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GLIPTOGENESIS
GLIPTOGENESIS
Montañas, colinas, valles, acantilados, son formas efímeras del relieve terrestre.
Aunque, en la escala temporal humana, parezcan estructuras eternas e
inmutables, en realidad están en continuo y rápido cambio a escala geológica.
El relieve
La energía
Para que un agente externo actúe sobre las rocas y las altere, es necesaria energía que lo
impulse y mantenga en movimiento. Las fuentes de energía de los agentes externos son
la radiación solar, la atracción gravitatoria de la Luna y el Sol, y la gravedad terrestre.
Los agentes externos son aquellos capaces de producir cambios sobre los materiales
geológicos. Son el agua en sus tres estados (líquido, hielo y vapor), el viento, los
cambios de temperatura, los gases de la atmósfera y los seres vivos. Su acción da lugar a
las diferentes formas del relieve observables en el entorno, a través de cuatro procesos:
meteorización, erosión, transporte y sedimentación.
El clima es el factor de modelado más importante, por ello se distinguen varios sistemas
morfoclimáticos, grandes espacios con unas formas geológicas distintivas, dependientes
del clima del lugar. Otros factores importantes son la litología (tipo de material), la
disposición de estas rocas y los factores bióticos y antrópicos que abordaremos en otra
ocasión.
Procesos de gliptogénesis
La meteorización
Según el agente que actúe, existen dos tipos de meteorización: mecánica y química. La
meteorización mecánica fragmenta o desintegra las rocas o minerales que forman la
superficie terrestre, mientras que la meteorización química los descompone.
La meteorización mecánica
Mecanismo de la meteorización por gelifracción .
La meteorización química
La meteorización química es una alteración de las rocas por reacciones químicas, que
conllevan un cambio en sus propiedades. Siempre tiene lugar en presencia de agua.
Hidratación: cuando el agua pasa a formar parte de la estructura molecular de las rocas.
La erosión
La erosión es el desgaste de las rocas por la acción del agua, el viento, el hielo o las
partículas que arrastran estos agentes. Asociado y simultáneo a la erosión, siempre se
produce un transporte de los fragmentos arrancados.
Los efectos de la erosión dependen de la intensidad con que actúan los agentes erosivos:
agua (en sus tres estados de la materia) y viento, y de la resistencia del material que
recibe el impacto. Cada agente de erosión produce un conjunto de formas del relieve
distinto y característico; así, podemos hablar de la erosión que producen las olas (en el
mar o en los grandes lagos), de la erosión eólica (debida al viento), de la erosión fluvial
(producida por los ríos), de la erosión glaciar (causada por el lento movimiento del hielo
de los glaciares), etc.
El transporte
Flotación. En el agua, los materiales menos densos que ella son transportados
por la superficie sin hundirse.
Disolución. En el agua, algunos materiales viajan disueltos.
Suspensión. Los materiales no van disueltos, sino que se desplazan dentro de la
masa del fluido, sea aire o agua.
Saltación. Los materiales se desplazan dando saltos empujados por el agua o por
el viento.
Rodadura. Los materiales ruedan empujados por el agua o el viento.
Reptación. El viento o el agua empujan los materiales, arrastrándolos por el
suelo o por el fondo del río o del mar.
Formas de transporte de materiales en un río.
La sedimentación
Los fenómenos de compactación y diagénesis del material sedimentado dan lugar a las
rocas sedimentarias (litificación de los sedimentos) son las que están formadas por
fragmentos de otras rocas o por materia derivada de la descomposición de restos de
seres vivos.
Los sistemas terrestres en los que se producen las acciones erosivas más destacadas son:
Sistemas de ladera:
Obedecen a la fuerza de la gravedad que se manifiesta dependiendo de las caracerísticas
del material, su contenido en agua, pendiente, etc. Los fragmentos desprendidos se
deslizan por la ladera cubriéndola de derrubios o coluvión. Si el terreno es blando y
desprovisto de vegetación las aguas de arrollada excavan unos surcos llamados
cárcavas. Si contienen arcillas, al empaparse actúan como lubricante facilitando el
descenso de bloques rocosos mediante solifluxión en forma de coladas de barro. Otros
deslizamientos de ladera se pueden producir por fallas, planos de estratificación
inclinados, etc.
