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Historia de la Sociología en Guatemala

La sociología surgió de la Iluminación, poco después de la Revolución Francesa, como una ciencia
de la sociedad positivista. Su génesis se debe a varios movimientos claves en la filosofía de la
ciencia y la epistemología. El análisis social en un sentido más amplio, sin embargo, tiene sus
orígenes en las acciones comunes de la filosofía y necesariamente es anterior al campo. La
sociología académica moderna surgió como reacción a la modernidad, el capitalismo, la
urbanización, la racionalización y la secularización, teniendo un interés particularmente importante
en el surgimiento del estado nación moderno, sus instituciones componentes, sus unidades de
socialización y sus medios de vigilancia. Un énfasis en el concepto de modernidad, en lugar de la
Iluminación, a menudo distingue el discurso sociológico de la filosofía política clásica.

Dentro de un breve período de tiempo la disciplina amplió considerablemente y separó, en


maneras tópicas y metodológicas, en particular como resultado de reacciones múltiples contra el
empirismo. Se marcan los debates históricos en términos generales por las disputas teóricas sobre
o la primacía de la estructura o la agencia. La teoría social contemporánea ha tendido hacia el
intento de conciliar estos dilemas. Aunque durante los últimos años las tendencias posmodernistas
han experimentado un aumento en la teoría muy abstracta, nuevos métodos cuantitativos de
recopilación de datos también han surgido, y siguen siendo herramientas comunes para los
gobiernos, empresas y organizaciones.

La investigación social surgió de la sociología, pero desde entonces ha adquirido un grado de


autonomía dado que profesionales de otras disciplinas comparten su propósito. Del mismo modo,
la "ciencia social" ha llegado a ser apropiado como término general para referirse a las disciplinas
diversas que estudian la sociedad o la cultura humana.

La Educación en Valores

La educación en valores es el proceso por el cual las personas incorporan normas éticas en su
aprendizaje habitual.1 Puede ser implementado a través de una actividad que tenga lugar en
cualquier organización de enseñanza formal o no formal, donde las personas reciben pautas
morales para una convivencia orientada en principios y valores humanos.

La educación en valores se basa en la experiencia individual y colectiva, para evaluar la eficacia de


determinados comportamientos asociados con el bienestar y la reflexión. El objetivo es
proporcionar una formación integral, vertebrada en la armonía (propiedad esencial de toda
verdadera educación).

La misma puede tener lugar en el hogar, así como en las escuelas, los colegios, las universidades,
las cárceles, y otras organizaciones de diversa índole.

Hay dos enfoques principales para esta concepción pedagógica: algunos lo ven como una forma
posible de inculcar o transmitir una serie de valores que a menudo provienen de reglas sociales,
religiosas, éticas o culturales; otros lo conciben como una especie de diálogo socrático, donde las
personas internalizan en forma gradual, la propia comprensión de lo que es la buena conducta
para ellos y su comunidad.
Origen y desarrollo de los valores

Al hablar de “valor” estamos tocando el tema central de la axiología. Antiguamente, los valores:
bien, belleza, justicia, etc. fueron el tema central de las tesis de varios filósofos, pero no fueron
estudiados como valores en sí, pues el valor para ellos estaba incluido en el ser, e incluso hay quien
dice que los valores no son más que los viejos modos del ser, postulados por Aristóteles. Ahora
bien, un valor en sentido axiológico no existe por sí mismo.

Los valores podríamos decir son “cualidades o propiedades” de los objetos, pero no solo de
objetos físicos, ya que este tipo de cualidades también se adhieren a las formas y estados
psicológicos. Es por ello que hablamos de un sentido del “valor” como intrínsecos al ser humano,
pues existen desde el momento de su nacimiento.

Es la civilización griega la que primeramente hace mención a los valores, los cuales eran de suma
importancia, para ellos son cuatro los principales: la democracia, la libertad, la belleza y la verdad.
Existía dentro de su sociedad una búsqueda profunda de la verdad, principalmente por los grupos
de intelectuales o filósofos, pero es durante la etapa del Imperio Romano cuando la legislación y el
nacimiento del derecho se hacen presentes, los romanos se encargan de “expandir la cosmovisión
griega”, y eso es a lo que se denominó el mundo GRECORROMANO

Debemos recordar que la religión Romana y griega, tenía como principal característica el ser
ritualista y prácticamente vacía, pues sus Dioses, figuras como Zeus, Afrodita, Hera, Cronos, Apolo,
Atenea, por mencionar algunos eran humanos e imperfectos. Carecían entonces de un sentido
correcto de la verdad, que nosotros encontramos dentro de la figura de Jesucristo.

A partir del siglo IV la teología cristiana contribuyó a la aparición de un nuevo horizonte, calificado
por Zubiri como horizonte de la nihilidad. "La idea de una creación ex nihilo (de la nada) hace
aparecer todas las cosas, vistas desde Dios, como una nada. La teología llama entonces la atención
sobre algo que Grecia ignoró: “la realidad del espíritu humano como capacidad de entrar en sí
mismo para descubrir allí la manifestación del Espíritu infinito de Dios. De este modo el hombre
queda segregado del universo y proyectado excéntricamente sobre la divinidad"

La democracia.

La democracia (del latín tardío democratĭa, y este del griego δημοκρατία dēmokratía) es una forma
de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía. En sentido
estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas
son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que
confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de
convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se
establecen conforme a mecanismos contractuales.

La democracia se puede definir a partir de la clasificación de las formas de gobierno realizada por
Platón, primero, y Aristóteles, después, en tres tipos básicos: monarquía (gobierno de uno),
aristocracia (gobierno «de los mejores» para Platón, «de los menos», para Aristóteles), democracia
(gobierno «de la multitud» para Platón y «de los más», para Aristóteles).
Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas
reconocidas por el pueblo como sus representantes. Hay democracia participativa cuando se aplica
un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal
modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la
ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios consultivos.

Finalmente, hay democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por los
miembros del pueblo, mediante plebiscitos y referéndums vinculantes, elecciones primarias,
facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular de leyes, concepto que incluye la
democracia líquida. Estas tres formas no son excluyentes y suelen integrarse como mecanismos
complementarios en algunos sistemas políticos, aunque siempre suele haber un mayor peso de
una de las tres formas en un sistema político concreto.

No debe confundirse República con Democracia, pues aluden a principios distintos, la república es
el gobierno de la ley mientras que democracia significa el gobierno del pueblo.

Los acuerdos de Paz

Los Acuerdos de Paz son una docena de acuerdos que fueron suscritos por el Gobierno de la
República de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG-, entre 1991 y
1996, para alcanzar soluciones pacíficas a los principales problemas que generó el Conflicto
Armado Interno (García, s.f., p. 1).

En palabras más simples, son los acuerdos que pusieron fin a la guerra y decretaron la paz entre el
Ejército de Guatemala y la Guerrilla, un conflicto que azotó al país durante más de tres décadas.

La firma del acuerdo final y definitivo se llevó a cabo el 29 de diciembre de 1996 en el Palacio
Nacional de la Cultura. El enfrentamiento empezó en 1960 y dejó un saldo de 250 000 entre
muertos y desaparecidos (Comisión para el Esclarecimiento Histórico, s.f., p. 17).

Un informe divulgado en 1998 por el sacerdote Juan José Gerardi Conedera determinó que más del
90 por ciento de las masacres que se registraron en la guerra y que dejaron miles de muertos
fueron cometidas por el Ejército de Guatemala (El informe REHMI, s.f.).

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