Oswaldo Rivera V.

LA HORA

La ciudad de Guayaquil, cumple un Aniversario más de su fundación en medio del júbilo

patriótico, cívico y de unidad ecuatoriana. Privilegiada por su geografía, trabajo e iniciativa,
concentra su historia enraizada en el mar, en sus gestas gloriosas y el presente fervoroso que
se erige como la ciudad heredera de la estirpe huancavilca.

Convertida en ciudad de rascacielos y sitios marginales, abriga espacios centrales a los que
confluyen las zonas geográficas más importantes de la costa ecuatoriana.

Fundación

La primera fundación la realizó Sebastián de Benalcázar, el 25 de julio de 1535, a orillas del río
Babahoyo y fue destruida por los huancavilcas. La segunda, se debe a Francisco Zaerá en 1536.
La tercera fundación la efectuó Francisco de Orellana, levantándola en el Cerro Verde el 25 de
julio de 1538. De inmediato participó al Rey de España, diciendo: “Poblé y fundé, en nombre
de su Majestad, una ciudad, a la cual puse el nombre de Santiago”.

Desde entonces, Guayaquil se ha impuesto por su trabajo y sus rasgos patrióticos y heroicos,
decisiones políticas y jurídicas, valores humanos científicos, literarios y artísticos que revelan
encarnación pujante de pensamiento y acción. Las generaciones han aportado con lecciones
de honor y civilidad para moldear una ciudad libre y visionaria.

Arteria económica

Por sus grandes recursos, agrícolas, pecuarios, comerciales e industriales y tecnológicos, la

ciudad constituye arteria económica. Los pastos enriquecen la ganadería y la producción
avícola, la pesca, el camarón, café, cacao, caña de azúcar, lográndose exportarlos.

La producción de arroz, el turismo, el comercio exterior, las industrias manufactureras, los

bienes de uso intermedio, productos alimenticios, papel, sustancias químicas, industrias
metálicas y maquinarias. La industria de cemento, las tecnologías actuales de comunicación,
educación, computación, internet. Se afirma la ciudad en su doble condición de puerto fluvial y
marítimo y como capital económica.

Primer Cabildo guayaquileño

Alcalde, Rodrigo de Vargas; regidores: Gómez de Estacio, Francisco de Chávez, Pedro de

Gobralón, Alonso Casco, Juan de la Puente y Cristóbal Luna. Tesorero: Juan de Vargas;
escribano: Francisco Hernández. Diego Urbina, jefe de la Plaza.