Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FACULTAD DE INGENIERIA
INDICE
Pag4……CONCATENACION
Pag5……ANAFORA
Pag6……ANTITESIS
Pag10…..RIMAS
Pag11…..ACROSTICO
Pag12…..CUENTOS
Pag17…..GUIONES TEATRALES
CONCATENACION
ACROSTICO
A rmonioso y extraordinario sentimiento
M antienes la vida con rayos de ilusión
O cupas el corazón y el alma por entero
R enuevas cada día esperanzas y sonrisas.
A oídos del príncipe llegó la noticia de que una joven en su reino no tenía el pelo oscuro,
sino tan blanco como la nieve.
Cuando la niña del cabello blanco se enteró de que el príncipe quería conocerla se asustó
mucho y decidió huir. Tenía miedo de que la expulsara y de que la metiera en el calabozo.
No iré muy lejos con este pelo tan blanco -se dijo a sí misma-. Tendré que hacer algo más
que taparlo con un pañuelo. Pero, ¿qué puedo hacer?
En ese momento miró por la ventana y vio a los cerdos revolcarse por el barro.
¡Eso es! -dijo la niña-. Me pintaré el pelo. Pero el barro es demasiado pesado. Usaré el
hollín de la chimenea.
Con mucho cuidado, la niña se pintó el pelo de negro con el hollín de la chimenea y huyó
donde nadie la conociera para que no se descubriera el engaño.
Cuando el príncipe llegó y no la encontró decidió buscarla por todo el reino, pero en
secreto, para que la chica no huyera más. Así que se disfrazó de pastor y fue en su busca.
Pasaron los meses y el príncipe no había encontrado a la chica. Entonces, tuvo una idea.
Me embadurnaré el pelo de harina para pintarlo de blanco. Seguro que eso llamará la
atención de la niña del cabello blanco.
Y así lo hizo. Para su sorpresa, el príncipe, vestido de pastor, recibió todo tipo de insultos
de la gente que se lo encontraba.
A oídos de la niña llegó la noticia de que un pastor de pelo blanco iba por ahí paseando a
sus ovejas.
Pobre muchacho, tengo que ayudarle -pensó la niña. Y fue en su busca. Cuando lo
encontró, le dijo:
No deberías ir por ahí con el pelo tan blanco. La gente te despreciará y, si se entera el
príncipe , vendrá a por ti y te encerrará. Ven, te ayudaré a disimular.
¿Por qué me ayudas? -preguntó el pastor, mientras sentía que el corazón le latía a mil por
hora.
No es justo que te rechacen por tu color de pelo -dijo la niña, que se había prendado del
valiente pastor que se atrevía a viajar con el pelo tan blanco.
Ninguno de los dos se había dado cuenta de que el cielo se había cubierto de nubes de
tormenta. Y empezó a llover a mares.
¡Tu pelo! -gritó el pastor-. ¡Es blanco! ¡Te encontré, por fin!
¡Y el tuyo es negro! -dijo la niña. Pero, ¿por qué me buscabas? ¡Oh, no! Me has engañado.
Me llevarás hasta el príncipe y él me encerrará.
Y con un silbido apareció todo su séquito con su capa y su corona de oro y piedras
preciosas.
Solo quería conocerte -dijo el príncipe, nada más. Ven conmigo. Prometo no hacerte daño.
La niña fue con el príncipe de la mano paseando por todo el reino. A su paso, todos se
inclinaban, pues pensaban que era su prometida.
Nadie más volvió a meterse con la niña del cabello blanco, que se ha convertido en la
amiga inseparable del príncipe. Si se convertirá en princesa o no, eso solo el tiempo lo dirá.
GUIONES
TEATRALES
EL CONEJITO QUE PERDIO SU
GUITARRA.
Aparece la Mamá Coneja tocando su guitarrita y cantando. Su hijo el conejito la escucha
atentamente.) Conejito.- ¡Mamita, que lindo tocas tu guitarrita y que lindo cantas! Yo tengo una
sorpresa para ti. ¿Sabes qué es? ¡Yo también sé tocar en ella y puedo cantar las canciones que tú
sabes! Mamá Coneja.- ¿deberás, conejito? A ver, quiero oír una canción, pero tu mismo te acompañas.
