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En la población con VIH + se define “edad avanzada” pacientes con 50 años o más, y “paciente mayor” aquellos sobre 65 años.
La edad de 50 años o más en los pacientes con infección por el VIH es una variable determinante en la respuesta inmunológica
al tratamiento y en la supervivencia.
La importancia del envejecimiento y su repercusión en los pacientes con infección por el VIH requiere de un estudio particular
y de una colaboración muy estrecha entre diferentes especialistas debido a la aparición de múltiples comorbilidades que
aumentan la complejidad de los pacientes y obligan a una actualización continuada.
Epidemiología
36,9 millones de personas vivían con el VIH en 2017 en todo el mundo.
21,7 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretrovírica en 2017.
1,8 millones de personas contrajeron la infección por el VIH en 2017.
30%-50% de las personas con VIH son mayores de 50 años
La Prevalencia de adultos >50 años con VIH aumento 10 veces entre 1990-2012
47% de los nuevos diagnósticos son en mayores de 50 años y 35% de los diagnósticos > 50 años están en etapa SIDA
Para el 2020 el 50% de los portadores de VIH tendrán 50 años.
Dadas las características de la epidemia actual, se hace necesaria la puesta en marcha de estrategias para poner fin a la epidemia
de SIDA. Desde ONUSIDA se han establecido unas metas urgentes y unas estrategias para acabar con esta enfermedad. Las
mentas para el año 2020 eran de 90% de personas infectadas diagnosticadas, 90% de las personas diagnosticadas en tratamiento
y 90% de las personas en tratamiento deberían estar con carga viral indetectable. Además, conseguir que se produzcan menos
de 500.000 nuevas infecciones y cero discriminaciones. Para el año 2030, el objetivo es más ambicioso: 95%-95%-95% y que se
produzcan menos de 200.000 nuevas infecciones. Seguir con cero discriminaciones.
Avance metas OMS en Latinoamérica al 2016: 81% de las personas con VIH conocen su estatus, 72% de las personas con VIH
conocen su estatus y están en tratamiento y 79% de las personas con VIH y tratamiento tienen carga viral indetectable.
Los cambios fisiológicos del envejecimiento definen conductas de riesgo. Por ejemplo, hay mujeres que tienen alteraciones en
la mucosa y por lo tanto sequedad vaginal lo que les dificulta la actividad sexual, ellas utilizan lubricantes que facilitan el coito y
algunos expertos dicen que pueden inducir a una mayor probabilidad que busquen relaciones sexuales y por eso se puedan
contagiar. También, al no existir riesgo de embarazo disminuye la percepción de riesgo de la actividad sexual propiciando
conductas de riesgo.
Hombres con disfunción eréctil que responden a tratamiento también pueden tener conductas de riesgo al tener erecciones
funcionales.
Inmunosenescencia
El proceso de envejecimiento
progresivo del sistema
inmunitario conocido con el
término “inmunosenescencia”,
consiste básicamente en una
alteración del patrón de
subgrupos de linfocitos T,
caracterizada por: incremento de
los linfocitos CD8+ circulantes,
disminución de los linfocitos CD4+
naive, aumento de los linfocitos
CD4+ y CD8+ de memoria,
disfunción generalizada de todos
ellos y, de forma secundaria, incapacidad de los linfocitos B para segregar anticuerpos. La disminución del subgrupo de linfocitos
CD4+ naive tiene su origen en una involución del timo mientras que el incremento de las células CD4+ y CD8+ de memoria
obedece a un mecanismo homeostático de expansión clonal periférica. Estas células, entre las que predominan las CD28- (sin
expresión de la molécula estimuladora CD28) y las CD57+ (con expresión de la molécula inhibitoria CD57), presentan una mayor
capacidad efectora y citolítica y una menor capacidad proliferativa (“senescencia replicativa”). Además, tienen una función
proinflamatoria con mayor secreción de IL-6, TNF-α e IFN-γ y menor de IL-232,33 y presentan un acortamiento de los telómeros,
lo cual pone en marcha programas celulares encargados de restringir su proliferación. Los clones de estas células efectoras de
memoria son dirigidos específicamente contra diversos virus y de modo particular contra el citomegalovirus.
Clínicamente, la inmunosenescencia se manifiesta por:
La conjunción de un elevado número de linfocitos T CD4+ CD28- circulantes, de un cociente CD4+/CD8+ menor de la unidad y
de seropositividad de los anticuerpos IgG frente a CMV se denomina “fenotipo de riesgo inmune” y se asocia con un mayor
riesgo de comorbilidades y con una mayor mortalidad.
Así pues, la infección por el VIH acelera el proceso de envejecimiento cronológico e intensifica los efectos de este en los
pacientes de mayor edad. Tal fenómeno es potenciado por infecciones víricas latentes, en particular por la provocada por CMV,
donde la confección por VIH y CMV se asocia con un mayor riesgo de comorbilidades, especialmente de enfermedad
cardiovascular aterosclerótica, y con una mayor mortalidad secundaria a las mismas.
La interacción de fenómenos
tiene una expresión clínica que hay que evaluar en este tipo de pacientes:
envejecimiento prematuro, enfermedades cardiovasculares, cáncer no
asociado a SIDA, osteoporosis, deterioro cognitivo y fragilidad.
Enfermedad cardiovascular
Osteopenia y osteoporosis
Enfermedad renal crónica
Trastornos neurocognitivos
Neoplasias no definitorias de SIDA
Enfermedad cardiovascular
Es muy importante ya que la gente que tiene VIH ya sea joven o
mayor, tiene más riesgo cardiovascular (el factor más importante
del riesgo cardiovascular es edad). Hasta un 20% de estos
pacientes tiene un infarto a 10 años.
Entonces, personas VIH tienen mayor riesgo cardiovascular, pero también tienen una incidencia mayor a edad más temprana.