantes y respecto de terceros, el instrumento
público tiene valor de plena prueba respecto del hecho de haberse otorgado.

b) La fecha de su otorgamiento: Entre los otorgantes y respecto de terceros, el instrumento público tiene
valor de plena prueba respecto de la fecha de su otorgamiento.

c) La efectividad de haberse manifestado las declaraciones: Entre los otorgantes y respecto de terceros, el
instrumento público tiene valor de plena prueba respecto de la efectividad de haberse manifestado las
declaraciones.

d) La veracidad de las declaraciones: A este respecto, la doctrina y la jurisprudencia han realizado las
siguientes distinciones:

1) Respecto de las declaraciones del funcionario público que autoriza el documento, hay que distinguir
sobre qué recaen éstas:

- En caso que las declaraciones del funcionario recaigan sobre hechos propios, el instrumento público
tiene valor de plena prueba.
- En caso que las declaraciones recaigan sobre hechos que percibe por sus propios sentidos (por
ejemplo, que el comprador le pagó al vendedor o que las partes firmaron en su presencia), el
instrumento público tiene valor de plena prueba.

- En caso que las declaraciones recaigan sobre hechos que no son ni propios ni percibidos por sus
propios sentidos, pero que los comprueba en la forma establecida por la ley (por ejemplo, la
comprobación de identidad), el instrumento público tiene valor de plena prueba.

- En caso que las declaraciones que formula el funcionario se basen en lo que las partes le dicen (por
ejemplo respecto de su nacionalidad, estado civil o profesión), el instrumento público NO tiene valor
de plena prueba.

- En caso que las declaraciones recaigan sobre meras apreciaciones que hace el funcionario (por
ejemplo, sobre las apreciaciones que efectúa respecto del estado mental de quien redacta un
testamento), el instrumento público NO tiene valor de plena prueba.

2) Respecto de las declaraciones de las partes, para determinar su valor probatorio hay que distinguir:

a) Entre las partes hay que subdistinguir a su vez:

- Respecto de las declaraciones dispositivas, que son aquellas que constituyen el objeto del acto
(por ejemplo, la declaración de voluntad del vendedor de vender la cosa a tal precio y la del
comprador de comprarla), el instrumento público tiene valor de plena prueba.

- Respecto de las declaraciones meramente enunciativas, que son aquellas que se refieren a
cuestiones accidentales sin las cuales el acto mantiene su objeto, hay que distinguir:

- Respecto de las declaraciones meramente enunciativas directas, que corresponden a aquellas


que contribuyen a determinar o precisar e objeto o causa de la declaración dispositiva o que
extinguen o modifican los derechos nacidos de ésta (como por ejemplo que se pagó el precio o
se entregó la cosa en una compraventa), el instrumento público tiene valor de plena prueba. Así
lo dispone el ya citado artículo 1706°CC: “El instrumento público o privado hace fe entre las
partes aun en lo meramente enunciativo, con tal que tenga relación directa con lo dispositivo
del acto o contrato”.

- Respecto de las de declaraciones meramente enunciativas indirectas, que corresponden a


aquellas que no cumplen con los requisitos exigidos por el artículo 1706°CC en relación a las
directas, el instrumento público NO tiene valor de plena prueba. Sin embargo, estas
declaraciones valen como otro medio de prueba, a saber, como confesión extrajudicial, que
sirve de base para una presunción judicial. De este modo, si la presunción es grave y precisa,
como lo exige el artículo 426°CPC, constituirá (la presunción) plena prueba respecto del hecho
desconocido que se deduce del conocido, si así lo estimare el juez.
b) Respecto de terceros, hay que distinguir:

- Si los terceros pretenden probar que es verdadero lo que consta en las declaraciones de las
partes, el instrumento público NO tiene valor de plena prueba. Pueden, claro está, invocar lo que
ahí se dice como una confesión extrajudicial que puede ser base de una presunción judicial, que en
caso de ser grave y precisa, tendrá valor de plena prueba si así lo estimare el juez.

- Si los terceros pretenden probar que es falso lo que consta en las declaraciones de las partes, de
conformidad al artículo 1700°CC, no deberían en principio interesarles o afectarles tales
declaraciones, por lo que no tendrían al parecer valor de plena prueba. Dispone el artículo
1700°CC: “El instrumento público hace plena fe en cuanto al hecho de haberse otorgado y su
fecha, pero no en cuanto a la verdad de las declaraciones que en él hayan hecho los interesados.
En esta parte no hace plena fe sino contra los declarantes//Las obligaciones y descargos
contenidos en él hacen plena prueba respecto de los otorgantes y de las personas a quienes se
transfieran dichas obligaciones y descargos por título universal o singular”.

Sin embargo, si un tercero pretende demostrar en juicio la falsedad de las declaraciones de las
partes que constan en un instrumento público (mediante una acción de simulación), la carga de la
prueba recaerá sobre él. Por ello, no es cierto que no le afecten tales declaraciones, pues si
pretende demostrar su falsedad, deberá él recurrir a medios de prueba que desvirtúen la
presunción de autenticidad de que goza el instrumento público. De esta manera, el instrumento
público donde constan las declaraciones de las partes tiene valor de plena prueba respecto de
terceros que pretenden probar la falsedad de lo en ellas contenidas.

¿Qué nos dice todo esto sobre el concepto de instrumento? De los posibles conceptos de instrumento recogidos,
¿cuál es el que sigue nuestro Código Civil? Al referirse el Código Civil a ‘las declaraciones que en él hayan hecho
los interesados’ se subentiende que recoge un concepto de instrumento como prueba literal de un acto jurídico,
es decir, como el escrito en que consta un acto jurídico. Esto no significa que el documento en que consta un
hecho y no un acto jurídico carece de valor probatorio, pues respecto de él se constituirá una presunción judicial
si se lo considera como una confesión extrajudicial. Lo mismo sucede también con las resoluciones
administrativas en las que es un funcionario el que aparece efectuando una declaración y no las partes (por
ejemplo, en las resoluciones en que se consigna que se aplicó una sanción).

De este modo, el concepto de instrumento comprende sólo aquellos escritos que contienen declaraciones
dispositivas hechas por las partes (aquellas que constituyen el objeto del acto jurídico) o declaraciones
meramente enunciativas (que son accesorias al acto jurídico, directa o indirectamente). Se excluyen, por tanto,
las cartas y documentos oficiales: si se les diera el valor probatorio de instrumentos se vulneraría lo dispuesto en
el artículo 1700°CC.
Privación de eficacia al instrumento público
El instrumento público pierde su eficacia probatorio por tres razones:

La nulidad del instrumento y la falta de autenticidad


- Nulidad del instrumento responden a un problema de admisibilidad del
instrumento. Es decir, no se ataca su valor probatorio,
- Falta de autenticidad o falsedad material sino al instrumento mismo.

- Falsedad ideológica del documento, que ataca el hecho de que el instrumento público tenga valor
probatorio de plena prueba excluyente (se alega que es sólo plena prueba). Es decir, no se lo priva de valor
probatorio al instrumento, sino que se lo priva de eficacia probatoria.

1° Nulidad del instrumento: Un instrumento público, como es sabido, es el autorizado con las solemnidades
legales por el competente funcionario. Debe, por tanto, cumplir con tres requisitos para su validez:

- Deben ser autorizados por un funcionario público.

- El funcionario público debe ser competente para autorizar ese instrumento.

- Debe ser otorgado en cumplimiento de las solemnidades legales.

Si no se cumple con alguno de los requisitos mencionados, el instrumento adolece de un vicio que lo hace
susceptible de ser invalidado. Esta nulidad, claro está, es distinta de la posible nulidad del acto que se
consigna en el instrumento. No obstante, si es nulo, puede valer como instrumento privado siempre que
estuviere firmado por las partes, según lo exige el artículo 1701°CC en su inciso segundo: “La falta de
instrumento público no puede suplirse por otra prueba en los actos y contratos en que la ley requiere esa
solemnidad; y se mirarán como no ejecutados o celebrados aun cuando en ellos se prometa reducirlos a
instrumento público dentro de cierto plazo, bajo una cláusula penal: esta cláusula no tendrá efecto
alguno//Fuera de los casos indicados en este artículo, el instrumento defectuoso por incompetencia del
funcionario o por otra falta en la forma, valdrá como instrumento privado si estuviere firmado por las
partes”.

2° Falta de autenticidad o falsedad material: Materialmente, un instrumento es falso en los siguientes


casos:

- Es falso aquel instrumento que no ha sido otorgado por las personas que se indican en él.

- Es falso aquel instrumento que no ha sido autorizado por el funcionario.

- Es falso aquel instrumento en que los otorgantes no han efectuado las declaraciones allí consignadas.

Para probar la falsedad material de un instrumento existe completa libertad probatoria; las partes pueden
en efecto recurrir a cualquier medio de prueba. Existe, sin embargo, una limitación: para probar sólo por
testigos (es decir, sin recurrir a otro medio probatorio conjuntamente) la falsedad material de una escritura
pública se aplican las restricciones establecidas en el artículo 429°CPC, que dispone lo siguiente: “Para que
pueda invalidarse con prueba testimonial una escritura pública, se requiere la concurrencia de cinco
testigos, que reúnan las condiciones expresadas en la regla segunda del artículo 384, que acrediten que la
parte que se dice haber asistido personalmente al otorgamiento, o el escribano, o alguno de los testigos
instrumentales, ha fallecido con anterioridad o ha permanecido fuera del lugar en el día del otorgamiento
y en los setenta días subsiguientes//Esta prueba, sin embargo, queda sujeta a la calificación del tribunal,
quien la apreciará según las reglas de la sana crítica//La disposición de este artículo sólo se aplicará
cuando se trate de impugnar la autenticidad de la escritura misma, pero no las declaraciones consignadas
en una escritura pública auténtica”. Estas restricciones, establecidas con el fin de proteger a las escrituras
públicas que pretender ser desvirtuadas, corresponden por tanto a las siguientes (se exigen de manera
copulativa):

- Se requiere la concurrencia de cinco testigos.

- Los cinco testigos que concurran a declarar deben reunir las condiciones expresadas en el numeral
segundo del artículo 384°CPC, que exige para la validez de la prueba testimonial:

- Que los testigos no hayan sido tachados.

- Que los testigos den razón de sus dichos.

- Que sus declaraciones no aparezcan desvirtuadas por otras pruebas.

Dispone el artículo 384°CC en su numeral segundo lo siguiente: “Los tribunales apreciarán la fuerza
probatoria de las declaraciones de los testigos conforme a las reglas siguientes: 2° La de dos o más
testigos contestes en el hecho y en sus circunstancias esenciales, sin tacha, legalmente examinados y
que den razón de sus dichos, podrá constituir prueba plena cuando no haya sido desvirtuada por otra
prueba de contrario”.

- Que los cinco testigos estén contestes en que alguno de los otorgantes, el notario o los testigos
instrumentales ha fallecido con anterioridad o estuvo ausente en la fecha del otorgamiento y en los 70
días subsiguientes (se exige este plazo de 70 días porque la escritura pública puede ser firmada en
distinta época de su otorgamiento, pero no después de 60 días de ocurrido ello).

Es importante tener en cuenta que estas limitaciones rigen sólo en caso que se alegue la prueba testimonial
como único medio de prueba para desvirtuar una escritura pública, pues si se alegan otros medios de prueba
conjuntamente con la prueba testimonial, se exigen los requisitos comunes de ese medio de prueba.
Finalmente, cabe tener en cuenta que, según lo dispone el mismo artículo 429°CPC, esta prueba se valora
según las reglas de la sana crítica.
3° Falsedad ideológica del documento: En este caso, son falsas las declaraciones que se consignan en el
instrumento. Para probar esto existe plena libertad probatoria, por lo que las partes podrán recurrir a
cualquier medio de prueba, con la única restricción impuesta respecto de la compraventa en el artículo
1876°CC en su inciso segundo: “Si en la escritura de venta se expresa haberse pagado el precio, no se
admitirá prueba alguna en contrario sino la de nulidad o falsificación de la escritura, y sólo en virtud de
esta prueba habrá acción contra terceros poseedores”. De esta manera, si en la escritura pública de venta
se deja constancia de haberse pagado el precio (esta es una declaración meramente enunciativa directa), la
única forma de privar de eficacia a esa declaración será mediante la nulidad del instrumento o su falta de
autenticidad o falsedad material. Es decir, se excluye la posibilidad de alegar su falsedad ideológica. Esto
significa que esta declaración de haberse pagado el precio tiene, respecto de terceros, el valor probatorio
de plena prueba excluyente, pues no se admite prueba en contra de su verdad (se puede probar su
inautenticidad o la nulidad del instrumento, pero no su falsedad). Entre las partes, claro está, esta
declaración tiene el valor de plena prueba.

El procedimiento de impugnación mediante el cual se exige se prive de eficacia probatoria a un instrumento


puede tener lugar por dos vías:

a) Por vía principal: En este caso se ejerce una acción pidiendo la nulidad del instrumento, la declaración de
su falsedad material o se ejerce la acción de simulación por la cual se exige se declare la falsedad
ideológica del instrumento.

b) Por vía incidental: El incidente de impugnación de un instrumento tiene lugar en caso que se formule una
objeción durante el plazo de citación a la contraparte que solicita se prive de eficacia al instrumento. Esta
vía tiene lugar sólo cuando se solicite la declaración de falsedad material del instrumento y no en el caso de
su nulidad o falsedad ideológica, que sólo se pueden exigir por vía principal: la nulidad se demanda en un
juicio separado y se procede después a la acumulación de autos, y para probar la falsedad ideológica de un
instrumento se tiene que recurrir a los medios de prueba permitidos por ley durante el término probatorio
en la causa principal.

Instrumento privado
Es instrumento privado todo aquél que no es instrumento público. Se distinguen de los instrumentos públicos
tanto respecto de su admisibilidad como de su presunción de autenticidad. Como es sabido, para que un
instrumento privado sea admitido en juicio requiere reconocimiento por la parte a quien se opone, según lo
establece el artículo 1702°CC: “El instrumento privado, reconocido por la parte a quien se opone, o que se ha
mandado tener por reconocido en los casos y con los requisitos prevenidos por ley, tiene el valor de escritura
publica respecto de los que aparecen o se reputan haberlo suscrito, y de las personas a quienes se han
transferido las obligaciones y derechos de éstos”. A este respecto cabe distinguir:

a) Instrumentos privados emanados de la contraparte: El reconocimiento de estos instrumentos puede ser


expreso, tácito o judicial, se conformidad al artículo 346°CPC, que establece una serie de trámites que
permiten determinar la autenticidad del documento. Dispone el 346°CPC lo siguiente: “Los instrumentos
privados se tendrán por reconocidos:
1° Cuando así lo ha declarado en el juicio la persona a cuyo nombre aparece otorgado el instrumento o
la parte contra quien se hace valer.

2° Cuando igual declaración se ha hecho en un instrumento público o en otro juicio diverso.

3° Cuando, puestos en conocimiento de la parte contraria, no se alega su falsedad o falta de integridad


dentro de los seis días siguientes a su presentación, debiendo el tribunal, para este efecto, apercibir a
aquella parte con el reconocimiento tácito del instrumento si nada expone dentro de dicho plazo.

4° Cuando se declare la autenticidad del instrumento por resolución judicial”.

De esta manera, el reconocimiento de esta clase de instrumentos privados puede ser de tres clases:

a.1 Reconocimiento expreso: Se encuentra regulado en los numerales 1° y 2° del artículo 346°CPC, y
corresponde a aquel en que el otorgante de un instrumento privado reconoce ese instrumento mediante
una declaración en juicio o a través de un instrumento público. La declaración en juicio no es necesario
que se practique en el mismo juicio en que el instrumento es alegado como medio de prueba; puede en
efecto realizarse en otro juicio.

a.2 Reconocimiento tácito: Se encuentra regulado en el numeral 3° del artículo 346°CPC, y corresponde
a aquél en que el otorgante del instrumento no alega su falsedad material o falta de integridad dentro
del plazo de seis días desde que se tiene por acompañado el documento bajo ese apercibimiento. Si se
alegan otras causas distintas de la falsedad material o falta de integridad (esto tiene lugar cuando el
documento no es acompañado de manera completa: por ejemplo, le falta una hoja), o no se dice nada,
el instrumento se tiene tácitamente reconocido.

a.3 Reconocimiento judicial: Se encuentra regulado en el numeral 4° del artículo 346°CPC, y consiste en
una declaración del tribunal de que el documento es auténtico o íntegro cuando el otorgante lo haya
objetado válidamente. En este caso, se formula una objeción dentro del plazo de seis días contados
desde que el instrumento es acompañado en juicio y se abre un término probatorio incidental de ocho
días. En este término probatorio tiene la carga de la prueba de demostrar que el instrumento es
auténtico o íntegro generalmente el que lo haya presentado. La prueba que procede es generalmente el
cotejo de letras (para lo cual, como es sabido, se requiere de un peritaje caligráfico y de la inspección
personal del tribunal), cotejándose el instrumento privado con alguno de los instrumentos indubitados
señalados por el artículo 352°CPC: “Se considerarán indubitados para el cotejo:

1° Los instrumentos que las partes acepten como tales, de común acuerdo.

2° Los instrumentos públicos no tachados de apócrifos o suplantados.


3° Los instrumentos privados cuya letra o firma haya sido reconocida de conformidad a los números
1° y 2° del artículo 34613”.

La decisión del tribunal sobre este reconocimiento puede fallarse como incidente o en la resolución del
conflicto principal (es decir, en la sentencia definitiva).

b) Instrumentos privados emanados de terceros: Bajo instrumentos privados emanados de terceros se


incluyen todos los instrumentos que no sean de la parte contra la que se hace valer el documento (en este
sentido, acá se incluyen los instrumentos que emanan de la parte que los alega en juicio).

En estos casos, el reconocimiento sólo puede tener lugar mediante una declaración de testigos del autor del
documento en que éste lo reconozca. Es decir, se cita al tercero como testigo dentro del término probatorio
ordinario para que reconozca el documento. En este caso, el documento tiene valor probatorio no de
instrumento sino de una declaración de testigos.

Cabe preguntarse qué sucede con los documentos que emanan de la misma parte. Estos instrumentos se
acompañan en juicio, pero su reconocimiento no puede obtenerse mediante su declaración como testigos,
porque las partes no pueden naturalmente ser testigos en el juicio en que ellas están involucradas. Por ello,
se recurre a los demás medios de prueba para obtener el reconocimiento de autenticidad (por ejemplo,
confesión, presunción, testigos que sean terceros al juicio, etc).

Los instrumentos privados emanados de terceros se acompañan con citación, pero el mero hecho de que
transcurran tres días sin que se formule objeción alguna no implica que se deben entender tácitamente
reconocidos, pues a su respecto es necesaria una declaración judicial expresa del otorgante.

Valor probatorio del instrumento privado


Para determinar el valor probatorio de un instrumento privado resulta pertinente distinguir:

- Si el instrumento privado emana de la contraparte y ha sido reconocido en juicio, tiene el mismo valor
probatorio que un instrumento público. Así lo dispone el artículo 1702°CC: “El instrumento privado,
reconocido por la parte a quien se opone, o que se ha mandado tener por reconocido en los casos y con los
requisitos prevenidos por ley, tiene el valor de escritura publica respecto de los que aparecen o se reputan
haberlo suscrito, y de las personas a quienes se han transferido las obligaciones y derechos de éstos”.

- Si emana de terceros y ha sido reconocido en juicio, tiene el valor probatorio de una declaración de
testigos.

13
Algunos se valen del numeral 3° del artículo 352°CPC para sostener que el concepto de instrumento
que sigue nuestro ordenamiento jurídico no exige la firma de las partes, sino solamente que estén
escritos.
Fecha del instrumento privado
Hay que distinguir entre las partes y respecto de terceros:

a) Entre las partes vale la fecha consignada en el instrumento.

b) Respecto de terceros tiene aplicación lo dispuesto en el artículo 1703°CC: “La fecha de un instrumento
privado no se cuenta respecto de terceros sino desde el fallecimiento de alguno de los que le han firmado,
o desde el día en que ha sido copiado en un registro público, o en que conste haberse presentado en juicio,
o en que haya tomado razón de él o le haya inventariado un funcionario competente, en el carácter de
tal”. Como lo señala el artículo 1703°CC, un instrumento privado adquiere fecha cierta respecto de terceros
desde que ocurra alguna de las siguientes circunstancias:

- Desde el fallecimiento de alguno de los que firmaron el documento privado.

- Desde el día en que ha sido copiado en un registro público, vale decir, en los casos que se
protocolizado.

- Desde el día en que conste haberse presentado en juicio.

- Desde el día en que haya tomado razón de él o le haya inventariado un funcionario competente en
ejercicio de su oficio.

Ciertos instrumentos especiales que regula la ley


El Código Civil regula ciertos escritos respecto de los cuales se plantea la duda sobre si deben o no considerarse
como instrumentos, y en caso que la respuesta sea afirmativa, sobre cuál es su valor probatorio:

- Para algunos el Código Civil elevaría estos documentos al rango de instrumentos (esto permitiría sostener
un concepto restringido de instrumento, pues lo serían formalmente sólo algunos, mientras que otros
documentos deben ser incorporados mediante regulación especial a tal categoría).

- Otros piensan que lo que hacen estos artículos es establecer características o requisitos especiales para
ciertos instrumentos especiales que requieren regulación especial (esto según quienes sostienen un
concepto amplio de instrumento, pues estos instrumentos especiales detentan ya tal calidad; lo que hace el
Código Civil es solamente regularlos de manera exhaustiva).

Estos ‘instrumentos’ especiales regulados por la ley corresponden a los siguientes:

1° Aquellos regulados por el artículo 1704°CC, que dispone lo siguiente: “Los asientos, registros y papeles
domésticos únicamente hacen fe contra el que los ha escrito o firmado14, pero sólo en aquello que aparezca
con toda claridad, y con tal que el que quiera aprovecharse de ellos no los rechace en la parte que le fuere

14
Esto podría ser argüido como un argumento para sostener que no es necesario que los instrumentos
estén firmados, bastando para su constitución el mero hecho de que estén escritos.
desfavorable”. Este artículo se refiere a todos aquellos asientos, registros y papeles domésticos que están
destinados a la propia información de quien los lleva (esto es originario del derecho romano).

En relación a ellos puede establecerse un paralelo con la regulación que existe respecto de los instrumentos
privados:

- Estos documentos hacen fe contra el autor, al igual que los instrumentos privados, que de conformidad
al artículo 346°CPC sólo hacen fe respecto de quien los ha otorgado.

- Hacen fe sólo en aquello que aparezca con toda claridad, en lo cual tampoco se diferencian de los
instrumentos privados (la ley no lo dice expresamente respecto de ellos, pero se puede naturalmente
presumir que se exige la claridad de lo declarado en un instrumento privado para que pueda hacer fe
contra el autor).

- Hacen fe contra el autor con tal que el que quiera aprovecharse de ellos no los rechace en la parte que
le fuere desfavorable, lo cual también se aplica a los instrumentos privados.

En consecuencia, respecto de esta clase de documentos se establecen las mismas normas que regulan los
instrumentos privados (y los instrumentos en general). Esto significa que se estaría elevando al rango de
instrumento algo que por su naturaleza no lo es (con lo cual se puede sostener un concepto restringido de
instrumento, según se señaló). Esto que en principio pareciera tratarse de una mera discusión doctrinaria,
tiene importantes consecuencias prácticas respecto de ciertos documentos de uso común (como por ejemplo
las cartas).

Dentro de los ‘asientos, registros y papeles domésticos’ a que se refiere el artículo 1704°CC parecerían
incluirse también los libros de contabilidad que lleven los comerciantes. Éstos, sin embargo, tienen una
regulación especial:

- Tienen valor probatorio de plena prueba excluyente contra quien los lleva.

- Cuando son llevados regularmente constituyen plena prueba a favor de quien los lleva.

- En caso de discordancia entre los libros de contabilidad de dos comerciantes, se recurre a otros medios
de prueba.

2° Aquellos regulados por el artículo 1705°CC, que dispone lo siguiente: “La nota escrita o firmada15 por el
acreedor a continuación, al margen o al dorso de una escritura que siempre ha estado en su poder, hace fe
en todo lo favorable al deudor//Lo mismo se extenderá a la nota escrita o firmada por el acreedor, a
continuación, al margen o al dorso del duplicado de una escritura, encontrándose dicho duplicado en poder
del deudor//Pero el deudor que quisiere aprovecharse de lo que en la nota le favorezca, deberá aceptar
también lo que en ella le fuere desfavorable”. Este artículo se refiere a las notas escritas o firmadas por el

15
Esto podría ser argüido como un argumento para sostener que no es necesario que los instrumentos
estén firmados, bastando para su constitución el mero hecho de que estén escritos.
acreedor en una escritura pública. En relación a ellas puede establecerse un paralelo con la regulación que
existe respecto de los instrumentos privados:

- Hacen fe contra el acreedor que ha escrito o firmado la nota, es decir, contra el otorgante, lo cual no
corresponde sino a la misma regla que rige en materia de instrumentos privados.

