Está en la página 1de 7

3.3.

Gobierno Constitucional Puro Monárquico


Se denomina monarquía constitucional a un tipo de organización política en donde un
monarca mantiene la jefatura de estado con un poder limitado por una constitución
nacional. Puede decirse que es un paso intermedio entre una monarquía absoluta y una
monarquía parlamentaria, porque en este caso el rey reconoce limitaciones a su poder en el
marco de la ley suprema. En efecto, en una monarquía constitucional la soberanía sigue
residiendo en el monarca, mientras que, en una monarquía parlamentaria, ésta reside en el
pueblo. Fue fruto de diversos cambios políticos y filosóficos en lo que respecta a la
comprensión de la autoridad, cambios que en muchas ocasiones tuvieron expresiones
populares de gran relevancia, como por ejemplo la revolución francesa.

La soberanía puede definirse como la autoridad para decidir sobre algo o alguien. En el
caso de un soberano, es la capacidad de tomar decisiones que afecten directamente a una
población determinada. En el pasado, cuando la organización política se denominaba
monarquía absoluta, esta potestad residía en la figura del rey, que la tomaba por herencia y
a su vez la legaba a sus hijos. Así, el monarca era considerado absoluto porque podía
imponer normas a los demás, pero estaba exento de que otro le impusiese normas. La forma
de legitimar esta situación era mediante derecho divino, es decir, explicarla bajo el hecho
de que era Dios el que concedía este derecho al gobernante.

Con el advenimiento de nuevas posturas filosóficas que comenzaban a poner énfasis en la


noción de libertad y de igualdad ante la ley, la noción de monarquía absoluta comenzó a
verse desdibujada. En efecto, ya no era concebible que alguien pudiese tener la autoridad de
imponer normas y sanciones a otro pero que estuviese exento de algún tipo de control. Es
por ello que comienza a tomar forma la idea de una monarquía constitucional, esto es, una
forma de gobierno en donde el rey seguía siendo soberano pero que tenía límites al
ejercicio de su poder. Este tipo de circunstancia estuvo influido en buena medida por el
temor a una perdida mayor de poder por parte de los monarcas.

En la actualidad todavía existe un puñado de países en los que se encuentra vigente esta
forma de gobierno. Estas monarquías coexisten con las denominadas monarquías
parlamentarias, formas políticas en donde el rey tiene un rol protocolar, de reducido margen
de acción. Son los últimos resquicios de un tiempo muy distinto del actual.
3.4. Gobierno Constitucional Puro Republicano
El Estado, que es el conjunto de instituciones que ejerce su gobierno y aplica sus leyes con
soberanía sobre un territorio delimitado, necesita que ese poder de mando ejercido por el
gobierno, se halle organizado de algún modo. Así puede ser monárquico o republicano. La
República puede estar constituida sobre un Estado espacialmente dividido en territorios
autónomos, lo sería una República Federal como el caso de Argentina, o con un poder
centralizado sobre todo el territorio del país, lo que constituiría una República Unitaria,
como por ejemplo, Uruguay. También pude ser la república, una democracia o una
aristocracia, como la república concebida por Platón, que en realidad se llamaba “politeia”
donde se aspiraba a que gobiernen los mejores, en una forma donde se entremezclaban
rasgos de la democracia con los de la aristocracia.

Existen repúblicas presidencialistas, como el caso de Estados Unidos, Argentina y Ecuador,


donde el jefe de Estado y el de Gobierno, elegido por el pueblo, coinciden, y
parlamentarias, donde están diferenciadas las funciones del Jefe de Estado y del Jefe de
Gobierno, que es elegido por el Parlamento, frente al que es responsable políticamente,
como Alemania, Austria, Israel y Grecia.

República proviene del vocablo latino res (cosa) pública, perteneciente al “populus” o
pueblo, significando que el poder reside en el pueblo, que lo delega transitoriamente en sus
representantes. Esta es una diferencia fundamental con los gobiernos monárquicos donde el
soberano tiene carácter vitalicio, y muchas veces, hereditario.

Una característica fundamental del sistema de gobierno republicano es la división de


poderes, constitucionalmente establecida, que son usualmente tres, divididos en cuanto a
sus funciones específicas: un órgano administrador, representado en el Poder Ejecutivo,
otro “hacedor de leyes” llamado Poder Legislativo, y otro que tiene la misión de aplicar
esas leyes en los casos específicos sometidos a su apreciación, que es el Poder Judicial. La
división de poderes ya estuvo propugnada por Montesquieu, como un modo de equilibrar y
controlar el poder evitando abusos por parte de quien lo detenta.

