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UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES

FACULTAD DE INGENIERIA
INDICE

Pag4……CONCATENACION
Pag5……ANAFORA
Pag6……ANTITESIS
Pag10…..RIMAS
Pag11…..ACROSTICO
Pag12…..CUENTOS
Pag17…..GUIONES TEATRALES
CONCATENACION

Hey tu nena tu eres la cuestion


Cuestión que me ahces sentir bien
Bien por todas las cosas que me heriste
Heriste de corazón hasta el alma
Alma corazón y vida.

Tu triunfo de amarme fue cuestión


Cuestión de que me alejara del corazón
Corazón de piedras como las sabanas
Sabanas de mi cama en donde te hise mujer
Mujer para toda mi vida.

Te bese y cuando lo sentí fue como caer del cielo


Cielo donde solamente las personas como tu existen
Existen de una sola manera y viven una vez para mi cuerpo
Cuerpo donde te desea con alma y pudor, bebe
Bebe de mi sueño y de mis energías

Eres y seras la única


Única en mi vida
Vida que durara siempre
Siempre en mi corazón
Corazón de roble y destellos.
ANAFORA
Te bese en las noches
Te bese en los días
Te bese hasta en el mas alla
Te bese cuando menos lo esperabas
Te bese y eso es eternamente.

Vida la mia en que te conoci


Vida la tuya en que busque
Vida nosotros que nos encontramos
Vida que algún dia regreses
Vida siempre soñare con estar contigo.

Unica en mis ojos


Única en que te pienso
Única hasta en besar
Única haciendo el amor
Única y simplente tu.

Recuerdo aquel dia en que te conoci


Recuerdo cuando nos hablamos por primera vez
Recuerdo como me hablabas
Recuerdo como me insinuabas
Recuerdo mi primer beso en la lluvia.
ANTITESIS
 La derrota fue ganar, el triunfo perder

Conseguir lo que necesitas, no es lo mejor,

.Este invierno que es cálido

que hay amores, que matan

odio que se vuelve amor.


 Pides que te olvide cuando te extraño

Te busco y no te encuentro, te extraño

Pero me acerco mas a ti, eres especial

Yo no soy nada, tu eres hermosa

Yo soy un hombre sin corazón.


 A mis soledades voy

De mis soledades vengo

Donde vivo y donde muero

Ni estoy bien ni mal conmigo

Te amo pero tu me odias.


 Este amor más hondo que el mar, puede llegar al cielo y seguir,

Que rápido es el tiempo

y que corta tu mirada,

que cercano es sentirte

y tan lejano tenerte.


RIMAS

Si supieras que tan solo de tus labios un beso,


sería suficiente para robar mi alma, mis miradas y hasta mi aliento
,te veo en la distancia sin que repares en mí,
bello será el día en que tu corazón logré alcanzar
por fin,una lágrima no es suficiente para expresar todo lo que mi corazón
tiene que sorportar, cada vez que te apartas de mí e incrementas mi dolor.

Vuelve hacia mí tus ojos y sabrás que no estoy mintiendo,


cuando te juro por mi vida que por estar junto a ti me muero,
con el paso del tiempo he aprendido a disimular,
esta tierna mirada de la que tú ni te percatas al pasar, son tuyos mis sueños
y los latidos de mi corazón, quisiera que me correspondieras para así calmar a mi razón.

Somos los elegidos, tenemos la nota


de los aprobados con la cara de los suspendidos
pero al saber que estamos jodidos, lo hacemos
jurídico con un potencial lirico que terminan
resplandecidos y abatidos con tanta carga.

Al rapero lo constituyen varios elementos


Como saber rapear, tener habilidad y talento
Y si de eso estás escaso como éste que es tu caso
No serías más que un payaso en tarima perdiendo el tiempo
Hey ¡ te hablo claro que te mato con demasiado empeño.

ACROSTICO
A rmonioso y extraordinario sentimiento
M antienes la vida con rayos de ilusión
O cupas el corazón y el alma por entero
R enuevas cada día esperanzas y sonrisas.

