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Guerra genocida VI

El británico Spencer St. John, --ex diplomático inglés primero en Haití y


luego en la República Dominicana-- crítico de la barbarie y la crueldad de
los participantes de la guerra en St. Domingue, escribe en “Hayti or The
Black Republic”(traducción libre mía del inglés): Sonthonax era un
flagrante charlatán, con algún talento, pero abrumado por la vanidad.
Causó mayor pérdida de sangre que cualquiera otro, primero azuzando los
pequeños blancos contra los colonos ricos, los mulatos contra los blancos,
y los negros contra ambos. Bien podía el orador francés declarar … de
Sonthonax que “él apestaba a sangre”. El tercer comisionado, Aillaud,
pensando, … , que sus compañeros eran un par de canallas … , se embarcó
secretamente y regresó a casa. Mientras estos comisionados se esforzaban
en destruir la mejor colonia francesa en el mundo, en un momento de
excitada furia, Francia declara la guerra al resto de Europa, y una nueva
era se abre para Haití.
Muchos de los mas influyentes y respetables habitantes de todos los
colores, ... disgustados con el proceder de todas las partes, pensaron que la
guerra entre Inglaterra y Francia les daría algún descanso de los excesos de
los negros insurgentes y los de las facciones de los libres, apoyados por ese
loco furioso de Sonthonax, enviado a Jamaica para invitar a su Gobernador
a intervenir y tomar posesión de la colonia.
Inglaterra intervino, pero en su forma usual, con pequeñas expediciones,
y así desperdició su fortaleza; pero la resistencia fue tan despreciable que
con poco esfuerzo lograron tomar a Jeremie en la provincia del sur, luego a
St. Marc y subsecuentemente a Port-au-Prince. Si hubiésemos enviado
una gran armada, es igualmente posible que no tuviéremos éxito, como era
la intención, en reponer la esclavitud. Como la guarnición de Jamaica solo
podría entregar destacamentos, las autoridades Británicas empezaron a
enlistar a todos quienes quisieran servir, sin importar el color, y recibiendo
el apoyo de aquellos ya cansados de la anarquía y la furia revolucionaria,
pronto lograron aunar una fuerza muy respetable en el campo de batalla.
Los españoles, asistidos por las bandas de negros rebeldes, capturaron la
mayor parte de las provincias del norte; en esto fueron auxiliados por
Toussaint Louverture, quien ahora empezó a venir al frente. Sonthonax,
cuya idea de energía era simplemente masacre y destrucción, le ordenó que
cualquier lugar que sus partidarios tuvieran que evacuar debiera
quemarse. … pensó que un poco de terror podría ayudar, de manera que
erigió una guillotina en Port-au-Prince; y teniendo a mano a un Francés
acusado de ser Realista, probó con él su experimento. Ensambló una gran
multitud de Haitianos para que presenciaran la ejecución; pero cuando
éstos vieron la brillante cuchilla descender y la cabeza rodar a sus pies, se
llenaron de terror y corrieron a la gillotina cortándola en pedazos, y nunca
jamás otra se erigió en Haití.
Marcos Taveras es consultor privado

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