- Se exige la indivisibilidad de la nota que se alega, es decir, que se acepta completamente y no de


manera parcial (se debe aceptar tanto lo favorable como lo desfavorable).

La única exigencia particular que existe en relación a ellos es que, de conformidad al inciso segundo del
artículo 1704°CC, se pruebe que la copia o duplicado de la escritura donde consta la nota haya estado
siempre en manos del deudor.

3° El tercer tipo de instrumentos especiales corresponde a los documentos electrónicos, que se encuentran
regulados en la ley 19.799 de abril del año 2002. Esta ley incorporó bajo el concepto de instrumento a los
documentos electrónicos, otorgándoles el valor probatorio de un instrumento privado, y, en el caso
particular de un documento con firma electrónica avanzada, el valor probatorio de un instrumento público.

El artículo 2° letra d) de la ley 19.799 define documento electrónico de la siguiente manera: “Para efectos
de esta ley se entenderá por: d) Documento electrónico: toda representación de un hecho, imagen o idea
que sea creada, enviada, comunicada o recibida por medios electrónicos y almacenada de un modo idóneo
para permitir su uso posterior”. Esto incluye, por ejemplo, e-mails, videos digitales, fotografías digitales,
etc. Las restricciones que impone este artículo para que cuenten como documentos electrónicos son:

- Que sea creado, enviado, comunicado o recibido por medios electrónicos.

- Que sea posible almacenarlo de un modo idóneo.

- Que tenga firma electrónica. La firma electrónica puede ser simple o avanzada:

- La firma electrónica simple corresponde a cualquier sonido, símbolo o proceso electrónico que
permite al receptor de un documento electrónico identificar al menos formalmente a su autor. Así lo
dispone el artículo 2° letra f) de la ley 19.799: “Para efectos de esta ley se entenderá por: f) Firma
electrónica: cualquier sonido, símbolo o proceso electrónico, que permite al receptor de un
documento electrónico identificar al menos formalmente a su autor”.

- La firma electrónica avanzada es aquella certificada por un prestador acreditado, que otorga un
certificado de autenticidad de la firma. Así lo dispone el artículo 2° letra g) de la ley 19.799: “Para
efectos de esta ley se entenderá por: g) Firma electrónica avanzada: aquella certificada por un
prestador acreditado, que ha sido creada usando medios que el titular mantiene bajo su exclusivo
control, de manera que se vincule únicamente al mismo y a los datos a los que se refiere,
permitiendo la detección posterior de cualquier modificación, verificando la identidad del titular e
impidiendo que desconozca la integridad del documento y su autoría”.
¿Qué dispone la ley 19.799 en relación a los documentos electrónicos?:

- El documento electrónico suscrito con firma electrónica tiene el mismo valor que el documento escrito
y firmado en papel, salvo tres excepciones (es decir, casos de documentos que no pueden otorgarse por
medios electrónicos):

- Los actos solemnes en que la solemnidad no sea susceptible de cumplirse mediante documento
electrónico.

- Los actos en que la ley requiere la concurrencia personal de alguna de las partes.

- Los actos de familia.

Así lo dispone el artículo 3° de la ley 19.799: “Los actos y contratos otorgados o celebrados por personas
naturales o jurídicas, suscritos por medio de firma electrónica, serán válidos de la misma manera y
producirán los mismos efectos que los celebrados por escrito y en soporte de papel. Dichos actos y
contratos se reputarán como escritos, en los casos en que la ley exija que los mismos consten de ese
modo, y en todos aquellos casos en que la ley prevea consecuencias jurídicas cuando constan igualmente
por escrito//Lo dispuesto en el inciso anterior no será aplicable a los actos o contratos otorgados o
celebrados en los casos siguientes:

a) Aquellos en que la ley exige una solemnidad que no sea susceptible de cumplirse mediante
documento electrónico.

b) Aquellos en que la ley requiera la concurrencia personal de alguna de las partes.

c) Aquellos relativos al derecho de familia.

La firma electrónica, cualquiera sea su naturaleza, se mirará como firma manuscrita para todos los
efectos legales, sin perjuicio de lo establecido en los artículos siguientes”.

- El documento electrónico que tiene firma electrónica avanzada tiene el mismo valor probatorio que un
instrumento público. Así lo dispone el artículo 4° de la ley 19.799: “Los documentos electrónicos que
tengan la calidad de instrumento público, deberán suscribirse mediante firma electrónica avanzada”.
Esto corresponde a un cambio fundamental en materia probatoria, pues se permite que valga como
instrumento público (gozando por tanto de presunción de autenticidad) un documento en que no
interviene funcionario público alguno.
Procedimiento probatorio de los instrumentos
La iniciativa puede ser de las partes o del tribunal:

1° Iniciativa de las partes: Puede ser voluntaria o forzada:

a) Voluntaria: Corresponde a aquella en que libremente la parte presenta el documento. La oportunidad


para hacerlo es, en primera instancia, desde la demanda misma hasta el vencimiento del término
probatorio ordinario, y en segunda instancia hasta la vista de la causa, según lo dispone el artículo
348°CPC: “Los instrumentos podrán presentarse en cualquier estado del juicio hasta el vencimiento del
término probatorio en primera instancia, y hasta la vista de la causa en segunda instancia//La
agregación de los que se presenten en segunda instancia, no suspenderá en ningún caso la vista de la
causa; pero el tribunal no podrá fallarla, sino después de vencido el término de la citación, cuando haya
lugar a ella”.

b) Forzada: La iniciativa forzada de las partes puede darse como medida prejudicial preparatoria o
dentro del juicio:

b.1 Como medida prejudicial preparatoria: Se encuentra regulada en el artículo 273°CPC numerales
3°, 4° y 5°, que disponen lo siguiente: “El juicio ordinario podrá preparase, exigiendo el que
pretende demandar de aquel contra quien se propone dirigir la demanda:

3° La exhibición de sentencias, testamentos, inventarios, tasaciones, títulos de propiedad u otros


instrumentos públicos o privados que por su naturaleza puedan interesar a diversas personas.

4° Exhibición de los libros de contabilidad relativos a negocios en que tenga parte el solicitante,
sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 42 y 43 del Código de Comercio.

5° El reconocimiento jurado de firma, puesta en instrumento privado.

La diligencia expresada en el número 5° se decretará en todo caso; las de los otros cuatro sólo
cuando, a juicio del tribunal, sean necesarias para que el demandante pueda entrar en el juicio”.

En estos casos una de las partes pretende prepara el juicio, para lo cual desea contar por adelantado
con ciertos documentos relevantes para la causa. Por ello le solicita al tribunal que ordene al futuro
demandado exhibir tales documentos en caso que se encuentren en su poder. Los documentos que le
puede exigir al futuro demandado que exhiba corresponden a los siguientes:

1) Las sentencias, testamentos, inventarios, tasaciones, títulos de propiedad u otros instrumentos


públicos o privados que por su naturaleza puedan interesar a diversas personas. Esta enumeración,
claro está, NO es taxativa.

2) Los libros de contabilidad relativos a negocios en que tenga parte el solicitante, sin perjuicio de
lo dispuesto en los artículos 42 y 43 del Código de Comercio. Estos artículos del Código de Comercio
disponen lo siguiente:
- Artículo 42°CCom: “Los tribunales no pueden ordenar de oficio, ni a instancia de parte, la
manifestación y reconocimiento general de los libros, salvo en los casos de sucesión universal,
comunidad de bienes, liquidación de las sociedades legales o convencionales y quiebras”. Este
artículo contempla cuatro casos taxativos en que será exigible la exhibición total de los
registros contables:

- Sucesión universal.

- Comunidad de bienes.

- Liquidación de las sociedades legales o convencionales, que corresponde a un proceso por


el cual el patrimonio de la sociedad se divide en los distintos socios

- Quiebra.

- Artículo 43°CCom: “La exhibición parcial de los libros de alguno de los litigantes podrá ser
ordenado a solicitud de parte o de oficio//Verificada la exhibición, el reconocimiento y
compulsa serán ejecutados en el lugar donde los libros se llevan y a presencia del dueño o de la
persona que él comisione, y se limitarán a los asientos que tengan una relación necesaria con la
cuestión que se agitare, y a la inspección precisa para establecer que los libros han sido
llevados con la regularidad requerida//Sólo los jueces de comercio son competentes para
verificar el reconocimiento de los libros”.

Estos artículos establecen limitaciones a la exhibición de los libros de contabilidad de los


comerciantes, pues señalan que no se puede exhibir todo el libro si es solicitado como medida
prejudicial preparatoria, sino sólo las partidas que tengan relación directa con la cuestión
debatida.

3) El reconocimiento jurado de firma, puesta en instrumento privado. En este caso, como lo señala
el inciso final del artículo 273°CPC, el juez está obligado a decretar la medida prejudicial
preparatoria, a diferencia de lo que sucede con los casos anteriores en los cuales el juez tiene la
facultad para decretarlas, y no la obligación (lo hará cuando estime que es estrictamente necesario
para comenzar el juicio).

Si decretada la exhibición del documento, el demandado no lo exhibiere, el artículo 277°CPC señala


que pierde el derecho para haberlos valer después: “Siempre que se dé lugar a las medidas
mencionadas en los números 3° y 4° del artículo 273, y la persona a quien incumba su cumplimiento
desobedezca, existiendo en su poder los instrumentos o libros a que las medidas se refieren, perderá
el derecho de hacerlos valer después, salvo que la otra parte los haga también valer en apoyo de su
defensa, o si se justifica o aparece de manifiesto que no los pudo exhibir antes, o si se refieren a
hechos distintos de aquellos que motivaron la solicitud de exhibición. Lo cual se entiende sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo precedente y en el párrafo 2°, Título II, del Libro I del Código
de Comercio”. De esta manera, si la parte a quien se exigió la exhibición de los documentos no los
presentare, pierde el derecho a hacerlos valer después, salvo que:
- La otra parte los haga valer también en apoyo de su defensa.

- Si se justifica o aparece de manifiesto que no los pudo exhibir antes.

- Si los documentos se refieren a hechos distintos de aquellos que motivaron la solicitud de


exhibición.

La verdad es que lo establecido en el artículo 277°CPC no corresponde a una verdadera sanción, la


cual pareciera estar contemplada más bien en el artículo 276°CPC, como se desprende ya del mismo
artículo 277°CPC, que señala en su parte final que todo lo en él dispuesto ‘se entiende sin perjuicio
de lo dispuesto en el artículo precedente’. El artículo 276°CPC prescribe lo siguiente: “Si se rehúsa
hacer la exhibición en los términos que indica el artículo precedente, podrá apremiarse al
desobediente con multa o arresto en la forma establecida por el artículo 274; y aun decretarse
allanamiento del local donde se halle el objeto cuya exhibición se pide//Iguales apremios podrán
decretarse contra los terceros que, siendo meros tenedores del objeto, se nieguen a exhibirlo”.

De este modo, puede apremiarse al desobediente (aquél que no exhibe los instrumentos) con:

Se pueden repetir las sanciones hasta que el


- Una multa de hasta dos sueldos vitales. desobediente exhiba los instrumentos e incluso
decretarse el allanamiento del lugar donde se
- Arresto de hasta dos meses. encuentren.

Todo ello en la forma establecida por el artículo 274°CPC: “Si, decretada la diligencia a que se
refiere el número 1° del artículo anterior, se rehúsa prestar la declaración ordenada o ésta no es
categórica, en conformidad a lo mandado, podrán imponerse al desobediente multas que no excedan
de dos sueldos vitales, o arrestos hasta de dos meses, determinados prudencialmente por el tribunal;
sin perjuicio de repetir la orden y el apercibimiento”.

El Código de Comercio establece una sanción adicional respecto del comerciante que no exhibe los
libros de contabilidad que son exigidos en juicio: se estará a lo establecido en los registros contables
de la contraparte. Así lo dispone el artículo 33°CCom: “El comerciante que oculte alguno de sus
libros, siéndole ordenada la exhibición, será juzgado por los asientos de los libros de su colitigante
que estuvieren arreglados, sin admitírsele prueba en contrario”.

Algunos han cuestionado que sea procedente el arresto en caso de no exhibición de los instrumentos
requeridos, pues de conformidad al Pacto de San José de Costa Rica nadie puede ser arrestado por
deudas. Sin embargo, se argumenta en contra que no se trata en estos casos de una deuda, pues lo
que se sanciona es la desobediencia a las órdenes del tribunal.

b.2 Dentro del juicio: Se encuentra regulada en el artículo 349°CPC, que dispone lo siguiente: “Podrá
decretarse, a solicitud de parte, la exhibición de instrumentos que existan en poder de la otra parte
o de un tercero, con tal que tengan relación directa con la cuestión debatida y que no revistan el
carácter de secretos o confidenciales//Los gastos que la exhibición haga necesarios serán de cuenta
del que la solicite, sin perjuicio de lo que se resuelva sobre pago de costas//Si se rehúsa la
exhibición sin justa causa, podrá apremiarse al desobediente en la forma establecida por el artículo
274; y si es la parte misma, incurrirá además en el apercibimiento establecido por el artículo
277//Cuando la exhibición haya de hacerse por un tercero, podrá éste exigir que en su propia casa u
oficina se saque testimonio de los instrumentos por un ministro de fe”.

Como lo señala el artículo 349°CPC, en cualquier momento se puede exigir de la contraparte o de


terceros, previa orden del tribunal, la exhibición de instrumentos. En estos casos el solicitante deberá
demostrar las siguientes circunstancias:

- Que el instrumento existe en poder de la contraparte o del tercero de quien se reclama la


exhibición. Ésta es en realidad una prueba bastante difícil (en cierto sentido se asemeja a la
prueba de un hecho negativo), pues, salvo los casos en que por ley se deben tener o llevar ciertos
instrumentos (como la obligación del comerciante de llevar libros de contabilidad), en la mayoría
de los casos no se exige que una persona tenga un determinado instrumento en su poder. Por ello,
en estos casos generalmente se recurre a presunciones que si a juicio del tribunal son graves y
precisas, permitirán tener por acreditado el hecho de que el instrumento estuvo en poder de la
contraparte o del tercero.

Según lo dispone el inciso tercero del artículo 349°CPC, si se rehúsa la exhibición sin justa causa
podrá apremiarse al desobediente en la forma establecida por el artículo 274, y si es la parte
misma la que rehúsa la exhibición del instrumento, incurrirá además en el apercibimiento
establecido por el artículo 277°CPC.

- Que el instrumento es relevante, es decir, que tiene relación directa con la cuestión debatida.
Para esto (para determinar la relevancia del instrumento) se recurrirá nuevamente a presunciones.

- Que el instrumento no reviste el carácter de secreto o confidencial. Existen determinados


instrumentos que por ley revisten el carácter de secreto, como por ejemplo:

- Los instrumentos propios del secreto industrial al que está obligado el director o gerente de
una sociedad anónima.

- Los libros de contabilidad de los comerciantes.

- Los movimientos de las cuentas corrientes bancarias.

Es claro que respecto de estos documentos no es necesario prueba alguna (pues es la ley misma la
que determina su carácter de secreto). Los casos discutidos en doctrina dicen relación con las
denominadas ‘cláusulas de confidencialidad’ mediante las cuales dos particulares que celebran un
contrato se obligan a no informar acerca de éste a otros (su existencia, contenido, efectos, etc).
Podría darse el caso de que ordenada la exhibición del contrato en juicio la parte que lo tuviere en
su poder se negare precisamente en razón de haberse pactado esta cláusula de confidencialidad
(entendiéndose que es un tercero ajeno a la relación contractual el que reclama la exhibición del
instrumento en el que consta el contrato). La verdad es que este carácter secreto que las partes
otorgan al contrato mediante un pacto especial no impide al tribunal solicitar la exhibición del
instrumento, pues las partes no pueden mediante un acuerdo privarlo de un determinado medio de
prueba (así se ha entendido además en la mayoría de los países).

En ciertos casos, se ha decidido que para no vulnerar la confidencialidad pactada por las partes,
sea sólo el tribunal el que tenga acceso al instrumento confidencial (así lo ha decidido por ejemplo
el tribunal de defensa de la libre competencia). Esto, sin embargo, contraría manifiestamente el
debido proceso y el principio de la bilateralidad de la audiencia, pues se les impide a las partes
presenciar y objetar la prueba de la contraparte.

2° Iniciativa del tribunal: El tribunal puede ordenar de oficio que se agregue un determinado instrumento al
expediente, según lo dispone el artículo 159°CPC número 1°: “Los tribunales, sólo dentro del plazo para
dictar sentencia, podrán dictar de oficio medidas para mejor resolver. Las que se dicten fuera de este
plazo se tendrán por no decretadas. Sin perjuicio de lo establecido en el inciso primero del artículo 431,
podrán dictar alguna o algunas de las siguientes medidas: 1° La agregación de cualquier documento que
estimen necesario para esclarecer el derecho de los litigantes”. Como bien dispone este artículo, si una vez
concluido el término probatorio y citadas las partes a oír sentencia, el tribunal no logra formarse la
convicción respecto al asunto debatido en base a las pruebas rendidas, puede ordenar de oficio la
agregación de cualquier documento que estime necesario para esclarecer el derecho de los litigantes. Esto
podría afectar la imparcialidad del juez y las normas reguladoras de la prueba, pues si en base a las pruebas
rendidas el tribunal no logra formarse la convicción en relación a un hecho, debe dar ese hecho por no
probado y no inmiscuirse más allá de lo necesario.

Prueba testimonial
Los testigos son terceros extraños al juicio que declaran bajo juramento acerca de los hechos sustanciales,
pertinentes y controvertidos en un proceso y que han percibido directamente o a través de los dichos de otros.
De la misma definición, se puede establecer que las características de los testigos corresponden a las siguientes:

a) Los testigos son terceros extraños al juicio. Esto implica que no pueden ser testigos ni las partes directas
ni las indirectas.

b) Los testigos declaran sobre los hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos. Esto quiere decir que:

- Declaran sobre hechos.

- No declaran sobre cuestiones jurídicas (materias de derecho que se suponen conocidas por el juez).

- No pueden hacer apreciaciones sobre quién tiene la razón ni formular presunciones o extraer
conclusiones en base a lo que testifican.
De esta manera, los testigos se diferencian de:

- Los jueces, por cuanto estos declaran respecto del derecho.

- Los peritos, que realizan apreciaciones sobre los hechos o pruebas del proceso en base al conocimiento
especial que tienen de una ciencia específica (es decir, formulan presunciones y extraen conclusiones,
precisamente lo contrario que se les exige a los testigos).

c) Los testigos conocen los hechos por haberlos percibido directamente por sus sentidos o a través de los
dichos de otros (estos últimos se denominan testigos de oído). Esto se traduce en que los testigos deben dar
razón de sus dichos, es decir, deben justificar por qué testifican en favor de lo que lo hacen.

Las características de la prueba testimonial corresponden a las siguientes:

- Es una prueba circunstancial, es decir, no es preconstituida.

- Es una prueba indirecta (el contacto del tribunal con el hecho controvertido se realiza indirectamente a
través del testigo).

- Es generalmente una prueba semiplena, es decir, por sí sola no permite convencer al tribunal.

La clasificación de los testigos corresponde a la siguiente:

1° Según la forma en que los testigos conocieron los hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos, se
distingue entre:

a) Testigos presenciales: Corresponden a aquellos que percibieron los hechos directamente por sus
propios sentidos.

b) Testigos de oídas: Corresponden a aquellos que conocieron los hechos a través de terceros o de las
partes. A su respecto resulta importante tener en cuenta lo dispuesto en el artículo 383°CPC: “Los
testimonios de oídas, esto es, de testigos que relatan hechos que no han percibido por sus propios
sentidos y que sólo conocen por el dicho de otras personas, únicamente podrán estimarse como base de
una presunción judicial//Sin embargo, es válido el testimonio de oídas cuando el testigo se refiere a lo
que oyó decir a alguna de las partes, en cuanto de este modo se explica o esclarece el hecho de que se
trata”.

c) Testigos instrumentales: Corresponden a aquellos que intervienen en el otorgamiento de un


instrumento, asegurando la veracidad de la firma del otorgante (por ejemplo, para redactar un
testamento se requiere la presencia de testigos que acrediten la veracidad de la firma del testador).
2° Según su concordancia con otros testigos se distingue entre:

a) Testigos contestes: Corresponden a aquellos que están de acuerdo en el hecho y sus circunstancias
esenciales.

b) Testigos singulares: Corresponden a aquellos que están contestes sólo en el hecho, pero no en sus
circunstancias esenciales.

3° Según su capacidad para declarar en juicio se distingue entre:

a) Testigos hábiles: Corresponden a aquellos cuyo testimonio tiene valor en juicio.

b) Testigos inhábiles: Corresponden a aquellos cuyo testimonio, por declaración del tribunal, no tiene
valor en juicio por no cumplir con los requisitos que dispone la ley.

En base a las clasificaciones mencionadas, se puede establecer el siguiente principio general: La declaración de
dos testigos contestes, presenciales y hábiles puede llegar a tener valor de plena prueba.

Limitaciones a la prueba testimonial


La prueba testimonial es en términos generales un medio de prueba bastante desconfiable, pues puede ser
fácilmente preparado por las partes que se valen de testigos (además de todos los otros posibles factores que
pueden intervenir en la veracidad y seguridad de una declaración de testigos). Esto que ya se reflejaba en el
mensaje del Código Civil, se traduce en dos normas concretas que establecen limitaciones a la procedencia de la
prueba testimonial:

1° La primera norma corresponde al artículo 1708°CC, que dispone lo siguiente: “No se admitirá prueba de
testigos respecto de una obligación que haya debido consignarse por escrito”. Deben consignarse por escrito
las siguientes obligaciones (respecto de ellas, por tanto, no procederá la prueba testimonial):

- Todas aquellas obligaciones respecto de las cuales la ley establece la escrituración como una
solemnidad de validez del acto (por ejemplo, la escritura pública en la compraventa de bienes raíces).

- Los actos o contratos que contienen la entrega o promesa de una cosa que valga más de dos unidades
tributarias. Así lo dispone el inciso primero del artículo 1709°CC: “Deberán constar por escrito los actos
o contratos que contienen la entrega o promesa de una cosa que valga más de dos unidades tributarias”.
Existe una discusión doctrina sobre cuáles son estos actos o contratos: Alessandri, interpretando
ampliamente esta norma, señala que debe entenderse por estos actos o contratos (que contienen la
entrega o promesa de una cosa que valga más de dos UTM) cualquier obligación de dar, hacer o no hacer
que recae sobre una cosa que valga más de dos UTM. La jurisprudencia, por su parte, ha señalado que no
pueden considerarse dentro de este tipo de actos los hechos humanos que generan responsabilidad
extracontractual (es decir, los delitos y cuasidelitos civiles que exceden las dos UTM).
Se ha llegado a la conclusión, por tanto, de que el artículo 1709°CC comprende en su inciso primero los
actos que generan responsabilidad contractual y los actos jurídicos en general: si estos actos no constan
por escrito en caso que excedan las dos UTM, no procederá la prueba testimonial respecto de ellos.

2° La segunda norma corresponde al inciso segundo del artículo 1709°CC, que dispone lo siguiente: “No será
admisible la prueba de testigos en cuanto adicione o altere de modo alguno lo que se exprese en el acto o
contrato, ni sobre lo que se alegue haberse dicho antes, o al tiempo o después de su otorgamiento, aun
cuando en algunas de estas adiciones o modificaciones se trate de una cosa cuyo valor no alcance a la
referida suma//No se incluirán en esta suma los frutos, intereses u otros accesorios de la especie o
cantidad debida”. Esto quiere decir que no cabe la prueba testimonial contra un instrumento para modificar
en más o menos su contenido. Esta prohibición se aplica aun cuando el instrumento trate de cosas cuyo
valor sea inferior a las dos UTM (la razón de ello es lógica: si las partes acordaron dejar constancia escrita
de sus acuerdos, no es aceptable pretender modificar lo escrito mediante prueba testimonial, sin importar
el monto).