M ientras el corazón se ilumina siendo


U nico rey dentro de dos almas enamoradas
T eniendo constancia del más puro sentimiento
U tilizado para unir más allá de todo y ser
O rgullo de quienes sienten esa magia envolvente.

A lguien especial iluminó mi corazón


M e ilusioné con su hermosa sonrisa
O casionó en mí una hermosa sensación
R ezo a Dios que no me faltes nunca.

M irarte es la luz que ilumina mi andar


U nico eres dentro de mi ser que llenas de
T ernura y dulzura cuando con caricias te
U bicas abrazándome con amor, por eso
O lvidarte jamás podría por que mi amor eres tu.
CUENTOS
EL AGUA DE LA VIDA
Había una vez un rey que estaba gravemente enfermo. Sus tres hijos, desesperados, ya no
sabían qué hacer para curarle. Un día, mientras paseaban apenados por el jardín de palacio,
un anciano de ojos vidriosos y barba blanca se les acercó.
Siento deciros que es muy difícil de encontrar, tanto que hasta ahora nadie ha logrado llegar
hasta su paradero. ¡Ahora mismo iré a buscarla! – dijo el hermano mayor pensando que si
sanaba a su padre, sería él quien heredaría la corona.Entró en el establo, ensilló su caballo y
a galope se adentró en el bosque. En medio del camino, tropezó con un duendecillo que le
hizo frenar en seco.¿A dónde vas? – dijo el extraño ser con voz aflautada.¿A ti que te
importa? ¡Apártate de mi camino, enano estúpido!
El duende se sintió ofendido y le lanzó una maldición que hizo que el camino se desviara
hacia las montañas. El hijo del rey se desorientó y se quedó atrapado en un desfiladero del
que era imposible salir.Viendo que su hermano no regresaba, el mediano de los hijos
decidió ir a por el agua de la vida, deseando convertirse también en el futuro rey. Siguió la
misma ruta a través del bosque y también se vio sorprendido por el curioso duende.¿A
dónde vas? – le preguntó con su característica voz aguda.¡A ti te lo voy a decir, enano
preguntón! ¡Lárgate y déjame en paz!.
El duende se apartó y, enfadado, le lanzó la misma maldición que a su hermano: le
desvió hacia el profundo desfiladero entre las montañas, de donde no pudo escapar.El hijo
menor del rey estaba preocupado por sus hermanos. Los días pasaban, ninguno de los dos
había regresado y la salud de su padre empeoraba por minutos. Sintió que tenía que hacer
algo y partió con su caballo a probar fortuna. El duende del bosque se cruzó, cómo no, en
su camino.¿A dónde vas? – le preguntó con cara de curiosidad.Voy en busca del agua de la
vida para curar a mi padre, el rey, aunque lo cierto es que no sé a dónde debo dirigirme.
¡El duende se sintió feliz! Al fin le habían tratado con educación y amabilidad. Miró a los
ojos al joven y percibió que era un hombre de buen corazón ¡Yo te ayudaré! Conozco el
lugar donde puedes encontrar el agua de la vida. Tienes que ir al jardín del castillo
encantado porque allí está el manantial que buscas.¡Oh, gracias! Pero… ¿Cómo puedo
entrar en el castillo, si como dices, está encantado?.
El duende metió la mano en el bolsillo y sacó dos panes y una varita mágica.Ten, esto es
para ti. Cuando llegues a la puerta del castillo, da tres golpes de varita sobre la cerradura y
se abrirá. Si aparecen dos leones, dales el pan y podrás pasar. Pero has de darte prisa en
coger el agua del manantial, pues a las doce de la noche las puertas se cerrarán para siempre
y, si todavía estás dentro, no podrás salir jamás.
El hijo del rey dio las gracias al duende por su ayuda y se fundieron en un fuerte abrazo de
despedida. Partió muy animado y convencido de que, tarde o temprano, encontraría el agua
de la vida. Cabalgó sin descanso durante días y por fin, divisó el castillo encantado.Cuando