Otras características de la República, son: la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos;
los gobernantes son responsables ante el pueblo que los eligió, por sus actos de gobierno; y
la publicidad de dichos actos, que no deben ser secretos, sino puestos a conocimiento del
público para poder ser controlados. Esto se hace a través del Boletín Oficial, los diarios de
las sesiones legislativas, o la colección de fallos de la Corte Suprema.

3.5. Gobierno Parlamentario


En este régimen, el Poder Legislativo (representado por el Parlamento) elige a quienes
ejercerán el Poder Ejecutivo (el gobierno). En esta clase de sistema, el jefe de
Gobierno o Primer Ministro no es el mismo que el jefe de Estado: el primero preside
el Poder Ejecutivo, mientras que el segundo puede ser un monarca que accedió a su
condición de manera hereditaria o un representante seleccionado por el Parlamento. La
población elige a través de su voto a los integrantes del Parlamento y luego los
parlamentarios votan al jefe de Gobierno. Distinto es el caso del régimen presidencialista,
en el cual la gente vota de manera directa al líder del Poder Ejecutivo (el presidente).

Quienes defienden el régimen parlamentario destacan que, al ingresar diversos partidos


políticos al Parlamento, las decisiones tienen un alto consenso social. El jefe de
Gobierno incluso debe responder ante el Parlamento, lo que implica una mayor
participación en la política activa que dirige los destinos de un país. Actualmente en el
régimen parlamentario suelen convivir un Primer Ministro, que gobierna junto a su
gabinete, y un jefe de Estado, que actúa como mediador y que cuenta con atribuciones muy
específicas. El Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, mientras tanto, interactúan de
acuerdo a lo establecido por la Constitución: por lo general el Parlamento puede destituir
al Primer Ministro y éste puede disolver el Parlamento en ocasiones extraordinarias. Para
entender mejor este concepto, veremos algunos ejemplos reales de países que adoptaron el
régimen parlamentario. En primer lugar, podemos hablar de Europa del Este, donde se da
la concentración más grande de este tipo de gobierno, más específicamente en los
siguientes países: Bosnia, Albania, Estonia, Croacia, Letonia, Hungría, Serbia, Rumania,
Eslovenia y Eslovaquia.
En el oeste de Europa también encontramos países con régimen parlamentario; tal es el
caso de Italia, Grecia, Austria, Alemania, Malta, Portugal y Moldavia, y muchos de ellos
asimismo son estados unitarios. En un estado unitario, se da una organización que cuenta
con un gobierno centralista que delega en ramas administrativas ciertas facultades menores.

Pasando al sudeste de Asia, están Bangladesh y Timor Oriental, dos países que cuentan con
un régimen parlamentario. No podemos dejar fuera de esta lista a la India, que cuenta con el
segundo puesto en cantidad de habitantes a nivel mundial, después de China. Pakistán,
Líbano, Irak e Israel son otros países con gobiernos parlamentarios, en este caso, en
el Medio Oriente. El Líbano tiene una situación particular, ya que también sostiene
un sistema llamado Confesionalismo, el cual permite la distribución del poder entre los
diversos grupos religiosos del país.

Ya en el continente Africano, tenemos tres países con régimen parlamentario: Etiopía,


Mauricio y Cabo Verde, aunque estos últimos dos se encuentran en territorios insulares.
Mauricio adoptó este tipo de gobierno en el año 1968, cuando se independizó de Reino
Unido, mientras que Cabo Verde lo hizo más recientemente, en 1980.

Es importante señalar que el régimen parlamentario está presente en otras partes del mundo,
aunque no con tanta densidad como en las mencionadas anteriormente. Por ejemplo, en el
Pacífico Sur existe Samoa, una nación ubicada a 500 kilómetros de Fiji. También se
encuentran Dominica, y Trinidad y Tobago, dos países que llevan algunas décadas con este
régimen; la primera lo adoptó en el año 1979, con su Reforma, y la segunda, tras
independizarse de Reino Unido en 1976.