Las excepciones a estas limitaciones (es decir, casos en que será admisible la prueba testimonial) corresponden a
las siguientes:

- Cuando existe un principio de prueba por escrito, según lo dispone el inciso primero del artículo 1711°CC:
“Exceptúanse de lo dispuesto en los tres artículos precedentes los casos en que haya un principio de prueba
por escrito, es decir, un acto escrito del demandado o de su representante, que haga verosímil el hecho
litigioso//Así un pagaré de más de dos unidades tributarias en que se ha comprado una cosa que ha de
entregarse al deudor, no hará plena prueba de la deuda porque no certifica la entrega; pero es un principio
de prueba para que por medio de testigos se supla esta circunstancia”. Un principio de prueba por escrito
es una circunstancia que disminuye la incertidumbre de la prueba testimonial y la hace menos sospechosa.
Los requisitos que la ley exige a su respecto son los siguientes:

- Debe existir un acto escrito.

- El acto escrito debe emanar del demandado o de su representante.

- El acto escrito debe hacer verosímil el hecho litigioso, es decir, es necesario que el escrito dé al hecho
alegado cierta apariencia de verdad.

De la redacción del artículo 1711°CC y por los requisitos que este artículo exige para la constitución de un
principio de prueba por escrito, se podría pensar que el juez se encuentra muy restringido en cuanto a la
aceptación de la prueba testimonial en estos casos. Sin embargo, en la práctica, este concepto que parece
claro y restringido se vuelve amplio y difuso, ya que en definitiva corresponderá al juez determinar qué
considera un principio de prueba por escrito y qué no.
- Cuando ha sido imposible obtener una prueba escrita. Así lo dispone el inciso tercero del artículo 1711°CC:
“Exceptúanse también los casos en que haya sido imposible obtener una prueba escrita, y los demás
expresamente exceptuados en este Código y en los Códigos especiales”. Esto también queda entregado al
arbitrio del juez (a él corresponde determinar cuándo, atendiendo a las circunstancias del caso, ha sido
imposible obtener una prueba escrita).

- Algunos contratos especiales se eximen de la obligación de ser consignados por escrito. Así, por ejemplo,
cuando se trata de probar el depósito de efectos del que se aloja en una posada o del que entra a alguna
fonda, café, billar, baños o establecimientos semejantes, no se exige la consignación por escrito, según lo
establecen los artículos 2237°CC, 2241°CC y 2248°CC:

- Artículo 2237°CC: “Acerca del depósito necesario es admisible toda especie de prueba”.

- Artículo 2241°CC: “Los efectos que el que aloja en una posada introduce en ella, entregándolos al
posadero o a sus dependientes, se miran como depositados bajo la custodia del posadero. Este depósito
se asemeja al necesario y se le aplican los artículos 2237 y siguientes”.

- Artículo 2248°CC: “Lo dispuesto en los artículos precedentes se aplica a los administradores de fondas,
cafés, casas de billar o de baños, y otros establecimientos semejantes”.

- El comodato puede siempre probarse por testigos, aun cuando recaiga sobre objetos que excedan las dos
UTM. Así lo dispone el artículo 2175°CC: “El contrato de comodato podrá probarse por testigos, cualquiera
que sea el valor de la cosa prestada”.

- En materia mercantil procede siempre la prueba de testigos, salvo los casos en que la ley exige escritura
pública, según lo dispone el artículo 128°CCom: “La prueba de testigos es admisible en negocios
mercantiles, cualquiera que sea la cantidad que importe la obligación que se trate de probar, salvo los
casos en que la ley exija escritura pública”
Iniciativa y oportunidad de la prueba testimonial
La iniciativa puede ser de las partes o del tribunal:

1° Iniciativa de las partes: Puede ser anterior al juicio o durante éste:

a) Antes del juicio: Si la prueba testimonial es solicitada por una de las partes antes de que comience el
juicio, se pide como una medida prejudicial probatoria. Pueden solicitarla tanto el futuro demandado
como demandante. Así lo disponen los artículos 286°CPC y 288°CPC:

- Artículo 286°CPC: “Se podrá, asimismo, solicitar antes de la demanda el examen de aquellos
testigos cuyas declaraciones, por razón de impedimentos graves, haya fundado temor de que no
puedan recibirse oportunamente. Las declaraciones versarán sobre los puntos que indique el actor,
calificados de conducentes por el tribunal//Para practicar esta diligencia, se dará previamente
conocimiento a la persona a quien se trata de demandar, sólo cuando se halle en el lugar donde se
expidió la orden o donde deba tomarse la declaración; y en los demás casos se procederá con
intervención del defensor de ausentes”.

- Artículo 288°CPC: “Toda persona que fundadamente tema ser demandada podrá solicitar las
medidas que mencionan el número 5° del artículo 273 y los artículos 281, 284 y 286, para preparar su
defensa”.

El supuesto de procedencia de esta medida prejudicial probatoria es que exista temor fundado de que las
declaraciones del testigo no podrán recibirse óptimamente en el futuro por razón de impedimentos
graves. En estos casos, el solicitante debe indicar previamente los puntos sobre los cuales se recibirá la
declaración; el tribunal califica la conducencia de sus puntos y concede la medida. Se notifica la medida
a la contraparte para que concurra a la declaración del testigo de la parte que la solicitó, salvo que no se
encuentre en el lugar en que se sigue el juicio o en el que se debe prestar la declaración. En este último
caso interviene el defensor de ausentes, que lo representa.

b) Durante el juicio: En este caso, la oportunidad es distinta si se presenta la prueba testimonial en


primera o en segunda instancia:

- Si se presenta en primera instancia, la regla general es que tenga lugar durante el término
probatorio ordinario. Excepcionalmente, puede tener lugar durante el término probatorio
extraordinario o en algún término probatorio especial.

- En segunda instancia, NO cabe la posibilidad de que las partes presenten testigos.

2° Iniciativa del tribunal: En este caso, la prueba testimonial se solicita como medida para mejor resolver,
la cual puede ser de dos clases:
- Medida para mejor resolver ordinaria: En este caso, se solicita en primera instancia la comparecencia
de testigos que hayan declarado en juicio para que aclaren o expliquen sus dichos en caso que sean
obscuros o contradictorios. Así lo dispone el artículo 159°CPC número 5°: “Los tribunales, sólo dentro
del plazo para dictar sentencia, podrán dictar de oficio medidas para mejor resolver. Las que se dicten
fuera de este plazo se tendrán por no decretadas. Sin perjuicio de lo establecido en el inciso primero
del artículo 431, podrán dictar alguna o algunas de las siguientes medidas: 5° La comparecencia de
testigos que hayan declarado en el juicio, para que aclaren o expliquen sus dichos obscuros o
contradictorios”.

- Medida para mejor resolver extraordinaria: Se refiere a ella el artículo 207°CPC, que dispone lo
siguiente: “En segunda instancia, salvo lo dispuesto en el inciso final del artículo 310 y en los artículos
348 y 385, no se admitirá prueba alguna//No obstante y sin perjuicio de las demás facultades
concedidas por el artículo 159, el tribunal podrá, como medida para mejor resolver, disponer la
recepción de prueba testimonial sobre hechos que no figuren en la prueba rendida en autos, siempre
que la testimonial no se haya podido rendir en primera instancia y que tales hechos sean considerados
por el tribunal como estrictamente necesarios para la acertada resolución del juicio. En este caso, el
tribunal deberá señalar determinadamente los hechos sobre que deba recaer y abrir un término especial
de prueba por el número de días que fije prudencialmente y que no podrá exceder de ocho días. La lista
de testigos deberá presentarse dentro de segundo día de notificada por el estado la resolución
respectiva”.

Existen en términos generales dos formas de entender la apelación mediante la cual se abre una nueva
instancia:

- Como una renovación del proceso, caso en el cual la posibilidad de rendir nuevas pruebas es alta.

- Como una simple revisión del proceso llevado a cabo en primera instancia, caso en el cual la
posibilidad de rendir nuevas pruebas es muy limitada.

En Chile se entiende la apelación en el segundo sentido, es decir, como una simple revisión del proceso
llevado a cabo en primera instancia, salvo casos muy excepcionales. Una reforma del año 1988 del
artículo 207°CPC hizo prácticamente imposible la procedencia de la prueba testimonial en segunda
instancia, pues para que sea procedente se debe cumplir con los siguientes requisitos copulativos:

- La procedencia de la prueba testimonial debe ser decretada como medida para mejor resolver
(puede tratarse de testigos nuevos como de quienes ya testificaron).

- Que no haya sido posible rendir la prueba testimonial en primera instancia.

- Que la nueva prueba testimonial recaiga sobre hechos que no figuren en la prueba rendida.

- Que tales hechos sean estrictamente necesarios a juicio del tribunal para la acertada resolución del
juicio.
Cumpliéndose estos requisitos, el tribunal abre un período probatorio especial de máximo ocho días para
que se rinda la prueba, señalando determinadamente los hechos sobre que deba recaer. En estos casos,
la lista de testigos se deberá presentar dentro de los dos días que sigan a la notificación de la resolución
que decreta la procedencia de la prueba testimonial.

Obligaciones de los testigos


Corresponden principalmente a tres:

1° Comparecer: Así lo dispone el artículo 359°CPC: “Toda persona, cualquiera que sea su estado o
profesión, está obligada a declarar y a concurrir a la audiencia que el tribunal señale con este
objeto//Cuando se exija la comparecencia de un testigo a sabiendas de que es inútil su declaración, podrá
imponer el tribunal a la parte que la haya exigido una multa de un décimo a medio sueldo vital”. Quienes
tienen la obligación de comparecer en juicio a testificar, tienen también el derecho de que quien les
solicitó la declaración les rembolse los gastos en que hubiere incurrido, según lo dispone el artículo
381°CPC: “Tiene el testigo derecho para reclamar de la persona que lo presenta, el abono de los gastos que
le imponga la comparecencia//Se entenderá renunciado este derecho si no se ejerce en el plazo de veinte
días, contados desde la fecha en que se presta la declaración//En caso de desacuerdo, estos gastos serán
regulados por el tribunal sin forma de juicio y sin ulterior recurso”.

Las excepciones a la obligación de comparecer corresponden a las siguientes:

a) No están obligados a comparecer los testigos que residan fuera del lugar en que se sigue el juicio. Es
decir, quienes tuvieren por residencia un lugar que se encontrare fuera del territorio jurisdiccional en el
que funciona el tribunal, no estarán obligados a comparecer en juicio para testificar. En estos casos la
declaración del testigo se practica mediante un exhorto, según lo establece el artículo 371°CPC: “Si han
de declarar testigos que residan fuera del territorio jurisdiccional en que se sigue el juicio, se
practicará su examen por el tribunal que corresponda, a quien se remitirá copia de los puntos de prueba
fijados//El examen se practicará en la forma que establecen los artículos anteriores, pudiendo las
partes hacerse representar por encargados, en conformidad al artículo 73”.

Sin embargo, el tribunal ante el cual se lleva el juicio también puede interrogar válidamente a los
testigos que residan fuera de su territorio jurisdiccional, aunque esto muchas se veces se presta para que
las partes se engañen mutuamente y se complique el proceso probatorio.

b) No están obligados a comparecer para testificar las autoridades políticas, judiciales, militares y
eclesiásticas, según lo dispone el artículo 361°CPC: “Podrán declarar en el domicilio que fijen dentro del
territorio jurisdiccional del tribunal:

1° El Presidente de la República, los Ministros de Estado, los Senadores y Diputados, los


Subsecretarios; los Intendentes Regionales, los Gobernadores y los Alcaldes, dentro del territorio de
su jurisdicción; los jefes superiores de Servicios, los miembros de la Corte Suprema o de alguna Corte
de Apelaciones, los Fiscales Judiciales de estos Tribunales, los Jueces Letrados; el Fiscal Nacional y
los fiscales regionales; los Oficiales Generales en servicio activo o en retiro, los Oficiales Superiores
y los Oficiales Jefes; el Arzobispo y los Obispos, los Vicarios Generales, los Provisores, los Vicarios y
Provicarios Capitulares; y los Párrocos, dentro del territorio de la Parroquia a su cargo”.

2° Derogado.

3° Los religiosos, inclusos los novicios.

4° Las mujeres, siempre que por su estado o posición no puedan concurrir sin grave molestia.

5° Los que por enfermedad u otro impedimento, calificado por el tribunal, se hallen en la
imposibilidad de hacerlo.

Para este efecto, dentro del tercer día hábil siguiente a su notificación, las personas mencionadas
propondrán al tribunal el lugar y la fecha, comprendida dentro del término probatorio, de realización
de la audiencia respectiva. El juez los fijará sin más trámite si el interesado así no lo hiciere ni
comunicare su renuncia al derecho que le confiere este artículo//Con todo, los miembros y fiscales
judiciales de las Cortes y los jueces letrados que ejerzan sus funciones en el asiento de éstas, no
declararán sin previo permiso de la Corte Suprema, tratándose de algún miembro o fiscal judicial de
este tribunal, o de la respectiva Corte de Apelaciones en los demás casos. Este permiso se concederá
siempre que no parezca que sólo se trata de establecer, respecto del juez o fiscal judicial presentado
como testigo, una causa de recusación”.

En el caso de las autoridades, lo que se pretende es que no tengan que perder tiempo yendo a tribunales
a declarar. Para tales efectos señalan un lugar y fecha (comprendida dentro del término probatorio) de
realización de la audiencia respectiva. Anteriormente, estas personas declaraban mediante oficio, con lo
cual se vulneraban los derechos de la contraparte (presenciar la declaración, preguntar, tachar al
testigo, etc).

Lo mismo sucede con los religiosos que tengan que testificar: la parte respectiva que solicita su
testimonio las incluye en la lista de testigos que presenta al tribunal dentro de los primeros cinco días
del término probatorio. Una vez que se les haya notificado la resolución del tribunal por la cual se les
obliga a declarar, hacen valer dentro de tercero día, contado desde tal notificación, su derecho a no
comparecer y declarar en un lugar distinto (generalmente en el domicilio que señalaren).

En el caso de los jueces y ministros, éstos sólo podrán declarar como testigos previa autorización de la
corte respectiva (la corte de apelaciones o la corte suprema, dependiendo del tribunal donde desempeña
sus funciones el juez). Con ello se busca evitar que se fuerce alguna implicancia o recusación, como
expresamente lo establece el inciso final del artículo 361°CPC: “Este permiso se concederá siempre que
no parezca que sólo se trata de establecer, respecto del juez o fiscal judicial presentado como testigo,
una causa de recusación”.
c) Las mujeres que por su estado o posición no pudieren concurrir sin grave molestia y, en general, los
que por enfermedad u otro impedimento calificado por el tribunal se hallen en la imposibilidad de
hacerlo. Así lo dispone el artículo 361°CPC en sus numerales 4° y 5°.

d) Los chilenos o extranjeros que gocen en el país de inmunidad diplomática en conformidad a los
tratados vigentes. Así lo dispone el artículo 362°CPC: “No están obligados a declarar ni a concurrir a la
audiencia judicial los chilenos o extranjeros que gocen en el país de inmunidad diplomática, en
conformidad a los tratados vigentes sobre la materia//Estas personas declararán por informe, si
consintieran a ello voluntariamente. Al efecto, se les dirigirá un oficio respetuoso, por medio del
Ministerio respectivo”.

2° Declarar: Se refiere a esta obligación el artículo 359°CPC, que dispone lo siguiente: “Toda persona,
cualquiera que sea su estado o profesión, está obligada a declarar y a concurrir a la audiencia que el
tribunal señale con este objeto//Cuando se exija la comparecencia de un testigo a sabiendas de que es
inútil su declaración, podrá imponer el tribunal a la parte que la haya exigido una multa de un décimo a
medio sueldo vital”. Las excepciones a esta obligación están establecidas en el artículo 360°CPC, que
señala lo siguiente: “No serán obligados a declarar:

1° Los eclesiásticos, abogados, escribanos, procuradores, médicos y matronas, sobre hechos que se les
hayan comunicado confidencialmente con ocasión de su estado, profesión u oficio.

2° Las personas expresadas en los números 1°, 2° y 3° del artículo 358.

3° Los que son interrogados acerca de hechos que afecten el honor del testigo o de las personas
mencionadas en el número anterior, o que importen un delito de que pueda ser criminalmente
responsable el declarante o cualquiera de las personas referidas”.

De esta manera, las personas que estando obligadas a comparecer NO lo están a declarar, corresponden a
las siguientes:

a) Los eclesiásticos, abogados, escribanos, procuradores, médicos y matronas, sobre hechos que se les
hayan comunicado confidencialmente con ocasión de su estado, profesión u oficio. Es decir, las personas
que están obligadas por el secreto profesional, cuya violación es constitutiva de delito, según lo dispone
el artículo 247°CPenal: “El empleado público que, sabiendo por razón de su cargo los secretos de un
particular, los descubriere con perjuicio de éste, incurrirá en las penas de reclusión menor en sus grados
mínimo a medio y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales//Las mismas penas se aplicarán a
los que ejerciendo alguna de las profesiones que requieren título, revelen los secretos que por razón de
ella se les hubieren confiado”.

Resulta importante tener en cuenta que la enumeración del artículo 360°CPC número 1° es taxativa, de
manera que NO se aplica a otras personas que podrían también estar obligadas a un cierto secreto
profesional, o que al menos, por razón de su profesión u oficio, tienen acceso a información
confidencial. Así, por ejemplo, los periodistas no están incluidos en este grupo, a cuyo respecto existe
una regulación especial en la ley 19.733 (sobre libertades de opinión e información y ejercicio del
periodismo), que establece un secreto profesional más restringido, pues se extiende sólo a la fuente de
la información, pero no a la información misma. Este secreto se aplica no sólo a los periodistas, sino
también a todos quienes trabajen en el medio (editores, camarógrafos, etc). Así lo dispone el artículo 7°
de la ley 19.733: “Los directores, editores de medios de comunicación social, las personas a quienes se
refieren los artículos 5° (periodistas) y 6° (alumnos de periodismo) y los corresponsales extranjeros que
ejerzan su actividad en el país, tendrán derecho a mantener reserva sobre su fuente informativa, la que
se extenderá a los elementos que obren en su poder y que permitan identificarla y no podrán ser
obligados a revelarla ni aun judicialmente//Lo dispuesto en el inciso anterior se aplicará también a las
personas que, por su oficio o actividad informativa hayan debido estar necesariamente presentes en el
momento de haberse recibido la información//El que haga uso del derecho consagrado en el inciso
primero será personalmente responsable de los delitos que pudiere cometer por la información
difundida”.

Mediante el secreto profesional se busca proteger la confianza que existe entre determinadas personas
que por su profesión u oficio tienen acceso a información confidencial, y aquellas personas que proveen
tal información (abogado-cliente, doctor-paciente, etc). Sin embargo, el secreto profesional se opone o
impide cierta manera alcanzar la verdad material en el proceso. No obstante, si no existiera el secreto
profesional, la información de que disponen las personas que la comunican a sus abogados, doctores,
etc, nunca se daría a conocer, siendo que podría tratarse de la información esencial para la resolución
de un determinado conflicto. Por ello, mediante el secreto profesional se garantiza al menos que la
información fluya y no sea ‘escondida’ por quien la conoce.

b) Las personas expresadas en los números 1°, 2° y 3° del artículo 358°CPC, que corresponden a
parientes cercanos a las partes. Dispone el artículo 358°CPC en sus numerales 1°, 2° y 3° lo siguiente:
“Son también inhábiles para declarar:

1° El cónyuge y los parientes legítimos hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de


afinidad de la parte que los presenta como testigos.

2° Los ascendientes, descendientes y hermanos ilegítimos, cuando haya reconocimiento del


parentesco que produzca efectos civiles respecto de la parte que solicite su declaración.

3° Los pupilos por sus guardadores y viceversa”.

Estas personas son inhábiles para testificar, pero su inhabilidad puede ser renunciada. Lo que se busca en
el fondo es que una persona cercana a una de las partes no se vea en la situación de tener que declarar
en contra de ella.

c) Los que son interrogados acerca de hechos que afecten el honor del testigo o de las personas
mencionadas en el número anterior, o que importen un delito de que pueda ser criminalmente
responsable el declarante o cualquiera de las personas referidas. Si bien se justifica la existencia de esta
excepción respecto de la responsabilidad penal (pues nadie está obligado a autoincriminarse a sí mismo o
a parientes cercanos), no se puede decir lo mismos respecto del honor, cuya protección irrestricta puede
generar más perjuicios que beneficios.
d) Además de las personas señaladas en el artículo 360°CPC, no están obligados a declarar los chilenos o
extranjeros que gocen en el país de inmunidad diplomática en conformidad a los tratados vigentes. Así lo
dispone el artículo 362°CPC: “No están obligados a declarar ni a concurrir a la audiencia judicial los
chilenos o extranjeros que gocen en el país de inmunidad diplomática, en conformidad a los tratados
vigentes sobre la materia//Estas personas declararán por informe, si consintieran a ello
voluntariamente. Al efecto, se les dirigirá un oficio respetuoso, por medio del Ministerio respectivo”.

Estas personas están obligadas a comparecer en juicio, pero no a declarar. En estos casos, la persona es
interrogada y si se le pregunta algo que tenga relación con alguna de las excepciones mencionadas (es decir,
si se le pregunta algo relacionado a su secreto profesional, a su parentesco con una de las partes, o a su
responsabilidad penal u honor) se excusa de responder.

3° Declarar la verdad: Se desprende de lo dispuesto en el artículo 363°CPC, que establece lo siguiente:


“Antes de examinar a cada testigo, se le hará prestar juramento al tenor de la fórmula siguiente: ‘¿Juráis
por Dios decir verdad acerca de lo que se os va a preguntar?’ El interrogado responderá: ‘Sí, juro’,
conforme a lo dispuesto en el artículo 62”. Si el testigo miente incurre en el delito de falso testimonio en
causa civil, regulado en el artículo 209°CPenal: “El falso testimonio en causa civil, será castigado con
presidio menor en su grado medio y multa de once a veinte unidades tributarias mensuales//Si el valor de
la demanda no excediere de cuatro sueldos vitales, las penas serán presidio menor en su grado mínimo y
multa de seis a diez unidades tributarias mensuales”.

Habilidad para ser testigo


La habilidad para ser testigo es un tema que dice relación con la admisibilidad de la prueba testimonial: si el
testigo no presenta la suficiente independencia de las partes que litigan, no puede ser considerado como un
verdadero extraño al juicio. Por ello, las causales de inhabilidad son causales de inadmisibilidad de la prueba
testimonial (muchas veces sucede que el testigo inhábil declara de todas maneras en juicio, pero el tribunal en la
sentencia definitiva desecha su declaración por no cumplir con los requisitos exigibles a ese medio de prueba). La
regla general está contemplada en el artículo 356°CPC: “Es hábil para testificar en juicio toda persona a quien
la ley no declare inhábil”.

Existen dos tipos de inhabilidades:

a) Inhabilidad absoluta: En estos casos la inhabilidad dice relación con:

- La incapacidad del testigo para percibir los hechos.

- La incapacidad del testigo para relatar los hechos.

- La absoluta falta de credibilidad del testigo.


Las causales de inhabilidad absoluta se encuentran contempladas en el artículo 357°CPC, que dispone lo
siguiente: “No son hábiles para declarar como testigos:

1° Los menores de catorce años. Podrán, sin embargo, aceptarse sus declaraciones sin previo juramento
y estimarse como base para una presunción judicial, cuando tengan discernimiento suficiente.

2° Los que se hallen en interdicción por causa de demencia.

3° Los que al tiempo de declarar, o al verificarse los hechos sobre que declaran, se hallen privados de la
razón, por ebriedad u otra causa.

4° Los que carezcan del sentido necesario para percibir los hechos declarados al tiempo de verificarse
éstos.

5° Los sordos o sordomudos que no pueden darse a entender claramente.

6° Los que en el mismo juicio hayan sido cohechados, o hayan cohechado o intentado cohechar a otros,
aun cuando no se les haya procesado criminalmente.

7° Los vagos sin ocupación u oficio conocido.

8° Los que en concepto del tribunal sean indignos de fe por haber sido condenados por delitos.

9° Los que hagan profesión de testificar en juicio”.

b) Inhabilidad relativa: En estos casos se afecta la imparcialidad del testigo, es decir, no es un verdadero
tercero extraño al juicio, sea por su vínculo con alguna de las partes (parentesco, dependencia laboral,
amistad o enemistad) o por su vínculo patrimonial con la causa. Las causales de inhabilidad relativa se
encuentran contempladas en el artículo 358°CPC, que dispone lo siguiente: “Son también inhábiles para
declarar:

1° El cónyuge y los parientes legítimos hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad de
la parte que los presenta como testigos.

2° Los ascendientes, descendientes y hermanos ilegítimos, cuando haya reconocimiento del parentesco
que produzca efectos civiles respecto de la parte que solicite su declaración.

3° Los pupilos por sus guardadores y viceversa.

4° Los criados domésticos o dependientes de la parte que los presente//Se entenderá por dependiente,
para los efectos de este artículo, el que preste habitualmente servicios retribuidos al que lo haya
presentado por testigo, aunque no viva en su casa.
5° Los trabajadores y labradores dependientes de la persona que exige su testimonio.

