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Srvestigaciones 81 Marcelo Herrera La concepcién del tiempo, el destino y la muerte en La Celestina: gtransicién u originalidad? Introduccion La critica especializada ha coincidido en destacar con insistencia el caricter tinico y al mismo tiempo jonal de una obra como La Celestina.! «Ene repiseulo de la Edad Media y el alba del Renacimiento —sefala Deyermond— [La Celestina requéere srarafnienicsindependiente| lnosa gate cdeza fy] singularidad [..Ja* Ya antes Américo Castro —en su especial tesis acerca de ln influencia de los sucesos historicos posteriores a 1492 sobre la com- posicin de la obra afirmaba que +La Celestina no tamos enello, ni medieval ni renacentistas.? Es por ello que In polémica acerca de la posible ubicacidn historicotiteraria de La Celestina no nos parece relevante. Desde el punto de vista litera- rio, consideramos indudable que una obra de In complejidad que presenta La Celestina no puede situarse adecuadamente en el marco conceptual de la literatura medieval, asi como tampoco en el de la renacentista. Entendidos ambos como mo- delos esquem: esultantes de reunir determina la pro- duccidn Literaria de eada uno de dichos periodos—, -os de comprensi notas comunes a ¢8 evidente que ninguno aleanza a contener la polivalencia de La Celestina, Antes bien, puede decirse que la textura de la obra esta urdida por las hebras de ambas fases de la historia cultural y literaria, sin pertenecer enteramente a ninguna dle ells : Por otro lado, desde el punto de vista estrictamente historico, constituye una engafiesa simplificacin pensar en separaciones tajantes entre el mundo del Medioevo tardio y los albores del Renacimien- to. El fin del siglo xv en Espafia, momento de la composicion de la obra, es un conglomerado mix to de ambas culturas, aun cuando presente un mayor predominio de las nuevas ideas y costum- bres en el ambico urbano (en el cual, ciertamente, se desarrolla la trama de La Celestina). Es precisamente el valor y la significacion de esa ano pertenencia» lo que nos interesa analizar aqui. Creemos que la singularidad de una obra como La Gelestina no se explica simplemente por su ca ricter transicional. El entrelazamiento de diferentes hilos histéricos y motives culturales en Ia trama de La Celestina no agota su sentido, y su originalidad no puede explicarse simplemente como la propia de un texto «a medio camino en re el mundo medieval y el del Renacimiento, con cuya literatura mas tipiea, por lo demis, guarda tan poca relacidn como con la del Medioevo. Nos parece vislumbrar que existe algo mas, algo nuevo y desconocido, que late en la trama podtica ¢ ideolégica de La Celestina, Creemos que de la configuracién de su tejido surge —una vez que ob- servamos el tapiz completo de la obra— una nueva figura que, aun cuando nace en el ambito de Ia urbe tardo-medieval, preanuneia, tanto en forma como en contenido, un periodo muy posterior de Ia historia cultural y literaria. Estimamos que esa imagen trasciende incluso las ideas del Re~ jento, y apunta direetamente al corazén del mundo contemporineo. En este trabajo nos importa destacar las aristas distintivas de esta nueva imagen, de esta prefiguracién de un nuevo y muy distinto orden de ideas. (Grown + Adri de 2004 82 Ta singularidad historia queA. Deyermond au buye a La Celestina, o aun la originalidad artistiea que le reconoce M. Rosa Lida de Makiel emanan ‘en parte de los rasgos incipientes de esta nueva fi- gura que surge de su composicién, yque trasciende el espacio de lo meramente transicional. La Celest- na exige, para poder aproximarse a algunas de sus complejidades, la perspectiva que brinda el pleno desarrollo histérico del mundo ideolog misma contiene germinalmente. Es por ello que la obra superd la comprensién de la eritica coetinea Y aun con nuestra perspectiva historica, La Celesti- na desborda una y otra vez la pretensidi de encontrarle una clave interpretativa total. Esta dificultad obedece a distintos factores, yno es resultado artificial de una