Sistema eólico
Las aguas continentales que circulan sin curso fijo, procedentes de las precipitaciones,
se denominan aguas salvajes. Aparecen cuando el aporte de agua es superior a la
capacidad de absorción del terreno.
Las aguas de arroyada producen formaciones como las cárcavas, los lenares y las
chimeneas de hadas, según la dureza del terreno.
Los ríos forman parte de la circulación general del agua en la Tierra. La proporción de
agua que hay en los ríos de nuestro planeta es solamente un 0,06% del agua dulce de la
Tierra. A pesar de esta pequeña cantidad, su papel es muy importante, ya que el agua de
los ríos tiene gran capacidad de modificación de la superficie terrestre. Por su
circulación de las zonas más altas a las más bajas, erosiona el terreno, transporta
materiales y los deposita en lugares muy alejados.
Sistema kárstico
Esta reacción es reversible pudiendo tanto disolver la roca caliza como depositar los
carbonatos formando estructuras calizas.
Los efectos de la disolución de las rocas calizas dan origen a formas exokársticas y
formas endokársticas.
Los sumideros son orificios en la superficie del terreno calizo por donde penetra el agua
hacia el interior del macizo calcáreo. En muchos casos, el sumidero es un punto donde
desaparece el agua de un riachuelo, para aparecer en otro lugar, separado varios
kilómetros, a través de una surgencia. Se llama surgencia a cualquier punto de salida del
agua subterránea hacia el exterior.
Cuando una estalactita y una estalagmita se unen se forma una columna. Las cortinas,
otras estructuras muy espectaculares propias de las cavernas, se forman como resultado
del movimiento del agua por un techo.
Sistema glaciar
Los glaciares son grandes masas de hielo que se acumulan en zonas elevadas, por
encima del nivel de las nieves perpetuas, o en las regiones polares, y que descienden
lentamente hasta niveles inferiores.
En las zonas polares y en las montañas, el agua suele caer en forma de nieve que, al no
derretirse, se va almacenando y comprimiendo por el peso, y va expulsando el aire que
tenía almacenado entre sus poros. Se forma así el hielo glaciar, más denso que el normal
y de color azulado.
Hay dos tipos de glaciares según la latitud y la altitud a la que se encuentran: los
glaciares alpinos y los de casquete. Los glaciares alpinos son los que se encuentran en
las montañas. Los glaciares de casquete se hallan en los polos.
En los glaciares alpinos o de valle, el hielo se acumula en circos de los que parte un río
de hielo o lengua, que se desplaza a una velocidad de hasta 1 m/día, desde zonas
elevadas a cotas en las que se produce el deshielo. El resultado es un valle excavado en
la montaña, con perfil con forma de «U». Un tipo de glaciar alpino es el glaciar
pirenaico, que no llega a desarrollar lengua y, por tanto, solo tiene circo.
Los glaciares de casquete o islandsis son propios de las zonas polares. Son inmensas
masas de hielo con numerosas lenguas que terminan en el mar, con un desplazamiento
de unos 10 a 30 cm/día. Al romperse y caer grandes fragmentos al agua, se originan los
icebergs. En algunos puntos de la Antártida, el hielo puede llegar a superar los 4.000 m
de grosor.
En los glaciares alpinos se pueden distinguir tres partes: el circo glaciar, el valle glaciar
y la zona terminal.
El circo glaciar es una depresión con forma de cubeta rodeada de montañas donde se
acumula la nieve y, por la presión, se transforma en hielo. La intensa presión causa la
cristalización especial del hielo glaciar.