6° Los que a juicio del tribunal carezcan de la imparcialidad necesaria para declarar por tener en el
pleito interés directo o indirecto.

7° Los que tengan íntima amistad con la persona que los presenta o enemistad respecto de la persona
contra quien declaren//La amistad o enemistad deberán ser manifestadas por hechos graves que el
tribunal calificará según las circunstancias.

Las inhabilidades que menciona este artículo no podrán hacerse valer cuando la parte a cuyo favor se
hallan establecidas, presente como testigos a las mismas personas a quienes podrían aplicarse dichas
tachas”.

Respecto de las inhabilidades relativas, de conformidad al inciso final del artículo 358°CPC, procede la
denominada ‘compensación de inhabilidades’, en razón de la cual una parte no puede tachar al testigo
inhábil relativamente que presenta la contraparte, si ella misma presenta un testigo al que se le aplica la
misma causal de inhabilidad (la misma causal específica y no otra distinta). Es decir, una parte no puede
hacer valer la inhabilidad de un testigo que presenta la contraparte si ella misma ha presentado a testigos
afectos a la misma causal de inhabilidad.

La principal consecuencia de una inhabilidad, sea absoluta o relativa, es la inadmisibilidad del testigo afecto a la
causal. Sin embargo, existen diferencias entre la inhabilidad absoluta y la inhabilidad relativa:

- El juez puede repeler de oficio e impedir la declaración de un inhábil absoluto, mientras que tratándose
de un inhábil relativo la declaración puede tener lugar, procediéndose a la tacha del testigo y resolviéndose
ésta en la sentencia definitiva (esto último, sin embargo, no favorece la economía procesal). Así lo dispone
el artículo 375°CPC: “Las tachas opuestas por las partes no obstan al examen de los testigos tachados; pero
podrán los tribunales repeler de oficio a los que notoriamente aparezcan comprendidos en alguna de las
que señala el artículo 357//La apelación que se interponga en este caso se concederá en el efecto
devolutivo”.

- Las inhabilidades absolutas no se compensan, a diferencia de las relativas.

- Las inhabilidades absolutas son irrenunciables, mientras que las inhabilidades relativas son renunciables
expresa o tácitamente por la parte en cuyo favor están establecidas:

- La renuncia a la inhabilidad relativa es expresa si se realiza en términos explícitos y directos.

- La renuncia a la inhabilidad relativa es tácita si no se tacha al testigo en el tiempo y forma que


correspondan.
Procedimiento probatorio para rendir prueba de testigos
Este procedimiento tiene por objeto asegurar la bilateralidad de la audiencia en la interrogación de los testigos,
así como asegurar que el testimonio sea lo más serio y racional posible. Las distintas etapas de este
procedimiento corresponden a las siguientes:

1° Presentación de la lista de testigos y de la minuta con los puntos de prueba: Se encuentra regulado en el
artículo 320°CPC, que dispone los siguiente: “Dentro de los cinco días siguientes a la última notificación de
la resolución a que se refiere el artículo 318, cuando no se haya pedido reposición en conformidad al
artículo anterior y en caso contrario, dentro de los cinco días siguientes a la notificación por el estado de la
resolución que se pronuncie sobre la última solicitud de reposición, cada parte deberá presentar una
minuta de los puntos sobre que piense rendir prueba de testigos, enumerados y especificados con claridad y
precisión//Deberá también acompañar una nómina de los testigos de que piensa valerse, con expresión del
nombre y apellido, domicilio, profesión u oficio. La indicación del domicilio deberá contener los datos
necesarios a juicio del juzgado, para establecer la identificación del testigo”. Como bien dispone el artículo
320°CPC, dentro del quinto día contado desde la notificación de la resolución que recibe la causa a prueba
o de la última resolución que resuelve la última reposición en contra de dicha resolución, cada parte deberá
presentar:

a) Una nómina de los testigos de que piensa valerse, con expresión de:

- Nombre y apellido.

- Domicilio.

- Profesión u oficio.

Los testigos que no se incluyan en esta lista no podrán declarar después, según lo dispone el artículo
372°CPC: “Serán admitidos a declarar solamente hasta seis testigos, por cada parte, sobre cada uno de
los hechos que deban acreditarse//Sólo se examinarán testigos que figuren en la nómina a que se
refiere el inciso final del artículo 320. Podrá, con todo, el tribunal admitir otros testigos en casos muy
calificados, y jurando la parte que no tuvo conocimiento de ellos al tiempo de formar la nómina de que
trata el inciso anterior”. Se admite, de conformidad al inciso segundo del artículo 372°CPC, que
excepcionalmente declaren testigos no incluidos en la nómina que presentó la parte, siempre que se
cumpla con los siguientes requisitos o condiciones:

- Si así lo determinara el tribunal, que tiene la facultad y no la obligación de hacerlo.

- Cuando se trate de casos muy calificados.

- Siempre que la parte que los presenta en juicio jure que no tuvo conocimiento de ellos al tiempo de
formar la nómina.
La nómina de testigos debe presentarse en el tribunal ante el cual se sigue la causa, aun cuando los
testigos residan en otro territorio jurisdiccional. En estos casos se practica un exhorto de conformidad al
artículo 371°CPC: “Si han de declarar testigos que residan fuera del territorio jurisdiccional en que se
sigue el juicio, se practicará su examen por el tribunal que corresponda, a quien se remitirá copia de los
puntos de prueba fijados//El examen se practicará en la forma que establecen los artículos anteriores,
pudiendo las partes hacerse representar por encargados, en conformidad al artículo 73”.

b) Una minuta de los puntos sobre que piense rendir prueba de testigos, enumerados y especificados con
claridad y precisión. En esta minuta se puede no sólo identificar los puntos de prueba sobre los cuales
recaerán las declaraciones de los testigos, como lo exige el artículo 320°CPC, sino también se pueden
señalar las preguntas específicas se que se formularán a cada testigo.

Hoy en día, sin embargo, ninguna de las dos alternativas es empleada en la práctica (minuta de puntos
de prueba como preguntas específicas), pues lo normal es no presentar minuta alguna, con el fin de
sorprender a la contraparte al momento de la interrogación de los testigos. Por distintos motivos, la
jurisprudencia ha aceptado esta conducta sin mayor fundamento, pues el artículo 320°CPC es categórico
al imponer esta obligación a las partes de un juicio. En estos casos, donde no se presenta esta minuta, se
interroga a los testigos al tenor de lo establecido en la resolución que recibe la causa a prueba.

2° Citación a una audiencia para recibir la prueba testimonial: El tribunal, una vez que haya recibido la
nómina de testigos y la minuta de puntos de prueba a que se refiere el artículo 320°CPC, fijará una
audiencia para que los testigos se presenten a declarar. Así lo dispone el artículo 369°CPC: “El tribunal,
atendido el número de testigos y el de los puntos de prueba, señalará una o más audiencias para el examen
de los que se encuentran en el departamento//Procurará también, en cuanto sea posible, que todos los
testigos de cada parte sean examinados en la misma audiencia”.

En la práctica esto tampoco sucede así, pues es en la misma resolución que recibe la causa prueba donde el
tribunal fija la fecha y número de audiencias que se practicarán, generalmente en los dos últimos días del
término probatorio. Sucede, sin embargo, que muchas veces no alcanza el tribunal a tomar la declaración
de todos los testigos presentados por las partes, lo cual tiene importantes consecuencias para el juicio, pues
siendo la citación a audiencia de testigos un trámite esencial a todo juicio, ya que se trata de una citación
para una diligencia probatoria (artículo 795°CPC número 6°: “En general, son trámites o diligencias
esenciales en la primera o en la única instancia en los juicios de mayor o de menor cuantía y en los juicios
especiales: 6° La citación para alguna diligencia de prueba”), podrá proceder eventualmente el recurso de
casación en la forma si se interrogare testigos fuera del plazo fijado para la audiencia.

Ahora bien, ésta es una citación de audiencia a las partes, que se notifica por estado diario y no por cédula,
pues son los abogados los que concurren a la audiencia en representación de sus clientes (no se exige la
comparecencia personal de las partes). A los testigos mismos, en cambio, sí se les notifica la resolución que
ordena esta citación por cédula, aunque no es necesario (no es un trámite esencial), pues puede omitirse si
se les informa de la citación por otros medios (por ejemplo, por teléfono). No obstante, es preferible la
notificación de los testigos por cédula, pues sólo si se practicó ésta se podrá pedir un término probatorio
especial en caso de entorpecimiento o cualquier otro impedimento para la rendición de la prueba
testimonial.
El principal efecto de la citación se encuentra contemplado en el artículo 380°CPC, que dispone lo
siguiente: “Siempre que lo pida alguna de las partes, mandará el tribunal que se cite a las personas
designadas como testigos en la forma establecida por el artículo 56, indicándose en la citación el juicio en
que debe prestarse la declaración y el día y hora de la comparecencia//El testigo que legalmente citado no
comparezca podrá ser compelido por medio de la fuerza a presentarse ante el tribunal que haya expedido
la citación, a menos que compruebe que ha estado en imposibilidad de concurrir//Si compareciendo se
niega sin justa causa a declarar, podrá ser mantenido en arresto hasta que preste su declaración//Todo lo
cual se entiende sin perjuicio de la responsabilidad penal que pueda afectar al testigo rebelde”. De esta
manera, el testigo que haya sido legalmente citado y no comparezca, podrá ser compelido por la fuerza a
presentarse ante el tribunal que haya expedido la citación, a menos que compruebe que ha estado
imposibilitado de concurrir.

3° Contratación de un receptor para que actúe como ministro de fe: La audiencia testimonial se realiza ante
un receptor que actúa como ministro de fe (podría en principio haberlo sido el secretario del tribunal, pero
como son muchas las declaraciones de testigos que se practican, es preferible contratar un receptor para
que cumpla específicamente esa labor). Si no hay receptor, se le puede solicitar al tribunal que tal función
la desempeñe un funcionario del tribunal como ministro ad hoc.

4° Audiencia de prueba: La audiencia de prueba se rige por distintas normas:

a) Orden de las declaraciones: Los testigos de cada parte serán examinados separada y sucesivamente,
según lo establece el artículo 364°CPC: “Los testigos de cada partes serán examinados separada y
sucesivamente, principiando por los del demandante, sin que puedan unos presenciar las declaraciones
de los otros//El tribunal adoptará las medidas conducentes para evitar que los testigos que vayan
declarando puedan comunicarse con los que no hayan prestado declaración”. Con esto se persigue tres
objetivos:

- Procurar que todos los testigos de la misma parte sean interrogados en la misma audiencia.

- Procurar que ninguno de los testigos presencie las declaraciones de los demás (esto generalmente no
se da en la práctica, especialmente cuando las audiencias tienen lugar en días distintos).

- Procurar que los testigos que hayan declarado no puedan comunicarse con los testigos que aún no
declaran.

Como lo establece el inciso primero del artículo 364°CPC, declaran primero los testigos del demandante
y después los del demandado. Cabe tener en cuenta, finalmente, lo dispuesto en el artículo 368°CPC:
“La declaración constituye un solo acto que no puede interrumpirse sino por causas graves y urgentes”.

b) Individualización y juramento de los testigos: El testigo presenta su carné de identidad para


identificarse y se le toma juramento de conformidad al artículo 363°CPC: “Antes de examinar a cada
testigo, se le hará prestar juramento al tenor de la fórmula siguiente: ‘¿Juráis por Dios decir verdad
acerca de lo que se os va a preguntar?’ El interrogado responderá: ‘Sí, juro’, conforme a lo dispuesto en
el artículo 62”.
c) Interrogaciones: Respecto de las interrogaciones que se formulan a los testigos cabe tener en cuenta
los siguientes aspectos:

c.1 Es el juez el que personalmente efectúa las interrogaciones, según lo establece el artículo
365°CPC: “Los testigos serán interrogados personalmente por el juez, y si el tribunal es colegiado,
por uno de sus ministros a presencia de las partes y de sus abogados//Las preguntas versarán sobre
los datos necesarios para establecer si existen causas que inhabiliten al testigo para declarar y sobre
los puntos de prueba que se hayan fijado. Podrá también el tribunal exigir que los testigos
rectifiquen, esclarezcan o precisen las aseveraciones hechas”.

c.2 Si el testigo no habla castellano se solicitará la intervención de un intérprete que jure


desempeñar fielmente su cargo. Así lo establece el artículo 382°CPC: “Si el testigo no supiere el
idioma castellano, será examinado por medio de un intérprete mayor de dieciocho años, quien
prometerá bajo juramente desempeñar bien y fielmente el cargo//Por conducto del intérprete se
interrogará al testigo y se recibirán sus contestaciones, las cuales serán consignadas en el idioma del
testigo, si éste no entendiere absolutamente el castellano. En tal caso, se pondrá al pie de la
declaración la traducción que de ella haga el intérprete//Si el testigo fuere sordo, las preguntas le
serán dirigidas por escrito; y si fuere mudo, dará por escrito sus contestaciones//Si no fuere posible
proceder de esta manera, la declaración del testigo será recibida por intermedio de una o más
personas que puedan entenderse con él por medio de la lengua de señas, por signos, o que
comprendan a los sordos o sordomudos. Estas personas prestarán previamente el juramento de que
trata el inciso primero”.

c.3 Una vez que los testigos hayan sido individualizados y hayan prestado juramento, el abogado de la
contraparte (en representación de ésta) tiene derecho a formularles preguntas con el objeto de
determinar si se encuentran incluidos en alguna de las causales de inhabilidad que regula la ley
(artículos 357°CPC y 358°CPC), es decir, tiene derecho a tacharlos. Así lo dispone el artículo
366°CPC: “Cada parte tendrá derecho para dirigir, por conducto del juez, las interrogaciones que
estime conducentes a fin de establecer las causales de inhabilidad legal que puedan oponerse a los
testigos, y a fin de que éstos rectifiquen, esclarezcan o precisen los hechos sobre los cuales se invoca
su testimonio//En caso de desacuerdo entre las partes sobre la conducencia de las preguntas
resolverá el tribunal y su fallo será apelable sólo en lo devolutivo”.

La oportunidad para tachar a un testigo corresponde al tiempo que media entre la presentación de la
lista de testigos y el comienzo de la declaración acerca de los puntos de prueba. Una vez que el
testigo ha comenzado a declarar, precluye el derecho para tacharlo. Se exceptúan los testigos nuevos
(regulados en el artículo 372°CPC), que pueden ser tachados hasta tres días después de que han
declarado, según lo dispone el artículo 373°CPC: “Solamente podrán oponerse tachas a los testigos
antes de que presten su declaración. En el caso del inciso final del artículo anterior, podrán también
oponerse dentro de los tres días subsiguientes al examen de los testigos//Sólo se admitirán las
tachas que se funden en alguna de las inhabilidades mencionadas en los artículo 357 y 358, y con tal
que se expresen con la claridad y especificación necesarias para que puedan ser fácilmente
comprendidas”. Normalmente se le tacha en la misma audiencia, después de las preguntas para
tacha.
El procedimiento al que se somete la tacha de testigos es el siguiente:

1° La parte que no ha presentado al testigo señala:

- Que tacha al testigo por alguna de las causales contempladas en los artículos 357°CPC o
358°CPC.

- Con claridad y precisión los hechos que la configuran.

Así lo exige el inciso segundo del artículo 373°CPC: “Sólo se admitirán las tachas que se funden en
alguna de las inhabilidades mencionadas en los artículo 357 y 358, y con tal que se expresen con la
claridad y especificación necesarias para que puedan ser fácilmente comprendidas”.

2° La solicitud de la parte que practica la tacha se tramita incidentalmente, de manera que se da


traslado de ella a la contraparte que presentó el testigo y se resuelve generalmente en la misma
audiencia de manera verbal. En este caso, la parte que presenta el testigo tiene el derecho
alternativo de:

- Oponerse a la tacha, solicitando su rechazo (lo cual se determina en la sentencia definitiva).

- Desistir en la declaración de ese testigo y pedir que se reemplace por otro testigo incluido en
la nómina que hubiere presentado (a este respecto toma importancia el hecho de que se puede
presentar como máximo seis testigos por cada hecho controvertido, de conformidad al artículo
372°CPC).

3° Según lo dispone el artículo 375°CPC, el tribunal tiene la alternativa de:

- Dejar la resolución de la tacha para la sentencia definitiva.

- Repeler de oficio a un testigo que aparezca notoriamente comprendido en una causal de


inhabilidad absoluta.

Así lo establece el artículo 375°CPC: “Las tachas opuestas por las partes no obstan al examen de
los testigos tachados; pero podrán los tribunales repeler de oficio a los que notoriamente
aparezcan comprendidos en alguna de las que señala el artículo 357//La apelación que se
interponga en este caso se concederá en el efecto devolutivo”.

4° El tribunal puede determinar que se reciba la tacha de testigos a prueba, la que se basará por lo
general en las interrogaciones de la tacha misma y en las demás pruebas que se presenten en el
término probatorio ordinario. Así lo dispone el artículo 376°CPC: “Cuando el tribunal lo estime
necesario para resolver el juicio, recibirá las tachas a prueba, la cual se rendirá dentro del
término concedido para la cuestión principal. Pero si éste está vencido o lo que de él reste no sea
suficiente, se ampliará para el solo efecto de rendir la prueba de tachas hasta completar diez
días, pudiendo además solicitarse aumento extraordinario que concede el artículo 329 en los casos
a que él se refiere”.

Respecto de la prueba de las tachas, cabe tener en cuenta lo dispuesto en los artículos 377°CPC,
378°CPC y 379°CPC:

- Artículo 377°CPC: “Son aplicables a la prueba de tachas las disposiciones que reglamentan la
prueba de la cuestión principal”.

- Artículo 378°CPC: “No se admitirá prueba de testigos para inhabilitar a los que hayan
declarado sobre las tachas deducidas. Lo cual no obsta para que el tribunal acepte otros medios
probatorios, sin abrir término especial, y tome en cuenta las incapacidades que contra los
mismos testigos aparezcan en el proceso”.

- Artículo 379°CPC: “Las resoluciones que ordenan recibir prueba sobre las tachas opuestas son
inapelables//No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, la legalidad de las tachas y su
comprobación serán apreciadas y resueltas en la sentencia definitiva”.

5° La resolución de las tachas se deja para la sentencia definitiva, salvo el caso que el tribunal
haya repelido de oficio a un testigo inhábil absolutamente. Así lo establece el inciso segundo del
artículo 379°CPC: “No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, la legalidad de las tachas y su
comprobación serán apreciadas y resueltas en la sentencia definitiva”. La tacha puede ser acogida
o rechazada:

- Acogida la tacha, la declaración del testigo carece de todo valor.

- Rechazada la tacha, el tribunal determinará el valor probatorio de la prueba testimonial


conforme a las normas respectivas.

c.4 Respecto del objeto de las interrogaciones, lo primero que cabe tener en cuenta es que al
presentar la parte a un testigo señala respecto de qué puntos de prueba lo presenta. En el caso
excepcional de que en la minuta de puntos de prueba se hayan incluido las preguntas específicas que
se le iban a formular a cada testigo, se formulan tales preguntas. Sin embargo, como esta es una
situación muy excepcional, generalmente es el receptor el que lee al testigo los puntos de prueba
respecto de los cuales se exigirá su testimonio.

Una vez que el testigo haya prestado su declaración sobre el punto de prueba señalado, el abogado de
la parte que lo presenta podrá hacerle nuevas preguntas y el abogado de la contraparte podrá
formularle las interrogaciones que quisiere. El artículo 365°CPC determina el ámbito de estas nuevas
preguntas e interrogaciones de la contraparte: “Los testigos serán interrogados personalmente por el
juez, y si el tribunal es colegiado, por uno de sus ministros a presencia de las partes y de sus
abogados//Las preguntas versarán sobre los datos necesarios para establecer si existen causas que
inhabiliten al testigo para declarar y sobre los puntos de prueba que se hayan fijado. Podrá también
el tribunal exigir que los testigos rectifiquen, esclarezcan o precisen las aseveraciones hechas”.
Como se desprende de lo dispuesto en el inciso final del artículo 365°CPC, el objeto de estas nuevas
interrogaciones es rectificar, esclarecer o precisar las aseveraciones hechas. Es importante tener en
cuenta la amplitud de este derecho, pues a diferencia de lo que sucede con otras declaraciones,
como en la absolución de posiciones por ejemplo, no se exige que las declaraciones hayan sido
obscuras o dudosas (como sí se exige en la absolución de posiciones, de conformidad al artículo
392°CPC: “Puede todo litigante presenciar la declaración del contendor y hacer al tribunal las
observaciones que estime conducentes para aclarar, explicar o ampliar las preguntas que han de
dirigirse//Puede también, antes que termine la diligencia y después de prestada la declaración,
pedir que se repita si hay en las respuestas dadas algún punto obscuro o dudoso que aclarar”).

No serán admisibles las siguientes preguntas:

a) Las preguntas que no se encuadren dentro de los puntos de prueba sobre los cuales se interroga
al testigo.

b) Aquellas preguntas que no tienen por objeto rectificar, esclarecer o precisar las aseveraciones
hechas.

c) Las preguntas inductivas, es decir, aquellas que suponen un hecho sobre el cual el testigo no ha
declarado. Se asemejan a las preguntas inductivas las asertivas, que corresponden a aquellas que
se formulan afirmando un hecho para que el testigo lo confirme o lo niegue (las preguntas asertivas
se oponen a las interrogativas: es distinto decir asertivamente: ‘¿Rosa Olivares llevaba la
contabilidad, cierto?’ que ‘¿sabe usted si Rosa Olivares llevaba la contabilidad?’). Se ha discutido
sobre la admisibilidad de las preguntas asertivas (aunque en la práctica generalmente se admiten):

- Algunos, como Anabalón, niegan la admisibilidad a estas preguntas, pues su objeto es llevar al
testigo a declarar algo que no quiere.

- Otros señalan que las preguntas asertivas son admisibles, pues mediante ellas lo único que se
hace es preguntarle al testigo en forma clara y precisa algo sobre lo que está declarando.
Además, presentan la ventaja de que son útiles en la contra-interrogación al testigo de la
contraparte.

d) Las preguntas que se refieren al honor del testigo o de sus parientes cercanos.

En los casos que la pregunta sea inadmisible, el abogado se puede oponer a ella después de que sea
formulada y antes de que el testigo la conteste. En este caso, el abogado que se hubiere opuesto
deberá manifestarle al receptor, para que éste tome nota, los argumentos sobre los cuales sustenta
su oposición a la pregunta. El receptor da traslado de la oposición a la contraparte, para que ésta
argumente a favor de la declaración del testigo respecto de la pregunta formulada y por qué ésta
debe realizarse. Una vez presentados los argumentos de ambas partes el juez debe resolver (esto se
presta para muchos abusos, porque es el receptor el que narra a los jueces los argumentos de las
partes, pero generalmente lo hace en favor de aquella que lo contrató).
En caso de desacuerdo entre las partes sobre la conducencia de las preguntas, el tribunal resuelve y
la apelación que pueda proceder se concederá sólo en el efecto devolutivo. Así lo dispone el inciso
segundo del artículo 366°CPC: “En caso de desacuerdo entre las partes sobre la conducencia de las
preguntas resolverá el tribunal y su fallo será apelable sólo en lo devolutivo”.

Finalmente, cabe tener en cuenta el objetivo de las repreguntas (que el abogado de la parte que
presentó al testigo le formula) es que el testigo declare todo lo relativo a aquello por lo que se lo
llevó a declarar. El objetivo de las contrainterrogaciones, por su parte (aquellas que formula el
abogado de la contraparte) es triple:

- Desacreditar al testigo.

- Desacreditar al testimonio.

- Obtener información favorable.

c.5 En relación a las respuestas de los testigos, el artículo 367°CPC exige que los testigos respondan
de manera clara y precisa a las preguntas que se les formulan, expresando las razones por las cuales
afirman los hechos aseverados. Así lo prescribe el artículo 367°CPC: “Los testigos deben responder de
una manera clara y precisa a las preguntas que se les hagan, expresando la causa por que afirman los
hechos aseverados. No se les permitirá llevar escrita su declaración”.

5° Levantamiento de un acta: Así lo exige el artículo 370°CPC, que dispone lo siguiente: “Las declaraciones
se consignarán por escrito, conservándose en cuanto sea posible las expresiones de que se haya valido el
testigo, reducidas al menor número de palabras//Después de leídas por el receptor en alta voz y
ratificadas por el testigo, serán firmadas por el juez, el declarante, si sabe, y las partes, si también saben
y se hallan presentes, autorizándolas un receptor, que servirá también como actuario en las incidencias que
ocurran durante la audiencia de prueba”.