(Le da la guitarra. Él la toma y se tome a tocar y a cantar.) Conejito.- ¿Vistes mami? Ya sé tocar como
tú. Pero… quiero pedirte un favor. Mama C.- ¿Qué favor es? Conejito.- Quiero que me prestes tu
guitarrita para ir a ver a mis amigos. ¡Quiero que me oigan cantar y tocar! Mamá C.- ¡Eso si que no,
conejito! Tus amigos son muy traviesos y te la pueden quitar. Conejito.- No, mamita, no me la
quitarán te prometo que a nadie se la prestaré. Mamá C.-
Bueno, conejito, llévala y cuídala mucho ya sabes como la quiero. ¡ a nadie se la prestes! ( se las da.)
Conejito.- gracias, mamita, ahorita regreso. 2ª. Escena (Sale corriendo hasta el árbol ahí se recarga y
pega un silbido. Al oírlo, salen dos conejitos y lo rodean. La zorra los acecha asomándose y
escondiéndose detrás del árbol.) Conejito.- Les cantaré una canción y me acompañare con mi guitarra.
(Se pone a cantar mientras los otros lo escuchan.) La zorra.- (Se acerca y muy amablemente le dice):
conejito, préstame tu guitarra. Yo también puedo tocar y cantar. Conejito.- ¡Eso si que no! Mi mamá
me la presto con la condición de que a nadie se la diera yo. La zorra.- no seas malo, conejito. Te
prometo que solo cantaré una canción y enseguida te la doy. Conejito.-
Bueno… solamente una canción. (La zorra coge la guitarra y corre con ella subiéndose hasta la rama
más alta del árbol.) Desde ahí dice: La zorra.- Ya tengo una guitarrita, ahora ya puedo tocar y cantar
todo el día. (Comienza a cantar.) Conejito.- Dame ya mi guitarrita Zorra. Te la presté solo un ratito.
Zorra.- está guitarrita ya es mía. ¡No te la doy! Conejito.- Dámela zorra, no seas mala. ¿No vez que
mi mamá se va enojar conmigo? Zorra.- ¡Está guitarrita es mía! ¿Quién dice que es tuya? ¡Ven a
quitármela! ¡A ver si puedes! Conejito.- (Llorando) ¡Ay…ay! Mi mamita se va enojar y me va
regañar. ¿Quién me ayudará? (Aparece el perro y dice): Perro.- ¿Qué te pasa conejito? ¿Por qué
lloras? Conejito.- Por que esa zorra mala me quitó mi guitarrita y no quiere dármela. Perro.- No llores,
conejito. ¡Yo se la pediré y traeré! Perro.- (A la zorra): ¡Guá…Guá…Guá…!
Mala Zorra baja y dale y dale su guitarra al conejito. Zorra.- ¡Quítamela si puedes! (El perro trata de
subirse hasta donde esta la zorra pero no puede hacerlo. Ladra otra vez y entonces la zorra se esconde.)
Perro: Lo siento mucho conejito… no pude quitársela. Conejito.- Gracias perrito. ¡No sé que voy a
hacer! (Sale el perro. La zorra aparece nuevamente y se pone a cantar.) (El conejito sigue llorando) y
ahí mismo (aparece el gato, se acerca la conejito y le dice): Gato.- ¿Por qué lloras conejito? Conejito.-
Por que está mala zorra me quito mi guitarrita y no se la puedo quitar. Gato.- No llores conejito, yo
le quietare tu guitarrita. (Dirigiéndose a la zorra): Zorra dale su guitarrita al conejito. ¿No ves como
llora? Zorra.- Esta guitarrita es mía. ¡Quítamela si puedes! (Vuelve a cantar.) Gato.- Mira Zorra, si
no se la das subo y te rasguño. Zorra.- ¡Alcánzame sui puedes! (Se esconde.) (El gato la busca
inútilmente.) Gato.- ¡No pude, conejito… lo siento mucho! (Aparece nuevamente la zorra y se pone
a contar.) Conejito.- Gracias de todos modos gatito. (Sale el gato.) (Él sigue llorando.)-(aparece el
Toro y al verlo llorar le dice): Toro.- ¿Por qué lloras conejito? Conejito: ¡por que esa zorra mala me
quito mi guitarrita y no quiere dármela! Toro.- No llores, conejito. ¡Yo se la voy a quitar!
