Está en la página 1de 1

Examinan las implicaciones de géro del concepto «Fortaleza Europa».

Las consequencias de tal


concepto no se limitan a aquellos fuera de las fronteras que desean entrar en Europa. Más bien, el
régimen migratorio de la UE engloba múltiples formas de tratamiento diferencial, que producen y
afectan a sujetos particulares racializados o genero-izados dentro de las fronteras de Europa. En
1985 t 1990, la UE aprobó dos acuerdos en los que combinaba una reducción de las fonteras
internas con un mayor control de las fronteras externas.

El acuerdo de 1990 constaba solo de cuatro artículos sobre la libertad de movimiento: los otros 138
artíclos del documento de la zona Schengen trataban sobre el control de las fronteras externas, la
armonización de la ley de asilo, el intercambio de información y el aumento de cooperación entre
distintos cuerpos de policías estatales.

Mientras que los términos «armonización», «intercambio» y «cooperación» suelen tener


implicaciones positivas, en este contexto funcionan para enmascarar la carga política de estos
desarrollos, tales cómo sistemas integrados de vigilancia o bases de datos de huellas dactilares.

La crítica a la «Fortaleza Europa» es una defensa de los derechos civiles. Es ir en contra de los
mecanismos de control digitales y la estigmatización de cuerpos particulares como criminales os
desviados en términos de género y de raza.

Como dato anecdótico pero relevante, algunos lectores del blog en el que estas autoras escribían
amenazaron con cancelar su subscripción

También podría gustarte