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INTRODUCCION 1, gFAusaMexTE OMIEXTADOS [OR EL. HENMANO GRANDE? ‘A ls pregunta de cuil es el objeto de estudio de la filosofia de Ta ciencia podra darse la siguiente respuesta: “Nadie sabe de qué ata Is Bldsofia de la ciencia; es una disciplina earente de objeto”. Esia respuesta recordaria el modo como B. Russell caracterizi uns ver Ia matemitica. Pero mientras que él queria hacer ver, con ru acteristicn humorismo, cuél es el problema del conocimiento mate- fon el caso presente podria entenderse la respuesta totalmente fen serio, y esto significa aqui: con toda la malevolencia. Esta afirmacién podrin apoyarse en wna comparncién con la situa cién en la Blosofia de la matemitica. La evolucién de Ta Blosofia ‘de la matemitica hacia una ciencia exacta, llamada metamatemdtica, Tue debida 1 a crisis de fundamentos on las matemAtieas. Dado que ata erisis fue provocada por el descubrimiento de las antlnomias {i la tenria de conjuntos, suele describirse coma si se hubiese tatado ‘Oe un acontectmignto trigico on la matemética moderna. Si se considera este suceso bajo el aspecto de su efecto, se llega ex cambio u un juicio en sentido opuesto: el descubrimiento de las atinamias fue un suceso sumemente ofortunado, pues hizo ver la vwcesidad de formalizar y precisar el objeto de estudio de la flosofia Yo Ia _matomaticn, Las ideas intuitivas del pensamicrte matemético ‘ vieron sustituidas por objetos exactamente describibles y a flo- seein de In matemitica se transformé en la investigacién de funda- jmentos matemiticns, 1a cual Tlevé en todas sus ramificaciones hacia Uiseiplinas que, en cuanto a su grado do protsién, no tenian nada que envidiar a In matematica y que actualmente son consideradas parte de Ia matemities misma. En las eiencias empiricas por desgracia no se ha dado ninguna i ad lt ae cee 1B ESTRUCTURA ¥ DINAMICA DE TEORLAS cuisis de este tipo. ¥ par esto no ha lubido tampoco a necesided de transformar las consirucciones de conceptos y teorias de estes disciplinas en objetos apropiados para estudios metatedricos exactos. Se ha hecho slo como sf estos objetos estuviesca ya presentes. Tan pronto como se pasaba a los detalles, se quedaba uno satisfecho o bien on primitives modelos auxiliares que se podian formalizar en un fragmento de los lenguajes simbélicos de primer orden, © bien con alusiones a “lo que los cieatificos profesionales realmente hacen”. Conira ef primer método puede objetarse que sus resultados son tan [poco representativas de la ciencia moderna como inadecuada es la imagen que puede darse de los tipas de argumentacién en la mate- mitica modema utilizando sélo la Wigica sentencial positiva. Contra fl segundo método puede arguirse «que no Mevard seguamente a resultados mis exactos qua los que haba conseguido la filosofia de Ia matematica antediluviana, si, para seguir las exposiciones corrientos, ‘consideramos el suceso feliz antes mencionado como un diluvio sna- tematics, De este modo quedaba como tinica salida una filosofie del como-si, que seguia las orlentaciones del hermano grande metamatensdtica: Jo que allf habia resultado ser tan fructifero también tenia que serlo aqui. LY el Sead Fed AER |Una de [as ideas mas findamentales de la légica y de Ia meta- Tmatemética modernas es Ia idea de que las teorias son determinados sistemas 0 clases de enunciados. Las investigaciones se concentran en el estudio de las relaciones de deducciin logica que existen entre Jos olomantos do estas clases. Llunaré a este tipo de consideracién el modo de consideracién microlégico y a la concepcién de las teorias ‘como clases de enunciados la lamaré statement view de las tcorias | jo concepeién enunciativa de les teorias, io puede negarse qué estos dos modos de pensar han tenido un gran érito en Id investigacién de fundamentos matematicos, Pero ‘esto no es una evidencia a priori, sino una consecuencia