El valle glaciar es el cauce por el que baja la masa de hielo. El perfil transversal del
valle tiene forma de «U», a causa de que la masa de hielo erosiona el fondo y las
paredes del valle. La lengua glaciar es la masa de hielo que se desliza por el valle, a una
velocidad media que oscila entre los 10 y los 100 metros por año. La velocidad es
mayor en el centro de la lengua que en el fondo y en los laterales, debido al rozamiento
con el valle. A ambos lados de la lengua glaciar y en su fondo se acumulan los
materiales rocosos que transporta el glaciar, que forman depósitos llamados morrenas.
La zona terminal es la de menor altitud, donde se produce la fusión del hielo del glaciar,
que alimentará a un torrente.
Sistema costero
Una inmensa masa de agua en movimiento con un gran poder geológico. Los procesos
relacionados con el poder modelador se producen en la zona de contacto entre el mar y
los continentes, la costa o litoral.. El agente externo responsable de la erosión, el
transporte y la sedimentación, en este caso, es el agua marina en movimiento.
Las tres fuerzas erosivas fundamentales son las olas, las corrientes y las mareas cuyo
origen respectivo es el viento, vientos y variaciones de densidad termohalina y efecto
gravitatorio y centrífugo del sistema Tierra-Luna.
Las formas de erosión en la costa son debidas al choque del oleaje contra las rocas. Este
choque continuo provoca dos efectos: compresiones de aire en el interior de las rocas
(que se rompen por los lugares más débiles) y abrasión por el golpeteo continuo de las
partículas que arrastra el agua contra la roca. El desgaste producido por el oleaje se
llama abrasión marina.
Destacan las siguientes formas de erosión por la acción del mar: los acantilados, la
plataforma de abrasión, y los arcos naturales, islotes, farallones y cuevas.
Los materiales que son arrancados de las costas y los depositados por los ríos son
transportados por las olas y por las mareas.
El avance de las olas y el flujo de la pleamar (marea alta) arrastran los materiales hacia
la costa. El retroceso del oleaje y el reflujo se los llevan mar adentro. En este continuo ir
y venir los materiales no sólo se depositan y se arrastran, sino que continúan
erosionándose al chocar unos con otros. El resultado es la fina arena de las playas. Esta,
frecuentemente, está formada no solo por partículas procedentes de rocas, sino también
por fragmentos de conchas de moluscos.
En el transporte marino se realiza una selección por tamaños de los materiales. Los
cantos y arenas quedan cerca de la costa, y los materiales más ligeros son llevados mar
adentro. Los cantos costeros suelen ser aplanados, debido a la erosión ejercida por el
vaivén de las olas.
Los depósitos debidos a la acción del mar son acumulaciones de los sedimentos
transportados por las olas, las corrientes y las mareas. Aparecen en zonas tranquilas y
protegidas de las costas bajas. Hay diversos tipos de depósitos debidos a la acción
marina, como las playas, los tómbolos, las barras de arena y las flechas.
Las playas son depósitos de arena en la misma línea de costa. Frecuentemente la arena
está formada por partículas de las rocas erosionadas en zonas cercanas, aunque en su
composición también intervienen partículas de carbonato cálcico procedentes de la
fragmentación de las numerosas conchas de moluscos que se acumulan en el fondo
marino.
Entre las formaciones que se originan por los depósitos de arena fuera de la línea de la
costa, destacan los tómbolos, las barras de arena y las flechas.
Un tómbolo es un depósito de arena que une un islote con la costa. Una barra de arena o
cordón litoral es un cúmulo de arena alargado y paralelo a la costa, pero que no se une a
ella.
Una flecha es un depósito arenoso alargado unido a la costa por un extremo. Si este
depósito crece y se une a la costa por el extremo libre, se forma una albufera o laguna
costera aislada del mar.
Otras formaciones asociadas a la costa son las marismas, zonas pantanosas originadas
por la acumulación de sedimentos en una bahía o en una albufera. Estos sedimentos
proceden, frecuentemente, de los ríos.
Factores litológicos
Los factores litológicos son los relacionados con el tipo de rocas de un lugar concreto y
que condicionan el modelado, ya que la resistencia que ofrecen a los agentes geológicos
las distintas rocas es diferente.