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Capítulo III

La Crisis Mundial, la industrialización y la intervención del Estado (1930-1945)


La crisis mundial que se inicia en 1929 marca el comienzo de la “Gran Depresión”, que se extiende hasta la
década de 1940.
Este proceso recesivo se caracterizó por una severa deflación, donde se manifestaron fenómenos a través de
reacciones en cadena, puesto que la “caída de la producción industrial” indujo a una contracción de los mercados
internacionales y a una disminución de de la demanda de materias primas, cuyos precios bajaron acentuadamente. Los
países productores de bienes primarios redujeron las compras de maquinarias y manufacturas, al tiempo que entraron en
bancarrota o devaluaron sus monedas, ya que las deudas asumidas con anterioridad no podían ser canceladas. Además,
los países industriales debieron soportar la caída de los precios de sus productos, aunque protegieron sus mercados con
barreras arancelarias. Esto llevó a la quiebra del sistema multilateral de comercio y pagos, incluyendo el patrón de cambio
oro, retornando a sistemas de preferencia imperial y a los convenios bilaterales. En este contexto surge también la
modalidad del clearing, que consiste en la apertura de cuentas en cada país, mediante las cuales se realizaban todos los
pagos de intercambio comercial.
En Estados Unidos, luego del comienzo de esta crisis, comenzaron a plantearse iniciativas intervencionistas para
hacer frente a la situación. Fue amplia la variedad de medidas que se implementaron, desde aquellas destinadas a
estimular el poder adquisitivo popular a través de reducciones de impuestos, hasta la formulación de programas de
reformas que comprendían un control público sobre el crédito.
En 1930, debido a la gravedad de la situación, el presidente Hoover debió recurrir a un fuerte incremento de las
tarifas aduaneras, a través del arancel Smoot-Hawley, que elevó la protección, tratando a la vez de reservar el mercado
norteamericano a las firmas locales y de reforzar el superávit del comercio exterior. Estas políticas proteccionistas se
generalizaron en el mundo conduciendo a una desorganización completa de la red de intercambios mundiales.
En 1932, a través de la Conferencia de Ottawa, GB abandonó sus tradicionales principios librecambistas e
implementó el sistema de preferencia imperial, que perjudicaba directamente a la Argentina. Dicho sistema se denominó
Commonwealth, cuya finalidad era restringir importaciones procedentes de países no pertenecientes a este sistema. Otro
aspecto de la crisis mundial fue una severa recesión agrícola.
Cuando estalló la crisis el sistema monetario mundial recibió un duro golpe al generarse una rápida huida del oro
de Londres, forzando a GB a abandonar el patrón oro, ejemplo que sería imitado por varios países.
Ante esta situación, en 1933, el mundo capitalista se dividió en 3 grupos de zonas monetarias:
1- El “dólar” agrupó a los EE. UU. Y a los países con tendencia a la inflación.
2- El bloque de “oro” estaba encabezado por Francia y tendía a la deflación.
3- El bloque de la Libra Esterlina era encabezado por GB.

En 1936, con el fin del Patrón Oro, se firmó un acuerdo tripartito entre Francia, EEUU y GB para regular en común
sus circulaciones monetarias. En 1939, frente a la continuidad de la crisis, en varios países se optó por la devaluación para
facilitar la expansión del comercio mundial. En este período el capitalismo liberal daba paso a un capitalismo marcadamente
nacionalista e intervencionista y consecuentemente el comercio internacional se redujo. Esta tendencia se fundamentó en el
pensamiento económico Keynesiano.
Pensamiento económico Keynesiano: Keynes fue el economista más influyente a partir de su crítica a los
fundamentos de la economía neoclásica, basándose en un nuevo pensamiento. En el cual le otorgaba gran importancia al
papel del Estado, a través de políticas activas, mediante un incremento de la demanda, para volver a restablecer los
equilibrios perdidos en épocas de crisis y, especialmente, el pleno empleo, y retomar la senda del crecimiento. En 1936
publica la “Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero”, en donde luego de sostener que el empleo no estaba
asegurado espontáneamente por las fuerzas autónomas del mercado y afirmar que podía existir un desempleo no sólo
transitorio, sino permanente, encontró las causas de éste en la insuficiencia de la demanda, en la progresiva disminución de
la propensión al consumo y en el aumento de la preferencia por la liquidez. Según su razonamiento, para lograr el pleno
empleo era necesaria una intervención en los mecanismos económicos, dado que si los mercados se regulaban por si
solos, el equilibrio podría establecerse a niveles más bajos de los que existían anteriormente. La política económica estatal
debía corregir esas deficiencias y ajustar las “propensiones” de productores y consumidores, “multiplicando” el empleo.
Keynes sostenía que la prosperidad se basaba en la propensión a la inversión, antes que en el ahorro, en donde la
inversión no dependía de las tasas de interés, ni del nivel de salarios, sino que dependía de la demanda efectiva.
Las ideas keynesianas tuvieron una fuerte influencia en la política económica y servirían de fundamento al
“Estado de Bienestar”.
En aquellos países que coexistían las estructuras del capitalismo con un poder autoritario, como en Alemania,
Italia y Japón, la acción estatal consistió en una reglamentación estricta de todas las actividades económicas. En ellos, el
Estado, tuvo un fuerte protagonismo en la caída de los índices de desocupación, llevando a la práctica una intensa política
de obras públicas, pero también favoreciendo sustancialmente el requipamiento de las fuerzas armadas. Es así, como
aparecen en Europa ideologías nacionalistas, expansionistas y racistas.
El país más afectado por la crisis fue EEUU, en el cuál alcanzó a todas las clases sociales, sobre todo a los
trabajadores, sin ningún amparo estatal ni protección social para los desocupados hasta 1933. En este año, asume
Roosevelt y aplica la teoría de Keynes.
Según Roosevelt, las causas del colapso de 1929 obedecían a la sobreespeculación y a la sobreproducción.
Para contrarrestar la crisis, Roosevelt aplicó el programa económico “New Deal”, el cuál se sustentaba en un
fuerte respaldo a la inversión mediante la intervención estatal, facilitando el crédito y realizando obras públicas para
estimular la demanda, al mismo tiempo, se procuraba colaborar con las empresas privadas para crear nuevos puestos de
trabajo. Con este fin se crearon numerosos organismos públicos. A través de otras medidas intervencionistas, se procuró
también, salvar el sistema bancario, relanzar el crecimiento industrial e impedir la baja de los ingresos de los agricultores.
En el ámbito social se estableció el derecho a la negociación colectiva por parte de los sindicatos, se instauró un salario
mínimo para los asalariados y se creó un sistema de seguridad social.
En el sector externo se devaluó el dólar y retomaron las políticas liberales en el comercio internacional.
Entre 1933 y 1939, existió una notable reactivación, duplicándose el ingreso nacional y el índice de la producción,
debido a la mejora de la infraestructura productiva. Aunque la economía norteamericana no alcanzó el auge de la década
del ’20.
En Europa, la repatriación de capitales por parte de bancos norteamericanos para afrontar la crisis de liquidez
agravó la situación del sector industrial y del comercio europeo. Por otra parte, los países abastecedores de productos
agrícolas, como Argentina, resultaron afectados por el descenso de la demanda. Ello se debió a que la mayoría de las
economías nacionales procuraron defender sus mercados de la competencia extranjera y elevaron sus barreras
arancelarias.
Los años de la “Gran Depresión” habían dejado un sistema de relaciones internacionales muy debilitado, puesto
que las grandes naciones apenas pudieron superar los efectos de la crisis mientras se fortalecían los regímenes autoritarios
y corporativos.
La depresión se superó finalmente por el inmenso proceso de destrucción de recursos y de vidas que significó la
guerra, que liquidó las excrecencias del fascismo y del nazismo. En el conflicto bélico se enfrentaron 2 grupos de naciones:
los aliados conformados por EEUU, GB y URSS contra el Eje nazi-fascista conformado por Alemania, Japón e Italia.
Durante el transcurso del conflicto la producción mundial creció, como consecuencia del esfuerzo bélico. Las
ramas vinculadas a alimentar el aparato militar fueron las que más se destacaron, en cambio, las de bienes de consumo
decrecieron. La intervención estatal en la economía se profundizó mediante el racionamiento de productos esenciales, la
distribución de materias primas y la reorientación de la mano de obra hacia actividades relacionadas con la guerra.
El comercio internacional en los años de la guerra revirtió las corrientes del intercambio, siendo ahora los países
de Europa occidental importadores de todo tipo de productos. Asimismo, el conflicto mundial dio un nuevo impulso al
desarrollo industrial en algunos países latinoamericanos. Pero si bien la guerra permitió la actividad industrial sustitutiva de
importaciones, estos países debieron soportar la escasez de materias primas y maquinarias esenciales para producir
manufacturas, generando así, el crecimiento de aquellos sectores que requerían una base tecnológica más sencilla.
En 1944 se realizó la conferencia económica internacional de Bretton Woods, en los EE.UU., donde se
presentaron 2 planes de reorganización de la economía mundial, los cuales fueron el plan White y el plan Keynes. De
ambos planes surgió un acuerdo para crear el FMI y el BIRF (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento), este
último luego se llamó Banco Mundial. Esta base institucional permitió formular la creación de un sistema monetario
internacional que procuraba lograr un cierto equilibrio entre los tipos de cambio. Mediante este esquema, cada país se veía
obligado a establecer una paridad fija de su moneda en términos de oro o de dólares. Al mismo tiempo, para afrontar
problemas de pagos y de financiamiento se creaba un fondo de crédito internacional compuesto por las contribuciones de
los países miembros. Esto permitió la existencia de un sistema multilateral de pagos basado en la libre convertibilidad de
las monedas y en la eliminación de los controles de cambio en las transacciones comerciales, convirtiéndose el dólar en la
única divisa de referencia.

3, 2. El golpe de Estado de 1930 y los gobiernos de Uriburu y Justo:


En los comicios de 1930 el oficialismo radical tuvo sus primeras derrotas en la renovación de diputados. Este hecho marca
una gran oposición al gobierno de turno, de parte de diversos partidos políticos y los medios de difusión.
En realidad, la causa determinante de la caída de Yrigoyen radicó en la coalición de fuerzas políticas, económicas
y militares, que desde el comienzo de la segunda presidencia del caudillo radical volcaron todos sus esfuerzos a
desestabilizar al gobierno.
La conspiración militar se desarrollaba entre las filas del ejército, en donde había 2 tendencias. Por un lado,
Uriburu tenía tendencias nacionalistas, proponiendo una reforma sustancial del régimen constitucional, la eliminación del
sufragio popular y su reemplazo por una suerte de corporativismo. La otra tendencia de corte liberal y pro británica, estaba
inspirada por el ex ministro de guerra, Gral. Justo y respaldada por sectores mayoritarios de la clase política de orientación
conservadora. Estos coincidían con los nacionalistas en la necesidad de derrocar a Yrigoyen, pero planteaban el
mantenimiento del orden institucional, logrando imponer a los nacionalistas la participación de políticos opositores y la
introducción de algunas modificaciones en la proclama revolucionaria.
Finalmente, el golpe militar logró derribar al gobierno constitucional el 06/09/1930. Por primera vez, la suprema
Corte de Justicia legitimaba el quebrantamiento de la legalidad constitucional.

3, 2, 1. El gobierno de Uriburu
El equipo de asesores de Uriburu impulsó el proyecto corporativista del presidente de facto. El régimen no ocultó su
desprecio por el sistema liberal y los partidos políticos. Un día anterior al golpe se implanto el Estado de Sitio y el
08/09/1930 se instauró la Ley marcial (someter los individuos a las normas y jurisdicción militar). El presidente adoptó el
título de “presidente provisional”, intervino los gobiernos de 14 provincias y dispuso la disolución del Congreso por decreto.
Además, se inició la persecución política, gremial e ideológica de los opositores. También, tenían la intención de reformar la
Constitución para darle un contenido corporativo, derogar la Ley Sáenz Peña y reemplazarla por un sistema de voto
calificado, como vemos estas medidas son de tendencias nacionalistas.-
La clase política reaccionó desfavorablemente frente a las intenciones de la dictadura. Los conservadores, conforme con el
golpe, querían poner fin al intento corporativo y desembocar en un llamado a elecciones que restaurara la república
conservadora. El general Justo se transformó en el intérprete de las aspiraciones de la mayoría de los conservadores.-
En 1931 se realizaron elecciones en la provincia de Buenos Aires, triunfando el radicalismo, y evidenciando la baja
popularidad de los golpistas. La derrota precipitó la renuncia del Ministro del Interior Sánchez Sorondo y la crisis de los
proyectos corporativos de Uriburu, por lo que era inminente un llamado a elecciones generales. Justo emergía como
candidato ideal para la restauración de las instituciones.-
Neutralizado el proyecto autoritario de Uriburu se convocó a elecciones generales para Noviembre de 1931. La
concordancia conformada por conservadores (reunidos en el partido demócrata nacional), radicales antipersonalistas y
socialistas independientes respaldaron a Justo.-
Las elecciones consagraron a Justo como nuevo presidente por fraude generalizado, lo que permitió el triunfo frente a la
fórmula opositora encabezada por De La Torre y el socialista Nicolás Repetto.-
3, 2, 2.- El gobierno de Agustín P. Justo.
Las elecciones de 1931 consagraron el triunfo de la fórmula presidencial de la Concordancia. La fórmula estaba compuesta
por Agustín Justo y Julio A. Roca (hijo). Justo estaba en contra de algunas medidas tomadas por el gobierno de Uriburu y
pretendía emerger como un defensor de las instituciones democráticas, a pesar de que su triunfo estuvo basado en el
fraude y la proscripción del radicalismo-
El gabinete estaba integrado por figuras tradicionales representativas de las clases dominantes y expresaban la
restauración política conservadora. Pese a la notoria presencia de los conservadores, Justo tendría que gobernar tratando
de balancear a los distintos grupos partidarios integrantes de la coalición oficialista.-
El nuevo gobierno para poder mantenerse en el poder, se basó en tres instrumentos políticos: el fraude, intervención federal
y la violencia política, recurriendo así a medidas autoritarias y represivas, aunque mantuvo formalmente las instituciones
democráticas.-
El fraude inhibió las posibilidades electorales del radicalismo, quedando al margen la Capital Federal y Córdoba,
permitiendo el triunfo radical y socialista.-
Las intervenciones federales fueron un mecanismo utilizado para asegurar el control político nacional sobre las provincias
opositoras, entre ellas San Juan, Tucumán, Buenos Aires, Catamarca y Santa Fe.-
La violencia política fue otro de los factores que utilizó el gobierno para su predominio político. Es así como hubo
asesinatos (de diputados y senadores), torturas para los presos políticos y persecuciones a opositores con el pretexto de
anticomunismo.-
Hubo una preocupación por parte de Justo, temiendo un posible golpe militar en contra de él. Mantuvo una relación
diplomática con los jefes militares, teniendo como objetivo, lograr la prescindencia política de los militares, afianzar una
actitud legalista y un mayor profesionalismo entre los uniformados. Los resultados de la política militar de Justo no fueron
los esperados, ya que hubo dos intentos de golpes militares apoyados por la oposición radical en 1932 y 1933, aunque no
tuvieron éxito. Por este motivo, el gobierno de Justo, intentó disciplinar y despolitizar a los oficiales, pero con la muerte del
Ministro de Guerra Rodríguez (máximo colaborador de Justo en la tarea de imponer disciplina dentro de la oficialidad), la
tendencia golpista no pudo ser revertida.-
En este marco, el General Ramón Molina, repudió el golpe de Estado de 1930 y planteó la necesidad de elecciones libres y
honestas, además de reformas socio-económicas, por lo que obtuvo consenso social y apoyo de sectores de izquierda.
Según Justo, Molina representaba una amenaza, por lo que dispuso su arresto y lo obligó a su retiro activo del servicio.-
Justo buscó fundamentos para legitimar su gobierno, para ello recurrió al “tribunal de la opinión” (la prensa), procuró el
apoyo de las entidades intermedias y persiguió el respaldo de lo opinión técnica y calificada. Además buscó otras fuentes
como la iglesia y el ejército.-
Para los comicios presidenciales de 1937, Justo temía un triunfo de la oposición, debido a los siguientes sucesos:
1. Fin de la abstención electoral de Alvear en 1935.
2. El crecimiento de los sectores intransigentes del ala izquierda.
3. El triunfo del radical Amadeo Sabattini como gobernador de Córdoba.

Estos sucesos perjudicarían su futura reelección en 1943.-


Para los comicios presidenciales de 1937, Justo, eligió como candidato de la Concordancia a Ortiz, quien pertenecía a la
UCR antipersonalista, y como vicepresidente al conservador Castillo, además de contar con el apoyo de los mandos del
ejército, lo que propiciaría un marco adecuado para el triunfo electoral de 1943.-

3, 2, 3.- Los nacionalistas.


Los orígenes del nacionalismo se extienden entre 1912 y 1922. Con el triunfo yrigoyenista, sectores sociales,
hasta entonces marginados, ocuparon espacios en las instituciones estatales. Así, miembros de la clase media
multiplicaron su presencia en los cuadros administrativos del Estado y en el Congreso, desplazando a miembros de las
clases altas. La indignación de los conservadores llevó a difamar al presidente y a su partido, así la “gente bien” se sintió
excluida por la “ola de demagogia”, incorporando elementos de carácter elitista, prejuicios racistas y reservas sobre el
ejercicio de la democracia. Durante la década del ’20 se multiplicó la actividad orientada a configurar el ideario del
nacionalismo reaccionario, difundido a través de diversos periódicos y obras de esta doctrina.
En el período prerrevolucionario, las organizaciones civiles de los nacionalistas desplegaron una intensa actividad
callejera. La Liga Republicana, a mediados de 1929 y con la aprobación del Gral. Uriburu, se manifestó contra el gobierno y
su política demagógica, a través de enfrentamientos con radicales y fuerzas policiales. Días antes del golpe, se constituyó
la Legión de Mayo, donde se unificaron el grupo Uriburista y Antiyrigoyenista para derrocar a Yrigoyen.
Esta ideología nacionalista uriburista se basaba en 2 modelos europeos (Action Francaise y el Fascismo), que
defendían la jerarquía y el orden social, luchaban contra el liberalismo, la democracia, el socialismo, el comunismo y el
anarquismo, creían en una conspiración de extranjeros, protestantes, judíos y grandes financistas, y aspiraban a un Estado
corporativo.
La evolución del nacionalismo restaurador durante el ’30 reconoce 2 etapas:
1- Esta etapa comienza en 1931/32 con la creación de 2 grandes organizaciones de ideología Uriburista que no lograron
conquistar el poder y la gimnasia revolucionaria contra el gobierno de Justo.
2- Esta etapa comienza en 1936, basándose en un tradicionalismo católico estricto.