de la proble~ mitica que alli se plantea, Tanto si se trata de cuestiones del tipo de si un sistema axiomatico es consistente, como de si cada uno de los axiomas es independiente de los demis, 0 de si un sistema es com- plelo o contiene enunciados indlecidibles, 0 de si el problema de la Uccidibilidad es soluble: en cualquier caso se trata siempre de cues- liones que atafien a la prueba de entunciados o a la deducibilidad de unos enunciados a partir de otros. | | sernopucci6N 19 Puede comprenderse que, dado el gran progress ex metamate- tniticas, us filbsofos de la clencia se sintleran ineongcientemente incl fnados a imitar la statement view y el andlisis mictolbgico. Tl Lingui mno filsdfico, que hoy dia esté tan de moda como el psicologismo + fines del siglo pasado, todavia acentud mis esta 'A pesar de esto, no ¢s mas que un prejuicio ‘ol creer que modes de pensar y métodes que han resultado fructiferos en wn ‘camp ‘A también tienen que serlo en un campo B. Una ereeneia semejante puede incluso convertirse en un mito. gAcaso es Ja efeencia en la Flatement view y en el éxito de los andlisis microlégicos uno de estos jnitos, al cual, s1 esto no diera lugar a falsas asociaciones, podria denominarse el mito de Hilbert Gédel-Tarski? ‘Algunos filésofos parccen haber sacado una conclusion de sie tipo, Pero. en vez de buscar mejores métodos, linn fomado una decisién répida y se han rebelado contra In Slosofia de Ia ciencia en general. 2. Reweiidw conraa 1A PiLOSOFEA DE LA CIENCIA NEvOLUCION DE LA FiLosorla DE LA cunclA? La rebelién empezé hace unos doce aiios. Se levant6 cantra todos Jos aspectos de lo que en forma sumaria podria lamarse el andlisis Iégico-empirista de In filosofia de la ciencia modema. Se atacaron iInstramento, método, contenido y supuestos de la Slosofia de la ciencia moderna. El fastrumenta es para el Gldsofo de la ciencia actual, lo mismo | que para el ligico y para cl metamatemético, In logics _modema, Ti nutocto es ef andlisis y roconstruccién lgicos de lenguajes cient{- | frcos, sistemas conceptuaies y teorias. Incluso si la filosofia de la cien- Jela tuviera éxito —lo cual, segiin opinién de los rebeldes, no pusde fer debido a sus falsos supuestos—, sur resultados serian escasos ¥ de ‘poco valor informative. Dado que todos los analisis 1ogicos se ocupon Pio de la forma, y no del contenido, se desprende que con métodos Togicos s6lo puede Tlogarse a enunciados vélidas para todas las ciencias ppusbles: sobre ln forma logica de todas las explicaciones clentiicts osibles; sobre In forma légica de todas las leyes ‘posibles; sobre la reructura légica do todas las teoras posibles; sobre la relaciOn légica | entre cualesquiera hipétesis y cualesquiera datos empirieus que Is 20 estmucrum ¥ pivixaca pe rons apoyan, Pero lo que tiene un verdadero valor informative y que por tanto es de un verdadero interés flosdfico no es justamente lo general, sino; explicaciones cientificas especiales; dleterminedas leyes y deler- ininedas teorias; determinados modos de argumentaciéa en las distin- tas ciencias especiales. La analogia entre los conceptos metatesricns, logicos y cientifico- filoséficos parece confirmar esta sfirmacién, aunque no necesaria- mente se desprende de ella el reproche de falta de interés: el lépico en cuanto metatedrico se esfuerzn por clasificar conceptos como “es verdadero”, “es Idgicamente vilido”, “es demostrable”, “es deducible de", que se reficren a emmeiados, conceptos como “es una deduc- cién”, “es una prueba”, que se reficren a series de enunci finalmente concoptos come “es consistente”, "es completo”, cursivamente indecidible”, que se refieren a sistemas de enunciados. Andlogamente, c! filisofo de la cicncin en cuanto metatesrico intenta precisar conceptos como “es un protocole observ: ", “es una ley”, “carece de sentido”, “es un dato que apaya (que confirma, que corrobora)", que son prediendus de enunciadon, couceptos