estuvo frente a la puerta, hizo lo que el duende le había indicado. Dio tres golpes en la
entrada con la varita y la enorme verja se abrió. En ese momento, dos leones de colmillos
afilados y enormes garras, corrieron hacia él dispuestos a atacarle. Con un rápido
movimiento, cogió los bollos de su bolsillo y se los lanzó a la boca. Los leones los
atraparon y, mansos como ovejas, se sentaron plácidamente a saborear el pan.
Entró en el castillo y al llegar a las puertas del gran salón, las derribó. Allí, sentada, con la
mirada perdida, estaba una hermosa princesa de ojos tristes. La pobre muchacha llevaba
mucho tiempo encerrada por un malvado encantamiento. ¡Oh, gracias por liberarme! ¡Eres
mi salvador! – dijo besándole en los labios – Imagino que vienes a buscar el agua de la
vida… ¡Corre, no te queda mucho tiempo! Ve hacia el manantial que hay en el jardín, junto
al rosal trepador. Yo te esperaré aquí. Si vuelves a buscarme antes de un año, seré tu
esposa.
El muchacho la besó apasionadamente y salió de allí ¡Se había enamorado a primera vista!
Recorrió a toda prisa el jardín y… ¡Sí, allí estaba la deseada fuente! Llenó un frasco con el
agua de la vida y salió a la carrera hacia la puerta, donde le esperaba su caballo. Faltaban
segundos para las doce de la noche y justo cuando cruzó el umbral, el portalón se cerró a
sus espaldas.Ya de vuelta por el bosque, el duende apareció de nuevo ante él. El joven
volvió a mostrarle su profundo agradecimiento.
Reanudó el trayecto y tal y como le había dicho el duende, encontró a sus hermanos
vagando por el bosque. Los tres juntos, regresaron al castillo. Allí se encontraron una
escena muy triste: su padre, rodeado de sirvientes, agonizaba en silencio sobre su cama.
¡No había tiempo que perder! El hermano pequeño se apresuró a darle el agua de la vida.
En cuanto la bebió, el rey recuperó la alegría y la salud. Abrazó a sus hijos y se puso a
comer para recuperar fuerzas ¡Ver para creer! ¡Hasta parecía que había rejuvenecido unos
cuantos años!
Esa noche, la familia al completo se reunió en torno a la chimenea. El pequeño de los
hermanos aprovechó el momento para relatar todo lo que le había sucedido. Les contó la
historia del duende, del castillo embrujado y de cómo había liberado de su encantamiento a
la princesa. Al final, les comunicó que debía volver a por ella, pues le esperaba impaciente
para convertirse en su esposa.Sus dos hermanos mayores se morían de envidia. Gracias a él,
su padre estaba curado y encima se había ganado el amor de una hermosa heredera. Cada
uno por su lado, decidieron adelantarse a su hermano. Querían llegar al castillo cuanto
antes y conseguir que la princesa se casara con ellos.
Por último, apareció el pequeño. Desde lejos, vio a la princesa en la ventana y fue tan
grande su emoción, que cruzó veloz la alfombra de oro. Ni siquiera miró al suelo, pues lo
único que deseaba era rescatarla y llevársela con él. Los soldados abrieron la puerta a su
paso y la princesa le recibió con un largo beso de amor.
Y así termina la historia del joven valiente de buen corazón que, con la ayuda de un
duendecillo del bosque, sanó a su padre, encontró a la mujer de sus sueños y se convirtió en
el nuevo rey.
LA JOVEN DE CABELLO LARGO
Había una vez un reino donde todos los habitantes tenían el pelo oscuro. Pero había una
niña que tenía el pelo completamente blanco, y por eso era despreciada por todos los
demás. Avergonzada, la niña llevaba siempre el cabello escondido bajo un pañuelo negro.

A oídos del príncipe llegó la noticia de que una joven en su reino no tenía el pelo oscuro,
sino tan blanco como la nieve.

Debéis expulsarla, majestad -le dijeron sus consejeros.