El Imperio español y el período colonial aparecieron como modelo social y político de los nacionalistas
restauradores.
En la segunda mitad de los años ’30, y sobretodo durante la Segunda guerra mundial, el nacionalismo se enriqueció con 2
elementos que resultaron decisivos:
1- Maduró un nacionalismo político y económico orientado contra las grandes potencias capitalistas (GB y EE.UU.)
patrias del liberalismo y del protestantismo.
2- El nacionalismo desarrolló la contraposición entre el liberalismo como ideología de las elites y el catolicismo como
fundamento de identidad y de cultura populares.

Desde mediados del ’30, la denominación “nacionalismo” no se podía considerar sólo como sinónimo de
“Uriburismo” o “nacionalismo oligárquico”, ya que jóvenes de origen radical comenzaron a reivindicar dicha denominación
sin renunciar a sus raíces políticas. Así surgió un “nacionalismo de izquierda” o “populista”, que tuvo su origen en un
pequeño grupo de la juventud radical. En desacuerdo con la conducción alvearista de la UCR se fundó la FORJA (Fuerza
de Orientación Radical de la Joven Argentina). En su primer manifiesto atacaron a las “oligarquías” y a los “imperialismos”,
exigieron la restauración de la soberanía popular y se declararon representantes del verdadero radicalismo y, a la vez, del
auténtico nacionalismo argentino.
FORJA tenía vocación latinoamericanista. Consideraba que la realización del destino de la región estaba en la
cooperación para liberarse de toda dependencia política y económica del imperialismo británico y norteamericano. Por esa
razón, durante la Segunda Guerra Mundial, defendió el neutralismo bajo el lema “Patria, Democracia y Neutralidad”.
Para los forjistas, el sujeto de la historia argentina era el “pueblo” y además no negaba el régimen democrático.

La Argentina tenía 2 posturas:


1- La Conservadora, resistente a los cambios, con “una apariencia poderosa” porque manejaba las estructuras de los
partidos políticos, los medios de comunicación y los gobiernos.
2- La prédica de FORJA, que anticipará la ideología del primer peronismo.

3, 2,4. La corrupción.
En diciembre de 1936, en el Concejo Deliberante de la Capital Federal se trató la prórroga de la concesión
otorgada por la CHADE (Compañía Hispano Americana de Electricidad). Durante la prestación del servicio, la empresa
había violado en numerosas oportunidades las ordenanzas de concesión hechas en 1907. Entre el público usuario se
reiteraban las quejas del costo del servicio y de los abusos de la compañía. Se esperaba que la reciente mayoría radical en
el Concejo Deliberante impusiera la transformación de la prestación del servicio y sancionara un severo sistema fiscalizador
del mismo, pero esto no sucedió ya que la empresa había pagado coimas a los concejales y efectuado aportes a la
campaña electoral del radicalismo de 1937, según una comisión investigadora, designada por el gobierno militar en 1943.
Otro hecho de corrupción, fue en Abril de 1939, cuando el gobierno adquiría 222 hectáreas de
tierras en El Palomar destinadas al Colegio Militar. La operación se formalizó mediante 3 escrituras: en una se canceló la
hipoteca que gravaba las tierras; por la segunda, los propietarios la vendieron a uno de los testaferros y por la tercera, el
testaferro se la vendió al Estado. En esta operación, el detalle agravante fue que la sucesión de escrituras se realizó al
revés. El Estado abonó al testaferro, “que carecía de los títulos de propiedad”, y éste, abonó con parte de esos fondos a los
propietarios, embolsándose la diferencia (de $1.000.000). Para concretar esta operación, los testaferros lograron que varios
legisladores, entre ellos el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados y el propio
titular de Cámara, incluyeran en el presupuesto para 1938 una partida destinada a la compra. Esta operación fue
denunciada por el senador conservador Villafañe, adverso al presidente Ortiz. La Comisión investigadora nombrada reveló
que varios Diputados, conservadores y radicales, habían recibido distintas sumas, producto de su participación en el hecho.
Como consecuencia, uno de ellos se suicidó y los restantes, junto a los testaferros, fueron condenados definitivamente en
Abril de 1945.
Por estos sucesos de corrupción, a esta época se la llamó la “década infame”.

3, 3. La política internacional en los años ’30.


Durante el ’30, ante las restricciones del comercio internacional, el gobierno argentino tuvo que abandonar las
antiguas tradiciones librecambistas a favor de acuerdos bilaterales, y el ejemplo más importante en esta política exterior fue
el tratado de Roca – Runciman firmado en 1933. Además, en 1934 se acordaron convenios bilaterales con Bélgica, Los
Países Bajos, Alemania, Suiza, España, Brasil y Chile. Luego, se firmaron tratados similares con otros 14 países europeos,
sudamericanos y con EE.UU., lo que demostraba una gran actividad de la diplomacia argentina en el campo económico.
El rasgo más destacable de la política exterior argentina fueron las negociaciones y acuerdos comerciales
realizados con Chile y Brasil, apuntando a una mayor integración de la región.
La actividad de la diplomacia argentina alcanzó en los años ’30 un alto perfil, bajo la conducción del canciller
Saavedra Lamas. Ello se debió a una serie de hechos, como el reingreso de la Argentina a la sociedad de las naciones y la
presidencia de la Asamblea de este organismo ejercida en 1936, y la activa intervención en las gestiones para concluir la
Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, que incluyó la firma del protocolo que puso fin en 1935 al conflicto en Bs. As.
Las primeras diferencias entre Bs. As. y Washington se produjeron en torno a las tentativas de paz en la Guerra
del Chaco. Entre 1928 y 1929 se había reunido en Washington la conferencia especial de arbitraje, de la cual había surgido
una comisión de neutrales cuyo objetivo era solucionar el conflicto y estaba formada por 5 países: EE.UU., Colombia,
Cuba, México y Uruguay. Como la argentina quedó excluida al no haber concurrido a la conferencia de Washington, el
gobierno argentino organizó una Comisión paralela a la de los neutrales integrada por los países limítrofes: Argentina,
Brasil, Chile y Perú, conocida como “ABCP”.
En esta lucha de influencias y protagonismo que pretendían solucionar el conflicto, Argentina utilizaba a Europa
(Sociedad de las Naciones) para contraponerla a EE.UU. (Comisión de Neutrales) y terminó logrando un importante éxito
diplomático dado que la Comisión de Neutrales se disolvió ante su fracaso. Como Bolivia recurrió a la Sociedad de las
Naciones como entidad negociadora, la solución quedó en manos del ABCP y, en última instancia, de la Argentina, en cuya
capital habrían de realizarse las primeras reuniones del tratado de paz en 1935, cuya concreción se alcanzaría recién en
1938.
Además, Argentina delineó junto a Brasil, Chile, México, Paraguay y Uruguay el “Pacto Antibélico Sudamericano,
proyectado a espaldas de EE.UU.
En la VII Conferencia Interamericana, reunida en Montevideo a fines de 1933, hubo un acercamiento entre las
cancillerías de Argentina y EE.UU., ya que el representante norteamericano, Cordell Hull, le comunicó al canciller argentino
que su país estaba dispuesto a firmar el Pacto Antibélico, mientras que la Argentina se comprometió a apoyar la resolución
económica presentada por la delegación norteamericana y que proponía la reducción de las barreras aduaneras mediante
la negociación de tratados recíprocos bilaterales, la aplicación del principio de igualdad de tratamiento y la inserción en esos
tratados de la cláusula de “la nación mas favorecida”.
Esta mejor predisposición de EEUU respecto de la Argentina se debía a la asunción de Roosevelt, que inauguró
una nueva etapa en la política exterior de Washington en sus relaciones con América Latina conocida como “del buen
vecino”. Esta perseguía 3 objetivos esenciales:
1- Reemplazar la tradicional política intervencionista (Política del Gran Garrote) en la región, por otra que obtuviese los
mismos resultados sin tener que apelar a medios tan drásticos.
2- Replantear los principios que regían la política económica de EE.UU., pues las altas tarifas aduaneras volvían casi
imposible la exportación de bienes hacia ese país (único método por el cual podían obtenerse los dólares necesarios
para comprar productos a EEUU).
3- Adaptar la conducta internacional de EEUU a las nuevas formas de expansión adoptadas por el capital norteamericano
en el continente, que suponían la existencia de nuevos mercados y formas de consumo.

Los 3 principios fundamentales para Cordell Hull eran:


1- El político (la idea del panamericanismo)
2- El económico (la cooperación económica interamericana)
3- El militar (la defensa hemisférica).

Los propósitos de Washington se debieron también, al peligroso curso adquiriendo los acontecimientos en
Europa, especialmente luego de la llegada de Hitler a Alemania. Esta situación llevó a Roosevelt a proponer al gobierno
argentino una conferencia interamericana para el mantenimiento de la paz. Roosevelt insistía en la unidad continental
contra agresiones provenientes fuera del hemisferio (doctrina Monroe), pero Justo y Saavedra Lamas fueron reacios a
apoyar estas propuestas, manifestando su desacuerdo con respecto a la creación de bloques o agrupaciones continentales.
Finalmente no se llegó a acuerdos concretos sobre una cooperación defensiva en la región.
En 1938, en la VIII Conferencia Internacional de Estados Americanos, EEUU intentó nuevamente conseguir las
medidas más eficaces para defender al continente contra la posible agresión de las potencias del eje. Sin embargo, la
Delegación Argentina volvió a oponerse. Finalmente, se firmó un documento conocido como “Declaración de Lima” que
proclamaba solidaridad continental en el caso de verse amenazadas la paz y la seguridad del continente.
Paralelamente, en los años 30´se revalorizaron las ideas y proyectos de una mayor integración económica entre
los países del cono sur. En 1933 la Argentina firmó con Chile un acuerdo, en Santiago, en el cual se estipulaba la iniciación
de gestiones para la realización de una unión aduanera entre todos los países del continente. También fue importante el
sostenido intercambio de la Argentina con el Brasil, que obligó a ambas naciones a formalizar e incrementar ese comercio
recíproco mediante un “Tratado de Comercio y Navegación” firmado en 1933. Así, el progresivo acercamiento hacia los
países vecinos pasó a ocupar un lugar importante para la cancillería argentina, y esto estuvo respaldado en el aumento de
los flujos comerciales.
Entre 1933 y 1938, las cuestiones interamericanas giraron entorno a las diferentes posiciones que sustentaron la
Argentina y EEUU a través de sus representantes, el canciller Saavedra Lamas y su colega de EEUU, Cordell Hull.
Mientras que la política argentina quería reactivar sus vínculos con Europa, a través de la Sociedad de las Naciones y la
firma de tratados bilaterales, y recuperar posiciones en América Latina; EEUU, protegiendo sus intereses económicos y
estratégicos, y reconociendo la amenazante situación mundial, encararon un tipo de proyecto panamericano mediante su
política del buen vecino. La diplomacia argentina peseguía maniobras de Washington como un pretexto para consolidar su
hegemonía continental mediante una versión renovada de la doctrina Monroe, pero también quería un cambio en las reglas
económicas vigentes, especialmente una remoción de los obstáculos proteccionistas que aún existía en el país del norte.

3, 4. Los efectos de la crisis en la Argentina.


3, 4, 1. Los problemas del sector externo.
Dada la dependencia de la economía argentina de los flujos comerciales y de capitales, el primer impacto de la
crisis se produjo en el sector externo. La balanza de pagos de 1930 y 1931 fueron netamente deficitarias, con un gran
descenso de las exportaciones y en menor medida de las importaciones. A esto se le sumó la desfavorable evolución de los
precios relativos.
El valor de los productos agropecuarios, en especial del trigo, bajó drásticamente, lo que agravó la situación. A
fines de 1931, el valor de los cereales y del lino había descendido casi a hasta la mitad. Las carnes no sufrieron tanto, al
igual que los productos forestales, pero las lanas experimentaron un gran descenso en sus cotizaciones, a lo que se
sumaba el fuerte proteccionismo agrario en Europa que fue agudizándose con la depresión y resultó muy perjudicial para la
Argentina. Se produjo también una caída en los términos de intercambio, por la mayor declinación de los precios
agropecuarios con respecto a los industriales. La crisis de pagos recayó principalmente sobre los tenedores de valores
argentinos (acciones argentinas en el extranjero) en el extranjero, sobre los exportadores y sobre los consumidores, al
disminuir las importaciones. A este problema, los bancos tomaron la medida del “redescuento2 de los papeles en la Caja de
Converción.
Para hacer frente a la crisis, se redujeron los salarios de los empleados públicos y se practicaron múltiples
restricciones presupuestarias. A su vez, comenzaron a tomarse medidas económicas en las que el estado tenía un paapel
cada vez más importante. Las viejas elites liberales fueron las que condujeron este proceso, procurando salvar un sistema
económico en peligro, en el que se hallaban involucrados sus propios intereses. La participación de Estado en la vida
económica del país comenzó un gran ascenso.
Control de cambios: La primera medida importante, se tomó en 1931, a fin de disminuir el desequilibrio del comercio exterior
y la fuga de divisas mediante la implantación del “control de cambios”. Este mecanismo consistió en la creación de una
Comisión de Control de Cambios con el fin de fijar periódicamente el valor de las divisas y asegurar el pago de las
obligaciones financieras externas. Esto se garantizaba mediante un sistema de “permisos de cambio” que distribuía las
divisas disponibles en función de una lista de prioridades donde figuraba, en primer término, el pago de la deuda externa y
luego el de las importaciones imprescindibles (materias primas para industrias nacionales, combustibles, bienes de
consumo indispensables). Como consecuencia de estas medidas, la balanza comercial pasó de una situación de déficit en
1930 a un superávit comercial en 1936. Estas mejoras de la economía argentina, entre 1933 y 1937, se debían, además de
las medidas implementadas, a una mejoría de la coyuntura mundial.
El incremento que se fijó en los aranceles aduaneros contribuyó a acentuar el efecto proteccionista que de hecho
tenían las disposiciones cambiarias. Pero los efectos de ambas medidas resultaron amortiguados por la firma del Pacto
Roca – Runciman, que establecía una política discriminatoria a favor de las empresas y exportadores ingleses. Debido a
esta política proteccionista adoptada en todo el mundo, se inició un fuerte proceso de industrialización por sustitución de
importaciones.

3, 4, 2. El Pacto Roca – Runciman y el problema de las carnes.