3.6. Gobierno Dictatorial

Una dictadura es un gobierno que prescinde del ordenamiento jurídico y de la legislación


vigente para ejercer, sin ningún tipo de oposición, la autoridad de un país. El término se
hace extensivo al país con esta forma de gobierno y al tiempo que dura este tipo de
mandato.
La dictadura suele concentrar su poder en torno a la figura de un único individuo, que
recibe el nombre del dictador. Adolf Hitler y Benito Mussolini son dos ejemplos de
dictadores.
Al acceder al poder, ya sea por vía democrática o mediante un golpe de Estado, el dictador
suele formar un gobierno de facto donde no existe la división de poderes y se impide que la
oposición llegue al gobierno por medios institucionales (se suspenden las elecciones y se
prohíben los partidos políticos, por ejemplo).
La noción de dictadura se remonta a los tiempos romanos, cuando se podía conceder la
autoridad suprema a una persona (el dictador) en los tiempos de crisis, generalmente
vinculados a las guerras.
Con el tiempo, las dictaduras pasaron a ser predominantemente dictaduras militares, donde
el dictador es sostenido por la fuerza militar que se encarga de la represión de los disidentes
y de imponer el terror para evitar el disentimiento. También puede hablarse de dictaduras
constitucional es cuando, bajo el aparente respeto de la Constitución, un dictador viola la
legislación para ejercer el poder.
Por último, más allá de la organización política y social, se conoce como dictadura a toda
fuerza dominante que ejerce un predominio. Por ejemplo: “La dictadura de la estética se
impone en la vida de las adolescentes”.
Dictadura, un tipo de totalitarismo:
Se conoce como totalitarismo una ideología en la que no existe la individualidad de los
seres que conforman la sociedad; es decir, que suprime el libre albedrío y las personas
existen en tanto y en cuanto forman parte de la sociedad y colaboran para el normal
desempeño de la vida de ésta.
En cada totalitarismo las ideas hegemónicas varían de acuerdo a la ideología que la
sustente, las cuales siempre son extremistas. En lo que respecta a las dictaduras, también
están guiadas y enfocadas desde una ideología. La dictadura del proletariado, por ejemplo,
estaba basada en las ideas marxistas y era un credo que perseguía a aquellos que se
aferraban a otras ideas políticas pero que era tolerante con el proletariado y el campesinado.
Su diferencia con el resto de las dictaduras existentes hasta el momento, era que en este
caso la hegemonía estaba de acuerdo con las ideas de las clases más desfavorecidas,
mientras que las anteriores, representaban las ideas de la clase alta o la nobleza. En lo que
se refiere a las dictaduras con orientación fascista, los intereses que la sustentan son los que
definen a una etnia o cultura. Las personas que forman parte de la sociedad no existen
como seres individuales a menos que se sientan identificados por la causa y obren en torno
a la “voluntad” de la etnia.

A diferencia de otras dictaduras, el pensamiento doctrinario fascista se auto reconoce como


el único válido y asume su rol de idealista totalitario, imponiéndose a la diversidad cultural
reinante. Y lo hace imponiendo una figura autoritaria a la que los pobladores deben rendirle
culto y subordinarse.
Cabe mencionar que uno de los recursos utilizados por las dictaduras para imponerse es la
violencia y los abusos de autoridad. Los ciudadanos terminan obedeciendo y considerando
al líder como alguien ideal por temor a ser humillados o incluso asesinados; de este modo
se mantiene la hegemonía de las ideas radicales, a través del miedo y la extorsión.
Uno de los objetivos de toda sociedad es impedir que estas situaciones vuelvan a tener
lugar en ellas porque la llegada de una dictadura al poder no sólo conlleva a la supresión de
las libertades individuales sino que además acarrea miles de muertes y desapariciones.

3.7. Gobierno Presidencial

Tipo de régimen político característicos de los Estados democráticos contemporáneos, junto


con el sistema parlamentario. Diversos observadores y estudiosos en la materia coinciden
en que los principales elementos distintivos del sistema presidencial puro son:

1) Que el Jefe de Estado (Presidente) es elegido popularmente;

2) Que éste no puede ser despedido del cargo por una votación del parlamento o el
Congreso durante su periodo de gestión pre-establecido;

3) Que el Presidente encabeza o dirige de algún modo el gobierno que designa.


Es importante señalar que la manifestación del sistema presidencial en diversos países varía
según su propia historia institucional; no obstante, se pueden describir otros elementos que
en lo general son comunes en sus diferentes manifestaciones en el orbe:

1. El Poder Ejecutivo es unitario y está depositado en un Presidente que es, al mismo


tiempo, jefe de Estado y jefe de gobierno:

2. Ni el Presidente ni los secretarios de Estado, como regla general, pueden ser


miembros del Congreso;

3. El Presidente puede estar afiliado a un partido político diferente al de la mayoría del


Congreso;

4. Los periodos del Ejecutivo y del Legislativo son fijos, y la existencia de estos
poderes es independiente de la voluntad política del otro, por lo que la división de
poderes es inherente.

3.8. Tendencias Actuales de las Formas de Gobierno

También podría gustarte