Tengo curiosidad -dijo el príncipe . Quiero conocerla.

Cuando la niña del cabello blanco se enteró de que el príncipe quería conocerla se asustó
mucho y decidió huir. Tenía miedo de que la expulsara y de que la metiera en el calabozo.

No iré muy lejos con este pelo tan blanco -se dijo a sí misma-. Tendré que hacer algo más
que taparlo con un pañuelo. Pero, ¿qué puedo hacer?

En ese momento miró por la ventana y vio a los cerdos revolcarse por el barro.

¡Eso es! -dijo la niña-. Me pintaré el pelo. Pero el barro es demasiado pesado. Usaré el
hollín de la chimenea.

Con mucho cuidado, la niña se pintó el pelo de negro con el hollín de la chimenea y huyó
donde nadie la conociera para que no se descubriera el engaño.

Cuando el príncipe llegó y no la encontró decidió buscarla por todo el reino, pero en
secreto, para que la chica no huyera más. Así que se disfrazó de pastor y fue en su busca.

Pasaron los meses y el príncipe no había encontrado a la chica. Entonces, tuvo una idea.

Me embadurnaré el pelo de harina para pintarlo de blanco. Seguro que eso llamará la
atención de la niña del cabello blanco.

Y así lo hizo. Para su sorpresa, el príncipe, vestido de pastor, recibió todo tipo de insultos
de la gente que se lo encontraba.

No me extraña que la niña del pelo blanco se esconda -pensó el príncipe .

A oídos de la niña llegó la noticia de que un pastor de pelo blanco iba por ahí paseando a
sus ovejas.

Pobre muchacho, tengo que ayudarle -pensó la niña. Y fue en su busca. Cuando lo
encontró, le dijo:

No deberías ir por ahí con el pelo tan blanco. La gente te despreciará y, si se entera el
príncipe , vendrá a por ti y te encerrará. Ven, te ayudaré a disimular.

¿Por qué me ayudas? -preguntó el pastor, mientras sentía que el corazón le latía a mil por
hora.

No es justo que te rechacen por tu color de pelo -dijo la niña, que se había prendado del
valiente pastor que se atrevía a viajar con el pelo tan blanco.

Ninguno de los dos se había dado cuenta de que el cielo se había cubierto de nubes de
tormenta. Y empezó a llover a mares.

¡Tu pelo! -gritó el pastor-. ¡Es blanco! ¡Te encontré, por fin!

¡Y el tuyo es negro! -dijo la niña. Pero, ¿por qué me buscabas? ¡Oh, no! Me has engañado.
Me llevarás hasta el príncipe y él me encerrará.

Yo soy el príncipe y no quiero hacerte daño -dijo el pastor-. Te lo demostraré.

Y con un silbido apareció todo su séquito con su capa y su corona de oro y piedras
preciosas.

Solo quería conocerte -dijo el príncipe, nada más. Ven conmigo. Prometo no hacerte daño.

La niña fue con el príncipe de la mano paseando por todo el reino. A su paso, todos se
inclinaban, pues pensaban que era su prometida.