En 1929 se realizó el primer intento de convenio bilateral con GB(convenio previo al Pacto Roca-Runciman),
establecido para mejorar las relaciones comerciales con GB. Este convenio, acordado entre D´Abernon, en representación
de GB, e Yrigoyen, establecía la compra de material ferroviario por parte de nuestro país, a cambio de carnes y cereales.
La misión D´Abernon, en Argentina, tenía como principal objetivo la recuperación de ciertas industrias británicas que se
encontraban en declinación y no podían resistir ya una competencia libre frente a las firmas de otras potencias y a la
aparición de bienes sustitutivos, como el transporte automotor y el petróleo.
Según EEUU, el tratado los perjudicaba y además carecía de ventajas aparentes para la Argentina, ya que no
significaba un aumento de las exportaciones argentinas, sino un comercio “atado” a la compra de productos ingleses.
Finalmente este Convenio no se aprobó en el Congreaso.
En tanto, el sector ganadero estaba muy afectado por la depresión mundial, motivo por el cual disminuyó en gran
medida su volumen de exportaciones entre 1929 y 1932. Además contribuía a esta crítica situación, la caída de los precios
de las carnes.
Además, en 1932, los países del Commonwealth se reunieron en la Conferencia de Ottawa solicitando un retorno
al sistema proteccionista de “preferencias imperiales” para defenderse de la crisis. Esto significaba para GB, abandonar los
principios del “librecambio”. Se desarrolló así una serie de convenios destinados a consolidar la unidad económica del
imperio, así los ganaderos argentinos perderían a sus clientes más valiosos.
Por otro lado, como consecuencia del Control de Cambios argentino, las ganacias de las compañías británicas,
sin posibilidad de ser remitidas, comenzaron a acumularse en Buenos Aires, mientras que el aumento de los impuestos
aduaneros preocupaban a muchos exportadores brtánicos cuyos productos habían gozado de franquicias.
La Sociedad Rural Argentina comenzó, entonces, a presionar al gobierno de Justo para que se emprendiera una
acción diplomática a fin de ayudar a los ganaderos locales a mantener su participación en el mercado de GB. Entonces
Justo, en 1933, envió una misión encabezada por Roca (h) para negociar el mantenimiento de la cuota argentina de “carne
enfriada” en el mercado británico. La principal preocupación de Argentina era la amenaza de reducción de la cuota de
importación de carnes para los países ajenos al Commonwealth, como la Argentina. También perjudicaba la implementación
de licencias de imortación, que imponía el control de comercio de carnes por parte de GB. A su vez, algunas medidas del
gobierno argentino afectaban los intereses de GB, como el Control de Cambios, el incremento de aranceles y la situación de
diversas compañias británicas en Argentina.
GB pretendía una asignación preferencial de las Divisas, un desbloqueo de fondos congelados y una reducción
de los aranceles. A cambio, estaba dispuesta a aceptar la suspensión temporaria del pago del servicio de la deuda externa.
Además, por su parte, Agentina pedía que no se redujera la cuota de chilled o carne enfriada, y que el gobierno local
mantuviera el control de esa cuota. Finalmente se firmó el 01/05/1933 el Pacto Roca-Runciman.
Pacto Roca-Runciman: Este Convenio no ofreció demasiadas ventajas para la Argentina, mientras satisfacía la mayor
parte de los pedidos del lado británico. El Pacto aseguraba una cuota de carne enfriada en el mercado inglés(en un monto
un 10% menor qu la cantidad importada hasta 06/1932, la más baja de los últimos años), y GB concedía una participación a
los frigoríficos nacionales para la exportación de carne argentina mediante una cuota del 15% que tardó varios años en
poder hacerse efectiva. A cambio, GB lograba un trato en forma preferencial de sus inversiones en Argentina y el no
incremento de los aranceles a sus productos, como el carbón, etc, como la reducción de aranceles para otros productos de
ese orígen. Además se lograron acuerdos financieros, llamados “empréstitos de desbloqueo”, que establecieron un plan de
emisión de bonos de largo plazo y a un interés razonable para poder reestructurar las deudas anteriores, con el fin de
desbloquear el dinero bloqueado anteriormente, por no haberse logrado la cantidad de cambio suficiente para hacer los
correspondientes envíos. Los títulos eran transferidos a los tenedores de ese dinero bloqueado, los cuales lo traspasaban al
Tesoro argentino para ser destinado a la amortización de la deuda flotante. El gobierno mantuvo así el servicio íntegro de su
deuda externa, pero a pesar de respetar sus compromisos internacionales, no obtuvo mayores beneficios en sus
negociaciones internacionales posteriores.
El Pacto Roca-Runciman evitaba una brusca contracción de las exportaciones de carnes, pero no aseguraba la
posición de los ganaderos, ya que el carácter oligopólico de los frigoríficos y la falta de control estatal en el negocio les
permitía a aque llos plenamente ejercer su poder de compra, clasificando la calidad de las carnes y manejando los precios
de manera arbitraria. Los ganaderos volvieron a reclamar entonces la intervención del Estado en su defensa, aunque la
división entre “criadores” e “invernadores” se hizo manifiesta en las discusiones sobre el alcance de la intervención. Los
primeros pretendían la participación directa en la industrialización y comercialización de las carnes y los segundos solo
exigían un “marco regulatorio”.
En 09/1933 se aprobó la ley que creaba la Junta Nacional de Carnes, dicha ley se inclinaba a satisfacer los
reclamos de los “invernadores”. Aún así, se creó el Frigorífico Nacional de la Capital y de la CAP (Corporación Argentina de
Productores de Carne), organismo dirigido por un gran dirigente criador.
Sin embargo, los frigoríficos, continuaban ejerciendo su dominio, mientras los precios en el mercado inglés habían
comenzado a subir, ellos pagaban a los ganaderos un precio cada vez menor. Por eso, en 1934, Lisandro de la Torre,
senador por Santa Fé, declaró que los ganaderos aún estaban siendo explotados por los frigoríficos, designando una
Comisión Investigadora del Comercio de Carnes, la cual descubrió que el pool de frigoríficos estaba evadiendo una parte
importante del tributo, lo que permitía sospechar de la conveniencia de algunos funcionarios en una Estafa al Estado.
También se descubrió que esos frigoríficos recibían un tratamiento “preferencial” en la Comisión de Control de Cambios a la
hora de negociar las divisas obtenidas. Se acusaba a los empresarios de los frigoríficos de dominar por completo el
mercado de la carne, manejando el precio del ganado, favoreciendo a un pequeño número de invernadores y despojando a
la inmensa mayoría de los productores. Lo frigoríficos imponían, además, codiciones inhumanas de trabajo a los obreros, a
quienes pagaban salarios miserables. Su poder, con el apoyo del aparato burocrático del Estado, era utilizado también para
forzar una descapitalización de los pequeños frigoríficos competidores y para desplazarlos por completo del mercado de
exportación o absorberlos.
Se señalaba, además, que las leyes que creaban la Junta Nacional de Carnes y la CAP eran utilizadas en
provecho del grupo oligopólico de frigoríficos extranjeros y del grupo ganadero más vinculado a ellos. Entonces, Lisandro de
la Torre denunció no sólo la acción distorsiva del monopolio de los frigoríficos, sino además la complicidad del gobierno en
la maniobra de dicchos empresarios. La discusión terminó con el asesinato en el recinto del Congreso de Enzo
Bordabehere, quien era Senador de Santa Fé, recibiendo los disparos que iban dirigidos para su amigo de la Torre. Así, este
suceso de los “frigríficos monopolistas” generó un gran rechazo por parte de la opinión pública.
El Acuerdo Roca-Runciman tenía una duración de 3 años, finalizado este se celebró un nuevo tratado llamado
Malbrán-Eden.
Malbrán-Eden: El gobierno británico se encontraba bajo una fuerte presión de los propios ganaderos ingleses, que
demandaban simultáneamente protección frente a la competencia extranjera y apoyo financiero oficial. Por eso en el nuevo
Tratado las carnes argentinas fueron gravadas con un arancel del 20% sobre el precio de venta, que se utilizaría para
subvencionar a los ganaderos británicos. A cambio de ello, el gobierno argentino adquiría el derecho de distribuir los
permisos de exportación entre los frigoríficos, ante manejado por el gobierno inglés. Este Tratado manifestaba la debilidad
del gobierno argentino en las negociaciones y la creciente dificultad para sostener los pilares de la estructura productiva de
la Argentina.
Par compensar las pérdidas que el nuevo tributo británico podía transportar a los ganderos y a los frigoríficos, el
gobierno implementó un subsidio y un tipo de cambio diferencial para las divisas liquidadas por los frigoríficos. De esta
manera, el precio final de venta del chilled beef argentino en el mercado londinense no sufriría alteraciones a pesar del
impuesto y así, las exportaciones no se verían alteradas. Así, el tesoro público, nutrido por los contribuyentes argentinos se
hacía cargo de los subsidio a los ganaderos británicos.

3,4,3. Las relaciones comerciales y otros tratados internacionales de la época


La Depresión golpeó las relaciones con GB y con otras potencias, pero con la firma del Pacto Roca-Runciman, la
política exterior recuperó dinamismo, aunque introduciendo características novedosas con respecto al pasado. En primer
lugar, según la influencia del contexto mundial se avanzó firmemente hacia el bilateralismo con países como Alemania,
Suiza, Brazil, Bélgica y Holanda.
En segundo lugar,pudo observarse un mayor interés en la diversificación de los mercados de exportación e
importación., esto significaba no limitarse a comerciar únicamente con GB, sino expandirse.
Por otra parte, la desestructuración del orden económico mundial provocó una agudización de la competencia
entre las potencias. En el caso de Argentina en particular, la disputa por incrementar su influencia llevó a GB, EEUU y
Alemania a importantes conflictos hasta la consolidación de un nuevo orden internacional en la inmediata posguerra. Estas
disputas le permitían a los países latinoamericanos negociar con mayor elasticidad.
Relaciones comerciales con Alemania: Antes de la primera Guerra Mundial, dicho país había sido un proveedor importante
del mercado argentino. A su vez la Argentina, era la nación sudamericana con mejores relaciones económicas con
Alemania, aunque en los ’20 las relaciones venían muy lejos del nivel anterior y en un nivel secundario en comparación con
GB y EEUU, pero la crisis del ’30 afectó fuertemente esas relaciones que se deterioraron hasta 1934, afectando
especialmente este comercio bilateral derrumbandolo.
En 1934 vino a la Argentina una delegación alemana encabezadA POR Otto Kiep, quién planteó la imposibilidad
de los alemanes de comprar carnes. Además, la Argentina se resistía a convalidar un intercambio sin divisas. Luego de esta
conversación se firmó un Convenio Comercial y de Pagos, donde ambos países se comprometíana que sus importadores
tuvieran un tipo de cambio tan favorable como el de cualquier otra nación. También se creó un organismo mixto para
contemplar las diferencias que pudieran generarse en la puesta en práctica del acuerdo, con sede en Buenos Aires.
El convenio con Alemania fortalecía la clásica división internacional del trabajo, de intercambio de materias primas
por productos amnufacturados, similar a nuestra relación con GB. Así Alemania se convirtió a partir de 1937 en el principal
comprador de carne congelada argentina, absorviendo alrededor del 50% de dichas exportaciones, y su importancia como
comprador de cereales y lino también se incrementó. Dado el fuerte superávit comercial que la Argentina tenía en el
intercambio bilateral, el gobierno argentino triplicó las compras oficiales provenientes de dicho país, entre ella importaciones
de material ferroviario. Aún así el comercio no logró retornar a los volúmenes de la década del ’20 y finalmente con el inicio
de la Segunda Guerra Mundial el comercio bilateral se interrumpió casi en forma total.
El estallido de la guerra significó un duro traspié para las empresas alemanas en la Argentina, que con la
declaración de la guerra fueron expropiadas y nacionalizadas. Argentina con la declaración de la guerra quedó aislada del
continente y no le quedó otra que dedicarse a la sustitución de importaciones y apuntar al mercado interno.
Relaciones comerciales con EEUU: En 1941 se firmó un tratado comercial con EEUU pero las negociaciones padecieron las
múltiples dificultades que atravesaron las relaciones argentino-norteamericanas en los años ’30. El primer motivo de
conflicto fue el Pacto Roca-Runciman, que por sus cláusulas con respecto al tratamiento diferenciado del Control de
Cambios, los aranceles y las inversiones, beneficiaba a GB y discriminaba a terceros países, entre ellos a EEUU, que era el
segundo partenaire más importante en la Argentina. Por esta razón, en 1934 se aprobó en el Congreso norteamericano la
“Reciprocal Trade Agreement Act”, que estimulaba la firma de tratados comerciales con otros países sobre la base de la
cláusula de la “Nación más favorecida” procurando eliminar todo tipo de discriminaciones mutuas y barreras comerciales,
pero las negociciones con Argentina fueron demorándose. Argentina tenía dificultades para colocar sus productos
agropeuarios en el mercado de EEUU, ya que afectaba los intereses del llamado “farm block”(ganaderos y agricultores del
medio oeste y oeste estadounidense), que veían en la Argentina un competidor para sus propios productos, por lo que el
gobierno de EEUU tendía a responder a sus intereses gravando los productos argentinos.
En 1939, el Departamento de Estado norteamericano decidió iniciar formalmente las negociaciones para un
acuerdo bilateral, el cual se demoró 2 años. En la Argentina eran los sectores industriales los más interesados en llegar a un
arreglo, pues la situación del abastecimiento de bienes de capital y materias primas se había transformado crítica en un
país que se industrializaba rápidamente.
En 1941 se firmó el tratado comercial en donde ambos se concedían el tratamiento de “La Nación Más
Favorecida”(gozar recíprocamente de las mismas ventajas concedidas a terceros por cualquiera de ellos) en todas las
cuestiones relativas a derechos aduaneros. En este tratado no se incluyó la venta de carnes y no se eliminaron aranceles e
impuestos a los productos agropecuarios argentinos por parte de EEUU. El convenio no resolvía así el tema principal de
controversias en cuanto a la colocación de las exportaciones argentinas aunque facilitaba el abastecimiento de productos
en el mercado norteamericano. Además, aunque la guerra entorpecería las relaciones políticas y económicas, favorecería
por un tiempo la venta de productos agrpecuarios al país del Norte.
Relaciones comerciales con Brasil: El comercio argentino-brasileño representaba en los ’30 entre un 5% y 6%, pero había
ánimo de incrementarlo. Es así que en 1935 se firmó un convenio de “cooperación y coordinación”.
También se firmó un tratado de comercio y navegación, el cual contemplaba para ambas partes la entera libertad
de comercio y navegación, y la protección e igualdad recíproca de sus ciudadanos en territorio vecino.
A partir de 1939 se aceleró la preparación de la unión aduanera con el Brasil. En este año se firmó un protocolo,
donde el gobierno argentino se comprometía a asegurar permisos previos al tipo de cambio oficial para las mercaderías
provenientes del país vecino, tratando de no perjudicar a la industria nacional. Había, asimísmo, un compromiso de de
facilitar el desenvolvimiento del intercambio comercial y ambas naciones se concedían recíprocamente el tratamiento de la
“Nación más Favorecida” en los derechos de aduana y en su forma de percibirlos.
En 1940 fueron firmados entre los ministros de Hacienda, Pinedo y Souza Costa una serie de Recomendaciones
donde se establecía un régimen de intercambio en forma progresiva, mediante la garantía de que ese intercambio no sería
gravado con derechos aduaneros por un plazo de 10 años.
Finalmente en 1941, los cancilleres de Brasil y Argentina firmaron un tratado argentino-brasileño sobre
librecambio progresivo cuyo prpósito era establecer en el futuro una unión aduanera abierta a la adhesión de los países
limítrofes, lo que se reconoce como antecedente histórico del Mercosur. Una de las cláusulas era promover la instalación en
ambos países de actividades industriales o agropecuarias no existentes, indicando así la voluntad de establecer políticas
comunes activas. Gracias a estos acuerdos las exportaciones argentinas al Brasil aumentaron sustancialmente. Pero en
los’40 el signo de la balanza comercial se mantuvo desfavorable para la Argentina, revirtiendo la ocurrido en la década
anterior y el incremento de las ventas argentinas al Brasil se centró en bienes primarios, como exportaciones de cereales,
frutas seca y semillas de lino.
Además de estos tratados se hicieron también acuerdos bilaterales varios con países europeos, como Bélgica,
Holanda y Suiza.

3,5. El intervencionismo de Estado


3,5,1. Crisis e intervencionismo
Mientra el gobierno argentino enfrentaba a los efectos de la Depresión tratando de preservar las exportaciones de
carne a GB e introduciendo algunas herramientas que permitieran un mejor manejo de la coyuntura económica, la crisis
mundial seguía afectando a la economía local.
Pero en 1933, se produciría un cambio de rumbo en la política económica debido al estado crítico de la coyuntura
y por el principio de solución de los problemas más anhelados de la elite ganadera que representaba la firma del Pacto
Roca-Runciman. Así, con diversas medidas, el gobierno de Uriburu había intentado proteger a la economía del país
(especialmente, a los sectores económicos más poderosos) de los efectos más inmediatos de la crisis, que con la llegada
de Pinedo y Tomaso al comando del Ministrerio de Hacienda, se aplicó un enfoque más global y de largo plazo, para lo cual
se recurrió a una activa participación del Estado en la regulación y orientación de la economía.
Las medidas económicas implementadas por el gobierno de Justo a partir de la llegada de Pinedo al Ministerio de
Hacienda y a través de su plan de Acción Económica de 1933, abarcó simultáneamente 4 frentes.

3, 5, 2. El Mercado cambiario
Dentro del nuevo esquema jugó un rol fundamental el control de cambios, el cuál fue clave para la regulación de
varios mercados. Para adaptarlo a los nuevos requerimientos, Pinedo procedió a realizar una importante reforma del Control
de Cambios, que consistió en la división del mercado cambiario en un mercado oficial y en otro libre. En el primero, cuyo
tipo de cambio era fijado por el gobierno a través de la Comisión de Control de Cambios primero , y por el BCRA a partir de
1936, debían liquidarse las divisas provenientes de las exportaciones regulares. En el mercado libre, debían liquidarse las
divisas provenientes de las exportaciones no regulares, de las inversiones extranjeras directas, de fondos flotantes
externos, de fletes marítimos y de diversas transacciones comerciales y financieras privadas.
Funcinamiento: Los exportadores estaban obligados a vender sus divisas a la Comisión a un tipo de cambio oficial de
compra, mientras que los importadores y aquellos que necesitaban efectuar pagos en el exterior debían para adquirirlas
obtener permisos previos de la Comisión, fijándose diariamente el tipo de vendedor por licitación entre los poseedores de
permisos. Sólo quienes realizaban exportaciones no regulares podían volcar sus divisas al mercado libre, al cual debían
recurrir aquellos importadores que no hubiesen podido obtenerlas en el mercado oficial, con lo cual intentaba bloquearse
reaparición de fondos bloqueados.
Este mecanismo le permitió al gobierno, obtener una importante fuente de ingresos fiscales, como resultado de de
la diferencia entre los tipos de cambio comprador y vendedor, que permitían financiar la Junta Reguladora de Granos.
Una sustancial devaluación del Peso permtió mejorar los ingresos de los exportadores complementando las
medidas cambiarias y posibilitando una paulatina recuperación del sector externo. En el mercado oficial la devaluación fue
del 20% y en el Libre del 65%. Esta situación favorecía a los sectores de las actividades tradicionales, que eran los que más
perfil exportador tenían. Además, representó un aliciente para el ingreso de capitales extranjeros, no tanto para inversiones
productivas que se veían parcialmente neutralizadas por la importación de bienes de capital o insumos que debían
liquidarse en el mercado libre, pero el marco sí era favorable para inversiones financieras o especulativas.

3, 5, 3. Regulaciones en los mercados de bienes


A fin de evitar una mayor caída de la actividad interna, desde 1931 comenzaron a crearse comisiones asesoras y
juntas reguladoras, cuya finalidad era proteger los intereses de los distintos sectores productivos: cerealero, cárnico,
azucarero, vitivinícola, textil, etc. En total en el ’30 se crearon 21 organismos autónomos y 25 sin autonomía.
Mecanismo: Por ejemplo la Junta Reguladora de Granos compraba los cereales a los productores a precios básicos
“mínimamente rentables”, y los vendía luego a los exportadores a los precios de mercado, deprimidos por la crisis. La idea
era proteger a los primeros de la caída de los precios internacionales, absorviendo las posibles pérdidas que puedan tener.
Sin embargo, las Juntas Reguladoras no generaban habitualmente condiciones para estimular la producción ,
favorecer nuevas experiencias tecnológicas o mejorar las condiciones de trabajo: habían sido creadas, sobre todo, para
defender mejor a los distintos sectores económicos en crisis. Se limitaron así a organizar el sistema de manera de no
perjudicar a los grandes productores y mantener el interés de los pequeños y medianos en seguir produciendo.
En síntesis, se dedicaban a fijar precios mínimos y a regular las exportaciones e importaciones.

