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Nació en Glasgow, Escocia, como James Frazer Stirling. Un año más tarde su familia se traslada a
Liverpool donde estudiará arquitectura en la Universidad de Liverpool.
Trayectoria
Tras graduarse en la Escuela de Arquitectura de Liverpool en (1950), realizó diversos trabajos
enmarcados en la corriente brutalista en boga en aquella época, el más célebre de los cuales fue la
sede del departamento de ingeniería de la Universidad de Leicester (1959-1963).
Conoce a James Gowan con quien eran influenciados de Le Corbusier Con el trabajo de Hormigón
visto y Ladrillo
En 1963 se separó de Gowan, y en 1971 se asoció con Michael Wilford y a partir de ese momento
asumió mayor liderazgo en el diseño. Para Stirling un edificio debe reflejar el uso al que es dedicado,
y ya que son personas las que protagonizan ese uso, el edificio debe mostrar una riqueza y una
variedad de elementos en su fachada y no debe ser en modo alguno simple. Así, por ejemplo, un
edificio dedicado a investigar o mostrar la historia, debe disponer de formas y elementos que
evoquen los acontecimientos históricos en el transcurso de las diferentes épocas. La manera en la
que estas formas y elementos se combinan constituye para Stirling el arte de la arquitectura.
Diseñar edificios más humanos es otra constante en la trayectoria de Stirling. Las consideraciones
humanísticas del edificio, dentro de su entorno, dominan todo lo relativo a la estructura, la estética e
incluso la economía.
Estilo
Posteriormente, su estilo fue incorporando abundantes referentes históricos y formales que, a la
postre, le aproximaron al arquitectónico preconizado por su coetáneo R. Venturi. Muestras
representativas del carácter lúdico que impregnó su obra en esta segunda etapa, caracterizada por
el libre juego de complejas formas geométricas y el uso del color en los abundantes elementos
decorativos, son la Neue Staatsgalerie (1977-1984) de Stuttgart o el Museo Fogg(1979-84),
en Harvard.
Universidad de Cambridge
Premios
Si bien Cambridge data de épocas romanas, su prestigio como ciudad universitaria proviene de 1209,
cuando un grupo de académicos religiosos se separó, por discrepancias ideológicas, de la
universidad de Oxford, y se asentó en esta ciudad a orillas del río Cam.
Desde entonces ha ganado una reputación como una de las universidades más prestigiosas del
mundo, atrayendo a miles de estudiantes de todo el planeta, que discurren en las calles plagadas de
bicicletas y comparten la vida académica en un escenario urbano pleno de joyas arquitectónicas
como el Trinity College o el King’s College.
Techo del King's College iniciado por Enrique VI
Muy cerca de estos soberbios ejemplos de arquitectura medieval coexisten, frente a frente, dos
edificios pertenecientes a sendos grandes maestros, ganadores del prestigioso premio
Pritzker: James Stirling y Norman Foster (no es muy común encontrar edificios de “arquitectos
Pritzker tan cerca del otro… un caso que recuerdo es el de Nexus World, en Fukuoka, Japón).
Edificios de James Stirling y Norman Foster
Tras atravesar un patio de césped, definido por una edificación levantado sobre pilotes a la manera
de Le Corbusier en el llamado Sidgwick Site, se nos presentan ambos edificios definiendo una
pequeña placita. De ella parte un eje peatonal que parte hacia el norte.
En un principio había pensado llamar a este post "Stirling y Foster en Cambridge", pero debido a
que salió demasiado extenso, he optado por dividirlo en dos partes:
La primera imagen que recibimos del edificio, reproducida comúnmente en los libros de arquitectura
es la de dos grandes prismas perpendiculares de ladrillo rojo que abrazan una cobertura de vidrio,
similar a una pirámide en talud aterrazada, similar a un zigurat o a una pirámide azteca.
En la parte posterior la fachada se hace más compleja, trabajada en una serie de terrazas
retranqueadas.
El interior está conformado por una gran plaza de lectura, circundada por una biblioteca dispuesta
en un cuarto de círculo. En la parte central se encuentra una sala de lectura para 300 personas, y
los estantes de libros se disponen radialmente alrededor de la misma, mediante galerías que
balconean al espacio central, lleno de luz.
