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Miguel Grau Seminario (Piura, Perú, 27 de julio de 1834-Punta Angamos, Bolivia, 8 de octubre de 1879)

fue un marino militarperuano, y almirante de la Marina de Guerra del Perú. Durante la guerra del
Pacífico, comandó el monitor Huáscar y mantuvo a raya a la escuadra chilena durante cinco meses,
sucumbiendo finalmente de manera heroica en el combate naval de Angamos, enfrentando a fuerzas
superiores. Es considerado el héroe máximo de la nación peruana. Su generosidad para con el enemigo
en el campo de batalla le valió el apelativo de El Caballero de los Mares. Ha sido también elegido como El
Peruano del Milenio.[1]

Miguel Grau

Comandante General de la Marina de Guerra del PerúSucesorAntonio de la Haza

Diputado de la República del Perú

por Paitaagosto de 1876-febrero de 1877julio de 1878-febrero de 1879Información personalNombre


completoMiguel Grau SeminarioNombre de nacimientoMiguel Grau SeminarioApodoEl Caballero de los
MaresNacimiento27 de julio de 1834

Piura, PerúFallecimiento8 de octubre de 1879(45 años)

Punta Angamos, Bolivia (actual Chile)Causa de la muerteCaído en combateLugar de


sepulturaCementerio Presbítero Matías MaestroNacionalidadPeruanaPartido políticoPartido
CivilFamiliaPadresJuan Manuel Grau BerríoLuisa Seminario del CastilloCónyugeDolores Cavero
NuñezHijosRafael Grau CaveroInformación profesionalOcupaciónMarinoRama militar Marina de Guerra
del PerúRangoGran AlmiranteParticipó enGuerra hispano-sudamericanaGuerra del PacíficoCombate
naval de ChipanaCombate naval de IquiquePrimer combate naval de AntofagastaCombate naval en alta
mar entre el Almirante Blanco Encalada y el Huáscar del 3 de junio de 1879Segunda ruptura del bloqueo
naval de IquiqueCaptura del vapor Rímac del 23 de julio de 1879Intento de torpedear al Almirante
Cochrane del 7 de agosto de 1879Incidente de los torpedos Lay del24 de agosto de 1879Segundo
combate naval de AntofagastaCombate naval de AngamosMiembro deClub de la UniónClub
NacionalFrancmasoneríaDistincionesTítulo de Gran Almirante del Perú otorgado por el Congreso de la
República del Perú

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Fue hijo del coronel colombiano (nacionalizado peruano) Juan Manuel Grau Berrío y de la dama piurana
Luisa Seminario del Castillo. Aunque nació en Piura, vivió su infancia en el puerto de Paita, donde forjó
su vocación marina. A los nueve años de edad se embarcó como aprendiz de grumete en un buque
mercante, pero este primer viaje se frustró al naufragar la nave frente a la isla Gorgona (1843). No
obstante, no se amilanó y se embarcó nuevamente al año siguiente. Durante diez años navegó en 12
distintas naves, recorriendo diferentes puertos de Asia, Estados Unidos y Europa, completando además
una circunnavegación, antes de retornar al Callao en 1853.

En 1854, Grau ingresó a la Marina de Guerra del Perú como guardiamarina, sirviendo sucesivamente en
el vapor Rímac, el pailebot Vigilante y el vapor de ruedas Ucayali. En 1856, con el grado de alférez de
fragata, pasó a servir a bordo de la fragata Apurímac, integrándose plenamente al cuerpo de oficiales de
la marina. A instancias de su coterráneo, el teniente segundo Lizardo Montero, se sumó a la revolución
conservadora de Manuel Ignacio de Vivancoen contra del presidente Ramón Castilla. Teniendo el control
del Apurímac y de otras naves, los marinos revolucionarios operaron durante casi un año a lo largo del
litoral peruano y participaron en el ataque al Callaode 22 de abril de 1857.

Derrotada la revolución vivanquista, Grau fue expulsado de la Armada (1858), por lo que debió volver a
la marina mercante, navegando a lo largo de la costa peruana y ecuatoriana. Viajó también a
la Polinesia (1862). Favorecido por la ley del 25 de mayo de 1861 dada por el Congreso, en 1863 fue
readmitido al servicio naval como teniente segundo y pasó a ser segundo comandante del
vapor Lerzundi. Poco después, ya como teniente primero, fue enviado a Inglaterra, comisionado para
negociar la compra de unidades navales y supervisar la construcción de las mismas. Regresó como
comandante de la corbeta Unión, que, junto con su gemela América, fue adquirida en Francia. Durante el
viaje de trayecto al Perú, fue ascendido a capitán de corbeta. Ya en aguas peruanas, se sumó a
la revolución restauradora de Mariano Ignacio Prado, siendo ascendido a capitán de fragata (1865).
Durante la guerra hispano-sudamericana, se mantuvo al mando de la Unión y actuó en el combate de
Abtao, librado el 7 de febrero de 1866 contra los buques de la escuadra española del Pacífico.