3,5,4. La política monetaria y la creación del BCRA.


En 1935 se creó el BCRA, con el objetivo de regular la moneda y el crédito adaptando el circulante a las
necesidades de la actividad económica.
La idea de la creación del BCRA venía madurando desde hacia años, aunque se enfrentaba con los partidarios de
mantener el sistema existente (Control de Cambios o Caja de Conversión), que se había revelado insuficiente para evitar la
fuga de oro o devaluación durante las crisis y cuya innegable rigidéz en épocas de convertibilidad impedía el manejo de la
política monetaria, mientras en momentos de inconvertibilidad fomentaba el emisionismo incontrolado.
Funciones del BCRA:
1- Poseer el privilegio exclusivo de la emisión de billetes en el territorio nacioanl.
2- Mantener una reserva suficiente para asegurar el valor del Peso, ya sea en oro, divisas o cambio extranjero,
equivalente al 25% como mínimo de sus billetes en circulación y obligaciones a la vista.
3- Regular la cantidad de crédito y de los medios de pago adaptándolos al volúmen real de los negocios a través de
operaciones de redescuento en el sistema bancario y otro tipo de actividades.

Proyecto de Prebisch aprobado para la creación del BCRA :


1- Creación del Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias para el zaneamiento de la situación bancaria para que el
BCRA comenzara a funcionar sin tropiezos ni limitaciones.
2- Creación de la Inspección de Bancos, como dependencia del BCRA, con facultades para examinar la situación de las
entidades bancacrias.
3- Dotación al BCRA de un instrumento de absorción de fondos sobrantes en el mercado, para actuar en el proceso
cíclico. Cuando los efectivos de los bancos crecían sostenidamente, el BCRA debía absorberlos e inhibir los fondos
excedentes, para que no diera lugar a una expansión excesiva del crédito. Cuando la situación se invertía, se
devolverían esos efectivos para evitar la contracción.
4- Con respecto a la variación de la tasa de redescuento, Prebisch otorgaba al BCRA gran flexibilidad para el manejo del
ciclo según su fase.
5- Este proyecto incorporaba al BCRA el manejo del control de cambios para permitirle un mejor manejo de la economía
frente a fluctuaciones externas indeseables.

La nueva institución, bajo la inspiración de Prebisch, debía transformarse así en un instrumento que fuera lo
suficientemente flexible como para aplicar políticas monetarias expansivas durante los momentos de depresión y, políticas
contractivas durante los de expansión, esto es, una política anticíclica.
El BCRA quedó constituído como una entidad de capital mixto, la mayoría de cuyo directorio se elegía por los
bancos accionistas. En cambio, el presidente y el vicepresidente eran designados por el Poder Ejecutivo con acuerdo del
Senado y duraban 7 años en su cargo, pudiendo ser reelectos. Finalmente, el BCRA comenzó sus actividades en 1935.
Otra de las instituciones creadas en esos años fue el Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias. Para su
funcionamiento se destinaron 700 millones de pesos resultantes de la revaluación del oro transferido de la Caja de
Conversión al BCRA. El mismo se fundó para hacerse cargo de los créditos que algunos bancos no podían cobrar debido a
la crisis y que los podían arrastrar a la quiebra. Esos créditos no cobrables en forma inmediata y los bienes no realizables
rápidamente, caían bajo la denominación de activos congelados de los bancos, por oposición de los activos liquidables. El
instituto procuraba, auxiliar al banco de la nación y a otros bancos comerciales que se hallaban en dificultades por
considerar que ello afectaba el interés público.
Bajo la gerencia de Prebisch, el BCRA siguió hasta el estallido de la guerra una política anticíclica. Hasta 1938, la
mejoría de las condiciones económicas con respecto al pico de la crisis dio lugar a un ciclo ascendente, aplicando una
política monetaria contractiva. En estos años, se superó en parte la falta de divisas característica del período 1930-1934, y
el BCRA debió comprar una importante cantidad de moneda extranjera, lo que suponía inyectar dinero local en el mercado.
Por eso, para evitar posibles tensiones inflacionarias, el BCRA lanzó títulos públicos que le permitían volver a sacar del
mercado parte de ese dinero. Con una porción de las divisas, a su vez, se cancelaron deudas con el exterior para reducir la
carga de intereses en el futuro. Así, cuando las condiciones económicas se volvieron a deteriorar en 1938, el BCRA adoptó
una posición más elástica, para intentar reducir el impacto de la nueva crisis sobre las actividades productivas.
3, 5, 5. La política fiscal.
La política fiscal sufrió a partir de 1933 una serie de transformaciones. El más novedoso fue un significativo
aumento del gasto, que se relacionó con un importante crecimiento de la inversión pública y la creación de los organismos
reguladores (Juntas Reguladoras).
En 1930, el déficit fiscal fue muy alto, bajando en los años siguientes, hasta alcanzar un superávit en período
1935-1936, pero se desbarrancó nuevamente en 1938, se recuperó en 1939 y volvió a caer en 1940.
Las inversiones se destinaron al programa de construcción de caminos, que además de incrementar el nivel de
empleo, estimuló la demanda de automotores y camiones, agudizando la declinación de los ffcc.
El aumento del gasto implicaba un serio problema para el gobierno, debido a que la recaudación fiscal se
estructuraba en función de los ingresos aduaneros, afectados por el descenso del comercio exterior a causa de la crisis. Por
eso, la política apuntó a captar mayores recursos de las actividades internas. Se estableció el impuesto a los réditos
(ganancias), que consistía en gravar las ganancias de los ciudadanos y de las empresas. A su vez, hubo un gran
incremento de diversos impuestos internos, obteniendo como resultado de la reforma tributaria un gran incremento de la
recaudación, lo que mejoró la situación fiscal.

3, 5, 6. La evolución de la coyuntura.
El conjunto de medidas descriptas apuntaba a contener los efectos de la crisis sobre las actividades internas y
estimular la reactivación económica. Pero el contexto general también comenzaba a mejorar lentamente, y hacia 1934 esa
ligera recuperación se tradujo en una mejoría de los precios internacionales de las exportaciones para la Argentina.
Se fue gestando una progresiva reactivación debido a la nueva política económica y a las mejores condiciones
generales. A partir de 1933, comenzó una tendencia ascendente del producto que se mantuvo hasta el final de la década.
Desde el punto de vista sectorial, lo más destacable fue el incremento sostenido en la participación de la industria
manufacturera. Otro sector que mostró un comportamiento más dinámico que el promedio fue el de los servicios, como
consecuencia, sobre todo, de la expansión de la actividad del estado en el período.

3, 5, 7. La influencia del grupo Pinedo – Prebisch y el plan de Reactivación Económica de 1940.


El llamado “Grupo Pinedo- Prebisch” adquirió protagonismo como el equipo técnico- profesional que diseñó la
política económica del país en los años ’30. Pinedo era Ministro de Hacienda y tenía la colaboración de un grupo de
economistas y profesionales que ocupaban puestos clave en la admnistración pública, entre ellos Prebisch. Este grupo
impulsó el intervencionismo estatal adoptando las instituciones y organismos públicos ya mencionados y reforzando el
aparato administrativo del Estado. Por otro lado, apoyaron los intereses de los grandes productores agropecuarios e
industriales ante los efectos depresivos de la crisis de 1930. De esta manera, se inclinaron por mantener los vínculos
tradicionales con GB, mientras se orientaban hacia EEUU en la búsqueda de un modelo para sus innovaciones en materia
de política económica.
El grupo Pinedo-Prebisch elavoró un programa para reactivar la economía argentina, que contenía instrumentos
keynesianos orientados a fortalecer la balanza de pagos e inducir, al mismo tiempo, una expansión del ingreso y la
producción nacional. Había que dirigir la atención hacia el mercado interno y fortalecer la economía en forma compatible
con las limitaciones que imponía el delicado estado del sector externo. Las diferencia de la política económica de los
gobiernos conservadores y este grupo, con respecto al problema de las carnes en el sector ganadero y a una serie de
transformaciones internas, provocaron la renuncia de Pinedo, quien en 1940 vuelve a su cargo en el Ministerio de Hacienda
durante el gobierno de Castillo. Era un momento significativo, ya que existía un fuerte déficit comercial, especialmente con
EEUU.
En este contexto pinedo puso a consideración del Parlamento, en 1940, un Plan de reactivación económica, el
cual se llamó “El Plan Pinedo de 1940” .
Plan Pinedo de 1940: Ese plan expresaba la necesidad de proteger y desarrollar, con ciertas limitaciones, la
industria nacional y sostenía la idea de un incremento de la demanda interna para reactivar el aparato productivo. Para ello,
planteaba una reforma financiera que permitiera implementar un régimen crediticio especial para el sector industrial y para
la construcción de viviendas populares. Trataba así de revitalizar una economía afectada por la guerra por medio de un
sector con un gran efecto multiplicador, como el de la construcción, mientras apoyaba la demanda interna para absorber los
stocks de cereales que no encontraban destino externo por causa de la guerra.
Por otra parte, para hacer frente al déficit comercial de 1939-1940, se proponía un control selectivo de las
importaciones, hecho que, debía ayudar a fortalecer al sector industrial. A fin de estimular las exportaciones se
implementaba también un conjunto de medidas, entre ellas, incentivos cambiarios, facilidades financieras y modificaciones
arancelarias.
Dado que los mercados tradicionales estaban afectados por la guerra, el plan ponía especial énfasis en la
reorientación del comercio exterior, en donde Brasil y EEUU serían los nuevos protagonistas. En el caso de Brasil, se
recomendaba negociar un tratado comercial que contemplara la rebaja ( y, eventualmente, la eliminación) de los aranceles
de importación recíprocos.
Para desarrollar el intercambio con EEUU, que en ese momento era de nuevo principal acreedor en la Argentina,
se estimulaban de diversas formas las exportaciones hacia aquel país. En forma recíproca se creaba un “fondo de cambio”
para favorecer la intrducción de productos nortemericanos, al mismo tiempo que se trataba de financiar una parte de esas
importaciones mediante la ayuda crediticia de EEUU (incluso serviría para comprar los ffcc de GB en Argentina). La
diplomacia de GB no vio con buenos ojos el plan Pinedo, acusando al ministro más amigo de EEUU que de GB.
En el ámbito político, Pinedo tuvo conversaciones secretas con los radicales (Alvear) a fin de obtener su apoyo al
proyecto y acabar con el raude electoral.
El Plan económico fue aprobado en el Senado, pero no se aprobó en la Cámara de Diputados por oposición de
los radicales, lo que le costó el puesto.
El plan fue rechazado debido a que no tuvo gran adhesión. Por un lado, tenía apoyo de los empresarios
industriales representados por la UIA, pero no de las organizaciones rurales del interior, ya que EEUU representaba un gran
competidor para sus productos agrpecuarios. Por otro lado no tuvo apoyo político.
Las medidas de industrialización, el acercamiento con EEUU y la apertura política hacia los radicales parecían ser
aspectos dominantes en el proyecto del ministro, pero demandaban un acuerdo político con pocas posibilidades de
concretarse con éxito en la Argentina de 1940. Significaban también el comienzo de un cambio interior en las claes
dirigentes, proceso que será profundamente afectado por la del peronismo. Este último solucionará la problemática de la
industrialización apoyado en otras bases económicas, políticas y sociales.
La renuncia de Pinedo y el fallecimiento de Justo en 01/1943, agravado por el golpe militar 6 meses después
significaron la caída del grupo conformado por Prebisch y otros.

3, 5, 8. La política económica y la competencia anglo-norteamericana


El primer efecto del Pacto Roca-Runciman fue favorecer, a través del Control de Cambios las importaciones de
GB, perjudicando a los otros países, principalmente las importaciones de EEUU., las cuales descendieron en gran medida.
El trato preferencial que se le daba a GB se debía a necesidades coyunturales
La política económica global trazada por Pinedo abrió un espacio para mejorar las relaciones con otras naciones,
entre las que EE UU consiguieron importantes beneficios. En este sentido, aunque el Control de Cambios restringía las
importaciones provenientes de EEUU, contradictoriamente estimulaba la radicación de nuevas inversiones de ese orígen ,
que se veían atraídas por la rápida expansión del mercado interno y por un tipo de cambio muy favorable, ya que las divisas
provenientes de inversiones del exterior podían ser liquidadas en el mercado libre a precios convenientes. El flujo de
inversiones de EEUU en la Argentina, iniciado en lo años ’20, continuó entonces sin muchas alteraciones en los ’30,
radicándose establecimientos textiles como Sudamtex (1934), Anderson Clayton (1936) y Ducilo (1937); y empresas
dedicadas a la producción de electrodomésticos, artefactos eléctricos y de diversos tipos de bienes de consumo durarero.
También, se radicaron en Argentina las principales firmas farmacéuticas y químicas de EEUU
Rivalidad anglo-norteamericana en el sistema de transportes: En el país había una gran rivalidad anglo-norteamericana en
el sistema de transportes. El desarrollo del transporte automotor, la construcción de caminos y la depresión de los años ’30
deterioraron las finanzas de las compañías ferroviarias inglesas. A esto se le sumó la depreciación del Peso argentino, que
disminuyó sus ganancias en libras esterlinas y, la implantación del Control de Cambios, que obstaculizó el giro normal de
los ya escasos envíos de dinero a GB. En los años ’30 y ’40 las acciones ordinarias de las principales compañías
ferroviarias no pudieron adquirir ganancias, mientras su cotización descendía.
Los empresarios británicos no querían perder el monopolio del sistema de transportes, centrando sus reclamos en
la competencia de los automotores.
El “transporte por camiones” de los productos agrícolas se había desarrollado gracias a la crisis de ese sector,
ofreciendo servicios más ágiles y accesibles. Mientras tanto, el “transporte urbano” estaba siendo dominado por ómnibus y
colectivos. Además, el tansporte automotor operaba sin estar sujeto a obligaciones financieras, ni bajo un control
gubernamental similar al de las compañías ferroviarias, por lo que tenía costos operativos menores. Ante tales
circunstancias los intereses británicoscomenzaron a sostener la conveniencia de contar con una política de coordinación de
transportes por parte del gobierno nacional.
La negociación del Pacto Roca-Runciman facilitó a las empresas ferroviarias la gestión en defensa de sus
intereses y, finalmente, el 30/09/1936 se aprobó la “Ley de Coordinación de Transportes”. Esta ley estableció la creación de
una Comisión Nacional que implantaba varias disposiciones al transporte automotor. Además, esta Comisión tenía
facultades para prohibir la expansión comercial futura del transporte automotor y proteger a los ff. cc. contra una
competencia desleal. Finalmente, la ley creaba la Corporación de Transportes, monopolio controlado por las empresas de
transporte británicas, a la cual debían incorporarse compulsivamente todas las empresas del rubro, subordinando al
transporte automotor urbano de pasajeros. A pesar de la sanción de esta Ley, la competencia del transporte automotor
continuaba privando a los ffcc del tráfico de las cargas más redituables y, además, el transporte urbano continuó bajo el
predominio de automóviles y colectivos.
Este plan de política económica mostraba ciertas contradicciones, pues mientras se atendían algunas demandas
de las compañías ferroviarias, se impulsó un importante plan vial con características poco favorables a dichas empresas. Si
bien una parte de los nuevos caminos eran de acceso a las estaciones, la fracción mayoritaria consistía en caminos con un
trazado paralelo a las vías férreas. De esta manera, el desarrollo del transporte automotor no complementaba al ff. cc., sino
que representaba una competencia directa, en la cual el ff. cc. corría en desventaja al tener que mantener su propia red,
mientras los caminos eran construídos por el Estado y no por las empresas de transportes.
A pesar de ladiscordacia de interesesentre diversos grupos económicos ingleses y norteamericanos, en algunos
terrenos hubo espacio para el trabajo en conjunto, por ejempl CADE (Compañía Argentina de Electricidad), controlada por el
grupo SOFINA, en el que convergían capitales alemanes, británicos, norteamericanos y canadienses.
La disputa entre las competencias influía también en las posiciones adoptadas por la dirigencia política. A partir de
1940 las importaciones desde EEUU se incrementaron y el déficit del balance de pagos argentino con ese país reapareció,
pero, para ese entonces, resultaba imposible un nuevo estrechamiento de las relaciones comerciales con GB, ya que ésta
no estaba en condiciones de sostener el flujo de inversiones ni el comercio bilateral. La relación triangular en la que había
participado la Argentina en el primer tercio del siglo no era estática; la importancia de EEUU tendía a crecer, mientras que la
británica, a disminuir, conforme a la evolución de las propias condiciones económicas internas. Por lo tanto, en los años ’30
aparecieron importantes desequilibrios, los cuales imponían políticas apropiadas para solucionarlos. El problema era que no
había unanimidad con respecto a las características de dichas políticas. Para la fracción más conservadora, la estrategia
más adecuada consistía en recomponer las relaciones con GB. En cambio, para otro grupo, las nuevas condiciones eran
irreversibles y el mejor camino pasaba por vincularse más estrechamente a EEUU, apostando a fortalecer el mercado
interno para sustituir el destino de las exportaciones declinantes y compensar con producción local la simultánea reducción
de las importaciones.
El Plan Pinedo era el proyecto más acabado de la segunda posición, el cual fue muy elogiado en EEUU. Dicho
Plan fue resistido por u sector de las elites tradicioanles y el Congreso no lo aprobó. La ausencia de un verdadero sistema
democrático (el gobierno conservador se había mantenido gracias al fraude electoral) impedía un debate de fondo sobre las
políticas económicas, a través del cual hubieran podido manifestarse otros sectores económicos y sociales.
Según Rockefeller (norteamericano, representante de intereses petroleros e industriales), la única capacidad de
incrementar las exportacioneshacia América Latina residía en la capacidad de industrialización de esos países, la cual
suponía un acoplamiento con EEUU.
El drama de la Argentina para sus sectores dirigentes consistió, justamente, en que ese acoplamiento no podía
lograrse, pues la producción argentina no era complementaria de la norteamericana, lo que conduciría a un desequilibrio
comercial crónico.
La ruptura del sistema multilateral de comercios y pagoseliminó toda posibilidad de una solución intermedia.
Cuando ese sistema multilateral se restableció, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la posibilidad de la Argentina de
replantear las relaciones internacionales sobre las nuevas bases ya no era posible, pues no constituía más un centro de
interés de los países industrializados. Las disputas diplomáticas de los años ’30 con los gobiernos de EEUU, el Pacto Roca-
Runciman, y el largo y estrecho vínculo que todavía existía entre Argentina y GB dificultaron aún más la posibilidad de que
las argentino-norteamericanas retomaran el camino emprendido en los años ’20.
La Argentina, hacia 1930, representaba el cuarto país en importancia dentro de las inversiones de EEUU en el
mundo, resultaba ahora la última, en la óptica de EEUU, dentro de América Latina.