Nadie más volvió a meterse con la niña del cabello blanco, que se ha convertido en la
amiga inseparable del príncipe. Si se convertirá en princesa o no, eso solo el tiempo lo dirá.
GUIONES
TEATRALES
EL CONEJITO QUE PERDIO SU
GUITARRA.
Aparece la Mamá Coneja tocando su guitarrita y cantando. Su hijo el conejito la escucha
atentamente.) Conejito.- ¡Mamita, que lindo tocas tu guitarrita y que lindo cantas! Yo tengo una
sorpresa para ti. ¿Sabes qué es? ¡Yo también sé tocar en ella y puedo cantar las canciones que tú
sabes! Mamá Coneja.- ¿deberás, conejito? A ver, quiero oír una canción, pero tu mismo te acompañas.
(Le da la guitarra. Él la toma y se tome a tocar y a cantar.) Conejito.- ¿Vistes mami? Ya sé tocar como
tú. Pero… quiero pedirte un favor. Mama C.- ¿Qué favor es? Conejito.- Quiero que me prestes tu
guitarrita para ir a ver a mis amigos. ¡Quiero que me oigan cantar y tocar! Mamá C.- ¡Eso si que no,
conejito! Tus amigos son muy traviesos y te la pueden quitar. Conejito.- No, mamita, no me la
quitarán te prometo que a nadie se la prestaré. Mamá C.-
Bueno, conejito, llévala y cuídala mucho ya sabes como la quiero. ¡ a nadie se la prestes! ( se las da.)
Conejito.- gracias, mamita, ahorita regreso. 2ª. Escena (Sale corriendo hasta el árbol ahí se recarga y
pega un silbido. Al oírlo, salen dos conejitos y lo rodean. La zorra los acecha asomándose y
escondiéndose detrás del árbol.) Conejito.- Les cantaré una canción y me acompañare con mi guitarra.
(Se pone a cantar mientras los otros lo escuchan.) La zorra.- (Se acerca y muy amablemente le dice):
conejito, préstame tu guitarra. Yo también puedo tocar y cantar. Conejito.- ¡Eso si que no! Mi mamá
me la presto con la condición de que a nadie se la diera yo. La zorra.- no seas malo, conejito. Te
prometo que solo cantaré una canción y enseguida te la doy. Conejito.-
Bueno… solamente una canción. (La zorra coge la guitarra y corre con ella subiéndose hasta la rama
más alta del árbol.) Desde ahí dice: La zorra.- Ya tengo una guitarrita, ahora ya puedo tocar y cantar
todo el día. (Comienza a cantar.) Conejito.- Dame ya mi guitarrita Zorra. Te la presté solo un ratito.
Zorra.- está guitarrita ya es mía. ¡No te la doy! Conejito.- Dámela zorra, no seas mala. ¿No vez que
mi mamá se va enojar conmigo? Zorra.- ¡Está guitarrita es mía! ¿Quién dice que es tuya? ¡Ven a
quitármela! ¡A ver si puedes! Conejito.- (Llorando) ¡Ay…ay! Mi mamita se va enojar y me va
regañar. ¿Quién me ayudará? (Aparece el perro y dice): Perro.- ¿Qué te pasa conejito? ¿Por qué
lloras? Conejito.- Por que esa zorra mala me quitó mi guitarrita y no quiere dármela. Perro.- No llores,
conejito. ¡Yo se la pediré y traeré! Perro.- (A la zorra): ¡Guá…Guá…Guá…!
Mala Zorra baja y dale y dale su guitarra al conejito. Zorra.- ¡Quítamela si puedes! (El perro trata de
subirse hasta donde esta la zorra pero no puede hacerlo. Ladra otra vez y entonces la zorra se esconde.)
Perro: Lo siento mucho conejito… no pude quitársela. Conejito.- Gracias perrito. ¡No sé que voy a
hacer! (Sale el perro. La zorra aparece nuevamente y se pone a cantar.) (El conejito sigue llorando) y
ahí mismo (aparece el gato, se acerca la conejito y le dice): Gato.- ¿Por qué lloras conejito? Conejito.-
Por que está mala zorra me quito mi guitarrita y no se la puedo quitar. Gato.- No llores conejito, yo
le quietare tu guitarrita. (Dirigiéndose a la zorra): Zorra dale su guitarrita al conejito. ¿No ves como
