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Cantos infantiles
El baile de las vacas
Al pasar la barca
Al pasar la barca Ven a bailar
me dijo el barquero ven a cantar
las niñas bonitas ven a gozar
no pagan dinero. con las vacas lobotómicas
En todo Centroamérica se conoce la leyenda del “Mico Brujo”. En algunas partes también le dicen
la Mona.Decían nuestros antepasados que había unas mujeres que a las once de la noche se daban
tres volantines para atrás y luego tres para adelante; que esta mujeres tenían un guacal blanco y
que a la última voltereta vomitaban el alma en el guacal. Ya sin alma, tomaban figura de monos o
micos y se dedicaban a hacer “diabluras”.Y así, estas brujas, acompañadas de la oscuridad de la
noche, se trepaban a los árboles y tiraban frutas a la gente. Se subían a los techos de las casas,
saltando de un lugar a otro y arrojando pedradas contra las piedras de la calle. Muchas personas
han tratado de agarrar y matar a la mona o al mico, pero de nada les sirve, pues cuando ya están
cerca y creen tenerlo acorralado se les esfuma como por encanto.También contaban nuestros
antepasados que estas mujeres podían convertirse en chanchas grandes, negras y llenas de lodo.
Cuenta la leyenda que hace cientos de años una tribu indígena se estableció en la zona Atlántica
de nuestras tierras. Entre ellos había un guerrero muy cruel llamado Batsu.
Un buen día Batsu decidió buscar esposa y escogió a Jilgue, una hermosa joven que acostumbraba
pasear por el bosque cantando como un pajarillo.Cuando Jilgue se enteró de las intenciones de
Batsu huyó a esconderse en el bosque.
Batsu estalló en cólera cuando supo que la joven había desaparecido y mandó a sus guerreros a
buscarla. Al poco andar escucharon el canto de Jilgue. Pero cada vez que se acercaban al sitio de
dónde venía el canto, Jilgue había desapareció.
Entonces Batsu mandó a quemar el bosque.
Cuando las llamas comenzaban a levantarse le
gritó a Jilgue que si salía podía salvarse.Ella le
respondió que prefería la muerte. El fuego se
hacía cada vez más fuerte. De pronto vieron
como Jilgue cayó al cuelo u agonizó. Pero un
pajarillo color ceniza, con el pico y las patas rojas,
comenzó a cantar sobre sus cabezas. No era el
canto de un pájaro, era la voz de Jilgue, que
desde entonces se sigue escuchando en el canto
de los jilgueros que hoy pueblan los bosques de
nuestras tierras.
REFRANES
1- No es oro todo lo que reluce. No hay que
confiar en las apariencias.
2- Al mal tiempo,
buena cara. Tener
una actitud positiva a pesar de los
problemas.
RETAHILAS
1- Mientras el Lobo no está
2- De tin Marín
ADIVINANZAS
CHISTES
FABULAS
El lobo con piel de oveja
Pensó un día un lobo cambiar su apariencia para así facilitar la obtención de su comida. Se
metió entonces en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente
al pastor. Al atardecer, para su protección, fue llevado junto con todo el rebaño a un
encierro, quedando la puerta asegurada. Pero en la noche, buscando el pastor su provisión
de carne para el día siguiente, tomó al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al
instante. Moraleja: Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño.
- ¿Quién te crees que eres insignificante bicho, para estar picándome por todo mi cuerpo y no
dejarme disfrutar de mi merecido descanso?
- Contestó la pulga: "Discúlpeme señor, no fue mi intención molestarlo de ninguna manera; le pido
por favor que me deje seguir viviendo, ya que por mi pequeño tamaño no creo que lo pueda molestar
mucho." El hombre riéndose de las ocurrencias de la pulga, le dijo:
- Lo siento pequeña pulga, pero no puedo hacer otra cosa que acabar con tu vida para siempre, ya
que no tengo ningún motivo para seguir aguantando tus picaduras, no importa si es grande o
pequeño que pueda ser el prejuicio que me causes.
Moraleja: todo aquel que le hace daño a otra persona, debe estar dispuesto a afrontar las
consecuencias.
CUENTOS
Cuento El cohete de papel
Había una vez un niño cuya mayor ilusión era tener un cohete y dispararlo hacia la luna,
pero tenía tan poco dinero que no podía comprar ninguno. Un día, junto a la acera
descubrió la caja de uno de sus cohetes favoritos, pero al abrirla descubrió que sólo
contenía un pequeño cohete de papel averiado, resultado de un error en la fábrica.
El niño se apenó mucho, pero pensando que por fin tenía un cohete, comenzó a preparar
un escenario para lanzarlo. Durante muchos días recogió papeles de todas las formas y
colores, y se dedicó con toda su alma a dibujar, recortar, pegar y colorear todas las estrellas
y planetas para crear un espacio de papel. Fue un trabajo dificilísimo, pero el resultado
final fue tan magnífico que la pared de su habitación parecía una ventana abierta al
espacio sideral.
Desde entonces el niño disfrutaba cada día jugando con su cohete de papel, hasta que un
compañero visitó su habitación y al ver aquel espectacular escenario, le propuso
cambiárselo por un cohete auténtico que tenía en casa. Aquello casi le volvió loco de
alegría, y aceptó el cambio encantado.
Desde entonces, cada día, al jugar con su cohete nuevo, el niño echaba de menos su
cohete de papel, con su escenario y sus planetas, porque realmente disfrutaba mucho más
jugando con su viejo cohete. Entonces se dio cuenta de que se sentía mucho mejor cuando
jugaba con aquellos juguetes que él mismo había construido con esfuerzo e ilusión.
Y así, aquel niño empezó a construir él mismo todos sus juguetes, y cuando creció, se
convirtió en el mejor juguetero del mundo.
CUENTO EL HONRADO
LEÑADOR
Había una vez un pobre leñador que regresaba a su casa después de una jornada de duro trabajo.
Al cruzar un puentecillo sobre el río, se le cayo el hacha al agua.
Entonces empezó a lamentarse tristemente: ¿Como me ganare el sustento ahora que no tengo
hacha?
Al instante ¡oh, maravilla! Una bella ninfa aparecía sobre las aguas y dijo al leñador:
Se hundió en la corriente y poco después reaparecía con un hacha de oro entre las manos. El
leñador dijo que aquella no era la suya. Por segunda vez se sumergió la ninfa, para reaparecer
después con otra hacha de plata.
Por tercera vez la ninfa busco bajo el agua. Al reaparecer llevaba un hacha de hierro.
Pero, por tu honradez, yo te regalo las otras dos. Has preferido la pobreza a la mentira y te
mereces un premio.
POEMAS
Y nunca volviste
Siempre tú, en mis sueños
Siempre tú, en mis esperanzas
Siempre tú
MI ÁRBOL TENÍA
Mi árbol tenía
sus ramas de oro.
Un viento envidioso
robó mi tesoro.
mi árbol callado,
mi árbol pequeño.