3, 6. Población y migraciones internas


La proporción de la población extranjera en el total de la población del país comenzó a descender abruptamente
después de 1930. La imigración masiva tuvo su última expresión en el período 1921-1930, en el período siguinte 1931-1940
descendió en gran medida, cayendo aún más entre 1941-1946.
La creciente desocupación, secuela de la crisis de1930, determinó que el giobierno provisional de Gral. Uriburu
dictara un decreto que iniciaba una política selectiva en materia de inmigración. Dicha medida obligaba a pagar un “arancel
consular” para que los cónsules visaran sus certificados de buena conducta y buena salud. En 1932, como consecuencia de
los desocupados, el gobierno del Gral. Justo promulgó un decreto, conocido como de “Defensa de los Trabajadores
Argentinos”. El mismo ordenaba a los cónsules argentinos en el extranjero la suspensión de los de los permisos de
desembarco y de los visados documentos a los inmigrantes que no tuviesen ocupación garantizada. La inmigración
quedaba permitida sólo a parientes directos, a extranjeros radicados en el país, siempre que acreditara solvencia y buena
conducta, y se comprometieran a costear su subsistencia en caso necesario.
En 1938, siendo presidente Ortiz, 2 decretos consecutivos establecieron restricciones aún más severas a la
inmigración. Por el primero de ellos se procuraba “reprimir el ingreso de clandestinos refugiados, entre ellos, judíos
centroeuropeos, republicanos españoles , con ideas izquierdistas o comunistas, que huían al finalizar la guerra civil de su
país, etc. Desde entonces se establecieron restricciones legales y un sistema de control policial y administrativo a la
inmigración. El otro decreto, se funamentaba en la necesidad de restringir la inmigración en función de la desocupación y la
caída de la producción agrícola del país. Así propiciaba sólo aquella inmigración que viniera con propósitos definidos de
colonización.
Tras la crisis de 1930 disminuyó fuertemente el flujo de inmigración europea, pero una enorme masa gente
empezó a migrar desde las áreas rurales y las pequeñas ciudades del interior hacia las grandes ciudades del Litoral. Esto
significó no sólo la transición de la vida rural a la urbana, y de actividades artesanales a fabriles, sino también una nueva
emergencia de la “Argentina criolla”, que predominaba en el interior., y que ahora comenzaba a instalarse en los
conglomerados urbanos, especialmente en Buenos Aires. Surgía así un nuevo “proletariado industrial”.

3, 7. La situación social, el Movimiento Obrero y los partidos políticos (1930-1943)


3, 7, 1. La situación social y el movimiento obrero
El impacto de la crisis fue una ola de despidos, reducción de salarios y el desconocimiento de las leyes sociales
que cayeron sobre los trabajadores. La desocupación afectó al sector público y al privado, perteneciendo la mayoría a las
actividades primarias.
Una temprana manifestación de la crisis fue perceptible en la Capital Federal, en donde muchas personas vivían a
la intemperie y otras en chozas construídas con materiales precarios.
En el campo los chacareros y comerciantes terminaron arruinados y, por otro lado, los peones de campo
desocupados acentuaron el fenómeno de “Linyerismo”.
En este contexto, entidades privadas y sectores políticos aportaron medidas para solucionar los problemas
originados por la desocupación. Se efectuaron repartos de víveres, ollas populares y se proyectaron obras para permitir que
los desocupados ganaran un sustento.
El gobierno conservador también prestó atención al problema. En 1934, creó la “Junta Nacional para combatir la
Desocupación”, integrada por miembros en representación de varias instituciones, entre las que se encontraban la Sociedad
Rural Argentina y la Confederación General del Trabajo. Esta Junta se dedicaba a asistir a los desocupados. Aunque, la
solución definitiva a los prblemas generados por la crisis provino de la lenta recuperación económica iniciada a mediados de
la década.
La reactivación económica, apoyada en la industrialización sustitutiva de importaciones, permitió el mejoramiento
de las condiciones impuestas por la represión social y política y por la crisis económica a las clases trabajadoras. Así,
desde 1934 hasta 1939, en la Capital Federal (principal distrito industrial), se verificó un incremento del nivel de ocupación.
La clase media tampoco escapó a los efectos de la crisis. En los primeros años de la década, los despidos en el
sector público y privado dejaron sin empleo a numerosos funcionarios, profesionales y empleados. La reducción de los
sueldos estatales, resultado de los recortes presupuestarios, afectó a empleados y jubilados. La presión impositiva castigó a
los pequeños comerciantes e industriales y, en general, a los pequeños propietarios.
En el sector rural la caída de los precios afectó a los productores.
En lo referido al movimiento obrero, el golpe de Estado de 1930 lo encontró dividido ideológicamente. Los
principales rasgos en la evolución del movimiento obrero durante la década de 1930 y principios de la década de 1940
pueden sintetizarse brevemente:
1- Los anarquistas, que se resistieron a cualquier compromiso con el Estado, fueron desplazados en forma definitiva. Por
el contrario, se afianzaron las tendencias reformistas y burocráticas en la conducción del movimiento obrero. Las
organizaciones sindicales adquirieron un mayor perfil institucional, lo que les permitió una relación más fluida con el
gobierno y los empresarios.
2- A lo pocos días del golpe del ’30 se fundó la CGT que unificó temporariamente al partido obrero. La conducción de la
CGT quedó a cargo de los sindicalistas, fundamentalmente, y de los socialistas.
3- En 1935 los socialistas desplazaron a los sindicalistas de la conducción de la CGT, hecho que puso fin al
enfrentamiento entre ambas tendencias.

En 1936 ingresaron a la CGT los sindicatos comunistas y ese año a instancias de los dirigentes socialistas y
comunistas, el Congreso Constituyente de la CGT estableció la forma moderna de los Sindicatos por ramas industriales en
reemplazo del antiguo sindicalismo por oficio.
Así, hasta 1943, la dirección del movimiento obrero fue dominada por los socialistas. Por primera vez, sectores de
orígen marxista llegaban a la conducción del movimiento obrero.
Los sindicatos tradicionales, vinculados a la economía agroexportadora y al sector de transporte y servicios eran
los predominantes, pero, a su vez, comenzaban a organizarse los obreros de las nuevas ramas industriales.
Entre 1935 y 1937 se produjo el mayor número de huelgas con la mayor cantidad de huelguistas involucrados. La
actividad huelguística descendió entre 1938 y 1941 con el deterioro de la situación económica. Los salarios reales
experimentaron un leve crecimiento, pero la desocupación experimentó un leve crecimiento como consecuencia de la
iniciación del conflicto bélico mundial. La paralización de importaciones de insumos, prvocaron la disminución de las
actividades de ciertos sectores industriales. Por ejemplo en Capital Federal, las dificultades para importar materiales de
construcción afectaron al empleo en el sector. Sin embargo, en el sector agrícola, a raíz de la caída de los precios agrícolas
en 1938 y el cierre de de los mercados europeos por la guerra, se produjo el mayor número de desocupados.
En 1942, la cantidad de huelgas y de huelguistas creció bruscamente, pero el fuerte aumento del costo de vida
castigó a las familias obreras.
En cuanto a la conducción de la CGT, el comienzo de la Segunda Guerra Mundial dio lugar a agudos
enfrentamientos entre socialistas y comunistas, ambos al mando de la central obrera. En 1943 se produjo la ruptura de la
CGT. Pr un lado, los socialistas conformaron la CGT N° 1(Unión ferroviaria, Unión Tranviarios y otros sindicatos menores).
Por otra parte, los comunistas dieron orígen a la CGT N° 2 (sindicatos de la industria, trabajadores municipales y empleados
de comercio). Junto a estas 2 centrales se encontraba la USA (Unión Sindical Argentina) liderada por los sindicalistas
desplazada de la CGT en 1935 y, apoyada por gremios autónomos y por la marginal FORA anarquista.

3, 7, 2. Los partidos políticos


El gobierno de facto, emergente del golpe militar de 1930, llevó adelante una política de represión de todos
aquellos sectores a los que consideraba opositores peligrosos, que tuvo como principales víctimas a funcionarios de orígen
radical yrigoyenista. También decretó el Estado de Sitio, censuró la prensa, reinstauró la pena de muerte abolida rn 1921.
Otras víctimas de la persecución fueron los dirigentes de la Federación Universitaria Argentina, los comunistas y los
Anarquistas. Los sectores gremiales fueron reprimidos mediante la “Ley de Residencia” y el encarcelamiento de los más
rebeldes.
Los sectores moderados del movimiento obrero, la CGT y el Partido Socialista no sufrieron una abierta
persecusión.
UCR: La década del ’30 fue un período crucial para la evolución del radicalismo. En 1935, se levantó la política de
abstención electoral. Así, Alvear (candidato a presidente de la UCR), mediante el libre ejercicio del sufragio aspiraba a
ganar, ya que la UCR contaba con el apoyo popular, pero el fraude oficial impidió el retorno de los radicales al gobierno.
El liderazgo alvearista debió enfrentar oposiciones internas. Una de ellas encabezadas por FORJA que intentó
recuperar los aspectos nacionalistas y populares del Yrigoyenismo, denunciando la presencia del imperialismo británico en
la economía argentina. Ambos sectores contribuyeron ideológicamente al posterior desarrollo del “peronismo”.
Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial estos debates en el interior del radicalismo se eclipsaron,
convrtiéndose Alvear, con sus ideas, en la cabeza de los grupos políticos “aliadófilos” (partidario de las naciones aliadas en
la 2da Guerra). En 1940, la asunción de Castillo cerró las posibilidades de un saneamiento de las prácticas electorales y
frustró las posibilidades de la UCR de alcanzar el poder por vía del sufragio.
En 1942, los radicales comenzaron a experimentar derrotas en las prácticas electorales “correctas”, significando
las elecciones legislativas un serio retroceso, inclusive en distritos tradicionalmente favorables. A su vez, se hizo evidente el
desinterés de sus partidos frente a la descomposición interna del partido, producto de hechos de corrupción que
involucraron a sus dirigentes y a la complicidad de su conducción con el gobierno conservador.

3,8. La agonía del régimen conservador, el golpe de estado de 1943 y el gobierno militar
Ortíz fue elegido presidente a fines de 1937, con ayuda del fraude electoral. Candidato de la Concordancia, en
representación del radicalismo antipersonalista, Ortiz llevaba como vicepresidente a Castillo que era “conservador”. Ortíz
advirtió que había una crisis legitimidad del poder y que las bases económicas del sistema podían estar en peligro si no se
modifican “desde arriba” sus estructuras políticas. Para ello se comprometió a:
1- Abandonar las prácticas electorales fraudulentas.
2- Permitir que la oposición radical tuviera la posibilidad de acceder al gobierno.
3- Democratizar en forma general la vida política.

El mandato de Ortíz duró 2 años y medio. Su breve período despertó ilusiones en las fuerzas políticas de la
oposición por el carácter más “democrático” de su actuación, comparada con la de anteriores administraciones
conservadoras.
En 1940, presionado por su enfermedad y por enemigos políticos dentro del gobierno en contra de sus
intenciones democráticas, Ortíz delegó sus funciones provisoriamente en Castillo, quién quería mantener las costumbres
políticas que pretendía sanear Ortíz. En política exterior, Castillo era partidario de mantener la neutralidad y tenía
desconfianza a EEUU.
Pero la oposición política de Castillo era débil y debió hacer concesiones (favores políticos). Así, en 1940, nombró
un gabinete integrado por figuras del ala liberal, como el ministro de Relaciones Exteriores, Roca (hijo) y el ministro de
Hacienda, Pinedo. Este último, presentó un plan económico (acompañado por una apertura política hacia los radicales), que
no tuvo consenso en el interior de la coalición conservadora. Esta situación llevó a la renuncia de Roca y Pinedo en 1941 y
al nombramiento de otro gabinete, esta vez más cercano a las ideas del presidente, con tendencias que nada tenían que
ver con el retorno a las prácticas democráticas.
En este contexto, ya comenzaban a manifestarse los primeros síntomas de una seria crisis política. El factor
principal de la misma se encontraba en la situación interna del país, aunque desde 1942, con la entrada en la guerra de
EEUU, se agregarían también las presiones internacionales. La falta de apoyo popular a la Concordancia conservadora
explicaba la recurrencia al fraude electoral. El clima represivo, la corrupción política, los frecuentes escándalos económicos
y la actitud de ceder frente a los países centrales por casi una década habían contribuido a descreer de los gobiernos
surgidos del golpe de Estado de 1930 y, además, no lograron las transformaciones económicas que esos mismos gobiernos
habían debido impulsar para hacer frente a la crisis mundial. El creciente aislamiento político del régimen conservador
generaba de ese modo un peligroso “vacío de poder”.
En el interior de las elites en el poder se acentuaban las diferencias.
La política del gobierno terminó siendo, la que puso en evidencia el conflicto interno de las clases dirigentes. Su
fracción más tradicioanal se expresaba a través del presidente Castillo y sus intereses se confundían principalmente con los
grandes hacendados de la Pampa Húmeda, aliados con algunas elites provincianas. Integraban la tendencia más pro
inglesa o pro europea de la época y sostenían una posición neutralista frente al conflicto mundial. El triunfo de los aliados no
sólo significaba la derrota de Alemania, sino también, el fin del Imperio británico (y de su predominio en Argentina) y la
consolidación del dominio de EEUU en el mundo, enfrentado con Castillo y su gente.
Otros sectores de las clases dirigentes retomaban las ideas del liberalismo y mantenían una posición de
acercamiento a EEUU. Pretendían una alianza con Washington que reemplazara la tradicional relación con GB o europa.
Sus intereses económicos estaban basados en los sectores industriales y en el gran capital financiero.
El desprestigio e ilegitimidad del régimen, el fraude, la corrupción, la falta de apoyo popular y los interrogantes
sobre la capacidad de Patrón Costas (candidato a presidente propuesto por Castillo) para conducir los destinos de la
Nación, llevaron a los militares a planear un golpe de Estado, que se aceleró por el pedido de renuncia de Castillo al
Ministro de Guerra, Gral. Ramírez, al enterarse de los movimientos conspirativos y de contactos del ministro con dirigentes
radicales.
El 04/06/1943 se produjo el golpe militar, despalzando a Castillo de su cargo. Así, la década infame había llegado
a su fin ante la sorpresa e incertidumbre de la sociedad argentina.
El Gral. Rawson ocupó la presidencia provisional como representante de los jefes superiores de Campo de Mayo.
Sin embargo, al integrar su gabinete con algunos funcionarios del anterior régimen, se enfrentó con sectores de la interna
militar, por lo que debió renunciar a las 48 horas de su designación. En su reemplazo, asumió el Gral. Ramírez, quién era el
verdadero jefe del movimiento militar.
Detrás de este desplazamiento y de la proyección de Ramírez a la presidencia se reveló la existencia de una logia
militar denominada el GOU (Grupo de Oficiales Unidos). El objetivo de esta logia, integrada por jóvenes oficiales
superiores,era restablecer la moral y la disciplina dentro del Ejército y recuperar al país de una corrupción que, a juicio de
sus miembros, lo conducía al comunismo. En la logia predominaban las ideas nacionalistas y neutralistas.
A partir de la asunción de Ramírez, varios integrantes del GOU ocuparon posiciones estratégicas. Uno de sus
miembros más destacados fue el Gral. Perón, que pasó a desempeñarse como jefe de la secretaría del ministro de Guerra,
Gral. Farrel.
En el terreno político y social, los objetivos militares resultaban vagos. El nuevo régimen se proponía eliminar la
corrupción moral, buscar la unión del pueblo y restituirle sus derechos. El GOU se proclamó como representante del
conjunto de las aspiraciones de la población. En esto se diferenciaba de los militares de los años ’30, que representaban a
ciertos sectores sociales.
Conforme a estos lineamientos, la primera etapa del gobierno militar estuvo influída por una orientación
nacionalista, industrialista y autoritaria, con signos derechistas. Por un lado, creó el Banco de Crédito Industrial, dispuso el
allanamiento de las oficinas monopólicas de electricidad, intervino la Corporación de Transportes, expropió la Compañía
Primitiva de Gas, inició el estudio de las tarifas aduaneras e impulsó las industrias militares. Por otro, intensificó la represión
policial de comunistas e izquierdistas, introdujo la enseñanza religiosa en las escuelas, legalizó la censura de la prensa
escrita y radial, persiguió a profesores y estudiantes liberales, disolvió los partidos políticos y clausuró el local donde
funcionaba una de las centrales sindicales, prohibiendo sus actividades y la de los gremios adheridos.
Por su parte, Perón logró ser designado (fines de 1943) al frente del Departamento de Trabajo, que luego lo
transformó en Secretaría de Trabajo y Previsión . Su acción política se desplegó alrededor de 3 ejes: la justicia social, el
control de la clase obrera y la despolitización de las organizaciones sindicales.
Los militares de la corriente nacionalista que influían sobre el presidente Ramírez comenzaron a desconfiar de la
política laboral de Perón, que se había convertido en un rival.
En 1944, el presidente Ramírez se vio obligado a renunciar.
Dos episodios precipitaron esta decisión:
1- Acusación de EEUU de complicidad del gobierno argentino en el golpe de Estado promovido en Bolivia por el
Movimiento Nacionalista Revolucionario, denominando dicha complicidad como operación pro Eje.
2- La detención por los ingleses del cónsul argentino en misión oficial a Europa para negociar la compra de armas en
Alemania, acusando al gobierno argentino de pertenecer al espionaje alemán. Para hacer frente a la presión externa,
el presidente decidió la ruptura de relaciones diplomática con Alemania y Japón en 1944.

