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Panel “Políticas culturales para la ciudad y la región” a realizarse en

el marco del "Encuentro de Políticas Culturales y Economía


Creativa".
-Jose Hleap Borrero, Decano de la Facultad de Artes Integradas, de
la Universidad del Valle.

Hora: 5:30 p.m. a 6:30 p.m.


Lugar: Auditorio Manuelita, Universidad ICESI.
Fecha: lunes 20 de noviembre de 2017
“El mejor desarrollo al que podemos aspirar - más allá
de cualesquiera indicadores convencionales que, más
que nada, han servido para acomplejarnos - será el
desarrollo de países y culturas capaces de ser
coherentes consigo mismas”1.
Manfred Max-Neef

En las últimas décadas al campo cultural se le ha otorgado un


creciente interés en el mundo globalizado, como efecto de la
importancia adquirida por la cultura como factor del desarrollo social
y económico, el reconocimiento de la diversidad cultural, así como
por el influjo de las industrias creativas, los medios masivos y las
redes sociales en la vida cotidiana de los diversos sectores urbanos y
rurales.
Sabemos que la vieja idea de cultura , nacida de pensarla como
cultivo de la mente, aquella que considera como cultura solo al
conocimiento, producción y consumo de un grupo muy específico de

1
“Desarrollo a Escala Humana, una opción para el futuro”. Manfred Max-Neef, et all. CEPAUR- Fundación
Dag tlaumzanskjold Santiago de Chile, 1996
cosas, las “Bellas Artes”, para la cual el desarrollo cultural consiste
en crear escenarios para los espectáculos artísticos , fortalecer o
ampliar la realización de este tipo de productos culturales, divulgar
las artes haciéndolas más fácil de entender para la mayoría o
ampliando su acceso al crear salas de concierto y conservatorios,
galerías de arte, festivales de poesía o espacios en los medios de
comunicación; o esa otra idea de cultura, la de promoción y
espectacularizaciòn de ciertos productos culturales de origen
popular e identitario pero que en este proceso, desconectados de la
vida cultural de los pueblos, se convierten en espectáculos para
turistas; estas ideas de cultura y las políticas culturales que las
acompañan, resultan empobrecedoras para la empresa cultural que
una sociedad como la nuestra debe asumir, cuando se han minado
los fundamentos de vida en común y de la vida misma, bajo la
pesadilla arrasadora de una racionalidad instrumental, sin
regulación ni contención .
La forma de organizarnos, de trabajar, de pelearnos, de amar y hasta
la de morir (los ritos funerarios, por ejemplo) conforman nuestra
cultura.
Hay dinámicas culturales, a veces contradictorias, siendo el campo
cultural un espacio de conflicto, donde se tratan de legitimar, de
volver válidas para todos, ciertos modos de vida, ciertas prácticas
culturales. De la armonía idílica en el concepto inicial de cultura
llegamos ahora al conflicto cultural: la sociedad no es un todo
homogéneo y la cultura es un campo de batalla por imponer lo que
somos o lo que creemos y queremos ser. En esta dimensión nuestra
sociedad se juega nada menos que la construcción de un futuro en
paz.
Esto contrasta con el hecho de que “La Cultura” en el nivel local a
menudo se reduce y confunde con la promoción de las artes y de los
espectáculos y aparece como un elemento disgregado y aleatorio de
los planes de desarrollo. Si nos pensamos como gestores
culturales y no simplemente como funcionarios, nosotros, los
integrantes de las instituciones dedicadas por su misión al desarrollo
cultural de la región, debemos conocer esa realidad cultural,
valiéndonos de las investigaciones existentes o promoviendo esta
labor y emprender acciones sistemáticas de inventario, convocatoria
y coordinación interinstitucional, gestando los planes de desarrollo
desde las demandas culturales y buscando la apropiación de la
gestión por parte de las comunidades.

