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El primer periodo en la historia de la filosofía se denomina “período cosmológico” ya que orienta sus investigaciones

al estudio del cosmos, del universo. Esto imprime a las especulaciones filosóficas el carácter de naturalistas ya que se
sostiene una unidad de la physis, no existiendo ninguna realidad trascendente a ella.

El problema principal de la filosofía naturalista es entonces el problema de la Physis; sin embargo, es necesario
advertir que bajo ese concepto se incluye tanto una idea física o científica como una idea metafísica o filosófica ya que
aún no se encuentran debidamente distinguidas la ciencia de la filosofía. La naturaleza puede ser entendida como
sinónimo de universo y en tal supuesto, se identifica con la totalidad de los seres en tanto que, desde un punto de
vista metafísico, será equivalente a preguntarse por la esencia, esto es, un modo de ser de los seres.

El aspecto físico de la naturaleza se caracteriza por las notas de la pluralidad y el cambio, que son percibidos por los
sentidos, en tanto que el aspecto metafísico de la physis, por el contrario, pone de relieve la unidad y la estabilidad,
solo captada por la razón.

Esta dualidad en la concepción de naturaleza genera un segundo problema: el de la explicación del movimiento o
devenir, ya que en todo cambio hay algo que permanece (caso contrario el cambio implicaría la aniquilación de lo que
es) y algo que muta.

Finalmente, una profundización en la idea de la physis conducirá las investigaciones a la búsqueda del arje,
elemento primordial o fundamento de lo existente, que cumple las funciones de origen, término, sustrato y causa.
Ante esta cuestión, los primeros filósofos darán respuestas que podríamos señalar como “materialistas” (si bien no se
encuentra aún definida la distinción entre materia y espíritu, lo que será muy posterior) ya que atribuyen a dicho
principio las características de un elemento material o bien como “racionalistas”, ya que lo conciben como un
elemento formal. Son representantes de la primera las doctrinas de los milesios y en parte, la de Heráclito, en tanto
que Parménides, y de alguna manera, Heráclito, son representantes de la segunda postura.

El primer periodo en la historia de la filosofía se denomina “período cosmológico” ya que orienta sus
investigaciones al estudio del cosmos, del universo. Esto imprime a las especulaciones filosóficas el carácter de
naturalistas ya que se sostiene una unidad de la physis, no existiendo ninguna realidad trascendente a ella.

El problema principal de la filosofía naturalista es entonces el problema de la Physis; sin embargo, es necesario
advertir que bajo ese concepto se incluye tanto una idea física o científica como una idea metafísica o filosófica ya que
aún no se encuentran debidamente distinguidas la ciencia de la filosofía. La naturaleza puede ser entendida como
sinónimo de universo y en tal supuesto, se identifica con la totalidad de los seres en tanto que, desde un punto de
vista metafísico, será equivalente a preguntarse por la esencia, esto es, un modo de ser de los seres.

El aspecto físico de la naturaleza se caracteriza por las notas de la pluralidad y el cambio, que son percibidos por los
sentidos, en tanto que el aspecto metafísico de la physis, por el contrario, pone de relieve la unidad y la estabilidad,
solo captada por la razón.

Esta dualidad en la concepción de naturaleza genera un segundo problema: el de la explicación del movimiento o
devenir, ya que en todo cambio hay algo que permanece (caso contrario el cambio implicaría la aniquilación de lo que
es) y algo que muta.

Finalmente, una profundización en la idea de la physis conducirá las investigaciones a la búsqueda del arje,
elemento primordial o fundamento de lo existente, que cumple las funciones de origen, término, sustrato y causa.
Ante esta cuestión, los primeros filósofos darán respuestas que podríamos señalar como “materialistas” (si bien no se
encuentra aún definida la distinción entre materia y espíritu, lo que será muy posterior) ya que atribuyen a dicho
principio las características de un elemento material o bien como “racionalistas”, ya que lo conciben como un
elemento formal. Son representantes de la primera las doctrinas de los milesios y en parte, la de Heráclito, en tanto
que Parménides, y de alguna manera, Heráclito, son representantes de la segunda postura.

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