(Dirigiéndose hacia la zorra): Zorra mala, dale su guitarrita al conejito. ¿No ves como llora? ¡Dásela!
Zorra.- ¡No! ¡No se la doy porque ahora la guitarrita es mía! Toro.- Dásela. ¡Si te alcanzo, con mis
grandes cuernos te puedo lastimar! Zorra.- ¡Quítamela si puedes! ¡La guitarrita es mía! (El Toro pega
con sus cuernos en el árbol tratando de tiritar a la zorra, sin conseguirlo. Ella se esconde.) Toro.- ¡Lo
siento mucho conejito, lastima que no pueda subirme al árbol a quitársela! ¡A ver si encuentras a
alguien que te ayude mas que yo! Conejito.- ¡Gracias, buen Toro! ¡Gracias! Nadie puede contra esa
zorra. ¿Qué haré? ¿Quién me ayudará? Zorra.-
(Aparece nuevamente y vuelve a tocar.)-(El conejito llora sin consuelo, cuando aparece una
hormiguita y le dice): Hormiga.- ¿Por qué lloras conejito? Conejo.- ¡Ay hormiguita, la zorra mala me
quitó mi guitarrita! Hormiga.- ¡No te aflijas conejito, yo se la quitaré! Conejo.- ¡Gracias hormiguita.
Eres muy buena, pero no podrás quitársela. Otros animales más grandes que tú, no han podido y yo
no sé qué hacer! Hormiguita.- ¡Mira conejito, deja de llorar y ponte muy listo para que me ayudes.-
(Le dice algo en la oreja. La zorra los ve desde arriba, tratando de oír lo que dice la hormiguita.)
Conejo.- ¿Sabes Zorra lo que dice la hormiguita? ¡Que no sabes cantar no tocar la guitarrita! Zorra.-
¿Qué no sé? ¡Dile que oiga cómo canto! (Lo hace.) Conejo.- Es que la hormiguita no oye desde tan
lejos. Baja a tocar cerca de ella para que te oiga.- (La zorra baja rápidamente y cerca de la hormiguita
se pone a tocar y a cantar.) Hormiguita.- ¿Qué lindo cantas zorra!
Toca otra canción para que el conejito se ponga contento? (La zorra vuelve a cantar acompañándose
en la guitarrita. La hormiguita se le acerca por detrás y empieza a hacerle cosquillas. La zorra deja de
catar y empieza a reírse, suela la guitarrita y el conejito corre con ella hormiguita sigue haciéndole
cosquillas, y ella sigue riéndose y no se da cuenta de que los dos han desaparecido.) (Cuando deja de
reírse, busca la guitarrita y no la encuentra. Muy enojada, se retira amenazadora.) (Por un lado del
escenario entra la Mamá Coneja buscando a su hijo
. Por el otro llega éste con su guitarrita. Al ver a su made dice): Conejo.- ¡Ay mamita qué susto! ¡Aún
estoy temblando! Mamá Coneja.- ¿qué te paso hijito? ¿Por qué tardaste tanto? ¿Perdiste mi guitarrita?
Conejito.- No mamita, aquí está. ¡Pero si supieras…! La zorra mala me la quitó y sino hubiera sido
por la hormiguita, todavía la tendría en su poder. Mamá Coneja.-
¿No te dije que a nadie se la prestaras? Conejito.- Sí mamita, pero… bueno, ¡ya no vuelvo a hacer!
Estoy tan asustado y tan cansado que quisiera dormir un ratito. ¿Quieres cantarme una canción muy
linda para que yo me duerma? Mamá Coneja.- Sí mi hijito, descansa y duérmete. (Acompañada de su
guitarrita, entona un arrullo mientras el conejito se duerme.
