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DOMINGO V Tiempo Ordinario - C

Lago de Genesaret

“Remen mar adentro y echen las redes para pescar”


BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano
ORACIÓN COLECTA DEL DOMINGO V, T.O.- C

“Vela, Señor, con amor continuo sobre tu familia,


protégela y defiéndela siempre, ya que solo en ti ha
puesto su esperanza”.
«Delante de los ángeles
tocaré para ti, Señor»
Salmo (137)
Lucas 5, 1-11

“En aquel tiempo la gente se agolpaba alrededor de


Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a
orillas del lago de Genesaret.
Lago de Genesaret, (o Mar de Galilea),
21 Km. de largo, 12 Km. de ancho.
Zona pesquera en la época de Jesús.
Ese lago era de intensa actividad,
y la gente se congregó para ver
y escuchar a Jesús.

Jesús ya ha comenzado su
predicación.
Él sabe lo que es iniciar un
proyecto, las dificultades
de todo comienzo, los
esfuerzos que son
necesarios.
Él conoce nuestra vida.
Desde allí vio dos barcas que estaban junto a la
orilla; los pescadores habían desembarcado y
estaban lavando las redes.
Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió
que la apartara un poco de la orilla. Desde la
barca, sentado, enseñaba a la gente.
Jesús busca compañeros para realizar su misión.
En la iglesia, los laicos somos necesarios colaboradores.

Jesús busca personas de trabajo, esforzadas.


Personas acostumbradas a trabajar con otros.

Jesús no desdeñó a quienes estaban cansados y fracasados.

Y supo esperar a que acabaran lo que los tenía ocupados y


preocupados.
Jesús toma la iniciativa.
Busca y pide.
No impone, a pesar de tener
poder para hacerlo.

Elige a Simón, luego llamado


Pedro.
Su barca simbolizará a la Iglesia.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón : ´Rema
mar adentro, y echen las redes para pescar`.
Simón contestó: Maestro, nos hemos pasado todo
la noche trabajando y no hemos sacado nada;
pero si tú lo dices, echaré las redes.
Mar adentro. Lo importante no está en cualquier
lugar, ni se lo puede hacer superficialmente
Mar adentro. Con osadía para cumplir la misión.

Hacer lo mejor necesita que cuidemos


las condiciones de que nos rodeamos.

Pedro era un experto, pudo refutar el pedido de Jesús.


Pero tuvo fe y obediencia, condiciones para el apostolado.
Y puestos a la obra, hicieron una redada tan grande
que reventaba la red. Hicieron señas a sus
compañeros que estaban en la otra barca, para que
vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y
llenaron las dos barcas, que casi se hundían.
Llamaron a otros :
se evangeliza en
armonía y
ayudándose

Podemos Si unimos
obtener esfuerzo,
mucho fruto obediencia y
fe
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de
Jesús diciendo : ´Apártate de mí, Señor, que soy un
pecador`
Y es que el asombro se había apoderado de él y de
los que estaban con él, al ver la cantidad de peces
que habían recogido; y lo mismo les pasaba a
Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran
compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón : ´No temas; desde ahora serás
pescador de hombres´. Ellos sacaron las barcas a
tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.”
Palabra de Dios
Dios tiene todo el poder.
Nosotros, limitados como somos, sentimos
temor y reconocemos que no merecemos
acercarnos al Señor.

Pero, en su gran Misericordia, Dios nos ama,


busca lo mejor en nosotros, ignora lo peor, y
nos fortalece para darnos nuevas
oportunidades de servir.
No siempre somos llamados a dejar nuestras barcas para seguirlo,
pero eso no nos impide conocer, amar y servir a Jesús, haciendo
coincidir nuestro camino con el de su voluntad.
Para ayudarlo a “pescar”, que equivale a salvar.
No tenemos que temer.
Señor, ayúdame a dar testimonio de ti
y a compartir la Fe.

«Sean misericordiosos, como también su


Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano Padre es misericordioso» Lc 6, 36

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