En relación al número de testigos que pueden presentarse, el artículo 372°CPC establece el máximo de seis
testigos por cada hecho que deba acreditarse: “Serán admitidos a declarar solamente hasta seis testigos, por
cada parte, sobre cada uno de los hechos que deban acreditarse//Sólo se examinarán testigos que figuren en la
nómina a que se refiere el inciso final del artículo 320. Podrá, con todo, el tribunal admitir otros testigos en
casos muy calificados, y jurando la parte que no tuvo conocimiento de ellos al tiempo de formar la nómina de
que trata el inciso anterior”. Se discute en doctrina sobre si el artículo 372°CPC debe entenderse referido a cada
hecho controvertido o más bien a cada punto de prueba, pues puede darse el caso de puntos de prueba que
comprendan a su vez varios hechos controvertidos.
Valor probatorio de la prueba testimonial
Rigiendo en Chile un sistema de prueba legal o tasada en relación a la valoración de la prueba, son dos las
normas que se refieren a la valoración de la prueba testimonial:

- Artículo 383°CPC: “Los testimonios de oídas, esto es, de testigos que relatan hechos que no han percibido
por sus propios sentidos y que sólo conocen por el dicho de otras personas, únicamente podrán estimarse
como base de una presunción judicial//Sin embargo, es válido el testimonio de oídas cuando el testigo se
refiere a lo que oyó decir a alguna de las partes, en cuanto de este modo se explica o esclarece el hecho de
que se trata”. En ambos casos, es decir, tanto respecto del testigo de oídas de un tercero (inciso primero)
como de las partes (inciso segundo), el valor probatorio de su declaración será el de base de una presunción
judicial, que si a juicio del tribunal es grave y precisa, le permitirá tener por acreditado el hecho
desconocido (esto demuestra nuevamente que en muchas materias el sistema que rige en Chile respecto de
la valoración de la prueba es en estricto rigor de íntima convicción y no uno de prueba legal o tasada).

- Artículo 384°CPC: “Los tribunales apreciarán la fuerza probatoria de las declaraciones de los testigos
conforme a las reglas siguientes:

1° La declaración de un testigo imparcial y verídico constituye una presunción judicial cuyo mérito
probatorio será apreciado en conformidad al artículo 426.

2° La de dos o más testigos contestes en el hecho y en sus circunstancias esenciales, sin tacha,
legalmente examinados y que den razón de sus dichos, podrá constituir prueba plena cuando no haya
sido desvirtuada por otra prueba de contrario.

3° Cuando las declaraciones de los testigos de una parte sean contradictorias con las de los testigos de
la otra, tendrán por cierto lo que declaren aquellos que, aun siendo en menor número, parezca que
dicen la verdad por estar mejor instruidos de los hechos, o por ser de mejor fama, más imparciales y
verídicos, o por hallarse más conformes en sus declaraciones con otras pruebas de proceso.

4° Cuando los testigos de una y otra parte reúnan iguales condiciones de ciencia, de imparcialidad y de
veracidad, tendrán por cierto lo que declare el mayor número.

5° Cuando los testigos de una y otra parte sean iguales en circunstancias y en número, de tal modo que
la sana razón no pueda inclinarse a dar más crédito a los unos que a los otros, tendrán igualmente por
no probado el hecho.

6° Cuando sean contradictorias las declaraciones de los testigos de una misma parte, las que favorezcan
a la parte contraria se considerarán presentadas por ésta, apreciándose el mérito probatorio de todas
ellas en conformidad a las reglas precedentes”. Este último numeral es bastante disconforme con las
otras normas que regulan la prueba testimonial, pues nunca se refiere el CPC al hecho de que una u otra
parte haya presentado al testigo para determinar su valor probatorio: lo único importante es la
declaración del testigo considerada en sí misma.
Prueba confesional
La confesión corresponde al reconocimiento que hace una de las partes en su contra respecto de hechos
sustanciales, pertinentes y controvertidos en el proceso. Para que se trate de una verdadera confesión, debe
hacerse en contra de la misma persona que la hace, y el reconocimiento que tiene lugar debe recaer sobre
hechos y no sobre cuestiones jurídicas o de derechos. Los hechos sobre los cuales recae la confesión pueden ser:

- Hechos personales, confesión a la que se refiere el artículo 1713°CC: “La confesión que alguno hiciere en
juicio por sí, o por medio de apoderado especial, o de su representante legal, y relativa a un hecho
personal de la misma parte, producirá plena fe contra ella, aunque no haya un principio de prueba por
escrito; salvo los casos comprendidos en el artículo 1701, inciso 1° y los demás que las leyes exceptúen//No
podrá el confesante revocarla, a no probarse que ha sido el resultado de un error de hecho”.

- Hechos de terceros, confesión a la que se refiere el artículo 399°CPC: “Los tribunales apreciarán la fuerza
probatoria de la confesión judicial en conformidad a lo que establece el artículo 1713 del Código Civil y
demás disposiciones legales//Si los hechos confesados no son personales del confesante o de la persona a
quien representa, producirá también prueba la confesión”.

Limitaciones a la admisibilidad de la prueba confesional


No se admite confesión en los siguientes casos:

- Respecto de aquellos actos solemnes en que se ha omitido la escrituración (por ejemplo, no se puede
probar por confesión que se vendió un bien inmueble si no consta por escritura pública).

- La confesión extrajudicial verbal no es admisible cuando sea inadmisible la prueba de testigos.

- En las causas sobre el estado civil de las personas (esto lo señala la doctrina y no la ley). En los tribunales
de familia esta prueba se valora según las reglas de la sana crítica.

- Finalmente, la prueba confesional no se admite en los siguientes casos.

- No se admite la confesión del marido en los juicios de separación de bienes por el mal estado de los
negocios de éste.

- No se admite la confesión de alguno de los cónyuges en que afirme ser suya o debérsele una cosa de la
sociedad conyugal.
Clasificación de la prueba confesional
Admite distintas clasificaciones:

1° Según ante quien se presente la confesión de distingue entre:

a) Confesión judicial: Corresponde a aquella que se presta frente al juez de la causa en que se invoca.

b) Confesión extrajudicial: Corresponde a aquella que se presta en un juicio diverso de aquél en que se
invoca o fuera de todo juicio.

Esta clasificación es importante porque la confesión judicial y la confesión extrajudicial tienen distinto valor
probatorio.

2° Según como se genera la confesión se distingue entre:

a) Confesión espontánea: Corresponde a aquella que se produce sin requerimiento de parte.

b) Confesión provocada: Corresponde a aquella que se produce a requerimiento de parte o del tribunal a
través de la diligencia de absolución de posiciones. La absolución de posiciones consiste básicamente en
una citación que se hace a las partes para que declaren ellas mismas en el juicio.

3° Según como se verifica la confesión se distingue entre:

a) Confesión expresa: Corresponde a aquella en que la parte confiesa el hecho en términos explícitos y
directos.

b) Confesión tácita: Corresponde a aquella que se produce por la decisión del tribunal cuando:

- La parte no comparece a la audiencia.

- Cuando compareciendo se niega a responder.

- Cuando da respuestas evasivas.

4° Según su contenido se distingue entre:

- Confesión pura y simple.

- Confesión calificada.

- Confesión compleja.
Confesión judicial provocada
Tiene lugar mediante la denominada absolución de posiciones y respecto de ella cabe considerar los siguientes
aspectos:

a) La iniciativa y oportunidad: La iniciativa puede ser de parte o del tribunal:

a.1 Iniciativa de parte: Puede producirse en cuatro momentos:

1° Como medida prejudicial preparatoria, según lo dispone el artículo 273°CPC número 1°: “El juicio
ordinario podrá preparase, exigiendo el que pretende demandar de aquel contra quien se propone
dirigir la demanda: 1° Declaración jurada acerca de algún hecho relativo a su capacidad para parecer
en juicio, o a su personería o al nombre y domicilio de sus representantes”. En estos casos, se
prepara el juicio con una solicitud al tribunal para que cite al futuro demandado con el fin de que
haga una declaración jurada acerca de:

- Su capacidad para parecer en juicio.

- Su personería.

- El nombre y domicilio de sus representantes.

2° Como medida prejudicial probatoria, según lo dispone el artículo 284°CPC: “Si hay motivo fundado
para temer que una persona se ausente en breve tiempo del país, podrá exigírsele como medida
prejudicial que absuelva posiciones sobre hechos calificados previamente de conducentes por el
tribunal, el que, sin ulterior recurso, señalará día y hora para la práctica de la diligencia//Si se
ausenta dicha persona dentro de los treinta días subsiguientes al de la notificación sin absolver
posiciones, o sin dejar apoderado con autorización e instrucciones bastantes para hacerlo durante la
secuela del juicio, se le dará por confesa en el curso de éste, salvo que aparezca suficientemente
justificada la ausencia sin haber cumplido la orden del tribunal”.

3° Como medida en primera instancia, según lo dispone el artículo 385°CPC: “Fuera de los casos
expresamente previstos por la ley, todo litigante está obligado a declarar bajo juramento,
contestada que sea la demanda, sobre hechos pertenecientes al mismo juicio, cuando lo exija el
contendor o lo decrete el tribunal en conformidad al artículo 159//Esta diligencia se podrá solicitar
en cualquier estado del juicio y sin suspender por ella el procedimiento, hasta el vencimiento del
término probatorio en primera instancia, y hasta antes de la vista de la causa en segunda. Este
derecho sólo lo podrán ejercer las partes hasta por dos veces en primera instancia y una vez en
segunda; pero, si se alegan hechos nuevos durante el juicio, podrá exigirse una vez más”.

4° Como medida de segunda instancia. Por regla general, en segunda instancia no procede prueba
alguna, según lo dispone el inciso primero del artículo 207°CPC: “En segunda instancia, salvo lo
dispuesto en el inciso final del artículo 310 y en los artículos 348 y 385, no se admitirá prueba
alguna”. Sin embargo, por expresa disposición de la ley, se exceptúan los instrumentos y la absolución
de posiciones, pudiendo solicitarse esta última hasta antes de la vista de la causa por sólo una vez,
salvo que se aleguen nuevos hechos durante el juicio, en cuyo caso podrá exigirse una vez más.

a.2 Iniciativa del tribunal: En este caso se solicita como medida para mejor resolver, de conformidad al
artículo 159°CPC número 2°: “Los tribunales, sólo dentro del plazo para dictar sentencia, podrán dictar
de oficio medidas para mejor resolver. Las que se dicten fuera de este plazo se tendrán por no
decretadas. Sin perjuicio de lo establecido en el inciso primero del artículo 431, podrán dictar alguna o
algunas de las siguientes medidas: 2° La confesión judicial de cualquiera de las partes sobre hechos que
consideren de influencia en la cuestión y que no resulten probados.

b) Quién comparece a absolver posiciones: La parte puede comparecer personalmente o representada. En


este último caso, de conformidad al artículo 7°CPC inciso segundo, requiere de facultades extraordinarias
especialmente otorgadas: “Sin embargo, no se entenderán concedidas al procurador, sin expresa mención,
las facultades de desistirse en primera instancia de la acción deducida, aceptar la demanda contraria,
absolver posiciones, renunciar los recursos o los términos legales, transigir, comprometer, otorgar a los
árbitros facultades de arbitradores, aprobar convenios y percibir”. No obstante, la parte que solicita la
absolución de posiciones puede siempre solicitar que sea la parte misma la que concurra y no su
representante.

A ese respecto se ha discutido mucho en doctrina el caso de las personas jurídicas que litigan a través de sus
representantes: ¿se puede en estos casos solicitar la confesión de una persona natural determinada (de un
representante determinado) o debe necesariamente hacerse la absolución de posiciones a través del
representante que la persona jurídica determine? La verdad es que las personas jurídicas pueden absolver
posiciones a través de cualquiera de sus representantes que tenga poder para ello, no pudiendo quien
solicita la confesión exigir que concurra un determinado representante (si su testimonio es muy importante,
puede pedir que declare como testigo).

Sin embargo, la jurisprudencia ha permitido que se le exija a un determinado representante que absuelva
posiciones. Esta jurisprudencia, no obstante, es sólo de los tribunales inferiores y no de los superiores, pues
de conformidad al inciso segundo del artículo 326°CPC, las resoluciones que disponen la práctica de alguna
diligencia probatoria son inapelables (artículo 326°CPC: “Es apelable la resolución en que explícita o
implícitamente se niegue el trámite de recepción de la causa a prueba, salvo el caso del inciso 2° del
artículo 313. Es apelable sólo en el efecto devolutivo la que acoge la reposición a que se refiere el artículo
319//Son inapelables la resolución que dispone la práctica de alguna diligencia probatoria y la que da lugar
a la ampliación de la prueba sobre hechos nuevos alegados durante el término probatorio”).

Cabe tener en cuenta, finalmente, que se puede pedir la absolución de posiciones del procurador
(representante procesal) de una de las partes sobre hechos personales del mismo, según lo dispone el
artículo 396°CPC: “Podrá exigirse confesión al procurador de la parte sobre hechos personales de él mismo
en el juicio aun cuando no tenga poder para absolver posiciones”. No requiere de facultades especiales
porque se trata de hechos que se refieren a él mismo y no al representado.
c) El procedimiento: Respecto del procedimiento cabe distinguir los siguientes aspectos:

1° Se presenta la solicitud para que se cite a la contraparte a absolver posiciones, acompañando un


sobre cerrado con las preguntas que se le pretende formular. Junto con la solicitud se pueden formular
dos peticiones especiales:

- Que se cite personalmente a la parte y no a su representante.

- Que la diligencia sea recibida por el tribunal personalmente, según lo establece el artículo 388°CPC:
“Si el tribunal no comete al secretario o a otro ministro de fe la diligencia, mandará citar para día y
hora determinados al litigante que ha de prestar la declaración//Siempre que alguna de las partes lo
pida, debe el tribunal recibir por sí mismo la declaración del litigante//Si el litigante se encuentra
fuera del territorio del tribunal que conoce de la causa, será tomada su declaración por el tribunal
competente, quien procederá en conformidad a los dos incisos anteriores”.

2° Las preguntas del sobre pueden estar redactadas en forma interrogativa o asertiva, como lo establece
el artículo 386°CPC: “Los hechos acerca de los cuales se exija la confesión podrán expresarse en forma
asertiva o en forma interrogativa, pero siempre en términos claros y precisos, de manera que puedan
ser entendidos sin dificultad”. El sobre que contiene las preguntas debe permanecer cerrado hasta el día
de la audiencia, según lo dispone el artículo 387°CPC: “Mientras la confesión no sea prestada, se
mantendrán en reserva las interrogaciones sobre que debe recaer”.

3° Frente a la solicitud, el tribunal va a dictar una providencia en razón de la cual citará a la contraparte
a declarar para un día y hora determinados (generalmente, el quinto día después de notificado), bajo el
apercibimiento del artículo 394°CPC de que se entenderá confesado tácitamente tales hechos. Dispone
el artículo 394°CPC lo siguiente: “Si el litigante no comparece al segundo llamado, o si, compareciendo,
se niega a declarar o da respuestas evasivas, se le dará por confeso, a petición de parte, en todos
aquellos hechos que estén categóricamente afirmados en el escrito en que se pidió la declaración//Si no
están categóricamente afirmados los hechos, podrán los tribunales imponer al litigante rebelde una
multa que no baje de medio sueldo vital ni exceda de un sueldo vital, o arrestos hasta por treinta días
sin perjuicio de exigirle la declaración. Si la otra parte lo solicita, podrá también suspenderse el
pronunciamiento de la sentencia hasta que la confesión se preste//Cuando el interrogado solicite un
plazo razonable para consultar sus documentos antes de responder, podrá otorgársele, siempre que haya
fundamento plausible para pedirlo y el tribunal lo estime indispensable, o consienta en ello el
contendor. La resolución del tribunal que conceda plazo será inapelable”. Esta providencia se notifica
por cédula a las partes, pues exige su comparecencia personal.

4° Respecto del lugar en que debe comparecer el citado, se deben realizar algunas distinciones:

- Si reside en el territorio jurisdiccional del tribunal ante el cual se sigue el juicio, debe comparecer
en el mismo tribunal.
- Si reside en Chile, pero en otro territorio jurisdiccional, debe comparecer en el tribunal de ese lugar
(se recurre a un exhorto). Así lo dispone el inciso final del artículo 388°CPC: “Si el litigante se
encuentra fuera del territorio del tribunal que conoce de la causa, será tomada su declaración por el
tribunal competente, quien procederá en conformidad a los dos incisos anteriores”.

- Si reside fuera de Chile, debe comparecer ante el cónsul chileno de ese país.

5° Las obligaciones del absolvente son las mismas que las de los testigos, a saber:

- Comparecer: En caso que el absolvente no comparezca, se le da una segunda oportunidad,


notificándosele nuevamente por cédula la resolución que ordena la absolución de posiciones. Así lo
establece el artículo 393°CPC: “Si el litigante citado ante el tribunal para prestar declaración no
comparece, se le volverá a citar bajo los apercibimientos que expresan los artículos siguientes”. Si
nuevamente no vuelve a comparecer tras esta segunda citación, se lo tendrá por tácitamente
confesado, según lo establece el artículo 394°CPC en su inciso primero: “Si el litigante no comparece
al segundo llamado, o si, compareciendo, se niega a declarar o da respuestas evasivas, se le dará por
confeso, a petición de parte, en todos aquellos hechos que estén categóricamente afirmados en el
escrito en que se pidió la declaración”.

Los absolventes que no están obligados a comparecer son en principio las mismas personas que en la
prueba testimonial no están obligadas a hacerlo, según lo dispone el artículo 389°CPC: “Están exentos
de comparecer ante el tribunal a prestar la declaración de que tratan los artículos precedentes:

1° El Presidente de la República, los Ministros de Estado, los Senadores y Diputados, los


Intendentes dentro de la región en que ejercen sus funciones; los miembros de la Corte Suprema o
de alguna Corte de Apelaciones, los Fiscales Judiciales de estos tribunales, el Fiscal Nacional y los
fiscales regionales, el Arzobispo, los Obispos, los Vicarios Generales, los Provisores y los Vicarios y
Provicarios Capitulares.

2° Los que por enfermedad o por cualquier otro impedimento calificado por el tribunal se hallen
en imposibilidad de comparecer a la audiencia en que hayan de prestar la declaración.

3° Las mujeres, en caso que el tribunal estime prudente eximirlas de esta asistencia.

Cuando haya de prestar esta declaración alguna de las personas exceptuadas en los números
precedentes, el juez se trasladará a casa de ella con el objeto de recibir la declaración o comisionará
para este fin al secretario//En los tribunales colegiados se comisionará para esta diligencia a alguno
de los ministros del mismo o al secretario//Si la persona que haya de prestar declaración en la forma
prevenida en este artículo, se encuentra fuera del territorio del tribunal que conoce de la causa,
encargará éste la diligencia al juez competente de la residencia actual del litigante. El juez
exhortado practicará por sí mismo la diligencia o la cometerá al secretario//No se podrá comisionar
al secretario para tomar la confesión cuando la parte haya solicitado que se preste ante el tribunal”.
- Declarar: En caso que el absolvente no declare se lo tendrá por tácitamente confesado. A diferencia
de la prueba testimonial, no existen excepciones a la obligación de declarar.

- Declarar la verdad: El absolvente debe prestar juramente en los mismos términos que los testigos,
según lo establece el artículo 390°CPC: “Antes de interrogar al litigante, se le tomará juramento de
decir verdad en conformidad al artículo 36316”. En caso que el absolvente mienta, a diferencia de lo
que sucede respecto de la prueba testimonial, no se configura el delito de falso testimonio, de
manera que no hay a su respecto sanción penal.

6° Una vez establecidos estos puntos, se produce la audiencia de absolución de posiciones. A su respecto
cabe tener en cuenta los siguientes elementos:

- Generalmente es un receptor el que recibe la declaración del absolvente, salvo que las partes hayan
solicitado que la reciba personalmente el tribunal, según lo dispone el artículo 388°CPC: “Si el
tribunal no comete al secretario o a otro ministro de fe la diligencia, mandará citar para día y hora
determinados al litigante que ha de prestar la declaración//Siempre que alguna de las partes lo
pida, debe el tribunal recibir por sí mismo la declaración del litigante//Si el litigante se encuentra
fuera del territorio del tribunal que conoce de la causa, será tomada su declaración por el tribunal
competente, quien procederá en conformidad a los dos incisos anteriores”.

- La parte absolvente debe ser individualizada y debe prestar juramente de conformidad al artículo
363°CPC.

- Ya en la declaración misma, se leen a la parte absolvente las preguntas del sobre (que se abre en
ese mismo momento), debiendo contestar sin intervención de ninguna otra persona. El abogado del
absolvente, antes de que éste conteste, puede objetar las preguntas del sobre en alguna de las
siguientes circunstancias:

- Cuando se refieran a materias que no estén contenidas en los puntos de prueba.

- Cuando no se formulen en términos claros y precisos.

- Cuando sean inductivas.

El abogado de la contraparte puede aclarar, explicar o ampliar las preguntas que han de dirigirse al
absolvente, según lo establece el artículo 392°CPC: “Puede todo litigante presenciar la declaración
del contendor y hacer al tribunal las observaciones que estime conducentes para aclarar, explicar o
ampliar las preguntas que han de dirigírsele//Puede también, antes que termine la diligencia y
después de prestada la declaración, pedir que se repita si hay en las respuestas dadas algún punto
obscuro o dudoso que aclarar”.

16
Dispone el artículo 363°CPC lo siguiente: “Antes de examinar a cada testigo, se le hará prestar
juramento al tenor de la fórmula siguiente: ‘¿Juráis por Dios decir verdad acerca de lo que se os va a
preguntar?’ El interrogado responderá: ‘Sí, juro’, conforme a lo dispuesto en el artículo 62”.
En este sentido, el sobre que contiene las preguntas sirve para dos fines:

- Para efectos de la confesión tácita (es decir, para determinar qué puntos de prueba se entienden
probados).

- Para que el juez no amplíe una sola pregunta del sobre en muchas posibles, según se lo solicite
una de las partes.

- La forma en que debe practicarse la declaración (cómo deben contestarse las preguntas) se
encuentra regulada en el artículo 391°CPC, que dispone lo siguiente: “La declaración deberá
prestarse inmediatamente, de palabra y en términos claros y precisos. Si el confesante es sordo o
sordomudo, podrá escribir su confesión delante del tribunal o ministro de fe encargado de recibirla
o, en su caso, se aplicará lo dispuesto en el artículo 382//Si se trata de hechos personales, deberá
prestarse afirmándolos o negándolos. Podrá, sin embargo, el tribunal admitir la excusa de olvido de
los hechos, en casos calificados, cuando ella se funde en circunstancias verosímiles y notoriamente
aceptables//En todo caso podrá el confesante añadir las circunstancias necesarias para la recta y
cabal inteligencia de lo declarado”.

El inciso final del artículo 394°CPC concede el derecho en favor del absolvente de que se le conceda
un plazo especial para que consulte sus documentos antes de responder las preguntas, siempre que se
cumplan alguna de estas dos condiciones:

- Que haya un fundamento plausible para pedir tal plazo y que el tribunal lo estime indispensable.

- Que la contraparte consienta en ello.

Así lo dispone el inciso final del artículo 394°CPC: “Cuando el interrogado solicite un plazo razonable
para consultar sus documentos antes de responder, podrá otorgársele, siempre que haya fundamento
plausible para pedirlo y el tribunal lo estime indispensable, o consienta en ello el contendor. La
resolución del tribunal que conceda plazo será inapelable”.

El abogado de la contraparte tiene derecho a repreguntar, según lo permite el inciso segundo del
artículo 392°CPC: “Puede también, antes que termine la diligencia y después de prestada la
declaración, pedir que se repita si hay en las respuestas dadas algún punto obscuro o dudoso que
aclarar”. Estas repreguntas, sin embargo, presentan algunas diferencias con aquéllas que se formulan
en la prueba testimonial, a saber:

- Se formulan sólo al final de la declaración del absolvente.

- Sólo pueden ser formuladas por el abogado que solicitó la declaración.

- Sólo tienen lugar en caso que algún punto de la declaración haya sido obscuro o dudoso.
7° De la absolución de posiciones se levanta un acta, según lo prescribe el artículo 395°CPC: “Lo dicho
en el artículo 370 es aplicable a la declaración de los litigantes”. El artículo 370°CPC dispone lo
siguiente: “Las declaraciones se consignarán por escrito, conservándose en cuanto sea posible las
expresiones de que se haya valido el testigo, reducidas al menor número de palabras//Después de leídas
por el receptor en alta voz y ratificadas por el testigo, serán firmadas por el juez, el declarante, si
sabe, y las partes, si también saben y se hallan presentes, autorizándolas un receptor, que servirá
también como actuario en las incidencias que ocurran durante la audiencia de prueba”.