De inmediato se produjo una deliberación entre los miembros del GOU y sectores neutralistas, que consideraban
que Ramírez había cedido a las preciones nortemericanas y traicionado los objetivos del régimen. El presidente al perder
sus apoyos militares, decidió renunciar y delegar el gobierno en manos del Gral. Farrel (vicepresidente) en medio de
presiones internas y externas.
Con el nuevo mandatario se consolidó el ascenso político de Perón. Farrel lo designó ministro de Guerra,
conservando su cargo al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión.
En 07/1944 Perón fue designado vicepresidente sin renunciar a sus cargos en el Ministerio de Guerra y en la
Secretaría de Trabajo y Previsión. Así, Perón pareció alcanzar la cumbre del poder contando con una gran influencia en el
gobierno y con el apoyo de algunos de sus compañeros ubicados estratégicamente en diversos cargos gubernamentales.
Perón se proyectaba políticamente en la búsqueda de un apoyo popular, los partidos políticos, las entidades
empresariales, las organizaciones estudiantiles y la prensa unificaban sus voces y estrechaban filas intentando alejar a los
militares del gobierno. Las medidas adoptadas por Perón a favor de los trabajadores provocaban cada vez mayor
resistencia en los sectores que dominaban la vida económica del país. La Sociedad Rural Argentina, bastión de las Elites
tradicionales, reaccionó violentamente contra el “Estatuto del Peón Rural”, los industriales comenzaban a mostrarse
inquietos y tanto la prensa como los partidos políticos criticaban la política gubernamental.
En 1945b, el régimen militar se puso a la defensiva. La caída nazi sirvió de excusa para que los simpatizantes de
los partidos opositores y los grupos económicos dominantes organizaran grandes manifestaciones callejeras, como si se
tratara de una victoria interna sobre el poder “nazifascista”, reclamando la convocatoria inmediata a elecciones y
rechazando toda candidatura oficial.
Las FF. AA. Debían afrontar un grave dilema. Por un lado, no estaban dispuestas a facilitar el retorno de los
partidos políticos sin el previo cumplimiento de los objetivos revolucionarios de 06/1943. Por el otro, no todos sus
integrantes tenían la intención de respaldar las ambiciones políticas de Perón, que desde el gobierno gestaba las
condiciones para hacer viable su candidatura constitucional.
En 07/1945 el gobierno convocó al pueblo a elegir sus autoridades a fin de año. La convocatoria fue acompañada
del compromiso de no adoptar candidaturas y de asegurar elecciones libres. Luego, Perón ofreció cargos importantes en el
gobierno a dirigentes del radicalismo, intentando dividir al partido de Alem, capitalizar sus diferencias internas y atraer al ala
de la intransigencia Yrigoyenista. Si bien no obtuvo los resultados esperados varios radicales aceptaron el ofrecimiento, y
desde el Ministerio del Interior se levantó el Estado de Sitio, impuesto por Castillo y mantenido por los militares, facilitando
la actividad de los partidos políticos.
A principios de octubre la presión de la oposición de Perón y de la oficialidad de Campo de Mayo determinaron
que, el 09/10/1945, Perón renunciara y que fuera detenido en la Isla García.
La CGT recogió la inquietud de los trabajadores que interpretaron que con el desplazamiento de Perón corrían
peligro las conquistas sociales obtenidas gracias a su gestión. Entonces, la CGT anunció una huelga general en apoyo de la
liberación de Perón, por lo que una muchedumbre en Plaza de Mayo exigió y logró la libertad de su líder y su retorno al
poder.
Perón volvió a ocupar el centro del escenario político. El ejército debió aceptar su regreso a disgusto y recibir el
inesperado apoyo popular y de los sindicatos. El coronel aparecía como el único candidato posible del Ejército para las
elecciones.
Ahora, los nuevos integrantes del gabinete nacional respondían a Perón. En el curso de 2 semanas todo foco
opositor dentro de las FFAA fue eliminado. El régimen militar cumplía su promesa de asegurar el ejercicio de la soberanía
popular justificando su intervención y logrando conservar el poder para devolverlo a alguien surgido de las filas del Ejército
(Perón), y no a los partidos tradicionales.
3, 9. La política internacional y la segunda guerra mundial
Iniciada la 2da Guera Mundial, Ortíz declaró la neutralidad en 09/1939. Por otra parte, en 12/1939, en Panamá, se
celebró la 1era Conferencia de Cancilleres de países americanos, donde las naciones del continente americano decidieron
declarar colectivamente su neutrlidad frente a los países en guerra.
En 06/1940 Roosvelt practicó una política más comprometida con los aliados. Consecuentemente buscó apoyo en
América Latina y requirió al gobierno de Buenos Aires apoyo acerca de planes de defensa continental. La cancillería local,
tra consultar a las autoridades militares, rechazó dichos planes, dando lugar al 1er roce serio sobre el tema.
La Segunda Conferencia de Cancilleres, en 1940, en la cual, EEUU proponía la concreción de una organización
económica, política y militar panamericana, pero la Argentina difería con este plan, ya que constituiría la consolidación del
liderazgo de EEUU. Finalmente, Hull (canciller de EEUU) se comunica con Ortíz y logra que la Argentina se adhiera al
panamericano.
Al poco tiempo, asume Castillo, que, a diferencia de Ortíz mantenía la tradicional actitud antinortemericana,
inclinándose más a GB y Europa.
Cuando EEUU entró directamente en la guerra, luego del bombardeo japonés a la base de Pearl Harbour, Hull
tildó a la Argentina de “mal vecino” ante la vigencia de su actitud neutralista frente a la guerra. Además, la catalogó como un
factor de discordia entre GB y EEUU.
En 1942, se realizó la 3era Reunión Consultiva, dicha reunión se concretó con el objetivo de asegurar la
solidaridad ante la agresión recibida en Pearl Harbour y concretar definitivamente un sistema económico, militar y político
panamericano bajo su conducción. La idea de EEUU era obtener una ruptura colectiva de las relaciones de todos los países
del continente con los países del Eje, pero la delgación Argentina logró que la resolución final sólo “recomendara” dicha
ruptura. De esta manera el gobierno argentino pudo mantener su neutralidad.
Dicho acuerdo, no satisfizo a Washington, y su primera respuesta consistió en dejar a la Argentina al margen de
cualquier ayuda económica o militar. El Departasmento de Estado de EEUU consideró que la política exterior argentina,
entonces conducida por el gobierno conservador de Castillo, era pro nazi, y denunció a la Argentina ante las demás
naciones latinoamericanas como un país que ponía en peligro la paz hemisférica. Por su parte, el Departamento del Tesoro
propuso congelar los fondos argentinos en dólares existentes en EEUU y prohibió la venta de ciertos productos hacia
Argentina.
La posición de GB fue, por el contrario, más moderada. Aunque en 12/1942 se vio obligada, por la presión de
EEUU, a hacer público un documento en el que criticaba la política de neutralidad Argentina, no aplicó sanción alguna y
trató de mantener buenas relaciones con el gobierno conservador, procurando proteger las inversiones inglesas y activar las
exportaciones hacia GB, en momentos en que estas se necesitaban más que nunca para el esfuerzo bélico. La diplomacia
de Londres tenía una percepción diferente de Argentina. Nunca compartió los puntos de vista del Departamento de Estado
de EEUU con respecto a los motivos ideológicos que podían estar detrás de la neutralidad argentina, no pensaban que los
gobiernos argentinos fueran pro nazis u hostiles a los aliados.
La política de Washington calificó de pro nazis o pro fascistas a los gobierno argentinos de entonces, a lo que
sumaron medidas de presión y sanciones económicas y políticas. Esta calificación es contradictoria, ya que Argentina
practicamente interrumpió, con el estallido de la Guerra, sus relaciones comerciales con el Eje, mientras tanto mantenía
fuertes vínculos comerciales con las naciones aliadas.
En Argentina la ideología nazi o fascista tuvieron, por su parte, influencia sobre ciertos sectores nacionalistas de
derecha.
El régimen militar de 06/1943 heredó, en su política exterior los problemas de sus antecesores. Había en su seno,
una mayoría de oficiales neutralistas, pero también otros que empezaban a plantear un acercamiento con los aliados. Estos
sectores estaban interesados en mejorar las relaciones con EEUU, concientes del curso de la guerra y de la alianza de
Brasil con EEUU, que produciría un desequilibrio estratégico del cono sur. El objetivo de los militares para adoptar una
estrategia de acercamiento a EEUU, se hallaba en obtener un equipamiento similar al otorgado al Brasil. Dicho intento de
aacercamiento, recibió la respuesta negativa de Hull, provocando la renuncia del canciller de turno, Storni. Esta negativa,
deterioraba aún más las relaciones entre ambos países. Como resultado de ello el Departamento de Estado volvió a acusar
al régimen militar de “dictadura pro nazi” y de que procurabapromover la conformación de un bloque antinorteamericano en
el continente. Finalmente, en 1944, Ramírez se vio obligado a romper sus relaciones con los países del Eje.
A Ramírez lo sucede Farrell y Perón (como vice), gobierno, al que Hull consideró más pro nazi que el anterior,
diciendo que había que reemplazarlo por un gobierno más amistoso.
También se aplicaron sanciones con el propósito de aislar económicamente a Argentina. Entre estas medidas, el
Departamento de Estado de EEUU prohibió la exportación de equipos petroleros, vehículos automotores, locomotoras,
material rodante, armamentos y maquinaria para producir papel para diario y limitó las exportaciones de combustible.
Además, EEUU decidió no aprobar ningún proyecto de desarrollo para Argentina, exceptuando aquellos que contribuyeran
al esfuerzo de guerra. También, fueron congeladas las tenencias de oro argentino en EEUU. En realidad dichas
restricciones intentaban reemplazar a ese gobierno por otro más favorable a sus intereses.
Con la asunción de Stettinius como nuevo canciller de EEUU (anterior Hull) y la asunción se Rockefeller como
nuevo secretario de Asuntos Latinoamericanos la conducta de Washington se modificó radicalmente. Rockefeller
representaba intereses industriales y financieros que veían a la Argentina como un gran mercado en la posguerra, e
intereses políticos y estratégicos que consideraban que con el fin de la guerra el enemigo principal sería la URSS y que
necesitarían de la cooperación política de latinoamérica (incluído nuestro país). Por eso, el Departamento de Estado de
EEUU convocó a la Conferencia Interamericana de Chapultec (México), en donde se establecieron los principios de un
sistema panamericano y como consecuencia del encuentro, 6 países latinoamericanos le declararon la guerra al Eje.
Aunque la Argentina no participó en aquella Conferencia, porque todavía estaba abierto el conflicto con EEUU,
tras un acuerdo secreto entre funcionarios argentinos y norteamericanos, el régimen militar aceptó la invitación formulada
para firmar el Acta de Chapultepec, se reintegró al sistema panamericano y restableció sus relaciones diplomáticas con
EEUU, GB y las otras naciones del hemisferio, al tiempo que se le quitaban las sanciones económicas impuestas por
EEUU. A su vez, cumplió con el último requisito de declararle la guerra a los países del Eje para participar de la Conferencia
de San Francisco, donde se crearía la Organización de las Naciones Unidas.
En 05/1945, tras la muerte de Roosvelt y la llegada al poder de Truman, fue designado embajador en Buenos
Aires Braden, quién revirtió la política anterior y volvió a las actitudes “duras” del ex secretario Hull, cuyas ideas compartía.
El nuevo embajador se transformó en el líder de los sectores politicos que, organizados en la Unión Democrática, se
oponían al régimen militar y, en particular, a Perón acusándolos se nazis.
Por la gran oposición que tenía Perón se produjo en 10/1945 un golpe de Estado que logró destituir a Perón de
todos sus cargos. Sin embargo, los sucesos del 17/10/1945 produjeron la vuelta de aquél al escenario político argentino.
Braden fue nombrado como sucesor de Rockefeller en la secretaría de Asuntos Latinoamericanos y, desde su
nuevo cargo, dispuso de nuevas sanciones económicas y publicó un documento donde trataba de probar la vinculación de
los gobiernos argentinos, desde Castillo hasta Farrell y Perón, con los alemanes. El documento no demostraba
suficientemente las relaciones, pero contribuyó a levantar una ola de criticas, tanto internas como externas. Pero esta
publicación causó un efecto no deseado para la oposición en vísperas de las elecciones de 1946, ya que el lema “Braden o
Perón” dio un tono antiimperialista a la campaña electoral de Perón, lo cual lo favoreció.

3, 10. Los cambios en la sociedad Argentina


3, 10, 1. Movimiento obrero y peronismo
En los años inmediatos a 1943, el Estado quría apropiarse de la función de regularizador de las relaciones obrero-
patronales. Así, la negociación colectiva entre las partes, que se desarrollaba autónoma y voluntariamente en el terreno
privado, pasó a ser un ámbito de mediación y regulación a cargo del Estado.
Esta necesidad de intervencionismo social, surgen en correspondencia del intervencionismo económica hacia
mediados de los años ’30.
La movilización de los trabajadores y los cambios en la organización sindical, expresados en el incremento de la
actividad huelguística, demandaron una progresiva atención por parte del Estado. En consecuencia, el Departamento
Nacional del Trabajo pasó a constituirse en un mediador importante en la resolución de los conflictos laborales y en la
introducción de procedimientos para otorgar un marco orgánico a las relaciones laborales.
La intervención del Estado, debido a la expansión y diversificación de la estructura industrial y a la creciente
actividad sindical, llevó a la multiplicación de las cámaras patronales que pasaron a asociarse a la UIA (Unión Industrial
Argentina).
En 1943 Castillo resolvió la creación de una Comisión Asesora de Salarios, frente al deterioro de los salarios,
debido al aumento del costo de vida.
Debido a la primera crisis del gobierno militar de 1943, se designó a Perón al frente del Departamento Nacional
del Trabajo. Comenzó a implementar una política mucho más hábil y flexible en el terreno laboral que sus pares militares.
Así, levantó las las banderas de la justicia social con el fin de ganar espacios en el movimiento sindical y de acercarse a sus
dirigentes, sin importarle a que sector o partido pertenecían.
La Unión Ferroviaria fue el escenario elegido por Perón para poner en práctica la nueva política, el cual era el
gremio más grande y menos ideologizado. Con el propósito de conseguir su apoyo y la adherencia del resto del movimiento
obrero, Perón satisfizo numerosos reclamos de los ferroviarios y logró la adhesión de algunos viejos dirigentes socialistas y
sindicalistas.
Como consecuencia de estas prácticas comenzó a gestarse una nueva relación entre el movimiento obrero y el
Estado. Entonces, desde la CGT surgió un grupo de dirigentes dispuestos a participar políticamente y a adherir al gobierno.
De esta manera, se facilitó la vinculación política de la central obrera con el gobierno militar o, más directamente, con
Perón.
Los cambios sustanciales en materia laboral se produjeron a partir de 1943. Las iniciativas de la STP (Secretaría
de Trabajo y Previsión) consolidaron en forma definitiva la presencia del Estado en el terreno de las relaciones colectivas de
trabajo. Por otra parte, las organizaciones sindicales recurrieron al Estado, buscando asegurar tanto su legitimidad
institucional como sus reivindicaciones sectoriales.
Muchas de las medidas tomadas por el gobierno militar por iniciativa de Perón a través de la STP fueron:
1- Los aumentos salariales mediante decretos.
2- Fijación salarios mínimos.
3- Indemnizaciones por accidentes de trabajo y por despido sin causa.
4- Creación de los Tribunales de Trabajo para resolución de los conflictos laborales.
5- Establecimiento del pago del sueldo anual complementario.
6- Sanción de leyes de jubilaciones.
7- Fijación de la duración de la jornada de trabajo.
8- Indemnización por despido sin causa.
9- Vacaciones pagas.
10- Establecimiento del Estatuto del Peón Rural para regular las relaciones entre patrones y trabajadores rurales.

En general, estos beneficios se extendieron al conjunto de los trabajadores organizados.


En materia de organizaciones laborales, la intervención del Estado se orientó hacia 2 objetivos:
1- Procuraba la inclusión en el orden legal de las organizaciones sindicales.
2- Trataba de garantizar la estabilidad de las relaciones laborales y de reforzar la cooperación entre obreros y
empresarios, canalizando institucionalmente los conflictos.

En 1945 se sancionó un decreto que establecía la organización de los sindicatos por rama de industria. Este
decreto le otorgaba personería jurídica al sindicato de cada rubro y prohibía al gobierno intervenir en estas organizaciones
sindicales.
La creación de sindicatos paralelos fue otra estrategia empleada por Perón, con el fin de desplazar a los gremios
dirigidos por opositores al gobierno, sobre todo, a los comunistas. Su desplazamiento contribuyó al pasaje de dichos
gremios al control por parte de dirigentes peronistas y a la pérdida de apoyo a los partidos obreros de izquierda.
La adhesión de los obreros al proyecto político de Perón se debió a:
1- La clase obrera era mayoritariamente reformista y las ideas de Perón contenían un mensaje reformista.
2- La armonía de clases que estableció Perón, la cual incluía a fuerzas políticas e instituciones que representaban a los
principales sectores patronales, argentinos y extranjeros.
3- La acusación por parte de los partidos socialistas y comunistas del carácer demagógico de las medidas de Perón, llevó
a los trabajadores afiliados a estos partidos a identificarse con Perón, quién los había beneficiado con dichas medidas.
4- La incorporación nacionalista, adquirida durante el enfrentamiento, ya mencionado, con Braden.