Se hallaba en Valparaíso, con la escuadra peruana, cuando, junto con otros marinos, protestó contra la
decisión del gobierno de Prado de contratar al comodoro estadounidense John R. Tucker como
comandante de la armada peruana en una proyectada expedición naval para liberar a Filipinas del
dominio español. Acusado de insubordinación, fue apresado, confinado en la isla San Lorenzo y
sometido a juicio, para finalmente ser declarado inocente (1867). Por tercera vez, regresó a la marina
mercante y durante casi un año navegó al mando de dos vapores de una compañía inglesa. El 12 de abril
de 1867 se casó con la dama limeña Dolores Cabero y Núñez, unión de la que nacieron diez hijos. Fue
uno de los fundadores del Club de la Unión; un importante club social peruano (1868). Fue también
miembro ilustre del tradicional Club Nacional.

A principios de 1868, Grau fue reincorporado al servicio naval como comandante del monitor Huáscar,
siendo ascendido poco después al grado de capitán de navío. Tuvo un papel destacado en la actitud que
asumió la marina frente a la rebelión de los coroneles Gutiérrez, en defensa del orden constitucional,
suscribiendo junto con otros jefes y oficiales una proclama contra dicho golpe revolucionario (23 de julio
de 1872).

En 1873, al mando del Huáscar, Grau realizó un crucero por el sur peruano y el litoral boliviano, al ocurrir
la amenaza de un conflicto armado entre Chile y Bolivia por cuestiones territoriales. En 1874 fue
comandante de la Escuadra de Evoluciones, recorriendo el litoral peruano entre el Callao e Iquique, y
colaborando en la debelación de la intentona golpista del caudillo Nicolás de Piérola.

En 1875, Grau fue elegido diputado por la provincia de Paita, por el Partido Civil, labor parlamentaria que
interrumpió temporalmente para ejercer la Comandancia General de Marina, entre el 1 de junio de 1877
y el 10 de julio de 1878. En tal calidad, el 2 de enero de 1878 elevó al Congreso Nacional un
pormenorizado informe sobre el estado deficiente de los buques de guerra y las carencias de la Marina,
formulando juicios que fueron una verdadera advertencia, un año antes del estallido de la guerra con
Chile.

Al estallar la Guerra del Pacífico, el 5 de abril de 1879, Grau obtuvo licencia del Congreso para volver al
servicio, retomando el mando del Huáscar. Fue nombrado jefe de la primera división naval, iniciando su
campaña en el mes de mayo. Durante los cinco meses siguientes, desarrolló una intensa actividad,
manteniendo en jaque a la flota chilena. Ganó el combate naval de Iquique del 21 de mayo de 1879,
hundiendo a la corbeta Esmeralda y se ganó el respeto unánime por su acción humanitaria de rescatar a
los náufragos chilenos y de enviar a la viuda del capitán de corbeta Arturo Prat, comandante de
la Esmeralda, una sentida carta acompañando los efectos personales de dicho jefe.

En los meses siguientes, Grau realizó varias incursiones en aguas controladas por Chile, atacando
sorpresivamente, hostilizando sus líneas de comunicación y bombardeando las instalaciones militares de
los puertos. El 27 de julio de 1879 fue ascendido a la alta clase de contralmirante. Finalmente, el 8 de
octubre de 1879, estando frente a Punta Angamos, el Huáscar fue cercado por dos divisiones enemigas,
trabándose un desigual combate. Grau murió en los primeros minutos de la lucha, por efectos de una
granada disparada por el acorazado Almirante Cochrane, que destrozó su cuerpo. Sus oficiales y
marineros continuaron la lucha, hasta que resultaron muertos o puestos fuera de combate. Solo con la
eliminación de Grau y el Huáscar, que había actuado como una verdadera muralla móvil del Perú, los
chilenos pudieron recién invadir territorio peruano, tras seis meses de iniciada la contienda.
Sus restos, inicialmente enterrados en Santiago de Chile, fueron repatriados en 1890 y trasladados a la
Cripta de los Héroes en 1908. El 26 de octubre de 1946 fue ascendido póstumamente al grado
de almirante. En su calidad de exdiputado, conserva una curul permanente en el Congreso de la
República del Perú.

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