Confesión tácita
Corresponde a aquella que se produce por la decisión del tribunal cuando:

- La parte no comparece a la audiencia habiendo sido citada en dos oportunidades.

- Cuando compareciendo se niega a responder.

- Cuando da respuestas evasivas.

En estos casos, se debe pedir al tribunal que se haga efectivo el apercibimiento del artículo 394°CPC: “Si el
litigante no comparece al segundo llamado, o si, compareciendo, se niega a declarar o da respuestas evasivas, se
le dará por confeso, a petición de parte, en todos aquellos hechos que estén categóricamente afirmados en el
escrito en que se pidió la declaración//Si no están categóricamente afirmados los hechos, podrán los tribunales
imponer al litigante rebelde una multa que no baje de medio sueldo vital ni exceda de un sueldo vital, o
arrestos hasta por treinta días sin perjuicio de exigirle la declaración. Si la otra parte lo solicita, podrá también
suspenderse el pronunciamiento de la sentencia hasta que la confesión se preste//Cuando el interrogado solicite
un plazo razonable para consultar sus documentos antes de responder, podrá otorgársele, siempre que haya
fundamento plausible para pedirlo y el tribunal lo estime indispensable, o consienta en ello el contendor. La
resolución del tribunal que conceda plazo será inapelable”. El tribunal dicta entonces una resolución aplicando
el apercibimiento, pudiendo dictarla durante el curso del juicio o en la sentencia definitiva. La sanción que se
aplica al absolvente, de conformidad al artículo 394°CPC, es la siguiente:

- Se tendrán por contestadas afirmativamente todas las preguntas formuladas en forma asertiva, es decir, se
le dará por confeso en todos aquellos hechos que estén categóricamente afirmados en el escrito en que se
pidió la declaración.

- Si las preguntas están formuladas en términos interrogativos, es decir, si no están categóricamente


afirmados los hechos, el tribunal puede imponer al litigante rebelde una multa entre medio y un sueldo
vital, o arresto hasta por treinta días, sin perjuicio de que se repita la citación.

Además, si la otra parte lo solicita, podrá suspenderse el pronunciamiento de la sentencia definitiva hasta que la
confesión se preste.
Valor probatorio de la confesión
Para determinar el valor probatorio de la confesión resulta necesario distinguir entre confesión judicial y
confesión extrajudicial:

a) Confesión extrajudicial: Corresponde a aquella que se presta en un juicio diverso de aquél en que se
invoca o fuera de todo juicio. Para determinar su valor probatorio es necesario distinguir si se efectuó de
manera verbal o escrita:

a.1 La confesión extrajudicial verbal es sólo base de una presunción judicial cuando se trate de casos en
que sea admisible la prueba testimonial, según lo establece el artículo 398°CPC: “La confesión
extrajudicial es sólo base de presunción judicial, y no se tomará en cuenta, si es puramente verbal, sino
en los casos en que sería admisible la prueba de testigos//La confesión extrajudicial que se haya
prestado a presencia de la parte que la invoca, o ante el juez incompetente, pero que ejerza
jurisdicción, se estimará siempre como presunción grave para acreditar los hechos confesados. La misma
regla se aplicará a la confesión prestada en otro juicio diverso; pero si éste se ha seguido entre las
mismas partes que actualmente litigan, podrá dársele el mérito de prueba completa, habiendo motivos
poderosos para estimarlo así”. En caso que la presunción sea grave y precisa, tendrá el valor de plena
prueba.

a.2 La confesión extrajudicial escrita puede tener distinto valor probatorio según el modo en que se
haga valer en juicio:

- Si se hace valer como tal, tiene el valor de base de una presunción judicial, según lo dispone el
artículo 398°CPC.

- Si se hace valer como un instrumento privado que es reconocido en juicio por la contraparte, sea
expresa, tácita o judicialmente, la confesión tiene el valor de un instrumento público, es decir,
produce plena prueba (aunque esto tiene lugar sólo en el caso que se admita un concepto amplio de
instrumento).

El citado artículo 398°CPC se refiere en su inciso segundo a ciertos casos en los cuales la confesión
extrajudicial, verbal o escrita, tiene un valor probatorio mayor que el normal (a saber, de base de una
presunción judicial). Estos casos corresponden a los siguientes:

- La confesión extrajudicial que se haya prestado en presencia de la parte que la invoca se estimará
siempre como presunción grave para acreditar los hechos confesados. De esta manera, si el tribunal
considera además que la presunción es precisa, tendrá la confesión el valor de plena prueba.

- La confesión extrajudicial que se haya prestado en presencia de un juez incompetente, pero que ejerce
jurisdicción, se estimará siempre como presunción grave para acreditar los hechos confesados. De esta
manera, si el tribunal considera además que la presunción es precisa, tendrá la confesión el valor de
plena prueba.
- Respecto de la confesión prestada en juicio diverso, el artículo 398°CPC distingue dos situaciones:

- Si el otro juicio tuvo lugar entre partes diversas de las que actualmente litigan, la confesión tiene el
valor de base de una presunción judicial grave.

- Si el otro juicio tuvo lugar entre las mismas partes que actualmente litigan, la confesión podrá tener
el valor de plena prueba si hay motivos poderosos para estimarlo así (esto concede amplios márgenes
de discrecionalidad a los jueces).

b) Confesión judicial: Corresponde a aquella que se presta frente al juez de la causa en que se invoca. Para
determinar su valor probatorio no importa si es expresa, tácita, espontánea o provocada; lo único que cabe
distinguir es si recae sobre hechos propios o ajenos:

- Si la confesión judicial recae sobre hechos ajenos, tiene el valor de plena prueba.

- Si la confesión judicial recae sobre hechos propios, tiene el valor de plena prueba excluyente.

Así lo disponen los siguientes artículos:

- Artículo 399°CPC: “Los tribunales apreciarán la fuerza probatoria de la confesión judicial en


conformidad a lo que establece el artículo 1713 del Código Civil y demás disposiciones legales//Si los
hechos confesados no son personales del confesante o de la persona a quien representa, producirá
también prueba la confesión”.

- Artículo 402°CPC: “No se recibirá prueba alguna contra los hechos personales claramente confesados
por los litigantes en el juicio//Podrá, sin embargo, admitirse prueba en este caso y aun abrirse un
término especial para ella, si el tribunal lo estima necesario y ha expirado el probatorio de la causa,
cuando el confesante alegue, para revocar su confesión, que ha padecido error de hecho y ofrezca
justificar esta circunstancia//Lo dispuesto en el inciso precedente se aplicará también al caso en que los
hechos confesados no sean personales del confesante”. Se desprende de lo dispuesto en este artículo que
la confesión es en principio irrevocable, pues se admite la posibilidad de que quien haya efectuado la
confesión haya padecido algún error de hecho (siempre que ofrezca justificar tal circunstancia).

- Artículo 1713°CC: “La confesión que alguno hiciere en juicio por sí, o por medio de apoderado
especial, o de su representante legal, y relativa a un hecho personal de la misma parte, producirá plena
fe contra ella, aunque no haya un principio de prueba por escrito; salvo los casos comprendidos en el
artículo 1701, inciso 1° y los demás que las leyes exceptúen//No podrá el confesante revocarla, a no
probarse que ha sido el resultado de un error de hecho”.
Divisibilidad de la confesión
La divisibilidad de la confesión dice relación con la posibilidad de que la parte que la efectuó sólo invoque
aquello que le favorece, dejando de lado lo que no le resulta favorable. Para determinar la divisibilidad de la
confesión cabe distinguir distintos tipos de confesión:

- La confesión pura y simple, es decir, aquella en que el confesante afirma o niega categóricamente un
hecho, sin efectuar adiciones o modificaciones de ningún tipo, es siempre indivisible.

- La confesión calificada, esto es, aquella en que el confesante reconoce el hecho, pero le atribuye una
significación jurídica distinta que restringe o modifica sus efectos, es siempre indivisible.

- Respecto de la confesión compleja, esto es, aquella en que el confesante reconoce el hecho, pero agrega
otro(s) destinado(s) a alterar sus consecuencias jurídicas, cabe distinguir si es conexa o inconexa:

- La confesión compleja inconexa, esto es, aquella en que el o los hechos agregados están desligados del
reconocido, es divisible, según lo establece el artículo 401°CPC: “En general el mérito de la confesión no
puede dividirse en perjuicio del confesante//Podrá, sin embargo, dividirse:

1° Siempre que comprenda hechos diversos enteramente desligados entre sí.

2° Cuando, comprendiendo varios hechos ligados entre sí o que se modifiquen los unos a los otros, el
contendor justifique con algún medio legal de prueba la falsedad de las circunstancias que, según el
confesante, modifican o alteran el hecho confesado”.

- La confesión compleja conexa, esto es, aquella en que el o los hechos agregados están ligados al
reconocido, es indivisible, salvo que el contrario pruebe la falsedad del hecho agregado.

El artículo 401°CPC se encuentra en conflicto con el artículo 1698°CC, que señala que “incumbe probar las
obligaciones o su extinción al que alega aquéllas o ésta”. En efecto, de conformidad al artículo 1698°CC,
que consagra la regla general en materia de carga de la prueba, correspondería a la parte que agregó el
hecho que altera las consecuencias jurídicas del hecho reconocido en confesión, probar que tuvo lugar (por
ejemplo, si reconoció que debía mil pesos, pero agrega que los pagó, le correspondería a él probar que
efectivamente los pagó). Sin embargo, de conformidad al artículo 401°CPC, le correspondería a la
contraparte probar la falsedad del hecho agregado, lo cual contraría la regla general en materia de carga de
la prueba y puede además obligar a la parte a probar hechos negativos (como en el ejemplo dado, a saber,
que la contraparte no pagó).

Para (aparentemente) solucionar este problema, la Corte Suprema ha dicho que el artículo 401°CPC se
aplica sólo a la confesión judicial provocada (es decir, a la absolución de posiciones) y que el artículo
1698°CC a la confesión espontánea. Sin embargo, esta solución es artificiosa, por cuanto el artículo
401°CPC no distingue en ningún momento entre confesión judicial provocada y espontánea.
Inspección personal del tribunal
La inspección personal del tribunal corresponde al examen personal del juez sobre las personas, cosas o
situaciones de hecho que constituyen el objeto de la prueba en juicio. Las características de la inspección
personal del tribunal corresponden a las siguientes:

- Es un medio de prueba generalmente directo (el contacto del juez con el hecho probado es inmediato).

- Es un medio de prueba actual, sobreviniente o circunstancial.

- Produce plena prueba.

Respecto de su oportunidad e iniciativa cabe distinguir entre la iniciativa de parte y la iniciativa del tribunal:

- Si la iniciativa es de parte, para determinar su oportunidad resulta necesario distinguir si se pide antes o
durante el juicio:

- Si la inspección personal del tribunal se pide antes del juicio, se puede solicitar como medida
prejudicial probatoria, según lo dispone el artículo 281°CPC: “Puede pedirse prejudicialmente la
inspección personal del tribunal, informe de peritos nombrados por el mismo tribunal, o certificado del
ministro de fe, cuando exista peligro inminente de un daño o perjuicio, o se trate de hechos que puedan
fácilmente desaparecer//Para la ejecución de estas medidas se dará previamente conocimiento a la
persona a quien se trata de demandar, si se encuentra en el lugar del asiento del tribunal que las
decreta, o donde deban ejecutarse. En los demás casos se procederá con intervención del defensor de
ausentes”. Los requisitos que exige el artículo 281°CPC corresponden a los siguientes:

- Debe existir un peligro inminente de un daño o perjuicio, o se debe tratar de hechos que pueden
fácilmente desaparecer.

- Se debe dar previamente conocimiento de la medida a la persona a quien se trata de demandar, si


se encuentra en el lugar del asiento del tribunal que las decreta o donde deben ejecutarse. Si no es
así, se procede con la intervención del defensor de ausentes.

- Durante el juicio, la inspección personal del tribunal sólo puede solicitarse dentro del término
probatorio en primera instancia y nunca en segunda instancia, según lo establece el inciso primero del
artículo 207°CPC: “En segunda instancia, salvo lo dispuesto en el inciso final del artículo 310 y en los
artículos 348 y 385, no se admitirá prueba alguna”.

- Si la iniciativa es del tribunal, éste puede ordenar la inspección personal como medida para mejor
resolver, según lo establece el artículo 159°CPC número 3°: “Los tribunales, sólo dentro del plazo para
dictar sentencia, podrán dictar de oficio medidas para mejor resolver. Las que se dicten fuera de este
plazo se tendrán por no decretadas. Sin perjuicio de lo establecido en el inciso primero del artículo 431,
podrán dictar alguna o algunas de las siguientes medidas: 3° La inspección personal del objeto de la
cuestión”.
Respecto de la procedencia de la inspección personal del tribunal, cabe tener en cuenta que en la generalidad de
los medios de prueba no se analiza la relevancia y la utilidad de éstos para determinar su procedencia. En el caso
de la inspección personal del tribunal, sin embargo, tiene lugar un examen de utilidad y relevancia que
prudencialmente lleva a cabo el mismo tribunal, en razón de los costos que implica para él la realización de este
medio de prueba (y en general para la actividad jurisdiccional). De este modo, la inspección personal del tribunal
procede en dos casos:

- En todos los casos en que la ordene la ley, como por ejemplo:

- En la denuncia de obra ruinosa.

- En el cotejo instrumental de letras, según lo dispone el artículo 353°CPC: “El tribunal hará por sí
mismo la comprobación después de oír a los peritos revisores y no tendrá que sujetarse al dictamen de
éstos”.

- En todos los casos en que el tribunal la estime necesaria, según lo dispone el artículo 403°CPC: “Fuera de
los casos expresamente señalados por la ley, la inspección personal del tribunal sólo se decretará cuando
éste la estime necesaria; y se designará día y hora para practicarla, con la debida anticipación, a fin de que
puedan concurrir las partes con sus abogados//La inspección podrá verificarse aun fuera del territorio
señalado a la jurisdicción del tribunal”. Se podría estimar procedente el recurso de casación en la forma en
caso que el tribunal rechace proceder a la inspección personal y ello generare indefensión a alguna de las
partes (si por ejemplo resultaba ser una prueba importante para la resolución del caso), según lo dispone el
artículo 795°CPC número 4°: “En general, son trámites o diligencias esenciales en la primera o en la única
instancia en los juicios de mayor o de menor cuantía y en los juicios especiales: 4° La práctica de
diligencias probatorias cuya omisión podría producir indefensión”.

El procedimiento probatorio de la inspección personal del tribunal corresponde al siguiente:

1° Primero, la parte que lo desea presenta una solicitud al tribunal pidiendo la inspección personal de éste.
La parte debe en esta solicitud fundamentar por qué es necesaria la inspección personal del tribunal y
puede además solicitar que un perito acompañe al tribunal en la práctica de esta diligencia.

2° Si el tribunal accede, fija un día y hora para practicar la diligencia probatoria, con la debida
anticipación, a fin de que puedan concurrir las partes con sus abogados.

3° En la ejecución de esta diligencia probatoria tiene lugar una excepción al principio de la territorialidad,
según lo dispone el inciso segundo del artículo 403°CPC: “La inspección podrá verificarse aun fuera del
territorio señalado a la jurisdicción del tribunal”. Es decir, no resulta necesario en estos casos el exhorto,
que corresponde a la regla general, precisamente porque el objetivo de este medio de prueba es que el
tribunal que está conociendo la causa inspeccione personalmente los hechos.
4° Los costos que genera esta diligencia probatoria son costeados por el solicitante mediante un depósito
previo de los fondos necesarios con el secretario del tribunal, según lo dispone el artículo 406°CPC: “La
parte que haya solicitado la inspección depositará antes de proceder a ella, en manos del secretario del
tribunal, la suma que éste estime necesaria para costear los gastos que se causen. Cuando la inspección sea
decretada de oficio u ordenada por la ley, el depósito se hará por mitad entre demandantes y
demandados”.

5° La inspección personal del tribunal se realiza generalmente con la concurrencia de las partes, según lo
establece el artículo 405°CPC: “Se llevará a efecto la inspección con la concurrencia de las partes y peritos
que asistan, o sólo por el tribunal en ausencia de aquéllas//Si el tribunal es colegiado, podrá comisionar
para que practique la inspección a uno o más de sus miembros”.

6° De la inspección personal del tribunal se levanta un acta en la que se deja constancia de las
circunstancias observadas, acta que debe ser firmada por las partes. Así lo exige el artículo 407°CPC: “De la
diligencia de inspección se levantará acta, en la cual se expresarán las circunstancias o hechos materiales
que el tribunal observe, sin que puedan dichas observaciones reputarse como una opinión anticipada sobre
los puntos que se debaten. Podrán también las partes pedir, durante la diligencia, que se consignen en el
acta las circunstancias o hechos materiales que consideren pertinentes”.

El valor probatorio de la inspección personal del tribunal se encuentra regulada en el artículo 408°CPC en los
siguientes términos: “La inspección personal constituye prueba plena en cuanto a las circunstancias o hechos
materiales que el tribunal establezca en el acta como resultado de su propia observación”.

Informe de peritos
El informe de peritos corresponde a la opinión emitida por una persona que posee conocimientos especiales de
una ciencia o arte acerca de un hecho pertinente, sustancial y controvertido del juicio. Este medio de prueba se
asemeja en cierto sentido a la prueba testimonial, ya que tanto los peritos como los testigos son terceros
independientes que declaran acerca de un hecho de un juicio. Sin embargo, presentan tres diferencias
fundamentales:

- El testigo declara en juicio por haber presenciado los hechos o haberlos escuchado de alguna de las partes,
mientras que el perito emite opiniones por tener conocimientos especiales de una ciencia o arte.

- El testigo presenció los hechos sobre los cuales declara antes del juicio, mientras que el perito conoce los
hechos del juicio una vez que éste se está tramitando. Es decir, la relación del testigo con el hecho
controvertido es directa, mientras que la relación del perito con el hecho sobre el cual se pronuncia es
indirecta, porque se basa en los antecedentes que constan en el proceso (como el juez).

- El testigo, antes de prestar su declaración, jura decir la verdad, mientras que el perito jura desempeñar
fielmente su cargo, según lo dispone el artículo 417°CPC: “El perito que acepte el cargo deberá declararlo
así, jurando desempeñarlo con fidelidad//De esta declaración, que habrá de hacerse verbalmente o por
escrito en el acto de la notificación o dentro de los tres días inmediatos, se dejará testimonio en los
autos//El perito encargado de practicar un reconocimiento deberá citar previamente a las partes para que
concurran si quieren”.
Las características del informe de peritos corresponden a las siguientes:

- Es un medio de prueba indirecto.

- Es un medio de prueba actual, sobreviniente o circunstancial.

- Su valor probatorio se determina según las reglas de la sana crítica.

Resulta muy importante tener en cuenta que el perito no corresponde a un investigador de los hechos del juicio,
en términos tales que pudiera basar sus informes en hechos que no consten en el proceso y que él mismo
obtuviera por inspección personal fuera del juicio. En efecto, el perito emite sus opiniones exclusivamente sobre
la base de dos cosas:

- Los antecedentes que constan en el proceso.

- Sus conocimientos especiales de una ciencia o arte.

Si el perito excede estos límites se violan las normas del debido proceso en lo referente a la generación de las
pruebas y a la convicción del tribunal. En estos casos, por tanto, es procedente el recurso de casación en la
forma, en la medida que en los hechos se practicó una diligencia probatoria sin citación a las partes (si por
ejemplo el perito interrogó personalmente a testigos de los hechos y basó sus informes en tales declaraciones,
tuvo lugar una verdadera declaración de testigos a la que no fueron citadas las partes), según lo dispone el
artículo 795°CPC número 6°: “En general, son trámites o diligencias esenciales en la primera o en la única
instancia en los juicios de mayor o de menor cuantía y en los juicios especiales: 6° La citación para alguna
diligencia de prueba”. Podría, además, ser procedente el recurso de casación en el fondo, en la medida que se
alegue que se admitieron en juicio medios de prueba ilegales (en este caso, la investigación de un tercero o
detective).

Para evitar esta posibilidad (que el perito exceda los límites a los que debe atenerse para emitir sus informes), es
común en la legislación extranjera que se obligue a las partes a presentar, por conducto del juez, toda la
información de que dispongan al perito. Una solución similar, aunque no idéntica, se sigue en Chile en materia de
juicios arbitrales, según lo dispone el artículo 25° del reglamento procesal de arbitraje de la Cámara de
Comercio de Santiago, que establece que las partes deben poner a disposición del perito nombrado por el
tribunal arbitral toda la información pertinente que aquél pudiere solicitarles: “El tribunal arbitral podrá
nombrar uno o más peritos para que informen por escrito sobre materias que el mismo determinará//Las partes
deberán poner a disposición del perito toda la información pertinente que aquél pudiere solicitarles//Cualquier
diferencia al respecto entre una parte y el perito, decidirá el tribunal arbitral//Recibido el dictamen del
perito, el tribunal comunicará una copia a las partes, quienes tendrán la oportunidad dentro del término que
fije el tribunal para expresar su opinión”.
Para determinar la procedencia del informe de peritos, cabe distinguir aquellos casos en que resulta obligatorio
de aquellos casos en que es facultativo:

a) El informe de peritos es obligatorio en todos aquellos casos en que la ley lo ordene explícitamente o
cuando ésta se valga de expresiones que indiquen la necesidad de consultar la opinión de expertos. Así lo
dispone el artículo 409°CPC: “Se oirá informe de peritos en todos aquellos casos en que la ley así lo
disponga, ya sea que se valga de estas expresiones o de otras que indiquen la necesidad de consultar
opiniones periciales”. Ejemplos de casos en que la ley exige informe de peritos son los siguientes:

- En la partición de bienes.

- El juez árbitro está obligado a oír informe de peritos para efectos de la tasación de los bienes que se
litigan ante él.

- En el cotejo instrumental de letras, según lo dispone el artículo 350°CPC: “Podrá pedirse el cotejo de
letras siempre que se niegue por la parte a quien perjudique o se ponga en duda la autenticidad de un
documento privado o la de cualquier documento público que carezca de matriz//En este cotejo
procederán los peritos con sujeción a lo dispuesto por los artículos 417 hasta 423 inclusive”.

b) Los casos en que el informe de peritos es facultativo se encuentran regulados en el artículo 411°CPC, que
dispone lo siguiente: “Podrá también oírse el informe de peritos:

1° Sobre puntos de hecho para cuya apreciación se necesiten conocimientos especiales de alguna ciencia
o arte.

2° Sobre puntos de derecho referentes a alguna legislación extranjera.

Los gastos y honorarios que en estos casos se originen por la diligencia misma o por la comparecencia de la
otra parte al lugar donde debe practicarse, serán de cargo del que la haya solicitado; salvo que el tribunal
estime necesaria la medida para el esclarecimiento de la cuestión, y sin perjuicio de lo que en definitiva se
resuelva sobre pago de costas. El tribunal, de oficio o a petición de parte, podrá ordenar que previamente
se consigne una cantidad prudencial para responder a los gastos y honorarios referidos//La resolución por
la cual se fije el monto de la consignación será notificada por cédula al que solicitó el informe de peritos.
Si dicha parte deja transcurrir diez días, contados desde la fecha de la notificación, sin efectuar la
consignación, se la tendrá por desistida de la diligencia pericial solicitada, sin más trámite”.

Respecto de la oportunidad e iniciativa del informe de peritos, cabe distinguir la iniciativa de parte y la iniciativa
de tribunal:

a) La iniciativa de las partes puede tener lugar tanto antes como durante el juicio:

- Antes del juicio, el informe de peritos se puede solicitar como medida prejudicial probatoria, según lo
dispone el artículo 281°CPC: “Puede pedirse prejudicialmente la inspección personal del tribunal,
informe de peritos nombrados por el mismo tribunal, o certificado del ministro de fe, cuando exista
peligro inminente de un daño o perjuicio, o se trate de hechos que puedan fácilmente
desaparecer//Para la ejecución de estas medidas se dará previamente conocimiento a la persona a
quien se trata de demandar, si se encuentra en el lugar del asiento del tribunal que las decreta, o
donde deban ejecutarse. En los demás casos se procederá con intervención del defensor de ausentes”.
Los requisitos que exige el artículo 281°CPC corresponden a los siguientes:

- Debe existir un peligro inminente de un daño o perjuicio, o se debe tratar de hechos que pueden
fácilmente desaparecer.

- Se debe dar previamente conocimiento de la medida a la persona a quien se trata de demandar, si


se encuentra en el lugar del asiento del tribunal que las decreta o donde deben ejecutarse. Si no es
así, se procede con la intervención del defensor de ausentes.