Entonces, el punto de partida de una política cultural para la ciudad


y la región es aquel que propicie el desarrollo de dinámicas culturales
capaces de generar reconocimiento de lo que somos y de lo que
queremos ser, de un futuro deseable compartido, donde la
singularidad y la diferencia, en vez de ser un problema, se
conviertan en fuentes de la creatividad y la innovación.
La tarea de esta empresa cultural parte de reconocer, en las
dinámicas cotidianas, los actores, escenarios, ámbitos, prácticas y
conflictos donde se crea y recrea el “sentido práctico de la vida”,
asumiendo como eje de este trabajo no la administración sino la
potenciación de estos procesos. En rigor etimológico, más que de
gestión se trata de gestación, de sustentar, desarrollar y hacer crecer
la diversidad cultural como potencia creadora de la ciudad y de la
región.
Antes que alguien me señale un arcaísmo “culturalista”, quiero
destacar que este planteamiento sobre las políticas culturales asume
como una de sus fuentes tanto la Ley 1834 de mayo de 2017 o LEY
NARANJA como los estudios sobre economía creativa y capital
cultural, en donde se destaca el carácter instituyente (en lo
económico y en lo político) y que no lo provee por sí mismo el
mercado, del capital cultural local, cuyo reconocimiento explícito y
fomento sostenido constituye la base ampliada de ideas y
creaciones que alimentan esta economía. Las “ciudades y regiones
creativas” surgen del desarrollo paulatino de políticas de gestación
cultural.
Asumo la Gestación Cultural como el enfoque de política pública
que busca “desarrollar, fomentar, incentivar y proteger” la creación
en sus diversas modalidades por medio del desarrollo del circuito
que va desde las dinámicas de reconocimiento y valoración de
prácticas culturales y formación de públicos (ámbito de la
ciudadanía) a los espacios de Formación, invención y producción
(ámbito de los creadores) pasando por las dinámicas de circulación,
distribución y consumo de bienes y servicios culturales (ámbito del
mercado y la gestión cultural) en un círculo virtuoso en el que
participen las instituciones culturales y la sociedad.

La ciudadanía cultural y los derechos culturales son el fundamento


de esta política cultural: la capacidad de movilizar a las comunidades
para que asuman la cultura como un espacio vital de participación,
organización y decisión.

Esta política de Gestación Cultural implica, a nivel local y regional,


asumir una reorientación del papel y la actuación de cada una de los
ámbitos involucrados:
 En el ámbito de las instituciones de la cultura y de las
empresas (privadas y públicas): Se trata de reconocer la
situación de precariedad material y de riqueza de
posibilidades, posibilidades que se materializan en acciones
culturales solo en la medida en que se asuma que es en las
dinámicas cotidianas donde los bienes y servicios culturales
cobran sentido, dándole crecimiento al capital cultural. Se trata
de apostarle a la “densificación cultural” por la vía de estimular
la creación, la experimentación y puesta en circulación de obras
y prácticas culturales desde el reconocimiento de la diversidad
cultural constitutiva de la ciudad y de la región. ¿Qué papel
podría jugar la empresa privada de la región en este ámbito?
 Desde las Políticas Públicas: diseño e inclusión de proyectos
para potenciar las dinámicas culturales locales, cotidianas, en
los Planes de Desarrollo Municipal y Departamental.
 En el ámbito comunitario: articular dos dimensiones, la
productividad cultural de sus habitantes, su creatividad,
borrando la distancia entre creadores y consumidores y el
reconocimiento de lo que producen o gustan los otros, su
formación como públicos fuertes.
 En el ámbito educativo: Asumir lo educativo como espacio de
construcción cultural, en donde se juegan identidades y
memorias, saberes y proyectos de vida; vinculando
activamente el sistema educativo a la gestación cultural. En
este ámbito es clave la revalorización de la escuela como
ámbito de producción cultural, potenciando su capacidad de
proponer saberes y de construir memorias que vinculan lo local
y lo universal, de confortar y confrontar sujetos y de constituir
lo público desde el intercambió razonable de diferencias.
En la medida en que hemos emprendido estos retos, a nivel de la
ciudad de Cali y de la región del Valle del Cauca, en esa medida
estamos construyendo la Ciudad y la Región creativas que el futuro
nos demanda.
Muchas Gracias

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