EL RATÓN QUE QUISO SER PEPINO
Una huerta con árboles frutales y una mata de pepinos. A un lado del escenario una barda.
Al frente, simulado, el agujero es la casa del ratón. (El ratoncito se pasea por la huerta, se
hacerla a la planta de pepino y al ver un hermoso pepino de dice): Ratón.- buenos días pepino,
¿Cómo estas? Pepino.- Buenos días ratoncito. Estoy bien, gracias, solamente que debo de de
estar aquí quieto, sin moverme, siempre cerca de mama, para poder crecer. Cuando esté
grande, luciré en un hermoso platón de ensalada. Ratón.
Oye pepino (le dice pensativo) si yo me pusiera cerca d ti y me quedara quietecito, sin
moverme, ¿crecería tanto como tú? Pepino.-Puede ser, pero tendrás que quedarte todo el
tiempo aquí sin moverte, ya no podrás pasear por la huerta, ni hacer otra cosa que espera y
espera a que crezcas tanto como yo. Ratón.- Figúrate el susto que se llevaría el gato si yo
creciera tanto o mas que él. Me muero de risa solo de imaginarme sus apuros par cogerme.
Pepino.- Sí, sería muy gracioso. Ratón. bien, entonces nos veremos, mañana; voy a traer algo
que comer para no pasar hambre.
Tú no lo necesitas, por que tu mamá, se encarga de alimentarte, pero yo, tengo que traer mi
comida. Hasta mañana mi amigo. Pepino.- Hasta mañana, ratoncito.
Te espero. (Se oscurece poco apoco y después lentamente se ilumina el escenario, simulando
que ha llegado el nuevo día. Aparece el ratoncito trayendo sobre su hombro un gran bulto
con su comida.) Ratón.- amigo pepino buenos días. Aquí me tienes ya, listo para quedarme
a tu lado y crecer tanto como tú. Pepino.-
Muy bien ratoncito, acomódate junto a mi pasa tu cola sobre esta remita y quédate quieto,
quieto.- (Después de un rato.) Ratón.- Oye pepino ¿no te cansas de estar todo el día y toda la
noche in moverte? Pepino.
No. yo tengo que estar ahí hasta que vengan a cortarme, paro no me aburro. ¡Si vieras cuantas
cosas lindas puedo ver desde aquí!. Veo revolotear a las mariposas oigo cantar a los pajaritos,
me encanta sentir ala lluvia que viene a refrescarme… y así paso la vida. Ratón.- ¡si vieras
pepino que cansado me siento!.
Ya se me entumieron las patitas por no moverlas y mi colita, casi ya no las siento. Pepino.-
Aguántate ratón, ya veras cuando crezcas y seas mas grande que el gato, como te sentirás
contento. Ratón.- Si, solo de pensarlo me dan ganas de saltar de gusto. Pepino.- ¿oíste un
ruido? Ratón ¿Qué podrá ser? Gato.- Miau… miau…
( El gato entra poco a poco por la huerta). Pepino.- ¡ratoncito… es el gato! Ratón.- Si, ya lo
oigo, pero voy a quedarme muy quieto y muy callado a ver si no me ve. Gato.- ¡uf… por aquí
me huele a ratoncito! Pepino ¿oíste? Ratón.- Si, mejor me voy para mi casa. Ya no quiero ser
tan grande como él. Adiós pepinito. Gato.- ¿No decía yo que aquí me olía a ratoncito?
(El gato corre detrás del ratoncito) Ahora veras como te alcanzo y te llevo para mi casa. (El
ratón llega corriendo hasta su agujero, abre la puertecita y apenas alcanza a meterse)
(Después de un rato, cuando el gato se ha ido se asoma y dice): Ratón.- ¡Que bueno que no
he crecido ni un poquito más si no, no hubiera podido entrar a mi casa y el gato me hubiera
comido! Ya no quiero crecer como el pepino mejor me quedo del tamaño que estoy.
(Dirigiéndose al publico): ¿No creen ustedes). (El gato parece y va alcanzarlo, cuando el
rápidamente se mete al agujero).