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Las anomalías
SISMO EN
PRIMERA generosas
PERSONA
JULIÁN HERBERT
Llevaba diez días en Shanghái. a cruzar la Ciudad de México dos horas en encontrar a mi familia:
Una mañana fui a la computado- días más tarde para reunirme con resulta que el día previo Mónica
ra para dar las buenas noches (acá mi mamá. tuvo que asistir a una reunión
era de mañana, allá de noche) a mi Lo primero fue la angustia de trabajo en Monterrey, y se llevó
hijo, que vive en Tepoztlán. Así me egoísta: ¿qué pasó en Tepoztlán? a Leo consigo. Se enteraron del
enteré de que había temblado en ¿Dónde están mi exesposa y mi terremoto de la misma manera que
México. Un espejo mental se me hijo? En Tepoz se habían caído dos yo: por las noticias.
estrelló en la cara: el del terremo- iglesias, no había luz, la escuela de Lo segundo fue una angustia
to del 19 de septiembre de 1985, mi Leonardo tenía daños estruc- atemperada: buscar uno a uno a los
que viví en Acapulco y me obligó turales –me dijeron–. Tardé dos amigos, seguir relatos particulares
de esas vías no se queda ahí, también incluye la seña- sector privado, negocios y escuelas para quienes per-
lización de muchos negocios, tiendas, supermerca- dieron sus casas o no puedan regresar en el corto plazo
dos, estaciones de policía, escuelas o baños públicos a sus viviendas. Estos modelos de centros de evacua-
que están ubicados a la orilla de ese cinturón de vías ción y refugios se repiten en las demás regiones a lo
exclusivas para la emergencia, de manera que coope- largo y ancho de Japón.
ren con las acciones que se necesiten. Hoy es común ver Estos pocos ejemplos de las medidas de preven-
supermercados, tiendas de veinticuatro horas o restau- ción ante el hipotético terremoto en Tokio dan cuen-
rantes con una calcomanía en la entrada que lo seña- ta de una sociedad consciente de que le ocurrirá un
la como lugar asignado de ayuda ante una emergencia. gran desastre y que por ello invierte en la prevención
Los centros de evacuación y refugio también ilus- y educación al respecto. Las medidas son innumera-
tran el sentir de un “país de desastres”. Hay tres tipos, bles, pero atraviesan todas las capas de la sociedad, 39
y vale la pena señalar que ya están previamente asigna- desde el niño en la escuela, el anciano en el hospital o
dos y equipados para la tarea. Es decir, no se crean en en el asilo, hasta el funcionario o empleado responsa-
el momento de la necesidad. Cualquiera puede tener ble en la emergencia.
acceso a un mapa de su localización en las oficinas En la mente latinoamericana pueden parecer medi-
LETRAS LIBRES
municipales o desde internet. Además, por las calles das paranoicas que invitan solo al pánico y a la desin- NOVIEMBRE 2017
hay letreros en edificios, escuelas públicas o parques formación. Pero esto no son profecías mayas. Para la
que anuncian el tipo de refugio o centro de evacua- mente japonesa es una realidad porque lo ven como
ción que les fue asignado. parte de su destino: son un país de desastres y prevén
Hay un tipo de centros que se conocen como Áreas y actúan en consecuencia. En México, la improvisa-
de Evacuación, normalmente parques y lugares abier- ción resulta una válvula de escape en la acción solida-
tos para que la gente acuda durante un terremoto y ria que surge en la catástrofe. Pero en la emoción de la
espere ahí un tiempo corto. Un segundo tipo son los ayuda desbordada se olvida que esa improvisación es
Centros de Evacuación Temporal, asignados como una falla en la escala de responsabilidades. México de-
refugios para que las personas se alojen tres días en be de aprender de países líderes en el manejo de desas-
caso de no poder regresar a sus casas. De estos, solo en tres y Japón, “amigo en la adversidad, cuate de verdad”,
Tokio hay aproximadamente doscientos designados como dijo el líder del equipo de auxilio nipón al des-
y equipados con agua, comida y necesidades básicas. pedirse del país, es sin duda el mayor ejemplo. ~
Y un tercer tipo son los Refugios Temporales, luga-
res con capacidad para setenta mil personas asigna- MONSERRAT LOYDE es internacionalista. Vive en Japón
dos por los gobiernos locales en coordinación con el desde hace más de quince años.
en Twitter. La mayoría de mis ami- importante que sucedió en la gente removía escombro en las
gos estaban asustados y muchos Ciudad de México los días 19 y 20 calles, alguien más escribió: “Es
tuvieron que dejar sus casas, pero to- de septiembre, y es algo que sigue la primera vez que me emocio-
dos estaban vivos y sin un rasgu- sucediendo hasta hoy. no al escuchar el verso del Himno
ño. Algunos formaban brigadas, Decidí dar un paso atrás: ver que dice: ‘Un soldado en cada hijo
entregaban despensas, organiza- por sobre los hombros de los tes- te dio’.” Había una tenue prei-
ban y/o certificaban información tigos para construir una (entre deologización ante la naturale-
digital con la intención de dar muchas) versión crítica del relato. za: muchos de quienes estamos
forma a la –no inesperada pero Ese era mi lugar y mi única opción: hartos de los fallos y abusos del
si avasalladora– respuesta ciuda- ya dije que estaba en Shanghái actual gobierno habían decidido
dana. Muy pronto fluyeron las y habría sido ridículo buscar un de antemano que el Estado fra-
historias de solidaridad, de com- casco y una pala y salir a la calle. casaría en su reacción. Otras per-
promiso humano y chilango. Me La primera división –leve– que sonas, por el contrario, vieron el
dio una envidia rara: habría que- noté entre las huestes solidarias fue hiato del desastre como una prue-
rido estar ahí, llevando mantas o su actitud ante la reacción guber- ba de las virtudes del régimen; y
removiendo escombro. No enfati- namental: mientras alguien descri- otras más, incluso, de las virtudes
zaré de nuevo la trascendencia que bía con rabia la escena de un de un sector particular del régi-
tiene la compasión frente al horror: camión lleno de soldados comien- men: las fuerzas armadas. Pero lo
todos sabemos que esto es lo más do tacos cuando a su alrededor la que prevalecía era la solidaridad.
descontento en su contra acerca de
este evento particular. Una de
las razones es que su capacidad
de reacción superó a la del régi-
men de Miguel de la Madrid. Pero
otra es que ejerció desde el prin-
cipio un férreo control de daños
–sobre todo por televisión–; sin
embargo, su postura ante los res-
tos del desastre sigue siendo irres-
40 ponsablemente tibia. Y hay una
Fotografía: Alejandro Meléndez