llora? Zorra.- Esta guitarrita es mía. ¡Quítamela si puedes! (Vuelve a cantar.) Gato.- Mira Zorra, si
no se la das subo y te rasguño. Zorra.- ¡Alcánzame sui puedes! (Se esconde.) (El gato la busca
inútilmente.) Gato.- ¡No pude, conejito… lo siento mucho! (Aparece nuevamente la zorra y se pone
a contar.) Conejito.- Gracias de todos modos gatito. (Sale el gato.) (Él sigue llorando.)-(aparece el
Toro y al verlo llorar le dice): Toro.- ¿Por qué lloras conejito? Conejito: ¡por que esa zorra mala me
quito mi guitarrita y no quiere dármela! Toro.- No llores, conejito. ¡Yo se la voy a quitar!
(Dirigiéndose hacia la zorra): Zorra mala, dale su guitarrita al conejito. ¿No ves como llora? ¡Dásela!
Zorra.- ¡No! ¡No se la doy porque ahora la guitarrita es mía! Toro.- Dásela. ¡Si te alcanzo, con mis
grandes cuernos te puedo lastimar! Zorra.- ¡Quítamela si puedes! ¡La guitarrita es mía! (El Toro pega
con sus cuernos en el árbol tratando de tiritar a la zorra, sin conseguirlo. Ella se esconde.) Toro.- ¡Lo
siento mucho conejito, lastima que no pueda subirme al árbol a quitársela! ¡A ver si encuentras a
alguien que te ayude mas que yo! Conejito.- ¡Gracias, buen Toro! ¡Gracias! Nadie puede contra esa
zorra. ¿Qué haré? ¿Quién me ayudará? Zorra.-
(Aparece nuevamente y vuelve a tocar.)-(El conejito llora sin consuelo, cuando aparece una
hormiguita y le dice): Hormiga.- ¿Por qué lloras conejito? Conejo.- ¡Ay hormiguita, la zorra mala me
quitó mi guitarrita! Hormiga.- ¡No te aflijas conejito, yo se la quitaré! Conejo.- ¡Gracias hormiguita.
Eres muy buena, pero no podrás quitársela. Otros animales más grandes que tú, no han podido y yo
no sé qué hacer! Hormiguita.- ¡Mira conejito, deja de llorar y ponte muy listo para que me ayudes.-
(Le dice algo en la oreja. La zorra los ve desde arriba, tratando de oír lo que dice la hormiguita.)
Conejo.- ¿Sabes Zorra lo que dice la hormiguita? ¡Que no sabes cantar no tocar la guitarrita! Zorra.-
¿Qué no sé? ¡Dile que oiga cómo canto! (Lo hace.) Conejo.- Es que la hormiguita no oye desde tan
lejos. Baja a tocar cerca de ella para que te oiga.- (La zorra baja rápidamente y cerca de la hormiguita
se pone a tocar y a cantar.) Hormiguita.- ¿Qué lindo cantas zorra!
Toca otra canción para que el conejito se ponga contento? (La zorra vuelve a cantar acompañándose
en la guitarrita. La hormiguita se le acerca por detrás y empieza a hacerle cosquillas. La zorra deja de
catar y empieza a reírse, suela la guitarrita y el conejito corre con ella hormiguita sigue haciéndole
cosquillas, y ella sigue riéndose y no se da cuenta de que los dos han desaparecido.) (Cuando deja de
reírse, busca la guitarrita y no la encuentra. Muy enojada, se retira amenazadora.) (Por un lado del
escenario entra la Mamá Coneja buscando a su hijo
. Por el otro llega éste con su guitarrita. Al ver a su made dice): Conejo.- ¡Ay mamita qué susto! ¡Aún
estoy temblando! Mamá Coneja.- ¿qué te paso hijito? ¿Por qué tardaste tanto? ¿Perdiste mi guitarrita?
Conejito.- No mamita, aquí está. ¡Pero si supieras…! La zorra mala me la quitó y sino hubiera sido
por la hormiguita, todavía la tendría en su poder. Mamá Coneja.-
¿No te dije que a nadie se la prestaras? Conejito.- Sí mamita, pero… bueno, ¡ya no vuelvo a hacer!
Estoy tan asustado y tan cansado que quisiera dormir un ratito. ¿Quieres cantarme una canción muy
linda para que yo me duerma? Mamá Coneja.- Sí mi hijito, descansa y duérmete. (Acompañada de su
guitarrita, entona un arrullo mientras el conejito se duerme.
EL RATÓN QUE QUISO SER PEPINO