Oficinas, área de seminarios y administración se hallan ubicados en los lados de la misma.
Este famoso edificio, completado en 1968, es sin embargo muy controversial. Ganador de un
concurso limitado en 1963, se descubrió posteriormente que una parte del terreno no estaba
disponible para la universidad, por lo que tuvo que girarse el edificio 90 gados. ¡90 grados! Todos
los estudios de asoleamiento, visuales, aproximación, circulación, etc. Todo varía cuando un edificio
gira 90 grados. Sin embargo, nada se varió en los planos originales salvo la orientación.
Otro problema es la gran superficie de área vidriada que cubre la biblioteca, que en verano la
convierte en un sauna. Esta situación, sumada a goteras (situación agravada en el territorio inglés,
de un clima tan húmedo) que hacen peligrar la integridad de las valiosas colecciones de libros allí
albergadas, convirtieron a este edificio en sumamente impopular entre los estudiantes, tanto que
estuvo a punto de ser demolido a mediados de los 80s (Sir James Stirling murió recién en 1992, este
episodio debió haber sido tremendamente embarazoso para él).
Una fila de banquitos incómodos son los únicos que gozan de las visuales del edificio
No obstante, el edificio –que había ganado una medalla de oro por la RIBA (Royal Institute of British
Architects)- fue salvado e incluido en la lista de patrimonio protegido inglés. Para ello, se instalaron
unidades de aire acondicionado y sellos a prueba de lluvia, un gasto evitable si el edificio hubiera
tenido un mejor diseño.
El emplazamiento del edificio de los laboratorios es un solar sobrante y ocupado por edificios de ser-
vicios; su única ventaja compensadora es que domina por uno de los lados un parque público. El
lugar es tan pequeño, de forma tan irregular y está tan atestado que era inevitable que al menos una
parte del edificio se desarrollase hacia arriba. Este solar atestado e irregular dio lugar a un edificio
de contorno extraño que se extiende por el solar y finalmente se dispara aisladamente hacia arriba
y por encima de una carretera secundaria que bordea el parque. Complejo en su modo de ocupar el
terreno, agolpándose hacia un lado en forma de conjunto de torres, el edificio indica su eficiencia
mecánica y material mediante el uso de materiales y componentes que normalmente se emplean en
las obras industriales. Los materiales pueden haber sido elegidos por razones económicas, pero
parecen visualmente ricos y hasta opulentos.
Los niveles de circulación amontonados verticalmente entre las torres son la clave de la solución de
diseño. Suelos, paredes y techos estaban acabados con las mismas piezas cerámicas rojas que el
exterior. El hecho de que fuese únicamente en los interiores donde se seguía este principio sugiere
que no se trata de interiores reales en absoluto, sino más bien de calzadas y puentes. Al contemplar
los proyectos de Stirling de mediada la década de los cincuenta podemos ver hasta qué punto era
importante esta característica en trabajos tan tempranos como los proyectos presentados a los con-
cursos de Honan y Sheffield. El uso del espacio de circulación como elemento preparador indica que
concibe sus edificios en términos de sus distintas partes funcionales y con tal grado de articulación
que en un programa complejo no diseña uno, sino varios edificios.
«No hemos intentado emplear un idioma de “diseño interior” a través de los diferentes tipos de
espacios; la función de un espacio ha sido el único determinante de su aspecto. En esto difiere de
algunos edificios contemporáneos; por ejemplo, la Escuela de Arquitectura de Yale contiene un salón
de conferencias, salas para los profesores, biblioteca, etc., así como estudios, y todos están trazados
con una estética similar, traída desde el exterior, y se utilizan los mismos materiales y superficies en
todas partes, cosa que yo hubiera considerado incompatible con actividades tan divergentes. En el
edificio de Ingeniería, cada tipo de espacio tiene su propia estética y, de modo similar, el so-porte
estructural cambia en las diferentes partes del edificio, siendo el tipo de construcción elegida el más
apropiado para las dimensiones y las actividades de espacios particulares, es decir, una cubierta
con estructura industrial encima de los talleres, una concha acústica independiente dentro de una
caja R.C. colocada in situ para las salas de conferencias, un diagrid R.C. entre columnas periféricas
cubriendo los laboratorios de investigación. Hay tan-tos sistemas estructurales como diferencias
importantes en la función, y la elección del tipo de estructura fue una de las últimas decisiones dentro
de la secuencia del diseño.»