camo “es una explicacién causal”, “es una explicacién estadistion", que se rehie- ren a series o clases de enunciados, y “es una teoria”, que tienen como objeto sistemas de enunciades. Incluso si, mediante diferenciacionesy especializaciones apropia das, a filosofia de la ei s¢ Hlegar a conocimientos deta- llados (sobre las explicaciones fistiricas, sobre las argumentaciones en has ciencias literarios, sobre las leyes de la fisica cudntice, sobre teorias bfoligicas), segiin In concepcién de los rebeldes soguiria estan- do condennda a esterilidad por el contenido: tendria que conten- tarse con el aspeeto estitica de Ins ciencias y por tanto eon “instan- téneas” de ciertos estados momentineos de los sistemas cientificos. Lo que en Ins ciencias particulares es sealmente interesante o impor- lante se refiere # su cambio y evohucitn, o sea, a su aspecto dindmico, 1 cual, sin embargo, escapa totalmente al anilisi Para poder ‘aspecto un objeto de estudio adecundo hay que sustiluir ligice por el histdrico. Asi se explica que los cuatro repre | sentante in notables de la polémica conten Ia filosofia de la corriente, N. I, Lnnsou, St. Toulmin, T. S. Kuhn y P. Feyerabend, dispongan de extensos eon historia de in eiencia y traten apoyar su er las concepciones corrientes. con argumentos anrronuccids ai Pero la critica no s6lo se dirige contra la légica como instrumento y contra Ia analogia con los conceptos metaldgicos como objetos de estudio en Ia filosofia de In ciencia. También han sufrido fuertes ataques las diversas variantes de los supuestos empiristas. La idea de que todas las ciencias especiales que se ocupan de algiin modo de Ja realidad tienen una base empirica, se ha convertido, segiin Ia con- cepeidu de estos exiticos, en un prejuicio que ha conducido a la filo- sofia de la ciengia por mal camino. Sefialemos dos ejemplos: el len- gusje de la ciencia aparece dividido en el lenguaje tedrico y el Fengusje observacional. El programa empirista de la filosofia de la siencia en sentido amplio consiste en Ia tarea de mostrar de qué modo pueden interpretarse los términas tedricos por medio de los términos del lenguaje observacional, los dnicos que se suponen plens- mente comprensibles, Desde que Hanson introdujo Ia expresién "ear- ga tedriea de todas Ins: jones”, Ia concepeién de los dos aive- Tes de la teorfa de Ie ciencia ha sido cada vez mis criticade y Sual mente se legé a sostener que la nocién misma de los dos niveles esti basnda en una fieei6 “pies-no-existo-el-ebserecdor— Dregs cere sa gv map trata de un fantasina floséfico, Otro ejemplo lo constituyen las teorias rivales de la confirmacién inductioa y de la corroboracién deductiva.” Segin los criticos no se consideran aqui procedimientos ficticos que se dan en las ciencias particulares y que son idealizados por’ el fldsofa de ta clencia. Mas bien se atribuye en ate caso a los eienti- ficos modas de argumentacién que no han existido nunco, ni siquiera en ena forma primitiea, Como. veremos mis adelante, segin Kuhn, por ejemplo, no existe ni un solo suceso conocido en la historia de las clencias exactas que se parezea al “patrin de a falsacién” de una teoria por parte de la experiencia. Ast gcurrié que algunos flésofos Negara al convencimiento de que en la filosofta de las ciencias hay que tomar un punto de partide completamente nuevo. Lo que primero parecia ser solamente una rebelién esotérica contra la filosolia de la ciencia {ue convirtiéndose en una rovohicién de Ie flosofia de Ta ciencia. La aportacién més conocida y seguramente In més importante hasta ahora al "new approach” esté contonida en ta obra de T. S. Kuhn: The Structure of Scientific Revolutions, En el cap. IX nos basaremos fundamental mente en este trabajo. Pueden darse varias razones para esta elec- eign, Ln primer lugar, discutir todos los trabajos de los autores men-

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