tendencia excesiva de la critica aatribuirle una complejidad de la que carece. Es, por el contrario, una expresiOn de la resistencia de [a obra 4 las pretensiones de agotar su significa: cién de acuerdo con un tinico modo de interpretacién de su sentido, Esta es, en el concepto que hoy sustentamos, una caracteristica primordial detoda gran obra literaria, ycomo aevierte muy bien Deyermond, sla ambigaedad [de La Celestina] no es una ficil invenei6n de la eritiea moderna, sino una caracteristica fundamental de su artes En esta misma ambigtedad podemos observar también otra nota cardinal de la anticipacién his térica de La Celestina. En efecto, la literatura medieval se distingue por su respeto hacia tn tradi« eign figurativa y dietictica, por el uso reiterado del esquema del exemplurn, y por ln posibilidad de era- ducit el significado de una determinada obra de acuerdo con claves interpretativas sencillas, basa- das en la figura retérica de In alegoria, Por el contrario, ¢s claro que In polisemia de ln meeifora una figura mis vinculada a nuestra propia con- cepein del arte literario— resulta mucho -mis adecuada para Ia inteligeneia postiea de La Celest scién de la tradicién interpretativa a pesar de las consideracio- aillon,® que mas adelante habremos de na que la aplic del exemplam mevicva nes de B Esta renuencia de la obraa la simplificacion expli- iva es una de las muchas caracteristicas que expresan su indudable importaneia historica y esté- tica, y justifican su_extraordinaria vigencia y -o que ella, foracion en nuestra propia cultura, Pero el mo- tivo mis importante de su historicoliteraria se debe —insistimos en ello~ a que el pulso fundamental que anima La Celestina excede el de las ideas y concepciones propins del Renacimiento precoz, y se relaciona estrechamen- te, como veremos mis adelante, con el nacimiento del teatro y la novela modernos. El objetivo fundamental de este trabajo es, pues, sefialar los aspectos esenciales de esa nueva con- cepeién del mundo que impregna La Celestina y alli se manifiesta por primera vez en la historia literaria. Concepcién que alcanzara su maximo de- sarrollo en nuestro propio tiempo, algunas de cuyas notas mis caracteristicas se adelantan en la obra con asombrosa antelacién. ‘Una dellas formas de comprender las marcas que distinguen la concepcién del. mundo sustentada por una determinada cultura =y sus metamorfor sis— es intentar un acercamiento a su representacién literaria de los grandes temas hu- manos: el amor, la muerte, el destino, e! tiempo. Este seni el camino que tomaremos para observar y aprehender en La Celestina a transformacion que experimentaron entonces algunas ideas pri- mordiales que sustentaban la cultura del Medioevo, asi como para vislumbrar el incipiente surgimien- to de In nueva cosmovision que, preparada de antemano en el seno de la urbe tardo-medieval, se refleja en In composicién de esta obra singular. Con este objetivo, el presente trabajo se propone analizar la nocién del tiempo, el destino y la muer- teen La Celestina, destacando su evidente contraste con las ideas que prevalecieron en el Medioevo. Por razones metodologicas, la compleja tematica del amor en La Celestina quedara fuera del ambito de nuestra investigacién, excepto en lo que concierne su relacion con el destino. ‘Asimismo, nuestro anilisis intentara sefialar la influencia que tuvieron algunas concepciones ideo Icgicas dela Anrighedad eligica en la gonformacion, de este nuevo paradigma, No obstante, tambiéri inntentaremos destaeat la teansmutacién sufrida por tales ideas clasicas, respecto de sus formas origina- les, por efecto de los eambios socioeconémicos y culturales introducides por el nacimiento del capi talismo. relevancia Drvestigaciones 83 Este altimo aspecto nos permitir’ mostrar como. la nueva ideologia apuntada supera el marco de referencia histérico y cultural del Renacimiento, para prefigurne el pleno desarrollo del mundo de ideas y valores en el eual, para bien y para mal, nos toca vivir. El tiempo en La Celestina El tratamiento del