Una huerta con árboles frutales y una mata de pepinos. A un lado del escenario una barda.
Al frente, simulado, el agujero es la casa del ratón. (El ratoncito se pasea por la huerta, se
hacerla a la planta de pepino y al ver un hermoso pepino de dice): Ratón.- buenos días pepino,
¿Cómo estas? Pepino.- Buenos días ratoncito. Estoy bien, gracias, solamente que debo de de
estar aquí quieto, sin moverme, siempre cerca de mama, para poder crecer. Cuando esté
grande, luciré en un hermoso platón de ensalada. Ratón.
Oye pepino (le dice pensativo) si yo me pusiera cerca d ti y me quedara quietecito, sin
moverme, ¿crecería tanto como tú? Pepino.-Puede ser, pero tendrás que quedarte todo el
tiempo aquí sin moverte, ya no podrás pasear por la huerta, ni hacer otra cosa que espera y
espera a que crezcas tanto como yo. Ratón.- Figúrate el susto que se llevaría el gato si yo
creciera tanto o mas que él. Me muero de risa solo de imaginarme sus apuros par cogerme.
Pepino.- Sí, sería muy gracioso. Ratón. bien, entonces nos veremos, mañana; voy a traer algo
que comer para no pasar hambre.
Tú no lo necesitas, por que tu mamá, se encarga de alimentarte, pero yo, tengo que traer mi
comida. Hasta mañana mi amigo. Pepino.- Hasta mañana, ratoncito.
Te espero. (Se oscurece poco apoco y después lentamente se ilumina el escenario, simulando
que ha llegado el nuevo día. Aparece el ratoncito trayendo sobre su hombro un gran bulto
con su comida.) Ratón.- amigo pepino buenos días. Aquí me tienes ya, listo para quedarme
a tu lado y crecer tanto como tú. Pepino.-
Muy bien ratoncito, acomódate junto a mi pasa tu cola sobre esta remita y quédate quieto,
quieto.- (Después de un rato.) Ratón.- Oye pepino ¿no te cansas de estar todo el día y toda la
noche in moverte? Pepino.
No. yo tengo que estar ahí hasta que vengan a cortarme, paro no me aburro. ¡Si vieras cuantas
cosas lindas puedo ver desde aquí!. Veo revolotear a las mariposas oigo cantar a los pajaritos,
me encanta sentir ala lluvia que viene a refrescarme… y así paso la vida. Ratón.- ¡si vieras
pepino que cansado me siento!.
Ya se me entumieron las patitas por no moverlas y mi colita, casi ya no las siento. Pepino.-
Aguántate ratón, ya veras cuando crezcas y seas mas grande que el gato, como te sentirás
contento. Ratón.- Si, solo de pensarlo me dan ganas de saltar de gusto. Pepino.- ¿oíste un
ruido? Ratón ¿Qué podrá ser? Gato.- Miau… miau…
( El gato entra poco a poco por la huerta). Pepino.- ¡ratoncito… es el gato! Ratón.- Si, ya lo
oigo, pero voy a quedarme muy quieto y muy callado a ver si no me ve. Gato.- ¡uf… por aquí
me huele a ratoncito! Pepino ¿oíste? Ratón.- Si, mejor me voy para mi casa. Ya no quiero ser
tan grande como él. Adiós pepinito. Gato.- ¿No decía yo que aquí me olía a ratoncito?
(El gato corre detrás del ratoncito) Ahora veras como te alcanzo y te llevo para mi casa. (El
ratón llega corriendo hasta su agujero, abre la puertecita y apenas alcanza a meterse)
(Después de un rato, cuando el gato se ha ido se asoma y dice): Ratón.- ¡Que bueno que no
he crecido ni un poquito más si no, no hubiera podido entrar a mi casa y el gato me hubiera
comido! Ya no quiero crecer como el pepino mejor me quedo del tamaño que estoy.
(Dirigiéndose al publico): ¿No creen ustedes). (El gato parece y va alcanzarlo, cuando el
rápidamente se mete al agujero).

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