Mientras que mediante su política laboral Perón ganó creciente apoyo entre los obreros, paulatinamente se
incrementó la oposición patronal a su política. Desde 1945, la actitud de los patrones se hizo cada vez más intolerante
acusando a la acción de la STP como causante de agitación social. Entonces, la CGT creó una Comisión Administrativa
provisoria , incorporando a los representantes de los gremios mayoritarios con el propósito de enfrentar a la ofensiva
patronal. En 1944 abandonó el concepto de alianza de clases y se mostró a favor de la participación política. Ello se
manifestó en un masivo acto público de apoyo a la política de Perón.

3, 10, 2. Los partidos políticos y el ascenso de Perón

Socialismo: La inserción socialista en la clase obrera, al igual que en el terreno electoral fue de muy corta duración. Ello se
debió a las características de la dirección del partido, conformada por intelectuales de clase media, cuya actitud ante el
movimiento obrero era distante y paternalista (doctrina social según la cual el “patrono” posee sólo autoridad en materia de
creación y asdministración de las obras sociales de la empresa). Por otro lado, no llegaron a comprender los alcances del
proceso de industrialización, careciendo de una política específica hacia los nuevos sectores obreros que se incorporaban
al mismo, limitándose a controlar únicamente los sindicatos ligados a las vieja estructura agroexportadora, los cuales luego
fueron absorbidos por el peronismo.
El socialismo adoptó desde el comienzo de la guerra una actitud pro aliada y en 1940 con el fin de reunir a los
sectores pro aliados de la sociedad Argentina fundó e impulsó la agrupación Acción Argentina.
Comunismo: Hasta 1935 adoptó el perfil de carácter reaccionario y represivo, lo que dificultó su inserción en la clase obrera
y otros sectores populares. Recién en 1935, cuando cambió la estrategia de la Internacional comunista , orientándose hacia
los frentes populares, los comunistas se fueron consolidando y adquiriendo cierta influencia en los medios obreros y
populares.
Tras la invasión alemana a la URSS, los comunistas lanzaron la consigna de “Unión Nacional” contra el fascismo,
impulsando el Frente Popular Antifascista en la Argentina.
Los socialistas, comunistas y el Partido Demócrata Progresista participaron activamente en la formación de un
frente democrático antifascista. Luego, con la integración del radicalismo se formó la Unión Democrática con el fin de
oponerse al oficialismo en las elecciones presidenciales de 09/1943, pero las diferencias internas y el golpe de Estado
frustró dicha aspiración.
El nuevo gobierno militar no estaba dispuesto a una pronta normalización institucional. No sólo suspendió las
elecciones presidenciales previstas para setiembre, sino que mantuvo el estado de sitio decretado por el anterior gobierno,
restringió las libertades públicas, prohibió las actividades comunistas en todo el país y decretó la disolución de todas las
agrupaciones políticas. A partir de entonces, los partidos se convitieron en frontales opositores al gobierno.
A principios de 1945, el gobierno militar se dispuso a normalizar institucionalmente al país debido al aislamiento
económico en que se encontraba Argentina. Así, se volvió a reintegrar la Unión Democrática y con el apoyo del embajador
nrteamericano Braden, presionó a favor de un pronto llamado a elecciones. El speach de la oposición fue nazifascismo vs.
Democracia.
A mediados de 1945, los partidos opositores emprendieron una abierta ofensiva contra el gobierno militar. Ante la
presión opositora, en 08/1945, el gobierno concretó la convocatoria electoral.
Desde el gobierno, Perón decidió reforzar su propio proyecto. Con este fin inició un acercamiento hacia el
radicalismo, logrando la adhesión de algunos de sus hombres, abandonando el radicalismo. También se acercaron a Perón
los integrantes de FORJA, la mayoría de cuyos miembros provenían del radicalismo. Así, se creó el Partido Laborista, que
fue un sector político proveniente de las fuerzas gremiales.
Debido a la oposición que Perón tenía en la interna militar y al gran frente opositor de las fuerzas políticas, Perón
fue desplazado de su cargo a través de un movimiento militar, lo que creó un gran vacío de poder. La oposición reclamó la
entrega del gobierno a la SCJN mediante una marcha que se llamó “Marcha de la Constitución y la libertad”, pero los
militares se negaron a los requerimientos de la fuerzas políticas.
Tras el 17/101945, Perón retomó la iniciativa en dirección a alcanzar la presidencia. Consolidó su popularidad y
adquirió mayor peso político y autoridad. Sus mejores agentes electorales fueron los equipos alcanzados po él a través de
la STP que se encargaron de difundir sus ideas a lo largo del país.
Su apoyo electoral se basó en 2 sectores:
1- El Partido Laborista, integrado por diferentes dirigentes sindicales.
2- La UCR Junta Renovadora, integrada por miembros provenientes del radicalismo, a este sector se unieron elemntos
salidos del nacionalismo católico, del forjismo y del conservadurismo.

Este nucleamiento enfrentó a la Unión Democrática en las eleccciones de 1946.

3, 10, 3. Las organizaciones empresariales


SRA: La SRA (Sociedad Rural Argentina) apoyó el golpe militar de 06/1930. Esta organización tenía gran peso en las
decisiones políticas.
Durante el gobierno de Justo, la SRA presionó al gobierno para que emprendiera una acción diplomática en
Londres, cuyo resultado fue el Pacto Roca-Runciman. El pacto satisfizo a la SRA que vio en sus términos el triunfo de su
consigna “comprar a quién nos compra” y la rebaja de las tarifas aduaneras.
En 06/1933, los ruralistas junto a la UIA se opusieron a los acuerdos internacionales que proponían la reducción
de la jornada laboral, ya que tal reducción significaba un aumento de los costos de producción, una disminución de los
costos de producción, una disminución del consumo de manufacturas y una mayor desocupación.
El presidente de la SRA Bruzone reconocía la necesidad de apoyar a la industria, acordando la necesidad de
ayudar a la industria para que pudiera prosperar, transformando las materias primas que proveía el suelo del país.
En 1940, la SRA planteaba que la prosperidad del país dependía de la marcha de la actividad agropecuaria y
rescataba como aspecto principal la compra de las cosechas por parte del Estado.
En 1943 se tomaron medidas sobre los arrendamientos que agitaron la relación entre el régimen militar y la SRA.
Se decretaron la rebaja de los arrendamientos, la prórroga de los contratos que vencieran en 1944-45 y la suspensión de
los juicios de desalojo pendientes, medidas destinadas a favorecer a los arrendatarios agricultores., perjudicando a los
propietarios.
Otro conflicto ocurrió a partir de la política laboral de la STP. En 10/1944, Perón como titular de la STP instauró
por decreto el “Estatuto del Peón de Campo”. La medida establecía beneficios sociales para los asalariados rurales.
Además, la SRA estaba en desacuerdo con la intromisión del Estado en la regulación de las relaciones sociales
entendiendo que tal intervencionismo constituía una violación de la propiedad privada. En consecuencia, el Decreto provocó
el odio tenaz de los grandes propietarios contra Perón, provocando la posterior adhesión de la SRA a la “Marcha de la
Constitución y la Libertad” y, el apoyo a la Unión Democrática en las elecciones de 1946.
UIA: Apoyó el golpe militar de 1930. Uriburu, durante su gobierno, creó la Comisión Nacional de Fomento Industrial y
designó a Colombo presidente de la misma, lo cual fortaleció su relación. Luego, durante el gobierno de Justo, las
relaciones fueron estrechas. El envío de la misión Roca para negociar el pacto de las carnes con GB abrió un conflicto entre
la UIA y el gobierno. Los industriales temían que se sacrificara a la industria manufacturera como medio para mejorar el
comercio de ganados y cereales argentinos, por lo que recurrieron a una movilización proteccionista. Colombo sostenía que
las concesiones a la importación desde GB debían reducirse “a materias primas que no producimos o artículos que no se
elaboren en el país”. Colombo no se oponía al Pacto Roca-Runciman, ni a la agricultura y la ganadería. Simplemente,
trataba de defender la industria frente a las consecuencias que podían derivarse de las concesiones a GB.
A fines de 1933, la UIA apoyó las medidas del equipo económico de Pinedo (modificación del Control de Cambios,
creación de las juntas reguladoras de la producción,el desarrollo de un plan de obras públicas, etc.) que eran estimulantes
para la producción nacional.
En 1940, nuevamente la UIA respaldó a Pinedo, aprobando con entusiasmo el Plan de Reactivación Económica,
que concedía la expansión de la manufactura. Luego de la renuncia de Pinedo ante el rechazo legislativo de su plan, la UIA
aumentó sus reclamos a favor de las normas de protección.
Entre 1942-43, la UIA desplegó un discurso nacionalista. Sostuvo la necesidad de independizar la economía del
país de los condicionantes externos, enfatizando su orientación hacia el mercado interno.
La UIA estaba en contra de las medidas de legislación social que establecía la jornada laboral de 8 horas, ya que
consideraba que constituía un ataque a los derechos de propiedad y a la libertad de contratación.
El intervencionismo social a fines de los años ’30 no contó con el apoyo de la UIA, la entidad defendía la
contratación libre, resistía la legislación que disponía de las vacaciones pagas, las indemnizaciones por despido y las
jubilaciones industriales. También repudiaba el otorgamiento por parte del Estado de aumentos salariales masivos.
Recién después de 1940, algunos sectores del empresariado industrial reconocieron la necesidad de una política
social. Ante la parálisis del comercio exterior volcaron su atención al mercado interno. En consecuencia, la UIA propició el
seguro social para cubrir la invalidéz, la vejéz y muerte de los trabajadores.
Las relaciones de la UIA con el gobierno militar fueron, al principio, auspiciosas. Varios dirigentes de la entidad
participaron en diversos organismos creados por el gobierno para la protección de la industria. En 1944 mediante un
decreto se creó el Banco Industrial, en el cual dirigentes de laUIA integraron su directorio. Poco tiempo después , un nuevo
decreto establecía la protección de las industrias de interés nacional.
Sin embargo, a fines de 1944, la UIA comenzó el cuestionamiento de la política social desarrollada por Perón. Los
industriales manifestaron su desacuerdo con las leyes sociales promovidas por la STP. No obstante, a fines de 1944, la UIA
comenzó a enfrentar la política social de Perón y se acercó a las entidades opositoras al gobierno. Otro factor que
contribuyó a dicha ruptura fue, de que Perón planeaba convertir a la UIA en la contrapartida de una CGT “como defensora
de los intereses de los patrones” bajo la tutela de la STP. El proyecto pretendía que la corporación de los industriales
cambiara su estructura e hiciera cierta modificación de su dirigencia. La entidad no aceptó las intenciones de Perón,
acentuando su oposición al gobierno. A su vez, Colombo criticó la inflación provocada por los aumentos salariales,el
crecimiento del gasto público y la emisión. Al igual que la SRA se adhirió a la “Marcha de la Constitución la Libertad” y
apoyó a la Unión Democrática en las elecciones de 1946.
CARBAP (Confederación de Asociaciones Rurales de la Provincia de Bs. As. y La Pampa): reunía a los criadores
de ganado. El Pacto Roca-Runciman había desplazado a los criadores a favor de los invernadores que (ligados a los
frigoríficos y dependientes de la venta de carne enfriada a GB) se habían asegurado una cuota de exportación estable.
Frente a esta situación de privilegio que aseguraba su tradicional fuente de recursos a los invernadores, los criadores
adoptaron una actitud de enfrentamiento con los invernadores y la SRA. Pedían que la Junta de Carnes tuviera autonomía
con respecto al gobierno, a fin de sustraerla de la influencia política ejercida por la SRA. A su vez, reclamaban gozar de las
mismas condiciones que tenían los invernadores frente a los frigoríficos.
Encontraron en Lisandro de la Torre al defensor más tenaz de sus intereses. Reclamaron el librecambio, el
esquema de crecimiento hacia fuera y la eliminación de toda traba al comercio de exportación.
A diferencia de la SRA y los invernadores, la CARBAP se manifestó decididamente adversa a toda expansión
industrial. Frente al Plan de reactivación Económica de Pinedo, señaló que toda protección a la industria llevaba al cierre de
los mercados naturales para las exportaciones agropecuarias.

3, 11. Las dificultades del Agro en los años ’30


La crisis de 1929 no sólo afectó el sistema multilateral de pagos y de comercio, acentuando tendencias
proteccionistas de los países y reforzando los acuerdos bilaterales, sino también alteraron los modelos económicos
sustentados en las exportaciones de productos primarios. En este contexto internacional que prevaleció durante la década
del ’30, en donde el derrumbe de la demanda externa y la importante recesión agrícola desempeñaron un papel
fundamental No obstante estas restricciones (proteccionismo), la Argentina se caracterizó por ser el único país de América
Latina que no suspendió los servicios de la deuda externa. Eso se debió, en parte, a que los productos argentinos, a pesar
de la crisis continuó manteniendo aceptables saldos exportables. La crisis del ’30 produjo una disminución de beneficios,
relaciones de costos y precios desfavorables, las formas de propiedad o tenencia de la tierra y el atraso tecnológico. Esta
situación llevó a que, en 1933, ante la generalizada crisis agraria, intervenga el gobierno impulsando la construcción de
elevadores de granos públicos.
Luego de la crisis del ’29 y la tendencia hacia una mayor actividad industrial en la Argentina, la agricultura, junto a
la ganadería, continuaron siendo sectores sumamente importantes en la economía nacional.
Los cereales constituyeron los cultivos preferidos, y el trigo, a pesar de las crecientes dificultades para su
colocación en el mercado mundial, ocupaba el primer lugar entre ellos. En el conjunto de países productores de todo el
mundo Argentina ocupaba un lugar destacado en lo referente a la producción de cereales, trigo y maíz.
Trigo: Luego de la crisis del ’29 el volumen embarcado hacia el mercado mundial se redujo a 1/3. Los países destinatarios
del grano eran GB, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, Suiza, Austria y Checoslovaquia. Además, existía un
comercio de harina de trigo, en el que el principal comprador era Brasil, seguido por GB, Paraguay, Bolivia y Chile.
En 1933 y 1938 se produjeron fenómenos de superproducción, por lo que cayó el precio del trigo.
Maíz: La política de preferencia imperial iniciada por GB con el Tratado de Ottawa fue seguida por Francia con similar
actitud para el maíz argentino, por lo que hubo una gran caída de las ventas, debido a la pérdida de estos mercados. Sus
clientes eran GB, EEUU, Bélgica, Países Bajos y Alemania.
Lino: La Argentina fue el mayor exportador mundial de lino entre 1930-38, debido a su demanda para usos industriales. Sus
principales clientes eran EEUU, Países Bajos, Francia y GB.

En 11/1933 se creó la JRG (Junta Reguladora de Granos). Nacida en medio de la crisis triguera, el objetivo del
organismo fiscal era establecer precios mínimos para granos, en momentos en que se produjera una baja peligrosa de las
cotizaciones para el sector productivo. Se trataba de de una herramienta estatal destinada a amortiguar las consecuencias
del desequilibrio en la demanda mundial, evitando el colapso del sector agrícola. Los fondo necesarios para la compra de
las cosechas eran provistos por el BNA, quién a su vez los obtenía de la diferencia entre los precios de compra y de venta
de las divisas negociadas en la Comisión del Control de Cambios.
Por otra parte, en cuanto a la estructura de la tenencia de la tierra en los años ’30, aumentó la precarización de
los sistemas de tenencia, disminuyendo el porcentaje de propietarios y aumentando el de arrendatarios.
3, 12. El proceso de industrialización
3, 12, 1. Los estímulos: política y mercados
Com oconsecuencia de la crisis del ‘29, la producción se contrajo bruscamente con respecto a la década del ’20.
Sólo hacia 1933, el sector manufacturero volvió a cobrar impulso. Se solucionó el problema de la balanza comercial
afectada por la crisis mediante la aplicación de aranceles y aforos, la devaluación cambiaria y la operatoria en la oficina de
control de cambios, que generaban una mayor protección frente a la competencia externa y estimulaban el ingreso de
capitales desde el exterior.
La evolución de los precios relativos del sector industrial también contribuía a conformar una tasa de rentabilidad
atractiva, que se complemntaba con una gran estabilidad del salario realy una creciente disponibilidad de mano de obra por
la migración de trabajadores del campo a la ciudad, este contexto atrajo a industrias extranjeras a instalarse en Argentina.
El crecimiento del sector de la construcción y de las industrias conexas proveedoras de insumos intermedios, se
debió a un intenso plan oficial de construcción de caminos desarrollado por el Estado.
El mercado interno se fue ampliando con el avance del proceso de la urbanización.

3, 12, 2. El crecimiento industrial


La caída del ingreso interno y las dificultades para la importación de insumos provocaron una caída que arrastró
consigo a la tasa de inversión luego de la crisis del ’29.
Hasta la década del ’30 la industria había cecido al compás del resto de la economía, pero no tuvo un papel de
liderazgo. A partir de 1933, se convertirá en uno de los sectores impulsores del crecimiento económico del país. En 2do
lugar, se produjo una importante transformación en la estructura de la produción, que aceleró el proceso de sustitución de
importaciones.
Actividades relacionadas con insumos locales como los textiles y la metalurgia liviana adquirieron gran peso en la
industria local, provocando una fuerte contraccción de las importaciones. Este núcleo de actividades se llamaron actividades
de “sustitución fácil de importaciones”, compuestas por bienes de consumo, que reducían el peso del déficit comercial con
el exterior.
La expansión de la industria textil satisfacía la creciente demanda del mercado interno, permitiendo, al mismo
tiempo, el empleo como materia prima de lana y algodón producidos localmente y cuyos mercados internacionales se
encontraban afectados por la crisis. Hacia mendiados de la década se inició también la producción de hilados sintéticos,
como el rayón, y de anilinas para tinturas.
El conjunto de ramas vinculadas al sector de automotores se convirtió también en un factor de crecimiento, ya que
estimulaba el desarrollo de la producción de caucho para neumáticos, de la industria de la construcción relacionada con las
carreteras y de pequeñas firmas de producción de repuestos. Otro sector de gran aparición fue el de maquinarias y
artefactos eléctricos, entre ellos se deastacan la producción de electrodomésticos y de materiales eléctricos como cables y
lámparas.
Las maquinarias y los insumos intermedios utilizados eran importados, por lo que se acentuaría a partir de esta
etapa, el crecimiento de la producción a través de un incremento de las importaciones.