Esto es el reverso del principio modular según el cual un sistema construido es un compromiso entre
varias funciones diferentes, con lo cual ninguna función es servida de un modo óptimo. Esta actitud
ad hoc ante la estructura, diferencia también a Stirling de aquellos que ven las megaestructuras como
solución a las obras en gran escala, y es posible que el método diversificado y no simplista de Stirling
pueda alejar a los diseñadores de los superedificios de las simplificaciones excesivas que sus
proyectos manifiestan tan a menudo. Esta actitud hacia la estructura requiere la colaboración de un
ingeniero con la mente abierta. Stirling siempre ha trabajado en estrecha colaboración con Frank
Newby, de Felix J. Samuely and Partners, quien calculó las cerchas inclinadas de los talleres de
maquinaria, estructura que se incorporó a la concepción del exterior del edificio. Aunque la estructura
no se expresa de una manera literal, su forma es identificable en el modo como la superficie dérmica
es «estirada» encima del esqueleto.
La nitidez de la tolerancia con que Stirling concibió el grupo de torres de Leicester queda ilustrada
por su observación de que:
«Toda forma construida tiene un peso y unas propiedades de estabilidad o inestabilidad que
dependen de su forma, y es necesario hacer una agrupación de funciones que sea inherentemente
estable. En el edificio de Ingeniería, el peso de las torres de encima compensa el voladizo de las
salas de conferencias o, por decirlo de otro modo, la magnitud del voladizo viene dictada por el peso
que gravita encima; si se eliminase la planta superior, el edificio se hundiría. Sin duda, existe una
cualidad arquitectónica inherente a la composición de masas estables, especialmente cuando son
asimétricas.»
Leicester desasosegó a Pevsner, quien vio en esta obra un retorno al expresionismo. Él, que se
había formado junto con los pioneros del movimiento moderno del continente en los años veinte y
treinta, tenía que ver la geometría complicada y no rectilínea de Leicester como algo afuncional y
poco realista. El «realismo» significaba en el contexto de la primera arquitectura moderna de
Alemania (Neue Sachlichkeit) una clase muy peculiar y virtualmente negativa de diseño
arquitectónico, con formas lisas y cúbicas, y una ausencia de refinamiento en las proporciones, a la
manera de Gropius, por ejemplo. En el momento de visitar la Maison de Verre, Stirling estaba
reconsiderando el uso del vidrio para llegar a la conclusión de que la utilización de elementos
acristalados industriales ya existentes presentaba ventajas económicas y de diseño al ser
susceptibles de cortarse y encajarse a pie de obra con la misma facilidad que si se tratase de
elementos de carpintería. En el clima inglés, frecuentemente nublado, las grandes superficies
acristaladas harían posible un interior más luminoso. A la luz del día (como explicaba en Architectural
Review)
«Parece que no existen más que dos clases de revestimiento exterior [en Leicester]: el ladrillo rojo y
un vidrio brumoso y plateado. En realidad, hay cuatro: dos son “reales” y dos están utilizados más
bien como un camuflaje».
Existía un juego entre los muros de ladrillo rojo y las baldosas rojas empleadas para pavimentar la
plataforma y forrar el hormigón de las salas de conferencias proyectadas. Estos materiales son
distinguibles de cerca, pero la diferencia se disuelve ópticamente a cierta distancia y:
«Forman el primer par de materiales realirreal. Algo similar ocurre con el vidrio plyglass, es decir,
fibra blanca de vidrio entre dos capas de vidrio plano, y con la luna de vidrio que cierra y cubre las
naves de los talleres».
Este proyecto une un número de diferentes edificios y funciones en un único sitio. Incluyen un centro
de distribución de mercancías con un amplio almacenamiento; una edificio de producción; un edificio
de oficinas; un aparcamiento con un sistema de acceso de tipo puente que conduce a todas las áreas
de la fábrica; edificios secundarios, como un comedor y un centro de servicios; y otros edificios
complementarios.