tiempo en La Celestina es sin luda una de los aspectos mis distintivos de su sit gularidad literaria. Nada en la literatura medieval nos prepara para la nocién angustiosa y desespera- da del tiempo. que impregna la obra, ni para la aguda conciencia del mismo que acosa a sus personajes. Si existe un punto de encuentro entre nuestra propia cultura —marcada por el imperio de la ansiedad— y el mundo de La Celestina, ese punto es indudable mente la similitud que presentan en cuanto a la percepeién del tiempo y la significacion que se le ateibuye La concepcién clisica del eempus fugit esti en la base del nuevo paradigma del tiempo que seioren La Celestina, Pero si bien el tema de la func lel tiempo ya nevteia una gran parte de tardomedievnl —en especial la poesia, la posicion psicoldgica de los nuevos personajes ante este deve- nir constante varia aqui en forma fundamental El tratamiento medieval del cempus fugit esti im- pregnado de nostalgia, en el mis claro sentido etimolégico de la palabra.’ Durante el Medioevo, latransitoriedad de la vida terrena es aceptada como un hecho inevitable, resultante de su menor reali dad ontolégica respecto de In vida eterna, Esto implica que el verdadero hogar esté, para el hom- bre medieval, mas alli de este mundo, y que el sentido del tiempo terrenal es slo el de constituir un Ambito existencial de rango menor, en el cual se define la posibilidad de acceder para siempre a In verdadera existencia. Sin duda, en esta cosmovisién existe -y de hecho se percibe como pulso constante en to — un anhelo primordial de acceder a esa vida permanente, Pero el ritmo de ese anhelo no es el de la ansiedad. Su columna vertebral no es la urgencia de acceder a lo ‘que nose sabe sise obtendri, sino la esperanza tran- quila del que confia en alcanzar la felicidad eterna, en. la que siente que encontrari, finalmente, el su Titeratu (Geaoume- Alri de 2004 descanso del peregrinaje. Por ello el tono afectivo predominante en esta concepcién del tiempo tar do-medieval es Ia melancolia —condicionada a su vez por la velada percepcién del fin inmhinente de cide una vie wcidn social, y con él poral lenta y sosegada. Nada de esto-es comparable a la viven po que acicatea la accién, el drama celestinesco. Su marca fundamental es la urgencia.® Los personajes de La Celestina estin dominados por la prisa y la impaciencia: impaciencia por vivir, por gozar, por amar y disfrutar del placer, por poseer riquezas, y por afirmar su voluntad, sus deseos y sus intereses personales, aun contra los valores aceptados de la vida en sociedad, Fiel reflejo de esta prisa son los consejos dle Celestina a Parmeno en el acto vi del tiem- ‘Gosa ru movedad, el buen dia, la buena noche, el buen comer y bever. Quando pudieres havetlo, no lodexes, Pidrdase lo que se perdire. O también estas palabras de Elicia a la propia Celestina, al final del mismo acto: Hayamios mucho plazer. Mientea oy rovigremos. ddecomer, no pensemos en maitana. También 3¢ imuere el que mucho allega como el que pobre mente vive, yel dotor como el pastor, yel papa, como elsacristin,y¢l eho como el siervo, yel dealt linaje como el baxo, yiicon [r] oficio como yosin ninguno.No havemos de vivir para siempre." Lanocidn de presién esta intimamente vinculada con lade prisa y angustia en la vivencia celestinesca del'tiempo. La palabra presion remite a la raiz indoeuropea prem (apretar, comprimit), de la cual deriva toda una familia de palabras relacionadas con esta vivencia angustiosa de In temporalidad: apresurar, aprisa, premura, prestiroso, y aun orcas ligadas a ellas, como opresion y comprimir. Estas palabras, ademas, nos refieren al origen de los con- ceptos de angus lad, que remniten al dangere (estrangular, apretar, oprimic), el cual deriva ‘asu vez de la raiz indoeuropea angh (apretado). Todo ello se manifiesta claramente en la vivencia cofisica de falta de aire —traducida como respirie cidn anhelosa o entrecortada—, que también es. signo de usa concepeién opresiva del tiempo y de

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