- Durante el juicio, el informe de peritos sólo se puede pedir en primera instancia (nunca en segunda,
según lo dispuesto en el artículo 207°CPC) dentro del término probatorio, según lo dispone el artículo
412°CPC: “El reconocimiento de peritos podrá decretarse de oficio en cualquier estado del juicio, pero
las partes sólo podrán solicitarlo dentro del término probatorio//Decretado el informe de peritos, no se
suspenderá por ello el procedimiento”.

b) La iniciativa del tribunal puede tener lugar de dos formas:

- De conformidad al artículo 412°CPC, el tribunal puede decretar el informe de peritos de oficio en


cualquier estado del juicio.

- Puede además decretarlo como medida para mejor resolver, según lo establece el artículo 159°CPC
número 4°: “Los tribunales, sólo dentro del plazo para dictar sentencia, podrán dictar de oficio medidas
para mejor resolver. Las que se dicten fuera de este plazo se tendrán por no decretadas. Sin perjuicio
de lo establecido en el inciso primero del artículo 431, podrán dictar alguna o algunas de las siguientes
medidas: 4° El informe de peritos”.

Para determinar los requisitos para ser perito cabe distinguir si hay o no acuerdos de las partes al respecto:

- Si hay acuerdo de las partes, no se exige ningún requisito para que se nombre a alguien perito (puede ser
cualquier persona en quien las partes acuerden).

- Si no hay acuerdo de las partes, el perito debe cumplir con los requisitos prescritos en el artículo 413°CPC:
“Salvo acuerdo expreso de las partes, no podrán ser peritos:

1° Los que sean inhábiles para declarar como testigos en el juicio.

2° Los que no tengan título profesional expedido por autoridad competente, si la ciencia o arte cuyo
conocimiento se requiera está reglamentada por la ley y hay en el territorio jurisdiccional dos o más
personas tituladas que puedan desempeñar el cargo”.
De esta manera, si no hay acuerdo de las partes, para ser perito se debe cumplir con los siguientes
requisitos:

- Debe ser una persona hábil para declarar como testigo en el juicio. Se exige en este sentido que la
persona no esté afecta a ninguna causal de implicancia o recusación (para garantizar su imparcialidad).

- El segundo requisito a que se refiere el numeral segundo del artículo 413°CPC (que tengan un título
profesional expedido por autoridad competente, si la ciencia o arte cuyo conocimiento se requiera está
reglamentada por la ley y hay en el territorio jurisdiccional dos o más personas tituladas que puedan
desempañar el cargo), fue modificado por la ley N° 20.192, que modificó el artículo 416°CPC y agregó el
artículo 416°CPC bis:

- Anterior texto del artículo 416°CPC: “Cuando el nombramiento se haga por el tribunal, se pondrá
en conocimiento de las partes para que dentro de tercero día deduzcan su oposición, si tienen alguna
incapacidad legal que reclamar contra el nombrado. Vencido este plazo sin que se formule oposición,
se entenderá aceptado el nombramiento”.

- Texto reformado del artículo 416°CPC: “Cuando el nombramiento se haga por el tribunal, lo hará
de entre los peritos de la especialidad requerida que figuren en las listas a que se refiere el artículo
siguiente y la designación se pondrá en conocimiento de las partes para que dentro de tercero día
deduzcan oposición, si tienen alguna incapacidad legal que reclamar contra el nombrado. Vencido
este plazo sin que se formule oposición, se entenderá aceptado el nombramiento”.

- Artículo 416°CPC bis: “Las listas de peritos indicadas en el artículo precedente serán propuestas
cada dos años por la Corte de Apelaciones respectiva, previa determinación del número de peritos
que en su concepto deban figurar en cada especialidad//En el mes de octubre del final del bienio
correspondiente, se elevarán estas nóminas a la Corte Suprema, la cual formará las definitivas,
pudiendo suprimir o agregar nombres sin expresar causa//Para formar las listas, cada Corte de
Apelaciones convocará a concurso público, al que podrán postular quienes posean y acrediten
conocimientos especiales de alguna ciencia, arte o especialidad, para lo cual tendrán especialmente
en cuenta la vinculación de los candidatos con la docencia y la investigación universitarias. El
procedimiento para los concursos, su publicidad y la formulación de las nóminas de peritos serán
regulados mediante un Auto Acordado de la Corte Suprema, que se publicará en el Diario Oficial”.

De este modo, en base a las modificaciones introducidas por la ley N° 20.192, para ser perito, en caso
que no haya acuerdo de las partes, se requiere (además de ser hábil para declarar en juicio) aparecer en
la lista que conforma cada dos años la Corte Suprema de acuerdo al artículo 416°CPC bis. Si las partes no
estuvieren de acuerdo con el nombramiento, podrán deducir oposición fundados en el hecho de que el
perito está afecto a alguna incapacidad legal. Si no formulan oposición dentro de ese plazo, el perito se
tendrá por aceptado.
Las listas que hasta este año confeccionaban las Cortes de Apelaciones (en las que se incluían posibles
peritos de los cuales elegir uno) no resultaban obligatorias o vinculantes a los tribunales, de manera que
podían nombrar a otra persona de las ahí incluidas (es decir, estas listas eran facultativas). En este
sentido, la principal modificación introducida por la ley N° 20.192 corresponde al hecho de que las listas
que se configuran en conformidad al artículo 416°CPC bis son obligatorias, debiéndose nombrar un perito
incluido en ella.

De conformidad al artículo 416°CPC bis, la lista en la que aparecen los peritos que pueden ser designados
por el tribunal se conforma de la siguiente manera:

- Las Cortes de Apelaciones proponen cada dos años listas a la Corte Suprema, determinando
prudencialmente el número de peritos que en su concepto deban figurar en cada especialidad.

- En el mes de octubre del final del bienio correspondiente, estas nóminas se elevan a la Corte
Suprema para que configure las listas definitivas, pudiendo suprimir o agregar nombres sin expresión
de causa.

- Para formar las listas, cada Corte de Apelaciones convocará a un concurso público, al que podrán
postular quienes posean y acrediten conocimientos especiales de alguna ciencia, arte o especialidad.
Para estos efectos, se tomará especialmente en cuenta la vinculación de los candidatos con la
docencia y la investigación universitarias.

- El llamado a concurso público se efectuará mediante publicación única y general para todas las
Cortes del país en aviso en el Diario Oficial, en la página web del Poder Judicial y edictos en las
Cortes de Apelaciones. Las postulaciones se efectuarán mediante presentación escrita indicando la
especialidad e identificación personal completa. Además, se acompañará:

- Copia autorizada del título profesional, o el que habilite para desempeñar la especialidad.

- Certificado de antecedentes para fines especiales.

- Currículum vital.

- Fotografía tamaño pasaporte.

- Las Cortes de Apelaciones solicitarán informes de desempeño de los peritos a los juzgados de la
jurisdicción. Además, se requerirá información de:

- Policía de Investigaciones.

- Carabineros.

- Colegio de Abogados y del respectivo colegio profesional, en su caso.


- Las Cortes de Apelaciones tendrán presente al confeccionar las listas:

- Acreditación de los conocimientos especiales de alguna ciencia, arte o especialidad.

- Los años de experiencia acreditados mediante título profesional u otra forma que sea digno de
producirse.

- Los informes de los jueces, policías, Colegio de Abogados y reclamos o felicitaciones expresadas
por instituciones o particulares y de los respectivos colegios profesionales, en su caso.

- Cualquier otro antecedente que se relacione con su desempeño como perito, profesional o en la
ciencia, arte o especialidad, como en general, que diga relación con su idoneidad, probidad y
ética.

El procedimiento de designación de los peritos se encuentra regulado en el artículo 414°CPC en los siguientes
términos: “Para proceder al nombramiento de peritos, el tribunal citará a las partes a una audiencia, que
tendrá lugar con sólo las que asistan y en la cual se fijará primeramente por acuerdo de las partes, o en su
defecto por el tribunal, el número de peritos que deban nombrarse, la calidad, aptitudes o títulos que deban
tener y el punto o puntos materia del informe//Si las partes no se ponen de acuerdo sobre a designación de las
personas, hará el nombramiento el tribunal, no pudiendo recaer en tal caso en ninguna de las dos primeras
personas que hayan sido propuestas por cada parte//La apelación que se deduzca en los casos del inciso 1° de
este artículo no impedirá que se proceda a la designación de los peritos de conformidad al inciso 2°. Sólo
después de hecha esta designación, se llevará adelante el recurso”.

Este procedimiento se aplica también a la designación de árbitros cuando no hay acuerdo entre las partes, y
corresponde al siguiente:

1° Primero la parte interesada solicita la designación de peritos o ésta es ordenada por el tribunal.

2° Si el tribunal acoge la solicitud de la parte, cita a una audiencia a las partes para designar al perito,
fijando día y hora para tal efecto. Esta resolución se notifica por cédula (porque exige la comparecencia
personal de las partes) y en la audiencia que se lleve a cabo se fija:

- El número de peritos que deban nombrarse.

- La calidad, aptitudes o títulos que deban tener.

- El punto o puntos que deban ser materia del informe.

En esta audiencia prima el acuerdo de las partes. Si no hay acuerdo de las partes o una de ellas no
comparece (según lo dispone el artículo 415°CPC: “Se presume que no están de acuerdo las partes cuando
no concurren todas a la audiencia de que trata el artículo anterior; y en tal caso habrá lugar a lo dispuesto
en el 2° inciso del mismo artículo”), es el tribunal el que resuelve la designación del perito, con una gran
limitación: no pude nombrar peritos a ninguna de las dos primeras personas que hayan sido propuestas por
cada parte.

3° Una vez designado el o los peritos, las partes disponen de un plazo de tres días para deducir oposición al
nombramiento, fundados en que el perito está afecto a una incapacidad legal. Si las partes no se oponen
dentro de tercero día se entiende aceptada la designación.

4° La resolución que nombra al perito se le notifica por cédula o personalmente, con el objeto de que
dentro de tercero día acepte el cargo y jure desempeñar fielmente el cargo, según lo establece el artículo
417°CPC: “El perito que acepte el cargo deberá declararlo así, jurando desempeñarlo con fidelidad//De
esta declaración, que habrá de hacerse verbalmente o por escrito en el acto de la notificación o dentro de
los tres días inmediatos, se dejará testimonio en los autos//El perito encargado de practicar un
reconocimiento deberá citar previamente a las partes para que concurran si quieren”.

5° Luego tiene lugar el reconocimiento, que corresponde al examen que tiene que efectuar el perito
respecto de la cosa u objeto sobre la que recae su informe. Para proceder al reconocimiento, el tribunal
tiene que citar a las partes, que pueden formular en él las observaciones que consideren pertinentes, según
lo dispone el artículo 419°CPC: “Las partes podrán hacer en el acto del reconocimiento las observaciones
que estimen oportunas. Podrán también pedir que se hagan constar los hechos y circunstancias que juzguen
pertinentes; pero no tomarán parte en las deliberaciones de los peritos, ni estarán en ellas presentes//De
todo lo obrado se levantará acta, en la cual se consignarán los acuerdos celebrados por los peritos”. Cuando
sean varios los peritos, el reconocimiento se practica en principio de manera conjunta, salvo que el tribunal
haya permitido actuar de otra manera, según lo establece el artículo 418°CPC: “Cuando sean varios los
peritos procederán unidos a practicar el reconocimiento, salvo que el tribunal los autorice para obrar de
otra manera”.

6° El informe del perito corresponde al escrito mediante el cual éste pone en conocimiento del tribunal la
labor que realizó y las conclusiones técnicas y científicas alcanzadas. El plazo para presentar este informe
es en principio el necesario y posible; sin embargo, el artículo 420°CPC faculta al juez para fijar un plazo
dentro del cual el perito deba presentar su informe: “Los tribunales señalarán en cada caso el término
dentro del cual deben los peritos evacuar su encargo; y podrán, en caso de desobediencia, apremiarlos con
multas, prescindir del informe o decretar el nombramiento de nuevos peritos, según los casos”. De
conformidad al artículo 420°CPC, en caso de desobediencia, es decir, si el perito no presenta el informe
dentro del plazo señalado, el tribunal podrá apremiarlo con alguna de las siguientes medidas:

- Aplicación de multas.

- Prescindir del informe que debería haber presentado (aunque el tribunal puede siempre prescindir de
un medio de prueba después de citar a las partes a oír sentencia, de conformidad a los artículos
431°CPC, 432°CPC y 433°CPC).

- Decretar el nombramiento de nuevos peritos.


Los peritos podrán actuar conjunta o separadamente en sus informes, según lo dispone el artículo 423°CPC:
“Los peritos podrán emitir sus informes conjunta o separadamente”.

7° Si se hubieren designado varios peritos y éstos estuvieren en desacuerdo, el tribunal puede nombrar un
nuevo perito conforme a las reglas precedentes, y si este nuevo perito también está en desacuerdo con los
otros, el tribunal apreciará libremente las opiniones de todos ellos. Así lo disponen los artículos 421°CPC y
422°CPC:

- Artículo 421°CPC: “Cuando los peritos discorden en sus dictámenes, podrá el tribunal disponer que se
nombre un nuevo perito, si lo estima necesario para la mejor ilustración de las cuestiones que debe
resolver//El nuevo perito será nombrado y desempeñará su cargo en conformidad a las reglas
precedentes”.

- Artículo 422°CPC: “Si no resulta acuerdo del nuevo perito con los anteriores, el tribunal apreciará
libremente las opiniones de todos ellos, tomando en cuenta los demás antecedentes del juicio”.

8° El informe se acompaña con citación, lo cual tiene por objeto que las partes puedan oponer a éste las
objeciones formales que consideren pertinentes. No pueden, sin embargo, hacer alegaciones respecto del
valor probatorio del informe o de las apreciaciones que hizo el perito y las conclusiones a las que llegó.

9° Los gastos y honorarios del informe de peritos son de cargo del solicitante, salvo que el tribunal estime
necesaria la medida para el esclarecimiento de la cuestión y sin perjuicio de lo que la sentencia definitiva
determine en relación al pago de las costas. El tribunal, de oficio o a petición de parte, pude ordenar que
previamente al informe se consigne una cantidad prudencial para responder de estos gastos y honorarios.
Esta resolución que ordena la consignación de una cantidad determinada se notifica por cédula, y si
transcurridos 10 días desde su notificación no se consignare el monto, se tendrá por desistido el informe de
peritos como medio probatorio, sin más trámite. Así lo disponen los incisos finales del artículo 411°CPC:
“Los gastos y honorarios que en estos casos se originen por la diligencia misma o por la comparecencia de la
otra parte al lugar donde debe practicarse, serán de cargo del que la haya solicitado; salvo que el tribunal
estime necesaria la medida para el esclarecimiento de la cuestión, y sin perjuicio de lo que en definitiva se
resuelva sobre pago de costas. El tribunal, de oficio o a petición de parte, podrá ordenar que previamente
se consigne una cantidad prudencial para responder a los gastos y honorarios referidos//La resolución por
la cual se fije el monto de la consignación será notificada por cédula al que solicitó el informe de peritos.
Si dicha parte deja transcurrir diez días, contados desde la fecha de la notificación, sin efectuar la
consignación, se la tendrá por desistida de la diligencia pericial solicitada, sin más trámite”.

El valor probatorio del informe de peritos se encuentra regulado en el artículo 425°CPC en los siguientes
términos: “Los tribunales apreciarán la fuerza probatoria del dictamen de peritos en conformidad a las reglas de
la sana crítica”. La Corte Suprema ha fallado en reiteradas ocasiones, sin embargo, que se aplican en realidad las
reglas de la íntima convicción.
Las presunciones
Las presunciones corresponden a la deducción por la ley o el tribunal de un hecho desconocido, controvertido,
sustancial y pertinente, a partir de un hecho o antecedente conocido. Ya del mismo concepto se aprecia la
diferencia sustancial que existe entre las presunciones y los demás medios de prueba, en la medida que las
presunciones corresponden más que un medio de prueba a una forma de raciocinio o valoración de los hechos u
otros antecedentes. La clasificación de las presunciones corresponde a la siguiente:

a) Presunciones legales: Corresponden a aquellas que realiza la ley y pueden ser:

a.1 Simplemente legales, en caso que admitan prueba en contrario.

a.2 De derecho, en caso que NO admitan prueba en contrario.

b) Presunciones judiciales: Corresponden a aquellas que realiza el tribunal y constan de tres elementos:

- La base de la presunción.

- El hecho desconocido o conclusión.

- La presunción misma o deducción.

La base de la presunción corresponde al fundamento sobre el cual se construye la presunción y muchas


veces es dado por la misma ley. La base de la presunción puede ser:

- Un hecho conocido.

- Un antecedente: generalmente, tratándose de antecedentes, la ley señala cuándo son base de una
presunción judicial (por ejemplo, la declaración del testigo de oídas es base de una presunción judicial,
según lo dispone el artículo 383°CPC: “Los testimonios de oídas, esto es, de testigos que relatan hechos
que no han percibido por sus propios sentidos y que sólo conocen por el dicho de otras personas,
únicamente podrán estimarse como base de una presunción judicial//Sin embargo, es válido el
testimonio de oídas cuando el testigo se refiere a lo que oyó decir a alguna de las partes, en cuanto de
este modo se explica o esclarece el hecho de que se trata”).

La regla general en materia de antecedentes como base de una presunción judicial se encuentra
contemplada en el artículo 427°CPC en los siguientes términos: “Sin perjuicio de las demás
circunstancias que, en concepto del tribunal o por disposición de la ley, deban estimarse como base de
una presunción, se reputarán verdaderos los hechos certificados en el proceso por un ministro de fe, a
virtud de orden del tribunal competente, salvo prueba en contrario//Igual presunción existirá en favor
de los hechos declarados verdaderos en otro juicio entre las mismas partes”. De este modo, se reputarán
verdaderos, esto es, son base de una presunción judicial:
- Los hechos certificados en el proceso por un ministro de fe por orden del tribunal competente.

- Los hechos declarados verdaderos en otro juicio entre las mismas partes.

Fuera de estos casos, ¿puede el tribunal determinar como base de presunción judicial otros hechos o
antecedentes distintos de los que aparecen en la ley señalados como tales? Al parecer, de conformidad al
artículo 427°CPC, sí podría, pues se desprende de la redacción misma de la norma: “Sin perjuicio de las
demás circunstancias que, en concepto del tribunal o por disposición de la ley, deban estimarse como
base de una presunción, se reputarán…”. Sin embargo, existe discusión en doctrina respecto de qué debe
considerarse un antecedente para efectos de aplicación de este artículo:

- Para algunos los antecedentes deben tener de suyo valor probatorio, en términos tales que por su
sola utilización se obtenga una presunción grave y precisa, que sea por tanto plena prueba.

- Para otros no resulta necesario que los antecedentes tengan valor probatorio para que puedan ser
considerados base de una presunción judicial.

El profesor Anabalón es partidario de esta segunda postura: ‘Pensamos que el tribunal puede estimar
como bases de presunción a cualesquiera actuaciones del juicio a que falten algunas formalidades para
su validez, en ciertas circunstancias’. Así, ciertas actuaciones exentas de eficacia probatoria podrían,
según Anabalón, ser conceptuadas por los jueces como bases de presunciones. Este es el caso, por
ejemplo, de las siguientes actuaciones (ejemplos dados por Anabalón):

- La declaración de un testigo inhábil o que haya depuesto sin juramento.

- El acta de una inspección judicial sin autorización del ministro de fe.

- El informe pericial evacuado sin que el perito citara previamente a las partes al reconocimiento.

- La carta de un tercero que no haya sido reconocida por él, etc.

Anabalón sigue con las siguientes palabras: ‘El hecho de que en tales actuaciones se haya omitido una
formalidades necesaria a su validez, impide al tribunal concederles el mérito probatorio que
normalmente la ley les reconoce y tomarlas aun en cuenta de cualquier modo, siempre que las partes
hayan reclamado oportunamente de la falta; de lo contrario, no vemos inconveniente en que el mismo
tribunal se valga de ellas en su simple aspecto de bases de presunción, tanto más si se advierte que, en
conformidad al artículo 84°CPC, los jueces están facultados para salvar los errores en la tramitación y
evitar, en lo posible, los actos írritos del proceso, de suerte que, de haberse reparado a tiempo aquellos
defectos, las respectivas actuaciones hasta habrían adquirido plena eficacia. Con mayor razón, por
supuesto, servirá de base a un presunción judicial cualquiera actuación llevada a cavo o en que haya
intervenido alguna de las partes en otro juicio diverso, como una declaración prestada por ella, en
conexión con los hechos ventilados en el nuevo juicio’.
De este modo, según lo dicho por Anabalón, si en una determinada actuación judicial (generalmente en
una diligencia probatoria) se ha omitido alguna formalidad de validez y ello ha sido reclamado
oportunamente por las partes, el tribunal puede perfectamente considerar tal actuación como base de
una presunción judicial. Sin embargo, si las partes NO reclamaron de la omisión del requisito de validez
oportunamente, no es necesario considerar la actuación como base de una presunción judicial, porque
gozará de suyo de plena eficacia.

En este sentido, por tanto, las presunciones, en la medida en que se adopte el concepto de antecedente
planteado por Anabalón (y que en general sigue la jurisprudencia), se constituyen en la principal vía de
escape al sistema de prueba legal o tasada, ya que permiten al tribunal adquirir la convicción sobre
determinados hechos en base a:

- Medios de prueba (diligencias probatorias) que no son legalmente admisibles por cualquiera de las
causales de inadmisibilidad.

- Medios de prueba (diligencias probatorias) que no se produjeron en conformidad a las formalidades


legales.

La razón de fondo para permitir esto (que diligencias probatorias inadmisibles o que no se produjeron
según las formalidades legales), como el mismo Anabalón lo reconoce, es que el fin del proceso
corresponde a la búsqueda de la verdad material del asunto: ‘No hay que olvidar tampoco que el deber
primordial de los jueces estriba en descubrir la verdad, por encima de los ápices del derecho; propender
a que las partes obren en el juicio con entera buena fe, y que las sentencias judiciales se funden
también en la equidad y el buen sentido, que son los mejores puntales de una correcta administración de
justicia’.

Sin embargo, las formalidades que son omitidas en estas diligencias probatorias que se consideran como
base de presunción judicial, tienen como finalidad asegurar la bilateralidad de la audiencia y el debido
proceso, elementos constitutivos del estado de derecho. Esto implica, por tanto, considerar todas las
garantías esenciales del proceso como meras formalidades, ‘ápices del derecho’ que pueden ser
perfectamente soslayados en vistas de la verdad material del asunto. Esta es, no obstante, la postura
que ha adoptado la Corte Suprema en sus últimos fallos, siguiendo precisamente a Anabalón.

Las presunciones, dado el carácter prudencial que involucran, carácter el cual puede dar lugar a profundas
iniquidades, presentan importantes limitaciones, pues deben ser:

- Graves.

- Precisas.

- Concordantes (aunque el artículo 426°CPC no exige esta característica).


Así lo exigen conjuntamente los artículos 426°CPC y 1712°CC:

- Artículo 426°CPC: “Las presunciones como medios probatorios, se regirán por las disposiciones del artículo
1712 del Código Civil//Una sola presunción puede constituir plena prueba cuando, a juicio del tribunal,
tenga caracteres de gravedad y precisión suficientes para formar su convencimiento”.

- Artículo 1712°CC: “Las presunciones son legales o judiciales//Las legales se reglan por el artículo
4717//Las que deduce el juez deberán ser graves, precisas y concordantes”.

De esta manera, según lo dispone el inciso segundo del artículo 426°CPC, una sola presunción puede constituir
plena prueba cuando a juicio del tribunal tenga los siguientes caracteres que sean suficientes para formar su
convencimiento:

- Gravedad: una presunción es grave cuando existe un alto grado de probabilidad de que haya ocurrido el
hecho desconocido.

- Precisión: una presunción es precisa cuando la base de la cual se deduce no es susceptible de generar
conclusiones diversas.

La determinación de si la presunción es grave y precisa queda entregada a la completa discrecionalidad del juez,
como así lo ha corroborado la jurisprudencia (la Corte Suprema falló el año 2001 que esta decisión del juez no es
susceptible de revisarse mediante un recurso de casación en el fondo). Por ello el único recurso que procede en
contra es el recurso de apelación, que tiene por objeto no anular una actuación viciada, sino simplemente
reemplazar la convicción del tribunal inferior por la convicción del tribunal superior (en el fondo, intentar que el
tribunal superior no considere la presunción como grave y precisa, para que no constituya plena prueba).

Es tal el grado en que tiene aplicación el sistema de íntima convicción en esta materia, que los jueces ni siquiera
motivan en las sentencias el hecho de que le hayan otorgado a una presunción el carácter de grave y precisa, aun
cuando el auto acordado de la Corte Suprema en relación a la forma de las sentencias expresamente los obliga a
hacerlo.

