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El capital. Capítulo 1. La mercancía.

En este capítulo del capital de Karl Marx se nos presenta la forma en que se
determina lo que es una mercancía. En primer lugar una mercancía es un objeto
que tiene la finalidad de satisfacer las necesidades de una persona o de una
sociedad. En este caso una mercancía sería todo lo necesario para que una
persona o una sociedad puedan sobrevivir. La forma en que se les otorga un valor
tiene que ser en primer lugar por medio de equivalencias, lo que significa que
entre varias mercancías debe de existir un consenso sobre su valor, por ejemplo
que cinco chicles sean equivalentes a tres paletas. Para otorgarle un valor
específico a una mercancía se hace por medio del trabajo socialmente necesario
para producir dicha mercancía.

Las mercancías tienen como característica fundamental la posesión de dos


valores distintos los cuales son el valor de uso y el valor de cambio. El valor de
uso consiste en la utilidad que se le dé a esa mercancía, por ejemplo unos
pantalones poseen un valor de uso el cual es el de una prenda de vestir, sirve
para vestirse. El valor de cambio es el valor de la mercancía para ser
intercambiada por otra distinta, por ejemplo un pantalón lo puedo intercambiar por
dos lienzos de mezclilla o por 50 jitomates. El valor interesante para la economía
es el valor de cambio pues es este el que permitirá que las mercancías puedan
fluir y la producción, distribución y consumo podrán tener cierto balance, pero eso
no significa que el valor de uso no sea importante, pues si un objeto carece de
este valor, no importa cuántas horas se le haya invertido para su producción, este
será inservible para la sociedad y no se podrá intercambiar por nada.

En las diferentes formas del valor, la más general desemboca en lo que es el


dinero, siendo este una mercancía especial para obtener más mercancías, al se le
adjudican características inexistentes pues su valor es en realidad el de otras
mercancías distintas, más específicamente el oro, y en realidad la producción del
dinero real no vale lo que realmente se le otorga, siendo esto un fenómeno
conocido como el fetichismo.

José Rafael Ramos Real

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