El más largo y grande de los edificios, el edificio de producción, se encuentra paralelo al eje del valle
y parcialmente incrustado en la ladera. Estos dos largos edificios forman la geometría básica para el
complejo, subdividiendo el lugar en diferentes áreas. Al este del muro está un parque y al oeste la
actual fabrica, que termina con una plaza triangular formada por tres arcos. Esto, junto con el edificio
elíptico, forma la pieza final de gran escala espacial, así como una transición hacia el paisaje. La
plaza dispone la altitud y la posición arquitectónica de todos los edificios.
Pequeños componentes, cada uno con una fuerte identidad, articula aún más los espacios entre los
grandes edificios y proporciona relaciones y énfasis espaciales internos.
La “cabeza” arquitectónica de la fábrica es el edificio administrativo que ocupa una especial posición
en el complejo en general. El principal acceso por carretera desde Melsungen, que discurre por la
ladera del valle, sale a unos 500 metros antes del lugar y cruza el valle Pfeiffer. Desde este punto,
el ala de oficinas del edificio de la administración está directamente a la vista. Su forma curva sigue
la pequeña colina de enfrente y por lo tanto su forma es visible desde lejos. El ala de oficinas está
conectada a un edificio informático de dos plantas por una torre y este hace eco de la geometría
ortogonal de los edificios que se encuentran detrás.
La configuración del valle del sitio fue explotada por la construcción de un sistema de acceso de dos
plantas conectado al sitio natural en ambos niveles. El nivel más bajo sirve de tráfico de vehículos y
el más alto de peatones. Por lo tanto la idea funcional básica para el proyecto esta introducida:
puentes peatonales y puentes que conducen de un aparcamiento central a todas las áreas, sin
impedimento de tráfico. Una consecuencia de este concepto es que las entradas a todos los edificios
son desde el nivel superior.
Cinco metros por encima de los dos niveles funcionales principales está el nivel de producción. El
análisis del proceso de producción y de la flexibilidad requerida ha llevado a la organización vertical
del edificio de producción, con un área de producción “servido” superior y áreas inferiores que
“sirven” (tales como el suministro de materias primas); vestuarios para el personal, salas de
recreación y oficinas están situadas debajo. Esta disposición básica coloca el área de trabajo
intensivo del personal por encima de los otros edificios de manera que todo el mundo tiene vistas
ininterrumpidas a través del paisaje.
En el medio del lugar está el centro de distribución de mercancías. Los camiones suministran
mercancías a la entrada de bienes o un sistema sin conductor los transporta desde el lugar
producción, y luego se transfieren para el transporte fuera de la planta.
El borde sur del sitio se ha ajardinado con plantas del bosque para crear una transición suave a la
vegetación natural de las colinas circundantes. El resto del sitio está ajardinado como un parque.
El requisito del cliente era un enorme complejo industrial, pero por otro lado, esto tuvo que ser
integrado en el paisaje pastoral de una cordillera baja escasamente poblada. Esto tenía que ser algo
más que una integración formal y superficial y convertirse en una parte integral del paisaje. Colocar
el aparcamiento en el centro no sólo hace posibles caminos más cortos y zonas ajardinadas más
grandes, también permite que el viaje diario al trabajo y desde el trabajo se convierta en una
experiencia placentera, con reconocimiento del paisaje y de las condiciones de luz variables vistas
desde el puente.
De la misma manera, el edificio de producción es más que simplemente el resultado de cumplir con
los requisitos de producción. El nivel de producción, donde se encuentran la mayoría de los
empleados, ha gravitado hacia arriba para dar la impresión de que uno está en el paisaje y no sólo
en una fábrica. Sólo un cuidadoso análisis de la secuencia de producción hizo posible esta
adaptación de la secuencia funcional de estos alrededores. De modo que se consigue la integración
entre el complejo y el paisaje, idea principal del proyecto.
La estructura particular del Edificio Administrativo curvada está relacionado con la función del edificio
como la síntesis de diferentes escalas arquitectónicas: tanto en su función de puente entre el “frente”
y “atrás” del complejo, y, con su forma curva, mediando entre la colina y el resto del complejo. Las
columnas son pilares “colgando” y de una distancia que sugieren un puente. Más cerca son
comprendidas como un edificio. Dentro continúan y son pilares en forma de V en los pasillos.