3, 12, 3. La evolución de la inversión industrial


Entre 1933-35 y 1936-37 hay 2 importante saltos ascendentes de inversión. Estos sealtos se deben tanto a la
acción del Estado (más como inductor que como inversor directo) como a una importante corriente de inversiones
extranjeras. A lo largo de la década, numerosas empresas del exterior, tanto norteamericanas como europeas, se radicaron
en Argentina. La mayor parte de la industria argentina era, hacia 1935, de propiedad extranjera. También diversos grupos
nacionales contribuyeron a sustentar la expansión industrial. Entre ellos, un segmento de pequeños y medianos industriales
surgidos de clases medias y bajas de orígen inmigrante radicados en el país. La participación de estas pequeñas y
medianas empresas en los indicadores económicos era escasa, pero eran importantes, ya que satisfacían demandas
específicas. Luego crearon una organización corporativa que representaría sus intereses llamada la CGE (Confederación
General Económica), y los convertiría en un punto de apoyo importante del régimen peronista.
Por otra parte, la inversión en el sector agropecuario descendió notablemente, ya que gran parte del sector
terrateniente volcó sus intereses a las industrias ligadas a los productos agropecuarios.

3, 12, 4. La industria y los problemas regionales


El proceso de industrialización va acompañado históricamente al de la urbanización y la concentración de la mano
de obra. El GBA se convirtió en el centro de localización industrial por varios motivos, entre los que se destacaban la
presencia de un mercado numeroso, concentrado y con buen poder adquisitivo, abundancia de mano de obra, fácil acceso
desde el interior por el ffcc, hacia el exterior por el puerto y la presencia de una gran infraestructura.
La atracción demográfica de las grandes ciudades del litoral, tentó al Estado a dirigir sus inversiones y a
establecer políticas económicas mirando hacia la región de ultramar y dando la espalda al interior.
Sin embargo, ciertas industrias del interior fueron favorecidas de un modo especial, obteniendo el favor político de
protección de algunas burguesías provinciales. Entre ellas , la industria del azúcar que contó con la ayuda de barreras
arancelariasque hicieron que su precio local fuera más alto que el de su posible importación, constituyendo una excepción a
la política liberal. Además, se regulaba su producción para evitar la casída de los precios. Otrs industrias favorecidas fueron
la vinícola, la yerbatera, la tabacalera y la de prroductos oleaginosos, todas ellas basadas en materias primas nacionales y
localizadas en regiones determinadas.
El grueso de la industria nacional se localizó en GBA y en algunos otros centros urbanos para aprovechar un
mercado de consumo, una infraestructura de transportes, comunicaciones y edilicia, y una disponibilidad de mano de obra y
de recursos financieros concentrados concentrados en una porción pequeña del territorio y al depender de un amplio
conjunto de importaciones, se hacía necesaria la localización cercana al puerto.

3, 12, 5. Los límites de la industrialización


Un análisis cualitativo pone de manifiesto la fuerza limitada de la industrialización de la época. En 1er lugar, los
productos con que se iniciaba la sustitución de importacioneseran frecuentemente copias de un diseño extranjero rezagado
con respecto al desarrollo tecnológico internacional vigente. En 2do término, el equipamiento fisico de muchas plantas
fabriles estaba compuesta por máquinas usadas, con un alto grado de obsolescencia física y tecnológica. Muchos
establecimientos se construyeron sobre la base de los que habían sido talleres de reparación y mantenimiento de equipos
importados y que sostuvieron el funcionamiento de la maquinaria existente, lo que indica su nivel de precariedad.
Por otro lado, el rápido crecimiento de algunas industrias nuevas como la automotríz, la metalúrgica o la química
no podían ocultar su escasa participación en la produccción industrial total. En aquel momento, únicamente las ramas
tradicionales, como los alimentos y textiles, conformaban más del 50% de la producción total.
La política económica implementada desde 1933 mejoraba sustancialmente la rentabilidad de la industria, pero
las industrias que utilizaban materias primas importadas se encontraban en desventaja a la hora de competir con las
importaciones de productos similares, ya que la estructura arancelaria gravaba con impuestos mayores a los insumos que a
los productos terminados. A este fenómeno se lo llamó “proteccionismo al revés”. Esta medida se aplicó con el fin de
restringir el surgimiento de las “industrias artificiales”, considerando como tales a aquellas que utilizaban como insumos
materias primas inexistentes o escasas en el país. En este sentido, los aranceles sobre los insumos se correspondían con
la idea de tratar de disuadir la instalación de “industrias artificiales”.
Por otro lado, un grupo de terratenientes volcaron sus ideas hacia el desarrollo de una industria nacional, en
realidad, se trataba de un grupo que había empezado a comprender que el potencial del modelo agroexportador estaba
agotándose, es decir el campo ya no ofrecía los atractivos del pasado.
Así, la continuación del crecimiento industrial y su complejidad profundizarían su independencia con el exterior e
impactarían en forma negativa sobre la balanza comercial debido a la importación de bienes de capital, inevitablemente, de
cantidades crecientes de insumos intermedios. A su vez, por esta vía se cerraba también el desarrollo local de tecnología,
fomentando una dependencia tecnológica del exterior.
Por eso, los límites políticos-sociales derivaban en límites técnicos, financieros y comerciales que contribuían a
trabar el crecimiento industrial y a disminuir su impacto en la transformación estructural del aparato productivo.

3, 13. La Segunda Guerra Mundial y sus repercusiones económicas


3, 13, 1. Los problemas del comercio exterior y el sector agropecuario
El desarrollo industrial por sustituciones de importaciones de los años ’30 se caracterizó por un impulso de las
industrias livianas, de mano de obra intensiva, especialmente metalúrgica y textiles. Durante la 2da Guerra, no existían
todavía industrias básicas y la dependencia externa en materias primas industriales y combustibles alcanzó proporciones
inquietantes. El país vivió en dicha época un período de prosperidad sin igual, con plena ocupación de mano de obra y
saldos comerciales favorables (que permitieron acumular una gran masa de divisas), pero durante el transcurso de la guerra
hubo escacés de insumos que limitó la continuidad del proceso.
El grueso del comercio exterior argentino durante la guerra se dirigió a los países aliados, principalmente, a GB y
a EEUU. En 1943, cerca del 60% de las exportaciones y del 40% de las importaciones se hicieron con aquellos 2 países,
pero hubo una interrupción casi total del intercambio entre 1943 y 1945.
En aquellos años, GB acordó con la Argentina la continuidad del aprovisionamiento de las materias primas y
alimentos a cambio de acreditar los pagos en Londres, es decir, sin abonar las compras en efectivo. Los pagos se
efectuaban en el Banco de Inglaterra con garantía en oro, pero durante el transcurso de la guerra se encontraban
bloqueados por parte de GB debido a la escacés de recursos. La Argentina, a pesar de recibir acusacines nazi-fascistas,
realizó una contribución importante al esfuerzo de guerra de los aliados, otorgando largos plazos a los pagos de sus
exportaciones. Por el contrario, la recuperación de los pagos dio lugar a arduas negociaciones en la posguerra que
culminaron con la nacionalización de bienes y servicios públicos de propiedad británica. Además, en la etapa durante la cual
los aliados no tenían el control completo de los mares era preciso que esos materiales fuesen transportados en buques de
bandera neutral para evitar que los cargamentos fuesen echados a pique por submarinos alemanes.
Un problema adicional estuvo constituído, sin embargo, por el hecho de que mientras la Argentina obtenía fuertes
superávit comerciales con GB, no podía cubrir sus compras en EEUU a causa de la carencia de divisas. En el período
1941-43 hubo un gran incremento de la venta de productos argentinos a EEUU, lo que facilitó la obtención de dólares. Pero
esto no solucionó el problema, ya que las importaciones no pudieron recuperarse por dificultades materiales propias de la
guerra y por motivos políticos, debido a las sanciones aplicadas por Washington a los gobiernos argentinos para castigar su
política de neutralidad o su presunta orientación nazi. Tales circunstancias y las crecientes dificultades del comercio
internacional afectaron el proceso de industrialización.
A pesar de qu las ventas al exterior cayeron durante la guerra, la expansión de la industria y las carencias
existentes en los mercados internacionales posibilitaron la exportación de productos manufacturados. Por eso, la balanza
comercial fue positiva y el país pudo acumularimportantes reservas; fundamentalmente, debido a la contracción de las
importaxciones.
En lo referente al sector agrario, las altas tarifas de los fletes, la escasa disponibilidad de bodegas y el
encarecimiento de los seguros marítimos perjudicaron a las tradicionales exportaciones argentinas.
La disminución del transporte marítimo y la pérdida de mercados consumidores afectaron las exportaciones del
sector agrícola costituídas, en su gran mayoría por cereales y lino. No sólo descendiero las cantidades exportadas sino que
también cayeron los precios.
La respuesta del sector agrícola fue una caída sensible del área sembrada. Dentro de un marco general de
limitaciones operativas, se expandieron las exportaciones al Brasil, quién pasó a ser el principal comprador de trigo por un
breve lapso, especialmente luego del convenio de 1941, por el cual la Argentina importaba manufacturas para compensar
su balance comercial con ese país. Sin embargo, la tendencia descendente de las exportaciones persistió y obligó al
gobierno argentino a la adquisición de granos para sostener la actividad agrícola mediante el régimen de precios mínimos.
Desde 1941, el gobierno mantuvo todas las transacciones de trigo bajo su control a través de Junta Reguladora de Granos.
Las restricciones a las importaciones y la creciente demanda de la industria local estimularon otro tipo de cultivos.
Así, se desarrolló el cultivo del girasol y se sembraron cultivos industriales.
Debido a la carencia de combustibles durante la guerra, a partir de 1940, el Estado a través de la JRG compró la
cosecha de granos y colocó buena parte delas mismas en el mercado de combustibles. De esta manera, gracias a la
política de subsidios al sector agrario mediante la compra de su producción (política grano-combustible) y, en menor
medida, a las restricciones que sufría el comercio de importación, se pudo expandir la actividad industrial.

3, 13, 2. Los efectos de la guerra sobre el sector industrial


La política desarrollada por los gobiernos argentinos entre 1939-45 favoreció más a la industria que a la
agricultura y al comercio. En este período se sumaron facilidaes crediticias como redescuentos orientados al sector
industrial otorgados por el BCRA. También se dictaron leyes de promoción industrial a nivel municipal y provincial, y se
crearon la Flota Mercante del Estado. Además, las fabricaciones militares dieron un impulso a la industria militar.
Culminando este proceso, se creó, en 1944, el Banco de Crédito Industrial, que jugaría un rol importante en el
financiamiento de las actividades fabríles.
No obstante, la industria sufrió los efectos de la guerra. La escacéz de combustibles tuvo serias repercusiones. La
caída en la importación de estos fue importante. Para cubrir el déficit energético se quemaron cereales y residuos vegetales
y se obtuvo leña y carbón de leña mediante la destrucción de parte de la reservas forestales.
La industrialización en el período bélico se realizó mediante la utilización al máximo de equipos ya obsoletos., lo
que suponía bajos niveles de productividad. Si a esta dificultad, le agregamos las sanciones económicas (aislamiento
económico) aplicadas por EEUU para castigar la política de neutralidad seguida por Argentina, podemos apreciar los
perjuicios ocasionados por la guerra.
No obstante, y debido a la sustitución de importaciones, la produccción industrial creció en mayor medida que el
PBI durante el período bélico.
Por otra parte, debido a la escacéz de productos manufacturados en otros países, la Argentina se transformó en
exportador de esos bienes., especialmente a vecinos latinoamericanos con dificultades de abastecimiento, alcanzando su
máximo volúmen de exportación entre 1939 y 1945. Pero como era previsible, las exportaciones industriales iban a caer
después de la guerra: por un lado, porque también se produjo un importante proceso de sustitución de importaciones en
otros países latinoamericanos y, por otr, porque la calidad de los productos argentinos no podía competir en la posguerra
con la de las potencias industrializadas, sobre todo con EEUU.
Fue importante el impulso dado por las industrias militares con la creación de la fábrica Militar de Aviones en
Córdoba y la creación de ciertas industrias básicas, como la siderurgia. Com consecuencia de la Guerra, comienza su
actividad en 1941 la Dirección General de Fabricaciones Militares, bajo la dirección de Savio. Sus objetivos eran obtener
una mayor independencia del abastecimiento extranjero, la producción de materiales de guerra, la regulación de la
exportación y la importaciónde productos estratégicos y el fomento industrial, ligando la seguridad nacional al desarrollo de
la industria.
Por otro laddo, se apuntaba a un desarrollo efectivo de las actividades industriales, con la utilización cada vez
más intensa de las materias primas del país. El nacionalismo de muchos militares de la época, incluso Perón se basará en
estos conceptos.
A partir de estos sucesos se logró un balance comercial favorable que se tradujo en aumentos considerables de
las tenencias de oro y divisas, incrementando los medios de pago en el mercado local; las restricciones a la importación y
las iniciativas militares, que estimularon el desarrollo industrial, y la expansión de la demanda interna. Esta combinación de
situaciones hizo que el poder de compra de los argentinos creciera en velocidad.

3, 14. El Consejo Nacional de Posguerra y los Debates sobre la Industrialización


En 08/1944, se creó el Conssejo Nacional de Posguerra, dependiente de la vicepresidencia de la Nación y
presidido por el propio Perón.
Perón formuló plaeconómicos y sociales de mediano plazo, que se traducirían luego, a partir de 1946, en los 2
planes quinquenalesde los gobiernos peronistas
El debate en el CNP, tenía como centro el sentido que debía darse al proceso de sustitución de importaciones:
1- Modelo Agroexportador agotado.
2- Expansión de cierto tipo de producciones, que una vez terminadas las circunstancias de la guerra volverían a ser
ineficientes y podrían desaparecer (industrias artificiales).
3- La existencia de sectores de interés que basaban sus ingresos en las nuevas actividades industriales y estaban
dispuestos a defenderlas, reflejados en la posición de la UIA.
4- El reconocimiento de que la mayoría de las industrias que habían crecido con la depresión mundial y la guerra estaban
especializadas en la producción de bienes de consumo final. El dilema entre las industrias eficientes y las ineficientes
(artificiales: provistas de insumos importados).
5- La creciente conciencia en algunos sectores del ejérccito, de que era necesario promover algunas industrias de bienes
de capital, como la siderurgia.
6- La circunstancia de que el proceso de induastrialización se basó en la utilización al máximo de equipos y maquinarias
obsoletos y de que después de la guerra era necesario reparar esa falencia modernizando el equipamiento industrial.
7- El hecho de que la estructura industrial se apoyaba en industrias de trabajo intensivas y de que el desmantelamiento
de una parte del sector podía implicar la existencia de altos índices de desocupación.

En el Plan de Reactivación Económica de 1940, Pinedo señalab que la vida económica del país giraba alrededor
de una “rueda maestra” que era el comercio exportador. No pretendía llegar a una industrialización total del país , pero no
había porque abandonar algunas producciones industriales totalmente “sanas” (aquellas basadas en la elaboración de
materias nacionales o en la utilización de ellas como insumos). Además agrgaba la construcción de viviendas populares,
que podían elevar el nivel de vida y el poder de compra de las clases populares, incrementando la demanda de productos
industriales y un financiamiento a largo plazo del desarrollo industrial.
Una 2da postura sobre el destino del sector industrial resultaba la del BCRA. Su gerente Prebisch señalaba que
en el desarrollo industrial de la época había mucho de “artificial”.
Decía que el desarrollo industrial depende de 2 factores:
1- La posibilidad de importar materias primas y bienes de capital indispensables
2- La posibilidad de elaborar en el país a costos bajos parte de esas importaciones y seguir trayendo del exterior lo
indispensable.

Para Prebisch, entonces, había que mantener parte del aparato industrial existente sin sobrepasar la capacidad
de producción del país y la realidad de su mercado interno.
Las ideas de Bunge, el otro prominente economista de la época, con un contenido industrialista y proteccionista,
influyeron también en la discusión, considerando que el modelo agroexportador estaba agotado ya desde los años ’20.
También decía que una vez finalizada la guerra podría hacerse insostenible mantener industrias obsoletas o poco
competitivas (industrias de proceso artificial) y, como consecuencia, el cierre de dichas industrias daría lugar al desempleo
de una parte de la población trabajadora.
Otro informe del CNP manifestaba la necesidad deestimular la producción utilizando toda la mano de obra
disponible. En esta medida se basarían luego las políticas económicas del primer peronismo. El informe señalaba con
respecto al sector manufacturero, que debían fomentarse las industrias de interés nacional, “especialmente las que utilizan
materia prima del país”, eliminando la protección de industrias artificiales que durante la guerra habían cubierto necesidades
insatisfechas, con el fin de lograr un “ordenamiento económico-social”, que se definía como el conjunto de orientaciones
encaminadas a procurar un equilibrio recto y estable entre los recursos y fuerzas económicas de la nación. El objetivo era
garantizar la ocupación de la totalidad de la mano de obra disponible a través de la creación de un sistema de seguridad
social completo y el mejoramiento de las condiciones de trabajo y de la vida de los trabajadores.
Por su parte, Peron, en sus discursos, involucraba la plena ocupación de la mano de obra y la ampliación del
mercado interno. Su política era de protección y estímulo del conjunto de las actividades industriales y de orientación al
mercado interno.

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