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*** w08 15/5 pág. 32 párr. 13 Puntos sobresalientes del libro de Hechos ***
; 21:13. Mantenernos íntegros hacia Dios es más importante que conservar nuestra vida.
¿Qué nos ayudara a cultivar ese mismo espíritu? detalle interesante…en donde estaba alojado
Pâblo???
Se menciona por última vez a Felipe unos veinte años después. Al final de su tercer viaje
misional, Pablo desembarcó en Tolemaida. “Al día siguiente —dice Lucas, el compañero de
viaje de Pablo—, partimos, y llegamos a Cesarea, y entramos en casa de Felipe el
evangelizador.” Por aquel entonces, Felipe tenía “cuatro hijas, vírgenes, que profetizaban”
(Hechos 21:8, 9).
Aunque parece ser que Felipe se había establecido en Cesarea, no había perdido su
espíritu misional puesto que Lucas lo llama “el evangelizador”. Esta expresión a menudo
designa a aquel que abandona su hogar para predicar las buenas nuevas en territorios
vírgenes. El que Felipe tuviese cuatro hijas que profetizaban indica que estas siguieron los
pasos de su celoso padre.
Los padres cristianos de la actualidad deben recordar que sus hijos son sus discípulos más
importantes. Aunque tengan que renunciar a ciertos privilegios teocráticos debido a sus
responsabilidades familiares, al igual que Felipe pueden seguir siendo siervos
incondicionales de Dios y padres ejemplares (Efesios 6:4).
Jehová Dios se valió mucho de Felipe para promover los intereses del Reino. Su celo le
capacitó para difundir las buenas nuevas en territorio virgen y para fomentar una
atmósfera espiritual saludable en su hogar. ¿Le gustaría disfrutar de privilegios y
bendiciones parecidos? Entonces, hará bien en imitar las cualidades de Felipe el
evangelizador.
*** w92 1/9 pág. 17 párr. 3 Todos los verdaderos cristianos tienen que ser
evangelizadores ***
*** w78 15/9 págs. 26-27 ¿Qué importancia tiene el dar cristiano? ***
En lo que tiene que ver con el dar espiritual, el apóstol Pablo y otros cristianos devotos del primer
siglo de seguro nos dieron a todos nosotros los que vivimos hoy un excelente ejemplo. Además,
no limitaron su dar a cosas espirituales. También estaban deseosos de dar ayuda material a los
hermanos que empobrecían. Por ejemplo, los cristianos de Macedonia y de Acaya le confiaron a
Pablo fondos que se usarían para ayudar a sus compañeros de creencia necesitados en Jerusalén.
El apóstol tomó muy en serio esta obra de socorro, y pidió a los hermanos de Roma que oraran
por él para que esta obra tuviera éxito. Leemos: “Estoy para viajar a Jerusalén para servir a los
santos. Porque los de Macedonia y Acaya han tenido gusto en compartir sus cosas haciendo una
contribución a los pobres de entre los santos en Jerusalén. Ahora bien, les exhorto, hermanos, por
nuestro Señor Jesucristo y por el amor del espíritu, a que se esfuercen conmigo en oraciones a
Dios por mí, para que sea librado de los que no creen en Judea y para que mi ministerio que es
para Jerusalén les resulte acepto a los santos.”—Rom. 15:25, 26, 30, 31.
Cuando Pablo se encontraba con compañeros de creencia en varios lugares mientras viajaba hacia
Jerusalén, el espíritu de Dios, obrando directamente sobre Pablo o sobre otros profetas cristianos,
indicó que en aquella ciudad le esperaban ataduras y aprisionamiento. (Hech. 20:23; 21:11)
No obstante, el apóstol no se retrajo de hacer lo que podía para sus hermanos necesitados de
Jerusalén. Valerosamente, dijo a compañeros de creencia que lloraban: “¿Qué están haciendo
llorando y haciéndome débil de corazón? Estén seguros, estoy listo no solo para ser atado, sino
también para morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.” (Hech. 21:13) Imagínese: Pablo
consideraba este asunto de llevar ayuda material a los hermanos necesitados como cosa tan
importante que, al hacer su parte, estaba dispuesto a arriesgar, no solo su libertad, sino hasta su
vida.