17
Dispone el artículo 47°CC lo siguiente: “Se dice presumirse el hecho que se deduce de ciertos
antecedentes o circunstancias conocidas//Si estos antecedentes o circunstancias que dan motivo a la
presunción son determinados por la ley, la presunción se llama legal//Se permitirá probar la no
existencia del hecho que legalmente se presume, aunque sean ciertos los antecedentes o circunstancias
de que lo infiere la ley; a menos que la ley misma rechace expresamente esta prueba, supuestos los
antecedentes o circunstancias//Si una cosa, según la expresión de la ley, se presume de derecho, se
entiende que es inadmisible la prueba contraria, supuestos los antecedentes o circunstancias”.
Los oficios
Los oficios son comunicaciones que le dirige un tribunal a otro o a una autoridad, para practicar actuaciones o
pedirle antecedentes. Son oficios por ejemplo:

- Los escritos que se dirigen al registro civil en la notificación por avisos para efectos de la determinación de
la identidad de los notificados.

- Los que tienen lugar en la acumulación de autos (los que se dirigen los tribunales entre sí para poder
proceder a la acumulación).

- Los que se dirigen a carabineros para que presten fuerza pública.

- Aquellos que se destinan a la recopilación de antecedentes probatorios, estén dirigidos tanto a autoridades
públicas como a entidades privadas.

Los principales cuestionamientos que existen en relación a los oficios corresponden a los siguientes:

- No se encuentran regulados en el Código de Procedimiento Civil ni en ningún cuerpo normativo.

- El mismo Código de Procedimiento Civil contempla medios de prueba mediante los cuales se puede
obtener la información que se solicita mediante oficios, aunque generalmente su práctica resulta más
gravosa que la de los segundos (así, por ejemplo, la declaración testimonial de funcionarios, la exhibición
de documentos a que se refiere el artículo 349°CPC en su inciso primero: “Podrá decretarse, a solicitud de
parte, la exhibición de instrumentos que existan en poder de la otra parte o de un tercero, con tal que
tengan relación directa con la cuestión debatida y que no revistan el carácter de secretos o
confidenciales”, etc). En este sentido, el objetivo de los oficios es precisamente la realización de
actuaciones o la obtención de información que efectuadas de otro modo resultarían gravosas tanto para el
tribunal como para las partes.

El problema de fondo con los oficios es que se priva a la contraparte de la que los presenta o solicita de ciertos
derechos y normas que resguardan la bilateralidad de la audiencia y el debido proceso, como el derecho a
contrapreguntar, a inhabilitar a un declarante, a objetar la admisibilidad de la prueba, etc. Sin embargo, los
oficios son generalmente aceptados en juicio y muchas veces se hacen valer en él como documentos oficiales.
Trámites posteriores a la prueba
Los trámites posteriores a la prueba corresponden a los siguientes:

- Observaciones a la prueba.

- Citación para oír sentencia.

- Medidas para mejor resolver.

a) Observaciones a la prueba: Se encuentran reguladas por el artículo 430°CPC en los siguientes términos:
“Vencido el término de prueba, y dentro de los diez días siguientes, las partes podrán hacer por escrito las
observaciones que el examen de la prueba les sugiera”. De este modo, las observaciones a la prueba deben
hacerse por escrito dentro de los diez días siguientes al vencimiento del término probatorio ordinario.

El problema que presenta el plazo de diez días es que muchas veces existen todavía pruebas pendientes en
ese momento, de manera que si se acompaña este escrito se corre el riesgo de que el tribunal cite a oír
sentencia y, de conformidad al artículo 431°CPC, no se consideren esas pruebas que aún estaban pendientes
para fallar el caso (y que pueden resultar esenciales para la parte).

El objeto del escrito de observaciones a la prueba es facilitar la labor del tribunal en la resolución del
asunto, vale decir, ayudarlo en la determinación del conflicto: generalmente contienen esquemas de las
consideraciones de hecho en que debe fundarse el fallo, analizándose además cada prueba rendida según se
debe considerar a favor o en contra de la parte que presenta el escrito.

b) Citación para oír sentencia: Vencido el plazo de diez días para presentar observaciones a la prueba, el
tribunal cita a las partes a oír sentencias, según lo dispone el artículo 432°CPC: “Vencido el plazo a que se
refiere el artículo 430, se hayan o no presentado escritos y existan o no diligencias pendientes, el tribunal
citará para oír sentencia//En contra de esta resolución sólo podrá interponerse recurso de reposición, el
que deberá fundarse en error de hecho y deducirse dentro de tercero día. La resolución que resuelva la
reposición será inapelable”.

La importancia de la citación a oír sentencia es que con ella se cierra el debate y la actividad probatoria,
constituyendo por ello un trámite esencial a todo juicio, cuya omisión justifica la interposición del recurso
de casación en la forma, según lo dispone el artículo 795°CPC número 7°: “En general, son trámites o
diligencias esenciales en la primera o en la única instancia en los juicios de mayor o de menor cuantía y en
los juicios especiales: 7° La citación para oír sentencia definitiva, salvo que la ley no establezca este
trámite”.

Por regla general (salvo ciertas excepciones), de conformidad a los artículos 431°CPC y 433°CPC, una vez
citadas las partes a oír sentencia no se admitirán pruebas de ningún género. Esto resulta más bien un tanto
drástico, pues ocurre muchas veces que determinados medios de prueba toman más tiempo de lo que dura
el término probatorio (así, por ejemplo, el informe de peritos, que sólo se puede pedir dentro del término
probatorio ordinario, demora más de lo que dura éste, por lo que si se cita a las partes a oír sentencias, la
parte que solicitó el informe pericial va a verse privada de ese medio de prueba). Por ello, ha sido
recalcado por muchos que esta regulación amenaza el derecho al debido proceso asegurado por la
constitución, a saber, el derecho a un proceso racional y justo, en que se pueda presentar pruebas en
defensa propia.

Las excepciones a esta regla general (que una vez citadas las partes a oír sentencia no se admitirán pruebas
o escritos de ningún género) corresponden a las siguientes:

a) La recepción de la prueba rendida fuera del tribunal, según lo permite el artículo 431°CPC: “No será
motivo para suspender el curso del juicio ni será obstáculo para la dictación del fallo el hecho de no
haberse devuelto la prueba rendida fuera del tribunal, o el de no haberse practicado alguna otra
diligencia de prueba pendiente, a menos que el tribunal, por resolución fundada, la estime
estrictamente necesaria para la acertada resolución de la causa. En este caso, la reiterará como medida
para mejor resolver y se estará a lo establecido en el artículo 159//En todo caso, si dicha prueba se
recibiera por el tribunal una vez dictada la sentencia, ella se agregará al expediente para que sea
considerada en segunda instancia, si hubiere lugar a ésta”.

b) La posibilidad de solicitar y decretar medidas prejudiciales precautorias.

c) La impugnación de instrumentos públicos o privados, según lo dispone el artículo 433°CPC en su inciso


segundo: “Citadas las partes para oír sentencia, no se admitirán escritos ni pruebas de ningún
género//Lo cual se entiende sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 83, 84, 159 y 290. Los plazos
establecidos en los artículos 342 N° 3, 346 N°3 y 347 que hubieren comenzado a correr al tiempo de la
citación para oír sentencia, continuarán corriendo sin interrupción y la parte podrá, dentro de ellos,
ejercer su derecho de impugnación. De producirse ésta, se tramitará en cuaderno separado y se fallará
en la sentencia definitiva, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 431”.

d) La citación a conciliación, que puede practicarse luego de ser citadas las partes a oír sentencia, según
lo permite el artículo 262°CPC: “En todo juicio civil en que legalmente sea admisible la transacción, con
excepción de los juicios o procedimientos especiales de que tratan los Títulos I, II, III, V y XVI del Libro
III, una vez agotados los trámites de discusión y siempre que no se trate de los casos mencionados en el
artículo 313, el juez llamará a las partes a conciliación y les propondrá personalmente bases de
arreglo//Para tal efecto, las citará a una audiencia para un día no anterior al quinto ni posterior al
decimoquinto contado desde la fecha de notificación de la resolución. Con todo, en los procedimientos
que contemplan una audiencia para recibir la contestación de la demanda, se efectuará también en ella
la diligencia de conciliación, evacuado que sea dicho trámite//El precedente llamado a conciliación no
obsta a que el juez pueda, en cualquier estado de la causa, efectuar la misma convocatoria, una vez
evacuado el trámite de contestación de la demanda”.

e) La posibilidad de decretar medidas para mejor resolver, a las que no sólo se refiere el inciso segundo
del artículo 433°CPC, sino que permite además el artículo 431°CPC en relación a las diligencias de
prueba pendiente o diligencias probatorias que no se hayan practicado y que el tribunal estime
necesarias para la acertada resolución del conflicto.
Luego de citadas las partes a oír sentencia, el tribunal dispone de un plazo de 60 días para dictarla (plazo
que generalmente no se cumple, por tratarse de un plazo no fatal, en la medida que se establece en
consideración al tribunal y no a las partes). El único recurso que procede contra la resolución que cita a las
partes a oír sentencia es el recurso de reposición fundado en un error de hecho, a saber, que no han
transcurrido los 10 días exigidos por la ley para presentar observaciones a la prueba. Este recurso de
reposición se debe presentar dentro de los tres días siguientes a la notificación de la resolución que cita a
oír sentencia (el plazo normal para reponer es de cinco días), según lo dispone el inciso segundo del artículo
432°CPC: “En contra de esta resolución sólo podrá interponerse recurso de reposición, el que deberá
fundarse en error de hecho y deducirse dentro de tercero día. La resolución que resuelva la reposición será
inapelable”.

c) Medidas para mejor resolver: Las medidas para mejor resolver corresponden a diligencias probatorias
decretadas de oficio por el tribunal dentro de los 60 días de que dispone para dictar sentencia. Estas
medidas corresponden a una de las grandes excepciones que existen en nuestro ordenamiento jurídico al
principio dispositivo, pues permiten al tribunal, en caso de no haber llegado al grado de convicción
necesario para tener por probado un hecho, decretar diligencias probatorias una vez citadas las partes a oír
sentencia (lo normal sería tener por no probado el hecho). Las condiciones básicas para que se decreten
esta medidas corresponden a las siguientes:

c.1 Deben dictarse dentro del plazo de 60 días contados desde la notificación de la resolución que cita a
las partes a oír sentencia. Si se dictan fuera de ese plazo, según lo establece el artículo 159°CPC, se
tendrán por no decretadas.

c.2 Debe tratarse de una de las medidas especificadas en el artículo 159°CPC: “Los tribunales, sólo
dentro del plazo para dictar sentencia, podrán dictar de oficio medidas para mejor resolver. Las que se
dicten fuera de este plazo se tendrán por no decretadas. Sin perjuicio de lo establecido en el inciso
primero del artículo 431, podrán dictar alguna o algunas de las siguientes medidas:

1° La agregación de cualquier documento que estimen necesario para esclarecer el derecho de los
litigantes.

2° La confesión judicial de cualquiera de las partes sobre hechos que consideren de influencia en la
cuestión y que no resulten probados.

3° La inspección personal del objeto de la cuestión.

4° El informe de peritos.

5° La comparecencia de testigos que hayan declarado en el juicio, para que aclaren o expliquen sus
dichos obscuros o contradictorios.

6° La presentación de cualesquiera otros autos que tengan relación con el pleito. Esta medida se
cumplirá de conformidad a lo establecido en el inciso 3° del artículo 37//En este último caso y
siempre que se hubiese remitido el expediente original, éste quedará en poder del tribunal que
decrete esta medida sólo por el tiempo estrictamente necesario para su examen, no pudiendo
exceder de ocho días este término si se trata de autos pendientes.

c.3 Deben ejecutarse dentro del plazo de 20 días contados desde la fecha de la notificación de la
resolución que las decrete, según lo disponen los incisos finales del artículo 159°CPC: “La resolución que
se dicte deberá ser notificada por el estado diario a las partes y se aplicará el artículo 433, salvo en lo
estrictamente relacionado con dichas medidas. Las medidas decretadas deberán cumplirse dentro del
plazo de veinte días, contados desde la fecha de la notificación de la resolución que las decrete.
Vencido este plazo, las medidas no cumplidas se tendrán por no decretadas y el tribunal procederá a
dictar sentencia, sin más trámite//Si en la práctica de alguna de estas medidas aparece de manifiesto la
necesidad de esclarecer nuevos hechos indispensables para dictar sentencia, podrá el tribunal abrir un
término especial de prueba, no superior a ocho días, que será improrrogable y limitado a los puntos que
el mismo tribunal designe. En este evento, se aplicará lo establecido en el inciso segundo del artículo
90. Vencido el término de prueba, el tribunal dictará sentencia sin más trámite//Las providencias que
se decreten en conformidad al presente artículo serán inapelables, salvo las que dicte un tribunal de
primera instancia disponiendo informe de peritos o abriendo el término especial de prueba que
establece el inciso precedente. En estos casos procederá la apelación en el solo efecto devolutivo”.

Como lo disponen estos incisos, la resolución que decrete una medida para mejor resolver se notifica por
estado diario y es inapelable, salvo el caso que la dicte un tribunal de primera instancia disponiendo
informe de peritos o abriendo el término especial de prueba de ocho días que se abre en caso que
durante la práctica de alguna de estas medidas aparezca de manifiesto la necesidad de esclarecer nuevos
hechos indispensables para dictar sentencia.
Juicio sumario
El procedimiento sumario es el mejor ejemplo de la ineficacia del legislador cuando intenta corregir erradamente
la lentitud de los procesos judiciales sin atacar las verdaderas causas del problema. En efecto, no basta con
simplemente disminuir el plazo de contestación de la demanda de 15 a 5 días para pretender solucionar la lentitud
e ineficacia de la actividad jurisdiccional, ya que el número de días para contestar la demanda no es la causa del
retraso en la marcha de los procesos. Por otro lado, es una seria limitación al derecho a defensa que, en
importantes y complejas materias, el plazo para contestar la demanda sea en este caso de 5 días.

El procedimiento sumario se encuentra regulado en el Título XI del Libro III del Código de Procedimiento Civil, y a
su respecto cabe tener en cuenta que además de aplicársele supletoriamente las normas del procedimiento
ordinario (en conformidad al artículo 3°CPC: “Se aplicará el procedimiento ordinario en todas las gestiones,
trámites y actuaciones que no estén sometidos a una regla especial diversa, cualquiera que sea su naturaleza”),
puede tener lugar respecto de juicios ordinarios en que se determine existen motivos fundados para tramitarlos
como sumarios, según lo dispone el artículo 681°CPC: “En los casos del inciso 1° del artículo anterior, iniciado el
procedimiento sumario podrá decretarse su continuación conforme a las reglas del juicio ordinario, si existen
motivos fundados para ello//Por la inversa, iniciado un juicio como ordinario, podrá continuar con arreglo al
procedimiento sumario, si aparece la necesidad de aplicarlo//La solicitud en que se pida la substitución de un
procedimiento a otro se tramitará como incidente”.

El esquema general del juicio sumario corresponde al siguiente:

1° El procedimiento comienza con una demanda que es proveída por el juzgado citando a una audiencia de
contestación y conciliación.

2° Esa audiencia debe realizarse en el quinto día contado desde la notificación de la resolución que la
ordena, plazo al cual se añade el de la tabla de emplazamiento (pero sin los tres días del artículo 258°CPC:
“El término del emplazamiento para contestar la demanda será de quince días si el demandado es
notificado en la comuna donde funciona el tribunal//Se aumentará este término en tres días más si el
demandado se encuentra en el mismo territorio jurisdiccional pero fuera de los límites de la comuna que
sirva de asiento al tribunal”), según lo dispone el artículo 683°CPC: “Deducida la demanda, citará el
tribunal a la audiencia del quinto día hábil después de la última notificación, ampliándose este plazo, si el
demandado no está en el lugar del juicio, con todo el aumento que corresponda en conformidad a lo
previsto en el artículo 259//A esta audiencia concurrirá el defensor público, cuando deba intervenir
conforme a la ley, o cuando el tribunal lo juzgue necesario. Con el mérito de lo que en ella se exponga, se
recibirá la causa a prueba o se citará a las partes para oír sentencia”.

3° En esta audiencia el demandado contesta en forma verbal, pero puede acompañar una minuta escrita con
su contestación, según lo dispone el artículo 682°CPC: “El procedimiento sumario será verbal; pero las
partes podrán, si quieren, presentar minutas escritas en que se establezcan los hechos invocados y las
peticiones que se formulen” (en la práctica se presenta un escrito de contestación igual que en el juicio
ordinario). En esta misma audiencia se efectúa el llamado a conciliación y se recibe la causa a prueba o cita
a oír sentencia (en caso que no haya hechos pertinentes, sustanciales y controvertidos), según lo establece
el artículo 685°CPC: “No deduciéndose oposición18, el tribunal recibirá la causa a prueba, o citará a las
partes para oír sentencia, según lo estime el derecho”.

4° Si se recibe la causa a prueba, ésta se rinde conforme al procedimiento de los incidentes, según lo
establece el artículo 686°CPC: “La prueba, cuando haya lugar a ella, se rendirá en el plazo y en la forma
establecidas para los incidentes”. Lo más importante a este respecto es que el término probatorio será de
ocho días y no de veinte como en el juicio ordinario.

5° Vencido el término probatorio, se cita a las partes a oír sentencia, pudiendo éstas presentar
observaciones a la prueba rendida si alcanzaren a hacerlo, según lo dispone el artículo 687°CPC: “Vencido el
término probatorio, el tribunal, de inmediato, citará a las partes a oír sentencia”.

6° La sentencia definitiva debe dictarse dentro de 10 días, como lo establece el artículo 688°CPC: “Las
resoluciones en el procedimiento sumerio deberán dictarse, a más tardar, dentro de segundo día//La
sentencia definitiva deberá dictarse en el plazo de los diez días siguientes a la fecha de la resolución que
citó a las partes para oír sentencia”.

De acuerdo al artículo 691°CPC, la sentencia definitiva es apelable en ambos afectos: “La sentencia
definitiva y la resolución que dé lugar al procedimiento sumario en el caso del inciso 2° del artículo 681,
serán apelables en ambos efectos, salvo que, concedida la apelación en esa forma, hayan de eludirse sus
resultados//Las demás resoluciones, inclusa la que acceda provisionalmente a la demanda, sólo serán
apelables en el efecto devolutivo//La tramitación del recurso se ajustará en todo caso a las reglas
establecidas para los incidentes”. Sin embargo, el artículo 194°CPC en su numeral primero establece que
las sentencias que se dicten contra el demandado en un juicio sumario son apelables en el solo efecto
devolutivo: “Sin perjuicio de las excepciones expresamente establecidas en la ley, se concederá apelación
sólo en el efecto devolutivo: 1° De las resoluciones dictadas contra el demandado en los juicios ejecutivos y
sumarios”. ¿Cuál prevalece? La Jurisprudencia se ha manifestado en el sentido de prevalecer el artículo
691°CPC por tratarse de una norma especial: por lo tanto, la sentencia definitiva, aun cuando sea contra el
demandado, es apelable en ambos efectos.

La aplicabilidad del procedimiento sumario está regulada en el artículo 680°CPC y en un sinnúmero de leyes
especiales. En efecto, es costumbre del legislador aplicar el procedimiento sumario cada vez que regula una
materia especial, en la convicción de que es un procedimiento mucho más rápido que el ordinario (así por ejemplo
en defectos en construcción, acciones colectivas de ley del consumidor, etc). El artículo 680°CPC contiene una
causal genérica en su inciso primero: se aplica el procedimiento sumario, en defecto de otra regla especial, a los
casos en que la acción deducida requiera, por su naturaleza, tramitación rápida para que sea eficaz. Dispone el
artículo 680°CPC lo siguiente: “El procedimiento de que trata este Título se aplicará en defecto de otra regla

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La oposición a que se refiere el artículo 685°CPC se encuentra regulada en el artículo 684°CPC en los
siguientes términos: “En rebeldía del demandado, se recibirá a prueba la causa, o, si el actor lo solicita
con fundamento plausible, se accederá provisionalmente a lo pedido en la demanda//En este segundo
caso, podrá el demandado formular oposición dentro del término de cinco días, contados desde su
notificación; y una vez formulada, se citará a nueva audiencia, procediéndose como se dispone en el
artículo anterior, pero sin que se suspenda el cumplimiento provisional de lo decretado con esta
calidad, ni se altere la condición jurídica de las partes”.
especial a los casos en que la acción deducida requiera, por su naturaleza, tramitación rápida para que sea
eficaz//Deberá aplicarse, además, a los siguientes casos:

1° A los casos en que la ley ordene proceder sumariamente, o breve y sumariamente, o en otra forma
análoga.

2° A las cuestiones que se susciten sobre constitución, ejercicio, modificación o extinción de servidumbres
naturales o legales y sobre las prestaciones a que ellas den lugar.

3° A los juicios sobre cobro de honorarios, excepto el caso del artículo 697.

4° A los juicios sobre remoción de guardadores y a los que se susciten entre los representantes legales y sus
representados.

5° Derogado.

6° A los juicios sobre depósito necesario y comodato precario.

7° A los juicios en que se deduzcan acciones ordinarias a que se hayan convertido las ejecutivas a virtud de lo
dispuesto en el artículo 2515 del Código Civil.

8° A los juicios en que se persiga únicamente la declaración impuesta por la ley o el contrato, de rendir una
cuenta, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 696.

9° A los juicios en que se ejercite el derecho que concede el artículo 945 del Código Civil para hacer cegar un
pozo.

10° A los juicios en que se deduzcan las acciones civiles derivadas de un delito o cuasidelito, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 59 del Código Procesal Penal y siempre que exista sentencia penal
condenatoria ejecutoriada”.

Las características especiales del procedimiento sumario corresponden a las siguientes:

a) Substitución del procedimiento: El artículo 681°CPC permite que, en aquellos casos en que se aplique el
procedimiento sumario por la causal genérica del inciso primero del artículo 680°CPC, el juez lo sustituya
después por el procedimiento ordinario si existe motivo justificado. Por la inversa, si se ha iniciado un juicio
como ordinario, el juez puede sustituirlo por el sumario si hay razones para ello. Así lo dispone el
mencionado artículo 681°CPC: “En los casos del inciso 1° del artículo anterior, iniciado el procedimiento
sumario podrá decretarse su continuación conforme a las reglas del juicio ordinario, si existen motivos
fundados para ello//Por la inversa, iniciado un juicio como ordinario, podrá continuar con arreglo al
procedimiento sumario, si aparece la necesidad de aplicarlo//La solicitud en que se pida la substitución de
un procedimiento a otro se tramitará como incidente”.
b) Posibilidad de acceder provisionalmente a lo demandado: El artículo 684°CPC permite al demandante, en
rebeldía del demandado, solicitar al juez que se acceda provisionalmente a lo pedido en la demanda: “En
rebeldía del demandado, se recibirá a prueba la causa, o, si el actor lo solicita con fundamento plausible,
se accederá provisionalmente a lo pedido en la demanda//En este segundo caso, podrá el demandado
formular oposición dentro del término de cinco días, contados desde su notificación; y una vez formulada,
se citará a nueva audiencia, procediéndose como se dispone en el artículo anterior, pero sin que se
suspenda el cumplimiento provisional de lo decretado con esta calidad, ni se altere la condición jurídica de
las partes”. Se trata de una cuestión distinta a una medida cautelar, ya que aquí no se busca asegurar el
resultado de la acción, sino que derechamente dar lo pedido en la demanda. Si el juez accede, el
demandado rebelde puede hacerse parte en el proceso dentro de quinto día y oponerse a la medida sin
efecto suspensivo del cumplimiento provisional de lo decretado.

c) Resolución conjunta de incidentes y cuestión principal: Este es uno de los aspectos más criticables del
procedimiento sumario: el artículo 690°CPC dispone que todos los incidentes deberán:

- Promoverse y tramitarse en la misma audiencia de contestación y conciliación.

- Sin paralizar el curso del juicio.

- Ser resueltos en la sentencia definitiva.

Dispone el artículo 690°CPC lo siguiente: “Los incidentes deberán promoverse y tramitarse en la misma
audiencia, conjuntamente con la cuestión principal, sin paralizar el curso de ésta. La sentencia definitiva
se pronunciará sobre la acción deducida y sobre los incidentes, o sólo sobre éstos cuando sean previos o
incompatibles con aquélla”. En consecuencia, los incidentes de previo y especial pronunciamiento no tienen
efecto suspensivo y todo será resuelto en una única sentencia que será dictada, al igual que en el juicio
ordinario, años más tarde, pudiendo haberse corregido una cuestión accesoria mucho antes sin mayor
desgaste para la actividad jurisdiccional.

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